Acechada: parte 1
Maratón 3/5
***
Corro por los pasillos gritando, pidiendo ayuda. Avanzo rápido hasta los elevadores, no tengo tiempo de esperar uno, puedo sentir sus pisadas tras las mías. Doblo por uno de los pasillos, toco las puertas de las habitaciones que puedo.
—¡Ayuda! —grito desesperada
No puedo esperar a nadie, tengo que correr, solo correr, arrancar. O en su defecto, encontrar algo con lo que defenderme.
Veo la luz verde señalando la salida de emergencia. No lo pienso más.
—¿Qué ocurre? —pregunta alguien saliendo de la habitación, mientras alcanzo la puerta. Volteo un milisegundo, lo que me demoro en abrir la puerta, lo justo para alcanzar a ver como aquel desquiciado (o desquiciada, aun no lo sé) golpea al hombre en las costillas, haciéndolo caer.
Me siento culpable, pero no puedo desaprovechar que se ha distraído para desaparecer tras la puerta y comenzar a bajar. Trece pisos, tengo que bajar trece pisos y alcanzar la recepción. Ahí los guardias de seguridad podrán abatir a quien intenta atraparme... o matarme.
¿Querrá aún matarme?
Salto de dos en dos los escalones, la adrenalina corre tan rápido por mis venas que no reparo en lo frío del cemento. Me afirmo de la baranda para evitar caer, si caigo, pierdo. Cuando alcanzo el doceavo piso escucho como se abre la puerta arriba. No mires me digo a mi misma. El peor error es distraerse mirando a quien te persigue, solo hay que seguir avanzando, seguir corriendo.
Mi teléfono suena, un mensaje. Había olvidado que lo tenía entre todo el ajetreo. Lo saco de mi bolsillo rápidamente y marco, procurando no distraerme demasiado, al 911. Tras un tono, contestan.
—Buenas noches, 911, habla Felicity, ¿Cómo puedo ayudarle? —contesta una mujer.
—Estoy en el hotel Conrad, necesito ayuda me están persiguiendo —las palabras se me precipitan, no sé si me ha entendido.
—Disculpe, la señal es deficiente, ¿puede repetirlo?—escucho que teclea. Demonios, debí saber que en las escaleras de emergencia podía perder la señal.
—Hotel Conrad, alguien está intentando matarme —repito fuerte y claro, resbalo ligeramente al doblar, pero logro mantener mi ritmo. Las pisadas a mis espaldas no se detienen.
—No se logra entender, podemos rastrear su llamada, ¿está usted en peligro inminente? —pregunta.
—¡SI! —grito.
—No corte, enviaremos de inmediato una unidad —replica.
Baja, solo baja, corre, solo corre me repito.
Llevo mi teléfono en la mano mientras continúo bajando los escalones de dos en dos. Entonces, vuelve a sonar, y observo en la pantalla que es Tom. No, no, no ahora.
—La unidad ha localizado que se encuentra en el hotel Conrad, ¿es así? —pregunta.
—Sí —replico.
—¿Aló? ¿Me escucha? —pregunta la mujer. Maldita señal de los cojones.
Y entonces, mi mayor terror, se corta. ¡NO!
—Hola —saluda Tom. Abro los ojos, sorprendida. ¡Tom, ayúdame!
*
Tom
—Christopher Nolan, no lo puedo creer —comenta Harry por teléfono.
—Lo sé, fue increíble. Solo quiero empezar el proyecto —replico. Doblo en la calle, ya llegando a casa.
—Tienes que dejarme ir contigo, puedo aprender mucho de él —suplica. Me río.
—Por supuesto que sí, hermanito. Solo espero estar a la altura.
—Claro que lo estás —afirma él.
El portón de la casa se abre y entro rápidamente, aparcando junto al coche de ________, que ha dejado aquí por su viaje.
—He llegado a casa, ¿hablamos mañana? —pregunto.
—Claro, saluda a ________ por mí —se despide mi hermano.
Bajo del coche y coloco alarma. Mientras rebusco en el bolsillo de mi pantalón las llaves de la casa, marco a ________. Estará entusiasmada con la noticia, aunque claro, faltan varios meses para comenzar. Me pregunto si ya habrá terminado, a esta hora suele cenar, aunque con las giras todo el horario cambia. Al quinto tono contesta.
—Hola, no creerás...
—¡Tom! —grita, me detengo en seco, suena asustada—. Al-en-st-a-p-si-guien-me.
—¿Qué?¿Qué ocurre? Te escucho entrecortado —digo exasperado. Algo no está bien, algo pasó.
—A-en-e-ers-gue —repite, no logro entender nada.
—No logro escucharte bien, ¿Dónde está Emery? —pregunto exasperado.
—H-er-id-o —replica, la escucho respirar—. A-y-u-da
Y se corta.
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