Capítulo 57 [Eres una cobarde]

Queda un capítulo para el gran final 

- - - - - 

—Lando, ¿te gustan los roles de canela? —Addison preguntaba desde la cocina de la cantante sacando la charola de roles de canela recién hechos del horno.

La escena era esta, Victoria, Lando, Wes y Addison desayunando nuevamente en el departamento de Victoria. Era Domingo y el último día de Lando y de sus padres en la ciudad, el británico regresaría a Reino Unido y sus padres a Beverly Hills.

Y como Victoria no quería dividirse, pensó en reunirlos a todos para hacerlo más fácil. Lo cual no había resultado, porque Wes seguía molesto por el comportamiento de Lando en estado de ebriedad, así que el ambiente era algo tenso.

—Sí, señora Chatman —El piloto respondió serio sintiendo la mirada de Wes sobre él.

—Addison, cariño.

La madre de Victoria no le hacía las cosas fáciles, porque le sonreía coqueta y le guiñaba el ojo cuando el piloto solamente quería olvidar todo lo que había sucedido.

—Addison —Lando repitió con una sonrisa tímida mientras Victoria se metía comida a la boca para no reírse.

—Señora Ellis para ti —Wes se metió sin dejar de ver al joven —Ellis de Chatman.

Esta vez, Victoria sacó un poco de jugo con su nariz mientras veía al hombre de 65 años actuar como un neandertal celoso con su madre. Wes tomó una servilleta y sin dejar de ver a Lando, se la pasó a su hija.

—Deja al niño, cariño. Solo fue un malentendido —Addison llegó hasta ellos con roles para todos.

Victoria se lanzó a ellos como si no acabara de devorar un cuantioso desayuno. Lando tomó uno sin dejar de sentir la mirada de Wes sobre él.

¿Por qué había accedido a venir? Se preguntaba sin voltear a ver al padrastro de Victoria.

—¿Y Lucía? ¿No piensa venir? —Victoria estaba a la mitad de terminar su rol de canela como para responder, solamente parecía un animal hambriento perdido.

Después de tragar, respondió.

—No —Victoria pensó que se le hacía raro no saber nada de ella en días —Creo que me dijo que está trabajando en armar mi calendario para los próximos meses.

—Deberíamos hablar con ella —Addison comentó pasándole un rol de canela a su esposo —Para asegurarnos que deje algunos días libres para que puedas ir a casa.

Victoria asintió sin dejar de comer. En realidad, no sabía si esos días ya estaban contemplados.

—Tal vez pueda ir con ustedes el 4 de julio —Vic comentó mientras su madre sonreía al escuchar a Vic dispuesta a verlos —Además, no pienso salir del país por el momento.

Lando volteó a ver a la cantante y no pudo evitar hablar.

—¿Piensas asistir a alguna carrera? —Lando preguntó tranquilo sintiendo como la atención de Wes se alejaba de él y se concentraba en su mujer.

Victoria volteó a ver a su amigo sin dejar de comer.

—No. Si yo me presento a una carrera es para que uno de ustedes me arrollen con su monoplaza —La cantante sonrió, pero la sonrisa se borró en cuanto escuchó a sus padres reprenderla al mismo tiempo.

—¡Victoria! —Ella los ignoró rodando sus ojos.

Bodoque alzó su cabeza para ver que todo estuviera en orden y luego continuó limpiándose.

—No está en mis planes pisar el mismo lugar en el que Carlos esté —Lando asintió mientras veía a la cantante terminar su rol y tomar otro de inmediato.

—¿Tanto así? —Addison preguntó abriendo los ojos con sorpresa.

—Sí. Además, no es por nada, pero el lanzamiento del álbum me mantendrá ocupada las siguientes semanas.

—¿Qué tienes que hacer? —Wes preguntó sumamente interesado.

—Pues, ir a algunas entrevistas, grabar videos, unos shows privados, portadas de revistas, meh lo regular —Victoria se alzó de hombros desinteresada tomando su rol, entre menos le hablaran mejor para ella.

Lando solo podía verla comer, en verdad que la comida de la madre de la cantante era deliciosa.

Después de ese incómodo encuentro, los padres de Victoria se fueron y ella no los vería por un buen rato, como había dicho, estaría sumamente ocupada.

—¿Quiéres hacer algo? —Victoria le preguntó a su joven amigo (un año mayor que ella) sonriendo.

—Es mi último día aquí y me gustaría hacer unas compras. ¿Me acompañas?

—¡Claro!

Victoria fue hasta su recámara y se puso sus tenis, tomó su bolsa y se despidió de su gato para irse con Lando.

Al llegar a la recepción, Michael les abrió la puerta mientras sonreía y cuando Victoria estaba por salir, escuchó al hombre decir:

—Veo que ya le habló a su amigo.

Al inicio le pareció un comentario estúpido, ni siquiera le puso atención, pero entonces comenzó a pensar. ¿Cómo sabía Michael que Lando era su amigo?

Habría visto las fotos de los GP, no sabía que Michael fuera fan. Trató de no darle mucha importancia, porque en su mente había algo más importante, y eso era, que nadie los reconociera.

La gente seguía siendo estúpida y con unos simples lentes sin aumento y su cabello castaño los engañaba. Claro que le daba miedo que reconocieran al piloto, y por ende, a ella.

Si los habían reconocido, nadie se acercó, de verdad que amaba Nueva York por eso, porque la ciudad no parecía interesada en ellos.

Estuvieron todo el día fuera, Victoria terminó comprando algunas cosas sin importancia, como prendas que le había gustado y uno que otro libro que sabía que pasaría meses en su estante antes de que ella lo abriera siquiera.

Lando por otro lado, arrasó con todo.

Victoria tuvo que cargar algunas de las bolsas y aún así, tuvieron que pedir ayuda a un trabajador de las tiendas.

Ahora iban directo al hotel de Lando, para dejar sus cosas y que Victoria pudiera despedirse de su amigo.

Entraron al hotel siendo recibidos por el portero y el comentario de Michael regresó a ella, era como una piedra en su zapato.

—¿Estás emocionado por la nueva temporada? Escuché que tendrás nuevo compañero —Victoria preguntó entrando al elevador con un botones a su lado ayudando con sus cosas.

—El niño es un prodigio.

—¿Niño? —La cantante preguntó divertida —Tú no eres lo que yo imagino cuando pienso en un viejo.

El británico la fulminó con la mirada mientras ella solamente sonrió triunfante al haberlo provocado.

—Es dos años menor que yo y se ve que tiene un potencial increíble —Pero la voz de Lando no denotaba que fuera un cumplido por completo, dentro de él estaba una pequeña duda. ¿Sería mejor que él? Estaba claro que Oscar llegaría a trabajar y haría que el inglés se tuviera que esforzar más.

—Venga, que tú también eres un gran piloto —Victoria no tenía la menor idea si eso era cierto o no, pero una mentirilla no le haría daño.

—Gracias —Ambos se bajaron del elevador y continuaron caminando a la habitación de Lando.

—Y hablando de pilotos —Victoria dijo apartando sus bolsas de las de Lando, mientras que el piloto dejaba todas sus compras en su cama —¿Has hablado con Charles?

El inglés la volteó a ver con una sonrisa burlona y una ceja levantada.

—¿Segura que ese es del Ferrari del cual quieres hablar? ¿O quieres hablar del otro? —Victoria estaba a punto de asesinarlo, pero continuó con sus planes.

—Sí, porque estoy enojada con el muñequito de pastel —La cantante dejó de mirarlo, para ver sus uñas como si fueran la cosa más interesante del lugar.

—¿Y eso? Según él no han hablado desde Abu Dhabi —Lando comenzó a guardar todo en su maleta aventando algunas cosas y por más que le estaba dando risa, debía de mantenerse firme.

—Porque me traicionó.

Lando se detuvo un poco y comenzó a, verdaderamente, ponerle atención a lo que la cantante decía.

—¿Te traicionó?

—Así es —Victoria comenzó a moverse lentamente por la habitación, Lando dejó de hacerlo —Se dijo mi amigo y me traicionó... por ¿cómo lo llamaste? ¿El otro Ferrari?

Vale, Victoria tenía una hipótesis.

Si Lando estaba en la ciudad, y por lo que él piloto le había dicho, llevaba varios días aquí, eso significaba que Carlos tenía un cómplice al cual confiaría para hacer sus tretas.

Lando caería, no podría engañarla. Si él había sido quien le había dejado el cupcake, se daría cuenta.

Ella solamente quería saber todo lo que había pasado a sus espaldas.

Primero, Charles engañándola, entrengándole su celular a Carlos para que pudieran hablar.

Luego, la llamada en Navidad por parte del señor Sainz, aunque si lo pensaba bien, ¿en verdad había sido el papá de Carlos o había sido junior?

Y por último, el cupcake de chocolate. ¿Quién más lo hubiera entregado? ¿En quién más confiaría el madrileño para hacerlo?

Lucía estuvo con ella toda la tarde y le gustaría creer que ella no caería en los trucos de Carlos.

—No me ha dicho nada. Yo no he hablado con Charles —Lando fingió demencia y se alzó de hombros continuando aventando su ropa a su maleta.

—¿Ah no? Que bueno, sería una mala influencia para ti. Dejándose mangonear como títere, dejando que Carlos lo obligue a hacer cosas solo para molestarme —No iba a decirle que en realidad, esos gestos le habían parecido un poco lindos (solo un poco) —¿Dónde quedó la autonomía del monegasco? ¿Es que siempre tienen que ayudarlo? ¿Es que él no puede hacer nada por sí solo?

Victoria pudo ver como Lando tragaba en seco, estaba tan cerca de romperlo.

—¿Y qué pasó?

—No importa —Victoria llegó hasta ponerse frente a Lando, solo los separaba la cama, donde estaba su ropa, su maleta y sus compras —Pero Carlos es tan estúpido, que hizo que mi agente involucrara a la policía.

—¿Policía? —El inglés frunció el ceño.

—Así es. Recibí un pastelito el 14 de Febrero, sin remitente, sin sellos. Mi agente creyó que estaba envenenado y que alguien tenía en mente atacarme —Victoria se cruzó de brazos fingiendo estar afectada por eso, cuando en realidad se estaba sacando esa mentira de quien sabe donde.

¡Dios! Hace mucho que no inventaba algo por el estilo, ¡y cómo lo estaba disfrutando! De verdad que le gustaba mentir, aunque no podría admitirlo en voz alta.

—¿Y la policía que dijo?

—Todavía no he sabido nada. Lo mandaron a analizar y no han llegado los resultados, pero Lucía teme que tenga un acosador y tienen un video algo borroso de la persona que lo entregó. Ya lo están buscando, pero yo estoy segura que no es un acosador.

Lando respiró por un segundo.

—¿No crees que sea?

—No —La cantante se movió para acercarse a Lando —Creo que solamente es alguien sumamente tonto a quien Carlos le pidió un favor.

Y listo, la mirada que Lando le había dado a Victoria lo había delatado.

—Lo siento, en verdad, pero está triste y te extraña —Eso la tomó por sorpresa, no quería escucharlo por parte de Lando.

La cantante tomó unos cuantos pasos hacia atrás, como si se protegiera de lo que Lando fuera a decir.

—No lo hace.

—¡Claro que sí! —El piloto gritó a los cuatro vientos —Está devastado y te juro que es un desastre.

Vale, tal vez su plan se acababa de ir por la borda, porque escuchar lo patético y triste que Carlos estaba sin ella, no era lo que ella quería tenía en mente. Quería seguir enojada con él, porque estar molesta con Carlos Sainz lo hacía más fácil para superarlo.

—¡No es mi culpa!

—No sé, no me dijo mucho, solo te digo lo que sé.

