Capitulo 20

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Itachi se negó rotundamente a dejar que su luna se quedara en su hogar. Ya había estado mucho tiempo separado de ella como para estar alejados esas próximas noches, así que sólo le permitió recoger un bolso con algunas pertenencias y en seguida partieron de nuevo a su apartamento.

Hinata trató de negarse, sin embargo, el azabache no dio su brazo a torcer y no le quedó mas remedio que ceder a sus deseos, después de todo, tampoco ella lo quería lejos y mucho menos ahora que se hallaba con esos dolorosos hematomas. Por otro lado, ambos asistirían a reunirse con su familia y eso la dejaba un poco nerviosa.

—¿En que piensa esa linda cabecita?—ella no pudo evitar sonreír al escucharlo hablándole con cariño.

—En nada en especial—respondió pensando en lo que dirían los padres de Itachi al verlo golpeado y lo mas relevante, al saber que fue por defenderla a ella. Conocía a Mikoto y sabía que era una buena mujer, pero también sabía que se preocupaba mucho por sus hijos y no estaría contenta al verlo así.

—¡Mi Luna!—exclamó abrazándola—Eres muy mala mintiendo... anda ¿dime que te tiene tan concentrada? ¿Que hay dentro de aquí?—le dio un leve golpecito en la frente y ella frunció el ceño desconcertada. Ambos se encontraban recargados en la cabecera de la cama del Uchiha, mientras revisaban sus notificaciones y correos electrónicos mas importantes. Itachi ya había informado a Madara y a todos los demás, que se reunirían en la casa de sus padres y ahí aprovecharían para hablar sobre lo último que descubrieron Obito e Izuna.

—Tienes que ser tan perspicaz ¿eh?—la morena sabía que a ese hombre no se le escapaba nada, era prácticamente como querer mentirle a Neji, lo cual siempre fue inútil.

—Digamos que me gusta saber lo que piensa mi Luna—ella lo abrazó y se colocó en sus regazo, tal como él se lo pidió.

—Estoy preocupada por lo que dirán tus padres sobre la pelea que tuviste con Hidan—claro, debió haberlo imaginado. Negando con la cabeza, la apretó contra su pecho y sonrió sintiéndose muy feliz. Hinata siempre tenía que estarse preocupado por todo, incluso por lo que ni siquiera era su culpa, tal como ocurrió horas atrás, en las que se empeñó en saber los detalles sobre su conversación con Neji.

Flashback

—Y bien Uchiha ¿que tienes que decir?—exigió Neji una vez que salieron a hablar en donde las chicas no podían escucharlos.

—Supongo que luego de dar la cara públicamente, soy lo que se dice, un libro abierto—bromeó el azabache sin humor.

—No es lo que dijiste en público lo que me interesa escuchar de ti—directo y sin rodeos, eso fue lo que Itachi admiraba del Hyuga, ya que prácticamente, así mismo era él.

—Amo a Hinata y no volveré a dejar que nada ni nadie me separé de ella—el Uchiha se puso serio y encaró por completo al castaño—Se lo importante que eres para ella y por ende, quiero dejarte saber mis intenciones—Neji cerró los ojos intentando prepararse para lo que estaba por escuchar—Quiero casarme con Hinata, quiero que sea mi compañera y ser yo, quien cuide de ella.

—¿Quien me garantiza que no volverás a engañarla?—esa fue la última barrera que ponía Neji, dado que luego de la entrevista, estaba convencido que ese tipo si amaba a su prima.

—Quizás no valga mucho, pero te doy mi palabra—Itachi miró como la postura del Hyuga iba cambiando de una rígida, a una mas relajada—Hinata es la mujer que amó y me encargaré de protegerla.

—Bien... confiaré en ti, pero te advierto que si vuelves a...—Itachi lo interrumpió.

—Guárdate tus advertencias, porque no serán necesarias—Neji asintió y ambos regresaron a encontrarse con las damas.

Flashback off

—Supongo que me van a felicitar por defender el honor de mi amada—la ojiluna lo empujo del hombro y volvió a sonreír contagiada del buen humor que tenía Itachi. No sabía si se debía la reciente reconciliación con ella y con Neji, o quizás a las candentes entregas que compartieron, pero él lucía mas atractivo que nunca con ese aire juguetón y despreocupado—Mejor deja de preocuparte por lo que piense mi familia y concéntrate únicamente en lo que yo pienso—las oscuras orbes mostraron seriedad y un destello de pasión.

—¿Y en que piensas tú?—cuestionó sintiendo como su piel clamaba por él, por sus toques, sus besos y por ser únicamente suya.

—¿No lo adivinas?—inquirió antes de besarla en el cuello.

—Tengo una ligera idea—ella también comenzó a participar en las caricias y pronto los dos se besaban con urgencia, con necesidad y desesperación, tal como si no hubiera un mañana.

—¡Te amó mi Luna!—esa declaración hacía que la ojiperla lo deseara aún más y así mismo lo demostraba cuando intentaba despojarlo de las prendas masculinas.

—Vamos Itachi, no me hagas esperar por más tiempo—él sonrió divertido y no pudo evitar recordar sus inicios con ella. Hinata era tan tímida, que pedirle lo que le acababa de pedir, la hubiese llevado a un desmayo.

—Estás ansiosa ¿eh?—la risa del Uchiha resonó en la habitación, al verla sonrojada tras percatarse de lo que estaba pidiendo. Ese era otro punto de los muchos que enamoraron al moreno. Ella era muy tímida, pero cuando lograba seducirla, se convertía en una mujer apasionada y sin temor a dejarse llevar por el deseo—Tranquila pequeña, te daré más de lo que pides hasta dejarte exhausta—la Hyuga se mordió el labio y evitaba verlo, lo cual causaba mas emoción en Itachi.

Dejando atrás los juegos, el Uchiha terminó completamente desnudó al igual que su amada y continuando en la posición en la que habían estado, se introdujo por completo dentro de ella.

Sintiendo una punzada de dolor al momento de ser invadida por el azabache, Hinata se sostuvo de los hombros masculinos hasta que la molestia dio paso a algo mucho mas placentero y fue entonces que echó la cabeza hacia atrás mientras cabalgaba sobre él. El azabache se dedicaba a ayudarla a moverse sosteniéndola de las caderas, al mismo tiempo que succionaba los botones rosados adornando los senos de la joven.

—Te amó Itachi—esta vez fue ella quien hizo la confesión en medio del éxtasis en el que ese hombre la tenía. Él levantó el rostro y la tomó de la nuca para unir sus labios a los de ella. Le gustaba ahogar sus dulces gemidos mientras la besaba.

Hinata por su parte, sólo podía dejarse besar por escasos momentos, ya que los gemidos aumentaban a medida que él intensificaba sus embestidas y le era imposible contenerse. Acunando la cabeza del varón sobre su pecho, ella comenzó a sentirse cerca de su liberación, por lo tanto, Itachi se movió con avidez, dejándola bajo su cuerpo. Le gustaba verla retorcerse sobre la cama, al mismo tiempo que arañaba su espalda y gritaba su nombre.

