16. L o v e 🌸


— Espera, ¿¡Qué!?
Toby rodó los ojos por quinta vez en los pocos minutos que llevaba hablando con el mayor.
—Masky, enserio, ya comienzas a fastidiarme...
—... Vuelve a repetir lo que dijiste...
Toby soltó un poco de aire y se sentó junto a Masky. Ambos se encontraban sentados sobre un  tronco viejo que se había caído hace años.
—Hay un bebé en casa de Jeff y Jack...
Masky negó varias veces con la cabeza, se sentía muy confundido.
— ¿Lo secuestraron?, ¿lo hicieron para luego tener una recompensa o algo similar?
—No.
Y ambos volvieron a quedarse en silencio, sin decir una sola palabra, pero con un montón de preguntas atormentando sus mentes.
Y tal como al principio, Masky ahora era el más afectado de los dos.
¿Un bebé?
¿Cuándo había sido la última vez que había visto a un bebé?
No lo recordaba. Exacto, simplemente no lo recordaba.
Un bebé era sólo un vago recuerdo de su mente.
Sabía que eran pequeños, si, también sabía que no podían caminar hasta cierta edad y ya. Pero... ¿Un bebé aquí, en un lugar tan miserable y olvidado? No. Simplemente no cuadraba.
— ¿Lo devolverán, verdad?
Y Toby volvió a negar.
¿A quién se lo iban a devolver?
No había nadie. Ese niño estaba sólo en el mundo, bueno, a excepción de su padre, pero igual, no había nadie más. Era Jeff o nada.
—No lo pueden devolver.
— ¿Por qué no? ¡Apuesto a que tiene padres, y lo deben estar buscando!
El menor soltó una pequeña risita, y el mayor lo miro con el ceño fruncido.
— ¿Qué es tan gracioso?
—Masky, ese niño tiene padres —y luego recordó a la madre del bebé. Porque de cierto modo sabía que Noah tenía una madre, pero jamás se atrevió a preguntar por ella. Tal vez luego lo haría.
—Eso ya lo sé, mocoso. ¡Por eso dije que debían estar buscándolo!
—No, nadie lo busca. Él está en el lugar correcto.
—No lo esta.
—Sí Masky, está en el lugar correcto.
—Claro que n--
—Jeff es su padre.
— ¿Q-Qué?
Y Toby lo miro, con esos grandes ojos avellana y esa pequeña sonrisa que lo caracterizaba.
Y Masky pensó que era lindo. Y también tierno.
Luego se maldijo mentalmente por pensar en ello.
—Dije que Jeff es su padre. Y sí, también tiene una madre, aunque de ella no sé mucho, más bien nada.
—No estoy entendiendo.
—Lo note desde hace una hora que empezamos a hablar —río.— pero no importa.
—Debes estar confundido. Decir que Jeff tiene un... Un...
— ¿Hijo?, ¿cría?, ¿bebé?
—Eso, decir que Jeff tiene un eso es de locos. ¡Y de por sí ya estamos locos, ahora imagínate!
—Locos. Me gusta esa palabra, Masky.
El mayor trago saliva.
— ¿Por qué?
—Porque algunos estamos locos por distintas razones. Por el sufrimiento, por la comida, algunos están locos por la vida... Y otros están locos por quitarla. Tal como nosotros, ¿verdad?
Y el mayor sintió su pecho oprimirse.
—Tal como nosotros, Toby. —respondió en una voz baja.
¿Qué iba a decir ahora?
Toby tenía razón. La gente se volvía loca por varias razones, razones inexplicables que funcionaban de distintas maneras para las personas.
Pero había una sola razón en la que la mayoría de las personas caían. Y sólo algunos tenían la valentía de decirlo.
Con cuidado el mayor se acercó un poco más al acaramelado, lo hizo despacio, como si temiera a lastimarlo. Y con una voz baja susurro:
—Algunas personas también se vuelven locas por otras personas...
Todo parecía haberse detenido a su alrededor. El sonido de los pájaros dejo de escucharse, así como el movimiento de los árboles.
Y entre tanto silencio, las pequeñas y esponjosas mejillas del menor se tornaron de rojo. Y el mayor se permitió tomarse una foto mental de aquello.
—Tal como Jeff por Noah.
Masky asintió.
—Tal como Jeff por Noah.
Pero eso no era a lo que se refería.
•••

Algunas personas se vuelven locas por otras personas.

Simplemente quiero decir que estoy dudando en continuar la historia.

—BesosDeArdilla.

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