—Es un idiota.

—Eso nunca lo he negado —Lando continuó guardando su ropa —Pero tal vez, sea tu idiota.

Eso la hizo enfurecer más. ¡No era de ella!

—¡No es mío! Carlos Sainz no es mío y no lo quiero.

Lando comenzó a reírse, porque la forma en la que la cantante lo negaba era casi cómica.

—Vamos, Vic. Ustedes se aman, las parejas vuelven todo el tiempo, las segundas oportunidades existen —Y por cada comentario de Lando, Victoria se volvía un volcán a punto de explotar —Son Victoria y Carlos, Cartoria, la mejor pareja del mundo, power couple.

—¡Tiene novia! ¿Sabías que sale con Isabel? —La cantante respondió fúrica agitando sus brazos.

—No sale con Isa, ¿por qué crees que me llevó a su estúpida gala y no a ella? —Victoria sintió como si todos los roles de su madre quisieran salir de ella —¿Crees que de salir con ella no la hubiera llevado? Isabel y Carlos terminaron desde antes de que tú llegarás a su vida.

Victoria agachó la mirada y se rió con tristeza.

—¿Qué sabes? ¿Qué es lo que verdaderamente sabes sobre Carlos y yo? —Victoria preguntó con sorpresa.

—Nada o más bien lo que ustedes dicen. Yo no sabía que habían terminado desde Monza, creí que seguían juntos hasta que subieron esas historias —Lando cerró su maleta, ahora la plática con la cantante era más interesante.

Carlos no le había dicho a Lando del contrato.

—¿Y si te dijera que nunca estuvimos juntos? —Era vómito verbal, primero se lo había confesado a Charles y ahora a Lando.

Si Lando tuviera un espejo, podría ver el horror en sus ojos, la sorpresa y la confusión que la última pregunta le había causado.

—¿De qué hablas?

Victoria se arrepintió de inmediato, ¿podría romperle la ilusión? ¿Por qué tenía que abrir su bocota?

—Victoria, ustedes son la mejor pareja que he visto en años. Los miraba y yo aspiro a lo que tenían. En verdad, porque lo de ustedes era tan puro y mágico.

Victoria tenía que interrumpirlo antes de que Lando siguiera enterrándole una estaca en el corazón.

—¡Carlos y yo tuvimos una relación por contrato! —El inglés se cubrió su boca por sorpresa —No somos esa pareja de ensueño que veías, no nos amamos de la forma en la que tú crees y los actos de Carlos no son tiernos, no si no piensa venir él mismo a decirme en la cara que me ama. ¡Que me escoge!

La cantante se quedó callada por un momento al igual que Lando y continuó hablando.

—Cada vez que él hace algo por el estilo, solo me hace enojar más y me lastima como no tienes idea —Victoria habló más calmada —Si siempre fue capaz de hacer todo eso por mí, ¿por qué se esperó hasta que yo no estuve?

—¿Lo dices en serio? —Lando preguntó y tenía una cara como si sus padres le acabaran de decir que el hada de los dientes no existía.

—¡Cada publicación fue falsa! ¡Las fotos fueron una farsa! ¡Cada acto en el paddock una actuación! ¡Cada salida fue planeada por mi manager y Caco! ¿El aviso de que habíamos terminado? ¡Lo escribieron ellos!

Victoria caminaba por toda la habitación a paso acelerado, sintiendo como su corazón se quería salir de su pecho, su cabeza era un remolino y sus labios estaban secos.

Lando miraba sus manos tratando de encontrar las palabras correctas para decirle a su amiga.

—Él nunca me dijo nada.

—¡Obviamente no!

La cantante ya no tenía nada más que decir, solamente se sentó a un lado de Lando en el único espacio de la cama que no tenía cosas sobre ella.

—¿Me perdonas si tardo en procesarlo? —Lando preguntó rompiendo el silencio en la habitación —Yo... yo no, ustedes.

—Entiendo.

—¿En verdad todo fue falso? —Victoria le hubiera gustado haber podido contestarle que sí.

—No sé —Los hombros de ambos chocaban, Victoria había recargado su cabeza en el británico, el silencio reinaba entre ellos —Pero no importa, estos pequeños actos no son suficientes. ¿De qué me sirve que me dedique palabras lindas en su discurso como campeón cuando no hace nada por mí? ¿Un cupcake en mi cumpleaños? Él debió de venir a pasarlo conmigo si tanto le importa. Saber que está sufriendo no me hace feliz y no ayuda a nadie

>>Yo merezco más y quiero la garantía de que no va a irse al menor problema o le dará miedo cuando las cosas se pongan complicadas y me aleje como lo ha hecho.

Lando asintió y ahora fue él quien recargó su cabeza en la de su amiga.

A veces, no hay palabras adecuadas para decir, esta ocasión parecía una de ellas, así que hizo lo mejor que pudo y simplemente le dio el apoyo que necesitaba.

—¿A qué hora sale tu vuelo? —Victoria preguntó cambiando de tema.

—Mañana por la mañana.

—¿Quieres que te vaya a dejar?

—¿Te piensas levantar a las 6 am? —Lando preguntó separándose de ella, pero sin levantarse.

—No.

—Entonces, creo que aquí nos despedimos.

—Te voy a extrañar, suerte en la nueva temporada y si regresas a Nueva York, ya sabes donde encontrarme —La cantante abrazó a Lando.

—Yo también y prometo venir más seguido.

Victoria asintió, se puso de pie y tomó sus cosas. Lando la acompañó hasta el lobby y tomó un taxi directo a su casa. 

***

Victoria estaba terminando de cenar algunos de los roles de canela que habían sobrado con un poco de leche, cuando le llegó una llamada de Lucía.

—Veo que sigues viva —Fue el saludo de Victoria a su agente.

—¿De qué hablas? —Lucía se puso de pie y se alejó un poco para poder hablar con un poco de privacidad.

Patrick estaba haciendo la cena, mientras que el madrileño estaba en la mesa del comedor. Por un segundo sintió que su departamento se hacía cada vez más pequeño.

—No he sabido nada de ti en días.

—Eres una exagerada, solo han pasado dos días desde el lanzamiento del disco —Lucía rodó sus ojos desde donde estaba.

A lo lejos podía ver a Carlos ocupando toda su mesa del comedor, estaba asegurándose de que su plan fuera perfecto. Ni siquiera le estaba prestando atención a la agente.

—¿Y bueno? ¿Ya tienes el calendario? —Contestó ella apenas se había terminado su bocado.

Lucía volteó a ver al madrileño quien parecía estar en otro mundo, ¿cómo le decía a su cliente que había pospuesto todo por ese hombre?

—Algo así —La agente comentó volteandose hacia la calle y viendo a la gente caminar iluminada por la luz de los edificios —Hablé con Addison, quiere que haga espacio en tu calendario para ellos, ¿es algo que te gustaría?

—Sí, ¿por qué no? —Victoria fue hasta su refrigerador y tomó la leche directo del cartón —¿Entonces?

—¿Ya se fue tu amigo?

—¿Lando? Regresa mañana por la mañana.

Lucía asintió y fue por su agenda, era algo de la vieja escuela seguir teniendo agendas físicas, pero le gustaba de esa forma.

—Bueno, esta semana está libre. Tienes una junta con la disquera el jueves por la mañana para hablar sobre los primeros números del disco, y la siguiente semana comenzarás con el resto de la promoción del disco. ¿Te interesaría una presentación en SNL?

Victoria aceptaría cualquier cosa que la hiciera mantenerse ocupada y cualquier cosa que hiciera que la gente escuchara el disco, esos 150 millones de dólares no llegarían de la nada.

—Sí.

—¡Genial! Tendrías que ir a ensayar el siguiente jueves y viernes —Lucía garabateó en su agenda "Confirmar SNL"

—Ok —Victoria guardó la leche y dejó la charola de roles en la tarja para lavarlos después.

Luego, Lucía vio algo que estaba marcado en su agenda.

—¿El martes harás algo?

Victoria fue hasta su sala y se sentó prendiendo la tele lista para ver algo antes de dormir.

—No creo, suena a que tendremos unas semanas ajetreadas así que esta semana no haré nada para poder concentrarme en lo demás.

—¡Excelente! La verdad es que te quería pedir un favor —Lucía comentó viendo como Patrick le hacía señas para que se apresurara ya que la cena estaba lista —Esta semana, como yo tampoco tengo mucho que hacer además de confirmar tus citas, hice varias citas para ver algunos departamentos.

—¿Te mudas? —La cantante frunció el ceño, no había razón para que su agente se mudara.

—Patrick y yo queremos algo más grande —Lucía soltó apenada en cuanto lo dijo, no le gustaba hablar de sus relaciones con nadie y admitir eso, significaba admitir que la relación se tornaba más seria.

—Wow —Victoria soltó entre risas —¿Tan pronto?

—Cállate —Lucía se sintió como una chiquilla enamorada —Vas a venir, ¿sí o no?

El sonrojo en la cara de Lucía era notorio, así que agradeció que Victoria no pudiera verla, porque sabría que se burlaría de ella.

—Sí, claro. ¿Y Patrick? ¿Por qué no viene?

—No puede salir del trabajo a esa hora, así que digamos que yo haré el filtro preliminar, si me gusta lo suficiente y considero que le gustará a él, se hará una segunda visita. ¿Entiendes?

Victoria rodó los ojos desde donde estaba. Claro que Lucía tenía que hacer todo de forma tan perfeccionista.

—Está bien. Te veo el martes.

—Te envío la dirección y la hora de la cita ¿ok? —Lucía confirmó y escuchó un asentimiento por parte de su cliente —Victoria, creo que este es el bueno ¿ok? No quiero que llegues tarde.

—Sí, sí. No llegaré tarde.

—Vale te dejo, porque voy a cenar.

—Ok. Adiós.

Y sin esperar más, colgaron.

Lucía fue entonces que se acercó hasta los dos hombres que estaban poniendo la mesa.

—¿Quién era? —Patrick preguntó poniendo la cena al centro de la mesa.

—¿Quién crees? —Su novia lo asesinó con la mirada mientras que Carlos fingía demencia —Y tú, más vale que hagas lo que tengas que hacer esta semana. Ella no tendrá tiempo después.

Carlos volteó a verla ofendido y antes de que pudiera decir algo, Patrick habló.

—Y a todo esto, ¿qué no la temporada inicia pronto?

—Así es —Carlos fue a lavarse las manos y regresó para sentarse donde Lucía le había indicado.

—¿Dejaste tu trabajo para venir? —La castaña preguntó completamente horrorizada, era algo que ella no haría nunca.

—No lo dejé —Carlos comentó tranquilo mientras comenzaba a servirse un poco de la comida de Patrick.

—¿Pediste permiso para venir? —Carlos volteó a verla y con una sola mirada le dijo todo lo que tenía que saber —¿No saben que estás aquí? ¡Carlos! —Patrick soltó una risa al ver a su novia tan alarmada.

Lucía siempre le había dicho que Victoria era su dolor de cabeza personal, y ahora que había conocido a Carlos había aprendido que la cantante había encontrado uno más para aterrorizar a su mujer.

Patrick fue hasta el minibar de Lucía y tomó tres vasos junto a una botella de whisky y sirvió un poco para los tres y así, relajar el ambiente.

—¿Y Caco qué dijo?

—Estoy seguro que quiere matarme, pero supongo que piensa que ahora soy tu problema —El madrileño tomó un poco de alcohol y sonrió al ver el ceño fruncido de Lucía. Lo había extrañado.

—Si Victoria no te asesina, lo haré yo y te enviaré directo a Caco.

—Me parece un buen trato.

Y así fue que continuaron la cena, porque lo cierto era que nadie podía arruinar el humor de Carlos, no hasta que tuviera una respuesta definitiva por parte de la cantante. 