—Lleguemos juntos mi princesa—le pidió antes de succionar su cuello una y otra vez. La Hyuga movió sus caderas en busca de mas contacto y sólo bastaron unos segundos para que gritara junto al Uchiha. Ambos habían logrado llegar al éxtasis al mismo tiempo, tal como lo pidió el azabache—¿Te lastime?—sabia que había sido un poco rudo con ella y que se sintió adolorida al inicio. Quizás debió ser mas consiente, ella era muy frágil y podía ocasionarle un desgarre, no obstante, Hinata sonrió.

—No, pero creo que yo si te lastimé a ti—le tocó el rostro, acariciando con delicadeza los golpes—Aún no estás bien y ambos debemos ser mas cuidadosos—se sonrojó al notar la penetrante mirada del azabache sobre todo su cuerpo desnudó y recuperando la timidez, intentó cubrirse con la manta.

—Si no me detuve ayer que estaban recientes, mucho menos lo haré hoy que te quedarás a mi lado—Itachi la silenció y minutos mas tarde, se sintió un poco culpable al verla con marcas por todo su cuerpo. No acostumbraba dejar esa clase de muestras y para ser sincero, no tenía idea en que momento lo hizo, pero ahora ella mostraba muestras desde su cuello, hasta las caderas. Estaba seguro que ella no le reclamaría nada y optó por ser mas cuidadoso en las próximas horas, pues continuaron amándose hasta cerca de la madrugada y una vez quedaron exhaustos, se entregaron al sueño.

[...]

—¿Y donde está Itachi?—cuestionó Madara con algo de curiosidad por su petición sobre cambiar el lugar de la reunión.

—Está en su departamento y...—Sasuke se aseguró de que sus padres no estuvieran cerca para poder continuar—no estaba solo—los azabaches levantaron la vista hacia el mas joven y se mostraron sorprendidos, aunque Madara ya se lo esperaba, era sólo cuestión de tiempo para que se reconciliaran y eso le dio gusto.

—¿Ella lo perdonó?—inquirió Shisui—¿Estaba con él?—aunque Sasuke aún no se había recuperado de lo que presenció, se vio forzado a contarles todo con todos y cada uno de los detalles.

—Y eso no es lo peor—añadió el azabache menor—debieron ver la forma en que Itachi se puso cuando me exigió dejar de verla—como era de esperarse, Izuna y Shisui no se pudieron contener y se carcajearon.

—En serio creí que ya había tenido suficiente con el vídeo de la pelea entre Itachi y Hidan, pero esto...—Obito también se unió a las burlas enfureciendo a Sasuke.

—Basta, esto no es gracioso y no dirían lo mismo si estuvieran en mi lugar—Mikoto volteó el rostro con dirección a donde se hallaban los varones. No tenía idea de que había dicho Sasuke para provocar las risas de Shisui e Izuna, pero era claro que mientras para ellos era divertido, para su hijo menor no lo era. Fugaku se unió a ella y le hizo una seña con la cabeza en forma de cuestionamiento, a lo que ella se encogió de hombros sin tener respuesta.

—¿Y como es? Me refiero a como se veía con sólo una toalla—preguntó Izuna queriendo acorralar mas al muchacho. Madara negó con la cabeza, aunque también estaba disfrutando el momento.

—Toda una diosa—afirmó sin pensarlo y tan pronto como lo hizo, se arrepintió de haberse dejado llevar por los recuerdos del tentador cuerpo de esa mujer y por las bromas de sus familiares. Las risas continuaron hasta que se escuchó la voz de Itachi y prácticamente todo quedó en absoluto silencio—Si dicen algo de lo que les conte, les juro que lo lamentarán—advirtió Sasuke con voz queda, para que su hermano no pudiera escuchar.

Mikoto salió al encuentro de su hijo mayor y en cuanto lo vio, se llevó la mano a la boca por el estado en el que estaba su rostro—¡Cariño!—se apresuró a alcanzarlo y abrazarlo, no tenía idea del porqué de su estado—¿Que sucedió?—Itachi correspondió el abrazo y le sonrió con ternura, luego se hizo a un lado para atraer a su temblorosa novia.

—Mamá... estoy acompañado—colocó a la Hyuga a su lado y fue entonces que la azabache la enfocó.

—¡Hinata!—la dama no podía contener su alegría—¿Están juntos de nuevo?—la ojiperla asintió y no tuvo tiempo de hablar cuando se vio envuelta en los maternales brazos de la Uchiha—No sabes el gusto que me da, mi Itachi no parecía el mismo desde que no estaba contigo. Fugaku se acercó a saludar y negó con la cabeza por lo que decía su esposa, no obstante, también se sintió complacido con la presencia de la joven.

—Pega duró el fanático religioso ¿verdad?—se burló Obito y fue en ese momento que la atención de Mikoto regresó a los golpes. Hinata se sintió más nerviosa y de nuevo Obito mostró el vídeo de la riña entre ambos hombres, mismo que ya se había hecho viral. Lamentablemente para Kakuzu, no fue el suyo el que mas vistas tuvo, sino el que también subió Sasori un día después, ya que tenía mejor descripción y mejor enfoque.

—Pero ¿porque pelearon? ¿No eran ustedes dos socios?—cuestionó Mikoto sin poder comprender el motivo que los llevó a dar tremendo espectáculo, de hecho, era la primera vez que veía a su primogénito comportándose así.

—La comida está lista—avisó una de las empleadas y la Hyuga no tuvo mas remedio que saludar a todos, incluyendo a Sasuke. Se sonrojó al máximo cuando se acercó y él le sonrió, pero para su mala suerte, Itachi le dio una palmada en la espalda en forma de advertencia y la sonrisa se evaporó por completo.

—Vamos tonto hermano menor, la comida está lista y tu nariz está a punto de sangrar... será mejor que lo soluciones, o mamá se sentirá avergonzada de tu proceder—Madara sonrió divertido al ver el comportamiento de sus dos sobrinos. Era tan extraño mirar a Itachi tan territorial, como lo era ver a Sasuke siendo intimidado por su propio hermano mayor.

...

—Entonces lo hiciste bien, eso le enseñara a respetar a las damas—tal como lo predijo Itachi, Mikoto le dio la razón—y tú cariño, no tienes porque sentirte culpable de lo sucedido—se dirigió directamente a Hinata y ella pudo finalmente sentirse mas tranquila—incluso hubiese sido una imperdonable falta, si mi muchacho no hacía algo para silenciar a ese aprovechado—tras escuchar a la matriarca Uchiha, la Hyuga entendió de dónde había sacado Itachi su caballerosidad y su casi intachable comportamiento.

La comida continuó mas relajada y mas acorde con las típicas reuniones donde todos los miembros de la familia Uchiha, permanecían en un mismo lugar.

