Capítulo 52 [Todavía te extraño 1/3]

Faltaban dos días para la gala de la FIA y para que Carlos recibiera su premio frente a todo el mundo, eran mediados de Diciembre y parecía que había pasado toda una vida desde aquella carrera en Abu Dhabi.

Isa había estado por más de dos horas frente a tres espejos de tamaño de puertas alumbrados sintiendo como esa luz aumentaba sus inseguridades. Estaba midiéndose vestidos para la gala. Para este punto ya debería de tener su vestido listo, pero su madre le criticaba todo lo que se ponía. Tenía que conseguir algo hoy, porque pronto viajaría a Italia donde sería el evento.

Su madre había decidido acompañarla a encontrar el vestido "perfecto" y desde aquella cena en el departamento de Carlos hace algunas semanas, no quería estar sola con ella, así que para no ir solamente con su madre, llamó a Reyes.

Así, su madre estaría distraída con la madre de Carlos y ella podría comprar vestidos en paz o al menos eso creía ella.

—No, Isabel. Ese vestido te hace ver pálida, casi enferma —Su madre estaba a sus espaldas, pero ella podía verla desde el espejo.

La joven tuvo que controlarse lo suficiente para no rodar los ojos, solamente respiró profundo y volteó a verla.

—¿Entonces cuál? Ya llevamos dos horas aquí y si no me hacen ver pálida, me hacen ver muy bronceada o muy baja o muy apretada —Vale, ella había sonado más agresiva de lo que quería, pero es que así era como se sentía.

Si por ella fuera, hubiera comprado el primer vestido y listo. O es más, usaría uno de los que ya tenía.

Reyes estaba esperando el momento para intervenir, pues estaba notando como las mujeres de la familia Hernáez estaban perdiendo los estribos y era sumamente incómodo para ella. Reyes había aceptado la salida pensando que sería algo inofensivo, pero desde que había llegado se había percatado que sus dos compañeras de compras no estaban de buen humor.

—Chicas, vamos. Ese color no se te ve mal, Isa, pero creo que el verde oliva que te pusiste primero se te veía excelente —Reyes fue hasta él y lo tomó —¿Por qué no te lo vuelves a poner y comparamos?

La rubia aceptó el vestido y el tiempo que la madre de Carlos le estaba regalando para estar lejos de su madre.

La madrileña se metió al probador y ahí fue donde ambas mujeres se quedaron solas.

—¿No crees que estás siendo muy crítica con ella? —Reyes habló en un susurro esperando que la joven no escuchara.

—Reyes, sabes que tiene que verse perfecta.

Claro que lo sabía, ella más que nadie quería que la noche fuera perfecta, más porque nuevamente todo mundo sabría que Carlos e Isa habían regresado. Podía escuchar las felicitaciones de sus amistades y que nuevamente la dejarían en paz.

Reyes todavía recordaba cuando las primeras fotos de Carlos y Victoria salieron y como todo su círculo social parecía haberlas visto antes que ella. Reyes tuvo que fingir que ella sabía de la relación. Pero el tema no se quedó ahí, todo el mundo se moría por saber sobre la nueva pareja y había escuchado como Carlos había tomado una pésima decisión en escoger a la cantante como su novia.

—Lo sé, pero —Reyes fue interrumpida y tuvo que morderse la lengua.

—Entonces, por favor, no me hagas relajarme. Solamente quiero que la presentación de los chicos sea perfecta.

Reyes podía entender a la señora Hernáez, la mujer había estado nerviosa desde que se había enterado que Isa había sido invitada a la gala y que sería su nueva presentación como novia de Carlos.

—No quiero que le vaya mal, sé que las fans de aquella van a atacarla —La mujer solamente veía por su hija.

Reyes nuevamente se mordió la lengua. ¿Aquella? ¿Así era como esa mujer se refería a Vic? Sonaba terrible.

—Victoria no es así —La madre de Carlos se encargó de recalcar el nombre de la cantante, aunque la madre de Isa parecía retorcerse al escucharlo.

—No hablo de Victoria, hablo de sus fans ¿Crees que puede controlarlas? Por Dios, con trabajos controla su vida —La madre de Isa se puso de pie y comenzó a tomar los vestidos rechazados para ordenarlos —Esa niña es un desastre.

—Estoy segura que no la atacarán —Pero Reyes se mentía un poco, porque en el fondo, ella sabía que lo harían —Y si lo hacen, no será culpa de Victoria.

La madre de Isa se giró a Reyes, su ceño era serio para que supiera que no bromeaba cuando se trataba de la imagen de su hija.

—No les daré la oportunidad de hacerlo. Isabel tiene que ser perfecta y así nadie podrá decirle nada.

Reyes no pudo decir más y mientras las mujeres esperaban a que Isa saliera, ella estaba sentada en un sillón pequeño viendo su celular.

Una de sus amigas le había enviado unos tweets para nada amigable. Al parecer ya comenzaba todo.

No pudo seguir leyendo.

Los tweets ni siquiera eran virales, apenas y tenían 17 likes, pero sabía que en el momento en el que ella pusiera pie frente a las cámaras con Carlos, la gente se le iría a la yugular.

¿Podría mandarle mensajes a Victoria diciéndole que detuviera a sus fans? Tal vez. Se sentiría patética y perdería más su dignidad frente a Victoria, pero al menos ella podría ayudarle a detener el odio.

Bloqueó su celular, porque lo cierto era, que su mayor crítica estaba afuera, esperando a encontrar la menor falla posible y destruirla por eso.

Salió con la cara en alto, con el vestido que Reyes le había dado. Se lo había medido hace un tiempo, pero su madre lo había desechado a la primera oportunidad.

Al salir, la madre de Carlos fue la primera en ponerse de pie con una sonrisa en la cara.

—¡Isa! Ese color se te ve espectacular. Combina con tus ojos.

Pero Isa no estaba viendo a Reyes, ella estaba viendo a su madre con los brazos cruzados detrás de ella con una mirada de pocos amigos mientras negaba con la cabeza.

Sabía qué significaba eso: Ese vestido no, ya te lo he dicho. Y no me hagas pelear con Reyes.

—Gracias, Reyes —Ahora Isa tenía que encontrar una forma para hacer ver mal al vestido, aunque ella lo amara —Aunque creo que no es para mí, no me encanta la tela y cuando camino se siente raro.

Detrás de la madre de Carlos, la señora Hernáez sonrió satisfecha al escuchar la respuesta de su hija.

Reyes sabía que esto era obra de aquella mujer. Isa había estado tan ilusionada con ese vestido cuando se lo probó por primera vez y ahora no. Volteó a verla y la madre de Isa solo le dio una sonrisa amable.

—Jóvenes, así son —La mujer sonrió —Primero quieren algo y a la mera hora lo cambian.

Reyes asintió fingiendo que no quería tomar su bolso y salir de esa tienda. Se quedaba por Isa, porque no merecía quedarse a lidiar con su madre ella sola.

—Pediré que traigan más vestidos.

—Supongo que tendremos que seguir buscando —Fue el comentario de la mayor de los Hernáez, contenta porque se había salido con la suya.

Y eso fue lo que hicieron, todo para que Isabel pudiera ser perfecta. 

***

Carlos estaba saliendo de su sesión con su psicólogo un poco tarde. Había mandando un mensaje a su familia para hacerles saber que se retrasaría un poco. Apenas llevaba unas pocas sesiones, pero suficientes para ir recuperando su sueño y aunque al inicio había odiado tener que hablar de lo que sentía, cada sesión se hacía más fácil para él.

Ahora, había quedado de cenar con sus padres y sus hermanas antes de viajar a la gala. Sus padres irían al igual que Caco e Isa. Sus hermanas se quedarían en casa viendo con el resto de la familia, ellas le habían dicho que habían organizado todo para verlo como si fuera la final de la Champions o algo por el estilo.

Al entrar, fue recibido por Oli, el animalito le estaba saltando a sus piernas mientras él trataba de caminar, por un segundo pensó que Bodoque no brincaba, no era tan activo. Él solamente se enredaba en sus piernas.

—Oli, tienes mucha energía ¿no te sacaron a pasear? —Carlos lo tomó en sus brazos mientras el perro sacaba su lengua y se movía queriendo ser liberado y jugar con Carlos.

—¿Carletes? —Su madre se asomó al recibidor en cuanto escuchó la voz de su hijo.

—Hola mamá —Carlos fue hasta ella y le depositó un beso en la mejilla.

—Ayuda a tus hermanas, hoy nadie se sintió con ganas de cocinar así que ordenamos del restaurante chino que nos gusta —Su madre le correspondió con otro beso y acomodó un mechón salvaje de su cabello.

—Genial.

