Capitulo 6

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Hana y Neji, visitaron a Ino, tal como lo habían dicho y todo, para que Hana conociera Jutsu. La niña, quedó encantada con el gato, que pasó toda la tarde jugando con el, mientras su padre conversaba con Ino.

La rubia no era buena, en la cocina y Neji tampoco poseía gran experiencia, pero aún así, intentaron improvisar entre ambos. El castaño sabía dónde estaban todas las sartenes de su prima y la rubia, colocó todo lo necesario para cocinar ramen. Ella podía editar comerciales, arreglar escenarios, entrevistar celebridades y memorizar contratos, sin embargo, a la hora de entrar a la cocina, solo sabía hacer batidos, con cereales y frutos, después de todo, la mayor parte del tiempo siempre andaba a las carreras.

Neji por su lado, nunca fue bueno, porque era Hinata, quien cocinaba mejor que nadie y cuando ella se marchó a vivir sola, continuó con la cocinera.

—Buscaré las instrucciones en YouTube—sugirió Ino, colocando la computadora en la encimera, para que los dos pudieran mirar.

—Tienes razón allí debe haber instrucciones, aunque estoy seguro, que Hina tiene un libro de recetas en algún lugar—añadió Neji, entregándole un delantal a la Yamanaka y sacando uno para el.  Ambos habían acordado tutearse y la química entre ellos, era muy grande. Los dos se atraían físicamente, pero aún no pasaban, mas que de sutiles roces de manos, aunque esa tarde, todo se volvía más íntimo. Se aceraban mucho, cuando veían la pantalla de la computadora, también al acercarse a la estufa. Reían mucho con las conversaciones y también cuando cayeron en cuenta, que tendrían que colocar comida congelada en el horno, ya que el ramen, simplemente, no se dio.

Poco después de cenar, Hana se quedó dormida, en la misma habitación, donde dormía, cuando visitaba a Hinata. El gato, se quedó con ella y los mayores se fueron a la sala, para continuar con la conversación.

—¿A que te dedicas en Konoha?—pregunto Neji, cuando ambos se bebían un vaso de whiskey.

—¡Bueno! Me dedico a la publicidad, soy parte de una agencia publicitaria, que se dedica a realizar comerciales, programas en vivo, y también telenovelas o películas independientes. Cuento con un gran equipo, y la esposa de uno de ellos también trabaja con nosotros y es la encargada de la editorial, para los libros—Neji no mostró asombro, pero por dentro estaba muy sorprendido con la chica y lo mucho que hacía. Su prima, ya le había mencionado lo exitosa que era Ino, en toda la extensión de la palabra, pero su personalidad sencilla no mostraba, que fuera una persona presumida ni arrogante.

—Estoy frente a una dama muy exitosa—afirmó Neji, mirándole directamente a los ojos, lo que logró sonrojar a la rubia, lo cual, no era fácil, sin embargo, desde que conoció al castaño, sus emociones estaban a flor de piel.

—S-si, bueno... No lo hubiera hecho de no ser por las exitosas y confiables, personas, que están a mi lado, trabajando a la par conmigo—se sorprendió por estar tartamudeando ¿Pero que encantó tenia ese hombre, que la ponía en ese estado? Lo único que debía hacer, era clavar esas hermosas orbes en las suyas, para que las piernas se le convirtieran en gelatina, incluyendo su modo de pensar.

—Además de exitosa, modesta—Neji se puso de pie y relleno los vasos para continuar hablando, mientras disfrutaba de los gestos tan únicos de esa hermosa mujer.

—Y que hay de ti... ¿A que te dedicas?—finalmente la rubia se animó a preguntar.

El Hyuga le entregó el vaso y se sentó de nuevo para responder—Soy fiscal—respondió, sin mayor importancia.

—¿En serio? ¿Trabajas en los juzgados como fiscal?—la rubia, estaba realmente impresionada. Con el porte de Neji, pensó que era banquero, quizás un CEO en mercadeo, o un gerente de hotel, pero nunca le paso por la cabeza, que trabajara en algo tan serio. Aunque si lo veía detenidamente, Neji, si tenía el porte, para ser fiscal y con más años, podría incluso ser juez.