Mas tardé, Mikoto se llevó a Hinata con ella para mostrarle orgullosamente las flores nuevas de su jardín y fue entonces que los varones aprovecharon para hablar sobre lo que habían averiguado.

—Kabuto confesó voluntariamente que fueron Izumi y Yugao, quienes pagaron una fuerte suma por el vídeo y cabe recalcar, que fueron ellas quienes se encargaron de contratar a la supuesta reportera que estuvo en la entrevista de Hinata—aclaró Izuna.

—¡Malditas!—soltó Madara—Siempre supe que ellas dos estaban aliadas.

—Así es y con lo que hicieron, mataron dos pájaros de un solo tiro, al menos Yugao, ya que Izumi no pasó por tu lista en el harem—aclaró Obito dirigiéndose a su tío.

—Y tú Itachi ¿no piensas decir nada?—cuestionó Shisui al ver que su primo se mantuvo en completo silencio, mientras que Madara se veía bastante molesto por las acciones de esas personas.

—Tenía mis sospechas, sin embargo, no creí que lo dicho tiempo atrás por ti fuera coherente—miró directamente a Madara—al parecer, Izumi se acercó a mí por petición de Yugao—en cualquier otra situación, Madara se hubiera sentido orgulloso de ser reconocido por Itachi, sin embargo, en ese momento, odiaba no haberse equivocado y temió que el muchacho se decepcionara por sentirse engañado por Izumi, quien dicho sea de paso, terminó enamorada como loca de él.

—Ellas son primas, pero muy pocas personas lo saben, además, aunque el plan seguramente era enamorarte para después dejarte, quién terminó enamorada hasta la médula fue Izumi... o quizás fue mas allá de amor y se trasformó en una insana obsesión por ti—aclaró Madara lo que ya había averiguado y el chico sonrió.

—Anteriormente me sentía con un poco de remordimiento, por nunca haber sentido nada mas que un pasajero deseó por Izumi, pero luego de saber lo que la condujo a acercarse a mí...—Itachi apretó los puños al recordar las lágrimas en los preciosos ojos color luna y la ira crecía en su interior. Toda la humillación que le hicieron pasar a su Luna, fue sólo por venganza, por celos y envidia. Yugao se burló de él, ocasionando el distanciamiento que tuvo con su tío durante todos esos años, mismo que conllevó al cruel juego sobre las féminas y aunque dicho juego, fue responsabilidad de ambos, de no ser por ella, nunca hubiera existido. Esa mujer no tenía límites, pues luego de verse dejada de lado por su tío, a quien pensaba había enamorado, se dedicó a culparlos a ellos de sus malas decisiones y buscó la manera de vengarse.

—Tranquilo... antes de venir aquí, me encargué de reunirme con una de mis amigas—aclaró Izuna—y me aseguré de brindarle toda la información sobre la podredumbre que hay tras ellas, después de todo, ustedes dos ya están en el ojo publico, lo mas normal es dejar bien claro, quien los llevó al inicio del juego.

—No puede ser ¿mas escándalos?—Fugaku quien se había mantenido en silencio, finalmente abrió la voz con algo de frustración y temor, pues apenas estaban dejando atrás el desastre que ocasionó su hijo y su cuñado.

—Pues si, pero no para nosotros—repuso Shisui—En está ocasión, las que se verán afectadas serán ellas dos... y conociendo lo convincente que puede llegar a ser este hombre—Shisui se acercó a Izuna y lo elogió dándole media vuelta frente a los otros. Izuna sonrió y se sintió orgulloso de haber logrado sus objetivos, dado que ahora sus sobrinos lo reconocían tal como lo hacían con Madara—nuestro tío menor, literalmente se vende con las pobres reporteras que suspiran por él y mediante el sexo, nada se le escapa, así que es obvio cuál será el desenlace—Obito y Sasuke comenzaron a burlarse y Fugaku se tapó la boca para evitar reírse. A veces no podía creer las barbaridades que esos chicos eran capaces de hacer para conseguir lo que querían y lo que era aún peor, ni siquiera sentían pena al contarlo detalladamente.

—¡Vaya... esto es equivalente a prostituirse!—Madara también sonrió, olvidándose del importante motivo por el cual se habían reunido—Resultaste ser mas audaz que Madara con esa excelente jugada, supongo que aprenderé mucho de ti—Fugaku le dio un codazo a su hijo menor, mientras que Izuna, no supo si era un cumplido, o por el contrario, se trataba de mas burlas.

—Me gustaría encontrarme con Yugao... con ambas de ser posible—Itachi fue el único que no sonreía, ya que su cerebro continuaba pensando en la forma de hacerles pagar lo que hicieron en contra de la ojiluna. Ellas quisieron arruinarla y él no pensaba quedarse de brazos cruzados.

—Pensaba exactamente en lo mismo—soltó Madara. El resto de los chicos se volvieron a poner alertas, dejando atrás las burlas, cosa que Izuna agradeció—especialmente, agradecería analizar la expresión de Yugao cuando nos enfrente después de tanto tiempo, pero mis fuentes me informaron que ambas féminas, o bien dejaron Konoha, o se encuentran ocultas, ya que nadie las ha visto últimamente.

—Nada tontas—añadió Obito.

—¿Entonces todo fue obra de ellas? ¿Izumi se acercó a ti por petición de esa retorcida mujer?—Hinata y Mikoto lograron escuchar lo suficiente como para saber que se referían a Yugao. Mikoto se sintió decepcionada de haber dejado entrar a su hogar a Izumi, mientras que Hinata no sabía que pensar al respecto. Lo que sabía sobre esa mujer de nombre Yugao, fue por Madara y no por su novio, por lo tanto, no podía saber en que estado se hallaba Itachi luego de saber esa información, ademas, sintió una penetrante punzada de celos cuando lo escuchó mencionarla. Era obvio que él ya no la amaba, sin embargo, no se pudo contener.

—Lo fue madre—respondió Sasuke—y se lo que estás pensando, pero no te preocupes, te aseguro que esas dos arpias pagarán muy caro lo que hicieron en contra de tu futura nuera y por supuesto, de estos dos engreídos—aseguró refiriéndose a Itachi y a Madara.

—¡Hinata!—Itachi se acercó a ella intentando evaluarla. No tenía idea de cuanto había escuchado, pero a juzgar por las preguntas hechas por su madre, ellas escucharon buena parte de la conversación—¿Estas bien?—no supo que lo impulsó a preguntar eso, pero temía que ella malinterpretará lo que escuchó. La Hyuga se acercó a él y le sonrió asintiendo como respuesta y ese simple gesto, logró tranquilizar al Uchiha.

—¿Tu estás bien cariño?—inquirió Mikoto dirigiéndose a su primogénito.

—Claro madre ¿porque no había de estarlo?—acercó más el pequeño cuerpo de Hinata hacía él—Esas personas son parte del pasado y ya no me afectan en lo absoluto—aseguró con convicción.

...

Media hora mas tarde, la pareja abandonó la mansión Uchiha y ahora el auto del azabache había aparcado en una solitaria playa a las afueras de la cuidad. Durante el largo trayecto, ninguno de los dos dijo nada.

