Capitulo 5

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Itachi llegó a su casa, luego de terminar el día en la oficina. Tenía una sonrisa en el rostro cuando entró, pues no había dejado de pensar en la chica de ojos bonitos, no pudo evitar, hacerlo, porque apenas estaciono y miro correr unas ardillas entre los árboles. Eso sin duda, lo transportó a la tarde que pasaron en el parque. Continuó con la sonrisa, pero esta, en seguida desapareció al escuchar a Sasuke refunfuñando por el celular y mencionando su nombre.

—¿Porque no le llamas tu dobe? Yo no soy el secretario de Itachi—soltó el Uchiha menor, ante el pedido de Naruto, de que invitara a su hermano y demás amigos a la fiesta en su casa.

—¡Vamos teme! No te cuesta nada hacerlo, ademas ya sabes que perdí el numero de Itachi, con todo y mi celular—el rubio sonreía nervioso, como si Sasuke lo pudiera ver.

—¡Tarado!—el azabache menor negó con la cabeza, esta era la cuarta vez, que Naruto estropeaba el celular y terminaba perdiendo todos los contactos. El suyo y el de Sakura, los sabía de memoria... para su desgracia, así que no tenían cómo escapar.

—¿Entonces lo harás?—pregunto de nuevo y Sasuke, bufo molesto.

—Aún no te digo, si yo iré—lo reto el Uchiha, tomándose el puente de la nariz.

—Tienes que venir, ya le di mi palabra a Hinata, la amiga de Ino—soltó despreocupado—Cuando la invite, trató de negarse por no conocer a nadie, pero le aseguré que también tú estarías aquí... así que no puedes fallar, porque ya se, que se conocen—Sasuke recordó a la chica y no pudo evitar pensar en la apuesta que hizo su hermano con su tío, aún le costaba creerlo.

—¿Molestaste a Hinata para que también ella fuera a tu fiesta?—escuchó una sonora carcajada del otro lado de la línea y se alejó el celular con molestia.

—Claro, Ino me encargo que la hiciera sentir cómoda y yo obedecí... además es muy linda—añadió el rubio

—Esta bien, pero será la última vez—amenazó en vano, ya que sabía a la perfección, que no sería la última vez, que su atolondrado mejor amigo, lo pusiera en una situación similar. La llamada termino y en ese momento, Sasuke notó la presencia de su hermano.

—Que bueno que llegas, Naruto me pidió que te invitara a su fiesta, dijo que también lleves a tus amigos—el menor evitó decir otra cosa, debido a que todavía no superaba lo que hizo su hermano.

—Trataré de ir—fue todo lo que dijo, evitando preguntar por Hinata. Escuchó a su hermano decir que también ella estaba invitada y aunque trato de mostrar indiferencia, no pudo evitar, que algo dentro de él, se alegrará, ante la idea de verla. Desde que pasó el día con ella, no hizo mas que querer repetirlo. Por otro lado, las fiestas que realizaban los amigos de su hermano, eran demasiado intensas y ruidosas, dudó mucho, que Hinata se sintiera cómoda, rodeada de todos esos tontos, eso sin olvidar, que probablemente, no se los quitaría de encima.

Se molestó con el mismo, por estar pensando así, sin embargo, no lo pudo evitar. Lo único bueno, era que el bastardo de Madara, no asistía a esa clase de fiestas, puesto que, sería nombrado ruco, o rabo verde.

Ahora se tenía que asegurar de mandar el mensaje a todos sus amigos de Akatsuki, de lo contrario, Naruto, formaría un escándalo, si no llegaba Nagato y los otros. Supuso que Obito ya debía saberlo y el encargarse de Shisui, como de Izuna.




[...]

Hinata se apresuró a estar lista para la hora que señaló Naruto. Recibió un mensaje de texto de Tenten, donde le informaba, que ellos pasarían por ella para llegar juntos, dado que Naruto se los pidió, para que no tuviera como negarse. Preparó galletas y dangos, para no sentirse tan fuera de lugar, ya que ella, no acostumbraba asistir a esa clase de festejos, de hecho, no recordaba nuca haber sido invitada a algo similar, siempre fueron fiestas más serias, como de trabajo o cuando asistía con Hana, a un cumpleaños de alguna compañerita de la escuela.

