Capitulo 19
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Y a donde llevaron a Hidan? Quiero decir ¿él estará bien?—cuestiono Konan con algo de preocupación, minutos después de salir del apartamento de Itachi.
—Conociendo a Kakuzu, lo mas seguro es que lo haya llevado a un centro de salud para personas de bajos ingresos, de esos donde quizás no lo atiendan hasta mañana—soltó Yahiko en forma de burla y Konan se tapó la boca antes de reírse.
—¿En serio haría eso?—de nuevo preguntó la fémina mirando a su novio y a Kisame.
—Créeme, si se trata de ahorrar, ese tacaño será capaz incluso de exponer el bienestar de su amigo—añadió Kisame.
—Lo único malo para él, es que Sasori y Deidara, son unos exagerados, así que deben haberlo llevado a emergencias—aclaró Nagato encogiéndose de hombros.
—No es que me alegré de la pelea entre ambos, pero así Hidan aprenderá a no volver a jugar con fuego, Itachi dejó muy claro que con Hinata nadie se mete—repuso Kisame enviando unos mensajes a Sasori.
—Tienes razón, ademas, todos le advertimos no provocar a Itachi y él no entendió—añadió Konan algo resignada.
—Por lo menos esto ha servido para que ella accediera a verlo y por lo que se veía, estoy seguro que a estas alturas, ese bastardo ya está obteniendo su premio—agregó Nagato, haciendo que su novia se sonrojara y lo reprendiera por ser tan claro.
—Sasori respondió, dice que llevaron a Hidan al hospital del centro. Tiene una costilla fracturada y el médico lo cedo por escandaloso, así que dormirá tranquilo hasta mañana... aparentemente, nada grave—aclaró Kisame y los otros asintieron mas tranquilos.
[...]
—Y bien ¿que demonios quieres? Te dejé claro el mensaje la última vez que nos miramos—una exuberante rubia de grandes senos se notaba muy incómoda ante la presencia del varón frente a ella.
—Han pasado muchos años, mismos en lo que he lamentado lo que hice y si respeté tu decisión en el pasado, no fue porque estuviera de acuerdo, sino porque me merecía vivir en soledad—declaró el hombre con largo cabello blanco.
—En soledad ¿tu?—la fémina sonrió—Por favor Jiraya, tu nunca estuviste en soledad, al contrario, tú siempre encontrabas compañía femenina para que te entretuviera—continuó con el tono de burla e incluso se permitió reírse por la ironía.
—Lo se, se que siempre fui un mujeriego empedernido, pero después de lo nuestro, nadie nunca volvió a llenar tu espacio. Ninguna de todas las mujeres que me buscaban para obtener satisfacción sexual, estabilidad económica, o simplemente colgarse de mi fama, logró igualarte—la rubia lo miraba con rencor—Tsunade, mi Tsunade... tu fuiste lo mejor que le ha pasado a mi vida.
—Todo lo contrario a lo que tú fuiste en la mía—reprochó con rencor y a la vez tristeza. El escritor a quien tenía muchos años sin ver, se presentó en su trabajo unos días atrás. Como era de esperarse, ella se negó a recibirlo, no obstante, Jiraya no se rindió y después de aparecerse en todos los sitios a los que ella asistía, prefirió enfrentarlo de una vez y mandarlo al mismo lugar a donde lo envió en el pasado... al demonio.
—Lo se y no hay día que no me lo reproche. Me di cuenta muy tarde lo mucho que tú significabas para mí—a Jiraya ya no le importaba recibir insultos, o ser tratado con despreció, ya que su única prioridad era expresar sus sentimientos a la mujer de su vida, a la mujer que se encargó de destruir con sus repugnantes actos. Si todo hubiera sido diferente, ellos serían amorosos padres y quizás hasta abuelos de uno o mas nietos.
—¿Y para decirme esto esperaste todos estos años?—Tsunade también estaba muy consternada por las declaraciones de Jiraya. Si de ella hubiera dependido, preferiría nunca haberlo vuelto a ver, dado que todos los recuerdos dolorosos que intento olvidar, volvieron a ella de forma violenta.
—Si te soy sincero, quise hacerlo hace tiempo, no obstante, mi cobardía me lo impedía, pero luego de una amena charla con una chica, decidí hacerlo, ya no quise esperar ni un día mas—Jiraya sonrió recordando a la joven de ojos luna y al hombre que llamó la atención apareciendo en una rueda de prensa asegurando estar enamorado de ella. Ese muchacho hizo lo que él debió hacer cuando cometió los errores que lo separaron de ella.
—Por supuesto que debe ser una chica, nunca cambias ¿no es cierto?—la rubia sonrió con burla y negó con la cabeza.