***

Victoria se despertó el lunes temprano, pues la ansiedad de saber cómo recibirían el disco los críticos no la habían dejado dormir.

Todo el fin de semana había intentado no ver nada, no entrar a redes, ni escuchar nada en podcast o ver videos de youtube.

No quería saber lo que los fans habían pensado porque era un álbum sumamente personal para ella y no quería verlos descifrar letras o crear teorías.

Ese lunes tenía su cita con su psicólogo justo para después de leer las críticas y luego iría a hacer un poco de ejercicio para cansar su cuerpo lo más que pudiera, así que sin esperar más, abrió su computadora y comenzó a leer:

Victoria Ellis dio a conocer su tercer álbum justo a las 00:01 el viernes de este año, decisión por la cual no podíamos estar más felices. A pesar de ser su tercer álbum, es el primero bajo el mando de la discográfica Columbia Records.

A finales del año pasado, se dio a conocer que la cantante había terminado su relación con su disquera, RCA Records, y había firmado un nuevo contrato. Mucha gente se preguntó si había sido la decisión correcta, pero después de escuchar este álbum, es oficial que Ellis tomó la mejor decisión posible.

Billboard lo llama "El mejor trabajo de Ellis hasta el momento. Es un álbum de pop sofisticado sin perder su aire comercial, se nota un crecimiento en el sonido comparado con su segundo álbum."

No debemos de olvidar, que este año también trabajó con el famoso productor Harry Carling, ganador de más de 8 grammys en los últimos 3 años.

Las letras están más "sazonadas" y son más sutiles, menos burbujeantes y de una joven malcriada, que en el pasado habían funcionado pero conforme la cantante crecía el público exigía más de ella, a pesar de las muchas referencias a su relación con el piloto español de Fórmula 1, Carlos Sainz, está vez se siente la madurez en ellas.

De todas las canciones, Renegade es una nota alta, así como Style, que es una melodía con más aire y menos sílabas y es obvia la influencia de la calidez de lo electrónico y las letras llenas de metáforas que funcionan.

Victoria no tiene competencia alguna, es un género hecho para el éxito, a regañadientes todo mundo tendrá que aceptar, que "Everything I Didn't Say" es uno de los mejores álbumes de pop de está década.

Vista desde adentro, a pesar de tener dos álbumes exitosos, la estrella siempre ha tenido malas opiniones dirigidas hacia ella, aún así, ella apuesta por algo más grande y lo logra.

Temáticamente, Victoria rompe con el pasado, deja atrás la victimización y la locura con la que hablaba de sus relaciones pasadas, las críticas y romances. Ha encontrado una nueva identidad con la puede jugar y tomarlo a broma, en lugar de dolor, las canciones sobre su ex romance resuenan con lujuria revoloteando y nostalgia al pasado sin caer en lo ridículo.

Sabemos que siempre y cuando Victoria Ellis escriba autobiográficamente, sus romances serán sujetos a la especulación, pero es su experiencia al hacerlo que hace que en esté álbum logre que no se escuchen como una queja o chisme y queramos escuchar más y más, haciendo que nos interesemos más por su trabajo que por sus escándalos, lo cual es una forma inteligente de lograrlo demostrando una confianza nunca antes vista.

¿Para quién son estas canciones? Mi respuesta es:

Si suenan así de bien, no importa para quién sean.

El álbum obtuvo 4 de 5 estrellas.


Esa fue una de todas las reseñas que leyó y todas se parecían.

¡A la gente le había gustado tu álbum!

La cantante no se dio cuenta en qué momento había comenzado a llorar, pero lo estaba haciendo y fue Bodoque quien se acercó a ella para asegurarse que todo estuviera en forma.

Victoria dejó su laptop de lado y abrazó a su gatito mientras seguía llorando.

A diferencia de otras ocasiones, eran lágrimas de felicidad, porque después de años en la industria, después de todo ese tiempo que tuvo que trabajar, todo lo que soportó, por fin podía ver que la gente comenzaba a tomarla en serio.

Ya no era una niña mimada o niña problema, era una joven con algo que decir, algo que era importante.

La gente en verdad estaba apreciando su trabajo.

—Bodoque, lo logramos —Victoria tomó la cara de su gato y la puso a centímetros de la de ella.

El gato solo maulló y se movió para que su dueña lo liberara.

Victoria se rió al verlo y lo dejó ir, fue hasta la cocina para tomar una servilleta y poder limpiar sus lágrimas.

Sin decir nada más, fue hasta la ventana y vio a la gente comenzar su día. Se preguntó si alguno de ellos estaría escuchando sus canciones, ¿cuál sería la probabilidad?

Le pareció interesante y hasta un poco cómico. Le hubiera gustado compartir su idea con alguien, desgraciadamente para ella, solo había una persona en su mente con quien compartirla.

Antes de que todo se tornara triste para ella, fue hasta su cuarto, tomó su maleta para el gimnasio y sus cosas para continuar con su día.

Ya mejor lo discutiría con su psicólogo.

*** 

A la mañana siguiente, nuevamente Victoria se levantó temprano, se arregló con unos jeans holgados, una camisa azul y se colocó una chamarra café para salir.

Nuevamente dejó su cabello castaño libre, se puso un poco de maquillaje, tomó unos lentes de sol y salió.

Le pareció gracioso que el departamento que Lucía había elegido para vivir con Patrick estaba a solo algunas cuadras de donde ella vivía, porque así le hacía saber que su agente no se alejaría mucho de ella.

Al llegar, le indicó al portero que venía a ver el departamento en venta y como si estuviera acostumbrado a recibir personas preguntando por lo mismo, la dejó pasar y le indicó que piso era.

Para sorpresa de la cantante, era el penthouse.

Sabía que Lucía hacía bastante dinero, después de todo, ella era quien le pagaba y también sabía que su tipo era un hombre de alto rango en Wall Street, pero ¿un penthouse? ¿En el Upper Side de Nueva York? ¡Dios! Debería revisar sus cuentas y las de Lucía, tal vez estaba lavando dinero con sus ganancias, pensó divertida.

Una vez que llegó al último piso, se bajó del elevador y se encontró con un pasillo directo a la única puerta de ahí, las abrió y entró.

El departamento no solo era enorme y exclusivo, también era hermoso y lleno de luz natural.

Victoria entró con precaución sintiéndose intimidada por el lugar, a pesar de llevar tenis, cada paso que daba se escuchaba en todo el lugar, porque el vacío dejaba espacio para el eco.

Seguía observando el lugar a detalle, y al ver que Lucía no llegaba le mandó un mensaje:

Ya estoy aquí. 

Victoria se aseguró de revisar su reloj. Había llegado a tiempo, y eso era demasiado para ella, pero lo había hecho porque Lucía le dijo que era importante ¿y dónde estaba ella? No ahí, eso estaba claro.

Estaba haciendo caras y enojándose sola, ahora entendía porque todo mundo odiaba cuando ella llegaba tarde. Que sin darse cuenta escuchó una voz de alguien provocando que brincara en su lugar.

—Buenas tardes y disculpe el retraso. Hubo un accidente que está arruinando todo el tráfico. ¿Viene a ver el departamento? —Un hombre calvo, extremadamente delgado y con gafas fue quien había llegado hasta ella.

Se veía nervioso y no era la persona que ella se imaginaba cuando visualizaba un agente de bienes raíces.

—Sí, pero estoy esperando a alguien.

El hombre frente a ella ni siquiera la escuchó, porque comenzó a caminar y a hablar como si su vida dependiera de ello.

—Excelente, me presento, soy Donald Bren y usted debe de ser Lucía Blanco —Victoria apenas iba extendiendo su mano cuando Donald la tomó y sin respirar siguió hablando —Respecto a lo que hablamos por teléfono, no tiene porqué preocuparse por la seguridad del edificio, pues nadie entra a menos que tenga cita o uno de los inquilinos autorice un permiso.

Victoria asintió, ¿por qué no decía que no era a ella a quien tenía que venderle el lugar? Tal vez porque el hombre tenía tanta energía o porque le daba igual y sería divertido verlo volver a hacer su trabajo una vez que Lucía llegara, porque ella sí que tendría miles de preguntas para él.

—Como puede ver, el acabado es francés, los suelos son 100% de madera. Donde estamos en estos momentos es la zona de la sala y espero pueda apreciar toda la luz natural que entra a estas horas del día —Donald se comenzó a mover y Victoria lo siguió sin decir una sola palabra —Por acá tenemos el comedor...

Pronto, la voz de Donald solamente fue ruido blanco para ella y solo se dedicaba a ver el lugar.

Normalmente, cuando Victoria había ido a ver casas para comprar, estas casas estaban amuebladas, pero en esta ocasión estaba completamente vacío dándole una idea de lo que ella haría con cada rincón. Sin decir nada, se dejó llevar por el lugar.

Ocasionalmente, escuchaba lo que sea que Donald tuviera que decir, como el material de las tuberías o cuánto costaba mantenerlo, pero la verdad es que no tenía que convencerla.

El lugar era perfecto, era todo lo que ella pudiera soñar, tenía muchísima luz entrando por todos los lugares, una vista de ensueño de la ciudad que amaba, tantas habitaciones como ella quisiera, una cocina completa e increíble donde podía verse cocinando banquetes y una terraza que podía ser usada como un pequeño jardín donde a Bodoque le encantaría restregarse en una pequeña zona de pasto.

Victoria se estaba dejando llevar por la belleza de aquel lugar, tenía que recordar que esa casa no era para ella.

No porque no pudiera vivir ahí, más bien porque era un lugar tan grande que sabría que después de una noche ahí se sentía completamente insignificante y sola, por el momento, su departamento de una habitación estaba bien y era más que suficiente para ella.

Después de terminar con el tour, ambos volvieron al recibidor.

—Entonces, ¿qué le parece? ¿Su pareja y usted estarán felices aquí? —Victoria sonrió mordiéndose la lengua solo para no soltar una carcajada.

Aquel hombre le acababa de dar el mejor tour de su vida, no solo le había vendido el lugar, sino la vida que ella quería para ella, pero se había equivocado en un pequeño detalle, ella no era el cliente.

—Me encanta, pero yo no soy quien pidió la cita. Solo vine de acompañante y mi amiga, quien es la que quiere comprar esto, no ha llegado. Debería llamarle —Victoria pudo ver la cara de decepción en el hombre frente a ella, pero si tan solo la hubiera escuchado desde el principio, todo esto se hubiera evitado.

La castaña sacó su celular y marcó a su agente.

Después de dos timbres respondió.

—¿Lucía? ¿Todo bien? ¿Por qué no llegaste? Este lugar es hermoso y estoy a dos segundos de firmar yo misma las escrituras.

—Carajo, ¿ya llegó Donald?

—Sí.

—Es que hay un tráfico horrible, un idiota se le ocurrió meter su camioneta a una tienda de conveniencia y está retrasando a todo mundo —Lucía comentó y Victoria supuso que ese era el accidente por el cual el agente de bienes raíces también se había retrasado —Distrae al hombre y no hagas nada estúpido.

—¿El último comentario era necesario?

—¿Cuando se trata de ti? Sí.

La cantante rodó los ojos y dijo esto antes de colgar

—Si no llegas en media hora, compraré el lugar.

Sin decir nada, guardó el celular en su bolsa trasera de su pantalón y vio que el mismo Donald había salido del departamento.

Victoria aprovechó ese tiempo a solas para inspeccionar cada uno de los detalles de los acabados franceses, como las paredes blancas aprovechaban la luz, el aire entraba y se dio permiso para seguir imaginando cómo decoraría el lugar.

