Sorpresas
¿Que puedes decirle a alguien que acaba de perder a el ser que más amaba?, Ojalá pudiera saber esa respuesta, saber que decirle a mi novia en el que sin duda era el peor momento de su vida. La verdad estaba muy triste por Victoria, claramente no podía sentir su dolor, pero me dolía que estuviera así. Y más aún sin tener palabra alguna que decirle, 'mi mas sentido pésame', ¿realmente sabemos que quieren decir esas palabras? Cuando la verdad es que el único momento de entender y sentir el dolor es pasando por el.
Lo que si sabía que debía hacer, y quería hacerlo con toda mi alma, era estar con ella así mismo como ella siempre había estado para mí. Desde lo sucedido no volvimos hablar del tema, de nada relacionado con ese suceso y mucho menos con lo que habíamos pensando hacer. Victoria estaba sumergida en una depresión de la cuál no parecía iba a salir. Yo por mi parte seguía sintiéndome inútil, estaba parapléjico y no sabía de qué forma ayudarla a levantar cabeza. Las cosas estuvieron muy tensas durante un mes luego del funeral de su padre, solo hablamos de cosas rutinarias, pasamos los días echados en la cama, Victoria lloraba todas las noches desconsoladamente, al principio lo hacía a mi lado me abrazaba muy fuerte en la cama y llora hasta quedarse dormida, pero últimamente se levanta e iba al baño donde un par de veces amaneció llorando.
Durante todo ese tiempo soñé todas las noches con la muerte de muchos vecinos, familiares y amigos. Todas y cada una de las muertes ocurrieron tal como lo había soñado, así que me preguntaba -¿Porque no pude salvar al padre de Victoria? -en algún momento pensé en decirle lo que había estado soñando pero no encontré la forma de romper con la tensión y hablar del tema. Así que seguí con mis dudas, que era lo único que tenía desde el día que fui a ese sitio con Paul.
Hasta que uno día ya no pude más, hable con Victoria y le dije que iría a mi casa por algunas cosas, ella se ofreció acompañarme pero le dije que se tomará el día para ella, que no necesitaba cargar conmigo con todo lo que le estaba pasando, así que le pediría al chófer que me llevará. Tampoco había hablado con el desde aquel día.
-Señor Bruno, necesito que me lleve a mi casa por algunas cosas, ¿Podría hacerlo?
-Claro que si señor Alex, ya antes la señorita me ha dado la orden de llevarlo a dónde usted me pida -me respondió el chófer.
-No sabía que ella había hecho eso -respondí sorprendió y soltando una leve sonrisa.
-La señorita Victoria está muy atenta a sus necesidades.
-Lo se ella es así, todo lo contrario a mi estúpida e inútil forma de ser.
-¿Porque lo dice Joven? -pregunta el chófer mientras íbamos de camino a buscar el auto.
-Ha pasado un mes desde que murió su padre y siento que no he ayudado a Víctoria, no se qué decir, no sé que esta pensando, si siente algún tipo de rencor hacia mi por no poder hacer más para salvar a su padre.
-¿Y como podría usted ayudar joven?.. ¿O acaso usted tenía conocimiento del plan para matar al señor Carlos? -Preguntó de forma sarcástica.
-¿Que insinúa señor Bruno? -Pregunte mostrando un poco de disgusto con su forma de preguntar.
-Lo siento señor Alex...
En el momento no entendí su forma de decir las cosas, pero recordé que Victoria y yo no le habíamos contado realmente porque habíamos decidido ir nosotros a buscar a su padre. Habíamos preferido no decir nada ya que no sabíamos cómo iba a reaccionar, obviamente pensamos que nos iba a tildar de locos. Parte del camino nos mantuvimos callados, no sabía que decir, si contarle o simplemente mantener mi secreto.
-Por el tema del que estaban hablando con el jefe parece que hay algo que necesita saber con mucha urgencia -dijo el señor Bruno rompiendo el silencio que llevamos hasta el momento y sacándome de mis pensamientos.
-Pues es algo que no puedo negar... Y no es algo simplemente, son muchas cosas. -le respondí.
-Dígame joven, ¿cómo sabía usted lo que le iba a pasar al señor Carlos?
-¿No entiendo señor Bruno a qué se refiere?
-Siendo sincero me parece muy sospechoso que usted supiera algo así -me dijo el señor Bruno, mientras se detenía en un semáforo en rojo.