—No es lo que tú crees, aunque dadas las circunstancias, no puedo pensar que creas lo contrario—la fémina se bebió el vaso de alcohol que le sirvió el mesero—Esta chica es muy joven, incluso podría ser mi nieta. Su nombre es Hinata Hyuga y es una excelente escritora.
—¿La joven que se apostaron los Uchihas?—cuestionó Tsunade con algo de curiosidad, ya que también veía las noticias y durante algún tiempo, se habló mucho sobre ese tema.
—Ella misma—respondió mirando que la Senju ya había pedido toda la botella. Algunas cosas nunca cambiaban—Me reuní con ella para obtener información que pudiera utilizar en mi próximo libro y sin saber como pasó, fui yo quien terminó contándole nuestra trágica historia. Te confieso que pude vernos a nosotros dos a través de ellos y lo que más me sorprendió, fue su sugerencia sobre ti—Tsunade lo miró directamente—Ella me animó a buscarte para que te liberara del pasado dándome tu perdón... y al hacerlo, también le darás un poco de paz a mi patética y solitaria existencia—ambas orbes se miraron durante unos segundos y la Senju se sorprendió al encontrar la sinceridad en los ojos de Jiraya.
—No entiendo porque esa joven pudo darte ese consejo—Tsunade bebía para contener las lágrimas que ya amenazaban con hacer acto de presencia. Pensó que había enterrado sus recuerdos, pero estando con él, parecía que todo acababa de suceder.
—Porque ella leyó mi libro donde cuento nuestra trágica historia y se sintió tan triste, que no pudo evitar decir lo que pensaba y sobre todo, porque ella descubrió lo que aún contengo aquí adentro y no le había contado a nadie—Jiraya se palpó el pecho.
—¿A que te refieres?
—Yo nunca he dejado de amarte Tsunade, tú eres la única mujer a la que siempre le pertenecerá mi corazón—confesó con una sensación de melancolía y al mismo tiempo de liberación. Era como si haber confesado sus sentimientos hacia ella, lo hubiera liberado de una pesada carga que llevó durante años—y desde nuestra separación, sólo he sido un cuerpo vacío.
—¡Vaya!—fue lo único que atinó a decir la fémina luego de la inesperada confesión del hombre al que durante todo ese tiempo se obligó a odiar sin poder lograrlo.
—Entonces ¿podrás algún día darme tu perdón?—a pesar de ser muy pronto, Jiraya temía que ella se negara a volver a verlo, por lo tanto, se jugo el todo por el todo y realizó el pedido.
—Ya lo hice hace mucho tiempo—el varón se sorprendió tras la declaración—De no haberlo hecho, nunca hubiese podido salir del abismo en el que me hundía—su voz sonaba tranquila mientras hablaba.
—¿De verdad?—preguntó con esperanza.
—Si, pero eso no significaba que te quiera cerca ¿entiendes? Además, estoy muy interesada en conocer a esa joven—de nuevo volvía a ser la misma mujer explosiva de la que se enamoró. Las defensas de Tsunade bajaron un poco y la pareja continuó conversando hasta que cada uno se marchó.
Con los días que continuaron, Jiraya se dedicó a encontrarse con ella y aunque al principio la rubia estaba muy renuente, con el tiempo ella fue cediendo y prácticamente se veían cada tercer día. Para Jiraya, la rubia se había convertido de nuevo en su única razón para continuar, sustituyendo momentáneamente el proyecto del libro. Para Tsunade, había revivido la pequeña flama que durante años permaneció apagada, aunque jamas lo admitiría frente a él, dado que según ella, el tiempo de ambos ya había expirado y ahora sólo eran un par de ancianos melancólicos que se dedicaban a recordar los bonitos momentos que vivieron en el pasado.
[...]
—¡Itachi!—la ojiperla ya había perdido la noción del tiempo. El azabache la había llevado innumerables veces al éxtasis y aún no parecía satisfecho.
—Me enloquece escucharte decir mi nombre... dilo otra vez mi luna—la chica se encontraba en cuatro, mientras que Itachi la envestía una y otra vez, sin lograr tener suficiente de ella—Vamos, di mi nombre mientras—la ayudó a levantarse quedando la espalda de la chica pegada al pecho masculino—te hago el amor como a ti te gusta—Hinata gimió de placer al sentirse tan cerca de él.
—Itachi, Itachi—el Uchiha sonrió y sintiendo que el interior de su amada le comprimía su hombría, se movió para entrar mas adentro de ella—Itachi yo voy a ahhh—él le apretó los senos con una mano, al mismo tiempo que le mordió el cuello.
