La Anciana (Primera parte)
[Sucesos ocurridos el día de la muerte del padre de Victoria]
...
La puerta era azotada por fuertes golpes, parecía alguien desesperado por entrar a la casa.
-¡Vamos anciana, apresúrate! -Gritaba Paul con voz agitada.
-¡Idiotaaa!, Voy tan rápido como puedo, ¿Acaso no recuerdas que tengo más de cien años? -Respondía con aquella desgastada y ronca voz la anciana.
-Puedes tener tres veces esa edad y ambos sabemos que no tienes problemas en moverte más rápido que yo.
La anciana abrió la puerta lentamente y con gran fuerza golpeó a Paul con un bastón que usaba normalmente para poder apoyarse al caminar. Paul intento esquivar el golpe pero cayó al suelo tropezando con los escalones que habían en la entrada de la casa.
-Y Ambos sabemos que puedo matarte muy fácilmente, ¡si sigues insultandome!
-Maldita vieja sino fuera porque eres tú...
-Deja ya de amenazarme, también ambos sabemos que no puedes hacerme ningún daño, ya quisiera yo poder morir - Interrumpió la anciana golpeando par de veces a Paul con el bastón, quien seguía en el suelo tratando de evitar los golpes.
-Bueno ya está bien, vayamos adentro este frío nocturno no es bueno para mis achaques, ven idiota levanté y entra.
-Voy enseguida anciana, solo déjame guardar esta moto -Respondía Paul mientras intentaba levantarse del suelo. -Ve dentro, allá te cuento todo, pude lograr lo que me has pedido y luego de tanto tiempo volví a ver a mi amigó Alex -Paul sacude el polvo de su traje negro de motorizado y se dirigió a guardar la moto.
La anciana caminó hasta la sala, donde se sentó en una enorme silla, a su lado una mesa de noche de dónde agarró un viejo libro desgastado, mientras esperaba que Paul entrara, revisaba algunas páginas del libro, tomo una vieja pluma de escribir y tacho algunos nombres que estaban escritos allí, en ese momento entro Paul a la sala.
-Así que lo has conseguido. Bueno era lo menos que podías hacer por mi, luego de cometer el error de traer a ese chico a este lugar. -Dice la anciana mientras cierra su libro.
-Si así es, ya hice "otra vez" tu trabajo sucio. Y no lo hice por eso, fue por nuestro trato. Además aquella vez no sabía lo que hacía -Contesta Paul mientras se sienta en otra silla al frente de la anciana.
-Eso ya no importa, ya lo hiciste y no hay vuelta atrás, el chico volverá a mi y 'El' vendrá a buscarlo. Pero por el momento debemos mantenernos concentrados en nuestro plan.
-¿En algún momento me contarás toda la verdad sobre Alex? -Pregunta Paul a medida que abre un sobre que trae consigo.
-Por supuesto que no idiota. Claro que sabrás en su momento, pero yo no te diré nada ahora. No seas impaciente como tu amigo, todo tiene su momento. Ahora por favor dame el reporte de lo sucedido.
-Aquí están las pruebas de que he acabado con el objetivo, en un momento me ha costado pues no sabía que ellos estaban al tanto de lo que podía pasar. Pero tal como me dijiste puse en marcha el plan de respaldo y lo he conseguido. También pude rescatar unos documentos que nos podrían servir para amenazarlos más adelante. Podemos decir que tenemos el juego a nuestro favor con estás fichas.
-Pensé que te iba a costar más de la cuenta por los lazos que te unen a ellos.
-Realmente hace algún tiempo hubiera sido incapaz de hacerlo, pero ahora que se la verdad no tengo ningún sentimiento hacia ellos, y gracias al entrenamiento puedo matar a cualquier persona sin titubear.
-¿A cualquiera? -Preguntó la anciana inclinando una de sus cejas y mirando fijamente a Paul.
-¿A que te refieres? -Preguntaba con clara inquietud Paul, el sabía que la anciana era una persona muy peligrosa y capaz de cualquier cosa, aunque podía intuir a lo que la anciana se refería.
-Sabes que tu amigo Alex puede interferir en el asunto, tal como lo hizo hoy, ¿serías capaz de matarlo a el también? -Preguntó la anciana aún mirando fijamente a Paul y soltando una leve sonrisa siniestra.
-Claro que he pensado en dicho escenario. Pero intentaría hablar con el como primer recurso, creo que puede escuchar y entender mi punto de vista.
-Han pasado dos semanas, el piensa que tú estás muerto. ¿Crees que va querer hablar contigo así?, Lo dudo mucho y más un si tú objetivo es...