-¿De que me acusa? sea claro -Le dije en tono un poco molesto.
-Solo estoy diciendo lo que veo, además como dice un viejo refrán "hijo de tigre sale pintado."
-Me deja con la misma duda señor Bruno, repito ¡sea claro! -enfatice.
-Mire joven Alex, su famia tiene mucha mala fama entre las demás familias, quizás usted no lo ve porque ellos son expertos en guardar sus secretos, y a eso se refería el jefe cuando le dijo que las respuestas a sus preguntas siempre han estado a su alcance.
Al escuchar esas palabras de algún modo quedé sorprendido, sabía que mi familia debía tener algún secreto, todo el mundo lo tiene, pero no sabía que las demás familias pensaban mal de ellos, ¿Cuál era el motivo?
-¿Como sabe usted esos señor Bruno? -pregunté.
-Tengo años trabajando para la familia del señor Carlos he visto muchas cosas, al igual que yo, mis amigos chóferes han escuchado a sus jefes hablar y lo que dicen de su familia no son cosas buenas.
Nunca había escuchado algo así, siempre había visto que las personas cercanas a mi familia los admiraban, los hijos de sus padres me decían que mi familia era lo mejor de la ciudad, que sus padres querían llegar al estatus de mi padres. Y no me sentía ofendido, todo lo contrario sentía que por fin veía que la perfección de mi familia era vulnerable, algo que me daba un alivió, no sabía porque, pero era así.
-Dígame entonces señor Bruno ¿que es eso que ha escuchado?, no sé preocupe, el nombre de mi familia no es algo que me importe -le dije tratando de conseguir algún tipo de información valiosa.
-Lo siento joven, no le digo esto para desenmascarar a sus padres. No quiero tener problemas, solo quiero que trate de alejarse de la señorita Victoria.
-¿Cómo?, lo siento pero no pienso hacer eso, ni logro entender porque querrías que yo hiciera eso.
-No lo digo por usted joven, o bueno no lo sé realmente. Lo digo por la señorita Victoria, porqué no quiero que le suceda nada malo...
En ese momento la bocina de otro auto nos avisa que ya había cambiado el semáforo.
me detuve a mirar fijamente a los ojos al señor Bruno, demostrando que no me agradaba en lo absoluto lo que me estaba pidiendo -Por favor le pido que avancé ya ha cambiado la luz -Le dije muy disgustado.
El chófer hizo caso a lo que le pedí, pero aún no había terminado de hablar.
-Si realmente usted no sabe nada, ¿Piensa que lo que le pasó al señor Carlos es casualidad? -me cuestionó, esa pregunta retumbó en mi mente y me dejó mucho que pensar, preferí no responder, ya que yo buscaba una respuesta a esa misma pregunta.
-Ya que no sabe que responderme pues yo lo haré -dijo el chófer, mientas detenía el carro para poder hablar con mucha más firmeza -No lo es señor Alex, su padre acaba de morir y su muerte representaba una gran amenaza a la estabilidad de su familia, y el peligro más grande era el señor Carlos.
-Mire señor Bruno realmente mis padres no son santos de mi devoción, así que no me interesa si usted piensa mal de ellos, se muy bien que no son buenas personas. Lo que realmente no se, es sobre lo que son capaces de hacer y mucho menos entiendo lo que me está diciendo -respondí aún mucho más molesto.
-He pensado mucho luego de la muerte del jefe, en un principio yo tampoco entendía porque alguien lo querría matar, pero una noche en el bart recorde que su padre y el señor Carlos tuvieron un gran conflicto hace muchos años, así que estoy seguro que ustedes mandaron a matarlo para que no dijera nada -dijo agarrándome por el cuello asfixiandome violentamente.
-¡El jefe era como un hermano para mí! y si mañana muero entonces me iré feliz de haber acabado con la vida de uno de ustedes -dijo el chófer en todo molesto pero derramando lágrimas.
Yo no podía hacer mucho, solo tratar de resistir a lo que para mí flaco y débil cuerpo, era una embestida de un oso encima de mi. Bruno era un hombre muy corpulento, aún que tenía más de 30 años trabajando de chófer su físico era como de alguien que trabajaba con maquinaria pesada.
-Espe... Espere un momento... Señor Brun... -trataba de decirle mientras me asfixiaba con más y más fuerza.
-Esto es por el señor Carlos y para evitar que a la señorita Victoria le pase lo mismo -dijo el chófer quien estaba decidido a terminar con mi vida.
