Familia
Miraba como me alejaban de lo único que me quedaba en mi vida, no podía creer lo que había sucedido apenas un par de minutos antes. Victoria había recibido el impacto de aquella bala, Ben me tomo a la fuerza cuando intenté tirarme al piso y rescatarla, me sacaron de aquella casa y ella quedó allí, tirada y agonizando, puedo sentir como toda mi vida se quedaba con ella y me preguntaba si esa sería la última vez que la vería.
No tenia ni fuerzas para llorar, quedé mudo durante todo el viaje de regreso a mi casa. Mis pensamientos todos estaban en aquel lugar, sentía una culpa y una impotencia increíble, pensaba en las tantas veces que Victoria me advirtió de no seguir con la estupidez de buscarle una respuesta a mis sueños. Al final tenía razón, mi arrogancia y egoísmo terminaron quitándome todo lo que amaba en la vida, o por lo menos eso pensaba en aquel momento.
Llegamos a la casa no se en que momento, realmente iba tan distraído que no me di cuenta. Estando allí, salí del auto con un cara de tristeza y decepción que todos notaron al verme, estaban mis hermanos, mi madre, David y mi tío, no recuerdo la última vez que los había visto a todos reunidos así.
-¿Cuántas veces más tendré que rescatarte? -Preguntaba en forma de burla David.
Solo lo mire y no dije nada, seguí directo a mi habitación, tenía muchas cosas que decir, pero el dolor de perder a Victoria era mayor que cualquier otra cosa.
-¿Acaso no tienes nada que decir? -Ana se paro en frente de mi y me detuvo.
-Realmente no creo que me hayan rescatado, si está horda de imbéciles que enviaron no hubiera llegado, aún Victoria estuviera viva -Respondí con un claro tono de enojo.
-Si que te has vuelto malagradecido sobrino -, comento con su gruesa y arrogante voz mi tío Richard.
-Esta así porque su novia fue asesinada por el hijo de los Russell -Apunto el agente Ben, refiriéndose a Paul.
-¡¿Qué!? -Expresaron todos al unisono.
-Hasta donde es capaz de llegar la locura de alguien. Jamás pensé que Paul llegaría a tal extremo-. Comentada David, -Aunque era de esperar, ¿No es así?
-Así es, toda su familia está mal de la cabeza de verdad, mira nada más lo que hizo su madre jajaja -Apunto Ana con un marcado tono burlón.
Todos comenzaron a reír, evidentemente yo no entendí a qué se referían.
-¿De que están hablando? -Pregunte muy confundido, mantuve mi cara de indiferencia mientras todos reían. Sentía un tanto de rabia al ver cómo no les importaba que Victoria acababa de morir, me mordía los labios para evitar decirles algo, en especial a David.
-La madre de Paul llegó en un carro bomba hasta las oficinas del edificio donde trabaja mamá, al parecer el objetivo era asesinarla tal como lo hicieron con nuestro padre -. Me explico Adrián.
De verdad me asombro mucho que la señora Russell hiciera tal cosa, digo yo ya sabía que estaba loca por vengarse de mi familia, eso no me asombra, era el echo de que fuera sido capaz ella misma de hacer tal cosa, en lugar de enviar a uno de sus matones.
Mantuve mi cara de indiferencia, di media vuelva y continúe mi camino, preferí no opinar, necesitaba drenar toda esa rabia y dolor que sentía.
Mientras caminaba ignoraba los comentaros que hacían con respeto al tema de Victoria, pues sabía que todos estaban llenos de hipocresía. Me pareció raro ver qué mi madre no me dijo ni una sola palabra.
Llegué a mi habitación, me tire en la casa y mire hacia una mesa de noche que estaba cerca de la cama, muy mala decisión a decir verdad, allí estaba un retrato de nosotros dos, mirar esa sonrisa una vez más me hizo derramar muchas lágrimas, las cuales salían muy fácilmente.
Estiré mi mano y tome la foto, me senté en la cama y la coloque en mis piernas, jamás me había sentido así, era como si por dentro de mi algo se destruyera lentamente con cada recuerdo, rápidamente la foto quedó empapada.
De pronto alguien tocó la puerta.
-Hijo, ¿Puedo pasar? -Pregunto mi madre, algo que me pareció muy extraño.
