Capítulo 7
¿Creías que las migajas solo eran un botón de inicio?, lo siento, en realidad emociones efímeras y lazos contradictorios, son algo más que palabras
LENA
Es difícil decirle a tu amiga todo el pasado tormentoso al cual está involucrada, todo el dolor que surgió de esos momentos y todo el dolor que seguirá al recordarlo son realmente devastador...
—Divana sé que te debes estar preguntando que hacemos aquí, queremos entregarte la última carta— ella nos mira con incertidumbre.
— ¿La última? Pero... — parece perdida en sus pensamientos — Ustedes dijeron que la última fue la que me dieron hace una semana, chicos que pasa enserio me están volviendo loca.
— Esta es la última porque es la carta que hiciste para despedirte de nosotros...
Blue e Ian no hablaban, solo se quedaba observándola, querían saber que pasaba por su mente, querían abrazarla y decirle que todo va a estar bien.
Divana se sentía más confundida.
¿Una carta?, ya no sabía que pensar necesitaba leerla y saber todo, su mirada demostraba lo perdida que estaba, su visión se vuelve un poco borrosa por lágrimas acumuladas. El remoto pensamiento de no querer derrumbarse, de tomarse todo despacio se fue por un caño, la incertidumbre le caló los huesos tan fácilmente que sintió miedo.
Ian retiró la mirada de Divana por un rato, observando su alrededor. Un apartamento donde la sala y el comedor están conectados; la sala consta de un mueble pequeño color blanco donde estamos Blue, Lena y yo, frente a éste hay una mesa pequeña café y al lado está un sillón individual blanco donde se encontraba Divana.
Detrás de nosotros estaba el comedor, algo grande para una sola persona, repisas y demás habitan este pequeño espacio, frente a éste se encontraba la puerta que daba principio a la cocina y al lado hay un pasillo donde se notaban dos puertas... Ian dejó de vagar por la pulcritud y elegancia del apartamento cuando Divana empezó hablar.
— Me gustaría ver esa carta, quiero leerla — Blue estiró su brazo y le entregó aquella hoja vieja, arrugada, Divana la recibió y leyó la carta.
Ian, Blue y Lena se quedaron mirando el rostro de Divana vieron cómo sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas y como estas descienden por sus mejillas, levantó la mirada y notaron en sus ojos el miedo, ella solo lloraba a montones y no sabían qué hacer, parecía perdida, sumergida en un trance...
DIVANA
Empecé a leerla, pero de un momento a otro mis recuerdos hacen clic en mi memoria, siento como el dolor de cabeza hace estragos, toco mi pecho con el leve indicio de un dolor lastimero, mi garganta pica y solo al leer las primeras líneas todo pensamiento devastador envuelto en las situaciones del pasado hace de mí una cascada interminable de sentimientos.
LO SIENTO
Es estúpido que digan: Todo pasa por algo, son solo palabras que lastiman más mi soledad, que me lastiman sin control, lo siento chicas, pero ya no puedo más, el miedo y la impotencia por no salvar a Erick ha dejado un quebradizo corazón difícil de reparar. Es toda mi culpa, solo mi culpa todo lo que pasó, no lo quería así, pero es lo mejor, los quiero, las quiero no puedo negar que las extrañaré, pero es hora de dejar este mundo que a pesar de las buenas y malas personas que habitan a mi alrededor, han abastecido mis sentimientos y mi corazón...
¿Saben? Me dolió mucho cuando Gael me dijo que lo mató. Porque si, me dijo todo lo que hizo con el... Sólo entró a mi habitación y dijo como lo había hecho.
—Gatita, odio que me desobedezcan, te quería solo para mí. No quería a ese intruso en tu vida. ¿Sabes qué les pasa a las personas que se meten con lo que es mío? Exacto, que no viven para contarlo... — mis ojos se agrandaron con tal confesión, la forma cruel y despiadada con que decía aquellas palabras sucumben mi existencia — Ese chiquillo entrometido se buscó todo lo que le pasó, enfrentarse a mí es el peor error que pudo haber cometido. Pero bueno, creo que eso ahora no importa porque mejor no vienes aquí, gatita. — Eso sí que no, no quiero que me toque después de lo que ha hecho, es asqueroso — Vamos muñeca, ven aquí.
Gael al ver que no me movía, decidió agarrarme del cabello y levantarme de allí, se acercó a la cama y comenzó a desgarrar mi ropa, las lágrimas recorrían mis mejillas sin permiso... Al verme desnuda decidió mirar mi cuerpo sin ningún escrúpulo, yo solo quería cubrirme. Él, al notar lo que quería hacer decidió amarrar mis manos detrás de mi espalda, comenzó a quitarse la ropa, decidió entrar en mi sin ningún pudor, el dolor que sentí hizo las lágrimas descendieron con más rapidez por mis mejillas...