-Que va a pensar... Victoria... si haces esto -Le dije ya sin fuerzas.
De pronto mi celular comenzó a vibrar, Victoria me estaba llamando, miré esto como la oportunidad para salir de este aprieto y salvar mi vida. El chófer no se había percatado así que disimuladamente metí mi mano al bolsillo del jean, sacaba lentamente el celular, tan rápido como podía también ya que no tenía mucho tiempo, cuando lo pude tener bien en mi mano conteste y lo coloque en altavoz. En ese momento de escucho la que para mí era la voz más hermosa de todas y la que me iba a salvar.
-Hola amor, ¿dónde estás? -Al escuchar la voz de Victoria el chófer me soltó, esto lo asustó mucho, me miraba como tratando de amenazarme para que no dijera nada.
-Amor aún ando con el chófer, estábamos dando unas vueltas... Pero tengo algo que confesarte -al decir esto, el chófer me miró con mucho asombro y nerviosismo pensó que iba a decirle todo a mi novia. Le hice señas para que se calmará que no iba a decir nada.
-¿Que sucede amor?
-La verdad es que... nunca pensé en ir a mi casa... Había decidido seguir con el plan, se que no es el momento pero yo necesito respuesta... Han pasado muchas cosas, han vuelto mis sueños y siento que voy a enloquecer. Se que no hice nada para salvar a tu padre pero... -El sonido de la llamada colgada detuvo mi hablar.
No sabía si lo había hecho adrede o fue una simple casualidad que en ese momento de cayera la llamada, pero luego de intentarlo en par de veces, entendí que si, ella había colgado. Evidentemente estaba molesta, pero lo que yo no entendía, era el motivo, digo cual de tantos, ya que su enojo, fuera el que fuera yo podía entenderlo perfectamente. Me sentí muy mal, por no saber cómo lo había tomado ella, por no saber que estaba pensando de mi en ese preciso momento. Así que decidí dar la cara e ir hablar con ella.
-Por favor señor Bruno, lleve de nuevo a la casa de Victoria.
-Esperé un momento, ¿Por qué no dijiste nada? -Preguntó asombrado el chófer, pues pensó que yo iba aprovechar la oportunidad para delatarlo.
-Por el simple hecho de que usted no es mi enemigo, y porque entiendo perfectamente sus razones. Aunque insisto, yo no tengo nada que ver con lo que le sucedió al padre de Victoria. Solo le puedo decir que sabía que algo iba a pasar y no me pregunte cómo, solo sabía y ya.
-La verdad es que sigo sin creerle. Pero si le diré; si a la señorita Victoria le pasa algo, usted se las va a ver conmigo. Puede que su familia me mate, o ya mismo estoy sellando mi muerte, pero moriré feliz como le dije antes. -Amenazaba el chófer frunciendo el ceño tan fuerte como podía.
-Si por causa de mi familia o mía propia a Victoria le sucede algo. Yo mismo tomaré medidas, reiteró sea quien sea. -El solo me miró, claramente dudando de mi, encendió el auto y nos volvimos atrás.
Estaba muy nervioso, no sabía que me iba a decir Victoria o que estaba pensando luego de lo que le dije, pero sabía que estaba afectada. Al llegar le pedí al chófer que me llevara hasta donde ella, pero al abrir la puerta principal de la casa Victoria estaba en la sala, como esperando que yo llegara.
-Amor... -La Mire y pude notar su cara entristecida y sus ojos llenos de lágrimas. -Se que estuve mal, debí hablarte primero, es solo que no quería seguir llenandote de cargas.
-No se que pensar... Alex yo siempre he querido lo mejor para ti y te he apoyado en todo... Pero en esto que quieres hacer, la verdad no sé... -Hablaba y su voz se entre cortaba, sus lágrimas recorrían sus pómulos. Mientas yo miraba y escuchaba su voz quebrada, podía sentir su dolor y tristeza, su alma rota en mil pedazos se reflejaba en cada lágrima.
-Se que estás afectada, se que no hice lo suficiente para salvar a tu padre, verte así no hace más que destruirme por dentro.
-No se trata realmente de eso Alex... ¿Cómo podrías tu haber ayudado a mi padre?, Yo me preguntó, ¿esos sueños tuyos son señales o son efectos de una vida mal vivida? -Cuestionó ella.
-¿Por qué dices eso?, pensé que me creías realmente que pensabas lo mismo que yo.