Termino con los postres y se dirigió a darse un baño. Otro detalle que le informó Tenten y no le hizo gracia, fue, que la casa de Naruto, también tenía una gran piscina y las fiestas del rubio siempre se realizaban en torno a esta. La castaña le pidió llevar su traje de baño por si lo llegaba a necesitar. Sin querer perder tiempo se colocó un lindo vestido color turquesa, abajo de la rodilla en corte suelto. La prenda se ajustaba al busto a la perfección y contaba con dos tirantes que se abrochaban tras el cuello, dejando los brazos y gran parte de la espalda al descubierto. También contaba con un cinturón blanco, remarcándole la pequeña cintura y optó por usar sandalias de piso también en color blanco.

Termino de aplicar un poco de maquillaje, solo en las pestañas y los labios, nada muy llamativo y levantado el cabello, en una coleta alta para que no le estorbara. Sólo esperaba estar a la altura de todos y no como le sucedía, cuando asistía a diferentes lugares con Hidan... ella siempre desentonaba por la anticuada forma de vestir. Seguramente, también a eso se debió el desamor de su ex novio. Comparada con Shion, ella parecía anciana.

Los ojos brillaron al contener el llanto y se deshizo de esos pensamientos, para no entristece, pensando en su deprimente pasado. Entre menos lo recordara, más rápido iría disminuyendo el dolor que le dejo ese hombre.

Apenas salió para esperar a Tenten, y se escuchó la fuerte música en donde dijo Naruto, que era su casa.

Los gritos de personas y aplausos, comenzaron a intimidarla ¿Que tal si no le agradaba a nadie? O por otro lado ¿Que pasaba si terminaba haciendo el ridiculo? Se estremeció con solo pensarlo, ella no era una persona de sacar conversación con quienes no conocía y lo más probable, era que Tenten y Rock Lee, no pudieran estar con ella durante toda la fiesta. Tendría que permanecer a solas por algunos ratos y ese pensamiento, le quitó poco a poco, la valentía que había logrado reunir, para asistir a la fiesta.

Estaba por mandarle un texto a Tenten, cuando llegó con Rock Lee.

—Estacionaremos aquí y nos iremos caminando—informó la castaña, sin daese cuenta de las intenciones que tuvo Hinata.

—Prepare unas galletas y unos dangos para llevar ¿creen que sea buena idea?—cuestionó temerosa.

—Ten por seguro, que es una excelente idea—aseguró el chico, quien insistió en llevar todo por el mismo, argumentando ser muy fuerte. Tenten rodó los ojos y le indicó a la Hyuga, que lo dejara, así ellas podían llegar más cómodas sin tener que esforzarse.

Los tres entraron por la puerta trasera que conducía al jardín, donde también se hallaba la alberca. Las mesas ya tenían a varías personas y algunos se lanzaban en el agua, mientras otros aplaudían. Hinata supuso, que eso era lo que escucho, antes de la llegada de los chicos.

Los tres, se abrieron paso entre las personas, hasta donde estaban las mesas con las bebidas y la comida. Naruto, conversaba con con dos atractivos hombres quienes cocinaban salchichas en un gran asador. Uno de ellos le recordó a los Uchihas, pues tenía el cabello y los ojos tan negros, como los cuatro que conoció y el otro, tenía el cabellos plateado. Este último, usaba una máscara en su rostro que cubría la boca. Por lo poco que se podía apreciar, el hombre era realmente apuesto y esa extraña mascara, lograba resaltarlo mas.

Naruto volteó de pronto y los encaró a los tres—¡Chicos! Que bueno que ya están aquí—se dirigió a los tres recién llegados—Me alegro que no me dejaras plantado—le dijo directamente a Hinata.

—Hinata preparó unas galletas y también dangos—anunció Tenten—Dile a Lee, donde ponerlos, antes que los tire al piso—el rubio le indicó la mesa y agradeció a la chica por el detalle.

—¡Miren!—llamo Naruto a quienes cocinaban—Ella es Hinata Hyuga—la sonrojada chica, saludo a los dos varones, luego se unió a ellos uno mas, también con el cabello y los ojos negros—Ellos son Obito, Izuna y Kakashi—los Uchiha supieron de inmediato, quien era la chica aun sin conocerla, debido a lo que pasó entre Itachi y Madara. Se saludaron entre todos y Tenten sugirió ir a una de las mesas, la Hyuga accedió complacida, pues ya no quería seguir llamando la atención.