—Así es—le respondió con una muy pequeña sonrisa—mi trabajo es en los juzgados—durante toda su vida, Ino, se encontró con diferentes hombres, aunque al único que dejó entrar a su vida, fue a Sai. Vivieron manteniendo su relación con altas y bajas, sin embargo, ella nunca lo admiró, en ninguna ocasión, sintió que lo veía con estrellas en sus ojos. Eso, le estaba pasando con el castaño frente a ella. El tipo era simplemente perfecto. Neji, estaba logrando, lo que ningún otro logró y a ella, definitivamente le gustó la sensación.

—¿Nunca has pensado en ejercer en otro lugar?—se arrepintió de preguntar, apenas los orbes perlados se clavaron en los suyos, al mismo tiempo que una sonrisa derrite corazones, se estampó en el perfecto rostro masculino.

—Te confieso que en el pasado, no me pasó esa idea por la cabeza, pero luego de hablar con Hinata estos días desde que se fue, la idea me ha estado pareciendo muy tentadora, ya que ella asegura estar fascinada con tu cuidad—no mentía y en verdad se había estado planteando la idea, mas aun, cuando veía a su prima sonreír por las videollamadas. Hinata nunca se había visto tan entusiasmada y la ruptura con ese imbecil, la puso peor. Quizás si le planteaba la idea de mudarse a Konoha, ella estaría de acuerdo, después de todo, sus padres pertenecieron a Konoha y a ellos tres, ya nada los unía al lugar donde estaban, sólo eran ellos tres y a donde fueran, así mismo sería.

—¿Lo dices en serio?—la rubia sonrió y se puso de pie emocionada. No sólo por continuar mirando a Neji y a Hana, sino también por contar con toda la creatividad de Hinata, para sus futuros proyectos. El día anterior habló con Shikamaru, para que la citaran y le propusieran ser ellos, quienes editaran sus próximos libros.

—Me llevaría algún tiempo y también consultarlo con Hinata, pero si... hablo en serio—Ino, se lanzó a sus brazos movida por el alcohol y la increíble atracción física, que sentía con ese hombre, pero luego se mostró avergonzada, cuando se dio cuenta de lo impulsiva que se estaba viendo.

—Lo siento... no era mi intención—Neji frunció el ceño y lentamente levantó la barbilla de la rubia con sus dedos, para que lo mirara.

—Yo no lo siento y tampoco me disculpare por esto—sin rodeos, la besó en los labios. El beso comenzó lento, para después ir subiendo de intensidad. A toda prisa caminaron hacia la habitación que ocupaba la rubia, mientras las prendas iban sobrando, dejando un reguero por donde pasaron.

Esa noche ambos se entregaron a la pasión que los había estado consumiendo. Neji fue lento y preciso, al momento de incitarla. Con cuidado, bajo a la intimidad de la rubia y disfruto escucharla gimiendo por lo que le hacía, sin embargo, cuando la hizo llegar al primer orgasmo, ella lo sorprendió, devolviendo su trato y la imagen de esa hermosa mujer, arrodillada mientras se introdujo su hombría en esa sensual boca, fue los más sensual que hubiera visto en mucho tiempo. Ino era una mujer increíble y de no ser por su gran fuerza de voluntad, se hubiese venido dentro de la cavidad bucal femenina y no era eso, lo que deseaba, al menos no todavía.

La ayudó a levantarse y cayeron sobre la cama, donde sin más demora, la envistió. Un gemido de satisfacción y dolor, se escapó de la Yamanaka. Después de tanto tiempo sin mantener relaciones, fue un poco doloroso, pero a la vez increíble, Neji sabía muy bien cómo tratar a una mujer, debía tener cuidado o terminaría enamorada hasta la médula de el, o quizás se negaba a pensar, que por el poco tiempo de conocerlo, ya estaba loca por el.