-¡Ya basta! -Interrumpió Paul a la anciana, -no quiero pensar en eso por ahora.
-Espero realmente puedas hacer bien tu trabajo, hemos estado esperando mucho tiempo por este momento.
Paul observó a la anciana, guardo silencio y se sumergió en sus pensamientos, quizás imaginando un escenario donde tendría que enfrentarse a su amigo de toda la vida. Aunque muchas veces lo decía y su voz se notaba firme al momento de confírmalo, dentro de el sabía que no podía, tan siquiera intentar hacerle daño. Pero a su familia si, ya que ese era su objetivo.
-Vamos niño quita esa cara -Interrumpió los pensamientos de Paul la anciana. -Recuerda que tú llegaste hasta aquí en busca de venganza.
-Lo se, mi objetivo no se me ha olvidado y mi sed de venganza aún está intacta...
De pronto alguien más llamo a la puerta.
-¿Esperabas a alguien más? -Preguntó Paul.
-Es algo que no te incumbe -Respondió la anciana mientras se levantaba de la silla.
Paul la miró, quiso preguntar qué estaba tramando pero sabía que sería inútil. El llegó hasta donde ella en busca de venganza, su familia había sido arruinada económica y socialmente, la única persona que lo podía ayudar era ella, otra alma consumida por la sed de venganza. Sus enemigos eran los mismos, por lo que llegar a entenderse no fue nada difícil. Pero desde el primer momento la anciana le dejaría en claro que ella no rendía cuentas a el y que sus acciones no serían frenadas por ningún motivo. Paul acepto todas las condiciones de la anciana, pues no pensaba flaquear en su venganza, pero ni el sabía cuál era el objetivo de su compañera.
-Bien entiendo. Entonces me retiro, estaré en mi habitación por si necesitas algo.
La anciana ignoro todo lo que dijo, nunca le había importado lo que el hacia, simplemente acepto colaborar con el porque sería más sencillo llegar hasta su objetivo sin necesidad de exponerse personalmente. Eso sí, se aseguró que el estuviera lo más lejos posible, pues no le convenía que supiera más de la cuenta. Una vez estuvo segura de que Paul no podría, escuchar ni ver nada procedió a abrir la puerta.
-¿Por qué llegas tan tarde? -Pregunto la anciana.
-Sabes muy bien que yo voy a mi ritmo. Además el tipo este, ¿Alex?, Bueno parece que empieza a dominar su 'Propósito.'
-Mateo... -dijo la anciana y soltó un suspiro a la vez se que hacía notar una cara de decepción. -¿Lograste cumplir con lo que te he encomendado?
-Si tanto te molesta mi forma de trabajar, ¿Por qué no envías al idiota que tienes aquí contigo?
-Ya sabes porque, te lo he comentado en varias oportunidades, así como te dije lo que iba a ocurrir hoy con Alex. Por eso debías mantenerte atento.
-Y lo hice, por eso estoy aqui haciéndote saber que he matado al viejo ese y que el tal Alex quedó con un fuerte dolor de cabeza. -Dijo Mateo soltando a reír.
-Vaya que logras sacarme de mis casillas. Lo importante es que todo ya está hecho. Toma estos documentos y saca copia de cada uno, todas las que puedas. Y envía una con un saludo muy especial a nuestra querida viuda, que sepa que tiene que estar preparada.
La anciana dió la espalda para entrar nuevamente a la casa, pero antes dió unas últimas indicaciones a Mateo. -Una vez que hagas eso, mantente en la oscuridad nuevamente. Se que es algo que no te agrada, pero por el momento es la mejor opción.
-Vaya que te odio. Espero que todo lo que me has prometido sea cierto en algún momento...
-¿O sino que? -Preguntó la anciana volteando su rostro y mirando con mucha seriedad a Mateo.
Pero este no dijo ni una palabra, y aunque lo intentará sabía que no saldría. Esa mirada hacia congelar de miedo cada fibra de su cuerpo. Ya que una vez había experimentado lo que todos temían de la anciana "El castigo". Los lazos que tenía con el más allá no eran falsos. Todos hablaban de un supuesto pacto con el señor de la oscuridad a cambio de poderes sobre humanos, pero en realidad nadie sabía con exactitud de lo que era capaz la anciana. La verdad era, que no cualquiera podía acercarse a ella, y ningún ser humano normal podría soportar su castigo. Por eso luego de lo ocurrido con Mateo (Cosa que muy pocos conocen), las personas de aquel sitio comenzaron a llamarlo "El nieto", pues desde entonces trabajaría para ella.