—Vamos—Itachi le tendió la mano y ella lo miró confundida—ven, necesitamos hablar—la ojiperla obedeció y lo siguió, mientras se escuchaba el inconfundible sonido de las olas golpeando contra la arena, unido al canto de las gaviotas. La tarde era fría y por lo tanto, no había personas a los alrededores, lo que les permitió sentarse en una de las bancas cercanas a la avenida de cemento desde donde se divisaba el infinito mar.

—Es una hermosa vista—soltó Hinata permitiéndose inhalar la brisa marina.

—Sabía que te gustaría—le dijo al mismo tiempo que le colocaba una chaqueta sobre sus hombros—Mi Luna, te traje aquí para contarte todo acerca de mi pasado... anteriormente quise hacerlo, pero tú estabas tan molesta conmigo que no me lo permitiste.

—Durante nuestro encuentro en Suna ¿verdad?—la joven se sonrojó al recordar su comportamiento la  noche que pasaron juntos.

—Así es—él también se distrajo por unos segundos, pero de inmediato se recompuso—y volviendo al tema anterior—Ahora que ya sabemos quienes fueron las responsables de exponernos públicamente, me veo en la obligación de contarte quien es exactamente Yugao—la morena lo dejó hablar sin interrumpirlo, tampoco le aclaró que Madara le había dicho gran parte de la historia—y no fue hasta que te conocí, que finalmente pude dar paso al enorme sentimiento de amor que despertaste en mí... nunca antes había sentido esto pequeña—le tomó ambas manos y las besó repetidamente.

—¡Itachi!—ella lo tomó de las mejillas y se dedicó a besarlo en los labios. Aunque ya sabía gran parte de la historia, escucharla directamente de él, la conmovió mucho más de lo que pudo imaginar, dado que era muy evidente el dolor que él experimentó en aquel tiempo. Fue como revivir los acontecimientos que pasó al lado de Hidan.

—Te juró que ambas pagarán con creces el daño que te causaron, no tendré reparos con ninguna de las dos—le correspondió el beso, sintiéndose liberado de lo que vivió cuando descubrió la verdad. Su luna había sido capaz de hacerlo olvidar el pasado, era como una agradable ráfaga de viento que lograba llevarse el calor en un cálido día de verano, sin embargo, Hinata se tensó al escuchar la amenaza y se apresuró a encararlo—y no digas nada, ni intentes interceder a su favor... créeme, ellas no lo merecen—la Hyuga se sobresaltó ante la advertencia de su novio ¿como fue capaz de adelantarse a lo que ella pensaba decir? Él no se equivocaba, ella pensaba protestar y decirle que no hiciera nada contra ellas y que el karma se haría cargo, no obstante, Itachi fue mas rápido y la detuvo antes de hablar ¿Tan trasparenté era al expresar sus emociones?

—Bueno, es sólo que, nosotros ya estamos juntos y ustedes han logrado dejar el escándalo atrás, así que...—el azabache le puso el dedo índice sobre sus carnosos y tentadores labios.

—Tranquila mi Luna... nosotros no somos unos monstruos y no haremos nada ilegal—no la dejó argumentar y tampoco tenía argumentos para lograr hacerlo. No le quedó mas remedio que dejarlos encargarse a ellos, después de todo, su amado tenía razón... no eran unos monstruos.

Luego de concluir la conversación, los dos se quedaron en un agradable silencio, Itachi la había acercando hacia él, colocando su espalda pegada a su pecho y la rodeó de la cintura con sus fuertes brazos. Se permitieron relajarse mientras caía la tarde y cuando el sol se metió dando pasos a las primeras estrellas, supieron que era el momento de marcharse.

[...]

Tal como lo anunció Izuna, la noticia sobre Izumi y Yugao, no tardó en estar en todos los programas de espectáculos y chismes, al igual que en las revistas amarillistas. Izuna ni siquiera había tenido que darles fotografías, sin embargo, las imágenes de ambas féminas aparecían en donde se encabeza la noticia y tal como sucedió cuando se formó el escándalo de los Uchiha, así mismo, la prensa se instaló fuera de las residencias de ambas en busca de obtener información.

—Vaya que cumplió con su palabra—soltó Shikamaru, luego de leer la noticia.

—Ellos lo aseguraron en la rueda de prensa y conociendo a Itachi como lo conozco, era de esperarse... él y su familia no iban quedarse de brazos cruzados luego de ser expuestos públicamente—afirmó Ino.

—Lo que me sorprende, es hasta donde llegaron esas chicas sólo por venganza. Ellas fueron tan lejos que no les importó utilizar a Hinata—añadió Sakura.

Lee, Tenten y Choji, también opinaban lo mismo que Sakura, pues a ellas no les importó en lo mas mínimo arruinar la entrevista que daba la ojiluna sobre su libro, un tema totalmente diferente a lo acontecido.

—Así es y esa decisión fue lo que las puso en el lugar en el que se encuentran ahora mismo—Naruto sonrió, él conocía a Sasuke y por ende a toda su familia, por lo tanto, era de esperarse que no iban a descansar hasta vengarse de quienes hirieron a uno de ellos.

—¿Y como está ella?—todos voltearon en dirección a Gara y Temari le palmeó el hombro. No era secreto el interés que el pelirrojo tenía por la Hyuga y cuando supo que estaba separada de Itachi, creyó tener una pequeña oportunidad, sin embargo, luego de las declaraciones que hizo el azabache sobre ella, supo que era cuestión de tiempo para que regresaran.

—Aunque no lo creas, Hina está preocupada por la suerte que corrieron estas dos brujas—respondió Ino, evitando así, mencionar que su amiga estaba feliz por haberse reconciliado con Itachi, no obstante, algunos de los ahí reunidos, no tuvieron el mismo tacto.

—Si te refieres a su relación con Itachi, el Teme me contó que se encuentran muy bien, incluso fueron a—el rubio hizo una mueca de dolor—ahh ¿porque me pateas Sakura? ¿Que hice esta vez?—Naruto pareció reaccionar y se rascó la nuca sonriendo torpemente—Bueno, me refiero...—Gara levantó la mano para que no continuara.

—Esta bien Naruto, me alegra mucho saberlo y estoy feliz por ella—Gara sonrió con sinceridad, pues ya lo veía venir, pero las constantes imprudencias de su amigo, siempre terminaban aminorando los momentos mas incómodos, tal como acababa de suceder.

—Naruto, Naruto, Naruto—lo nombró Kakashi y todos sonrieron al ver al rubio avergonzado.

Tal como sucedía antes de la llegada de Hinata y Neji, el grupo de chicos se reunió en casa de Kakashi para ponerse al día luego de mucho tiempo sin hacerlo. Kiba y Shino fueron los encargados de la parrillada, mientras Kankuro ayudaba a que el gran perro de Kiba no se terminará los filetes. Neji, Obito y Sasuke, no llegarían temprano y Hinata ya tenía otro compromiso con los amigos de Itachi.