Cuando terminaron, Neji la atrajo hacía él, de una manera tan tierna, que dejó a Ino, más embobada por el comportamiento del caballero Hyuga. Esa noche durmieron juntos con una sonrisa en los labios y por primera vez, desde que llegó a vivir en ese lugar, Ino, no pasó frío durante la noche.


[...]

El celular de Itachi, no había dejado de sonar durante toda la noche. Lo puso en silencio mientras estaba con Hinata, pero era muy molesto mirar que la persona no pensaba desistir. Decidió ignorarlo y se dedicó a prestarle atención a la chica sentada en el asiento del pasajero. Ella permaneció ajena a toda la incomodidad que se formaba en el, por la insistencia de Izumi.

La ojiperla, en ningún momento se disgustó cuando mostraba atención a su celular. La mayoría de las chicas con las que salió, pretendían obtener su atención al cien por ciento, incluso se molestaban cuando su madre lo llamaba para algo importante.

Cuando llegaron a casa de Ino, aún había personas embriagándose en la fiesta de Naruto, pero ellos dos ya no estaban interesados en dicha fiesta. Itachi bajo y con rapidez fue al lado donde estaba la morena, para ayudarla a bajar, no perdería la oportunidad de tocarla de nuevo, siempre que la situación lo permitiera, eso le bastaba por el momento, ya que, su verdadera intención era besarla, besarla apasionadamente.

—Gracias por todo—le agradeció la sonrojada chica, ante la caballerosidad, del guapo Uchiha.

—Por el contrario... gracias por aceptar mis invitaciones, me siento muy cómodo en con su compañía—soltó sin inmutarse por lo que reveló, mientras que ella sintió que le movieron el piso—y antes de marcharme ¿que le párese si intercambiamos nuestros números telefónicos? Así sera más fácil comunicarnos—se quedó mirándola hacia abajo por la diferencia de altura. La Hyuga estuvo de acuerdo y antes de ponerla más nerviosa, Itachi se inclinó, despidiéndose de ella, con un beso en la mejilla.

El Uchiha se dirigió a su auto, con una sonrisa auténtica, por haber podido sentir la suave piel del rostro femenino con sus labios. El aroma de Hinata lo embriago por completo y se retiró rápido, para no besarla en los labios. Apenas puso el auto en marcha y se iluminó de nuevo la pantalla del celular, anunciando la llamada entrante de Izumi.

Llegó a su hogar y se dirigió hacia su habitación, debía poner fin a esa extraña relación, Izumi ya tenía tiempo de estarlo ahogando. Deslizó la pantalla del celular, cuando ya se encontraba acostado en su cama y quedó perplejo con la gran cantidad de textos, que incluidos a las llamadas era algo exagerado. Suspiro cansado y se dispuso a regresar la llamada.

¡Hitachi!—la chica respondió de inmediato, como si hubiera tenido el celular en la mano en espera de esa llamada.

¿Que pasa Izumi? Tengo muchas llamadas y mensajes tuyos ¿Te encuentras bien?—pregunto sin mucho interés, pues de sobra sabía que no le sucedía nada malo.

Creí que saldríamos hoy y me quedé esperando por ti durante toda la noche... ademas, me enteré que Naruto tuvo una fiesta—el Uchiha puso los ojos en blanco. Ese era el principal motivo, por el cual debía terminar con esa extraña relación, pues aunque no eran novios, ella se comportaba como una novia celosa y muy posesiva.

Creó que debemos hablar en persona sobre esto—afirmó guardando la compostura, como lo hacía siempre.

¿A que te refieres? ¿De que debemos hablen persona?—de inmediato se escuchó la voz llena de pánico al otro lado de la linea, pero no pensaba dar marcha atrás, no la amaba y lo mejor era dejarle claro todo, para que ella pudiera buscar a un buen hombre que de verdad la valorara.

Nos vemos en el café, cerca de tu casa... Estaré ahí a las ocho, no faltes—el azabache no espero respuesta, simplemente colgó la llamada, aunque escuchó argumentos de la chica, no se tomo el tiempo de escucharlos. Estaba todavía eufórico, con la cercanía de Hinata, que no quiso estropear el sentimiento, con los berrinches de Izumi.

