capítulo 12

-espera viejo ¿Estás hablando en serio?

-tio...eso es muy arriesgado.

-si, pero si lo hacemos bien podremos deshacernos de esa alimaña para siempre.

Los jóvenes no creían lo que el viejo les decía...¡Darle todo a Minos! ¡Eso era una locura! Manigoldo ya había hecho una pequeña fortuna y si manejaba bien las inversiones está aumentaría y...

-tan solo piénsalo,Minos no desaprovechar está oportunidad y aceptará en el acto.

-pero...es mucho dinero y...

-que sucede Manigoldo ¿A caso él no lo vale?

¿Lo valía? ¡Claro que lo valía! Eso y más, si fuese por el daría todas las riquezas de su familia para liberarlo de esa sanguijuela.

-¿Que quieres que haga viejo?

-...bien, mañana por la mañana le ofreceras a Minos todos los negocios que has hecho hasta ahora, los pasaras a su nombre a cambio de que deje a Albafica y a Pefko en paz.

-de acuerdo.

-pero... también le dirás qué te permita cerrarlos cómo es debido, le dirás que algún te faltan algunos detalles, pero en cuanto termines todo pasará a sus manos...dudo que se niegue ya que es una buena fortuna.

-pero...y los inversionistas.

-bueno Shion, tu y yo iremos a hablar con ellos, los mantendremos al tanto de lo que pasará, si lo que dijo Manigoldo es cierto entonces un par de ellos detesta a Minos.

-si, dos condes y unos cuantos oficiales, a ese imbécil le encanta embaucar a los mocosos y por su culpa algunos hijos de estos terminaron muy mal.

-perfecto, será con ellos con los que haremos el plan, dame sus nombres y pongamonos en marcha.

-si.

-...ah ..está bien, solo espero que esto no termine mal.

-relajate borrego, todo saldrá bien ya lo verás.

*****/////*****/////*****.

La cárcel...pues no era tan mala. Si, dormía en una pequeña celda en una cama hecha de piedra, dura y fría, no tenía ninguna manta para cubrirle y el aroma de sus dos compañeros de cuarto era nauseabundo, la comida era asquerosa, una especie de engrudo amarillento que le servían tres veces al día en un viejo tazón de madera. Un par de imbéciles habían intentado propasarse con él, pero rápidamente les puso un alto y pronto todos entendieron que no era bueno meterse con el nuevo.

¡Ah! Cómo desearía estar en casa, tumbado en ese viejo sillón escuchando al parlanchín de pefko mientras Albafica prepara la cena...Dios, Albafica. Se sentía como un maldito por haberlo hecho llorar, no podía quitarse de la cabeza la imagen de su pequeño sufriendo mientras él era arrojado, cual cerdo, en el carro. Se supone que eso no tenía que ser así, él tendría que estar en esos momentos viajando en un barco directo a Italia, acompañado por su abuelo, admirando el mar, contemplando como el sol parecía sumergirse en las profundas aguas mientras la luna se levantaba imponente por las noches, Albafica tenía que estar disfrutando de un viaje tranquilo pero...Ah, conociendole de seguro ahora se encontraba llorando en el camarote, culpandose por lo ocurrido.

-ah...tendré que compensarlo.

*****/////*****/////

Minos no dudo en aceptar la oferta, feliz de saber que dentro de poco riqueza gratis, conocía perfectamente los negocios del italiano, la verdad estaba sorprendido ese sujeto era muy hábil en su trabajo, en poco tiempo había amacizado una buena fortuna la cual sabía aumentaría con el tiempo. Por un momento estuvo tentado a ofrecer a Albafica acambio de algunas acciones, sabía que ese italianete estaba interesado en su rosa y quería aprovechar, pero la fortuna jugó a su favor y fue el mismo Manigoldo quien le ofreció todo acambio de esa puta, de verdad un hombre enamorado era un imbécil, pero gracias a ello el se convertirá en uno de los más ricos de ese patético lugar.

*****/////*****/////*****

No fue fácil convencer a los inversionistas para que apoyaran su plan, la verdad sólo dos aceptaron, un duque y un juez, los cuales odiaban a Minos con toda el alma.

El negocio de telas se convirtió en una fachada, Manigoldo y los demás empezaron a inflar los gastos, algunas mercancías se perdían o no llegaban a su destino, claro que eran cantidades pequeñas de mercancía...pero muy valiosas. Los inversores hacían como que todo estaba bien, pero poco a poco comenzaron a levantar sospechas entre sus allegados y los empleados, que temiam llegar a perder sus puestos por culpa de ese extranjero.

Manigoldo siguió con el plan, cerrando negocio cada vez más osados, convenciendo a más gente de invertir, gente que a la larga saldría dañada...o eso parecía. Sage y Shion hacían su parte, encargándose de el desfalco y asegurando las mercancías y dinero para que está fuera devuelta a sus inversionistas, todo ello sin que Minos sospechará...o eso creían.

*****/////*****/////

-Altair...visita.

-ah, ya era hora ese borrego se estaba tardando.

Ahora venía la parte donde Manigoldo era culpado, el plan consistía en convertirlo en un prestanombre, una pantalla, un simple lacayo que servía a Minos, la mente maestra de todo este fraude, era arriesgado y peligroso, pero con suerte lo lograrían.

-carajo Shion porque tar...

Pero las palabras murieron en su boca al ver a Albafica ahí, un escalofrío recorrió su cuerpo tras ver la mirada molesta de su amado y el terror aumento cuando esté se paró de la silla y camino hacia él, la bofetada no se hizo esperar...seguida de unas cuatro más, uno de los oficiales tuvo que sujetarlo y alejarle del prisionero, miren que la cachetada simbro el lugar.