Nunca fue fan del minimalismo, así que en verdad podía enfocarse en muebles nuevos, las paredes las dejaría de ese color, pero las llenaría de accesorios inservibles que le gustaran. Podía imaginarse teniendo plantas dentro de la casa, ya que con la terraza, Bodoque no las destruiría (o eso quería pensar).

Sus ojos se dirigieron a la terraza y decidió dar una vista a la ciudad desde ahí.

Era cierto, las calles eran un caos, los autos y apenas se movían, además de que no se cansaban de tocar la bocina, como si eso los hiciera avanzar automáticamente.

Victoria estaba feliz por Lucía y Patrick, el hecho de que ellos avanzaran con su vida le daba ciertas esperanzas de que ella podía hacerlo y encontrar a alguien con quien compartirla.

Estaba tan perdida en sus pensamientos que de nuevo se precipitó al escuchar una voz detrás de ella.

—Entonces, ¿te gusta?

La cantante volteó como si de una película de terror se tratara.

Sin darse cuenta, abrió la boca sin emitir un sonido. 

Carlos estaba frente a ella, parado en el umbral de la entrada a la terraza. Tenía sus manos guardadas en sus bolsillos del pantalón, su cabello perfectamente peinado como un príncipe, usaba unos jeans negros, junto a un suéter del mismo color y una chamarra de cuero que pocas veces se la había visto.

Victoria sabía que no lo había visto desde hace meses, pero por un segundo sintió que habían pasado años sin verlo.

Por otro lado, el piloto sentía su corazón en su boca, porque cuando pensó en reencontrarse con Victoria nunca imaginó lo que vería frente a él, una castaña con el ceño fruncido, los ojos llenos de furia y una mueca de asco.

Y a pesar de eso, para él era hermosa, era preciosa.

—¿Qué haces aquí? —El tono de la cantante era duro y estaba claro que lo estaba juzgando.

Carlos era la última persona a la que esperaba ver, y si no estuviera todavía en shock, probablemente ya hubiera vomitado.

El piloto quiso golpearse a sí mismo porque había practicado muchas veces lo que diría una vez que la viera, pero ahora estaba completamente en blanco. Victoria lo había petrificado con su mirada.

Vale, tenía que improvisar como lo había estado haciendo desde que ella se había apartado de él.

—Yo pregunté primero —Carlos comenzó a caminar hacia ella mientras Victoria se hizo para atrás de inmediato, al punto de chocar con la barandilla del balcón de la terraza.

A Carlos se le estrujó el corazón al ver eso, estaba claro que Victoria lo resentía ¿y cómo no hacerlo?

Victoria se cruzó de brazos y evitó su mirada para responder a su pregunta. ¿Le gustaba? ¡Claro que le gustaba! ¡Le encantaba! Pero no era eso lo que diría.

—No es para mí.

—Lo sé —No era esa respuesta que esperaba por parte de Carlos.

—Entonces, ¿qué haces aquí? —Carlos dio nuevamente un paso hacia ella y Victoria maldijo no poder hacerse más para atrás.

—Te pintaste el cabello.

¡Es cierto! Era castaña y Carlos no tenía la menor idea.

—No te pregunté sobre el color de mi cabello, te pregunté, ¿qué haces aquí? —Quería que supiera que estaba enojada, no tenía tiempo para rodeos.

Carlos trató de contener una sonrisa, porque aunque Victoria estaba completamente molesta con él, él no podía dejar de pensar que se veía hermosa, que la había extrañado demasiado y que aunque lo maldijera en todos los idiomas posibles, él lo aceptaría porque había extrañado tanto su voz.

—Es para mí —Carlos sonrió divertido y pudo ver como los engranes en la mente de Victoria comenzaron a trabajar.

—Pero Lucía... —No se dio cuenta que eso lo había dicho en voz alta hasta que el piloto le respondió.

—Lucía te dijo que era para ella y su novio. Lo sé, yo se lo pedí porque sabía que no habría manera de que vinieras si yo lo hacía —Carlos ya había llegado hasta donde ella estaba.

Victoria no lo pensó dos veces y se movió rápidamente para desviarlo y entrar de nuevo al penthouse, donde al menos había más espacio donde ella pudiera huir y evitarlo.

—¿Acaso es una broma enfermiza de tu parte? ¿Mudarte cuando yo vivo a unas cuadras de aquí? No sabía que eras tan retorcido, pero bueno, Rogelio también se convirtió en una mierda una vez que terminamos.

Victoria soltó ese comentario sabiendo que Carlos la estaba siguiendo y el eco del lugar le ayudó para que sus palabras llegaran a todos lados, inclusive a los oídos de Carlos, quien había detestado el comentario de la cantante.

—Nunca, nunca me compares con ese hombre —Victoria se volteó a verlo y le dieron ganas de soltarle un puñetazo directo a la cara. Él no estaba ahí para exigir nada.

—¿Entonces? ¿Isa te está obligando a hacerlo? —La mencionaba porque aunque Lando le había dicho que ya no estaban juntos, quería escucharlo de su boca.

Después de todo, Lando no era una buena fuente de información ya que él no tenía la menor idea de lo que sucedía entre ellos.

—No lo entiendes, ¿cierto? —Carlos se rió un poco enfureciendo aún más a Victoria, como si eso fuera posible.

La cantante no lo soportó más y se volteó para darle la espalda, pero eso no detuvo a Carlos.

—Me voy a mudar aquí, solo.

Al escuchar esas palabras, Victoria volteó a verlo solo para asegurarse que no la estuviera engañando, Carlos podía ser buen mentiroso cuando se lo proponía.

—Tú odias Nueva York —Era cierto.

No podía recordar cuántas veces Carlos le había dicho que su ciudad era una mierda, llena de personas groseras, ratas, contaminación, ruido, ladrones. La lista de razones por las cuales Carlos odiaba la ciudad era interminable ¿y ahora decía que se mudaba? Era ridículo.

—Si, pero tú no y tú vives aquí —Carlos se alzó de hombros como si para él fuera la plática más normal de su vida —Terminé con Isabel, definitivamente.

Victoria no dijo nada, no sabía qué decir.

—Ah ya veo, tus padres están tan molestos contigo que te corrieron de Madrid. Joder, imagino que de España, pero estoy segura que en Europa tienes mejores opciones donde vivir —Victoria comentaba con un toque de burla en su voz —Inclusive puedes ir a evadir impuestos a Mónaco como el resto de tus amigos pilotos.

La cantante extendió sus brazos diciendo: Lárgate de mi ciudad. Lárgate del país. Lárgate del jodido continente.

—Victoria —Carlos suavizó su tono y nuevamente quiso acercarse a ella, solamente para ser rechazado una vez más.

—¡No! No puedes venir aquí, engañarme para hacerme venir al lugar que tú quieres y esperar que te reciba con los brazos abiertos.

La cantante se odió en el momento que reveló sus cartas, estaba claro que le dolía la situación, casi como cuando te arrancas una costra que creías ya cicatrizada.

—Quiero que sepas que tú eres la mujer con la que quiero estar —El piloto la miró con sus ojos llenos de lástima, sabiendo que ella les estaba haciendo daño a los dos, pero en el fondo era lo que Victoria quería, quería verlo sangrar.

¿Por qué mierda le dolía tanto que Carlos le dijera todo lo que ella quería escuchar?

—Después ¿de que? ¿Tres? ¿Cuatro meses?

Odiaba a Carlos porque en realidad después de esos cuatro meses seguía sintiendo exactamente lo mismo por él.

—Siento haberme tardado tanto, pero entiéndelo, ¡Me mudaré al jodido Nueva York si con eso te demuestro que voy en serio contigo! —Carlos la agarró desprevenida porque aprovechó para tomar sus manos y asegurarse que ella no saliera corriendo.

La conocía tan bien que podía ver como la cantante estaba lista para irse corriendo, con un poco de suerte, no le daría una patada y lo haría.

Victoria supo que Carlos no la dejaría irse, así que se quedó quieta esperando escuchar algo que fuera útil, algo que la hiciera creerle.

—Llegué antier por la mañana, después de escuchar tu disco y le pedí ayuda a Lucía para que buscara lugares donde podríamos vivir. Un departamento para mí o para nosotros si me aceptas —Carlos la soltó y rogó a Dios que Victoria no saliera huyendo —Una vez que eliminé algunas opciones, ayer me dediqué a verlos y supe que este sería perfecto para ti. Tiene un cuarto que puede ser una biblioteca o tu estudio personal para cuando te llegue la inspiración, la cocina es todo lo que siempre quisiste, en uno de los cuartos puedo poner un pequeño lugar para ejercitarme. La terraza es ideal para que Bodoque pueda revolcarse en pasto cuando él lo deseé y aún así, la casa tiene cuartos de sobra para comenzar una familia.

Victoria no se dio cuenta lo mucho que había abierto los ojos al escuchar al madrileño decir eso, y Carlos no pudo evitar reírse porque sus muecas, sus ojos y sus expresiones podía verlas con los ojos cerrados, pero no era lo mismo que tenerla frente a él.

Claro que iba a asustarse, pero no lo decía porque quisiera comenzar esa familia de inmediato.

—No porque quiera que nos casemos este año, o el siguiente, podemos esperar hasta que estemos listos, hasta que tú estés lista. Solo lo pensé de esa forma para que supieras que veo este penthouse como nuestro hogar, como algo permanente. ¿Quieres vivir en Nueva York? Excelente, siempre y cuando lo hagas conmigo.

Había pocas formas de mantener a Victoria en silencio y Carlos en verdad sabía cómo hacerlo.

La castaña comenzó a negar con la cabeza y a dar pocos pasos hacia atrás, Carlos no se movió porque sabía que de cierta forma la presionaría tanto que explotaría.

—Yo... yo no... no puedo —Victoria se alejó y se dio la vuelta para comenzar a caminar a paso apresurado a la salida.

Carlos la dejó irse, pero el piloto podía sentir como el sudor frío lo recorría por completo, no podía dejarse vencer tan rápido, necesitaba detenerla de alguna manera y esa era, haciéndola enojar.

En el momento en la que ella cruzó la puerta de la entrada gritó:

—¿¡Ahora quién es la que actúa como cobarde?!

Victoria se detuvo de golpe, como esas caricaturas de los Looney Tunes.

Carlos sabía que si la hacía enojar lo suficiente Victoria no se apartaría de una pelea, porque esa mujer no sabía quedarse callada nunca y supo que había hecho lo correcto, porque Victoria había regresado con los ojos inyectados de enojo y la cara roja por guardarse todo lo que estaba pensando.

—¿Qué acabas de decir? —La castaña estaba apretando los dientes y estaba segura que le estaba doliendo, pero eso no importaba en estos momentos.

—Me escuchaste bien —Carlos sabía que tenía que seguir provocándola, no importaba lo que ella le dijera, iba a soportarlo, simplemente quería seguir hablando con ella —Dije que eres una cobarde.

Victoria podía sentir a su corazón correr como si estuviera en el Derby de Kentucky.

—Tú eres la peor persona para llamarme cobarde. Menos después de todo lo que hice por ti —La castaña había llegado hasta donde Carlos estaba y comenzó a señalarlo con su dedo como si quisiera atravesarlo con él —Te rogué para que me escogieras, luché por nosotros en cada oportunidad que tuve ¿y qué recibí a cambio? Nada, no pudiste ni siquiera decirme que no, o verme a los ojos cuando fui a tu departamento.

—Lo sé y me equivoqué. Jamás voy a poder cambiar eso, pero estoy aquí después de escuchar uno de los mejores discos de la vida y te pido que me des otra oportunidad.

Victoria se alejó de él sin saber que responder a eso.

—Nada de lo que hay en ese disco es nuevo, tú mejor que nadie sabe eso.