-Mejor mantén ese silencio. Ya te he dicho que te haré el hombre más rico de la cuidad, pero para eso debes hacer todo lo que te ordene.
Mateo se dió la vuelta sin pronunciar ninguna palabra, estaba empezando a sudar de miedo, solo pensaba en retirarse lo más rápido posible. La anciana entró a la casa, volvió a sentarse en aquella enorme silla y se quedó contemplando el fuego de la chimenea. Poco a poco iba perdiendose en todos los recuerdos que una persona de más de cien años podía acumular. Entre tanto pensar y divagar se había quedado dormida.
[...]
-Hola, ¿Cómo has estado? -Preguntó alguien a la anciana.
-¿Donde estoy?, ¿Quien diablos eres tú? -Respondía la anciana mientras intentaba abrir sus ojos.
-Eso no es lo importante. He venido a saber, ¿Hasta cuándo piensas seguir en este mundo? Sabes que ese cuerpo no te pertenece, esos recuerdos no son tuyos, esta vida ya reclama descansar.
-Te he preguntado, ¡¿Quien demonios eres tú?! -Preguntó nuevamente la anciana, mientras miraba a su alrededor y podía notar que no estaba en su vieja y desgastada casa, sino en una habitación completamente blanca y una fuerte luz molestaba su visión.
-Tu estadía en este mundo está generando muchos problemas en nuestro ecosistema. Hemos tomado la decisión más válida y necesaria para todos, destruir tu alma.
-Con que son ustedes. Saben muy bien que no puedo irme en estos momentos y no es que no quiera, ¡simplemente es que no puedo!
-No nos interesan las excusas. Eres un ser capaz de solucionar un pequeño contra tiempo como este.
-¿Pequeño contra tiempo?, He intentado por todos los medios poder quitarme está maldición de encima, yo tampoco puedo soportar seguir en este mundo.
-Te he dicho que no nos interesan tus excusas, tampoco vamos a poner en peligro nuestro ecosistema, ya hay muchos hilos sueltos de los cuales debemos encargarnos y no tenemos tiempo para ti. Nos has decepcionado.
-¿Piensas amenazarme?, ¿Acaso no sabes en qué nivel estoy?
-Solo estoy cumpliendo con mi deber, soy consciente que estás en grado superior, por eso no logro entender como aún estás encerrada en este mundo.
-Quisiera tener una respuesta a esa pregunta, pero aún no me doy por vencida, voy a destruir al ser que me ha condenado a este mundo.
-No tienes tiempo para tal cosa, al parecer te han ganado la partida. En este momento voy a proceder con mi labor...
-¡Espera! -Interrumpió violentamente la anciana, -Se que aún tengo una oportunidad, voy a entregarles a un híbrido.
-¿Un híbrido has dicho?
-Así es, hay un chico que vendrá a mi muy pronto en busca de ayuda, voy a entregárselos a cambio que alarguen mi tiempo.
-Estamos desde hace mucho en busca de un híbrido en esta zona, sabemos que es un caso especial. Y su existencia es aún mucho más amenazadora que tú caso. ¿Realmente sabes quién es?
-Se quien es y lo importante que es para el ecosistema. Solo esperen un mes, el chico vendrá a buscarme.
-'El' es a quien se le ha encomendado está misión, ¿Crees que va dejar que te entro metas en su camino?
-Soy consciente de eso. Voy hacer lo que sea necesario para poder liberarme de esta maldición, incluso enfrentarme a 'El'
Las luces en el lugar comenzaban a disminuir poco a poco, la anciana miraba a su alrededor desorientada y la voz que habla con ella se iba desvaneciendo lentamente, -Solo un mes más, sino tu alma va a desaparecer...
[...]
La anciana abrió sus ojos violentamente a la vez que jadeaba con mucha fuerza. Pudo darse cuenta que había amanecido. Intentó levantarse de la silla pero le fue imposible, su cuerpo se había tornado más viejo en solo una noche, -¿Que demonios me ha pasado? -se preguntó.
Intento en par de ocasiones levantarse pero era imposible, su cuerpo también parecía estar entumecido. -Ya entiendo, estando congelada en ese fragmento del ecosistema, pareció afectarme.
Paul bajaba hasta la sala desde su habitación y pudo ver a la anciana intentando levantarse con mucha dificultad, pensó en correr para darle una mano pero se detuvo, sabía que esa mujer, por más vieja que se veía, era capaz de hacer cualquier cosa por si sola.
-Vamos anciana, ¿que se supone que haces? -Preguntó en tono burlón Paul. -Te has vuelto a quedar dormida en esa silla vieja y parece que está vez no quiere dejarte ir jajaja.
