Capitulo 7

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro


Itachi literalmente, quería saltarle encima a su tío. Desde que se sentaron con ellos, no hizo mas que coquetear descaradamente con Hinata y ella parecía no darse cuenta, sino todo lo contrario. La ojiperla, se mostraba amable y condescendiente con el Uchiha mayor y también con la dama que lo acompañaba, para Hinata, solo se trataba de un hombre amable y educado, en ningún momento le pareció que se tratara de algo más.

—Y díganme ¿ya son novios?—el rostro de Hinata se tornó en rojo por la pregunta, sin embargo, era normal que el azabache de cabello mas largo preguntara, dada la forma en que estaban cuando llegaron.

—P-por ahora, sólo nos estamos tratando—se apresuró a responder. Madara sonrió complacido, definitivamente esa chica le gustaba para su sobrino, no obstante, eso no le impedía negarse a ella en caso de resultar igual a las otras conquistas de Itachi ¿Quien era él, para resistir a una mujer hermosa cuando era ella quien se ofrecía voluntariamente? Un caballero, siempre procura mantener contentas a las damas y según Madara, él era un caballero.

—Te aseguró que lo seremos mas adelante, de eso puedes estar seguro—respondió Itachi, mirándolo directamente, con clara advertencia. Parecía haber escuchado sus pensamientos, lo cuál hizo que Madara sonriera aún más, pues veía al muchacho muy interesado en la joven, hasta se estaba mostrando territorial.

—Tienes suerte querida, ya quisiera yo, que Madara hablará así de mi—soltó la voluptuosa mujer que llegó con el azabache mayor—Mira que he estado tras él, mucho tiempo, pero no pasamos de sexo ocasional, cuando vengo de visita a Konoha—la ojiperla se sonrojó ante la descarada afirmación de Mei, como se había presentado con anterioridad. Itachi, no pudo evitar sonreír, cuando Madara se mostró molesto por lo dicho, mientras que la ojiperla parecía querer desaparecer de vergüenza—Aún así, créeme, es el mejor sexo, que he experimentado, ya te tocará comprobarlo, cuando este galán cumpla su parte. La mayoría de los Uchihas, son unos sementales—Hinata quiso pensar que la fémina estaba bromeando. Si, eso debía ser.

—No digas eso Mei ¿Que pensarán estos jóvenes de tus exageraciones? A ella le gusta bromear con esas cosas... pero no somos más que socios de negocios y nada más—Madara le envío una mirada de advertencia a la pelirroja, que la mujer ignoró deliberadamente.

—Parece que tu mesa ya está lista—repuso Itachi, pensando que se desharía de la molestia de Madara. A la ojiperla por su parte, le dio mucha pena la forma en que Itachi, estaba tratando a su amable tío y a la acompañante. Para ella, no tenía nada de malo continuar compartiendo la mesa.

—Ya veo... Quizás a la señorita Hyuga, le moleste nuestra intromisión—estaba por levantarse, junto a la pelirroja, cuando Hinata habló. Era claro, que la chica cayó en la trampa de Madara.

—Claro que no—se apresuró a decir—Por mi, pueden cenar con nosotros  y estoy segura que a Itachi también le dará gusto ¿no es así Itachi?—la sonrisa arrogante de Madara, le dejó en claro al mas joven, que había ganado y que logró arruinarle la noche, la cual pensó, sería una de las mejores.

La cena avanzó entre conversaciones por parte de Madara y su acompañante. Hinata reía de vez en cuando y en ocasiones, se apenaba por el comportamiento se Itachi. Ella no entendía porque estaba tan molesto y lo que más le preocupaba, era que se hubiera molestado con ella también, por sugerir que la pareja los acompañara, sin embargo, sus preocupaciones quedaron atrás, cuando el azabache, la tomó del brazo y se la llevó a bailar, apenas terminaron de cenar.