Carlos asintió, sí Victoria supiera lo mucho que él sufría sin ella, si ella supiera que ese disco lo había hecho atreverse a hacer cosas que hace un año no hubiera imaginado, tal vez entendería.

—Lo sé.

—¿Y si lo sabes por qué hasta ahora? Tuviste suficientes oportunidades.

Victoria ya no estaba tan enojada, tal vez porque se sentía decepcionada al recordar todas las veces que el madrileño la había rechazado.

—Yo... —¿Ahora qué decía? Victoria lo había dejado desarmado.

—¿Crees que un discurso lleno de palabras bonitas hará que olvide todo? ¿Un cupcake en mi cumpleaños? ¿Una llamada en Navidad? No es suficiente para mí —La cantante se comenzó a mover por todo el lugar mirando a todos lados y abriendo sus brazos —Ni siquiera este departamento me garantiza que todo lo que estás diciendo es verdad.

Victoria lo volteó a ver y pudo ver a un hombre cansado, como todas las veces que discutían, ambos terminaban agotados porque los dos siempre sacaban todas las armas.

Carlos comenzó a negar con su cabeza gacha.

Se sentía completamente estúpido. ¿Qué creía? ¿Que Victoria iba a olvidarlo todo por el simple hecho de comprarle una casa? Sabía que Victoria era leal y para nada orgullosa, pero eso no significaba que dejaría que la gente la pisoteara.

Porque él sabía que una vez que la gente perdía esa lealtad por parte de la cantante era muy difícil recuperarla, lo había visto con Rogelio.

—Puedes irte —Carlos le soltó a Victoria y al decirlo pudo sentir cómo su corazón estaba siendo apuñalado por él mismo.

La castaña no se movió, se sentía como una trampa.

—¿Lo dices en serio?

—Jamás te he obligado a hacer nada que no quieras —Carlos la miró directo a los ojos y ella asintió —Pero antes de que te vayas, escúchame.

Victoria se acercó un poco para que ninguno tuviera que gritar, pero eso no importaba, porque el eco del lugar seguía con ellos.

—Lo siento. Siento todo lo que te hice pasar, no fue justo de mi parte —Victoria asintió sin decir nada, no quería interrumpirlo. Él le había pedido que lo escuchara y eso iba a hacer —Estoy yendo a terapia.

Victoria abrió la boca solo un poco, porque de todas las cosas que esperaba que Carlos dijera, esa, no era una de ellas.

El madrileño reprimió una sonrisa, porque la cara de sorpresa de Victoria lo tomó desapercibido.

—No llevo mucho tiempo, pero —Fue ahí que Victoria no pudo resistirlo más y lo interrumpió.

—¿Ahora me vas a decir que lo hiciste por mí? —Sabía que el comentario era cruel y que estaba actuando como una perra, pero no pudo guardárselo.

—No. Lo hice por mí —Victoria agachó la mirada apenada, pero Carlos no se detuvo —Lo hago porque no quiero seguir viviendo con miedo y sentir como mi vida pasa frente a mis ojos y yo no hago nada.

La cantante se quedó unos segundos en silencio, se sentía orgullosa de escuchar esas palabras por parte del piloto.

—Me alegro por ti.

Ese fue uno de los primeros comentarios sinceros que la cantante le dirigió a Carlos.

—Lo digo en serio, Victoria. Puedes irte, no quiero que regreses conmigo por lástima, pero sí te pido algo y eso es que lo pienses bien.

La cantante frunció el ceño sin entender a qué se refería Carlos.

—Hoy es martes, tenemos hasta el viernes para decidirnos por este lugar o en todo caso, tengo hasta el viernes para regresar a Maranello porque la temporada está por comenzar y yo me fui sin avisar —Carlos se rascó la nuca nervioso soltando una risita —Sé que es poco tiempo, y tampoco quiero que creas que te estoy presionando a tomar una decisión, pero prefiero que me digas si todavía tengo una oportunidad o no.

>>Sé que sales con Harry y no quiero meterme, pero era importante para mí que supieras que yo quiero estar contigo y que estoy disponible.

Victoria asintió tratando de no sonreír. Así que esas ratas traicioneras (Charles y Lando) no le habían dicho a Carlos que ella no estaba con Harry.

—Algo engreído de tu parte, si me lo preguntas.

Carlos sonrió al escuchar ese comentario por parte de la cantante, mientras él solamente se alzó de hombros sonriendo como idiota.

—Aprendí de la mejor.

Victoria decidió ignorar eso porque no quería doblegarse ante él. Le había parecido muy gracioso. ¡Lo odiaba!

—¿Y cómo sabrás mi respuesta? —Victoria preguntó curiosa, no creía que Carlos tuviera todas las respuestas, pero para sorpresa de ella, las tenía.

—Tienes mi celular. Vendré todos los días al departamento. He movido algunos hilos para que no se lo muestren a nadie por el resto de la semana.

—Lo sobornaste —No era pregunta y Carlos asintió al escuchar como Victoria señalaba exactamente lo que había hecho.

—El viernes comenzarán a ofertarlo de nuevo después de las 12:00 pm. Así que si no sé nada de ti hasta ese día sabré mi respuesta y me retiraré como un caballero. No te volveré a molestar, ya sea por mensaje, llamada, indirectas en algún discurso o envíos de cupcakes.

Victoria asintió nuevamente y salió de ahí sin mirar a Carlos, pero sintiendo como la mirada del madrileño la seguía hasta perderse detrás de la puerta.

Sabía que debía salir de ahí de inmediato. Una, porque ya estaba comenzando a llorar, dos, porque no sabía qué pensar.

¿Qué no era esto lo que había deseado todo este tiempo? ¿Qué Carlos regresara a ella? ¿Entonces por qué carajos le había costado tanto aceptar sus condiciones?

Tal vez porque en secreto quería hacerlo sufrir un poco, quería que Carlos sufriera lo que ella había sufrido por meses. Sabía que no era lo correcto, pero ella no era perfecta. Todavía tenía sentimientos miserables dentro de ella.

Victoria corrió, sí, así como lo leen, corrió al departamento de Lucía sintiendo como sus pulmones se querían salir y su estómago comenzaba a dolerle, porque la castaña había estado respirando con su boca todo este tiempo.

Al llegar a su edificio, apretó mil veces el botón de su piso y en cuanto llegó a su puerta la golpeó con ganas de derribarla.

—Victoria —Lucía abrió la puerta y en cuanto vio a su agente quiso golpearla.

—¡¿Cómo pudiste hacerme eso?! ¡Lanzarme a los lobos sin aviso!

La cantante se abrió paso hasta la sala de Lucía y la agente obtuvo su respuesta, Carlos era un estúpido y ahora ella tenía que lidear con lo que había provocado. Si tan solo la hubiera escuchado, Victoria ya estaba bien sin él y ahora era un desastre.

Tenía el cabello despeinado, sudaba como una demente y su cara estaba roja, ahora necesitaba saber si era por haber corrido hasta su casa o porque estaba furiosa.

—Veo que ya lo viste —Lucía comentó con tono monótono.

Porque si algo sabía, era que si reaccionaba, Victoria se iba a poner más agresiva.

—¡Jódete, Lucía! Tú sabías que estaba aquí y no dijiste nada. Ahora entiendo porque no te apareciste por mi casa estos días.

La agente fue hasta la cocina y le sirvió un vaso de agua, que Victoria aceptó porque sentía la garganta seca.

—¿Tan mal le fue?

—Es un estúpido —Victoria soltó el vaso en la barra con ganas de romperlo.

—Pero eso siempre lo hemos sabido —La cantante no pudo evitar sonreír al escuchar eso, se odió por hacerlo.

¿Es que acaso nadie podía dejarla estar enojada?

—No somos amigas —Lucía sonrió al escucharla y le sirvió más agua.

—¿Eso significa que el departamento está disponible? —La cantante la fulminó con la mirada con ganas de ahorcarla —¿Que? Solo pregunto, la verdad es que había muy buenas opciones, pero esa era la mejor. Me sorprendió que Carlos la escogiera sin ayuda mía.

Victoria no pudo soportarlo más y fue hasta donde estaba su agente.

—¿Después de todo lo que le lloré? ¿Lo ayudas? ¿Te pones de su lado? No es broma cuando te digo que me siento traicionada.

Lucía asintió sabiendo que debía dejar de bromear, le ofreció un cigarro y Victoria lo ofreció sin rechistar.

—No podía decirte, lo sabes. El pobre venía inspirado y se creía invencible —Lucía le tendió el encendedor y la cantante lo tomó sin decir nada —Decía que tú le habías dado una señal en el disco, no sé, la verdad es que decía muchas cosas sin sentido. Parecía desquiciado.

Victoria la volteó a ver sin decir nada, solamente prestaba atención esperando que su coraje se le bajara.

Las dos estaban recargadas en la barra de la cocina fumando y sin decir mucho.

—No sé qué hacer.

—Yo menos —Lucía confesó sacando el humo de la calada.

Y fue ahí que Victoria vio un refractario sobre la estufa de su agente.

—Veo que mi madre si vino a verte —Victoria dejó el cigarro en el cenicero de Lucía, porque algo más había atrapado su atención y era la bandeja de roles recién hechos.

Lucía se mordió la lengua, porque ella sabía que esos roles de canela no los había hecho Addison, es más, ella no había visto a la madre de Victoria desde la fiesta del lanzamiento del álbum.

La mujer solamente le había mandado un mensaje que decía: Asegúrate de dejar una semana disponible para que Victoria pueda venir a vernos.

Iba a decirle a la cantante que no eran de Addison cuando la vio tomar uno y morderlo, solo como ella sabía hacerlo.

No le molestó que lo tomara sin pedir, porque en realidad, esos roles si eran para ella, solamente que Carlos iba a dárselos una vez que estuvieran juntos.

Lucía iba a decirle la verdad, pero en cuanto lo vio morderlo quiso ver si lo que decía Carlos era verdad. ¿En realidad Addison le había dado la receta secreta?

—Dios, no puedo creer que esa mujer te dejara una bandeja entera, yo tuve que compartir los míos con ella, Wes y Lando —La cantante comentó con la boca llena mientras disfrutaba del postre como si nunca hubiera comido unos hace unos días.

Lucía siguió fumando para así no soltarse a reír.

Si Victoria se enteraba que esos roles los había hecho Carlos Sainz y no su madre, iba a ir hasta Los Ángeles y llamaría a su propia madre "rata traicionera"

Parecía que todo mundo quería que Carlos y Victoria volvieran a estar juntos. Todos menos Victoria.

—Entonces, ¿en serio no vas a recibirlo de vuelta? —Lucía preguntó viendo a la castaña comer.

—No lo sé. Me dio un "tiempo" Supongo que voy a pensarlo —Victoria no quería decirle mucho, seguía molesta con ella.

—¿Y qué te dijo?

—Cosas, muchas cosas. ¿Sabes que va a terapia? —Lucía asintió —¿Y qué no está con Isabel? —Su agente repitió el gesto —Oh, veo que ya son mejores amigos.

—Victoria —El tono de su agente era de reproche.

—No, no, ¿por qué no te vas con él y eres su agente? Estoy segura que sería mejor que Caco —La cantante respondió con resentimientos.

Odiaba que todo esto hubiera sucedido a sus espaldas.

—¿Y solo te dijo eso? —Lucía apagó su cigarro y fue a tomar un rol de canela.

En cuanto lo mordió supo que ese pequeño bastardo español en verdad tenía la receta de la madre de Victoria.

—¿Hay algo que no sepa? —La cantante preguntó con burla —Algo que te dijera a ti y no a mí.

La castaña mayor sonrió mientras rodaba los ojos.