—Iré por tu padre, está en el garaje arreglando tu golf. Sigue soltando mucho aceite.

Carlos soltó a Oli, quien comenzó a seguirlo, se lavó las manos y fue a ayudar a sus hermanas.

—Llegas tarde —Fue lo que Blanca le dijo en cuanto lo vio cruzar hacia el comedor.

—Uy, perdón su majestad —Carlos respondió con sarcasmo mientras se acercaba a cada una de ellas y les daba un beso en la mejilla como a su madre en forma de saludo.

—¿Dónde estabas? Sabemos que no estuviste con Isa porque mamá estuvo toda la mañana y tarde con ella y con la bruja de su madre —Ana comentó poniendo tenedores.

Sabían que comerían comida china, pero a veces se cansaban de los palillos, ya era elección de cada quien.

—¿Qué te importa? —Carlos soltó agresivamente.

—Me importa cuando nos haces retrasar la cena, tenía planes ¿sabes? Tuve que cancelarlos.

—Pobrecita —Nuevamente Carlos respondió groseramente. Últimamente así era con ellas, odiaba que se metieran en lo que no les importaba.

—Compórtate, no porque seas el campeón actual nos puedes hablar así, sigo siendo la mayor —Blanca se metió nuevamente en la conversación defendiendo a su hermana.

Las dos hermanas de Carlos le habían dado tiempo, le habían tenido paciencia y comprensión, pero ellas tenían un límite. Una cosa era que su hermano estuviera afectado por la pérdida de la cantante, pero otra era que fuera grosero con ellas.

El piloto se sintió como un niño en cuanto su hermana lo regañó, la verdad es que así se había estado comportando. Sabía que no podía seguir enojado con ellas cuando sus hermanas no tenían la culpa de nada. Era él quien estaba resentido con su familia, sus padres en específico. Blanca y Ana solamente eran daños colaterales.

—Lo siento —Carlos fue hasta la cocina por servilletas y las puso en la mesa, regresó por vasos.

El piloto se quedó con la mirada agachada colocando los vasos en los lugares. Sus hermanas se voltearon a ver sin entender qué era lo que le sucedía. ¿Primero era un patán y ahora se comportaba como un perro pateado?

—Si les digo donde estaba, ¿prometen no decir nada? —Nuevamente las dos mujeres se voltearon a ver.

Carlos alzó su mirada para verlas, no podía arriesgarse a que ellas soltaran la sopa, cuando todavía no estaba listo.

—Es en serio chicas, si dicen algo me enojaré mucho con ustedes —El piloto las amenazó con un dedo mientras no dejaba de verlas —A tal punto que podría dejar de hablarles, sería una traición enorme para mí.

—Lo prometemos —Ana fue la primera en hablar, Carlos volteó a ver a Blanca esperando que ella también lo prometiera.

Y luego, se preparó para lo que diría. Respiró fuertemente y por un segundo, sus hermanas se preocuparon, ¿desde cuándo Carlos guardaba secretos? Esto parecía uno.

—Estoy yendo a terapia.

Las dos chicas voltearon a verse sin creer lo que estaban escuchando ¿Era una broma de mal gusto por parte de su hermano? Carlos odiaba hablar de sus sentimientos con cualquier persona, mucho menos iba a pagarle a un extraño para hacerlo.

—¿Terapia física? —Blanca preguntó, tal vez era algún problema de su cuerpo.

—No, psicológica.

Las dos hermanas abrieron mucho los ojos y se pusieron alerta. Si Carlos estaba yendo a terapia estaban seguras de que el fin del mundo estaba cerca.

—¿En serio? —Ana frunció el ceño sin creer lo que salía de la boca de Carlos.

—Sí.

—¿Desde cuándo?

—Eso no importa.

—¿Y cuánto tiempo planeas ir?

—Eso tampoco importa.

Vale, tal vez no estaba diciendo mucho, pero admitir que estaba buscando ayuda psicológica era demasiado para él.

—¿Es por la cena con los padres de Isa? —Blanca preguntó y Carlos rió burlón, el fiasco de la cena había sido en parte por lo que había buscado ayuda.

—Y nosotras que pensamos que le pedirías matrimonio.

Blanca le soltó un codazo a su hermana menor.

Carlos volvió a reír.

—En ese caso, creo que les encantará esto —Y sin esperar más, el madrileño sacó el anillo con el que planeaba hacerlo.

—¡Carajo, Carlos! No sacas uno de esos en casa de nuestros padres si no va en serio —Blanca tomó la caja y casi se desmaya al ver el anillo.

¡Era enorme! Ana abrió mucho los ojos. Su hermano sí que pensaba en regalos grandes para su prometida.

—Supongo que ahí se fue el bono de Ferrari por ganar —Blanca comentó burlona.

—Y pensar que terminaste con la cara en el excusado —Fue ahora el turno de Ana y los dos hermanos la fulminaron con la mirada —Oh vamos, ¿por qué tú sí puedes hacer chistes y yo no?

—Porque yo soy la mayor.

—Nadie puede hacer chistes a mi costa.

"Victoria podía" Los tres lo pensaron, pero ninguno se atrevió a decirlo.

—Tenemos que hablar de la cena. ¿Vamos a hablar de eso?

—No, no tenemos y no, no vamos a hablarlo —Carlos soltó poniendo un límite con sus hermanas —Eso sí, les encantará la cena de hoy.

El madrileño sonrió divertido mientras hablaba con sarcasmo y a sus hermanas no les gustó.

—Ay no. ¿Otra vez te vas a pelear con ellos? —Blanca le pasó el anillo a su hermanita para que lo viera de cerca.

—Solo diré que no vengo con ánimos de pelear, pero no creo que papá y mamá estén muy felices con lo que diré hoy.

—Mierda, Carlos. Cuando te pelees con nuestros padres, lo mínimo que podrías hacer es avisarnos. Así podemos cenar antes —Ana le dijo mientras no dejaba de ver el anillo —¿Sabes? A Isa le hubiera gustado el anillo. Lástima que no se lo entregarás.

—¿Cómo sabes que no se lo daré? —Carlos preguntó curioso.

—Está claro que no vas a hacerlo o no nos hubieras advertido sobre la cena de hoy.

—Sí bueno, siempre he sido algo predecible —El piloto se alzó de hombros indiferente.

—Siempre has sido algo estúpido, también —Blanca comenzó y las dos hermanas rieron mientras que Carlos rodaba los ojos.

—¡Chicos! ¿Qué hacen en el rincón como ladronzuelos? —La voz de su padre los hizo brincar del susto.

—¡Nada! —Los tres respondieron al mismo tiempo y en el mismo tono.

Ana le aventó a Carlos el anillo y esté lo guardó apresuradamente sin que sus padres se dieran cuenta.

—Mínimo espera al postre antes de arruinar la cena con la noticia de que no habrá futura señora Sainz —Blanca le susurró al oído para después fingir ante sus padres que nada estaba sucediendo entre ellos —¿Ya estamos listos? Se va a enfriar la comida.

Todo el mundo tomó sus lugares y la cena comenzó. Durante ella la plática comenzaba, hubo varios temas, como lo emocionados que estaban por la gala, planes a futuro, celebraciones, algunos patrocinadores que querían firmar con Carlos, y entonces, el tema de Isa llegó a la mesa.

—Después de visitar tres tiendas y estar horas y horas probándose vestidos, por fin la madre de Isabel y ella estuvieron de acuerdo en uno —Reyes se estaba sirviendo un poco más de verduras mientras contaba su día —Por favor, amo a Isa, pero si me vuelve invitar a ir de compras con su madre tendré que decir que no.

Todos rieron, pues lo difícil que era la mujer Hernáez ya era de conocimiento general.

—¿Y al menos Isa se siente cómoda con el vestido? —Carlos preguntó ignorando las miradas de sus hermanas al escuchar el nombre de su novia.

—Lo suficiente.

El señor Sainz se puso de pie y fue hasta la cocina.

—¿Qué hay de postre? —Ana preguntó yendo a ayudarle a su padre con los platos y cucharas.

—Cheesecake, a tu madre se lo regalaron.

—Genial.

Blanca le regaló a su hermano una mirada que decía "Vale, ya puedes arruinar la cena" Carlos, solamente rodó los ojos.

¿Pero cómo comenzaba? ¿Cómo les decía a sus padres que no estaba listo para seguir sus pasos? ¿Iban a comenzar a tratarlo indiferente? No quería eso, pero tampoco quería casarse y sabía que sus padres creían eso, más su madre, desde que había visto el anillo.

Durante su cita practicó con su psicólogo como soltarles la noticia, él le había ayudado a encontrar las palabras adecuadas, claro que era más fácil cuando pretendía hacerlo que decirlo frente las miradas severas de sus padres.