-¡Eres un estúpido! ¿como se te ocurre semejante barbaridad? ¿En qué diablos estabas pensando?

El cangrejo se tuvo que ocultar tras el oficial, mientras Shion veía todo desde una esquina, sabía que esto terminaría mal. Después de unos quince minutos Albafica se calmó, ya que el oficial le amenazó con sacarle.

-amor relájate, todo saldrá bien, ahora sólo tenemos que acusar a Minos como el cerebro de toda la operación y yá, yo saldré libre y nos iremos a Italia... por cierto ¿Porque no estás en el barco?

Miró a su primo que solo se encogió de hombros.

Después de explicarle lo que tenían planeado...bueno, también les reprendió y si se salvaron de una par de bofetadas fue por qué esos dos culparon a Manigoldo de maquinarlo todo, Albafica decidio que no se iría de ahí hasta que Manigoldo estuviese libre. Había explotado en rabia y culpa,se sentía tan mal, por su causa Manigoldo iba a perderlo todo y...

-detenlo, dile a Minos que cancelas el trató, que te regrese todo.

-¡¿Qué?!

-ya me escuchaste, deja todo esto, devuelve todo el dinero y...y vete a Italia sin mí.

-¡estas loco, no voy a hacer eso!

-¡si, si lo harás! Manigoldo no voy a dejar que tires a la borda todo tu dinero y negocios por mi culpa...no...no lo valgo

No era justo, no dejaría que Mani quedará como un ratero, sabía que aunque lograran su objetivo después nadie en ese pequeño país confiaría en él, no volvería a hacer negocios en ese lugar y...

-solo...solo prométeme que cuidaras de Pefko... sí.

Ah, ese pescadito suyo, jamás oía...almenos no por las buenas, se acercó hasta el y comenzó a jalar sus mejillas, regañandoles.

-no digas estupideces, no voy a dejarte a merced de ese imbécil, seguiremos con el plan y punto...acaso ya te hartaste de mi que quieres dejarme plantado, eh...no vamos a casarnos, o ya no me amas y usas esto como excusa para dejarme.

El rostro del cangrejo se encontraba sonriente, debió de imaginar que esto pasaría, Albafica no lo dejaría solo y si tenía que sacrificarse para salvarlo lo haría.

-pero...vas a perder...

-nada, no perderé nada importante, entendiste

-Manigoldo...

-escucha, Albafica, se muy bien lo que estoy haciendo y lo que pasará.

-pero...

El mayor cubrió su boca para que lo dejara terminar.

-Albafica, tú...tú vales más que cualquier negocio o fortuna, para mí tú eres lo más valioso del mundo y...si tengo que renunciar a todo por ti no dudes que lo haré.

-...Ma...

-confía en mi, amor, todo saldrá bien.

No quería aceptarlo, no quería que Manigoldo mandará todo al diablo...pero...tampoco quería renunciar a él, eso de que lo dejara y se marchara sería una muerte segura, pero no por que Minos le hiciera algo, lo que era lo más probable, si no porque sin Manigoldo a su lado, sentía que no podría continúar, que el mundo se acabaría sí no estaba a su lado.

-estas...¿Estas seguro?

-claro amor, ten fé.

Tenía que confiar, confiar en lo que su futuro esposo haría.

-esta bien...si crees que es lo mejor...

Manigoldo le dió un tierno beso para después abrazarlo, una parte de él estaba feliz por saber que Albafica se había quedado ahí para apoyarle, esto le daba la fuerza para seguir.

Continuaron de acuerdo al plan, los cargos eran muchos pero todo saldría bien, solo tenían que esperar hasta uno de los juicios y entonces cambiarían los papeles y sería Minos el que sería encarcelado.

O almenos eso era lo planeado...pero...

-¿Como que se negó a seguir?

-lo...lo siento, no nos dijo nada, solo que se salía y...

Y al parecer algo había salido mal, ahora sus supuestos socios, aquellos que iban a limpiar su nombre, era los que le querían crucificar y lo culpaban directamente, sin mencionar al Noruego.

-esto tiene que ser una broma.

-Manigoldo.

-¿que haremos ahora?

-no...no se yo...

"Buenas tardes".

Minos había acudido a una de las citas, sorprendiendo a esos tres en ese pequeño cuarto. El peli plata les miraba burlesco, se sentó frente al italiano mirándole desafiante, Manigoldo no tardó en jalar a Albafica y esconderlo tras él.

-valla conde, que sorpresa, jamás imaginé que usted fuera un ladrón y estafador...

-¿que haces aquí Minos?

-bueno, solo vine a ver cómo estaba mi anterior...socio. Pero no se preocupe, sus negocios quedarán en buenas manos.

El albino le arrojó un sobre para después pararse.

-nos veremos pronto...mi rosa.

Salió de ahí dejando a esos tres confundidos. El cangrejo no tardó en abrir el sobre ...llevándose una terrible sorpresa.

-¡No, esto no puede ser!

Todos sus bienes habían pasado a propiedad de Minos, como le tenían planeado exepto que...este ahora era quien lo demandaba por el fraude y abuso de confianza, siendo apoyado por sus supuestos "socios".

¿Como demonios se había enterado de lo que tenían planeado?
¿Como consiguió el apoyo de sus colaboradores?

Esto había dado un giro...y les costaría trabajo arreglarlo.

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