[...]

—No saben el gusto que me da verlos juntos—Konan abrazo a la pareja que acababa de llegar a su hogar.

—Gracias por invitarnos—Hinata le entregó unos paquetes donde llevaba dangos y galletas.

—Ni lo digas preciosa, esta reunión fue en honor a ustedes eh—el rubio recibió un codazo, por cortesía de Yahiko y fue entonces que Deidara se percató de la mortal mirada de Itachi.

—Deidara tiene razón, así que deja de enfurruñarte Uchiha... de todos modos no está diciendo nada inapropiado—Sasori se enfrentó al azabache sin inmutarse, dado que aún después de tanto tiempo, no le perdonaba haber sido golpeado por su culpa.

Nagato se aclaró la garganta antes de hablar—Pero pasen, no se queden ahí parados—Hinata estiró la mano de Itachi sin saber porque se había puesto molesto, sin embargo, se sintió un poco apenada con los anfitriones.

—Las galletas son deliciosas—afirmó Kisame, quien abrió el contenedor y tomó una buena cantidad de ellas.

—Se supone que son para después de la comida... pareces un niño—lo reprendió Konan. Kisame se llevó el resto a la boca en busca de aminorar el enfado de su amiga y por poco se atraganta. Yahiko le dio una botella de agua y unas palmadas en la espalda. Hinata fulminó a su novio con la mirada al percatarse de que se reía al igual que los otros invitados.

—¿Se encuentra bien?—le preguntó directamente a Kisame.

—Si, gracias por preocuparte, al parecer eres la única que siente empatía por la desgracia ajena.

—Ahí va, justo hacia el papel de "víctima"—se quejó Itachi y todos estuvieron de acuerdo. Para la Hyuga, era muy agradable pasar tiempo con los amigos de su novio, ya que a pesar de verse tan serios e intimidantes, todos eran muy divertidos y siempre la hacían sentir como parte de ellos.

...

Semanas mas tardé, Hinata logró convencer a Itachi de dejarla regresar permanentemente a su hogar, ya que Neji e Ino, se estaban encargando de los preparativos para la próxima boda y era ella quien cuidaba a Hana en su ausencia, por lo tanto, tuvo que dejar de quedarse los fines de semana con el Uchiha, cosa que obviamente no le hizo ninguna gracia... Ya sin su amada con él, el azabache optó por egresar a casa de sus padres. Hinata y Mikoto podían ser inflexibles cuando se proponían algo. No es que no quisiera regresar con sus progenitores, el problema era que su Luna no quería quedarse con él en su habitación, ya que según ella, no podían faltarle al respeto al hogar de la matriarca Uchiha. Quizás a Sasuke le vendría bien aprender un poco de ella, dado que a menudo llevaba chicas a su recámara y las sacaba cuando creía que nadie se enteraba.

—Sígueme la corriente y no hagas preguntas—Itachi arqueo una ceja ante la intromisión de Madara a su oficina, sin embargo, no tuvo mas remedio que aceptar—Bien Itachi, ya estoy listo, es hora de ir a la junta que tenemos programada—Madara hablaba en voz alta y le hizo señas para que afirmara.

—Tienes razón, vámonos—apenas se abrió la puerta de su oficina, vislumbró a Mei y el azabache de coleta baja tuvo una idea del porqué su tío se comportaba así. Madara logró ver por las cámaras de seguridad, que Mei se dirigía a su oficina, así que se vio obligado a planear algo rápido para evitarla con éxito, tal como lo había estado haciendo hasta ese momento. De todos sus sobrinos y hermano menor, el único que podía ayudarlo sin burlarse de él en los próximos días, era Itachi. Sin perder mas tiempo, le pidió a su secretaria que en cuanto se presentara Mei, le informará que tanto él, como su sobrino, tenían una junta.

—Estoy segura que me estás evitando Madara—Mei se acercó a ellos y se plantó frente al mayor—siempre me dicen que estás ocupado y cuando te voy a buscar no logró encontrarte—se quejó molesta—Sabes que tenemos que hablar sobre lo que dijiste en esa rueda de prensa—Itachi miró a su alrededor y frunció el ceño al vislumbrar dos celulares. No tenía que ser un genio para saber que eran el de Obito y el de Sasuke, quienes se mal ocultaban cerca del pasillo que conducía al baño. Sonrió mentalmente pensando en lo que harían esos dos con ese vídeo. Definitivamente les gustaba jugar con fuego.

—No se de que hablas Mei, pero en esté momento me es imposible atenderte, Itachi y yo debemos reunirnos con unos inversionistas y ya vamos tarde, así que con tu permiso—Madara avanzó siendo seguido por Itachi, quien sólo se encogió de hombros en forma de disculpa.

—No te creo nada, todo lo estás inventando.

—Ten cuidado Mei, estás insinuando, o mas bien, estas asegurando que Itachi está prestándose a esa clase de tonterías ¿en serio Mei?—cuestionó ofendido—De sobra sabes que Itachi es un hombre íntegro y jamás se prestaría a tal cosa... te sugiero que dejes esas extrañas ideas—ambos continuaron su camino hacia el elevador.

—ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ ¿ME ESCUCHAS?—Mei perdió la paciencia ante el rechazo del hombre que mas se le había resistido y desde sus declaraciones negando cualquier relación amorosa entre ellos, su orgullo se vio herido, por lo tanto, se dispuso a atraparlo bajo cualquier medio.

—Eso estuvo cerca... no se como pude enredarme con esa loca—Madara le indicó a Itachi que subieran en su coche, de todos modos, no había mentido cuando aseguró que tenía una junta, o al menos, era algo similar en la ciudad cercana a Konoha, misma que estaba a dos horas de camino en auto.

—¿Que fue eso?—cuestionó el menor. Su tío se había aprovechado de su credibilidad para deshacerse de esa mujer y sin querer, terminó involucrado en los líos amorosos de Madara.

—Esa mujer no me deja en paz, incluso se ha presentado en mi casa a mitad de la noche y se metió en mi cama. Tuve que echarla con miles de excusas, luego cambié las cerraduras y con eso, la persecución aumentó—Madara le contó cómo se había estado escabullendo de la pelirroja y recurriría a todo con tal de cansarla y se alejara por si sola, cosa que no estaba dando resultados—Estoy seguro que nos está siguiendo, así que debo perderla—Itachi negó con la cabeza.

—¿No piensas que es mejor enfrentarla y decirle por lo claro que no la amas?

—Es evidente que no la conoces... Mei no acepta un rechazo y se ha propuesto ser mi esposa.

—¡Cielos!—Itachi sonrió—No quisiera estar en tu lugar—el azabache mayor condujo cerca de dos horas hasta que Itachi sintió curiosidad por el largo trayecto—¿Y cambiando de tema ¿a donde se supone que nos dirigimos?