—No te contengas amor, ven para mí, vengamos juntos—apenas terminó con el pedido y la Hyuga gritó alcanzando su meta al mismo tiempo que lo hizo él. Lentamente, el azabache salió de ella y la ayudó a recostarse en la cama sobre su pecho—Te amo mi luna—confesó con felicidad al tenerla con él después de lo que les tocó vivir.
—¿Te sientes bien? ¿Te duele mucho?—fue evidente para él, que ella no le correspondió a su confesión de amor, no obstante, se sentía muy feliz de tenerla rendida entre sus brazos—Quizás debámoos ir al médico—la ojiluna se preocupó al ver los hematomas en el rostro y pecho del varón. Posiblemente se habían excedido con sus íntimas actividades y terminaron empeorando los golpes.
—No siento ningún dolor y se necesita mucho mas que pelear con un imbecil para mandarme al médico—sonrió con ternura al verla tan preocupada por él—Lo único que necesitó es tenerte cerca de mí y te aseguro que estaré bien—la estrujo contra él con poca fuerza y ella sonrió.
—Lo que dijiste en la rueda de prensa ¿es cierto?—preguntó Hinata con algo de cautela.
—Dije muchas cosas y en ninguna mentí, pero si te refieres a lo que dije sobre ti—la levantó un poco para que lo mirara a los ojos—te juró que hablé con la verdad, con el corazón en la mano, tal como ahora que estás aquí y no dejó de confesarte cuanto te amo—la morena se conmovió al escucharlo y tomó la iniciativa de besarlo. Unieron sus labios en un beso dulce, tranquilo, pero sobre todo, llene de amor.
—Durante el tiempo que estuvimos separados, sentí que moriría de tristeza. Es muy difícil estar separada de ti, amándote como te amo Itachi—el corazón del azabache latió con frenesí y con un movimiento rápido, invirtió las posiciones, quedando él sobre ella.
—Te prometo que no volveré a causarte ningún dolor, nunca mas ocasionaré que tus hermosos ojos estén tristes—de nuevo se volvieron a besar, pero a diferencia del tierno beso anterior, este fue demandante y cargado de deseo. Sabiendo las intenciones del Uchiha, la chica trató de detenerlo.
—Espera Itachi, hemos pasado la noche sin dormir y tú necesitas descansar, no quiero que tus heridas puedan empeorar por...—la ojiluna no se atrevió a continuar debido a la burlona sonrisa de su amado. Ella de inmediato se sonrojó y evitó verlo.
—Estuve mucho tiempo añorando tenerte de regreso y créeme, no me importa el dolor físico, siempre y cuando continúe haciéndote el amor—Hinata sintió su cuerpo arder con sólo sentir la calidez en la piel masculina. No podía engañarse, ella también lo deseaba, incluso se desconocía a sí misma por ese descomunal deseo que experimentaba hasta en sus sueños—Ahora quiero a la dominante mujer que estuvo conmigo en el hotel de Suna—la Hyuga jadeo cuando él se sentó con ella encima de su regazo—Debo confesar, que me dejaste impresionado mi luna—la joven se tapó la cara con ambas manos, mientras él se reía de su comportamiento infantil.
La ojiperla dejó a un lado su pudor y se dedicó a complacer al hombre que amaba, después de todo, ella también disfrutaba viéndolo rendido y dominado por la pasión.
...
El día siguiente, Hinata despertó y por momentos, se sintió desubicada. Poco a poco, su mirada se fue aclarando y supo exactamente donde se hallaba, no obstante, sintió molestia al verse sola en la gran cama. Con dificultad se estiró hasta alcanzar su celular y cuando miró la hora, casi gritó del susto... pasaban las dos de la tarde y tenía innumerables mensajes de Ino y de Neji ¿como pudo ser tan descuidada? Debió enviar un mensaje a su familia, cuando llego con Itachi.
Sin mas que hacer, abrió los mensajes y se sonrojó. Al parecer, Ino llamó a Konan y ella le aclaró el lugar donde se quedó Hinata. Como era de esperarse, su primo la reprendió un poco por no avisarles y la rubia le envió mensajes con sugerencias sobre la apasionada reconciliación que seguramente estaba teniendo.
Suspiro dejando el celular de lado y como si los hechos se volvieran a repetir, en ese momento entró Itachi con un ramo de flores y comida para ambos.
—¡Buenos días mi luna!—Hinata se sonrojó al verlo tan apuesto. Su rostro aún mostraba signos de los golpes, no obstante, eso no afectaba su perfección, sobre todo, viendo como esa jersey negra se ajustaba al musculoso torso y brazos... ¡Cielos ese hombre era perfecto! Pensaba la ojiluna mientras intentaba dejar de verlo, sin embargo, al mirar hacia abajo, el efecto fue peor. Itachi lucía unos vaqueros en color azul, casi negro, estos se ajustaban a las también musculosas piernas y lo peor, era haber enfocado involuntariamente, el área abultada del zíper—¿Te pasa algo princesa? Parece que tienes fiebre—el Uchiha no pudo evitar burlarse de ella. Sabía que lo estaba evaluando y se sintió orgulloso de ser el causante de su estado actual.