-Tambien he tenido mis dudas, como todos... Tu sabes el tipo de vida que llevabas antes del accidente. Yo siempre he estado a tu lado porque no quería que te perdieras, que esa vida consumiera todo tu ser.
-¿Entonces que?.. ¿Siempre habías estado fingiendo creeme solo por lastima? -Sus palabras me dolían, me quemaban el alma. Ella era la única persona que me quedaban en ese momento, no podía creer lo que estaba escuchando.
-No pienses eso, ¿o es que acaso vas a dudar de mi amor por ti?.. Creería lo que tú sentías o pensabas, pero tenía mis dudas. Ya te lo he dicho.
-Entonces, ¿por qué no me dijiste eso antes? -Pregunté y quite mi mirada de sus ojos, ahora yo me sentía mal. Siempre pensé que era sincera conmigo, no podía entender sus palabras.
-Alex... Tengo miedo... -Volví la vista hacia Victoria y sus lágrimas no cesaban, estaba llorando aún más.
-¿Miedo por qué mi amor? -pregunto y me voy acercando más hacia ella, a la medida que podía en aquella silla de ruedas. Ella estaba sentaba en el sofá principal, levanto sus piernas y escondió su cabeza entre ellas, y soltó a llorar nuevamente.
-No por favor, amor no llores -Le digo levantando su cabeza.
-Miedo de que por culpa de todo esto termine perdiendote, que algo te pueda pasar -Me dice intentando contener el llanto.
-No me va pasar nada y voy a estar cuidándote. Solo quiero que sepas, que de cualquier forma voy hacerlo, si tengo que ir sol lo haré.
-¿Y que pasará si el día me mañana sueñas mi muerte, o la tuya?
-Si algo puede causarte daño, voy a portegerte con mi vida -Le dije y la abrace muy fuerte llevando su cara a mi pecho.
-¿Y como estás tan seguro que podrás hacerlo? -me pregunto, a la vez que me soltaba violentamente.
-¡Si no pudiste salvar a mi padre!, ¡¿Por qué a mí si maldita sea?! -Me grito y se levantó del sofá dejándome solo. Yo simplemente me quedé en silencio.
-¡¿Si tú sueños son tan reales e inflables?, quiere decir que no hay forma de cambiar su desenlace!, Entonces dime, ¿Cómo es que vas a poder salvarme o salvar a alguien?..
-Por eso quiero repuestas, para saber que demonios está pasando en mi mente, si es un don realmente, o es alguna clase de maldición.
Victoria solo me miró, detuvo su llanto, secó sus lágrimas y se acercó a mi, se puso de rodillas y me todo de la cara. -¿Esa es tú decisión? -Preguntó.
-Es lo que quiero, es lo que necesito.
-Yo voy estar contigo. Necesito saber quién mando a matar a mi padre... Pero al primer indicio de peligro, nos olvidamos de todo esto, ¿sí?
-Te agradezco mucho que quieras seguir apoyándome después de todo. No tengo dudas de tu amor, pero no me detendré hasta conseguir una respuesta a todo.
-Siento que esto se te va a escapar de las manos, no se por qué pero me parece que alguien va evitar que hables. ¿Aún sabiendo que puedes correr peligro vas a seguir?
-No se que me espera, no se con que me voy a encontrar, pero si se lo que quiero y es estar mejor... Me voy a volver loco con estos sueños y todos los secretos que han surgido desde que comencé a buscar una explicación. Te pido me entiendas, y prefiero que no formes parte de todo esto, por tu seguridad.
-Esta bien, si eso es lo que necesitas, yo te ayudaré, además esto para mí también se a vuelto algo personal.
-¿Estas segura? -Pregunté, no quería que ella corriera algún peligro, además le había prometido al chófer que cuidaría de ella y la mejor forma de hacerlo era alejarla de todo peligro.
-Te he dicho que si, por ti y por mi, por mi padre. Es algo personal, sabes que no me dejó por nadie y por lo que le han hecho a mi padre sea quién sea, quiero que pague. -Victoria nunca se daba por vencida y aunque era muy sentimental, al mismo tiempo era una chica con mucho valor.
Insistirle sabía que sería algo inútil, así que accedí a que ella me ayudara. Pero si algo le llegaba a pasar por más mínimo que fuera la sacaría de todo y si tenía que alejarme de ella lo haría.