—Me dijo algunas cosas, pero no me dijo todo. No soy yo con quien en verdad quiere hablar.

Victoria mordió un segundo rol de canela.

—¿Qué te dijo?

—No te va a gustar —Lucía sonrió con malicia y Victoria volvió a enojarse.

—Dime.

—¿Segura que quieres que arruine la sorpresa? —Su agente soltó risueña y Victoria asintió —Yo no he visto a Addison desde la fiesta del lanzamiento, pero Carlos estuvo aquí hoy por la mañana porque en el hotel donde se hospeda no hay horno en la habitación.

La cantante volteó a ver el rol en sus manos con horror, como si estuviera envenenado. Luego vio la charola repleta de ellos y comenzó a negar energéticamente.

¡Ese bastardo!

Victoria soltó el rol a medio comer sobre la barra dramáticamente y fue a lavarse las manos porque estaban pegajosas por el glaseado.

—¡Mierda! ¡Addison es como tú! Todos son unos traidores. Actuando a mis espaldas.

La mexicana estaba vuelta loca, podía sentir como su ojo comenzaba a temblar sin que ella quisiera, su estómago estaba a nada de regresar los roles que se había comido y solamente quería largarse a su departamento.

—Victoria —La castaña sintió como su agente la tomaba por el brazo y la obligaba a verla —Sé que estás enojada, pero ¿no crees que estás dejando que ese mismo coraje te nuble?

—¿Y qué si lo hace?

—¿Te estás escuchando? —Lucía quiso reírse por lo ridícula que su cliente se escuchaba.

La cantante no dijo nada, solamente se quedó esperando que Lucía dijera algo sabio, era lo que ella hacía.

—Creo que estás dejando que tu miedo se apodere de ti.

—Yo no tengo miedo.

—¿Ah no? ¿No tienes miedo a otra vez darle una oportunidad a Carlos y que termine como las dos primeras veces que te le confesaste? Y antes de que sigas con tu rabieta, él me dijo.

Victoria rodó los ojos, pero está vez no hizo berrinche.

—¿Y qué debería de hacer?

—Escucharlo.

—Lo hice —La cantante sintió como Lucía soltaba su brazo viendo que estaba tranquila.

—Pero, ¿en verdad lo hiciste? —El tono de su agente no era de reproche, era de verdadera curiosidad, tal vez porque en el fondo la conocía demasiado.

Vic no dijo nada más, solo pensó la respuesta en silencio, la verdad es que el shock, el coraje y las ganas de golpearlo no la habían dejado pensar con la cabeza fría. Ella solamente quería salir corriendo de ahí, porque no sabía qué otra cosa que hacer.

—Supongo que puedo escucharlo con más atención —Victoria por fin habló y Lucía sonrió un poco orgullosa —Pero no hoy. Hoy quiero estar sola.

La agente asintió y fue hasta su alacena, donde guardaba un rollo de papel aluminio y comenzó a cubrir los roles de canela.

—Ten. Creo que puedes llevártelos, considerando que los horneó para ti —Lucía le entregó el refractario y Victoria asintió.

—¿No quieres algunos? —La agente negó.

—No soy tan fan de ellos.

—¿Y no crees que él los quiera? —Ni siquiera podía decir su nombre.

—Sabes que no come eso —Era cierto.

Las dos fueron hasta la puerta del lugar

—No olvides que el jueves tienes la junta con la disquera.

—Ok.

Victoria se despidió de su agente y salió de su departamento para ir a la seguridad de su hogar y ver que mierda haría con su vida y con cierto español que había llegado a su ciudad para atormentarla.

*** 

El resto del día, Victoria no hizo absolutamente nada.

Ocasionalmente entraba a redes sociales para ver si alguien la había visto o si alguien había visto a Carlos Sainz andar libre por la ciudad de Nueva York.

Para su buena suerte, nadie los había visto.

El miércoles por la mañana, Victoria se despertó temprano, demasiado para decir verdad. Se dio un baño, se puso ropa cómoda, tomó una gorra y salió de su casa.

Fue hasta su Deli de confianza, pidió su orden de siempre y un sándwich extra, pasó a comprar una cajetilla de cigarros y se dirigió al edificio al que había entrado sin saber lo que le deparaba un día atrás.

La cantante se posicionó frente a la acera buscando un lugar donde nadie pudiera verla y una vez que encontró un espacio, llamó a Harry, pues era la única persona que conocía en la ciudad en la que confiaba y estaba 100% segura de que Carlos no le pediría ayuda.

El productor le dijo que llegaría en un rato, considerando que estaba del otro lado de la ciudad y lo acababa de despertar.

Después de un rato más, Vic estaba disfrutando de su café cuando lo vio, Carlos Sainz acababa de llegar al edificio, saludó al portero y entró sin darse cuenta que ella estaba ahí.

—Psicópata —Victoria volteó al escuchar la voz de Harry llamarla de esa forma —¿Por qué me despertaste y me hiciste venir hasta acá? ¿Y por qué te escondes en los rincones?

Vic sonrió y salió de su escondite sabiendo que ya no había problema de que Carlos la viera, pues él era de quien se estaba escondiendo.

—¿Tienes algo que hacer? —El productor negó posicionándose a un lado de la cantante sin saber bien qué era lo que veían —Entonces, no te quejes. ¿Trajiste tu auto como te dije?

—Sí, yo no me muevo en metro como tú.

—Estaciónalo por acá. Te invito el desayuno.

Harry rodó los ojos y se fue para dar la vuelta a la calle y estacionarse en un lugar donde Victoria había logrado que nadie ocupara.

—No te bajes —La cantante le ordenó mientras ella se subía del lado del pasajero y le entregaba el sándwich extra que había pedido.

—Sabes que odio comer en mi auto.

—Lo sé, pero te pagaré una lavada si dejas de molestar.

El productor aceptó los alimentos junto con la propuesta y ambos comenzaron a comer.

—¿Por qué estamos aquí, Victoria?

—Pensé que con mi simple presencia y un buen sándwich te quedarías callado —La mirada de Harry hacia ella le indicó que no era una respuesta suficiente.

La cantante mordió su comida para poder obtener un poco de tiempo extra antes de responder y una vez que se sintió lista comenzó a hablar.

—Carlos está en la ciudad —Harry abrió los ojos y si no tuviera la boca llena, hubiera soltado un comentario burlón, pero no pudo hacerlo —Quiere que regresemos y está comprando un departamento o más bien el penthouse en ese edificio. Acaba de llegar y está ahí arriba.

Victoria señaló el edificio frente a ellos.

—Veo que Ferrari paga bien —Harry soltó una vez que tragó la comida.

—Cállate.

La cantante le soltó un pequeño golpe en el brazo.

—Ok. Eso no explica porqué estás aquí conmigo y no con él.

—Estoy esperando.

Harry frunció el ceño sin entender a qué se refería su colega. ¿Qué mierda esperaba? El hombre del disco había regresado y con casa integrada, no había nada más que pedir.

—¿Esperas a que llegue?

—Espero que se vaya.

—Victoria, nadie además de ti entiende lo que estás diciendo y lo que estás haciendo —Harry le dio otra mordida a su comida esperando a que la cantante dejara de hablar con rodeos —¿Por qué estás vigilando al hombre como una detective?

La cantante se sentía estúpida diciendo sus razones, pero para ella era simple. Ya no creía en Carlos Sainz.

Vale, una cosa es que siguiera amándolo, pero otra cosa diferente es que confiara en él.

Ayer mientras pensaba en todo lo que le había dicho Carlos, también pensaba en lo que ella le había dicho a Lando:

"Quiero la garantía de que no va a irse al menor problema o que le dará miedo cuando las cosas se pongan complicadas y me aleje como lo ha hecho."

Era cierto, Victoria no iba a poder soportarlo una vez más. Dar todo de ella en una relación que no parecía ser recíproca, y ahora tenía tantas preguntas, ¿qué había sucedido con Isabel? ¿Qué pensarían sus padres de que él estuviera aquí? ¿Cuánto podrían soportar que Carlos se alejara de casa?

Su visión del matrimonio no había cambiado, no estaba lista y no quería cambiar por Carlos, ella bien sabía que ya se había amoldado a suficientes parejas y nunca había funcionado.

¿Por qué nadie le había dicho que ponerse como prioridad era un jodido desastre?

—Porque estoy esperando que se vaya, así de simple. No creo que se quede, Carlos no es de las personas que se quedan.

Harry volteó a ver a la castaña que estaba muy ocupada viendo el edificio frente a ellos, como si pudiera ver a través de las paredes y supiera lo que Carlos estaba haciendo en esos momentos.

Fue ahí que lo entendió, Victoria no quería que Carlos se fuera, pero tampoco creía que fuera capaz de quedarse.

Recordó la canción que Victoria le había pedido cantar y lo herida que sonaba, como demostraba su ansiedad ante aquella relación de la cual no tenía mucha información.

—¿Cuánto tiempo tiene Carlos para irse? —Harry preguntó hablando de la misma forma que ella lo hacía, en código que por alguna razón él comenzaba a entender.

—Hasta el viernes.

—¿Vas a vigilarlo hasta el viernes? —La cantante asintió mordiendo su sándwich —¿Y si no se va?

—No tengo la menor idea —Victoria comentó con la boca llena mientras que Harry supo de inmediato que sería una larga semana.

*** 

El jueves por la mañana, de la misma forma que lo había hecho el miércoles y un día antes, Carlos llegó al edificio.

Está vez trajo algo de comer y algo con que entretenerse. Tener una casa vacía para él solo no era para nada divertido.

Estaba a punto de ponerse a leer una de esas guías turísticas sentado en el suelo, cuando escuchó el elevador a lo lejos, él había dejado la puerta abierta por cualquier cosa.

Se puso de pie sintiendo como su corazón comenzaba a palpitar, revisó que su cabello estuviera bien y se quedó de pie para que lo primero que viera Victoria al entrar, fuera que él ya estaba ahí. Así como le había dicho.

La sorpresa fue que no era Victoria quien cruzaba la puerta, era Lucía.

—Está en una junta con la disquera. Discuten los números del disco y las primeras impresiones —La castaña se acercó hasta él con una sonrisa llena de lástima y una bolsa de comida —Pensé que podrías tener hambre, aunque veo que has traído algo tú mismo.

—Gracias —Carlos trató de parecer no muy decepcionado, pero lo cierto era que no quería ver a nadie que no fuera la cantante —¿No deberías estar en esa junta?

—Está con su abogado, estará bien. Además, no es como que quiera verme en estos momentos. Está muy molesta porque te estuve ayudando a sus espaldas y eso que no sabe qué hablamos durante mi estadía en Madrid.

Lucía se alzó de hombros indiferente, porque sabía que eventualmente, Victoria la perdonaría.

Ninguno de los dos quería hablar de lo que de verdad pensaba: ¿Y si no viene?

Faltaba un día y no había rastro de Victoria.

Lucía le había notificado que se había llevado los roles y que desde ese día no había sabido nada de ella. Evitaba sus llamadas y mensajes, y cuando fue a verla a su departamento, Michael le informó que no estaba. Le dijo que toda la semana salía lo más temprano que podía y regresaba tarde, muy tarde.

—Ella va a venir —Carlos soltó sin poder mirar a Lucía, porque podía sentir que la agente sentía lástima al verlo. Era patético.

El estar solo en ese departamento no era sano para él, porque cada hora que pasaba y ella no llegaba, era peor. Se sentía como estar encerrado en un reloj de arena y veía como cada grano caía hundiéndose.

—¿Y si no lo hace? —Lucía preguntó en casi un susurró, no quería hacerlo, pero una pensaría que Victoria ya habría aceptado a Carlos.

El madrileño comenzó a negar con la cabeza, estaba claro que estaba en un estado de negación profundo.