No era muy tarde, por lo que su hermano aún no regresaba y sus padres habían salido y no regresaban hasta el Lunes, así que sin ningún ruido y con una pequeña sonrisa, lentamente se fue quedando dormido. No está seguro si soñaba o si en realidad escuchaba el timbre de la puerta. En segundos quedó sentado en su cama, comprobando que no soñaba, el timbre en realidad sonaba y de forma muy insistente.

Molesto y al mismo tiempo preocupado se levantó para bajar hasta la entrada principal y ver quien tocaba con tanta insistencia. Cuando finalmente pudo abrir, se sorprendió con la persona que esperaba—¡Izumi!—la chica se lanzó a sus brazos en forma desesperada. Itachi supuso que algo grabe le había sucedido a su familia—¿Que pasa? ¿Porque estás así?

—No quiero esperar a mañana, no quiero estar lejos de ti Itachi—le dijo llorando, mientras el azabache tomaba aire para hacer lo que debió hacer hacía mucho tiempo atrás.

—Hablemos de una vez... ven conmigo, te daré algo de beber—la condujo a la sala de estar y le sirvió un trago—Izumi, creó que ya es tiempo de separarnos y de que cada uno, continuemos con nuestras vidas, en el camino que mas nos haga mas felices.

—Mi camino a la felicidad eres tu, ya deberías saberlo—ella no podía creer, que las cosas hubieran llegado a ese punto, aunque tenía mucho tiempo de no salir con el, en sus planes siempre estaban juntos desde que comenzaron con su relación.

—Desde que empezamos a salir, yo fui muy claro contigo y tú estuviste de acuerdo—el joven suspiro fastidiado, realmente odiaba terminar las relaciones con las chicas que no querían perder—Recuerda que acordamos estar juntos hasta que uno de los dos, decidiera que ya era el momento de terminar por lo sano, después de todo, no somos novios, solo nos divertíamos juntos.

—No lo puedo creer—soltó la chica sonriendo con sarcasmo—Se trata de otra mujer ¿no es cierto?—Itachi frunció el ceño y se mantuvo en silencio—¿Desde cuando?—el azabache continuó sin responder, no tenía porqué dar explicaciones.

—Los motivos son lo de menos, la realidad es que esto ya no funciona y como ya dije, es mejor terminar por lo sano—repito tratando de hacerla entender.

—¿Quién es ella? ¿La conozco?—la situación se estaba tornando molesta para Itachi, ya que la chica, no estaba entendiendo y al parecer, no se quería rendir.

—¿Viniste en tu auto?—cuestiono sin tomarse el tiempo de responder, las preguntas que hizo ella.

—Me trajo un taxi, pero no me has respondido lo que te pregunte—Izumi estaba muy molesta por la falta de empatía que mostraba Itachi, ella pensó, que al  aparecer en su casa, fingiendo estar triste y muy afectada, Itachi caería en su juego, como ya lo había hecho, en ocasiones anteriores, pero ahora nada parecía surtir efecto.

—Vamos... te llevaré a tu casa—el Uchiha no espero respuesta y la condujo a su auto para asegurarse que llegará y a la vez, poder terminar con esa situación de una buena vez.

Durante todo el trayecto, la fémina fingía ir llorando, lo cual no ablandó en lo absoluto al conductor. Al llegar, le abrió la puerta y en medio de reclamos y gritos de amenazas, la dejó sola en la puerta de su casa y se marchó a la suya.

Ahora ya podía dedicarse completamente a Hinata, sin temor que Izumi formará un escándalo, después de todo, esa relación se había terminado, desde antes de la llegada de la chica de ojos bonitos. Los mas bonitos y atrayentes que hubiera visto.


[...]

El día siguiente, Hinata preparó el desayuno para los empleados y salió al jardín para continuar escribiendo una de sus novelas próximas a terminar. Aún no contaba con una editorial, para que se encargara de su libro, pero de todos modos pretendía terminarlo rápido, ya que más ideas surgieron en su cabeza desde que llegó a Konoha y quería aprovechar al máximo.