—¿Recuerdas el proyecto del centro comercial que les comenté antes de todo el escándalo?—el chico asintió—Pues Kimimaru Otsutsuki, el principal accionista nos invitó a viajar para ver el sitio y los planos... él y su equipo de ingenieros, necesitan que les aprobémoos el préstamo para comenzar lo antes posible.

—A decir verdad, lo había olvidado—Madara sonrió y no pudo evitar recordar lo que les contó Sasuke sobre Hinata y su divina figura de diosa ¿Como podía culparlo por haberse olvidado de todo? A él le hubiera sucedido lo mismo.

—Puedo imaginarlo—antes de que el muchacho cuestionará algo, el auto estacionó en los terrenos destinados para el proyecto. Los dos fueron guiados por el Otsutsuki y una hora mas tarde, el préstamo fue aprobado.

—Es bueno saber que muchas personas se beneficiarán con la construcción del centro comercial... me refiero a los múltiples empleos que se generarán en los próximos meses.

—Tienes razón, ademas, por el constante crecimiento de esta ciudad, será todo un éxito—añadió Madara—Bien, ahora vamos a aprovechar estos pases. Por lo menos aquí, no temeré encontrarme con Mei—Kimimaru les dio pases VIP para un club nocturno que estaba de moda en la cuidad y aunque Itachi no estaba de acuerdo con asistir, Madara ni siquiera lo dudó.

—Bienvenidos—ambos le entregaron los pases al tipo de la entrada y en seguida los condujo a un lugar apartado donde se encontraban cuatro mesas de centro y cada una contaba con tres sofás de cuero. Ellos ocuparon una de ellas y miraron en dirección a la pista de baile—¿desean algo de tomar?—los azabaches pidieron un whiskey y esperaron a que se los trajeran. Itachi ya le había avisado a Hinata que no la vería hasta el día siguiente, por lo tanto, se relajó sabiendo que ella no se preocuparía.

—¡ERES UNA TONTA! MIRA LO QUE HICISTE—ambos morenos voltearon en dirección de las mesas cercanas y se vieron obligados a parpadear dos veces, al percatarse de la mesera que acababa de derramar toda una bandeja sobre una de las clientas y sus acompañantes.

—¡Yugao!—soltaron los dos al mismo tiempo. La fémina ya los había visto y a eso se debió su descuido. Madara fue el primero en impedir su huida y ni siquiera le importaron las miradas, ni los reclamos de la mujer que terminó con las bebidas encima. Sin mirar atrás camino con la mujer hasta afuera, donde fue alcanzado por Itachi.

—Suéltame—se liberó del agarre y los miró a ambos con arrogancia.

—¡Cuanto tiempo sin verte cariño!—exclamó Madara con fingida felicidad.

—Así que ahora eres "mesera"—Itachi la veía con desprecio—no ha quedado nada de la soberbia y caprichosa mujer que siempre fuiste—el diminuto y sugerente uniforme de mesera dejaba muy en claro a lo que se dedicaba la portadora, lo que era totalmente opuesto a la elegante y costosa ropa de diseñador que siempre presumió vestir.

—¡Malditos!—Yugao los señaló con el dedo—Ustedes tienen la culpa de todo lo que me paso ¿se sienten contentos de verme así? ¡Respóndame!—les gritó colérica.

—Realmente no—respondió Madara despreocupado y sin dejar de verla de arriba abajo.

—Esto no es nada para lo que tú hiciste en contra de Hinata... nunca debieron meterse con ella.

—¿En serio Itachi?—los tres se gritaron encontrándose con Izumi, quien a juzgar por la provocativa vestimenta de colégiala, era una de las bailarinas exóticas—Todo esto tiene que ver con ella, con esa maldita mocosa sin chiste.

—En lugar de hablar así, deberían estar agradecidas con esa "mocosa sin chiste" pues fue ella quien nos pidió no proceder con la demanda millonaria en su contra—señaló Madara.

—Jamás ¿me escuchan? Jamás le agradeceré nada... gracias a ella tú no formalizaste conmigo—le gritó llorando—ademas, mis padres me echaron de la casa y dejaron de pagar mis gastos—los padres de Izumi no quisieron seguir solapando a su hija y se negaron a enfrentar la demanda que pusieron los Uchiha. La situación de Yugao no fue muy diferente, pues entre los sobornos que realizó y los negocios caídos por cortesía de los azabaches, pronto quedó en bancarrota. Ambas tomaron sus ahorros y se marcharon a Italia, sin embargó, en poco tiempo quedaron sin absolutamente nada y se vieron obligadas a regresar a su país. En Konoha ya no tenían nada y se quedaron en esa cuidad cercana, donde lograron alquilar un viejo apartamento y después de buscar trabajo en diferentes empresas, bancos y hasta en tiendas departamentales, no les quedo otra opción que aceptar la propuesta de un vecino sobre intercambiar favores sexuales por algo de dinero. Enfrentarse a la vida sin el respaldo de una fortuna y sin proveedores que costearán sus frivolidades, les dejó claro a ambas, que de no obtener dinero para pagar gastos como el alquiler, los servicios utilitarios y la comida, terminarían en la calle como vagabundas. Pensar en eso, les dio el impulso para aceptar ser bailarinas exóticas, como a servir a quienes pidieran sus favores sexuales... en otras palabras, a prostituirse.

—Aún habiendo caído tan bajo, se mantienen alimentándose de su arrogancia—les dijo Itachi a ambas—En serio, antes de verlas, todavía las odiaba por lo que quisieron hacerle a mi Luna, pero después de verlas, no siento nada mas que asco y desprecio por ustedes dos—la mirada del muchacho era tan fría que las chicas no pudieron sostenérsela—Vamos, hay muchos trabajos dignos que pudieron realizar—reprendió y continuó—pero optaron por la salida mas sencilla y siendo la decisión que ustedes mismas eligieron, no tienen ningún derecho de culpar a nadie más.

—¿Pero que otros trabajo podían desempeñar?—cuestionó Madara mirando directamente a Yugao.

—Tu te encargaste de cerrarnos las puertas en todos lados—replicó la chica.

—Tienes toda la razón, pero sólo lo hicimos en Konoha—se burló al verla sorprendida—y como era de esperarse viniendo de ti, hiciste lo mejor que sabes hacer—Izumi se estremeció al ver la diabólica sonrisa en los labios de Madara—calentar la cama y abrirle las piernas a todos los hombres que lleven dinero en su cartera—con avidez, capturó la mano femenina que iba dirigida a su rostro.

—Eyyy, ustedes dos—un tipo corpulento se acercó—regresen a trabajar, sus clientes las están llamando y ya pagaron por adelantado, así que si ellos las quieren tendrán que esperar su turno—Madara se echo a reír.

—Nos disculpamos por interferir y nos retiramos para que las "señoritas" puedan continuar atendiendo a sus demandantes clientes—Itachi se dirigió al tipo que las fue a buscar y antes de marcharse las volvió a mirar sin sentir absolutamente ninguna culpa, pues ellas pudieron haber hecho las cosas de otra manera y en su lugar, estuvieron años conspirando contra ellos. Al final, fue su propio odio quien las segó por completo y si no estaban dispuestas a reconocer sus errores, caerían mas bajo de lo que ya habían caído.