—E-estoy bien... es sólo que no te vi al despertar—en parte era cierto, aunque no del todo, ya que no pensaba decirle que se había excitado sólo por verlo de manera inapropiada.
—Lo siento mi luna, lo que pasa es que desperté antes y no te quise molestar, por lo que tomé una ducha rápida y salí a comprar algo de comer—el azabache le entregó el bonito ramo de flores junto a una bolsa que dejó a un lado—Llamé a tu primo, esta noche nos esperan a cenar en casa de Ino—la Hyuga entró en pánico.
—¿Que? ¿Para que? Quiero decir, ustedes dos no...—Itachi le dio un beso en la frente.
—No te preocupes mi luna, quiero hacer las cosas bien y no me importa que tu primo me insulte, total, yo mismo di pie a que eso pasara, ademas, él es tu familia y se cuanto lo quieres, por lo tanto, le dejaré claras mis intenciones contigo, no quiero que vuelva haber malos entendidos entre nosotros—Itachi aprovechó la salida para llamar al fiscal y a pesar de tener dificultades para que este aceptara la invitación, él finalmente accedió. Luego interfirió la Yamanaka, ofreciendo hacer una cena en su casa, de ese modo, no tenían que ir a un restaurante, donde cualquiera podía escuchar.
—¿Y que pasa si todo sale mal?—la morena conocía el temperamento de su primo y después del último encuentro que tuvo con Itachi, donde dicho sea de paso, le dio un golpe, no creía que fuera buena idea reunirse tan rápido.
—Haré todo lo que este a mi alcance para que eso no suceda, ademas, mañana nos reuniremos con mi familia. Mi madre no deja de preguntar por ti y quiero sorprenderla cuando nos vea llegar juntos—Hinata recordó a la amable mujer y sintió nostalgia. Ellas no habían vuelto a tener ningún tipo de contacto desde lo sucedido.
—¿También con ellos? ¿No crees que es un tanto apresurado? Digo, apenas nos acabamos de reconciliar y...—en realidad, ella ya no supo que mas argumentos darle para persuadirlo de no actuar precipitadamente.
—No, de hecho, quiero que todos sepan lo feliz que me siento y lo mucho que te amó—con ternura le acarició el rostro, al mismo tiempo que colocaba un mechón de cabello tras su oreja—Tranquila, te aseguro que todo va a estar bien a partir de hoy—le aseguró con toda la seguridad que lo caracterizaba.
—Entonces debo regresar a mi casa antes de reunirnos con Neji—decreto preocupada.
—Lo siento, pero de aquí no saldrás, no pienso separarme de ti—se aferró a ella como un niño que no quiere soltar su juguete favorito. Un comportamiento extraño, dado que él siempre le pareció muy centrado y maduro.
—Itachi, no tengo otra ropa ¿cómo se supone que me presente frente a mi familia con la misma de ayer?—el Uchiha sonrió despreocupado ante el predecible comportamiento de su amada.
—No te preocupes, también pensé en ese detalle—la chica se sorprendió cuando el azabache le acercó la bolsa que había traído junto con las flores—ábrela—la ojiperla obedeció y al hacerlo, encontró piezas de lencería y dos vestidos—Ahora comamos, recuerda que tenemos que recuperar energía para lo que queda del día—Hinata se sonrojó causando la risa del varón.
El plan del Uchiha no pudo ser mejor, ya que durante la comida, su amada se relajó a tal grado de darle la comida en su boca, olvidándose de que no estaba vestida mas que con la finas mantas, mismas que con los movimientos del cuerpo femenino, se bajaban mostrando parte de sus encantadores senos.
—¡Itachi!—lo reprendió cuando lo sorprendió mirándola con los ojos llenos de deseo. De nuevo el Uchiha reía y continuaban con la comida. Ambos se sintieron felices de volver a estar juntos y si de ellos dependía, no volverían a separarse.
[...]
—No responde—soltó Sasuke con molestia mientras se subía a su auto, tras las constantes insistencias de su madre.
—Estoy preocupada por tu hermano, desde ayer no sabemos nada de él y con lo desanimado que ha estado estos últimos días, me temo que algo malo le haya sucedido—añadió Mikoto. Ella había despertado a su hijo menor, cuando notó la ausencia de Itachi. No quería molestar a Sasuke, pero ya había llamado a sus hermanos y sobrinos en busca de su paradero, concluyendo en que nadie lo había visto desde que salió de la empresa el día anterior, ni siquiera Shisui se había podido comunicar con él.