Shikamaru le llamó para decirle que la querían ver al día siguiente en la agencia de Ino y le pidió que llevara los apuntes sobre sus libros no publicados. No tenía idea que debían tratar con ella, pero estaba contenta de ir, porque así, podía llegar un rato al parque donde la llevó Itachi. Suspiro y sonrió al recordar al caballeroso moreno de hipnóticos ojos negros. La había invitado a cenar, para conocerla mejor. No podía negar que esa invitación, la hizo sentir alagada, pero también se sentía insegura y ese sentimiento se lo debía al desengaño que sufrió con Hidan.

Continuó escribiendo y sin querer giró su rostro hacia la casa de Naruto, recordando todo lo sucedido con el joven pelirojo, de nombre Gaara. Le había caído muy bien y parecía ser una persona respetuosa y algo serio, por ese motivo le desconcertó que los oficiales lo estuvieran buscando por ocasionar problemas en el lugar que mencionó Naruto. Tampoco podía juzgarlo, esa era su vida privada y él era el único que decidía que hacer con ella.

—¡Buenos días!—levanto el rostro de sus apuntes cuándo escuchó el saludo proveniente desde la entrada.

—Buenos días ¿en que puedo ayudarlo?—pregunto al joven de piel pálida y cabello negro.

—Mi nombre es Sai y estoy buscando a Ino... me dijeron que salió de viaje y que tú estás aquí en su lugar—la ojiperla asintió—No te quitaré mucho tiempo, sólo quiero saber el lugar donde se encuentra—sonrió en espera de una respuesta. Estaba desesperado por saber donde podía localizar a Ino, debían hablar, aclarar la situación, no podían echar por la borda, todo el tiempo que estuvieron juntos.

—Hinata Hyuga, para servirle—saludo al joven, pero no sabía si era correcto revelar la ubicación de Ino, quizás a ella no le gustaría que lo hiciera, ademas, de haber querido hablar con él, ella misma le mandaría la información—Siento decirle, que no puedo darle esa información a nadie... Ino, fue muy clara cuando me lo pidió, pero en cuanto se comunique conmigo, le haré saber sobre su visita—aclaró algo apenada.

—Entiendo, pero entiende también tu, Ino fue mi novia y me urge hablar con ella—Hinata se sintió más conforme de no haberle dado la información, ya que la misma Ino, le contó sobre el motivo de su partida y no creía que quisiera verlo.

—Lo siento, pero de verdad no puedo—Sai se marchó, sintiéndose derrotado, la chica no dio su brazo a torcer y no obtuvo lo que quería, pero quizás si la chica le contaba que la estaba buscando, se conmovería y le daba la oportunidad de hablar.

Hinata lo observó irse y llegó a la conclusión, de que la situación de Ino y la suya eran diferentes, ya que, el joven parecía genuinamente preocupado por ella, mientras que Hidan, la borró totalmente de su vida, era como si nunca hubiera existido. Quizás lo mejor era ya no regresar, pues si recordaba su vida en ese lugar, todo se veía igual que el paisaje, frío y gris. Todo lo contrario al lugar donde se encontraba ahora. Fue sólo un pensamiento, que tuvo días atrás, pero que mientras mas lo pensaba, mas le agradaba. Solo debía consultarlo con Neji, aunque ya los días anteriores, se lo insinuó, diciendo que a Hana, le encantaría y tal vez, sólo, tal vez, lo podía convencer de venirse con ella.

...

La noche llegó rápido y la ojiperla, se trataba de tranquilizar. Itachi, le había enviado un mensaje de texto, donde le decía que en quince minutos llegaría por ella, para ir a cenar.

Se puso un bonito y elegante vestido negro con detalles rojos en las mangas caídas y en el grueso cinturón que marcaba la pequeña cintura. La prenda se ajustaba perfectamente a su curvilínea figura, llegando abajo de la rodilla. Lo completo, con unas altas sandalias rojas, con fino tacón y correas que llegaban  arriba del tobillo. Se veía hermosa y elegante. No tenía idea de que lugar sería el elegido por Itachi, así que por ningún motivo quiso desentonar con él.

