Capítulo 48 [Bienvenida 1/2]

A la mañana siguiente, la cantante se había despertado temprano para hacer el desayuno, había cocinado de todo incluídos los platillos preferidos de Lucía, quería hacerla sentir mejor después del día tan pesado que habían tenido ayer.

Claro que en su mayoría habían estado tranquilas en su departamento relajándose, pero más valía poner de buenas a su agente, después de todo tenía que comentarle el cagadero que se había armado por sus fotos saliendo de la farmacia.

Victoria se había desvelado viendo todo lo que estaba en internet, cada post le volaba la cabeza, también había prometido hablar con su madre por la mañana, en un rato tendría que hacerlo, y bueno, claro que tenía que hablar con los Sainz.

Estaba por hacer una malteada para ella cuando vio a su agente salir de su cuarto, tenía el cabello desarreglado y se veía menos severa con su cara sin maquillaje, era como si hubiera perdido algunos años.

—¿Cómo amaneciste? Recuerda que el doctor dijo que te tomaras esto si sentías alguna molestia —Victoria le pasó sus pastillas con un vaso de jugo de naranja

—Gracias, ahorita me tomo una, pero ¿qué es todo esto? ¿Esperamos a alguien? —Lucía mencionó con sorpresa al ver toda la cocina repleta.

Victoria sonrió algo apenada dándose cuenta que tal vez había cocinado de más, ese día tendría que tener tres desayunos para terminar todo.

—No sabía que cocinar, así que hay variedad —Lucía sonrió ante la atención de la rubia.

Victoria estaba en silencio, porque mientras Lucía estaba recuperándose, todo el mundo creía que ella y Carlos serían padres, había apuestas entre que si sería niña o niños, trataban de averiguar cuál serían algunas opciones de los nombres, ya había rumores de que estaban comprando casa en España, en Italia y Estados Unidos.

Lucía fue directo a tomar un plato tomar algo para desayunar, creía que por como era Victoria, ella debería de hacer lo mismo, pero la rubia se había quedado viendo a la nada mientras el helado para su malteada se derretía frente a sus ojos.

—¿Qué? ¿Qué hicieron ahora ustedes dos? —Preguntó Lucía al ver la cara de la cantante.

La castaña se había servido algo ligero, lo cierto era que no tenía mucha hambre, solo comería algo por obligación.

Al escuchar la voz de su agente, Victoria regresó al mundo terrenal asustándose un poco, pensaba que podrían hablarlo después de desayunar.

—¿Cómo sabes que hicimos algo? Además, no hicimos nada —Victoria se comenzó a morder las uñas poniéndose a la defensiva.

—Los conozco, tanto a ti como a Carlos, algo pasó y no quieres decirme —Victoria no dijo nada porque no sabía cómo comenzar sin que la castaña se volviera completamente loca —Es más, mejor dame mi celular

Lucía se puso de pie y fue hasta el mueble donde Victoria lo había dejado.

—Será mejor que me digas que pasó antes de que lo prenda y me enoje verdaderamente con ustedes —La amenaza de Lucía sonaba a la de una madre, era bueno saber que la antigua Lucía había regresado.

La rubia respiró profundamente desviando su mirada, bueno si no había otra forma, lo mejor era soltarlo.

—Me tomaron fotos saliendo de la farmacia con tus pruebas de embarazo, una revista publicó que Carlos y yo seríamos padres y que esa era la razón por la cual no lo acompañaría el resto de la temporada —Por fin Victoria le dijo todo en forma de resumen —Aseguran que las pruebas dieron positivas así que lo más probable haya sido que se metieran a la basura del edificio.

Si Lucía apenas estaba recuperando su color, podía olvidarse de él, porque con la noticia, se había puesto más pálida de lo que ya estaba.

—Dime que es una broma —La rubia negó mientras Lucía se sobaba las sienes de su cabeza con sus manos y cerraba los ojos.

No podía desaparecer un día porque todo se iba a la mierda. Su celular ya estaba prendiendo.

Victoria fue por su laptop y su celular, llamó a Caco desde el suyo porque el de Lucía se había descargado aunque estaba apagado.

Era temprano en México, así que todavía estarían en el hotel, esperaba.

—¿Victoria? —Ese fue el saludo del agente de Carlos por altavoz, en su voz se notaba la energía, estaba claro que esperaba una llamada de alguna de las dos.

—Caco, soy Lucía, siento haberme desaparecido, pero tuve una emergencia familiar —La castaña no daría especificaciones de su desaparición y más vale que con lo que acaba de decir fuera suficiente para el español.

—Lucía, Dios, que bien me hace escuchar tu voz, Carlos me dijo que habló con Victoria y que ella no era la mujer embarazada, que al parecer una amiga de ella lo estaba.

Las dos mujeres compartieron una mirada que decía todo lo que pensaban.

—Así es, no te preocupes, ahorita publicaremos una historia en Instagram y una declaración en twitter para negar que el embarazo sea de ella —Lucía dijo mientras revisaba todo lo que se había dicho de su cliente.

Al igual que Victoria, entre más leía más ganas le daban de tirarse del techo. ¡Había demasiado! Desde memes, hasta especulaciones, los rumores de la boda secreta habían regresado argumentando que Carlos jamás tendría un hijo fuera del matrimonio y por eso se habían casado, había artículos diciendo que tipo de casa comprarían y donde vivirían.

