Sexta taza




—Resumiendo— Fred suspiró dándole un último trago a su quinta lata de cerveza de esa noche. Relamió sus labios aun pensando y miró a sus dos amigos quienes estaban sentados en el sofá con unas expresiones no muy divertidas—, considero lo de la personalidad múltiple como lo más lógico de todo esto—concluyó dejándose caer en el sofá individual de la pequeña sala que tenía en el departamento que compartía con Wesley.

Su mejor amigo arrugó su nariz un poco perturbado por el hecho de que Fred se dejara llevar por todo eso y miró a Oliver en busca de ayuda. Éste último estaba demasiado ocupado jugando con la tiza blanca fingiendo que la aspiraba.

—Eh...—dudó Wes y levantó lentamente su mano—. ¿Puedo discrepar?

—No, no puedes—Fred negó con su cabeza rotundamente, pues sabía que Wesley trataría de encontrar algo más lógicamente aburrido—. No estuviste hoy en la cafetería y no viste lo que nosotros vimos—pateó la pierna de Oliver para que éste regresara en sí, el castaño lo hizo un poco asustado y asintió en dirección a Wes.

—Nunca había visto a un chico llorar así, hombre— comentó un tanto asombrado recordando la escena que habían visto ese sábado en la tarde.

—Ella se fue y él estalló, su pobre corazón negro estaba destrozado—Fred cerró sus ojos fingiendo pena y negó con su cabeza.

Todos en el café habían sido testigos de cómo la misma chica dejó el lugar sin el chico con el que llegó, como casi todas las semanas. Fred creyó que no lo lograría pues hasta a él le dio un poco temor el enorme tamaño que tenía ese chico, incluso era más grande que Wesley; con una larga cabellera oscura y tatuajes en sus brazos que solo te hacían creer que era el hombre más frío y duro del mundo... Pero no, la chica rompecorazones logró destrozarlo ahí.

Esta vez Wesley no se encontraba como de costumbre ahí, solo Oliver quien se negó rotundamente a acercarse al chico que parecía que en cualquier momento buscaría desquitarse con alguien.

Así que, Fred, tomó la rebanada de pastel de chocolate más grande que le era permitido cortar y la llevó consigo como cortesía de la casa hasta el chico que sufría por amor en la misma mesa como todos los demás. Él no quiso aceptar nada, pues al parecer dañó más su ego, mencionó a una tal Julia como si de pronto le llegara la idea de seguirla y salió de prisa del establecimiento.

A Fred no le quedó más que tomar todo eso como un nuevo caso para atribuirle a la chica desconocida.

—A todo esto, ¿dónde estabas? —preguntó Oliver a Wes con curiosidad.

—Le prometí a Ian que iba a ayudarle a mudarse.

—¿Quién es Ian? —Fred frunció el ceño confundido. Wes bufó y miró a Oliver con bastante sorpresa por la pregunta de su mejor amigo y compañero de piso.

—Nuestro nuevo inquilino... compañero... —intentó recordarle—, está durmiendo ahora mismo en la otra habitación—señaló al pasillo donde éstas estaban—... Ay, para qué me molesto.

—Como sea— el rubio rodó los ojos—. Necesito una canción que tenga de nombre Julia—le pidió. Admitía que era la principal razón por la cual necesitaba a Wesley, además de que le gustaba molestarlo sabiendo que de todas maneras terminaría involucrándose más de lo que le gustaría.

Julia... Julia... Julia—canturreó Oliver como si quisiera recordar algo.

Wesley resopló un poco harto.

—Julia Dream, Pink Floyd—afirmó.

—¡Julia Dream! —Fred se puso de pie aliviado.

— Tiene un poco de sentido—comentó Oliver, Wesley solo se cruzó de brazos—, bueno, tampoco es como que todo esto lo tenga—se encogió de hombros.

—¿Puedo irme a dormir? Es la una de la mañana.

—¡Espera! —el rubio le arrebató la tiza a Oliver ganándose un gesto de indignación del castaño.

—Sigo sin entender por qué te metes demasiado, ya no lo puedes dejar, te lo dije: Cuanto menos sepas, mejor—insistió Wes.

—Juega con los sentimientos de las personas, eso es malo—dijo con una falsa obviedad.

—Tú hacías eso antes, no eres la persona más santa en este mundo.

—¡Uh! —Oliver se burló y el rubio enarcó una ceja como si le retara mentalmente.

Wesley rodó los ojos—: Como sea—habló antes de cualquier respuesta de su mejor amigo la cual probablemente se convertiría en una discusión, y no tenía muchos ánimos de hacer eso pues sus ojos se cerraban solos. Respiró hondo dándose por vencido— ¿de dónde sacaste esa pizarra?

—El vecino de enfrente... le di una caja de cerveza si me la prestaba un par de días—comenzó a escribir en ella. Era más pequeña que la televisión y estaba en la pared sosteniéndose con un clavo mal puesto.

—Tiene doce años—Wes arrugó su nariz.

—Eso es lo divertido—Oliver rió recordando cómo hicieron el intercambio un par de horas antes.

—¿Si saben que es ilegal?

— No me mires a mí, no fue mi idea.

Julia... Julia... — Fred ignoró la plática de sus amigos y fijó su atención en la pizarra—¿Qué estás haciendo, Julia? —se dijo a sí mismo Fred mientras escribía.

Sábado 21 de enero - Penny Lane

Domingo 29 de enero - Amanda

Sábado 4 de febrero - Maggie Mae

Sábado 11 de febrero - Delilah

Sábado 18 de febreto - Julia





(n/a): Sé que tardé muuucho en actualizar pero la universidad no me dejaba so, lo siento.

Wes en multimedia jeje

-Jude

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