La música era lenta y el Uchiha la pegó a él, tanto como le fue posible. Hinata lo rodeó del cuello y en ningún momento sus perlas se separaron de las obsidianas del varón. Tanta fue la intimidad entre ambos, que los dos dejaron de escuchar los ruidos provenientes del lugar y solo escuchaban la música, mientas se movían lento y en completa armonía, como si, solo ellos estuvieran en la pista de baile.

Lentamente Itachi la beso y ella le correspondía fascinada. Continuaron bailando y cuando regresaron a la mesa, Itachi sonrió por la ausencia de los intrusos, los cuales se marcharon luego de pagar la cuenta. Lo hicieron cuando los más jóvenes, se levantaron a bailar.

Los dos salieron tomados de la manó y llegaron a donde ya los esperaba el coche del Uchiha—Gracias por esta noche Itachi... yo nunca antes tuve la oportunidad de algo ligeramente parecido a esto—declaró la morena sintiéndose especial ¿Y como no hacerlo con un hombre que parece el principe de los cuentos de hadas?

—Soy yo quien debe agradecer que aceptarás salir conmigo y espero que todas nuestras salidas sean iguales o mejores que esta—le dijo mientras conducía. Llegaron temprano a casa de Ino y el azabache bajo con ella. Hinata lo invito a pasar y él, aceptó la invitación. Quería estar mas tiempo con ella, sin que nadie llegara a interrumpir, como lo hizo el idiota de Madara en el restaurante.

Pronto los besos comenzaron a ser más osados y atrevidos, a tal grado que la ereccion del joven se manifestó vergonzosamente entre sus piernas. En el pasado la morena compartió momentos acalorados con Hidan, pero nunca como lo estaba haciendo con Itachi.

Sin saber como, ahora ella estaba recostada en el sofá, y el cuerpo masculino yacía arriba del suyo. El muchacho quería más, pero aún no estaba seguro que la chica quisiera y no quería asustarla, por ende, se tuvo que armar de todo el auto control para detenerse.

—Será mejor que me retire—anuncio el joven ayudándola a levantarse. No pudo evitar sonreír cuando la miró recomponiendo el vestido que se había levantado debido al ajetreo que compartieron. La chica se veía sonrojada y muy bella en ese estado. Lo único que quería era lanzarse sobre ella y despojarla de todas las prendas.

Se despidieron, quedando de llamarse mas tarde. Hinata se recargó en la puerta, tocándose los labios, al mismo tiempo que sonreía—Itachi—murmuro y con un suspiro, salió de su ensoñación para ir a la habitación y preparar todo lo que Shikamaru le pidió llevar a la agencia de Ino.

[...]

—¡Papa!—Ino y Neji despertaron con el llamado de Hana. La niña los veía sin entender, porque estaban en la misma cama. Lo bueno para ellos, era que las gruesas mantas cubrían la desnudez de ambos, de lo contrario, la situación hubiera sido peor—¿Porque durmieron juntos? Tu me dijiste que niños y niñas, no pueden dormir juntos, si no están casados.

—Hana... esto no es lo que parece—el mismo Neji se golpeó mentalmente cuando soltó la frase más usada una vez que te agarran con las manos en la masa—nosotros, no—la rubia lo interrumpió.

—Lo que pasa, es que yo no podía dormir, porque tenía miedo y tu padre me hizo el favor de acompañarme—la niña pareció asombrada—Jutsu, siempre duerme conmigo y anoche lo deje dormir contigo para que tu no tuvieras miedo—Hana se quedó en silencio sin dejar de verlos, era tan parecida a Neji, en cuanto al carácter, que era difícil conseguir engañarla.

—Ahh...¿Entonces mi papá sustituyó a Jutsu?—Ino asintió—lo sabia, mi padre es un súper héroe—grito feliz, al mismo tiempo que levantó los brazos. Neji dejó escapar el aire contenido en su pecho. El siempre imperturbable hombre, acostumbrado a tratar con la peores personas, dentro de los juzgados, no supo cómo responderle a una niña y se veía sonrojado.

