Tú y yo no somos más que sueños.

Dos personas que perdieron el rumbo, dos seres que dejaron de existir por su cuenta. Tú y yo no somos nada sólo por lo que hicimos.

Tú y yo estamos obligadas a vivir por otra persona, sólo somos sus sueños perdidos, sus remordimientos, su culpa. Somos el recordatorio de que lo ha hecho todo mal, pero también somos la pequeña llama de la esperanza en una vida que ha perdido todo su propósito.

Somos los sueños perdidos de alguien que ha olvidado cómo soñar, los deseos de alguien que ha perdido todo el anhelo, las memorias de alguien incapaz de recordar.

Tú y yo no existimos, pero de alguna manera seguimos vivas. Porque no somos más que sueños.