Luego, en el camino a casa, siguió practicando, pero tuvo que detenerse a calmarse antes de entrar, porque podía sentir su corazón correr acelerado por los nervios, no quería volver arruinar la cena.

¿Y el anillo? ¿Por qué lo había traído? Tal vez porque tenerlo en su departamento era horrible, no es que lo tuviera a la vista ni nada por el estilo, simplemente el hecho de tenerlo ahí era un recordatorio de la vida que sus padres querían para él y lo mucho que él no estaba preparado para ella.

Se sentía como el cuento de "El corazón delator" de Edgar Allan Poe, Victoria una vez se lo había contado de camino a una carrera y en ese momento, Carlos no le dio mucha importancia hasta que sintió como el mismo anillo parecía tener vida atormentándolo desde su caja fuerte.

—¿Carlos? —Su madre lo trajo de vuelta —¿Quieres cheesecake?

—Lo mínimo, por favor —Se sentía nervioso y no quería terminar de nuevo con la cabeza en el escusado.

Cuando se dio cuenta, nuevamente su familia estaba sentada en la mesa comiendo su postre, su padre estaba recordando algo y supo que era momento de interrumpir.

Al carajo con todo, sacó el anillo de su pantalón y dejó la caja fuertemente en medio de la mesa, pudo sentir su corazón comenzar a palpitar como un jodido caballo.

—Sé que lo vieron —Fueron sus primera palabras porque el discurso que había preparado en terapia se le había olvidado.

¿Para eso pagaba tanto dinero?

Reyes compartió una mirada con su esposo, mientras sus hermanas comían su postre en silencio, al menos Carlos había cumplido con su palabra y había esperado al postre antes de arruinar la cena.

—Así es, ¿piensas proponérselo en Italia? —Reyes preguntó un tanto emocionada.

El señor Sainz no denotaba emoción, tampoco sus hermanas, pues ellos sabían que Carlos no tenía intenciones de casarse por el momento.

—No.

Carlos pudo ver la cara de desilusión de su madre y fue como si su propia madre le hubiera soltado un gancho al hígado. La había hecho sentir mal y no quería eso. No quería decepcionarla...

—¿Entonces...

—Carlos está yendo a —Ana comenzó a hablar cuando sintió una patada por parte de su hermano por debajo de la mesa —Ouch.

Se mordió la lengua porque le había dolido demasiado, vale, sabía que Carlos les había dicho que no le dijeran a nadie sobre la terapia, pero no sabía que sus padre entraban en esa categoría. Entre ellos no tenían secretos.

—¿Estás yendo a donde? —Reyes preguntó tratando de averiguar que sucedía con sus hijos.

—No tiene nada que ver con mi decisión —Carlos quiso matar a su hermana.

¡Lo primero que le decía, lo primero que hacía! Joder, Ana.

—Pues parecería que sí —La mujer dejó su postre de lado para darle toda su atención a su hijo.

—No le voy a pedir matrimonio a Isa en Italia. No le voy a pedir matrimonio por el momento, punto. —El único hijo de los Sainz se puso de pie, necesitaba moverse.

Carlos comenzó a dar vueltas por su lado de la mesa tratando de calmarse y de no arruinar todo para que sus padres no dejaran de hablarle antes de su gala.

Nuevamente Reyes volteó a ver a su marido buscando respuestas ¿él sabía? Probablemente, porque lo último que ella sabía era que su esposo tenía el anillo, así que debió de regresarlo y de ahí salió el tema.

—Carlos, solamente queremos que sepas que ya casi tienes—

—Treinta años, lo sé —Y antes de que su madre interrumpiera, volvió a hablar —Y también sé que Ana y Blanca se casarán el siguiente año.

Luego, respiró profundamente, se calmó y soltó lo que tenía que soltar, está vez, no fue su alimento.

—No quiero casarme por el momento, no estoy listo ¿ok? Entiendo que es importante para ustedes, entiendo que ya casi tengo 30 años, pero no estoy tonteando con modelos o actrices. No estoy saliendo a embriagarme cada fin de semana como hace un año, no le estoy faltando el respeto a Isa.

Los padres de Carlos estaban en silencio escuchando a su hijo.

—Me estoy comportando a la altura. No volveré a ser el imbécil que fui, pero tampoco me convertiré en el esposo que ella quiere y que ustedes esperan. No funciona así —Blanca sonreía desde su silla, ella en el fondo esperaba que hubiera gritos como la última vez, así que ver a su hermanito actuar maduro, le agradaba.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión? —Reyes preguntó viendo a su hijo con curiosidad.

Ella quería preguntar "¿Quién te hizo cambiar de opinión?", pero prefirió no hacerlo.

—Nada, no he cambiado de opinión.

—Bueno, perdóname, pero si tenías un anillo y ahora no quieres entregarlo es que cambiaste de opinión.

Carlos asintió serio, deteniéndose a ver a su madre.

—Solo lo compré porque pensé que era lo correcto, pero yo no estoy listo. Nunca lo he estado.

—Carlos, Isa espera que lo hagas —Su padre intervino —Ella ha estado a tu lado por más de seis años y te ha perdonado todo.

Vale, ahora era el turno de su padre de atacar, golpe directo a la quijada que lo habían sacado de balance.

—Lo sé.

—En ese caso, ¿qué piensas hacer al respecto?

Era algo que no había pensado, o en realidad sí. Terminaría con ella, pero no sabía cómo hacerlo. Eso era un paso más avanzado, un paso que no estaba listo para revelar aún.

—Por el momento le diré lo mismo que a ustedes —El piloto habló fuerte y claro —No estoy listo para ser el esposo que ella quiere (o que su madre espera), espero pueda entenderlo, pero no me siento preparado.

Reyes quería decirle algo, hacerlo entrar en razón, ¿pero qué hacía? ¿Forzarlo? Ella ya le había dicho lo que quería y esperaba de él. No podía hacer más que eso, educarlo y esperar que él tomara las decisiones correctas.

—Isa no te esperará por siempre, Carlos. No puedes hacerla esperar tanto tiempo —Su madre fue quien le dio un golpe en las costillas con ese comentario.

—También lo sé, pero quiero que entiendan esto muy bien. Ya no les estoy pidiendo una opinión sobre qué hacer con mi vida. Les estoy avisando que será mejor que se preparen a no esperar una boda por mi parte. Ana y Blanca serán unas novias hermosas y estoy seguro que de querer nietos ellas podrán dárselos (si es lo que ellas quieren), pero por el momento, no lo obtendrán de mí.

Sus dos padres compartieron una mirada que Carlos no sabía lo que significaba, solamente ellos entendían lo que el otro quería decir.

—Y sobre Isabel, ya lo hablaré con ella, pero quiero que entiendan que esto es por mí.

—¿Seguro? —Reyes se aventuró a preguntar, si ya estaba saliendo el tema.

—Puedo ver como me ven, todos ustedes. No es por Victoria —Carlos se atrevió a soltar el nombre de la cantante por primera vez después de mucho tiempo.

Ninguno en la mesa le estaba creyendo, todos esperaban que Carlos dijera algo sobre Victoria.

—Sé que piensan que todo lo que hago últimamente es por ella, pero no es así. Victoria regresó a su vida y en algún momento, Victoria puso en orden su vida y ahora, yo estoy tratando de ordenar la mía.

No había forma que sus padres le dijeran algo, él había dejado fuera esa opción, no quería que le dijeran algo.

—Si eso es lo que piensas —Carlos podía escuchar que su madre no estaba muy feliz con sus comentarios y aunque le dolía ver la decepción en sus ojos, no podía seguir cargando con todo el peso de decisiones que no eran de él.

Había arruinado su vida por lo que sus padres esperaban de él, de ahora en adelante, al menos arruinaría su vida por decisiones en las que él creía.

—Eso sí, me gustaría su ayuda para deshacerme de esto —Carlos señaló la caja en medio de la mesa —No sé qué hacer con él.

—Podrías guardarlo —Su padre habló alzándose de hombros —Tal vez cambias de parecer.

No iba a hacerlo, no en un futuro cercano.

—No quiero, si cambio de opinión ya conseguiré otro.

—¿Estás completamente seguro de esto, hijo? —Reyes volvió a preguntarle, esperando que a lo mejor era una mala broma.

—Sí. Sí lo estoy.

No, no lo estaba, todavía no sabía si estaba haciendo lo correcto, pero si sus padres veían una sola señal de duda, iban a meterse con él y todo su discurso se iría a la mierda, porque ellos lograrían volver a tomar el control.

—Quédatelo o alguna de ustedes úselo —Carlos vio a su madre y a sus hermanas, pero ellas negaron riendo.