-Claro -Respondí secando mis lágrimas y volviendo a acostarme en la cama.
Mi madre paso y lentamente se me acercó.
-Me sorprende que no te ha sorprendido que intentarán matar a tu madre -. Dijo algo triste, cosa que me sorprendió mucho.
Ignore lo que me dijo con un rotundo silencio.
-Entonces es cierto, no te importa para nada ningún miembro de tu familia, solo sientes tristeza por haber perdido a tu novia.
Sus palabras fueron el detonante para romper con mi silencio.
-Claro que siento más tristeza, ¿Acaso no fuiste tú la que dijo que yo no sentiría nada cuando supiera sobre la muerte de mi padre?-, tome impulsó y me levanté de la cama -pues tenías razón, no siento nada por personas que jamás han sentido algo por mi -. Continué ignorando la mirada de mi madre.
-Tu padre y yo hemos estado siempre trabajando para ustedes, ¡todos los lujos que por veinte años has disfrutado es gracias a nosotros!, ¿Así agradeces? -Argumento, volviendo a su tono de voz más común.
-Ese es el problema de ustedes, que piensan solo con la billetera. Estoy seguro que yo te pregunto algo relacionado conmigo y no sabes absolutamente nada, ni mis gustos, mis hobbies, o tan siquiera mi color favorito. Realmente es asquerosa tu forma de pensar y la de toda esta familia.
Mi madre se quedó en silencio, pude oír sus dientes rechinando, me imagino la rabia de oír todo lo que le estaba diciendo.
-Ahora te quedas callada, si fuiste tú quien vino con ganas de hablar -, dije mirándola muy molesto.
-No vine para discutir contigo, solamente quería disculparme. Yo sé que he sido una mala madre durante muchos años, cuando me vi tan cerca de la muerte realmente entendí que debo cambiar, que nuestra relación debe mejorar hijo, por eso quiero hacerte una propuesta.
La mire desinteresadamente, no quería escuchar nada de ella, ni de nadie, solo quería estar solo.
-Voy a ser sincero contigo, no quiero saber nada, ni hablar con nadie en este momento. Mejor mañana hablamos, si estoy de ánimos -. Me acerque a la puerta y le señale la salida, para que se fuera de una vez.
-Entiendo hijo, aunque realmente no tenemos mucho tiempo dejaré que descanses, se que todo esto no fue fácil.
Una vez más el tono y la forma de hablar de mi madre me extraño. Ella siempre fue una persona tan arrogante, no entendía su nueva forma de comportarse.
Una vez se marchó me dispuse a cerrar la puerta, pero alguien lo impidió.
-Oye amigo, tenemos tanto de que hablar, ¿Por qué actúas así? -, era David.
Lo mire de la forma más fría posible, intenté una vez más cerrar la puerta sin decir palabra alguna, pero una vez más se interpuso.
-¿Qué significa esto?, Vamos soy tu amigo de toda la vida -. Hablaba mientras terminaba de entrar a la habitación y cerraba la puerta. -se que estás muy dolido, ese infeliz de Paul te engaño y lo peor, mato a tu padre, intento matar a tu madre y ahora... pobre Victoria yo...
-Tu nunca quisiste tanto a Victoria como Paul, ¿Ahora te duele?-, lo interrumpí.
Por un momento me miró, hizo un gesto de incomodidad por mis palabras.
-Se que nunca fuimos mejores amigos, pero yo por lo menos no la mate. Es muy diferente a lo que hizo tu amiguito Paul, ¿No te parece?-. Cuestionó irónicamente.
-Pues parece que todos mienten aquí.
Mis palabras una vez más incomodaron a David.
-Tal parece que a pesar de todo, aún sigues creyendo más en Paul, ¿Qué te ha dicho? -Pregunto algo molesto.
-He llegado a la conclusión de no creer en nadie David, o es que crees que voy a confiar en ti, aún cuando de la nada te desapareces, ¡te importo un coño mi situación!-. Le grite dándole un golpe a la puerta.
-Siempre le preguntaba a Victoria por ti, se que debí ayudarte, pero estaba muy ocupado, desde que tu padre murió las cosas en la constructora se complicaron y además estaba ayudando en la búsqueda de Paul, eran tantas cosas...