-Muy bien, estoy de acuerdo contigo. También necesitamos averiguar porque alguien querría matar a tu padre. Pero necesitamos protección, así que he pensando que deberíamos decirle al señor Bruno que nos acompañe.
-¿Al señor Bruno? -Preguntó Victoria con claro asombro. -Pero si el es un simple chófer, ¿Cómo nos va ayudar?
-Me parece que el podría ayudarnos, seguro que de alguna manera sabe defenderse. -le dije soltando una risa, quizás para ella era un simple chófer, pero a mí me había demostrado mucho más unos minutos antes.
-Pero habrá que contarle todo, y en un principio no querías que nadie más supiera lo de tus sueños, ¿Estás seguro?
-Veremos de qué forma explicarle, pero es la mejor opción que tenemos.
Llegamos a un acuerdo y decidimos hablar con el chófer. Una vez estuvo con nosotros le comenzamos a contar, este me miraba fijamente, era evidente que no creía nada de lo que le estábamos contando, ya me había dicho que no confiaba en mi, así que era difícil que accediera acompañarme y meter a Victoria en todo esto. Tampoco entendía porque Victoria quería seguir con todo el plan le parecía muy peligro y se lo hizo saber en par de veces por más que ella le insisto que era algo que también quería hacer por su padre.
-No lo sé señorita Victoria, le repito, es algo muy peligroso. Lo mejor que podemos hacer es dejar las cosas como están. -Era el discurso del señor Bruno, no había nada que lo hiciera cambiar de opinión.
-Amor déjame a solas con el señor Bruno. -Le dije a Victoria, quien al principio no entendía, pero insistí y lo hizo no entendía de qué forma yo podría convencerlo.
-Muy bien, ahora que se a ido Victoria podemos hablar sin problemas. -Le dije.
-Usted me ha dicho que va a proteger a la señorita, ¿Cómo es que metiendola en un rollo como este puede protegerla? -Preguntó con mucho disgustó.
-La idea de seguir en esto es de ella misma, y no hay forma que le saque de la cabeza tal cosa. Por eso le pido que me ayude, usted no confía en mí y no cree nada de lo que le estoy diciendo. Déjeme demostrarle que le estoy diciendo la verdad y a la misma vez ayúdeme a proteger a Victoria.
-No se porque la señorita quiere tal cosa y la verdad no creo nada eso de los suelos. Pero estaré al lado de la señorita Victoria si ella me lo pide, y así lo podré vigilar más de cerca.
-Muchas gracias, esperó no sea necesario, pero debemos estar preparados para cualquier cosa. ¿Tiene un arma o sabe usarlas? -Pregunté.
-Bueno esto no lo saben aquí, pero antes de este trabajo preste servicio militar, el único que tenía conocimiento de esto era el señor Carlos, no tengo una, pero si se dónde podemos conseguir las que necesitemos.
Acordamos ir a ese lugar, pero primero tenía que ir hablar con la madre de Paul, era algo que ya se lo debía, había pasado ya suficiente tiempo sin hablar con ella y me sentía muy mal por lo que había pasado con el. El chófer volvió a llamar a Victoria y le comenté lo que pensaba hacer, ir a la la casa de Paul era el primer paso. Y que sorpresa nos llevaríamos.
Nos pusimos en marcha, durante el camino recibí una llamada de mi hermana, me pareció tan extraño, ya hacía un tiempo que ella no había hablado conmigo.
-Hola Ana, ¿que necesitas?
-¿Esa es la forma de saludar a tu hermana mayor?, Deberías tener un poco más de respeto.
-Dejemos aun lado la hipocresía, ambos sabemos que eso no va con nosotros, ve directo al grano.
-Ja cuánto has crecido hermano. Bueno pero tienes razón, llamaba para ofrecerte un puesto en la empresa.
-¿Es broma no? -Pregunté, mientras Victoria me observaba intrigada por la conversación.
-No seas ridículo hermano, ¿hasta cuándo vas estar huyendo de tus responsabilidades? Es el momento que hagas algo por tu futuro y por la familia.
-Ya te he dicho lo que pienso. No entiendo en que podría yo aportar a la familia si soy el eslabón más débil. Ahora mismo estoy muy ocupado, disculpa pero hablamos luego. -Terminé con la llamada antes de que mi hermana dejara de hablar, siempre lo hacía ha propósito porque sabía que le molestaba.