La intención de la ojiperla de pasar desapercibida fallo por mucho, ya que en la mesa donde se sentaron, también llegaron más personas, tales como Shikamaru, Choji, un joven castaño con marcas rojas en las mejillas, que se presentó como Kiba y otro con lentes oscuros, llamado Shino.

Kiba le contó que el vivía en ese mismo sitio, pero mas al fondo y que su familia, se encargaba al entrenamiento y cría de perros, Shino, dijo vivir un poco más retirado, de ellos pero cerca de Sasuke. Todos parecían buenas personas, tal como le aseguró Ino y lo mejor de todo, era que se veían muy amigos entre si.

—Las galletas están deliciosas—afirmó Choji, quien apenas llego y se sirvió de todo, incluyendo los dangos y las galletas.

—Las hizo Hinata—se apresuró a declarar Lee. La Hyuga ya había hablado con Choji, así que no sintió mucha pena cuando el joven continuó adulando el exquisito sabor de estas.

—Miren ahí llego Gaara con sus hermanos—Tenten apuntó hacia la entrada del jardín y Shikamaru, se puso de pie para caminar hacia ellos. Más atrás Hinata pudo ver un rostro conocido. Era la misma chica pelirroja que trabajaba con los Uchiha y para su sorpresa, también ella la reconoció, pues le sonrió al levantar la mano para saludarla desde el lugar donde estaba Naruto.

En poco tiempo el jardín, ya estaba lleno de personas. Entre ellos una chica muy guapa de cabello rosado y por lo que se podía ver, parecía la novia de Naruto. También se hallaban Shisui y Sasuke, con unas mujeres.

Shikamaru, regresó a la mesa acompañado de una hermosa rubia con cuatro coletas y dos varones, uno de ellos con el cabello rojo, y ojos tan penetrantes que lo hacían realmente inquietante, pero a la misma vez atractivo. Su nombre era Gaara. El otro tenía cabello negro y su nombré era Kankuro, ambos dijeron ser hermanos de la rubia.

...

—Vamos Sakura, te presentaré con alguien—Naruto llego a la mesa donde estaba Hinata con todos los amigos de Tenten y de Rock Lee—Hinata, esta hermosa mujer, es Sakura, mi novia—la ojiperla también sé presentó y conversó un rato con la pareja acerca de Ino y de como le había parecido Konoha a la Hyuga. El rubio hizo una seña con la mano y la pelirroja también se acercó a ellos—A Karin ya la conociste, ella es mi prima—la chica se sentó también con ellos.

—Hora de ponerse los trajes de baño—gritó Shisui desde el otro lado del jardín y en minutos, muchas de las féminas, ya vestían escotados atuendos. Los hombres también se pusieron los shorts y la mayoría de ellos, se quito la camiseta, luciendo los dorsos. Para Hinata fue el momento exacto de escabullirse. Ella no pensaba entrar en esa alberca con tantas personas usando tan poca ropa, ademas no se sentía cómoda luciendo traje de baño, frente a todos, dado que el color de su piel era demasiado claro, por la poca exposición solar.

—Anda vamos a cambiarnos—sugirió Tenten y la ojiperla miro que también Karin se puso de pie para que las acompañará.

—Prefiero no hacerlo... yo bueno, yo... estoy en mis días—les dijo a ambas para que solo ellas la pudieran escuchar—Pero háganlo ustedes, yo esperaré aquí, no se preocupen—las dos chicas la miraron por unos segundos, no muy seguras de hacerlo hasta que finalmente accedieron.

—Konoha, no se parece a Yukigure ¿no es cierto?—la morena volteó para encarar a la persona que le hablaba y se encontró con Gaara. Ella pensó que todos se habían ido a cambiar, pero al parecer, se equivocó.

—La verdad, no—respondió sonrojada cuando el pelirrojo se sentó junto a ella.

—Mis hermanos y yo, somos de Suna, donde el calor predomina, casi todo el año—reveló Gaara.