—Es un anillo de compromiso, grandísimo tonto. No podemos usarlo solo porqué no sabes qué hacer con él —Ana comentó viendo la caja frente a ellas —Además, ¿por qué querríamos un anillo que trae una maldición?

—¡Ana! —Reyes la regañó por el comentario —No tiene ninguna maldición.

—¿Ah no? Y yo pensé que el anillo se dedicaba a arruinar cenas familiares.

—Al menos está vez no vomitó —Blanca ayudó a su hermana a burlarse de Carlos y ambas se sintieron como unas niñas al ver la cara molesta de sus padres, pero Carlos agradeció en el fondo que sus hermanas aligeraran el ambiente.

Y que lo apoyaran, porque con ellas en su esquina, podía seguir haciéndole frente a sus padres.

—Dejen en paz a su hermano —El señor Sainz habló serio, no era momento para hacer bromas —¿Estás seguro?

Nuevamente le preguntaba a su hijo. ¿Acaso había cambiado algo? El Carlos que estaba frente a ellos se sentía diferente. Una parte de él quiso echarle la culpa a la cantante, ella en verdad había causado un impacto en su hijo, pero ¿cómo culparla cuando no había rastro de ella?

Victoria había firmado la cancelación del contrato y había desaparecido de sus vidas, no podía argumentar que todo era por culpa de ella.

—Sé que creen que estoy cometiendo un error y puede que tengan razón, pero estoy seguro de mi decisión. Dejen que me equivoque, por favor.

¡Dejen que viva mi vida! Quiso decir, pero no pudo.

Todavía había muchas cosas que se guardaba, todavía había muchas cosas que no estaba listo para decirles.

Reyes no pudo terminar su postre, porque de cierta forma el ambiente había cambiado, no quería que su hijo se equivocara, pero una vez se lo pidió a su esposo: "Deja que Carlos tome sus propias decisiones" Así que se tragó todo lo que estaba pensando y tuvo que hacer caso a sus palabras.

—Sí eso piensas, bueno —Sabía que su tono no era el mejor, pero estaba tratando de mantenerse serena —Solo espero que Isa lo entienda.

Y ese había sido el golpe final.

Carlos había terminado exhausto y adolorido, pero había ganado ese primer round. 

***

No era la primera vez que alguien había inventado que moría. Normalmente publicaban ese tipo de tweets para obtener una reacción, generar un escándalo y listo. Desde que se había vuelto famosa, Victoria había sido asesinada unas 12 veces, 13 si contaba esta.

Siempre habían sido muertes diferentes, como accidentes de auto, de avión, suicidio... No eran lindas, pero era entretenido ver qué era lo que se inventaban.

Lucía le había dicho que si la gente inventaba que había muerto, significaba que ya había alcanzado un nivel de fama mayor.

Victoria estaba revisando twitter para ver que decían. Había gente que no se lo creía, mientras que otra parecía creer que sí había sido cierto, todo esto porque desde que había anunciado su rompimiento con Carlos no había sido captada por ninguna cámara o subido algo, era algo personal. Ella había querido estar bajo el radar por un rato, descansar de toda la atención que recibía, dejar de recibir comentarios sobre su cuerpo o su vida sexual y bueno, desde que ya no era la novia modelo, los paparazzis no estaban muy interesados en ella.

O eso creía, porque sus menciones estaban llenas y su nombre comenzaba a ser tendencia, debía detenerlo antes de que fuera muy tarde. Así era como lo hacía, salía un rumor y salía a publicar una foto para que la gente supiera que era mentira.

Estaba caminando por la calle, abrió su Instagram para tomarse una foto y decirle al mundo: Hey, sigo viva. Mírenme.

Fue entonces que un hombre chocó con su hombro haciendo que su celular saliera volando directo a la calle abarrotada de tráfico. Había sido su culpa porque nadie puede detenerse en la acera, era un error de principiantes y se odió por olvidarlo.

Tal vez había pasado mucho tiempo lejos de su ciudad que ahora parecía una turista tonta.

—¡No! —Antes de que Victoria pudiera meterse al tráfico y agarrarlo, un auto pasó sobre él destruyéndolo por completo —No me jodas.

¡Claro que tenía que sucederle eso a ella!

Justo cuando creía que la masacre a su celular había terminado, más autos pasaron sobre él, algunos no lo aplastaban, pero otros sí. Estaba desecho, no había forma de que esa cosa siguiera funcionando.

Sin esperar más pidió un taxi para irse directo al estudio y continuar su día pues no iba a tolerar el viaje en metro sin música, desde ahí llamaría a Lucía y le pediría un celular nuevo. No era la primera vez que se le arruinaba.

Al llegar, vio que Harry ya estaba ahí terminando su café y revisando su celular esperando por ella. Hoy la sesión sólo sería entre ellos dos, su banda vendría otro día.

—Te traje un capuccino —Fue su saludo —Me alegra ver que no estás muerta, hubiera odiado que él café se enfriará.

El productor hizo ese chiste y Victoria no pudo evitar reír. Era un mal chiste, pero le gustó.

—Gracias, ¿puedes creerlo? ¡Me desaparezco unas semanas y los medios me matan!

—Técnicamente fuiste tú.

Ese comentario hizo que Victoria frunciera el ceño. ¿A qué se refería Harry?

—Dicen que fue una sobredosis —Harry le pasó su celular y le enseñó las tendencias de twitter.

Un perfil de medios amarillistas había sacado un artículo diciendo que la causa de su deceso había sido una sobredosis por drogas.

—¿Qué mierda? —Victoria soltó sin poder creer lo que sus ojos veían. Ella no quería ser asociada con nada de ese mundo, porque era "mentira".

—¿No sabías? ¿Por qué no subes una foto diciendo: Sigo viva, imbéciles de mierda. PD: chupen mis bolas?

Victoria nuevamente se soltó a reír.

—Lucía me mata si subo eso, además no tengo celular —El productor abrió los ojos sorprendido mientras que Victoria comenzaba a tomar su café. Le faltaba azúcar, pero estaba bueno.

—¿Tanto así te querías desaparecer? —Harry sabía que Victoria quería alejarse del mundo, pero no sabía cuánto.

—¡No! —Victoria exclamó riendo —Estaba a punto de subir una foto a mi Instagram y un imbécil chocó conmigo haciendo que mi celular saliera volando a la calle, lo atropellaron. El pobre no tuvo oportunidad contra el tráfico neoyorquino.

—Ouch. ¿Quieres usar el mío? O sube algo desde mi cuenta, como gustes.

Victoria lo miró dudosa, normalmente cuando algo así pasaba le hablaba a su agente.

—Mejor préstamelo, deja llamo a Lucía y que me diga que hacer.

—Tú mandas —Harry sonrió y le entregó su dispositivo.

—Ella manda —Victoria soltó una risita nasal y siguió tomando su café.

Victoria salió del estudio al recibidor del edificio y marcó el celular de su agente, Lucía estaba en la ciudad, ya había regresado de visitar a su hermana y ahora estaba pasando sus vacaciones con su novio.

Era un hombre con él que había comenzado a salir antes de irse a Abu Dhabi. Fue algo sorprendente para ella, Lucía normalmente no pasaba mucho tiempo con un solo hombre, pero este parecía haber dejado una buena impresión en ella.

El timbre sonó varias veces sin respuesta alguna, volvió a hablar y lo mismo sucedió.

La cantante vio la hora, apenas eran las 8:16. Lucía siempre se despertaba temprano, pero lo cierto era que Victoria le había dicho que descansara, después del año que tuvieron, se lo merecía. Así que dejó de insistirle y regresó al estudio a trabajar.

—¿Qué canción toca hoy? —Preguntó la cantante mientras le regresaba el dispositivo a Harry.

—Tenemos que repetir el estribillo del track 17.

—Dale, será mejor comenzar.

Victoria entró a la cabina y comenzó a hacer lo que ya sabía.

*** 

El madrileño tenía todo para tomar el vuelo a Italia, mañana por la mañana.

Su maleta estaba lista, los boletos estaban en la puerta del recibidor junto con sus papeles para viajar y ahora estaba nadando en la alberca de sus padres un poco para pasar el rato y desestresarse.

Eran esos días de Diciembre donde la familia no hacía nada, esperaban las fiestas y trataban de pasar el tiempo juntos ya que eran pocas las ocasiones donde todos estaban en un mismo lugar.

Carlos salió de la alberca para irse a encontrar con sus hermanas que estaban tomando el sol y compartiendo unos refrigerios.

—¿Podrías usar una toalla y dejar de mojar toda la terraza? —Ana le reclamó en cuanto llegó hasta ellas.

—Claro, ahorita tomo una —El madrileño comenzó a sacudirse como perro para molestar más a sus hermanas al mojarlas.