—¿Que te parece si Jutsu y tu, nos esperan en la sala para ir a desayunar a donde tú quieras?—sugirió Ino y Hana de nueva cuenta se sintió feliz. Salió corriendo y sus pasos se escucharon bajando las escaleras.

—Gracias por eso—ambos se levantaron y comenzaron a vestirse con la poca ropa que dejaron en la habitación, ya que la mayoría quedó esparcida por todos lados—yo no hubiera podido explicar y ella parece tenerte confianza—así fue con su prima, era muy fácil para Hinata entenderse con Hana, en cambio a él, le resultaba complicado hacerlo debido a su seriedad.

—No tienes nada que agradecer, tu hija es encantadora y es mas fácil entendernos entre chicas—le dijo sonriendo y el Hyuga le planto un beso que la dejó con la respiración acelerada—y-yo, ire por el restó de la ropa, antes que Hana la encuentre y pregunte—Neji sonrió cuando la miró sonrojada, para después salir a toda prisa de la habitación.

Mas tarde, tal como lo sugirió Ino, los tres fueron a desayunar a un restaurante en el centro de la cuidad. Hana sonreía dibujando, mientras los adultos compartían miradas de complicidad. Tanto Neji, como Ino, se sentían plenos, era como si la presencia del otro, los llenara de algo que les faltaba y no se hubieran dado cuenta, que no lo tenían, hasta que estuvieron juntos.

...

Los siguientes días, fueron iguales. Apenas Neji terminaba sus labores y prácticamente corría hacia la rubia y ya rara vez, dormían separados, Hana, ya ni preguntaba, pues ella estaba totalmente convencida que su padre protegía a Ino de los monstruos nocturnos y mientras tanto, Jutsu dormía con ella.

El corazón de Ino se estrujaba, pensando que pronto tendría que regresar a Konoha. Hinata le contó en una llamada, que Sai la estuvo buscando y eso la molestó mucho, porque no entendía el descaro de su ex y tampoco tenía el tiempo de pensar en él.

Su preocupación, era que no quería dejar a Neji y a Hana, pero tampoco podía pedirle, que dejara todo por seguirla. Aunque ya lo había sugerido, ella no le volvió a escuchar nada sobre el tema y tampoco se atrevió a preguntarle a Hinata.

Neji por su parte, sentía que había encontrado a la mujer de su vida y no estaba dispuesto a dejarla ir. En el pasado creyó erróneamente que la madre de Hana, era su otra mitad, sin embargo, con el tiempo se dio cuenta que no era así y que lo único bueno que dejo esa relación, fue a su hija, a Hana, sólo por eso, no se podía arrepentir de haberse enredado con ella. Sabía que el tiempo en que Ino se marcharía estaba por llegar y él, no se quedó con los brazos cruzados, no obstante, guardó silencio, no delataría sus planes, hasta no verlos concretados, a fin de cuentas, Hinata y Hana, también estarían felices con su decisión.



[...]

—Que bueno que llégate—le dijo Choji a la ojiperla, cuando ella se adentro en la empresa y la guiaron a ellos—te llevaré a la oficina de Kurenai—el joven la llevo hacia la oficina de la mencionada, quien era la encargada de la editorial.

—Buenos días Kurenai—saludo Choji—aquí está Hinata y como lo pidió Ino, la traje hasta usted—las féminas se saludaron y el chico las dejó a solas para que pudieran hablar.

—Antes que nada, debo felicitarte por tu increíbles novelas—Hinata se sonrojó por el cumplido—he leído todos tus libros y me parecen fascinantes...Ahora dime ¿tienes los apuntes de tus nuevos proyectos?

—Si, aquí los tengo—la ojiperla le mostró su trabajo, el ya concluido, como también el empezado.