—Nunca he visitado Suna, pero mi primo, me dijo que es lo opuesto a donde vivimos—los dos compartieron diferentes conversaciones, sobre su lugar de origen y en poco tiempo, Hinata se sintió más cómoda—¿No entrarás a la alberca?—cuestionó, al ver que la mayoría de los amigos del joven ya estaban dentro.

—Quizás más tarde—ella asintió.

—Creó que Naruto debería trabajar con los guardias de seguridad nacional, es todo un genio al momento de mantener a todos, lejos del ojo del enemigo, en este caso, sus padres...¿No lo crees?—cuestiono muy serio, a lo que Hinata, no supo que responder, pues en realidad, no sabía de que hablaba el joven a su lado. Gaara se sonrió al verla desconcertada—Echa un vistazo, a las cuatro cámaras que rodean el jardín y la alberca—la risa de Hinata se escuchó por el lugar y ella no pudo evitar, continuar riendo, ya que entre más veía las cámaras, más ganas de reír le daban, incluso Gaara comenzó a contagiarse con su risa y también el lo hizo.

Las cuatro cámaras situadas en lugares, donde se podía ver todo lo que sucedía en el jardín y la alberca, estaban bloqueadas por unas hojas de papel con dibujos de dos a tres personas en el agua o en las sillas. Lo mas cómico de todo, era, que parecían haber sido hechos por un niño de la edad de Hana. No podía creer, que el rubio en realidad pensara que alguien lo creería.

—Pero el lo hace como una broma ¿verdad?—quiso dar el beneficio de la duda quizás lo juzgaba muy a la ligera y el rubio trataba de hacer justamente eso, que personas como ella sonrieran.

—Cuando conozcas mas a Naruto, te darás cuenta, que no lo hace como broma y que no es lo único parecido a eso, que hace—la ojiperla se llevó las manos a la boca, para evitar reír de nuevo, lo cual no funcionó y lo peor era que a nadie mas parecía afectarle como a ella—Y no te preocupes por ser la única, lo que sucede, es que todos ya estamos acostumbrados a las hazañas de Naruto, incluso Kushina y Minato, sus padres, que fingen no saber nada—concluyó el pelirrojo intuyendo, lo que pensaba la chica.

...

Itachi finalmente llegó a casa de Naruto acompañado de Kisame, ambos se fueron directamente a donde estaban Kakashi, Shisui Izuna y Obito.

Konan, Nagato, Deidara y otros más llegaron en seguida de ellos. Pronto se mezclaron entre los otros invitados.

El azabache miraba en todas la dirección en busca de Hinata, ella había sido el único motivo por el cual accedió a ir.

—¿Buscas algo?—preguntó Kisame al notar a su amigo distraído.

—No, nada—el Uchiha miró a su hermano, luego escuchó a Shisui gritando que era hora de entrar en la alberca. Ese descarado, lo hacía para ver a todas las mujeres en esos diminutos atuendos. Lo mas seguro, es que de esa fiesta, saliera con una de ellas para pasar la noche.

El no se molesto en cambiarse de ropa, no pensaba entrar en el agua, sin embargo Kisame, si lo hizo.

Quedándose solo, se dirigió a la mesa de comida y cuando comía, una melodiosa risa, lleno todos sus sentidos. Las oscuras orbes, buscaron el lugar de donde provenía y fue entonces, que la encontró. Estaba tan bella como el día que fueron al paquete. Contagiado con su alegría, sonrió al verla tan divertida, sin embargo, apenas enfocó a quien estaba con ella, su risa se esfumó... Gaara, pensó con fastidio.

¿Desde cuando Gaara ríe? Eso lo puso en alerta, ya que el joven era muy serio y la risa seguramente, se debía a ella. Tenía que alejarlo de Hinata, para poder acercarse. No es que el Sabaku, fuera mala persona, sino todo lo contrario, el hombre era todo un triunfador en los negocios y ni hablar del ámbito personal, puesto que lo catalogaban como todo un caballero. Eso era el problema.

Ellos fueron de los pocos invitados, que al igual a el, no se cambiaron de ropa para entrar en el agua. Claro, ella se veía muy tímida como para mostrar su bonita figura, con tan poca ropa, como lo hacían muchas de las jóvenes.