Al rato se escuchaba su respiración agitada, solo salió de mí y se acostó a mi lado, diciendo "Si ves que si te puedes quedar quieta muñeca" ...
Se levantó, se vistió y se fue. Me dejó allí desnuda y amarrada, me sentí más sucia que nunca.
Al rato decidió volver y desatarme, después que hizo aquello me levanté rápido provocando un leve mareo, me recuperé y corrí al baño. El agua caía por mi cuerpo. Tomando el jabón y restregándome el cuerpo hasta quitarme lo sucia que estaba, una hora después salí y me vestí, y... Decidí escapar.
Todo sale mal, cuando no hay nada premeditado. Al salir de la cabaña escuche unos gritos, me dirigí detrás de la casa para saber que eran, allí encontré a Erick amarrado a un árbol y una hoguera cerca de él, agarré un balde y lo llene de agua para lanzarlo a las llamas. Era lo primero que debía hacer, al ver que éste no apaga decidí ir y desamarrarlo, saqué el cuchillo que agarré de la cocina antes de salir. Lo arrastré un poco hasta el auto que se encontraba en la entrada, Gael ni idea de él. Me sentí observada, subí la mirada y en el balcón se encontraba Gael con una sonrisa torcida y engreída... Entré al auto lo más rápido que pude, las malditas llaves no estaban y al mirar por la ventana lo vi agitando las llaves en su mano.
Erick en ese momento despertó un poco, me dijo cómo podría prender el carro, lo hice y Gael al ver y escuchar el rugir del motor se le quitó la sonrisa, decidió correr para alcanzarnos. Ahí fue cuando decidí acelerar lo que más podía y salir lo más rápido posible...
Íbamos en la carretera, bastante transitada. Cuando notamos un carro grande negro detrás de nosotros, al acelerar el otro carro también lo hacía...
******
El miedo borra todo lo premeditado
A las pocas horas lograron ver que Divana regresaba con ellos, se desvaneció de un momento a otro, de sus ojos seguía saliendo esas lágrimas de dolor, frustración, miedo y culpa...
—Yo lo maté— fueron las primeras palabras susurradas por Divana.
Recordar que paso después de aquel carro los seguía, solo hacía que la piel se erizara desmesuradamente, solo de pensarlo todo llegaba a su mente.
Su momento de desvanecimiento, no solo fue por el momento de aquella vez en la cabaña sino también de ver su pasado más claro que el agua...
—Yo lo maté— repetía de nuevo era lo único capaz de decir, por más que sus amigos trataron de traerla de vuelta, no lo lograron.
Ian colocó las manos en la barbilla de Divana suavemente, girando su rostro para que lo mirara, en ellos se veían tristeza y miedo por saber que lo que sintió fue verdadero y que todo su pasado se convirtió en un remolino, estaba sumergida en las cenizas del pasado
—No lo mataste, pequeña— Divana se perdió en la mirada tranquilizadora de Ian, no sabía si aquellas palabras eran ciertas o no. Porque todo lo que llego a recordar no lo veía así.
—Pero... Yo, tuve la culpa... Por mi culpa él murió.
Todos la miraban y no sabían qué hacer, eran palabras que no creían salir de los labios de Divana, ellos se acordaban perfectamente de todo.
—No lo hiciste— fue lo único que decían.
Eran palabras tan vacías que Divana alcanzaba a meditar, ella solo tenía una pregunta. Si no lo mató... ¿Entonces, ¿dónde estaba Erick? Una pregunta que quería formular, pero que no sabía porque no era capaz de pronunciar.
—Haber hermosa, dinos qué fue lo que te tiene en ese estado... — una pregunta formulada por Lena aun sabiendo su respuesta
—Solo recuerdo que...
Una distracción es el peor error que puedes cometer y eso fue lo que hice, me distraje ocasionando un choque, primero contra el carro que quería adelantar y luego contra el árbol que estaba no muy lejos de la carretera...
Mi vista se estaba empezando a distorsionar, alguien me llamaba, pero no lograba saber quién y mucho menos identificar aquella voz. Solo me desvanecí...
No recuerda muy bien lo que pasó, de hecho, todo recuerdo desde ese momento está en blanco.
Ian,Blue y Lena se miraban entre si sabían perfectamente las preguntas e inquietudes que pasaban por la cabeza de su amiga, pero ellos en especial sabían contra que chocó Divana esa vez y que paso después de toda esa huida fallida...
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