-Victoria nunca mencionó nada-. Lo interrumpí una vez más.
-Quizás te lo ocultó, para que te molestaras conmigo no se.
-Sabes que eso es imposible, ella jamás me oculto algo. Y aunque no eras de su agrado jamás hizo algo para que yo estuviera mal contigo, no seas ridículo.
-¿Seguro que ella nunca te oculto nada?-, cuestionó de forma muy extraña David.
-¿Qué estás insinuando?
-Mientras investigaba el paradero de Paul, el agente Ben descubrió algo sobre tu novia.
Mire incrédulo a David, por un momento me parecía absurdo lo que decía.
-¿Por qué tendría que investigarla a ella?-. Pregunté de manera desafiante.
-Era obvio, se debía conocer el entorno completo que rodeaba a Paul y ella era una de sus amigas más cercanas-, respondió tajantemente.
Aún no creía lo que estaba oyendo, nada me convencía.
-Es claro que no me crees, mejor no digo nada. Es momento que tú mismo averigües bien las cosas y dejes de llevarte por las emociones-. Continuó David y se dispuso a marcharse.
-Espera -lo detuve, pues necesitaba saber que era eso que supuestamente habían descubierto. -¿Y cuál es ese secreto?
David me miró y sonrió irónicamente.
-Aunque no sé que tanto vayas a creerlo, te lo diré-. Dio media vuelta y se coló frente a mi, -resulta que el padre de Victoria no era el señor Carlos, sino el chófer, el mismo que estaba con ustedes.
Por más extraño que me pareció aquello y por alguna extraña razón, no me era difícil de creer. El señor Bruno era muy cercano a ella durante el tiempo que estuve con ellos y ella misma me confesó que siempre había tenido esa atención con ella, además lo preocupado que estaba de su seguridad, era evidente que sus lazos tenían mucha fuerza por alguna extraña razón, ¿Será esa la razón?
-¿Como llegaron a esa conclusión?
-Ya sabes lo bueno que es Ben en estos asuntos, no hay detalle que se le escape, pero si aún no me crees, búscalo y que el te lo explique mejor-. Se dio media vuelta y se dispuso a marcharse-. Aunque parece que ya se genero una duda en ti-, concluyó y se marchó.
Estaba en lo cierto, una duda se había generado en mi, en medio de todo el dolor que sentía, no podía creer que Victoria me ocultara tal cosa, ella siempre se mostró transparente ante mi. Preferí dejar eso allí, estaba cansado de todo, además no era seguro que ella supiera eso o que tal cosa fuese verdad. Me tire nuevamente en la cama, no sin antes asegurarme de cerrar bien la puerta para que nadie volviera a molestarme.
Cerré mis ojos intentando olvidar todo aquello, pero era imposible borrar de mi mente aquel momento, no dejaba de culparme. Estaba boca abajo, me di la vuelta y dejé que mi cabeza colgará del borde de la cama, para que la sangre bajara más rápido, y poder pensar o quizás olvidar más rápido.
Podía sentir como a mi cabeza llegaba mas sangre lentamente, hubiera querido morir en ese momento, pero no fue así. A medida que pasaba el tiempo me sentía mareado, podía sentir como me dolían los ojos, había pasado casi una hora en esa posición, así que el cuerpo comenzaba a sentirse incómodo.
Después de alrededor de diez minutos no pude más, me levanté violentamente de la cama, mi cabeza parecía que iba a reventar, no podía tan siquiera abrir los ojos, sentía que todo me daba vueltas y de pronto me vi tirado en el suelo. Otra vez volví a aquella oscuridad, dónde me sentía mejor, sin dolor sin tristeza, todo está en total silencio, justo lo que necesitaba en ese momento.
-Humano... -, una voz gruesa y con gran fuerza irrumpió de la nada. -Es Momento de que hablemos.
-¿Quién eres? -, comencé a mirar en todas las direcciones, tratando de buscar el origen de aquella voz.
-Quien soy no importa, lo importante es quien tú eres-, la voz se acercaba cada vez más.
Continuaba desorientado y asustado al mismo tiempo, quise salir de allí en ese momento.