Al evaluar todo, pudo comprobar, que no solo el, estaba pendiente de la pareja, ya que había mas personas disfrutando de verlos reír a ambos y lo mas molesto, era que ellos ajenos a todos, continuaban riendo, de algo que no tenía idea.

Como el genio que era debía formular un plan para alejarla de el, sin ser muy obvio, debía parecer algo casual. Sin pensarlo mucho, se dirigió afuera y miró el auto rojo de Gaara. Saco su teléfono celular y comenzó escribiendo los números de las placas.

—Sasori, creo que olvide mi celular ¿me prestarías el tuyo, para hacer una llamada?— el joven apuntó hacia la silla donde lo dejo, antes de entrar en el agua. No podía usar el suyo, de lo contrario, sabrían que el estaba detrás de todo y el tonto de Sasori, pagaría por sus acciones, si se veía descubierto.

Cuando terminó, sonrío y se sentó a esperar, algo así, como cinco minutos.

Arqueo una ceja, complacido cuando tocaron el timbre de la puerta principal, mas no se movió de su lugar, hasta que pudiera acercarse a donde quería.

—¡Oye Gaara!—Naruto no hablo, no, el rubio grito, atrayendo la atención de todos hacia el pelirojo—Te buscan unos oficiales, dicen que causaste daños con tu auto en el burdel de la...bueno, tu sabes—Naruto recibió un golpe por parte de Sakura, mientras le reclamaba conocer el lugar mencionado y Gaara, por su parte se sonrojó. Dando una mirada de disculpa, dejó a la ojiperla en la mesa y se dirigió hacia donde lo llamaron, debía aclarar el mal entendido.

Itachi, como un depredador que aprovecha la oportunidad, se acercó a su presa. Quizás exageró al mencionar el burdel, pensó cuando veía a Naruto tratando de contener la furia de su novia, pero cuando  ella dirigió sus hermosas perlas hacía el, no le pareció exagerado.

—¿Me puedo sentar?—la ojiperla se sintió deslumbrada cuando enfocó a Itachi de pie frente a ella, en espera de una respuesta. Ese hombre era demasiado para ser verdad.

—Si, por favor—la sonrojada Hyuga apenas pudo hablar. El Uchiha la escudriñó mientras se sentaba a su lado. Trató de permanecer neutral ante la conmoción que sucedía en el porche de la casa, donde Gaara, trataba de explicar y Naruto continuaba, conteniendo a Sakura, por hablar mas de cuenta. Lo sucedido con el Sabaku, si fue por sus acciones, pero lo que pasaba entre el Uzumaki y su novia, no se lo podían atribuir a el.

—Que sorpresa encontrarla aquí—le dijo de manera casual.

—Naruto me invitó y aunque traté de declinar, el no me dio muchas opciones—respondió desviando la mirada de los oficiales que se llevaban a Gaara, hacia afuera, donde seguramente, estaba el auto.

—Lo imagino... Naruto tiene un alto poder de convencimiento, véame a mí, también formando parte de todo esto—al apuesto azabache, no le gustaba estar entre tantas personas y mucho menos cuando todos eran tan escandalosos.

—Yo nunca antes, estuve en una fiesta como esta—confesó sin rodeos.

—¿En serio?—cuestiono extrañado y ella asintió—Debo decir, que me resulta difícil de creer—se quedó mirándola, pensando en que lugares le gustarían, si nunca había ido a una fiesta de jóvenes. A el, tampoco le gustaban, pero aún así, estuvo en muchas.

—No había muchas donde vivo—añadió ella encogiéndose de hombros.

—En ese caso, debo preguntar ¿que le pareció? Excluyendo el vergonzoso incidente...claro—la pareja ya había empezado a llamar la atención de algunos de los invitados, en la mayoría las miradas femeninas. También los amigos del azabache y sus familiares, habían empezado a mirarlos.

—Me pareció bien—Itachi frunció el ceño con incredulidad al oírla poco convencida—E-es solo, que no suelo estar rodeada de muchas personas, pero no es que me moleste, es algo diferente —aclaro con sinceridad.