Victoria no dudo en preguntar qué había pasado, cuando le comenté quedó tan asombrada como yo. El chófer me miraba por el retrovisor, haciéndome saber que aquella llamada le había parecido muy sospechosa. Al poco tiempo llegamos a la casa de Paul. Tardaron un poco en atendernos, pero por fin pudimos entrar. Estado allí notamos que la madre de Paul estaba un tanto diferente, no parecía tener la misma desesperación que me había comentado David, por lo que me asombre mucho. Ella por su parte se asombro aún más al verme en silla de ruedas.
-Hola chicos ¿como han estado? -Nos recibió con mucha alegría, algo característico de ella.
-Señora Russell -Respondíamos Victoria y yo mientras ella nos daba un fuerte abrazo.
-Ya los extrañaba por aquí, y ahora que Paul no está estoy segura que será más difícil verlos. -Nos dijo mientras soltaba un suspiro de tristeza.
-Precisamente por eso hemos vendido -Comienzó hablar con un poco de nerviosismo en mi voz. -Quería venir a darle mi más sinceras condolencias, se que ha pasado un tiempo desde lo que ocurrió pero como puede ver he estado un tanto ocupado.
La madre de Paul me observó con un poco de asombro ante mis palabras.
-Pero mi niño si soy yo quien debería decir esas palabras. Lamento lo que les ha pasado a sus padres y Paul también está muy afectado por eso, sobre todo con la muerte de tu padre Victoria sabes lo mucho que lo apreciaba mi hijo...
-Esperé un momento señora -Interrumpió Victoria.
-¿Como es que Paul sabe sobre la muerte del padre de Victoria? -Comenté muy confundió al igual que Victoria y el señor Bruno.
-No sé cómo lo supo, cuando me llamo me lo ha comentado, fue por el que me he enterado.
La madre de Paul nos dejó aún más confundidos, se suponía que el había muerto antes de lo que le sucedió al señor Carlos. ¿Que es lo que nos está diciendo su madre?, ¿Acaso está tan afectada por su muerte, que se ha estado imaginando cosas?
-¿Y dónde está Paul exactamente señora? -Preguntó Victoria tratando de seguirle la corriente.
-Ya quisiera saber yo a dónde se ha ido -Respondió lanzando una leve sonrisa. -Pero me llama todos los días, así de esa forma no lo siento tan ausente.
En ese momento pensé que aquello que habíamos intuido era cierto, ella se había estado imagino cosas, seguro a causa del dolor de perder a su hijo y a su única compañía en la ciudad. Pero lo que estábamos por descubrir nos dejó helados.
-Pero me parece muy extraño que ustedes tampoco sepan dónde está, ¿No les ha vuelto a llamar desde que se fue? -Nos pregunto.
Nosotros no sabíamos que decirle, no sabíamos ni que pensar en eso momento, no queríamos decir alguna palabra incómoda. O por lo menos eso pensamos Victoria y yo, no lo mismo el señor Bruno que no pudo contener más sus dudas.
-Señora como les va decir tal cosa, se supone que su hijo está muerto. -Dijo sin tapujos el señor Bruno.
-¡Muerto! -Exclamó con mucho asombro la madre de Paul.
-¿No es así chicos? -Preguntó el chófer refiriéndose hacia nosotros. Cosa que nos incómodo y no sabíamos que decir.
-Pero que locura están diciendo, si todos los días hablo con mi hijo, ¿Cómo va estar muerto?
-Eso es lo que nos han dicho señora Russell -Dijo Victoria.
La madre de Paul soltó una risa. -¿Pero quien se han inventado tal cosa?, Ya mismo voy a llamarlo, no me asusten niños.
Cogió el teléfono y comenzó a marcar. Victoria y yo nos mirábamos confundidos, no sabíamos porque la madre de Paul actuaba tan extraño, si David había dicho otra cosa. Pero esas dudas se dispersaron cuando contestaron a su llamada.
-¿Hola hijo como éstas? -Preguntó la madre de Paul al teléfono.
Victoria yo estábamos a la expectativa mientras ella continuaba con la llamada. De pronto la madre de Paul me dijo que Paul quería hablar conmigo.
-Ven Alex, Paul dice que quiere hablar contigo. - Victoria me miró confundía. Yo le dice señas para que me llevará hasta el teléfono. Estaba muy nervioso, pero confundido, tome el teléfono lentamente, lo mire y lo lleve hasta mi oído.
-Hola, ¿Paul? -Dije esperando cualquier cosa.
-Alex... - No podía con mi asombro, era la voz de Paul, quien se suponía había muerto.
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