Faltaban diez minutos, cuando terminó y miró por última vez su aspecto en el espejo. Se aseguró de no mostrar mucho, puesto que el vestido parecía resaltar sus grandes atributos. Se dejó el cabello suelto y no se olvidó de usar la gargantilla de oro, a juego con los pendientes, que perteneció a su madre, era la primera vez, que la usaba, ya que nunca antes se vistió con ropa cómo esa.

La puerta sonó exactamente a la hora, que Itachi dijo que llegaría. La ojiperla tomó su bolso y se apresuró abrir, conteniendo los nervios, en gran parte por verlo y en otra parte por no estar vestida correctamente. En cuanto abrió, la sorpresa no pudo ser menor. Itachi vestía un traje negro a la medida, con la camisa roja. Era como si ambos se hubieran puesto de acuerdo para vestir los mismos colores.

Para Itachi, la imagen frente a él, lo dejó sin palabras. Hinata se veía preciosa y por segundos, que parecieron más largos de lo que en realidad fueron, se quedó mirándola, sin atinar a decir nada, hasta que fue ella, quien habló sacándolo de su letargo.

—¿Desea pasar?—esa pregunta, fue lo único que se le ocurrió decir, pues, ella también estaba nerviosa, pero cuando el azabache se quedó mirándola sin decir nada, se puso muy insegura y prefirió hablar.

—Se ve usted bellísima—le dijo al mismo tiempo que tomo su mano para darle un beso en ella, la joven se sonrojó a tal grado que pensó, se iba a desmayar.

—G-gracias, t-también usted se ve muy bien—simplemente se quedó pasmada, sin saber que más decir. Prácticamente su cuerpo parecía invertebrado dado que sentía las piernas flojas. Afortunadamente, el azabache le ofreció el brazo para que caminaran juntos hasta su auto. La forma de ser, que mostraba el azabache, dejaba a Hinata mas y más deslumbrada por él.

El Uchiha condujo por las transitadas avenidas, sin dejar de ver a su acompañante, cada vez que podía. No mintió cuando le dijo que se veía bellísima. Ella era la perfecta combinación de sensualidad y elegancia, incluyendo ese porte aristócrata el cuál mostraba en sus movimientos al caminar.

—Es aquí—declaró Itachi. Ambos bajaron, en un elegante restaurante de dos pisos. La ojiperla tuvo la certeza que se trataba de un lugar elegante, debido al joven que les ayudó a bajar y se quedó con las llaves del coche para llevarlo al estacionamiento.

Se adentraron en el restaurante y llegaron hasta donde estaba una joven. Luego de comprobar el nombre de Itachi, los condujo hacia las mesas. La Hyuga, trató de no mostrarse intimidada, pero le estaba costando mucho, ya que, el sitio era mucho más sofisticado de lo que imaginó, pero lo que mas lograba alterarla, eran las miradas, de la mayor parte de personas ahí dentro. Era como si ellos dos fueran un espectáculo y no podía ser ignorado.

Itachi la sintió tensarse mientras caminaban y le apretó la mano en señal de que todo estaba bien. Cuando finalmente llegaron a la mesa que el Uchiha había reservado, Hinata pudo apreciar por completo el entorno. El sitio contaba con unos músicos y también una pista de baile, donde ya se hallaban algunas parejas bailando. Los candeleros que colgaban en cada una de las mesas, eran de cristal, combinando con la decoración de cada una de ellas. Todas las personas, vestían como ellos y hasta los meseros lucían elegantes.

—Espero que le guste el lugar que elegí—abrió la silla para que ella se sentara y cuando se aseguró de que lo hiciera, también él, se sentó frente a la morena, aunque hubiera querido sentarse a su lado, para conseguir estar mas cerca el uno del otro.