—Llamé a Kisame y a Nagato para reunirme con ellos, estoy seguro que sus socios deben saber algo de su paradero—la dama Uchiha asintió con esperanza y se despidió de su hijo pidiendo que le informara cualquier cosa que supiera de Itachi.
Sasuke se sintió confundido, ya que Nagato le informó que en su casa le explicaría cualquier cosa referente a su hermano mayor y aunque no quería preocuparse, ya se estaba poniendo inquieto.
Demoró media hora hasta el hogar de Nagato y pudo comprobar que estaban los autos de los otros amigos de su hermano, no obstante, el de Itachi no se veía por ningún lado. A toda prisa se apresuró a tocar el timbre.
—¡Ah... pasa Sasuke!—Kisame abrió la puerta y se sintió culpable por el semblante preocupado que mostraba el Uchiha mas joven.
—¿Donde está Itachi? Mi madre esta muy preocupada—en la sala se hallaban, Sasori , Deidara, Kakuzu, Yahiko, Konan y Nagato, los únicos ausentes eran Hidan y su hermano. Los Akatsuki lo saludaron y el les dedicó un asentamiento con la cabeza. Le llamo la atención, la extraña actitud de Kakuzu, quien parecía muy concentrado en una llamada telefónica.
—En este momento, Itachi debe estar disfrutando de su reconciliación con su luna, como suele llamar a la chica Hyuga—soltó Nagato.
—¿Y porque no me lo dijeron por teléfono? ¿Saben los muchos pensamientos que tuve antes de llegar?—cuestionó con enfado—¿Y como es que Hinata ya está con él?—de pronto sintió curiosidad.
—Es mejor que te sientes—ofreció Konan y el Uchiha accedió.
—Lo que pasa es que Itachi se agarró a golpes con Hidan—informó Nagato y Sasori de inmediato buscó el vídeo en su celular para entregárselo a Sasuke.
—¿Que demonios?—Sasuke apenas podía creer que el siempre imperturbable Itachi, hubiera perdido los estribos a tal grado.
—Para concluir, Hidan fue llevado al hospital, mientras que tu hermano se empeñó en ir a buscar a Hinata, ella se hallaba en un bar, acompañada de Konan y cuando la Hyuga lo miró con el rostro magullado, terminó derritiéndose por él—Kisame continuó contando los detalles y Sasuke le informó a su madre que no se preocupará.
Las risas estallaron cuando Deidara contó como tuvieron que cedar a Hidan por escandaloso.
—¡Maldita sea!—el grito de Kakuzu silenció a todos los presentes. Sasuke pensó que se había molestado por que hablaban de su compañero, sin embargo, no parecía ser el caso—Ustedes me engañaron—reclamó mirando a todos.
—¿De que nos acusas? Tu también estabas burlándote de Hidan, incluso subiste el vídeo para obtener ganancias—reprochó Yahiko.
—No estoy hablando de él—los miró furioso—ustedes cargaron todos los gastos a mi tarjeta cuando estuvimos en Suna... Ahora entiendo porqué no dejaban de pedir bebidas exóticas—esa mañana le había llegado un correo electrónico con el estado de cuenta en su tarjeta y desde entonces, se dedicó a realizar llamadas en busca de información, estaba seguro que debía tratarse de un error.
Yahiko con discreción, encendió la cámara de su celular. La reacción del tacaño era digna ser mostraba a Itachi, quien estuvo esperando por ese momento.
—Maldito tacaño ¿como no te quejas cuando es mi tarjeta la que cubre los gastos de todos? Te recuerdo que eres tú quien mas gasta pidiendo excentricidades y ahora que por primera vez te toca pagar te pones como un loco—lo reprendió Sasori, mientras Sasuke observaba en silencio evitando reírse de la situación.
—Ahora si te dieron donde más te duele ¿eh?—se burló Deidara.
—Esto no se trata de ser tacaño, ustedes me engañaron, dijeron que no se cargaría nada a mi cuenta—Kakuzu aún no podía creer a cuanto accedía el monto total y entre mas escuchaba a sus compañeros, deducía que no pensaban pagarle nada.
—Supongo que con las vistas que lleva el vídeo de Hidan haciendo el ridiculo, pronto podrás recuperarte de tu "cuantiosa pérdida"—espetó Konan haciendo las comillas con los dedos.
—¡Aprovechados! Saben que yo no soy rico y no les importo joderme—en ese momento, Sasuke ya no se contuvo y soltó las carcajadas, al igual que Kisame. Pronto los otros fueron contagiados y el único que no encontró divertida la situación, era por supuesto, el mismo Kakuzu.