—¡Carlos! —Ambas se quejaron mientras Carlos solamente podía reírse.

—Voy por una toalla.

Mientras Carlos se secaba, las dos chicas estaban cuchicheando de forma que su hermano no pudiera escuchar.

—¿Ya viste? Es una estupidez —Blanca rodó los ojos cuando le pasó el celular a su hermanita.

—Dios, no puedo creer que digan esto. Está bien que nadie haya visto a —Ana volteó a ver a su hermano de reojo asegurándose que no las escuchara antes de pronunciar el nombre de quien nadie hablaba —Victoria, pero ¿decir que falleció? Totalmente imbécil y algo irrespetuoso, si me lo preguntas. Me pregunto qué dirá su madre.

—No lo sé, estoy segura que si saliera una noticia como estás sobre Carlos, nuestros padres asesinarían a quien lo publicó.

—¿A quién van a matar nuestros padres? —Carlos preguntó acercándose a ellas con un dedo en la oreja sacudiendo un poco del agua que le había entrado.

—A nadie —Las dos dijeron al mismo tiempo mientras que Ana se apresuraba a darle el celular a Blanca, pero Carlos se adelantó y se lo arrebató.

—¡Deja eso! No es tuyo —Blanca se puso de pie para recuperar su celular.

Odiaba que Carlos se metiera en lo que no le importaba, después de todo, ellas solamente estaban queriendo protegerlo.

—Atrápame, Blanquita —Carlos soltó riendo mientras corría por la terraza con el celular entre sus manos.

—Te voy a matar.

—¿Qué escondes? ¿Un mensaje vergonzoso? ¿Una foto? —Y entonces revisó la pantalla. Estaba en la pantalla de inicio, no pudo ver lo que escondían sus hermanas.

—¿Si te digo prometes no vomitar? —Carlos la fulminó con la mirada.

—Sí, claro —El piloto le entregó el celular a su hermana mientras que con la otra mano le enseñaba el dedo medio.

Las dos mujeres se voltearon a ver esperando que Carlos reaccionara como una persona normal y no como un demente.

—Estábamos leyendo una noticia.

—Un rumor estúpido si me lo preguntas —Ana se metió a la conversación y Carlos seguía sin entender que era lo que estaba sucediendo.

—Ok, ¿cuál es? ¿Es sobre mí o por qué no querían que viera?

Nuevamente, las dos hermanas de Carlos compartieron una mirada nerviosa. Tal vez no era tan buena idea decirle, pero ya habían abierto su bocota.

—Solo decía que Victoria había fallecido. ¿Ok?

—¿Ves? Completamente estúpido —Ana sacó su celular para ver los tweets de propia mano.

Carlos se congeló al escuchar eso, porque era lo más estúpido que había escuchado. Victoria no podía estar muerta.

—¿En serio? Los imbéciles de la prensa no la ven en semanas y la obligan a salir pretendiendo que ha muerto —Carlos negó riendo, pero no de felicidad. Era una risa molesta, ¿es que acaso no podían dejarla en paz? El hecho de que Victoria se hubiera escondido decía mucho de cómo quería vivir su vida en estos momentos.

Ella se lo había dicho miles de veces, en cuanto el contrato terminara nadie iba a saber de ella, se iba a esconder y bueno, al parecer estaba cumpliendo, porque el hecho de que la prensa comenzara a inventar ese tipo de rumores, significaba que lo estaba haciendo de maravilla.

Las hermanas concordaron con él y estaban felices ya que esperaban que Carlos reaccionaría peor a la noticia.

—¿Ves? Te dijimos que era tonto.

—Me imagino a Victoria leyendo esto, probablemente se esté burlando —Los tres hijos Sainz rieron al imaginarse a la cantante.

Carlos pensó que probablemente estuviera viendo todos los tweets con el ceño fruncido maldiciendo a quien lo hubiera publicado.

—Estoy seguro de que Lucía la hará publicar algo, dirá algo estúpido que no le gustará a su agente y la quitará las redes por un rato —Carlos podía escuchar la conversación entre aquellas dos.

Y esa conversación sería así:

"Victoria, no puedes poner: Esperando los 27 para suicidarme, mientras tanto sigo aquí. No se bromea con eso"

"Ay, pues ya es una prueba de que estoy viva, que se preocupen en unos años"

"¡No digas eso! Dame tu celular"

Y eso sería todo, Carlos podía verlas en su mente como si estuvieran ahí, podía escucharlas y podía ver a Victoria sacar un cigarro mientras le entregaba su celular a Lucía, mientras que Lucía estaría caminando por todo el cuarto tratando de calmarse porque Victoria siempre la hacía estresarse.

Su imaginación se vio interrumpida por la voz de Ana.

—Además, ¿la forma en la que dicen que murió? Totalmente irreal.

—¿Cómo dicen que murió? —Carlos preguntó distraído tomando uno de los bocadillos que sus hermanas tenían entre ellas.

—Sobredosis —Blanca le informó y Carlos comenzó a ahogarse a tal punto que tuvo que escupir la comida en la palma de su mano.

—Vaya y yo que pensé que no iba a actuar raro —Ana le dijo a su hermana, para ponerse de pie y entregarle una servilleta a su hermano.

El piloto agradeció con un gesto y guardó la comida masticada ahí para dejarla a un lado.

—¿Es broma? ¿Eso dice? ¿Sobredosis? ¿Dice que tipo de sobredosis? —Carlos preguntó alarmado esperando no verse como un demente, pero ya era muy tarde..

—Pues no hemos leído el artículo, pero un tweet decía eso.

Las dos hermanas estaban atentas a la cara de su hermano, mientras que Carlos dejaba su toalla de lado y corría a su cuarto donde había dejado su celular cargando.

—¡Carlos estás mojando toda la casa! Te vas a resbalar.

—¿Qué le pasa? —Ana preguntó mientras que las dos jóvenes lo veían perderse en un corredor.

Fue en ese momento que los padres de Carlos llegaron a la casa y al ver a sus hijas en la terraza, fueron hasta donde estaban.

—Hola, chicas —Reyes fue hasta ellas tratando de entender que había sucedido y las saludó —¿Por qué está toda la casa mojada?

—¿Y Carletes? —Ahora era su padre quien se acercaba a ellas a darles un beso en la mejilla.

—Estaba nadando, pero salió corriendo porque Victoria atormenta su mente —Ana soltó y Blanca tuvo que morderse la lengua para no reírse por la mala mirada que sus padres les habían dado.

—Les dijimos que ya no mencionaran a Victoria —El señor Sainz las señaló acusatoriamente.

—No lo hicimos, bueno, no en su cara, pero tu hijo se mete en donde no lo llaman.

—Blanca —Su madre soltó su nombre como una advertencia.

—No podemos no hablar de ella para siempre, además, sólo comentábamos que lo que le están haciendo es una falta de respeto.

—¿Y ahora qué pasó? —El señor Sainz preguntó sacando su celular y poniéndose sus lentes de lectura para ver twitter, ya sabía que a la hora de tendencias, tenía que revisar ahí —Oh.

—¿Ves?

—¿Qué sucede? —Reyes se acercó hasta el celular de su esposo y leyó lo mismo que él —Dios, con eso no se juega.

—¡Es lo que nosotras dijimos! —Las dos hermanas soltaron hartas.

—Sabemos que no podemos mencionar a Victoria frente a Carlos, pero él estaba en la alberca cuando nosotras nos enteramos y ahora, el subnormal se ha ido a esconder no sé a dónde.

La pareja de esposos se volteó a mirar esperando que no se repitiera lo mismo que en la cena, porque ellos recordaban la última vez que habían visto a Victoria.

La niña se veía como un desastre y a kilómetros podían notar que había estado llorando y en el momento que ella tomó el taxi y se fue, fue cuando Carlos comenzó a ponerse pálido, sudar como si hubiera corrido un maratón todo para terminar cabeza en el escusado.

El señor Sainz ya iba a entrar a ver a Carlos, cuando el piloto salió de vuelta a la terraza al escuchar las voces de sus padres.

—Carlos —Dijeron su nombre con precaución para ver qué era lo que sucedía.

—¿Qué hora es en Nueva York? —Fue lo que el madrileño preguntó, Blanca tomó su celular para ver el horario.

—Casi las 10:00 am.

—Ya debe de estar despierta a esa hora —¿A quién engañaba? Victoria probablemente estaría durmiendo, más si estaba trabajando de madrugada en su álbum.

—Carlos, solo es un estúpido rumor —Su madre se acercó hasta donde estaba su hijo para tratar de calmarlo —Tú más que nadie sabe que es un rumor, durante su relación les inventaron hasta un bebé.