—Me contaron que no cuentas con ninguna editorial y después de saber quien eres, quiero hacerte un ofrecimiento—Hinata guardó silencio mirando a la educada y amable mujer—¿Que te parece si nuestra editorial, se encarga de publicar tus futuros libros?—el corazón de Hinata latió eufórico. Eso significaba, que ya tenía una nueva editorial y por ende, le sería mas fácil vivir permanentemente en Konoha, de lo contrario, le sería muy complicado hacer todo por medio de videollamadas.

—Me parece muy bien... pero aun no lee mi libro ¿que pasa si no es de su agrado?—cuestiono sintiéndose insegura.

—¡Linda...! No seas modesta, tus libros son un éxito y tienen un gran potencial. Además tu última saga de la chica fantasma, tiene a todos los adolescentes pidiendo el próximo—Hinata sonrió complacida. No cabía duda, que Kurenai en verdad conocía su trabajo, pues la saga que mencionó, era parte de cuatro libros y estaba terminando el tercero.

Las dos acordaron todo y pronto llegó Asuma, con el papeleo donde se cerraba el contrato. Todas las cláusulas eran mucho mejores que las que tuvo en su anterior editorial y ni hablar de la paga. Kurenai le explicó, que una vez listo el libro, debía comenzar a dar entrevistas para promocionarlo y también debía acceder a autografiarlo, con las personas que lo compraran. Hinata estaba pasmada pues en la otra editorial, nunca le pidieron tal cosa, sólo publicaban el libro y le daban los pagos. Ahora le explicaban, que incluso se podían hacer películas o telenovelas con ellos y no sabía que pensar.

Sin querer pensarlo mucho, aceptó todo, ahora sólo le faltaba, hablarlo con Neji. No quería decepcionarlo, dado que su opinión era muy importante para ella. Quizás era hora de comenzar a mirar posibles propiedades para vivir permanentemente en Konoha. A pesar de lo robado por Hidan, tenía ahorros suficientes para dar el enganche de una casa. No podía costear una mansión como la de Ino, pero si podía adquirir una donde estuvieran los tres.

Sin proponérselo, sus pensamientos viajaron hacia Itachi. Sonrió pensando en lo que estaría haciendo en ese momento, sin embargo, no se atrevió a llamarlo para contarle sobre lo acontecido con sus libros. Lo último que pretendía era cometer los mismos errores que cometió en el pasado, creyendo que la persona a la que amaba, se interesaba en sus logros. Era mejor no hablar sobre lo que hacía, así no aburría a nadie.



[...]


Los empresarios Akatsukis, se disponían a llevar a cabo la junta del mes. Casi todos los miembros, ya se hallaban en la sala de juntas a excepción de dos, Itachi y Kisame, quienes arribaron minutos antes de comenzar, debido a un contratiempo con el auto de Kisame.

Los dos tomaron sus puestos siendo observados por los otros miembros, especialmente veían al Uchiha.

—¿Que tanto me miran?—pregunto con fastidio enfocando directamente a Sasori, el cual tenía un ojo morado y parecía haber estado en medio de una pelea—¿Que te pasó?—le cuestionó al pelirrojo.

—De todos los integrantes de Akatsuki, siempre te mire como el más decente y sensato—espetó Sasori—pero veo que me equivoqué—el Uchiha arqueo una ceja.

—¡Explícate!—exigió el azabache.

—¿Supongo que no sabes el motivo por el cual, Gaara se convirtió en un demonio y se lanzó sobre mí?—los murmullos y burlas de los otros varones, se comenzaron a escuchar.

—Supones bien... yo no se nada sobre tus conflictos con Gaara—si lo sabía, lo supo desde que mencionó lo primero, pero optó por fingir.