—Eso te enseñara a no burlarte de mi hermano, tal como lo hicieron todos en Suna—el Uchiha escuchó a Itachi contándole a Shisui lo sucedido cuando le miraron las marcas en el cuello. Él aseguró que pronto, se desquitaría y tanto Kakuzu, como Hidan, fueron los primeros en pagar.
—¿Entonces esto fue idea de ese arrogante?—cuestionó Sasori. Las burlas que Itachi recibió en Suna no eran suficientes para pagar por la humillación de ser golpeado por el desquiciado de Gaara.
—No del todo—murmuro Nagato, al mismo tiempo que se retiraba el cabello del rostro. Pensar en Itachi queriendo desquitarse por las burlas que recibió en Suna, no le dejó un buen sabor de boca y conociendo el carácter vengativo del Uchiha, era obvio que ellos también pagarían. Quizás no sería pronto, pero Itachi era de las personas que sabía tener paciencia, mientras esperaba su revancha.
—Ya deja de quejarte, después de todo, tanto tú, como Hidan y yo, ya estamos a mano con Itachi—añadió Sasori—aunque quizás en tú caso, todavía no se sienta lo suficientemente satisfecho por no estar presente cuando te llegó la inesperada deuda sorpresa.
—Eh... ese engreído no aguanta nada, nosotros sólo nos reímos un poco y él explota como bomba—repuso Deidara, sabiendo que también a él, le llegaría la hora.
—Itachi no perdona ni lo que yo le hago ¿porque habría de hacerlo con quienes se burlaron de él?—Sasuke encaró al rubio y esté a su vez, chasqueó la lengua con enfado.
—Como sea, pero yo hubiese preferido enfrentarme a golpes tal como lo hizo Hidan, a tener que perder mis preciados ahorros—Kakuzu era dueño de un gran capital, sin embargo, siempre buscaba la manera de ahorrar hasta en lo mas mínimo, incluso se dedicaba a perseguir todas las ofertas de liquidación en las tiendas—y gracias a lo que me hicieron, no les daré ningún obsequio en la navidad—se disponía a marcharse para buscar maneras de recuperar lo que había perdido.
—Esta bien Kakuzu, todos extrañaremos los calendarios que obtienes gratis de los supermercados—el mencionado se fue lanzando maldiciones, mientras que Sasuke se reía a la par de los otros por lo último que dijo Konan.
—¡Esa es mi chica!—Nagato abrazo a la fémina y se limpió las lágrimas derramadas por tanto reírse.
[...]
Un intimidado hombre de cabello blanco y anteojos, se re acomodaba en la silla donde estuvo sentado frente a esos dos hostiles azabaches.
—Hay sólo dos maneras de hacer esto y una puede ser menos agresiva que la otra—aseguró Obito mostrando su siniestra sonrisa, misma que erizo los vellos del peli blanco.
—No lo pienses tanto, sólo necesitas darnos los nombres de las personas a quienes les vendiste ese vídeo, incluso te ofrezco una buena suma de dinero si aceptas... pero si no lo haces, es mejor que estés preparado para no volver a conseguir un solo día de trabajo en ningún lugar de la cuidad—agregó Izuna—Sabes que somos muy influyentes y no tardaremos mucho en arruinar tu reputación.
—¿Y quien sabe? Quizás hasta te quedes en la calle, donde los accidentes suelen ocurrir muy a menudo—Izuna hizo lo posible por no reírse, ya que los diálogos dichos por su sobrino, los escucharon en una película que miraron con unas chicas la noche anterior. Ahora entendía porqué Obito se había interesado tanto en lo dicho por el actor antagónico.
—¿Me están amenazando?—replicó Kabuto con la voz quebrada.
—Para nada, esto es sólo una advertencia y tú cómo "periodista" deberías saberlo mejor que nosotros, aunque claro, eres un periodista mediocre—la resistencia de Izuna llegó a su fin y escupió el vodka que se estaba bebiendo—Ten cuidado tío, podrías ahogarte—el Uchiha menor se comportaba con naturalidad y no dejaba de aparentar ser una potencial amenaza para Kabuto.
—Ustedes no pueden—murmuro Kabuto.
—Quizás sea hora de terminar con esta absurda conversación... al parecer, estás rechazando nuestra oferta y te sientes muy seguro—uno de los meseros se acercó para asegurarse que Izuna estaba bien, ya que después de toser, parecía tener problemas para respirar.
—¿Se encuentra bien?—el Uchiha mayor asintió y agradeció los pañuelos que le dio el chico.
—Quédate con el cambio—Obito pagó la cuenta y se puso de pie al igual que su tío—Nuestra oferta ha terminado—le dijo a Kabuto y se dispuso a caminar.