—Sí.

Pero había un detalle que su familia no sabía, un detalle que nadie además de Victoria, Lucía y él sabían.

Victoria si había tenido un problema de drogas en su juventud. Ella misma se lo había dicho y también le había dicho que cuando eres una adicta, lo eres toda la vida, aunque no consumas.

La razón de la "muerte" de Victoria era muy específica para ser mentira, ¿quién inventaría algo así si no fuera verdad?

—Mira, en un rato subirá algo a redes diciendo "Estoy viva". No te preocupes —Ana le dio una sonrisa amigable en cuanto volteó a verla, pero la mirada de Carlos era sombría.

Sus ojos guardaban un secreto que nadie podía saber y Blanca se asustó al ver la cara descompuesta de su hermano. Había cambiado en un santiamén, de reírse y molestara robándole su celular a parecer un muerto en vida.

—¿No ha subido nada? —Carlos preguntó alarmado, ¡No había revisado las redes de Victoria porque había estado leyendo todo lo que decían! El artículo sólo decía que ese era el rumor y que esperaban saber más sobre la cantante o su equipo (Lucía).

Todos de inmediato sacaron su celular, no había nada en Instagram. El último post era un post felicitando a Carlos por su campeonato, lo había escrito Lucía y Carlos sabía, pues sabía que Victoria no escribiría lo que decía la descripción. No había subido nada a sus historias y no había tuiteado nada.

Carlos comenzó a leer algunos tweets preocupados por ella, la gente en verdad se lo estaba creyendo y él se estaba uniendo a ellos.

—¿Y si le hablas? —Blanca soltó y Carlos pensó que era la idea más inteligente que su hermana había tenido en años.

El madrileño salió de twitter y marcó el teléfono de la rubia, hace unos días había cambiado el apodo de "Bikina" por "Vic", el emoji del gato continuaba.

Lo puso en altavoz y de inmediato sonó el buzón de voz.

—No quiero sonar grosera, pero a lo mejor no quiere saber de ti —Ana fue ahora quien habló diciendo lo que todos habían pensado.

Carlos asintió, a Caco tampoco le había respondido. O eso era lo que su primo le había dicho.

—Llámala tú, papá.

Todos voltearon a ver a la cabeza de la familia, sabían que si a alguien le iba a responder, era al Señor Sainz. Victoria le tenía mucho aprecio y cariño como para no hacerlo.

El señor Sainz hizo lo mismo y de nuevo, todos escucharon el buzón de la cantante.

—¿Y si está dormida? —Reyes preguntó esperando calmar los nervios, pero todo mundo se estaba comenzando a asustarse.

Más por el estado de Carlos, podían ver como poco a poco el piloto se desesperaba, por más que quisiera parecer tranquilo.

—Llamen a Caco, ¡pero ya! —Carlos gritó mientras se alejaba para poder llamarle a una persona que podía resolver todo este misterio.

Marcó el número de Lucía sin pensarlo. Al igual que con Victoria, no obtuvo respuesta.

Había solo una razón por la cual la agente no respondiera su teléfono, estaba resolviendo una crisis.

Recordó como Victoria le dijo que Lucía había escondido su primera sobredosis al mundo, como había fingido que solamente había sido un desmayo. Tal vez se le había escapado alguien que filtró la información, tal vez no era un rumor estúpido.

Pronto comenzó a sentir como su corazón latía de más, como si quisiera salirse de su pecho, estaba temblando. Victoria no haría eso ¿o sí? Ella le dijo que no tenía ganas de consumir más, debía de creerle.

Mientras que Carlos hacía llamadas intermitentes, a Victoria y a Lucía, todos lo veían caminar de un lado a otro jalando su cabello.

Era como ver un choque, simplemente no podían quitarle la mirada de encima, Carlos estaba perdiendo la poca cordura que Victoria le había dejado.

—Caco ya viene para acá —Reyes informó, pues ella fue quien le había marcado —¿Por qué se está poniendo tan mal?

—Pues por Victoria, ma —Blanca respondió con obviedad.

—No me refiero a eso, me refiero, todos sabemos que inventan rumores de la niña 24/7. ¿Qué fue lo que hizo que Carlos pensara que este era de verdad?

Sus hermanas se voltearon a ver alzándose de hombros.

—No lo sé, le dijimos que había sido una sobredosis y se puso así.

Y entonces, todos entendieron lo que eso significaba, si Carlos se ponía tan nervioso por la razón de muerte era porque, él sabía algo que nadie más.

—Victoria ¿consume? —El señor Sainz preguntó completamente alarmado.

—No, ella no es así —Ana defendió a la cantante —De ser así nos hubiéramos dado cuenta.

—Claro.

—Pues Carlos algo sabe para ponerse de esa forma.

Todos regresaron su mirada al hijo de los Sainz, quien estaba dando vueltas por el jardín utilizando su celular.

El único que le había respondido era Tommy, el becario de Lucía y su única esperanza.

—Carlos, ya te dije que no la he visto desde que aterrizamos en Nueva York, pero ella está bien —El becario estaba en casa de sus padres preparándose un almuerzo.

—¿Cómo sabes?

—Pues sé que está trabajando en el estudio sin descanso, bueno, sin descanso si no cuentas la vez que salió de fiesta con sus amigas modelos —Tommy soltó una risa cínica mientras regresaba la leche al refrigerador.

La plática con Carlos no podía ser más aburrida. ¿Otro rumor sobre Victoria Ellis? Por favor, salen de esos 3 veces al día, ¿cómo es que Carlos no estaba acostumbrado?

—¿Modelos? Victoria no tiene amigas modelos —Carlos soltó molesto.

—Sí, claro que tiene, se conocen desde pequeñas.

—¿De pura casualidad te refieres a Flor y Maddie? —No, todas menos ellas, pensó Carlos.

—Florence, dirás.

—¡Si ellas! Como sea —Carlos soltó con urgencia rodando los ojos, no le importaba si sus nombres eran "susanita o perenganita"

—Ah sí, me refiero a ellas. Tuvieron una fiesta hace una semana y Vic salía al fondo de sus historias en close friends.

—¿Qué?

—Oye, no es mi culpa que yo sí esté en el close friends de Maddie —Tommy respondió ofendido. Le había costado entrar a esa lista, pero Victoria le había ayudado un poco y ahora veía muchas cosas sobre la modelo a las cuales no cualquier mortal tenía acceso.

—No me refiero a eso, se supone que Vic no les habla.

—Pues se veía bien feliz con ellas, estaba bailando y bebiendo. Supongo que la antigua Vic regresó —Tommy se alzó de hombros desde donde estaba —Te dejo Carlos, tengo que ayudar a mi familia a poner el árbol de Navidad, pero no te preocupes. Vic está bien. Ya aparecerá.

—Sí, siento molestarte.

—Se nota que no estás acostumbrado a Victoria —Tommy se burló de él —Ella siempre desaparecía cuando estaba con Rogelio.

—No me ayudas, Tommy —El madrileño respondió molesto y colgó.

¿Victoria había regresado con esas mujeres? ¿Con Rogelio? No sabía que estaba pasando y odiaba no saber nada de ella.

Cuando Carlos regresó con su familia, se percató de que Caco había llegado. Tal vez se había pasado algunos semáforos, pero lo había logrado, pues el tono de su tía le había preocupado, más cuando le dijo que Carlos estaba actuando como un loco.

Antes de que Carlos pudiera decir algo, Caco lo interrumpió.

—Ya sé, ya le estoy llamando a Lucía.

—No responde.

—Yo he llamado a mi asistente para que nos consiga unos boletos a Nueva York —El padre de Carlos le informó y él asintió agradecido.

—Solo quiero saber qué está pasando —El piloto soltó rendido.

Estaba aún descalzo y sin playera, pero ya se había secado, estaba nervioso y solamente quería escuchar su voz, que le dijera que todo estaba bien. Que era otro tonto rumor. ¿Esto habían sentido sus padres cuando salió lo del bebé? No, esto era peor, mil veces peor, porque jugar con la muerte de alguien era horrible.

—Tranquilo, Carlos. Mejor intentemos de nuevo dentro —Caco ordenó y todos entraron a la casa donde fueron a la cocina para escuchar mejor.

El celular del primo de Carlos estaba en el centro de la isla con el altavoz, y entonces, la voz de Lucía se escuchó desde el otro lado de la llamada.

—¡Ya sé! Ya sé, estoy solucionándolo Caco —Sonaba molesta y estresada, no quería que Caco le dijera cómo hacer su trabajo.

Una parte del corazón de Carlos regresó a latir.

—¡Lucía, soy Carlos! —El piloto gritó con urgencia de que alguien lo escuchara.