—Ni siquiera me lo puedo imaginar. Victoria va a venir, aunque sea para mandarme a la mierda, pero lo hará.

La castaña asintió y colocó su mano en el brazo del piloto para darle un poco de aliento.

—Te dejo, no quiero que llegue y me encuentre aquí.

Carlos asintió y se despidió recibiendo la comida que Lucía le había traído.

—Deja la puerta abierta —Le gritó el piloto antes de que ella se fuera.

Y sin decir más, regresó a su estado anterior, sentado en el suelo leyendo actividades para realizar en Nueva York. 

***

El jueves se fue y con él dio paso al viernes.

Victoria estaba frente al edificio, sentada en una cafetería que había encontrado donde podía ver el edificio como los otros días. Esta vez no le había pedido a Harry que viniera, porque quería estar sola, como si eso la ayudara a resolver sus pensamientos, pero no lo hacían.

Como ya era costumbre, vio a Carlos entrar, saludar al portero y perderse en el concreto. Después de eso, hizo lo que había estado haciendo, esperar a que saliera y leer libros pendientes.

Faltaban 5 minutos para las 12:00 pm, Victoria veía la puerta como un halcón. En cualquier momento, Carlos Sainz saldría por esa puerta y se iría directo de donde había venido.

Dieron las 12 y Victoria cerró su libro, pues no quería que nada la distrajera.

Quería verlo salir del edificio y poder tener su momento: ¡Ajá! Sabía que no esperaría ni un minuto más.

Pero ese momento nunca llegó, porque dieron las 12 con 10 minutos y Carlos Sainz no había salido del edificio.

La cantante inclinó su cabeza a un lado, tal y como su gato lo hacía cuando no entendía algo. ¿Por qué no salía? Victoria recordaba bien sus palabras, el piloto había dicho viernes a las 12 pm.

Dieron la una y nuevamente no había rastro del madrileño. Victoria no entendía qué era lo que estaba pasando.

Desde donde estaba sentada se cruzó de brazos y siguió esperando.

Los minutos pasaban, la gente se iba de la cafetería, entraba y salía y ella no se movía. ¿Acaso por estar leyendo se lo había perdido? Tal vez, Carlos ya se había ido y ella no se había dado cuenta.

Sin decir nada, pagó su cuenta y salió directo al edificio. Saludó al portero y le dijo que venía a ver el penthouse en venta. El hombre asintió y la dejó pasar.

Mientras viajaba en el elevador, pensaba que debió de ser muy estúpida para no darse cuenta en qué momento Carlos se había ido, pues lo había vigilado los últimos días y al final la había cagado.

Revisó su celular y faltaban 5 minutos para que dieran las dos de la tarde, así que cuando salió del elevador fue una sorpresa para ella, ver la puerta del penthouse abierta.

Por un momento se quedó congelada en su lugar.

Sintió como sus manos comenzaban a hormiguear y sus piernas querían rendirse, pero tenía que verlo con sus propios ojos. Tal vez ya hasta estaban enseñando el departamento a alguien más, Carlos le dijo que eso sucedería.

Poco a poco caminó hasta llegar a la entrada y a primera vista no encontró a nadie, pero después de unos segundos de inspeccionar el lugar, lo vio.

Carlos estaba en la terraza, recargado en el barandal dándole la espalda.

Victoria caminó lo más silencioso que pudo, pues ahora, quería ser ella quien lo espantara.

—Creí que teníamos hasta las 12 para decidirnos —Fue así como se hizo notar y Carlos pudo sentir como el cabello de su nuca se erizó

Aún, con su espalda hacia ella, sonrió y pudo sentir como un nudo en la garganta se le formaba.

—Así es.

—Ya son las dos —Victoria le informó y Carlos se dio la vuelta solo para confirmar que su mente no estaba jugando con él.

—Correcto.

—¿Por qué sigues aquí? ¿No lo iban a comenzar a ofrecerlo a las 12?

—Porque les pedí un tiempo extra —Carlos sonrió ligeramente.

—¿Por qué?

—Porque sé que siempre llegas tarde —Victoria desvió su mirada, Carlos en ningún momento se le ocurrió que ella no llegaría.

—Pero llego —Victoria le sonrió de la misma manera que él lo había hecho.

—Sí, siempre llegas.

El madrileño dijo esa última oración con la voz rota y se comenzó a acercar hasta ella, pero Victoria nuevamente se hizo hacia atrás.

—Tengo preguntas —Eso hizo que Carlos se detuviera de golpe.

—Responderé lo que sea —Era en serio, él solo quería tener más tiempo con Victoria, significara lo que significara.

La castaña se metió a la casa dándole la espalda a Carlos, pero sabiendo que él venía detrás de ella.

—¿Cuándo terminaste con Isa? —Era una de sus preguntas, porque no quería saber que había terminado con ellas días antes de venir y ahora le venía a buscar como si nada.

—Días antes de la gala —Eso tenía sentido respecto a lo que Lando le había dicho. Victoria no reaccionó, solamente asintió, comenzando a formar notas mentales en su cerebro —Fue el día que asustaste a todo el mundo con tu muerte.

Victoria frunció el ceño, ella recordaba ese día como un caos, su madre tomando un avión privado para venir a verla, los Sainz comprando boletos.

—¿Ese día?

—Lo hice después de que colgaste la llamada.

Victoria quería soltar a reírse porque no era posible que un estúpido rumor sobre su muerte había hecho que Carlos fuera hasta la casa de Isa y terminara con ella. Ojo, no se burlaba de la rubia, se burlaba de Carlos y su trasero lleno de drama.

—Ríete, no me importa —La cantante se mordió la lengua al ver que el madrileño la había descubierto —Desde semanas antes ya había comenzado con la terapia, pero sentir que moriste estando lejos de mí, preferiría haber sido yo.

Carlos no podía dejar de verla como si en cualquier momento fuera a decir algo incorrecto y ella saldría de ahí, pero Victoria solamente buscaba respuestas.

La castaña comenzó a moverse por todo el lugar dando vueltas casi como su mente lo estaba haciendo.

—¿Por qué tuviste que esperar a que yo no estuviera para hacer algo?

Victoria no quería juzgarlo, pero si siempre fue capaz de ser el hombre que ella quería, ¿por qué ambos tuvieron que sufrir para que él se pusiera a hacer algo?

—No lo sé —Carlos agachó la cabeza apenado —Tal vez porque creí que podría vivir sin ti el resto de mi vida, creí que podría conformarme como estaba, pero en el momento que te fuiste fue como si yo hubiera muerto en vida. Y luego, el creer que habías fallecido fue como darme el golpe mortal. Los minutos en donde no respondías sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo.

>>Me tenías corriendo por la casa de mis padres, mojado, en traje de baño a punto de yo mismo secuestrar un vuelo solo para saber que estabas bien. Que era solo un malentendido.

Eran palabras muy fuertes para Carlos, Victoria nunca lo había escuchado sincerarse tanto como en esta ocasión y no sabía cómo sentirse al respecto. Parecía ser un nuevo Carlos y tenía que averiguar si le gustaba este nuevo Carlos.

Antes de que ella pudiera decir algo, el madrileño continuó con su relato.

—Cuando fuiste a mi departamento el día que firmamos la terminación del contrato, yo iba a pedirle matrimonio a Isa.

Victoria sonrió divertida y Carlos frunció el ceño ¿por qué le daba risa?

—Supuse que eso ibas a hacer. Estabas vestido muy elegante para una simple cena y tus padres llegaron de la misma forma —La cantante de solo recordarlo le daba pánico, pero saber que tenía la teoría correcta la hacía sentirse como ganadora.

—Pues debo decir que sin saberlo, arruinaste todo —Carlos comentó divertido —Lo digo en serio, Victoria. Si no hubieras llegado yo hubiera cometido el más grande error de mi vida. En lugar de eso, terminé con la cabeza dentro del inodoro regresando toda la cena.

La cantante lo volteó a ver con asco, ¿el vómito nervioso se podía contagiar? ¿De alguna forma se lo había pasado a Carlos?

—¿Yo arruiné tu propuesta de matrimonio? —Victoria preguntó divertida.

—¡Gracias a Dios eres tan inoportuna!

A Carlos le brillaron los ojos al decirlo, ¿Cuánto más tendría que responder para poder tomarla entre sus brazos? Y luego se detuvo, porque ella tenía novio.

—Entonces, el discurso en la gala, la llamada de Navidad ¿Qué fueron? ¿Llamadas de atención?

—Fueron intentos muy pobres de recuperarte —Carlos admitió sabiendo que había sido una tontería de su parte creer que Victoria regresaría a él con solo eso.

Victoria regresó a verlo sintiendo la penetrante mirada de Carlos sobre ella.

—Lucía dice que viniste porque hubo "una señal en el disco" ¿De qué señal hablas? —La cantante frunció el ceño sin saber a qué se refería.

—La última canción.

Victoria dejó de mirarlo para recordarla, recordar cada detalle de lo que había escrito. Y fue ahí que supo que Carlos había entendido algo completamente diferente a lo que ella había escrito.

—Oh Carlos. Esa canción habla sobre dejar ir. Literalmente por eso es la última —Victoria se cubrió la cara completamente apenada, sintiendo como sus mejillas se sonrojaron —Es cerrar un capítulo de mi vida con ella.

—¿Qué?

—La letra —Antes de que ella pudiera continuar, el piloto la interrumpió.

—La letra habla de una relación que te hubiera gustado que fuera la buena, para toda la vida —Carlos soltó desesperado —Lo entendí y aquí estoy.

—Sí, pero también habla de que aunque fue bueno, no sucedió —La castaña le estaba explicando todo con calma, lo que ella había querido decir —La vida no terminó como yo quería, "Si mis deseos se cumplieran, hubieras sido tú" El hubiera no existe, Carlos. Y esa canción habla de eso, de como se desea mejor a la otra persona y ahora lo único que queda, es superarlo y continuar.

Victoria pudo ver el momento exacto en el que rompía todas las ilusiones del madrileño.

El piloto se alejó de ella y comenzó a andar por la sala completamente vacía, los rayos del sol se colaban y el eco de sus pasos eran todo lo que se escuchaban.

Después de un rato, Carlos se posó frente a ella, su mirada había cambiado completamente, se notaba decidido.

—En ese caso, este soy yo siendo egoísta.

Victoria se sorprendió por las palabras que acababa de escuchar.

¿Qué no era eso lo que siempre le había pedido?

—Por primera vez en mi vida estoy siendo egoísta y haré lo que quiero y lo que quiero es a ti —El madrileño estaba frente a ella mirándola directo a los ojos para que supiera que no estaba bromeando.

Victoria soltó una risa incrédula. ¿Acaso había vuelto a las drogas y estaba imaginándose todo esto?

—¿Después de que me humillé ante ti el año pasado?

—Victoria, no estoy jugando contigo. Lo digo en serio. Quiero estar contigo, quiero algo serio. Quiero la familia que tanto deseas, ir a tu conciertos, que estés esperando por mí después de cada carrera. Quiero todo lo que me tengas que ofrecer.

Carlos no sabía qué más tenía que decir para que la cantante entendiera que lo decía con todo su corazón. Quería que a Victoria no le quedara duda alguna que era ella a quien él deseaba.

—Se que sales con Harry y así como tu fuiste a mi departamento a pedirme que me fuera contigo, te lo pido ahora yo. Déjalo. —Vic alzó sus cejas aún sin creerse que su Carlos estaba frente a ella diciendo todo esto, siendo egoísta y luchando por lo que quería y para sorpresa de la cantante, lo que él quería era a ella —Tal vez creas que él es la mejor oportunidad para ti porque son muy parecidos y compatibles, pero así como yo me di cuenta que Isa no era para mi, tú sabrás que él no es para ti.