—Fueron Yugao e Izumi—Obito sonrió y ambos regresaron a las sillas en las que habían estado sentados—ellas me pagaron por el vídeo y me exigieron abandonar la cuidad, pero no me dijeron que harían con él, lo juro, es todo lo que se.
—Lo vez... no fue tan difícil—de nuevo Izuna aguantó las ganas de reír, ya que su sobrino acomodó deliberadamente los cuellos de la camisa del peli blanco, tratando de dejarlo presentable, no obstante, cuando apretó la corbata con mas fuerza de la necesaria, tal como lo hicieron en la película, el mayor ya no lo soportó y se carcajeó, total, la información ya había sido obtenida y ya no necesitaba guardar las aparecías.
Luego de unos minutos, finalmente se marcharon y se dirigieron a Konoha, mas en específico a casa de Madara. Desde ahí, llamarían al resto de la familia, principalmente a Itachi para realizar una reunión.
[...]
Itachi escuchó el timbre de su apartamento y fue abrir sin prestar atención a su apariencia, ya que sólo vestía un pantalón negro sin nada sobre su pecho. Se había duchado con su luna pero ella se había quedado un poco más, para peinarse el cabello.
—Eres un irresponsable—el azabache suspiró y se sintió un poco culpable—Un texto, una llamada, cualquier cosa Itachi.
—Siento haberte preocupado y si estás aquí, eso quiere decir que también mamá esta muy preocupada ¿verdad?
—¿Y todavía lo preguntas?—el menor entró sin ser invitado y se fue a la cocina. Abrió el refrigerador para buscar algo de beber y encontró cervezas, le dio una a su hermano y la otra la abrió para él. Pensaba contarle detalladamente lo sucedido en casa de Nagato.
—Itachi ¿dónde dejaste la bolsa con mi ropa?—Sasuke se quedó atónito cuando la Hyuga entró en la cocina cubierta con una toalla que apenas lograba cubrirle los senos y ni hablar de cómo exponía las perfectas piernas.
—Tenemos visita mi luna—Itachi fulminó a Sasuke con la mirada y se colocó frente a la ojiluna evitando que su hermano continuara mirándola.
—S-Sasuke... p-perdón, no sabía que—ella corrió de regreso a la recámara en estado de pánico y completamente roja de la vergüenza. El azabache menor, seguía mirando el lugar por donde se fue la chica. Ahora entendía porque su hermano no respondía llamadas, ni salía a ningún lado cuando estaba con ella. Seguramente, era difícil quitarle las manos de encima a tanta tentación.
—Te estoy hablando—Itachi palpó la mejilla de su hermano atrayendo su atención, pues lo había llamado un par de veces y no obtuvo respuesta.
—Lo siento, no te escuché.
—Ya lo creó y será mejor que no vuelvas a mirarla así—aunque su voz era calma, Sasuke sabía que había una peligrosa advertencia.
—Lo siento, es que me sorprendió verla aquí—ambos se dirigieron a la sala, pero el menor olvidó lo que iba decir, al igual que la cerveza abandonada en algún sitio entre la sala y la cocina—Será mejor que me vaya, después hablaremos con mas calma.
—Me parece bien y mañana pienso llevar a Hinata conmigo a cenar con todos ustedes, pero es una sorpresa para mamá, así que te ruego no decirle nada ¿de acuerdo?—Sasuke asintió y se fue sintiendo que su nariz sangraría irremediablemente. Después de todo, no fue buena idea ir a buscar a su hermano, debió escuchar a Nagato, sin embargo, dado que ya eran las cinco de la tarde, no creyó que ella todavía estuviera con él.
...
—¿Donde estás mi luna?—Itachi sonrió al observar la luz del armario. Estaba seguro que ella se había escondido ahí, aterrorizada por el incidente.
—No era mi intención Itachi—confesó con vergüenza y se negó a salir.
—Lo se, pero sal de ahí, no tienes porque esconderte, tú no hiciste nada malo—con paciencia abrió la puerta y la convenció de salir, luego le entregó la bolsa donde estaban los vestidos.
—Él miró todo esto ¿ahora como podré verlo a la cara?—la Hyuga le mostró las marcas de amor que Itachi le hizo durante los candentes encuentros.
—No creó que haya tenido mucho tiempo para mirar eso—los ojos de Itachi enfurecieron al recordar la admiración de Sasuke cuando ella pareció frente a él. Lo mas probable era que su tonto hermanito sufriera de sueños húmedos teniendo a su chica como protagonista. Hinata notó el cambio y se sintió mas avergonzada por su descuido—y como ya te dije, tú no hiciste nada incorrecto, así que vistámonos para ir a cenar con tu familia—sin nada que decir, Hinata obedeció y pronto el ambiente se tranquilizó ante las atrevidas sugerencias del azabache.