-¿Por qué te quieres marchar? -, aquella voz por algún motivo pudo saber que estaba pensando.
-No se dónde estoy y como rayos llegues hasta aquí, no sé quién eres ni que quieres. Pero parece que tú ya me conoces.
-Así es, estuve muchos años buscándote. No había forma de dar contigo, hasta que llegaste aquí. Me sorprende un poco, parece que eres aún mas especial y eso me interesa. -Argumentaba aquella extraña voz.
No entendía de que estaba hablando, pero no parecía interesado en hacerme daño, así que lo tome con calma. Al mismo tiempo me sentía intrigado, pues parecía que había encontrado a la persona que me respondería algunas de mis dudas.
-¿Y dónde se supone que estamos? -, intente sacar algo de información, pero iba con cuidado.
-Estamos en el punto medio, el lugar donde no se está ni vivo ni muerto-, me explicaba.
-¿Punto medio?, Perdón pero sigo sin entender.
-Te explicaré, pero primero salgamos aquí.
De pronto el lugar comenzó a cambiar, todo parecía dar vueltas, hasta que llegamos a un estudio muy elegante, sillas enormes y un escritorio aún más grande, todo era de madera, cada detalle allí brillaba, había un sinfín de libros en una biblioteca que se extendía hacía arriba y se perdía de vista sin que se pudiera ver el final.
-Por favor toma asiento -, se escuchó una dulce y sensual voz a mis espaldas.
Cuando volteo estaba sentada detrás del escritorio una mujer tan blanca como una nube, podría jurar que parecía una muerta, pero su Belleza me dejó atónito, sus ojos eran completamente negros, cómo el azabache combinando perfectamente con su cabello, el cual era tan extenso que le llegaba al piso.
-¿Tu quien eres ahora? -, pregunté sin evitar mirar aquellos ojos que parecían que te atrapaban.
-Ya te he dicho que eso no importa, por lo menos ahora, soy quien soy y ya.
-Pero si hace un momento me estaba hablando un hombre-, no podía creer que esa hermosa mujer, era el origen de aquella primera voz.
-Soy el mismo ser, mi forma la puedo cambiar sin importar nada, prefiero usar esta en este momento, así quizás no sientas miedo-, comentaba entre risas.
-Disculpa, se que sueno y parezco estúpido, pero se me hace muy difícil entender que está pasando aquí-, señalo mientas tomo asiento lentamente.
-Entiendo tu punto y para eso estoy aquí, llevo tiempo observando tus movimientos desde que entraste aquí, y siento que ya es momento que sepas la verdad.
-No sabes lo feliz que me hace saber que por fin alguien está dispuesto a contarme algo, no se quién seas pero te escuchare.
-Si sabes quién soy, ya me viste una vez, pero antes de hablar debes tener algo en consideración. El valor del saber es muy alto, y no siempre se es bueno saberlo todo, una vez te dije que no intentaras cambiar las cosas, que todo tiene un porque, ¿Recuerdas?
En ese momento recordé aquellos primeros sueños, cuando un hombre muy alto y viejo llegó a decirme una frase que jamás olvidaré, "Todo en esta vida tiene un porque, una razón de ser, así que no intentes cambiar las cosas."
-¿Así que aquel hombre en mis sueños era usted también? -, trague saliva y mi corazón se aceleró un poco.
-No tengas miedo, no pretendo hacerte daño, primero quiero que escuches toda la verdad. -, su voz cambio a la de aquel hombre de mis sueños, una voz vieja y desgastada, pero mantuvo su mismo aspecto, era raro ver una hermosa mujer hablando como un anciano.
-Perdón pero es inevitable -, me excuse tratando de disimular mi miedo.
-Bien, vayamos al punto, antes de contarte todo quiero saber si estás dispuesto a aceptar las condiciones que tengo...
-Acepto lo que venga -. Interrumpí, no podía evitar mostrar mi emoción.
-Bien, ya que aceptas me parece perfecto, aún así te diré que la condición para saber la verdad, es que me entregues tu vida aquí y ahora.
Aquellas palabras me dispararon el corazón.
-Alto un momento, ¡¿Qué!? -exclame con mucho miedo.
-Si quieres conocer tu verdadero origen, tu verdadera familia y cuál es tu propósito, debes morir.
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