—¡Carlos! Ya sé, siento no haber respondido tus llamadas, pero como sabrás, no eres el único preocupado por ella —La voz de la agente de Victoria se escuchaba lejana, lo más seguro es que estuviera conduciendo —Su madre y Wes no se han calmado porque al parecer nuestra princesita ha decidido no responder el celular. Y el dueño de la disquera está que se muere, porque tampoco la localiza, claro que no quiere perder dinero.

—¿Sabes dónde está? —Caco preguntó fuerte. Toda la familia de Carlos escuchaba en silencio.

—No, acabo de ir a su departamento y no está ahí, ahora voy para el estudio de grabación.

—¿No sabes dónde está? —Carlos gritó siendo controlado por su enojo.

—No Carlos, no sé donde está y será mejor que te ahorres cualquier comentario que me quieras decir porque te voy a colgar y no sabrás de mí —Lucía respondió de la misma forma.

Suficiente estrés había tenido ella.

Carlos tuvo que quedarse callado.

—Si no aparece ¿quieres que te ayudemos a buscarla? Estamos consiguiendo boletos para Nueva York —El padre de Carlos le informó a la agente y por un segundo no se escuchó del otro lado.

—No creo que sea necesario.

—Nada de eso, Lucía —Está vez Reyes hablaba —Irémos a buscarla.

—¡Ella está en el estudio! Lo juro —Lucía gritó desde su auto.

Carlos se enojó, porque primero había dicho que no sabía dónde estaba y ahora resulta que estaba en el estudio. Lucía sabía cubrir muy bien los escándalos, podía mentir por Victoria y no tenía problema en hacerlo.

—No mientas Lucía, queremos verla —Carlos soltó completamente molesto —Sé todo lo que escondes por ella.

De nuevo, hubo un silencio del otro lado y eso preocupó al madrileño.

¿Y si Victoria había tenido una sobredosis como hace años? ¿Qué no Tommy la había visto con Florence y Maddie de nuevo? ¿Ellas estaban limpias como Vic? No tenía la menor idea, solo sabía que esas dos le habían dado cocaína por primera vez y que no las quería cerca de Victoria.

—Carlos, mira. Dame 10 minutos en lo que llego al estudio y si no está ahí, vienen a buscarla ¿ok? —Lucía sabía que Victoria no quería ver a los Sainz, si ellos se aparecían sin aviso, la cantante iba a matarla.

—Ok. Estamos en contacto —Caco habló y colgó.

Todos se quedaron en silencio esperando a que esos 10 minutos pasaran.

Carlos simplemente trataba de calmarse, porque esos minutos se sentían horas.

***

Lucía, por el otro lado, estaba que se la llevaba la chingada.

La agente había dormido hasta tarde porque según Victoria, podía descansar y se lo merecía. ¡Claro que lo merecía!

Despertó porque estaba recibiendo desayuno en la cama por su sexy novio.

—Hice tus favoritos —Él le dijo y sonrió, justo así era como imaginaba su descanso.

Patrick dejó la mesita con la comida en la cama y fue a darle un beso a su novia, estaba a punto de cerrar el trato cuando el celular de ella comenzó a vibrar.

—Deja que suene —Lucía soltó regresando al beso.

Los dos comenzaron a comer cuando el celular de Lucía volvió a vibrar, así hasta que casi se cae del buró por tanto movimiento.

—Lo siento, debe de ser importante —Lucía vio en la pantalla el nombre de Addison Ellis.

Solo esperaba que no fuera una tontería, pero todo fue aclarado por la voz chillona de Addison.

La mujer estaba vuelta loca, porque al parecer la gente estaba diciendo que Victoria había muerto y para colmo, la cantante no respondía las llamadas.

Normalmente, Addison no se preocuparía por ese tipo de noticias, pero cuando Victoria no respondió y Lucía mucho menos le recordó la vez que Hugo le había escondido que su hija había terminado en el hospital.

Addison no sabía que Vic había tenido problemas de drogas, aunque en el fondo lo sospechaba, esas sospechas no se las había dicho a nadie, pero ella no era tan tonta como la gente creía. No presionaría a Victoria a decirle, sabía que ella no era la persona favorita de su hija.

—¡Lucía, si me escondes algo como Hugo lo hizo te destruiré!

—Addison, Victoria está bien. Sabes que ella nunca carga su celular, en cuanto la vea te la paso.

—¡Vamos para allá! ¡Wes llama al piloto! Nos vemos en unas horas —Addison colgó y Lucía solamente se puso de pie para ponerse lo primero que encontró.

—¿Amor? —Patrick volteó a verla al notar como su humor cambiaba —Creí que era tu día libre.

Lucía se tomaba muy en serio su trabajo y Patrick pudo notar como había entrado en ese estado profesional.

—Lo sé, pero es que aggg. Esa niña —Lucía ya se estaba poniendo unos jeans y vio cómo el guapo rubio con el que había pasado la noche le pasaba su brassier.

—¿Victoria? —Lucía asintió tomando una camisa de él que iban con sus jeans.

—Sí, siento dejarte con el desayuno, tengo que resolver unas cosas —Lucía fue hasta él, le depositó un beso casto en los labios y salió de ahí, con sus tacones en sus manos.

—Salúdame a Vic.

—Claro.

—¡Y no seas muy dura con ella!

—No prometo nada, primero tengo que ver que hizo o si hizo algo —Lucía rodó los ojos sin que su novio la viera, pero pudo escuchar una risa ronca a lo lejos.

Patrick cada vez se estaba acostumbrando más al trabajo de su novia, desde hacer viajes a mitad de noviembre, cuidar un gato gordo deprimido y ahora, desmentir una muerte.

Lucía, ahora, estaba estacionándose para ir al estudio, en cuanto llegó al edificio abrió la puerta y corrió a donde Harry y Victoria pasaban la mayoría de sus días.

Al entrar al estudio, vio a Victoria cantando en la cabina, con Harry en el tablero con auriculares puestos.

Victoria se detuvo al ver a Lucía y sonrió de oreja a oreja, sonrisa que se esfumó al ver la cara de molestia de la castaña.

—¡Tú! ¡Más vale que tengas una buena razón para desaparecer! —Lucía gritó entrando a la cabina.

Harry se quitó los auriculares para ayudar a Vic a detener a Lucía si se ponía muy mal.

—¿Ya te enteraste? Estoy muerta.

—¡Por una sobredosis! ¿Qué mierda? ¿De dónde sacaron eso? —Lucía gritó sacando todo el estrés que había acumulado en la mañana.

No le había gustado que Addison le gritara o que el dueño de la disquera hiciera lo mismo, mucho menos que Carlos lo hiciera, joder.

—Ya sé —Victoria comentó enojada.

Ambas odiaban que a Victoria se le vinculara con ese tema, aunque tuvieran razón. No habían pasado años escondiéndolo para que por un estúpido rumor todo saliera a la luz.

—¿Dónde está tu celular? Todo mundo cree que estás muerta porque ya pasaron 5 horas y no sales a desmentir esto.

Las dos mujeres estaban en el estudio tratando de solucionar esto.

—Traté de hacerlo en cuanto lo vi, pero un idiota empujó mi celular a la calle y ahora sus restos están en el Upper West Side siendo aplastados por los autos.

—¿Mataste a un hombre? —Lucía preguntó sin saber si era broma o no.

—¡Me refiero a los restos de mi celular! —Harry soltó una risita.

—¿Tu celular está literalmente en la calle? —Su agente respondió entendiendo lo que sucedía.

—O lo que queda de él.

—Te voy a matar —Lucía se acercó hasta ella para tomarla por sus hombros y sacudirla un poco —¿Sabes qué? No te mataré, te haré algo peor.

La castaña se alejó y a Victoria no le gustó ese gesto.

—¿Hacer que me disculpe en público por algo que no hice? —Victoria preguntó burlona.

—Peor.

—¿Qué es peor que eso?

—Los Sainz, tu madre y Wes vienen a Nueva York para ver si estás viva, dejaré que ellos se encarguen de ti —Fue ahora Lucía quien sonrió burlona.

Ella había ganado.

—¡No! —Victoria se puso pálida, ¿Su madre y los Sainz en un mismo lugar? Prefería estar muerta —No lo harías.

—Cariño, pero si no tengo que hacer nada. Tu madre literalmente acaba de tomar el avión privado de Wes y los Sainz esperan mi llamada en —La castaña revisó su reloj —3 minutos, pero por lo que me dijeron, ya están comprando los boletos para venir a buscarte porque les dije que no te localizaba. Desde aquí puedo escuchar los carteles de "SE BUSCA" que pegaran por toda la ciudad.