[...]

El tiempo siguió su curso y el día mas esperado para Ino, llegó. La rubia se veía preciosa con su traje de novia y como se suponía que iba ser, la boda fue un evento muy comentado en todos los medios, dado que ella era muy conocida gracias a su negocio.

—Te quiero mucho Neji, eres un gran hermano y siempre estaré orgullosa de ti—Hinata abrazó a su primo y ambos lloraron de felicidad. Ella agradeció a Dios por volver a darle felicidad a castaño. Hana tendría una familia y ya nunca más estarían solos—Ahora ya no sólo seremos los tres contra el mundo—ambos miraron hacia la Yamanaka, quien se hallaba sonriente saludando a los invitados.

Durante los preparativos de la boda, la pareja llegó a la conclusión de vivir en la mansión de Ino. Neji no estaba muy conforme, pero accedió a la petición de su prometida. Hinata sintió un nudo en la garganta cuando observó la mudanza y no pudo evitar sentirse sola. Los dos días que tardaron en llevarse todo, ella prefirió alejarse para que no la vieran llorar, lo menos que deseaba era preocupar a su familia.

—También te quiero, pero eso ya lo sabes—Hana se les unió y él la levantó en brazos para que también participara en el abrazó—No, ahora ya no seremos tres—el Hyuga miró en otra dirección y sonrió—de hoy en adelante, seremos cinco y quizás con el tiempo, el número aumente—la ojiperla siguió la dirección en la que veía Neji y se encontró con las oscuras orbes que tanto amaba.

El fotógrafo llegó para sacarles unas fotografías y la ojiluna se dejó limpiar las lágrimas por Hana y por Neji.

...

—Cariño, Hina se ve muy melancólica, no creo que debas dejarla sola—Mikoto ya había notado el estado de ánimo que mostraba la joven y le pareció algo totalmente normal, considerando que durante años, sólo se tuvieron ellos tres. Seguramente, su futura nuera creía que se iba quedar completamente sola y aunque eso no sucedería, en ese momento así lo sentía.

Además de encariñarse con Hinata, la dama Uchiha se había encariñado mucho con Hana, pues todo el tiempo que llevó planear la boda, la ojiluna la llevaba con ella a todos lados, incluyendo la mansión Uchiha y no pasó mucho tiempo, para que Mikoto la considerará como parte de su familia, incluso se ofreció a cuidar de ella cuando Hinata estuviera ocupada.

—Tu madre tiene razón, ya la vi llorando mas de tres veces—añadió Fugaku. Itachi se acercó y la miró sonriendo ante la imagen de Ino cargando a Hana mientras la presentaba con orgullo ante todos los invitados

—¿Que te pasa mi Luna?—la rodeó de la cintura y le habló al oído.

—¡Itachi!—ella se giró y escondió el rostro en su pecho. En ese momento, se permitió respirar su varonil aroma y tras escuchar los latidos de su corazón, la angustia se fue alejando poco a poco.

—No los perderás y aunque no vivan justos, seguirán queriéndose igual que siempre... ademas, a partir de hoy, ya no tendrás maneras de alejarme de ti—la joven pensaba decir algo pero él se adelantó—Esta vez no pondrás a Hana de pretexto, porque Neji ya me contó que Ino se empeñó en llevarla con ellos al viaje de luna de miel—no mentía, pues Ino se había encargado de incluir a la pequeña en todas las actividades que harían durante el viaje, después de todo, ya tenía a Neji como su esposo legal y no necesitaban viajes a solas para amarse mas de lo que ya se amaban.

—Pero—Itachi la beso sin importarle que se habían convertido en el centro de atención de aquel elegante salón donde se celebraba la boda.

—Sin peros—los oscuros ojos del Uchiha se encontraron con los de Utakata, quien formaba parte de los invitados por parte de Neji y no había dejado de mirar en su dirección—Respóndeme algo mi Luna—Hinata percibió el cambio en su voz.

—¿Que pasa? ¿Que necesitas que te responda?

—¿Eres muy cercana a Utakata?—desde que escuchó a sus familiares mencionarla hablando con ese tipo, la duda lo estaba molestando. Ahora resultaba que no sólo tenía que cuidarla de Gara, sino también de otro posible rival... ¡Era oficial! Con ella no podía bajar la guardia.

—No exactamente cércanos, pero en las ocasiones que nos hemos encontrado, él se ha portado como todo un caballero—aunque trató de mostrarse imperturbable, ella sonrió al apreciar el pequeño cambio que mostraron sus orbes, incluso, sintió mas presión en el agarre de la cintura, donde la tenía abrazada—y ahora que lo preguntas, debo decir que si me gustaría que Utakata y yo, fuéramos mas cercanos—ella no resistió la tentación de provocarlo un poco, sin embargo, al ver como sus oscuras orbes adquirieron un destello rojizo, pensó que se le había pasado la mano y tras ser jalada de la mano para ir en dirección de los vestidores , ya no necesito pensarlo, pues era obvio que si había ido muy lejos con sus provocaciones.

—Itachi, sólo estaba...—fue silenciada por un hambriento besó.

—Veremos si después de lo que voy a hacerte, puedes mencionar otro nombre que no sea el mío—la amenazante voz que le habló en el oído, le erizó la piel.

—Sólo bromeaba, quería provocarte—ella veía hacia atrás, con el rostro sonrojado, sobre todo al enfocarse en los amigos y familiares de su novio, quienes se reían de la escena.

—Entonces deberás afrontar las consecuencias porque lo conseguiste—sin poner atención a sus quejas, Itachi se adentró con ella en uno de las habitaciones que se usaron para el arreglo de los novios y minutos después, ella trataba de contener sus gemidos, al igual que sus gritos mientras lo nombraba en medio de la pasión.

...

—Miren eso—Sasori señaló en dirección a donde Itachi y su sonrojada novia salían del área cercana a los vestidores, luego de media hora de haber entrado. Quizás no hubiera sido tan obvio lo que había pasado adentro, si la chica no trajera el cabello desordenado, pues antes de entrar, lo llevaba impecablemente peinado.

—No se los dije ¿eh? Ese Uchiha resultó ser mas calidoso de lo que imaginamos—añadió Deidara.

—Pagaría por saber que le dijo ella para ponerlo así—repuso Kisame, dado que su amigo parecía otro desde que estaba con Hinata. Esa linda chica había sido la alegría del azabache desde su llegada y sólo por eso, ella se había ganado su admiración.

—¿Cuanto estás dispuesto a pagar?—los Akatsuki pusieron los ojos en blanco al escuchar la pregunta de Kakuzu—Porque si es una buena cantidad, yo estoy dispuesto a averiguarlo.

—Eso significa que estás recaudando dinero para nuestros regalos de navidad?—preguntó Yahiko aguantando la risa.