—Niega que usaste mi celular para llamar a las autoridades, acusando a Gaara de los disturbios el en prostíbulo— Itachi continuó sin mostrar expresiones—Me sorprendes Uchiha, no creí que también pudieras jugar sucio, para quitar a los rivales de tu camino—los otros miembros ya no se pudieron aguantar y comenzaron a reír. Había sido todo un suceso, ver a Gaara, siempre tan serio y tan correcto, llegar de pronto a donde Sasori y todos tomaban unos tragos. El Sabaku, tomó a Sasori del cuello y comenzó a darle golpes, sin inmutarse. El joven parecía poseído por el demonio.

Naruto llegó corriendo tras él, tratando de frenarlo. Nagato y Yahiko también intervinieron. Nadie entendía nada, hasta que Naruto explicó, que la llamada a las autoridades, fue realizada del celular de Sasori. Gaara pasó toda la noche arrestado por un error en el sistema de las computadoras y al salir, lo único que deseaba era desquitarse con el autor de la broma. Sasori trató de decir que no había sido él, quien realizó la llamada, pero nadie le creyó, especialmente, cuando culpó a Itachi.

—La verdad Sasori, sigo sin saber de que me hablas y creo firmemente, que debes de limitar la cantidad de series criminales que miras en el televisor—de nuevo, todos comenzaron a reír a costillas del pobre Sasori, quien además de ser golpeado, ahora era juzgado por los programas sobre crimen, que le gustaba ver, cuando tenía tiempo libre.

Kisame, veía discretamente a Itachi. Aunque nadie le creyó a Sasori, para él, fue claro que el pelirrojo, decía la verdad. Su mejor amigo había hecho algo fuera de lo común y todo por ganarse la atención de la chica de ojos color luna.

[...]

—¡Neji...! Debo decirte algo—la ojiperla conectó la videollamada desde su computadora. Debía decirle a su primo sobre el contrato que firmó y también sobre mudarse a Konoha.

—Tía Hina que gustó verte—Hana también se acercó a saludar y el corazón de Hinata se alegró, con solo verla. La echaba mucho de menos. Hablaron por unos minutos, hasta que la niña, se marchó y fue entonces, que Neji se colocó para mirar a su prima.

—¿Que sucede? Te vez nerviosa—nadie la conocía mejor que él.

—Después de terminar como terminé con Hidan, renuncié a la editorial donde publicaron mis libros, así que, me quedé sin un sitio para hacerlo—el castaño asintió, pues eso ya lo sabía—El punto es, que la agencia de Ino, cuenta con una editorial y hoy firmé un contrato con ellos ¿Sabes lo que significa?—Neji afirmó y dio un suspiro—Quiero comenzar a mirar propiedades, para comprar una y así también ustedes vengan aquí conmigo... no quiero forzarte a nada, pero de verdad, me haría muy feliz, que también ustedes, se muden aquí—concluyó con miedo a la respuesta de su primo.

—No creó que sea buena idea—el corazón de la ojiperla se oprimió al escuchar a Neji decir eso—¿Como crees que te dejaré comprar tu sola una propiedad? ¿En que papel quedó yo? Lo único que te puedo permitir, es que seas tu, quien busque un buen lugar—Hinata se tapó la boca para no gritar de alegría. El castaño le contó sus planes y lo mucho que ya tenía encaminado, respecto a su traslado. También le confesó, acerca de su acercamiento con Ino y las ganas que Hinata tenía de conocerla en persona, sólo aumentaron.

Estaba tan agradecida con ella, por todas las cosas buenas que estaban ocurriendo en su vida. Nada hubiera sido posible, si la rubia no aparecía en su camino y por lo dicho de Neji, pudo comprobar, que no solo su vida mejoró, sino también la de su primo y la de Hana.

[...]


Itachi terminaba de realizar sus labores en las empresas Uchihas. Quería terminar lo mas rápido posible, ya que desde la cena con Hinata, no la había visto, solo se llamaron por teléfono. Llevaba un día sin verla y ya quería correr a su encuentro, aunque no hubieran planeado nada, para salir algún sitio, no le importaba, porque simplemente quería verla. Ella era muy hermética y casi no le contaba nada sobre su día. La ojiperla preferiría escuchar que hablar.