[...]
—¿Cuando llegará tía Hina?—Hana estaba impaciente por la llegada de los invitados. La niña ya había estado jugando con Jutsu, pero el gato pareció querer dormir dejándola sin nada con que entretenerse.
—Ya no deben tardar, tanto ella como Itachi son muy puntuales—respondió Ino. La rubia sonrió divertida al notar la molestia en el perfecto rostro de su futuro esposo, había sido toda una odisea lograr que él aceptara el pedido de Itachi.
—¿Estas molestó papá?—la pregunta de la niña, lo obligó a suavizar su semblante y cuando estaba por responder, el timbre sonó. Pronto la inconfundible voz de Hinata se escuchó agradeciendo a la empleada que les abrió la puerta—¡Tía Hina!—la niña corrió hacia la ojiperla y ella la levantó para darle un beso en la mejilla.
—¡Buenas noches!—Neji se puso de pie y por segundos que tanto a Ino, como a Hinata, les parecieron eternos, miró directamente al azabache. Ambas chicas temieron que iba lanzarse sobre Itachi, pero afortunadamente, respondió al saludo del Uchiha.
—Pero no se queden allí... pasen—Ino rompió el incómodo momento y estiró a la pareja hasta el sofá para dos personas—La cena casi está lista ¿quieren tomar algo?
—Quizás mas tarde—respondió la morena y tomó la bolsa que Itachi le entregó. El azabache hizo una parada para comprar unas botellas de cognac, las cuales su luna le indicó que eran las favoritas de Neji. También compro pasteles para Ino y Hana, después de todo, no quería llegar sin algo que ofrecer—Itachi compró esto para ustedes—se puso de pie y se acercó a su primo—Mira Neji, son tus favoritos—sin lograr sostener la reprimenda que él le dio con sólo verla, se acercó a las féminas y les entregó el resto de las compras.
—Gracias—dijo el castaño al mismo tiempo que se levantó del sofá—Uchiha, acompáñeme afuera, quiero tratar un tema importante antes de la cena—de inmediato, Itachi se dispuso a seguirlo, no sin antes darle a su amada una sonrisa, de esas que le daban seguridad.
—¿Golpeaste a Itachi tía?—Ino comenzó a reír ante la inocente pregunta de la pequeña, ya que ella por un momento, llegó a creer lo mismo.
—No, el se cayó de una escalera—Hana no lo creyó, pero ya no pudo preguntar, dado que Hinata le pidió llevar la bolsa a la cocina.
—¿Quien lo golpeó de esa manera?—tanto Ino, como Neji, se percataron de los marcados hematomas en el rostro del Uchiha.
—Ayer se peleó con Hidan—murmuro sin dejar de mirar la puerta por donde se marcharon los dos varones. La verdad, temía que Neji también terminara golpeándolo.
—Ya era hora y esperó que él se vea peor—Hinata le contó lo que sabía y la Yamanaka sintió gran satisfacción—Eso y más merece por lo que te hizo—continuaron hablando o mas bien, Ino interrogaba a la morena sobre la noche que pasó junto a Itachi y después de largos minutos, los hombres regresaron.
—¿Esta todo bien?—Hinata corrió hacia ellos y los evaluó en busca de algún golpe, no obstante, ellos se veían impecables, al menos Neji.
—Por supuesto mi luna—con ternura ante su comportamiento preocupado, Itachi la envolvió entre sus brazos. Neji tomó una de las botellas y sirvió cuatro copas. Con ese acto, ambas supieron que ellos habían logrado superar las diferencias.
—Aquí tienen—Itachi, Hinata e Ino, sostuvieron las copas imitando al castaño—brindemos por un nuevo comienzo—Hana se unió a ellos con un vaso de jugo y en seguida pasaron a cenar.
Los nervios de la ojiluna quedaron atrás, dado que la noche había sido muy divertida, sobre todo, cuando Neji felicitó a Itachi por enviar a Hidan al hospital. El fiscal le contó como también él, le había dado su merecido y antes de despedirse, el celular del azabache recibió un mensaje de Madara donde le pedía ir al día siguiente a su hogar. Sin necesidad de indagar, ya intuía el motivo de dicha reunión y de nuevo se permitió sonreír.
Continuara.
Aquí está otro capítulo y dependiendo de cuánto escriba en el siguiente, sabré si sera el último, o bien, lo divida en dos partes. Me disculpo por la demora, pero como ya lo he dicho, esto me sucede cuando ya voy a terminar una historia. Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encontré y las iré corrigiendo. Las siguientes actualizaciones, serán La esposa del héroe, Acorralada y Todo o nada.😊💕
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