Sofía
No puedo apartar la mirada del que era mi mejor amigo. En muchos aspectos parece un niño, y aunque antes siempre me apreció infantil, esto es diferente.
Sofía espera pacientemente mientras masca el cereal, en su mano derecha tiene una servilleta preparada para limpiarlo apenas lo necesite, y con la otra masajea su espalda. Puedo ver sus labios moverse, pareciera que no emite sonido, pero tal vez solo le habla a Martin/Tobias.
Es abrumador ver a mi mejor amigo dependiendo de alguien para poder hacer algo que solía hacer con frecuencia. Y es abrumador ver la devoción en los ojos de Sofía, que no le apresura ni lo presiona, simplemente lo deja ser. No digo que aquello no es algo que yo no hubiese hecho por mi mejor amigo, pero definitivamente, por un extraño, que es lo que era para Sofia al menos al principio, es... sobrecogedor. Tiernamente limpia la comisura de los labios de Martin/Tobias, y este le esboza una media sonrisa.
—Ordenaré un poco —digo, levantándome de la mesa y comenzando a tomar las tazas vacías de café, recién habíamos terminado de desayunar y eran casi las una de la tarde.
—Te ayudo —dice Sofia, y antes de que pueda oponerme, se levanta y comienza a recoger los platos.
Nos dirigimos en silencio a la cocina. Por el rabillo del ojo veo a Zendaya mirando hacia el infinito, ensimismada en sus pensamientos. Esto debe ser mucho mas duro para ella. Ni siquiera puedo llegar a imaginármelo. Que mi mejor amigo volviera a la vida es un milagro del cual estoy infinitamente agradecida, y aunque nuestra relación no es ni de cerca a lo que era, al menos tengo el futuro, y uno que se ve mas prometedor que el de Zendaya y Martin/Tobias. Esto porque se nota, a leguas, que entre Sofia y Tobias hay algo mas que solo una amistad. Y en la mirada de Zendaya se nota que aquellos sentimientos que tenia por Martin, han comenzado a reflotar a la superficie, generando lo que solo puedo imaginar como una tormenta sin tregua.
No es como que simplemente un par de sesiones en terapia fueran a ayudar. Ademas, ¿cuantos terapeutas expertos en este tipo de cosas pueden existir? "Terapia para la gente que perdió a alguien, pero en realidad no lo perdió sino que fue un malentendido y realmente están vivos, pero han pasado varios años y has tenido que seguir con tu vida, pero todavía sientes cosas por ese alguien".
Si, apuesto mi enfermo corazón a que no hay.
—Te ves cansada —comenta Sofía, sacándome de mis pensamientos.
—No he podido dormir mucho —reconozco. Hace una mueca.
—Creeme que lo entiendo.
Comienza a lavar los platos en el fregadero y, antes de que pueda pensarlo mucho, mi boca se mueve sin que pueda controlarla.
—No puedo creer que hagas todo esto por él —suelto. Gira la cabeza y me mira. Prosigo sin poder detenerme—: si... si mi novio estuviese desaparecido, estaría llena de rabia y odio, no podría pensar o hacer otra cosa.
Se queda en silencio mirándome por unos segundos.
—Estaba enojada y furiosa —admite—, pero ¿que ganaba con eso? De seguro no iba a traér a mi novio de vuelta. Y cuando vi a Tobias... Martin... solo pensé en como me gustaría que trataran a Exequiel si hubiese sido él a quien unos completos desconocidos encontraran. Y luego, bueno, tu lo conoces. Digo, sé que no recordaba mucho y recién ahora logra hablar algo, pero... sigue siendo el mismo, en esencia, una increíble y hermosa persona. Es imposible no querer a alguien como él.
Siento como mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, pero las contengo. Que Martin siguiera siendo el mismo en esencia me daba paz y alegría. Porque ese era mi mejor amigo, bueno.
