17. P o n c h o;


—Jeff... —la voz gruesa de Jack era lo único que se escuchaba.—, ¿en verdad crees que todo saldrá mal?
—Sí —el pelinegro respondió sin preámbulos, sosteniendo fuertemente al bebé contra su pecho.— Hoodie y Masky lo saben, ¿eso no es suficiente?
Jack suspiro.
Sabía que tal vez había una batalla interna dentro de su amigo.
Y también había un detalle.
Ese sentimiento que sólo algunos padres desarrollaban. El instinto protector. Aquel que su amigo estaba viviendo en carne propia, y que le permitió ver la imagen del pelinegro sosteniendo a Noah contra su pecho. Con miedo a que alguien pudiera dañarlo, y dejándose expuestos a cualquier ataque con tal de que el pequeño saliera ileso.
¿Quién lo iba a imaginar, verdad?
Estamos tan acostumbrados a hablar de ellos como la peor escoria del mundo, como la parte podrida de la sociedad, y sin embargo el considerado peor asesino estaba ahí, con un bebé en brazos, y un sentimiento tan fuerte que sería capaz de dañar a cualquiera que quisiera lastimarlo.
¿Qué tan hipócrita puede ser una sociedad? Se pregunto Jack a sí mismo. Pero no hubo respuesta. Y en realidad no le interesaba encontrarla.
— ¡Jeff! ¡Ya llegamos! —el grito de Toby los alarmó a ambos, pero más al pelinegro, quién aún con un bebé en brazos se las ingenio para sacar un cuchillo del bolso de su sudadera.
Jack lo miro por unos segundos, y luego susurro:
—Espera aquí y no salgas hasta que confirme que todo esta bien.
El pelinegro asintió y regresó la mirada al bebé. A su bebé.
Jack se apresuró a salir de la habitación y cerrar la vieja puerta de madera detrás suyo.
—Hey, viejo, ¿qué tal? —Masky ahora se encontraba sentado en el viejo sofá, tenía una soda en la mano y a su lado -en el lugar que aparentemente se encontraba solo- había una bolsa de plástico con cosas adentro.
— ¿Y Jeff? —pregunto el menor.
—Adentro, con el bebé.
— ¡Genial! Yo quiero conocerlo —alego Masky, pero Jack se apresuró a negar con la cabeza antes de que pudiera decir otra cosa.
— ¿Sabes que esto no es un juego, verdad?, ¿y también sabes que Jeff no te dejara tocarlo, porque ahora cree que todos son una amenaza?
Toby levantó una ceja.
—No le haremos daño. Ni Masky, ni Hoody, y mucho menos yo.
— ¿Y a mi qué me dices, puberto? Eso dile a Jeff, que esta encerrado en esa habitación esperando a atacar a cualquiera que entré y se vea peligroso para el mocoso.
—Entonces iré a hablar con él y le diré que no le hare--
— ¡Al diablo! ¿No crees que si quisiéramos dañarlo ya lo hubiéramos hecho? —alego Masky.— Sé que podemos ser idiotas y retrasados, ¿pero dañar a la cría de Jeff? No gracias, yo paso. Así que ahora mismo le hablas a ese payaso cara de semen y le dices que salga, porque yo en definitiva quiero conocer al caga- pañales de su hijo.
—P-Pero...
—Sin peros Jack, ahora sácalo de ahí antes de que lo haga yo mismo.
— ¿A quién quieres sacar, cabeza de chorlito? —el pelinegro hizo presencia.
Toby inmediatamente sonrió y se dejo ir hacia él.
— ¡Oh por dios! ¡Jeff! ¡Noah!, ¡oh mi bebé! ¿Me lo prestas? ¿Si?, ¿si?
El pelinegro asintió y dejo que el acaramelado cargara al pequeño.
— ¿Y bien, a quién ibas a sacar?
— ¿Kien io? —Masky se señaló a su mismo. Luego estallo en carcajadas.— ¡Pffg era sólo una broma!, pero oye... ¿¡Cómo que eres papá!?, ¡¿Cómo paso eso?!
Jeff puso los ojos en blanco antes de soltar una pequeña risita.
—Por arte de magia, cabron.
— ¡Wey, eso si esta de novela de wattpad!
Toby frunció el ceño.
—Masky, ¿qué es wattpad?
—Ehhh... Ni idea, ¿dije Wattpad? Pffg, olvídenlo, yo quise decir que me duele el pie... Sí, eso...
—Eso no tiene nada que ver —intervino Jack.
Masky lo fulminó con la mirada, pero antes de hacer una tontería, el pequeño y débil sonido atrajo su atención.
El moreno de ojos avellana traía al bebé en brazos, y lo miraba con suma ternura.
Masky sonrió.
Y una vez más se permitió tomar una imagen mental de eso.
— ¿Ese es el famoso bebé? Me imaginaba a un mini payaso.
Toby lo miro con cara de pocos amigos.
—Perdón, soy estúpido, lo sé. Pero... Míralo, es tan...
— ¡HOLA SOY PONCHO, EL PAYASO FELIZ QUE VIENE A ALEGRAR SUS FIE--!, ¡Oye mocoso estafador, aquí no hay ninguna fiesta! —reclamó el payaso poncho, quién -junto a Hoddie- habían entrado de sorpresa a la casa.
Masky, Toby Y Jeff los miraron sorprendidos.
¿Payaso poncho?, ¿Hoodie sin pasamontañas?, ¿fiesta?
Algo en definitiva no cuadraba.
—Payaso poncho, le juro que creí que ya tendrían fiesta...
—Wey no me jodas, ¿me hiciste caminar todo eso para nada? No mames, te voy a cobrar dinero extra por pendejo.
—Payaso poncho por fa--
— ¿Qué diablos es esto, Hoodie?
—Toby, es el payaso poncho... ¡Animador de fiestas infantiles!
El pelinegro interrumpió.
— ¿Y para qué queremos un animador de fiestas?
— ¡Para festejar la llegada de Noah!
— ¿Noah? ¿quién es Noah?
—Payaso poncho, ya le dije que era el bebé de mi amigo.
— ¿De quién, del payaso que esta ahí?
Oh no.
Hoodie, Masky, Jack y Toby negaron asustados con la cabeza.
El payaso poncho acababa de llamar a su amigo como payaso.
No, no, eso no se hacía.
— ¡Oye maldito viejo gordo pedófilo disfrazado de otro maldito gordo pedófilo, ¿a quién llama payaso?!
— ¡Oye mocoso inútil, suelta mi nariz! ¡Suéltala! Oye, ¿por qué sacas un cuchillo? Oye... ¡O-oye!
—Adiós payaso poncho —susurro Toby.
—Adiós payaso poncho —afirmo Masky.
•••

Rip payaso poncho.

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