Él se había estado comportando de manera algo diferente a lo que siempre hacía y todo lo estaba haciendo por ella. Como el incidente de Sasori... no pudo evitar reír cuando lo recordó. No podía negar que sintió un poco de pena por su amigo, pero si tenía que hacerlo de nuevo para conseguir la atención de Hinata, lo haría sin pensarlo.

—Al parecer, se esta haciendo costumbre, mirarte sonriendo solo—Itachi de inmediato fulminó con la mirada al intruso y se encontró con Madara y con Shisui.

—Y a ti se te está haciendo costumbre, entrar en mi oficina sin tocar—Madara sonrió, por la molestia de su sobrino.

—No es mi culpa... tu puerta estaba abierta—se defendió el mayor, mientras que Shisui, se dedica escuchar.

—Como sea, ahora dime ¿que necesitas?—cuestiono y movió la mano para indicarles que se sentarán. Shisui se dispuso a mostrarle los documentos que debía firmar. Izuna y Sasuke, ya lo habían hecho, sólo faltaban Itachi y Madara, debida eso, el mas joven le pidió a Madara reunirse en la oficina del sobrino.

Firmaron lo mas rápido posible y Shisui se marchó, pero Madara se quedó parado en la puerta.

—Me dejaste sorprendido por lo adelantado que estas con la Hyuga—soltó sabiendo que molestaría al chico. Itachi sintió una molestia en el pecho. No le gustaba recordar el motivo por el cual su tío le decía eso y nadie más que él mismo tenía la culpa de todo, por orgulloso y por prestarse a los juegos retorcidos que estuvieron jugando.

—No veo el motivo de tu sorpresa, sabes de sobra que nadie se resiste a mi—replicó, con la intención de dar por terminado el tema.

—La forma en que marcaste tu terreno, dejó mucho que desear... Ten cuidado Itachi, no vayas a terminar como cazador, cazado—sin decir nada más, Madara se retiró dejando al muchacho a solas.

—Cazador cazado, hmph idiota—soltó a la nada pues el mayor, ya se había marchado y nadie lo escuchó.

Terminó con todas sus labores y salió lo mas rápido que pudo. Llegó a una florería y compro un hermoso arreglo con flores rojas, el cual le recordaba las adorables mejillas de Hinata. De nuevo en su auto, condujo hasta llegar a casa de Ino. Quería sorprenderla, pero como le había estado sucediendo desde que la conoció, el sorprendió fue él.

[...]

La ojiperla se dispuso a buscar una casa, luego de la aprobación de Neji, debía darse prisa. Evaluó todas las propiedades disponibles en la computadora. Debía tener espacio suficiente para los tres, también la quería con jardín, donde pudiera tener muchas flores y un lugar de juegos para Hana y lo mas importante, debía estar cerca de las escuelas, donde asistiría la niña. Luego de muchas opciones, encontró una que parecía adaptarse a sus necesidades. Llamó al número que se encontraba en la pagina y quedó de reunirse con la persona encargada. La secretaria del agente le indicó la hora y se apresuró a llamar un taxi, para no llegar tarde si se perdía.

Cuando el taxi la dejó frente a la casa, se quedó encantada. Todo era mas bonito en persona, ya que las fotos, no le hacían honor al lugar. Un auto rojo ya se encontraba ahí y se sorprendió cuando el conductor bajo de él.

—Nos volvemos a encontrar—la joven le sonrió.

—¡Gaara!—se saludaron y el pelirrojo, la guió hasta la reja con candado para colocar la combinación. Los dos entraron y se dirigieron a la bonita puerta de madera oscura. Gaara realizó el mismo procedimiento, haciéndose a un lado, para que ella fuera la primera en entrar—Es perfecta—sonrió deslumbrada. La casa era muy bonita. Los pisos de cerámica en color claro, contrastaban con la oscura madera de la chimenea de la sala, la cocina estaba equipada con muchos gabinetes, era muy grande, justo como a ella le gustaba.