—B... bo... o...nit... o —volteo sorprendida hacia la mesa. Martin/Tobias se ha acercado a Zendaya y ha señalado su collar. Se me corta durante un segundo la respiración cuando reparo en que ese collar es uno que él le regalo a Zendaya. ¿Acaso lo recordaba?
Zendaya lo mira, su rostro sorprendido, y también con una pizca de esperanza. Se lleva su mano al collar y se inclina ligeramente a él.
—Me lo regalaste tú —susurra. Martin sonríe y asiente, el rostro de Zendaya se enciende—. ¿Lo recuerdas?
Martin vuelve a asentir y estira su mano temblorosa a la mano que Zendaya tiene sobre la mesa.
—Rre... cue... rdo t... t... tod... o —sus dedos se entrelazan con los de Zendaya y suelta una carcajada—. Z...
Zendaya sonríe al borde de las lágrimas.
—¿Recuerdas la noche en que nos conocimos? ¿Y a Harrison disfrazado? —pregunta ella. Martin vuelve a carcajear, atorándose ligeramente, pero pronto recobra la compostura.
—______ —escucharlo decir mi nombre sin titubear hace que se acelere mi enfermo corazón—, ess... malva... a... da
Zendaya ríe y asiente.
—Algunos dirían que es una genio —le dice Zendaya.
—Genn... ia mall... vad... a —ríe Martin, y Zendaya se carcajea.
Siento como mi pecho se aprieta de felicidad, sorprendida de como, a pesar de sus manos temblorosas, su voz rasposa y habla trapeada, es tal y como era mi Martin. Miro a Sofía. Su sonrisa, aunque sincera, tiene una pizca de amargura, y cuando sigo su mirada veo que probablemente tenga que ver con las manos entrelazadas entre Zendaya y Martin.
Martin. No Tobias, no Martin/Tobias. Porque aunque definitivamente no sea el mismo, mi mejor amigo me acaba de demostrar que dentro de él sigue una parte suya que es cien por ciento Martin, el que conocemos y queremos. Y aunque me da cierta tristeza ver el dolor en los ojos de Sofia, no puedo contener mi alegría.
—Cuando comenzó la terapia, que él llegase a hablar algún día lo considerábamos un milagro —comenta Sofia—. Se que tal vez eso no es hablar muy bien, pero...
Se queda en silencio.
—Es un milagro —termino por ella. Asiente y me mira.
—______, creo es momento de que yo me vaya —dice de pronto. Frunzo el ceño.
—¿De que estas hablando? No pueden irse —respondo. Ella niega con la cabeza.
—No Tobias... Martin. Yo, sola —explica.
Me quedo en silencio, mirándola. Sé que por su cabeza mil emociones deben estar pasando, y muchas de estas dolorosas. Y aunque entiendo a la perfección lo de querer irse y arrancar, como muchas veces en mi pasado hice, no puedo sino querer que se quede. A pesar de todo lo que eso pueda dolerle. Tal vez es egoísta, pero Sofia cuido de una de las personas mas importantes en mi vida cuando yo no estuve, y por ello le tengo infinita gratitud. Pero también siento que es importante para Martin, no solo del ámbito de la rehabilitación, sino también por lo que ella significa para él. Y creo que le dolería verla irse. Y eso también es egoísta, no querer que mi mejor amigo sufra. Sin embargo, no puedo sino rogarle que no se vaya.
—No quiero que te vayas, Sofia —admito. Levanta les cejas, sorprendida—. Sé que estas... confundida. Sé que yo lo estoy. Pero sé que eres una persona importante en la vida de mi amigo, y si tu eres importante, entonces también lo eres para mi. Quedate unas semanas al menos. Ha sido todo un torbellino de emociones, pero siento que estamos comenzando una rutina. Quedate, por favor.
Sofia me observa en silencio, puedo ver la duda en sus ojos. Al cabo de un raato mira nuevamente a Martin y sonríe a medias.
—Esta bien, unas semanas —musita. Y sonrío.
____________________________________________________________________
No, no es un espejismo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top