—¿Es una jodida broma? ¿Qué tiene que hacer esta cristiana para que la dejen en paz? —Victoria gritó haciendo que Harry soltara otra risita, con esas dos mujeres siempre se podía pasar un buen rato —No te rías.

La rubia señaló a Harry y él obedeció.

—Te ofrecí mi celular para publicar algo y te negaste. Ahora tu madre, tu ex y tus ex suegros vienen hacia acá —El productor no se quedaría callado, no era de los que lo hacían.

Harry tenía esa sonrisa burlona en su cara y Victoria quiso ahorcarlo.

—¿Qué tengo que hacer para que Carlos no venga? —Victoria lo ignoró y volvió a hablar con Lucía.

—Hablar con ellos —Lucía le pasó su celular y la cantante pudo ver todas las llamadas perdidas de Carlos y de Caco, eran un montón —Por videollamada, quieren verte y Carlos quiere confirmar que no estás en una cama de hospital después de un lavado gástrico.

Victoria asintió, porque sabía la razón por la cual Carlos exigía eso, Victoria le había contado todo, desde cómo la habían encontrado, todos los tratamientos para estabilizarla, hasta todas las molestias que Lucía había tenido que tomar para que nadie se enterara de la sobredosis.

Carlos sabía que ellas mentirían para mantener la imagen de la cantante, pero no porque se preocupara por ella significaba que quería verlo.

—No quiero —Era una súplica por parte de la cantante —No puedo verlo, la última vez quedé como una tonta.

Lucía se apiadó de ella, aunque no entendía a qué se refería, pero la cara de sufrimiento de Vic al mencionar a Carlos había sido suficiente. Estiró su mano para tomar su celular de nuevo.

En ese momento le envió un mensaje a Caco:

Ya la encontré, hará videollamada, pero haz que Carlos no aparezca en la pantalla.

Caco tomó su celular en cuanto el mensaje llegó y todos se pusieron alerta.

—Ella está bien. Lucía ya la encontró y hará videollamada —Caco les informó y todos los Sainz sintieron como volvían a respirar.

Comenzaron a hablar entre ellos felices por la noticia, pero Caco se acercó a Carlos y le enseñó el mensaje en silencio.

Carlos sintió cómo su estómago se hundía, ese comentario era petición de Victoria, lo sabía. ¿Y cómo juzgarla? Cuando él había arruinado todo.

—¿Entendido? —Caco le preguntó a su primo y él asintió decaído.

—Sí.

Caco le respondió a Lucía que Carlos no saldría en la pantalla y entonces, una solicitud para hacer facetime apareció en su celular. Caco la aceptó de inmediato y acomodó el celular de forma que todos pudieran ver y que todos pudieran verse, todos menos Carlos.

—Hola, no estoy muerta —Victoria soltó con una risita nerviosa.

Lucía se golpeó la frente desde atrás del teléfono. ¿Eso era lo mejor que se le había ocurrido?

Todos los Sainz comenzaron a hablar al mismo tiempo y ella solamente pudo abrir sus ojos por la impresión de escucharlos tan alterados.

La cantante trataba de responder todo lo que le soltaban y Carlos solamente podía verla desde lejos.

Él no se veía en la pantalla, así que Victoria no podía ver que era un jodido desastre sin playera ni zapatos, con el cabello hecho girones por el estrés y apenas recuperando el color.

En cambio, Victoria se veía hermosa, estaba usando un suéter café y maquillaje ligero y su cabello rubio estaba en una coleta alta. Se veía tranquila y sonreía ante todas las palabras que su familia le daba. Le preguntaban ¿qué había pasado? ¿por qué no contestaba?

Victoria contó la historia de su celular por tercera vez y todos rieron.

Carlos solo pudo pensar que era algo que solamente a ella le pasaría. ¡Esa jodida ciudad era un asco! No entendía como podía vivir ahí habiendo tantas ciudades mejores.

—En verdad, siempre que hay un rumor, yo nunca tengo mi celular. Para este punto debo de tener repuestos —Victoria soltó nerviosa —En verdad muchas gracias por preocuparse por mí, pero no tienen que venir.

La cantante quería dejar eso claro, no quería tenerlos en Nueva York, no quería verlos.

—¿Segura?

—Estoy completamente segura, estoy bien y yo jamás haría algo por el estilo —La rubia mintió y Carlos rodó los ojos al escucharla. En el fondo no importaba, prefería escucharla mentir a no escucharla en absoluto —Además, estoy segura que ustedes estarán ocupados.

Victoria sabía que mañana sería la gala de Carlos para recibir su premio de campeón del 2022, solamente que no lo admitiría.

—Deben de estar haciendo maletas y no preocupándose por este desastre de persona —Victoria soltó y todos rieron nuevamente.

Caco solo volteó a ver a su primo, quien estaba hasta atrás con una sonrisa triste en su rostro. Victoria sabía de la gala, Carlos lo supo en cuanto mencionó las maletas.

Victoria aún pensaba en él, ¿y cómo decirle que él pensaba todo el tiempo en ella cuando Victoria no quería ni verlo por una pantalla?

—No digas eso, hija. Nos preocupamos mucho por ti —El señor Sainz le aseguró y ella sonrió triste.

Esa era la razón por la cual no quería verlos, todavía dolía.

—Yo sé y de verdad siento haberlos asustado.

—No te preocupes, estamos tranquilos de que solo haya sido un susto y nada más —Reyes la reconfortó y ella sonrió apenada.

Ahora no sabía de qué hablar.

—Ahorita estoy en el estudio, miren —Victoria agarró el celular cambiando de tema y volteó la cámara para enseñárselos —Ahí está Lucía, que me quiere matar por desaparecer y Harry, Harry es mi productor, saluda, vaquero.

El hombre saludó al escuchar su apodo y la orden en inglés, él estaba afinando una guitarra mientras la llamada sucedía, pues no entendía lo que decían porque el español era un idioma que él no dominaba.

—Hola —Harry soltó en español con un acento muy raro.

Los Sainz saludaron amablemente y ella regresó la cámara a su cara.

—Es guapo, Vic —Ana soltó "bajito" haciendo que Victoria soltara una risa.

—Sí, supongo que lo es —Victoria lo volteó a ver y sonrió al verlo tan concentrado en su tarea.

Carlos solo cerró sus manos en puños. Caco, quien no dejaba de verlo, se mordió la lengua para no reírse.

—Mañana también estaré aquí —Vic no sabía qué más decir, solamente quería terminar la llamada.

Los Sainz hicieron otras preguntas sobre su trabajo y entonces, ella vio la oportunidad perfecta para liberarse.

—Prometo que en cuanto tenga mi nuevo celular les mandaré un mensaje. Y siento no haber respondido el tuyo, Caco —Vic le habló al primo de Carlos —Iba a hacerlo, pero se me fue.

Era una mentira, no quería saber nada de los Sainz, Caco incluido, era un Sainz honorario.

—Adiós, mi niña —Reyes comenzó a despedirse.

—Bye, Vic. Suerte con el álbum —Las hermanas de Carlos se despidieron.

—Hija, ya no nos des esos sustos. Ya no estamos para soportarlos —El patriarca soltó bromeando y Vic asintió.

—Lo prometo. Bueno, me tengo que ir, Bye. Suerte.

Y sin esperar mucho más, colgó soltando un suspiro y entregándole el celular a su agente.

—No me jodas, que incómodo —Vic sintió como una carga se quitaba de sus hombros —Ok, un problema menos, ¿A qué hora llega el vuelo de mi madre?

—En una hora —Lucía revisó nuevamente su celular.

—Ok, Harry. Tenemos una hora para terminar de trabajar, porque luego tengo que lidiar con la señora Ellis —Victoria soltó y Harry le entregó la guitarra que acababa de afinar.

—Dale, desde arriba —Harry salió de la cabina y regresó a su lugar.

—Lucía en verdad siento mucho esto —Vic fue hasta su agente y se disculpó.

—No es tu culpa, pero creo que esto indica que no puedes desaparecer así de nuevo. Tendrás que volver a publicar cosas —Victoria asintió.

—Ok.

—Te dejo, dejé algo pendiente —Lucía sonrió coqueta moviendo sus cejas de arriba a abajo —No te preocupes, averiguaré qué fue lo que pasó para que saliera ese rumor de la nada.

Y sin decir más, salió de ahí. 

- - - - - - 

Como ya es costumbre, les informo que esta es la primera parte de este bonito capítulo. Espero les haya gustado.

¿Qué opinamos? Carlos puso su primer límite, alguien dele un premio 

Victoria sigue siendo un desastre, pero es nuestro desastre

Nos vemos mañana con la siguiente parte

Las amo

Fer <3

Las invito a seguirme aquí y en Instagram para ver cosas cool sobre la fic

Instagram: JavaddMad 

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