—Pero deberás pensar en algo más, pues la florería cercana a nuestra casa, nos dio un montón de calendarios—soltó Nagato y todos rieron a costillas del tacaño.

—¡Imbeciles!—los nombró molesto.

...

—A juzgar por la dirección en la que veía Itachi, yo creo saber cual fue el motivo de su extraño comportamiento—agregó Izuna, quien al igual que sus compañeros y familiares, logró escuchar la conversación que tenían los Akatsuki.

—Por supuesto, el "perfecto" Itachi Uchiha, está celoso—repuso Obito.

—Shhh, no digan nada... ahí viene—Shisui se apresuró a silenciarlos antes que los escuchara.
...

Hinata se despidió de sus familiares y al igual que el resto de los invitados, los acompañó hasta el auto que se llevaría a los tres al aeropuerto. Los recién casados agradecieron la presencia de todos y sonriendo se alejaron. Los invitados se quedaron por un rato más y poco a poco, se fueron marchando.

Itachi planeaba llevarse a su Luna a su apartamento, pero sus padres, o más bien, su madre se empeñó en que Hinata se quedara con ellos en la mansión Uchiha. Mikoto ya lo había hablado con Ino y Neji, pues al menos por esa noche, no la quería dejar sola.

[...]

La mañana siguiente, la pareja salió temprano y la dama Uchiha les pidió que los esperaba a comer. La ojiperla no podía negar que los padres de su novio la habían hecho sentir en familia y con el transcurso del tiempo, incluso dejó de apenarse frente a Sasuke.

—¿A donde me llevas?—le pregunto mirando el familiar trayecto.

—Quiero comer dangos en el parque cercano a la agencia de Ino—ella sonrió, dado que no se había equivocado en sus suposiciones. Tenía tiempo pidiendo ir a alimentar las ardillas y aparentemente, Itachi la estaba complaciendo para que no pensara en Neji y en Hana.

—¿Puedo?—tal como la primera vez que la llevó a ese hermoso parque, él le indicó que tomará la bolsita con nueces para las ardillas. Apenas se sentaron, los pequeños animalitos se acercaron a recibir su porción, haciéndola sonreír—¡Son tan adorables!—metió la mano a la bolsa para continuar regalando las nueces, pero frunció el ceño al sentir algo extraño. Dirigiéndose por completo al objeto que sostenían sus dedos, dejó caer la bolsa y se tapó la boca al ser consciente del hermoso ánimo. Levantó el rostro en busca de su amado y lo encontró arrodillado frente a ella.

—Mi Luna ¿aceptas ser mi esposa?—ella no se había imaginado que él le propondría matrimonio, puesto que ya había aceptado vivir juntos. Sin lograr contenerse, lloró entre una mezcla de felicidad, añoranza y esperanzas de un futuro con una gran familia.

—¡Itachi!—el azabache le limpió las lágrimas y sonrió con ternura.

—Vamos Hina, respóndele de una vez—Hinata buscó la dirección de donde provenía la voz de Ino y la encontró en la pantalla del celular de Itachi. Los flamantes esposos y su sobrina, estaban presenciando toda la propuesta, sin embargo, al ver que ella no respondía, Ino ya no pudo mas con los nervios.

—Si, si, si quiero—los gritos de Hana se escucharon al igual que el suspiro de Neji. Pronto, las personas que contribuyeron con el Uchiha, se acercaron al igual que los visitantes del parque y todos aplaudieron a la bonita pareja. La ojiperla se sonrojó y escondió su rostro en el pecho de su ahora prometido, mientras él le colocaba el anillo.

Itachi llevaba tiempo planeando la propuesta y eligió el lugar que siempre sería especial para ambos. Una semana antes, le contó a Neji y a sus padres lo que haría y ellos se pusieron muy contentos. Ya intuyendo que ella resentiría la boda de su primo, optó por realizar la propuesta el día después, así ya no tendría tiempo de pensar en quedarse sola.

—Toma—el Uchiha le entregó otra bolsa con nueces—terminémoos de darles su comida a las ardillas—ya mas recuperada, ella asintió y se dedicó a repartir el contenido de la bolsa. Su corazón no había dejado de latir con euforia y la bonita sonrisa no abandonó sus labios. Itachi la volvió a sorprender y con sus acciones, sólo hacia que lo amara mas.

[...]

—Entonces Hinata ¿ya no estás molesta con mi hermano por la estupides que cometió?—Madara y Mikoto, rodaron los ojos ante la indiscreta pregunta de Izuna, sin embargo, tanto Hinata como Itachi, se veían felices. Mikoto organizó una comida en familia para celebrar el compromiso de su primogénito.

—No, de hecho, he llegado a preguntarme si en vez de escoger a Itachi, debi escoger a su apuesto tío, después de todo siempre me han gustado mayores—las miradas de todos se dirigieron hacia Madara, quien se notó desconcertado tras escuchar lo dicho por la Hyuga. Sin saber que hacer, la encaró y ella no desvió la mirada, sin embargo, al enfocar a su sobrino, este no logró permanecer estoico y le sonrió divertido.

—Bien hecho mi Luna, creó que si se lo creyó—Hinata no supo ni cómo se prestó a la petición de Itachi, pero al mismo tiempo le pareció tentadora la idea de darle una lección a Madara por lo que ocasionó, dado que según Itachi, él no había tenido que sufrir nada y fue quien inició todo—pero si continúas así, también harás que yo lo crea.

—No, no, no estoy hablando en serio—se apresuró a aclarar la ojiperla—sólo se trataba de una broma... espero que no se moleste—miró directamente a Madara, quien se quedó pasmado, como en pocas ocasiones le había sucedido.

—Por supuesto que no estoy molesto—el Uchiha mayor finalmente salió de su letargo y sonrió—además, no soy una persona fácil de engañar, por lo que no me creí nada—aseguró restándole importancia a la broma, aunque en sus adentros se había permitido imaginar que lo dicho hubiese sido cierto, que alguien como ella, se sintiera genuinamente atraída por él.

—Si claro... "todos sabemos que no te lo creíste"—Obito se burló haciendo comillas con los dedos—incluso te sonrojaste como un tonto quinceañero—las risas de todos resonaron y el corazón de la ojiluna se calentó agradablemente.

—Gracias por llegar a mi vida y darle sentido—murmuro Itachi, para que sólo ella pudiera escuchar. La chica apretó su mano sobre la suya y él leyó en sus labios un te amo. Sonrió con ternura y al igual que ella, continuó escuchando las peleas de sus tontos familiares, después de todo, nadie podía arrebatarle la felicidad que sentía al tenerla justo a él.

Fin

Lamento mucho todo el tiempo que me llevó terminar esta historia. Le falta el epílogo y como lo he hecho en mis historias terminadas, también lo haré para esta. Les agradezco mucho a quienes me acompañaron desde el inicio, al igual que a los nuevos lectores que le den la oportunidad.

Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encontré y las iré corrigiendo 😊💕

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