—La entiendo—añadió el varón, ya incómodo con las estupida sonrisa que tenia Kisame al verlo con la chiquilla y eso sin contar a sus familiares—¿A comido algo?—ella negó diciendo que no tenía hambre—¿Que le parece si la invito a cenar?—la ojiperla se sorprendió y de pronto, no supo que decir. Por un lado, la compañía del hombre le gustaba, mas de lo que podía admitir y por el otro, ya pensaba retirarse.

—Pero usted tendría que abandonar la fiesta—trató de negarse, no queriendo ser cortante.

—Eso en realidad, no importa, las fiestas aquí, son todos los fines de semana, ya vera, como nos volveremos a encontrar en otra—sin esperar respuesta, se puso de pie y le tendió la mano. Hinata miró hacia donde estaba Tenten y esta asintió, entonces tomó la mano del joven, para irse con el... bajo el escrutinio de todos los presentes.

Itachi le abrió la puerta del auto y se aseguró que ella subiera, para cerrar la puerta e ir al lado del conductor, debía darse prisa en salir de allí, ya que pronto sabrían que la llamada sobre el auto de Gaara, salió del celular de Sasori y no quería estar presente, cuando eso pasará.

El azabache condujo por las iluminadas avenidas de Konoha, sin dejar de ver a su acompañante. De nuevo el dulce y femenino aroma tan único, llenaba sus sentidos. Sonrió para sus adentros pensando en lo que tuvo que hacer para acceder a ella, pero sin duda alguna, no se arrepentía.

Pronto llegaron a un pequeño restaurante—Este lugar, es uno de mis favoritos, espero que también sea de su agrado—la chica tomo la mano que estiró hacia ella  y juntos entraron. El lugar contaba con mesas frente a los ventanales de cristal, como también al centro y en el rincón, donde no se podía ver hacia afuera.

Itachi optó por una de las mesas frente a las ventanas, para que su acompañante apreciara las avenidas y las personas que transitaban afuera. El varón sugirió algunos platillos y ella dejó que el pidieran por los dos.

La conversación entre ambos fue fluyendo, como si se conocieron de mucho tiempo. Itachi preguntaba datos sobre ella, de su vida los libros favoritos, comidas y cosas tan simples, que Hidan, nunca le interesó saber, ni siquiera cuando aún no salían en pareja.

Hinata también comenzó a preguntar acerca de el y de sus amistades. En poco tiempo el azabache se deleitaba mirándola reír por las cosas que le contaba.

—¿A que se dedica usted Hinata?—a la ojiperla, se le erizo la piel, al escucharlo decir su nombre, en esa voz tan masculina.

—Soy escritora—respondió dejando muy interesado al muchacho.

—Mi madre es fanática de leer libros—agregó Itachi, pensando en lo bien que ellas se entenderían—Y su primo ¿en que trabaja?—no sabía porque, pero no dejaba de interrogarla. La mayor parte del tiempo, eran las chicas las que pretendían saber todo sobre el y ahora era al revés.

—Neji es fiscal—dijo con orgullo, lo cual no pasó desapercibido por el Uchiha. Era evidente la admiración que sentía por el primo—El se esforzó mucho por ser uno de los mejores y gracias a su dedicación... lo logró.

Terminaron de cenar, pero no se levantaron, en su lugar, continuaron intercambiando pláticas sobre diferentes temas, hasta que los dueños del lugar anunciaron que ya debían cerrar.

Los dos salieron y cuando el Uchiha le abrió la puerta, no se movió para poder encararla—Me gustaría invitarla a salir mañana para conocerla mejor—estaban tan cerca el uno del otro, que la chica se sonrojó—Que me dice ¿asestaría mi invitación?—para Hinata, no hubo forma de negarse, ante esa penetrante y encantadora mirada, sin contar, con el hecho, de que nadie la había tratado como lo estaba haciendo ese hombre.

—Esta bien... acepto—el azabache se miró dentro de esos exóticos y encantadores ojos y sintió que todo su cuerpo se estremeció. Ella finalmente bajo el rostro y dejo de tener contacto visual, dejando al Uchiha descolocando por el sentimiento.

Esa chiquilla, logró despertar en apenas unos días, lo que algunas mujeres, no lograron despertar en años y todo al mismo tiempo.


Continuara.

Me disculpo por la tardanza y por los errores de ortografía... trataré de no tardarme mucho en actualizar 💕

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