—La propiedad cuenta con tres habitaciones grandes en el piso de arriba, cada una con su baño, también tiene un estudio con un pequeño balcón que da hacia el jardín—la morena imagino todo su material para escribir, en el estudio—abajo hay dos habitaciones un poco más pequeñas, y también cuentan con baño. El jardín trasero tiene un un porche y un patio muy grande—Gaara la condujo por todos los rincones de la casa. Él era dueño de la empresa inmobiliaria mas grande de Konoha y la casa que le mostraba, era parte de ella—Si no logra ser de tu agrado, tengo otras casas que pueden gustarte—miró a la Hyuga, mientras ella seguía abriendo los dormitorios.

—No será necesario, esta me gusta y estoy segura que a mi familia también le gustará—los dos salieron hablando sobre los detalles para adquirir la casa. Cuando terminaron, comenzaron hablando de otras cosas y fue cuando Gaara se animó a decir lo que sucedió durante la fiesta de Naruto.

—Quiero disculparme por la mala impresión que te cause la otra noche—ella negó con la cabeza.

—No tienes nada de que disculparte, y nadie debe juzgarte—repuso la ojiperla para que no se sintiera obligado a darle explicaciones, después de todo, era su vida y de nadie más.

—Créeme, no tendría problemas en admitir que si lo hice, pero no fue así y no entiendo porque uno de mis conocidos me jugó esa broma—ella lo escuchó y se quedó sorprendida ¿Quien podía ser tan infantil para hacerle algo así? Debía de tratarse de una persona a la que le faltó divertirse en su niñez.

—Gracias por todo y nos veremos en tu oficina pasado mañana—ella le tendió la mano cerrando el trato y él la imitó.

—¿Viniste en taxi?—la joven asistió—En ese caso, permíteme llevarte a donde te quedas, después de todo, debo dejar unas cosas de Naruto—Hinata acepto y se subió con Gaara. Aunque era la segunda vez que lo veía, el chico le causó muy buena impresión.

Llagaron a casa de Ino y Gaara se apresuró para abrir la puerta y ayudar a bajar a la chica.

—Buenas tardes—Hinata y Gaara voltearon hacia la persona que saludó. El pelirrojo aún sostenía la manó de la Hyuga, mientras que Itachi apretaba los puños intentando contenerse.

—¿Como estas Itachi?—Gaara soltó la mano de la joven y miró el arreglo floral que estrujaba la mano del Uchiha.

—¡Hola!—ella le sonrió y se sonrojó al verlo con las flores. Debido a los nervios que le producía verlo, no se dio cuenta de la incómoda situación, hasta que el Uchiha, la rodeó de la cintura.

—Creó que yo me retiro—anunció Gaara sosteniendo la mirada del azabache—te veré en mi oficina Hinata.

—Ahí estaré y de nuevo, gracias por todo Gaara—el pelirrojo se despidió, dejándolos a solas.

—¿Saliste con Gaara?—le preguntó girándola para que lo mirara.

—No, el solo me trajo, luego de encontrarnos por casualidad—evitó decir acerca de la casa, pues quería hacerlo cuando cerrará el trato.

—Pero se verán en su oficina—Hinata se quedó sin palabras por un momento y cuando quiso responder, el celular de Itachi la interrumpió. El Uchiha respondió y ella se retiró unos pasos, dándole privacidad, aunque no pudo evitar escuchar la voz de una mujer, llamándole "mi amor" sin decir nada, lo dejo y ella entró en la casa. No tenía derecho a molestarse, dado que ellos no eran nada, simplemente se estaban conociendo y eso no creaba un vínculo, o al menos, trató de convencerse a si misma, de que así era.


Continuara.

Siento haber demorado tanto en actualizar, pero trataré de hacerlo mas seguido. Me disculpo por los errores de ortografía, luego los corregiré 🥰💕

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