—E-es muy elegante... nunca estuve en un lugar así—repuso todavía mirando los brillantes pisos.

—Le confieso, que disfruto mas la comida del pequeño restaurante al que fuimos anoche, pero quise traerla aquí, para que fuera yo quien se lo mostrará, como espero también ser yo, quien le muestre todos los otros—las orbes perladas lo miraron con incredulidad ¿Le acababa de insinuar que quería seguir saliendo a cenar con ella?

—Gracias por todo, es usted muy amable—agradeció la apenada joven.

—¿Que le parece si dejamos de tratarnos con tanta formalidad y nos tuteamos—ya se había cansado de no poder cruzar esa barrera de respeto entre ambos.

—Me parece bien, yo no tengo ningún problema, es solo que así nos educaron a Neji y a mí—respondió con la verdad.

—¡Bien Hinata! Entonces me llamarás sólo Itachi, como también yo lo haré contigo ¿estas de acuerdo?—se sintió tan bien dirigirse a ella de esa forma. Era como estar un paso, más cerca de ella.

—Estoy de acuerdo con ust contigo Itachi—aunque era muy pronto, también a ella le gustó quitar esa barrera de tanto respeto.

—¿Desean algo de beber?—ambos miraron hacia el mesero que esperaba la respuesta.

—¿Que se te antoja Hinata?—le dio prioridad a que ella eligiera primero.

—Un té frío de durazno, por favor—el mesero anotó y dirigió su atención hacia Itachi.

—Lo mismo para mí—el Uchiha se sorprendió con la petición de la chica, pues esa era una de sus bebidas favoritas, por lo dulce que era.

Pronto la interacción entre ambos fluyó al grado de ignorar a todos los clientes, enfrascándose solo en ellos dos. Hinata no se sentía relevada por la conversación del Uchiha, sino todo lo contrario, realmente todo lo que contaba era muy interesante.

Para Itachi, era muy agradable sentirla poniendo atención a todo lo que él, le decía. La joven no fingía interés, ella realmente se interesaba en la conversación.

—¡Hinata!—ella lo miró sonriendo—Como ya te había dicho, me siento muy bien estando a tu lado—tomo la pequeña manó de la joven y le dio un beso—me gustas Hinata, me gustas mucho y quiero estar cerca de ti, tanto como me lo permitas—el moreno se levantó de la silla en la que estaba, para sentarse en seguida de ella.

—T-también me agrada tu compañía—sonrió tartamudeando sin saber que decir. Itachi la tomo con la guardia baja y con alguien como él, no creía poder resistir con todo y su guardia alta. Cuando trató de decir algo mas, sus labios quedaron pegados a los labios masculinos y poco a poco fue cediendo al increíble beso. Se dejaron arrastrar en el torbellino de sensaciones, ignorando por completo al mundo exterior, en ese momento solo eran ellos dos, dentro de su imaginaria burbuja.

Itachi nunca antes había bajado la guardia, ni siquiera cuando mantenía relaciones sexuales y ahora se desconecto por completo con un beso, tanto, que no percibió la presencia indeseable de los intrusos parados frente a ellos.

—Buenas noches... que gusto ver, que ya se llevan bien—la ojiperla se separó de inmediato, con el rostro sonrojado, mientras que Itachi chasqueó la lengua, mostrando su disgusto por ser interrumpido—Estamos aquí en una cena de negocios y aún no tienen lista nuestra mesa ¿nos dejarían acompañarlos un momento?—frente a ellos se encontraba Madara, junto a una mujer pelirroja de grandes senos.

—Claro que si—Itachi no podía culpar a Hinata, por ser tan amable y no adivinar los verdaderos motivos tras la petición de su tío. Como era de esperarse, ella de inmediato acepto y Madara sonrió complacido burlándose de él. Sabía que estaba mintiendo, sólo quería arruinar su velada.

Una noche que parecía ser perfecta, ahora se veía en peligro, por culpa de su tío... Sería una larga noche.

Continuara.


Me disculpo por el retraso, como también por los errores de ortografía, más tarde los corregiré 💕😊

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