—¿Crees que eres la única persona con la que puedo estar? Puedo encontrar a alguien más.

Victoria para este punto, lo estaba viendo como una carrera de obstáculos, ¡y Carlos estaba brincando cada uno de ellos!

—Estoy seguro de que puedes enamorarte de cualquier otra persona, ¿pero lo que nosotros tenemos no lo encontrarás con nadie más? —El piloto sonrió al verla ponerse roja, sabía que la estaba haciendo enojar de nuevo —Y no me estoy inventando esto, pero me diste las herramientas para creerlo y eso es el disco.

—¡No es para ti! —La castaña lo señaló y Carlos asintió.

—Lo sé, ninguna canción es mía, son tuyas. Pero yo soy la musa detrás de ellas y no me molesta serlo.

Victoria soltó una carcajada llena de incredulidad y nervios ¿Qué mierda le había picado a este estúpido? ¿Y por qué le gustaba tanto?

—No eres mi "musa" —Carlos vio a Vic hacer las comillas con sus dedos y río porque todo esto era diferente.

Ambos estaban teniendo una plática como nunca antes.

Ambos se habían extrañado tanto.

—No mientas. Porque al final del día, Lucía no es la única que sabe cuando lo haces. Te tengo medida, preciosa, y no puedes escribir algo como lo que hiciste y esperar que me quede sentado y no venir a buscarte.

—¿En serio lo escuchaste?

—¡No he dejado de hacerlo desde que salió! —Carlos gritó al aire sin importarle que alguien los escuchara, porque en ese momento solo existían ellos dos —Victoria Solares Ellis, mírame para que sepas que no miento.

Ella se tardó solo un poco en hacerlo, porque no quería que Carlos le dijera lo que tenía que hacer, pero a regañadientes lo hizo.

—¡Te amo! Siento haberme tardado tanto en darme cuenta, pero tú y yo estamos destinados para estar juntos. Y estoy agradecido por este contrato, porque si no fuera por Caco y Lucía nunca nos hubiéramos conocido y yo hubiera pasado mi vida entera buscándote en todas las personas que llegaran a mi vida —Carlos de nuevo se acercó, podía ver como las barreras que la rubia había puesto con él, se desmoronaban frente a sus ojos.

Victoria sentía que una revolución de mariposas estallaba en su estómago, ¡joder! En todo su sistema digestivo.

—Creí que éramos muy diferentes como para funcionar —Ella comenzó a atacarlo con todo lo que él le había dicho, porque seguía creyendo que Carlos eventualmente se rendiría.

Algo tendría que hacerlo tomar sus cosas y huir ¿no?

—Sigo creyendo que somos muy diferentes, pero ahora no creo que no funcionemos, porque lo hacemos, tú y yo funcionamos. Y si yo no hubiera sido tan estúpido y no te hubiera alejado a cada oportunidad que tuve, tú y yo nunca nos hubiéramos tenido que separar.

Era como ver un partido de tenis, Victoria sacaba, Carlos recibía la pelota y la regresaba, Victoria la volvía a golpear más fuerte, Carlos trataba de salvarla de cualquier forma que fuera y lo estaba logrando.

Después de eso, las dos estrellas guardaron silencio, Carlos le estaba dando tiempo para reponerse y ella estaba pensando que sería lo siguiente que diría.

—Entonces, ¿lo dices en serio? ¿Te mudarás a Nueva York? —Victoria preguntó con voz tranquila, casi en un susurro.

—Sí tú me recibes sí. Aún así, sabes que pasaré mucho tiempo fuera por mi trabajo, pero cuando esté libre regresaré a ti, porque tú eres mi hogar —Ella se volteó de nuevo, no podía mirarlo, no sin pensar bien cuál sería su siguiente paso, pero ¿a quién engañaba? Ella lo amaba.

—¿Es real? ¿Estás siendo sincero conmigo? ¿Admites amarme? ¿Solo así? —La última prueba, después de eso, Victoria no tenía más para defenderse —Una parte de mí cree que es una broma. Una mala broma.

Carlos se sintió morir, la había lastimado tanto que había dejado un miedo permanente en ella.

Bueno, tenía que remediarlo ¿no es así?

—Sí, lo hago. Te amo y es por eso que me disculpo por todo lo que te hice pasar, pero mi amor por ti siempre estuvo ahí solo que me reprimí tanto creyendo que era lo mejor para ti —Carlos de nuevo sintió vergüenza al admitir sus razones para alejarla —Mi amor por ti estaba ahí cuando extrañaba el olor a cigarro, no porque me gustara, pero porque sabía que si lo olía significaba que estabas cerca. Por cada vez que usaba mi auto sin ti por las mañanas y descubría que extrañaba tu música porque odias lo que escucho. Cada vez que te quejabas de que me vestía como un niño de secundaria y cuando me regañabas por molestar a Bodoque. Estaba en cada chiste malo que hacías y todas las ocasiones que me volvías loco al molestarme. Por todas las veces que me vi obligado a bailar contigo, porque yo lo detestaba, pero tú lo amabas y sabía que no podía dejarte bailar sola porque eso significaba que alguien más llegaría a hacerlo por mí y entonces, sin darme cuenta, descubrí que disfrutaba el bailar contigo, sólo contigo. Y bailaría contigo toda mi vida si eso significa que no tengo que volver a alejarme de ti.

Para ese punto, Victoria ya estaba llorando con cada oración que salía del madrileño.

Había soñado tanto con escuchar estas palabras por parte de Carlos, que una vez que las había escuchado, no podía creerlo.

Carlos tuvo que detenerse porque no quería abrumarla, pero él podría numerar 10 razones más de lo mucho que la amaba.

—¿Y tus padres?

—No tienes que preocuparte por ellos, porque hablé con ellos. Puse límites y no se meterán. Nadie de la familia lo hará.

—¿Qué? —De verdad que Victoria creía que esto era muy bueno para ser verdad.

—Lo juro, por eso tardé más de lo necesario. Quería que cuando te volviera a ver mi vida no fuera un desastre. Has tenido suficiente de ellos toda tu vida, no merecías uno más.

Victoria siguió llorando y Carlos sacó un pañuelo para dárselo, cuando él decía que lo tenía todo planeado, lo decía en serio.

—Además, ellos te adoran —Carlos miró al horizonte —De una forma que solo ellos saben hacerlo, pero te aman. No tanto como yo.

Victoria fue hasta donde estaba Carlos, quien se sorprendió al verla hacer eso pues era la primera vez que ella se acercaba a él.

Al instante abrió los brazos para recibirla, como muchas veces antes lo había hecho. Y cuando él pensaba que ella iba a besarlo, Victoria lo sorprendió como siempre.

—¡Eres! —Lo comenzó a golpear con su bolsa —¡Un! —Otro golpe —¡Grandísimo! —Golpe —¡Idiota!

—¡Oye! ¿Traes piedras? —Carlos preguntó alejándose de ella.

—No, solo traigo libros —La castaña había traído dos en caso de que terminara uno y le sobrara tiempo —¡Pero no cambies el tema! Me hiciste sufrir como no tienes una idea, da gracias a la terapia, porque si no funcionara te hubiera lanzado desde aquí.

Carlos la miró mal, pero los dos sabían que ya era parte del show.

—Ya cállate y bésame, preciosa —Carlos la tomó del brazo y la jaló hacia él haciendo que sus caras quedaran a centímetros una de la otra.

Antes de besarla, el madrileño tomó unos momentos para disfrutar tenerla entre sus brazos, tenía una de sus manos rodeando su cintura, sus cuerpos no podían estar más juntos así lo quisieran ellos. Carlos podía ver los hermosos ojos castaños de Victoria brillar solo para él, como lo habían hecho muchas veces antes y Victoria trataba de recuperar cada detalle de la cara del piloto sabiendo que era suyo, enteramente suyo.

Él había regresado a ella, para bien, esta vez.

—No me tienes que decir dos veces, guapo —Victoria sonrió y Carlos la imitó.

Por fin, lo habían logrado.

Carlos tomó una de las mejillas de Victoria con sumo cuidado, como muchas otras veces lo había fingido, pero esta vez era diferente. Esta vez era real y él se encargó de cerrar la distancia entre ellos.

Victoria pensó que habían pasado años desde su último beso y fue una mujer nueva al momento de recibirlo, Carlos por otro lado, se sentía como si pudiera atravesar paredes, era invencible.

Esta vez no había nada que los detuviera de sentir todo lo que el otro le provocaba, iban en serio y estaban dispuestos a luchar por ellos.

Los dos eran unos estúpidos desesperados por la forma en la que ninguno quería separarse del otro, ¿y por qué hacerlo? Cuando ya no había necesidad.

Pero Carlos sabía que había un pequeño detalle que todavía faltaba aclarar o no podría estar 100% tranquilo.

—¿Y qué haremos con tu novio? —Victoria no comprendió a lo que se refería por un segundo, estaba tan concentrada en él que se le había olvidado decirle a Carlos que ella no tenía novio.

—¿Harry? ¡Oh! Carlos, tonto y estúpido, Carlos —Ella se burló de él como solo ella sabía —Yo jamás salí con Harry.

Eso fue música para los oídos del madrileño que recurrió a besar de nuevo a la castaña que tenía en brazos.

—¿Sabes? Me encanta como te ves con tu color natural —El madrileño le dijo tomando un mechón de cabello y enredándolo entre sus dedos.

—¿En serio?

—En serio, te ves exquisita —Los ojos de Carlos le decían todo lo que ella tenía que saber, pero Vic no pudo ignorar el hecho de que a ella no le gustaba para nada.

—Lo detesto —Victoria soltó y Carlos tuvo que borrar la sonrisa de su rostro —Me lo pinté en un arranque de impulsividad y me arrepiento. Extraño el rubio.

El madrileño sonrió rodando sus ojos, porque era típico de ella llevarle la contraria.

—Rubia, castaña, pelirroja, morado. No me importa, eres mía.

Esa era la señal que Victoria necesitaba para saber que debían salir de ahí directo a un lugar que tuviera cama, como mínimo, cortinas.

—Ven, te enseñaré mi departamento —Victoria se soltó del agarre de Carlos y tomó su mano para comenzar a correr hacia la salida.

—¡Espera! —Carlos puso todo su peso en sus piernas para que ella se detuviera —No me has dicho a donde vamos a vivir.

Y entonces, Victoria solo tuvo que darle una mirada con una sonrisa en el rostro para que Carlos entendiera, que ese era su hogar.

—Le diré a Lucía que confirme la compra.

Sin esperar más, corrió hacia la cantante y la alzó en brazos para salir de ahí mientras Victoria iba riendo encantada con la situación. 


- - - - - 

Bueno, pues ahí está.  ¡Ta-Daa! 

Creo que esto es lo más esperando de la fanfic y de verdad no sé como sentirme.

Me siento conflictuada, feliz, lloré, grité, reí y aliviada, porque por fin mi visión está terminándose. 

Cada que publico un capítulo me dan ganas de llorar al mismo tiempo que me siento realizada.

Así que por favor, les pido que me dejen un comentario, si normalmente no lo hacen, háganme saber que les gusto y que lo disfrutaron tanto como yo porque las veces que dudé con este capítulo no tienen una idea.

Como siempre  si ven un error, shhhh, ya luego lo corregiré.

Quiero subir un  EXTRA sobre el reencuentro de Bodoque y Carlos, pero no se cuando podría hacerlo.

Y bueno, la suguiente semana no hay cap, hasta dentro de dos. ¿ok? Para que no digan que no dije. 

Les dejo mi instagram para platicar: JavaddMad

Las amo 

Fer<3  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top