-Si vuelves a burlarte tan solo una vez más, voy a tomar tu alma y tu cuerpo. Haz algo útil y busca en la despensa un frasco de vidrio, contiene una sustancia de color verde. Tráemelo hasta aquí.
Paul al ver más de cerca noto que verdaderamente la anciana se había hecho más vieja, su pelo era mucho más gris, sus ojos se habían tornado completamente blancos, parecía que había perdido la visión y su cuerpo era aún mas frágil. Había quedado perplejo ante tal cambio, no podía creer que en ese estado la anciana aún podía tan siquiera respirar. No dudo en hacer lo que le habían ordenado, busco lo más rápido que pudo en aquella despensa, tomo el frasco y corrió hasta la sala. -¿Que diablos te ha pasado? -preguntó con mucho asombro, estaba temblando mientras intentaba colocar el frasco en la mano de la anciana.
-Son muchas las cosas que desconoces, pero parece que es momento que sepas una parte de la verdad. -Dijo la anciana y luego con mucha dificultad tomo un pequeño sorbo de aquella sustancia. Su respiración se hizo cada vez más lenta y su pulso llegó al punto de detenerse, por algunos minutos la anciana parecía haber muerto. Paul no podía con el asombro, la movia con cuidado esperando una reacción pero era inútil, poco a poco iba aumentando la intensidad con que la movía y le gritaba al oido tratando de despertarla del trance pero fue inútil. -¿Acaso se ha suicidado está vieja? -Se preguntó.
Se apartó lentamente de ella y se sentó en una silla. No sabía que hacer si realmente la anciana había muerto. Se quedó mirando fijamente por algún momento a la mujer que no respiraba ni respondía a ninguno estímulo, luego tiró su vista haci la mesa de noche que estaba cerca de la anciana, se acercó lentamente y con mucho cuidado abrió el cajón donde estaba su misterioso libro. Ella nunca lo había dejado ponerle un dedo encima, pues era información que nunca le había contando. Abrió el libro pensando encontrar trucos de hechicería o cualquier información extraña relacionada con su pacto con el mas allá, cuando finalmente lo vió, se sorprendió al saber que era el diario de la anciana. Pero no un simple diario, estaba plasmada la vida completa de la anciana, su pasado y quién era realmente. Echo un vistazo rápido a algunas páginas, hasta que llegó a aquellas dónde la anciana tachaba nombres, era una especie de lista negra de todos sus enemigos, Paul sabía de la existencia de tal lista pues había colaborado eliminado algunos, pero no sabía todas las personas que estaban dentro de la lista, continuo revisando nombre por nombre, hasta que llegó a un nombre que ni pensaba ver en dicha lista.
-¿Este es el padre de Victoria? -Se preguntó. -¿Por qué lo querría muerto? El no estaba involucrado en el asunto de la constructora, es una víctima más. Necesito que me explique esto, o mejor lo averiguo por mi cuenta, en este diario debe haber plasmado la verdadera razón de su venganza. -Paul volvió a la hojas principales en busca de alguna explicación.
«Hoy ya se cumplen 100 años desde que estoy encerrada en este cuerpo, es el décimo ya, no soporto seguir en este mundo, se que pronto se van a cansar de mi así que he de apresurarme... Jamás imaginé que un ser de este mundo tendría la fuerza para atarme de tal manera... Hoy he conocido a otro híbrido, me sorprende mucho la energía que transmite y el propósito que posee, ¿Es acaso del linaje de 'El'?, De ser así, puede servirme como llave de emergencia...»
-¿Que diablos es todo lo que estoy leyendo? -Se cuestionaba muy intrigado Paul, -¿Quien demonios es realmente está anciana? -De pronto y de manera muy violenta alguien cerraba el diario, a la vez que se lo arrancaba de las manos.
-Nunca te he permitido tocar este libro, si continúas leyendo ¡TE MATO! -Amenazo fuertemente la anciana.
-Exijo que me expliques de una vez por todas, ¡quien diablos eres tu! -Reclamo con mucha fuerza Paul.
-Niño, no tienes ni la más mínima idea de lo que soy capaz de hacerte. -La anciana, que misteriosamente había recuperado la capacidad de moverse libremente luego de tomar aquella sustancia, tomo por el cuello a Paul y apretó con mucha fuerza. -Te lo he advertido una vez, !No te metas en mi camino! -Con la misma fuerza tiro contra los muebles a Paul, quien se golpeó la parte trasera de la cabeza al momento de caer, quedando inconsciente...
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