Los medios ya habían aprendido a que el simple hecho de utilizar el nombre de Victoria les traería atención y no les importaba mentir para conseguirla.

—Perfecto, sí, Carlos no necesita ese tipo de prensa y no quiero que tenga más distracciones a este punto de la temporada —Caco habló serio y se despidió —Bueno las dejo porque ya comenzaremos con nuestro día, tenemos cosas que hacer y hoy es día de Qualy.

—Gracias, cualquier cosa te hablo —Lucía colgó y ese fue todo el asunto. 

—¿Ahora qué? —Victoria preguntó viendo como su agente tenía todavía su vista perdida en la computadora.

—Tenemos que sacar ese comunicado lo antes posible, pásame algo para escribir en lo que pienso que decir.

Victoria corrió por una libreta y una pluma y se lo pasó sin decir nada.

—¿Acaso la gente es estúpida? ¿Por qué comprarías pruebas de embarazo y cigarros al mismo tiempo si estuviera embarazada? Y para colmo, comenzaste a fumar en la calle —La castaña le lanzó una mirada de reproche mientras veía las fotos.

—¡Estaba claro que no pensé que la gente pensaría que eran mías! Y mucho menos que me estarían tomando fotos, antes no era así.

Era cierto, antes su fama no era tanta, estaba claro que los paparazzis la seguían, pero ¿así? ¿Esperarla afuera de las tiendas y meterse a su basura? Estaba llegando a un extremo que a ninguna de las dos les gustaba.

—Creo que debemos considerar la opción de contratar seguridad —Lucía soltó y Victoria abrió los ojos por la idea.

—¿Podríamos esperar un poco? No quiero que mi dinero se vaya en ese tipo de gastos y sin disco en puerta tengo que ver otro tipo de ingreso —La rubia se estaba sirviendo un poco de comida fingiendo que no odiaba la sugerencia.

Ahora que no iba a trabajar no sabía cuánto tiempo las regalías de su trabajo podrían mantenerla.

—Victoria, tienes el dinero suficiente para contratar a un guardia de seguridad, tenlo por seguro —Lucía sabía bien los números de su cliente, pero Victoria estaba pensando a futuro.

Si su carrera terminaba ¿cuánto tiempo podría vivir así? Es lo que la gente no habla, no todos los famosos ganan grandes cantidades o viven una vida llena de lujos.

En su mayoría, los actores o cantantes que no siguen en la industria tienen que buscar otra forma de ingreso, por ejemplo, abriendo negocios o marcas de ropa. Era por eso que muchos siguen lucrando con la nostalgia.

¿Fuiste una estrella infantil y ahora nadie te contrata? Arma un podcast donde revivas ese papel, haz tiktoks y vive en el pasado, al menos tendrás unos centavos con los fans de tu personaje.

Vivir en la nostalgia era lo último que ella quería hacer, prefería matarse antes de ser una de esas estrellas, pero eso no se lo comentaría a nadie.

—Está bien, de todos modos piénsalo —Lucía asintió viendo que la respuesta de Victoria venía de un pensamiento consciente y no de un capricho —Ya tengo lo que vamos a decir, pásame tu celular.

—Correcto, pero regrésalo que tengo que hablar con Addison y los Sainz —Lucía frunció el ceño.

—¿Se lo creyeron? —Victoria asintió —¿Los Sainz también? Creí que sabían.

—¿Qué quieres que te diga? Al parecer ya quieren ser abuelos —Victoria alzó sus hombros indiferente —No lo sé, pero se me hace correcto disculparme.

Lucía nuevamente frunció el ceño.

—¿Disculparte por algo que no es tu culpa? No suena a ti.

La rubia sonrió divertida —No, no suena para nada a mí.

Lucía entendió que Victoria no estaba lista para hablar de eso, así que solamente publicó el mensaje en las redes de Victoria y le entregó el celular.

*** 

***

Una vez que estuvo publicado, ninguna de las dos quiso ver las respuestas, solo esperaban que los rumores bajaran

—Desayuna en lo que yo hago esa llamada, no quiero postergarlo más —Victoria fue hasta donde estaba Lucía y le acarició el cabello como si de un pequeño se tratara.

Lucía sintió como si Victoria hubiera envejecido unos años y por alguna razón sintió como si ya no fuera a necesitarla, la castaña había pasado años con Victoria siempre cuidándola y cubriendo sus cagaderos, ahora que ella se estaba haciendo responsable de sus problemas sintió dos sentimientos completamente contradictorios.

Estaba orgullosa y miedosa de lo que el futuro les traería.

—Eso haré y muchas gracias por el desayuno, suerte en tu llamada.

—Gracias.

Luego, salió de ahí y se fue directo a su cuarto, quería un poco de privacidad. Al entrar vio que Lucía había tendido la cama, se recostó en ella con la vista al techo, Bodoque llegó y se acostó a su lado.

Marcó y hubo unos 5 timbres antes de que alguien respondiera, los había contado.

—¿Aló? —Era Reyes.

—Hola, Reyes, soy Victoria —Dijo la cantante fingiendo alegría y presentándose como si no supiera por qué la estaba llamando —Quería hablar, si puedes, claro.

Hubo unos segundos en silencio y luego volvió a escuchar su voz.

—Lo sé, cariño —El tono de Reyes había cambiado, se escuchaba decepcionado y hasta un poco sombrío —Espera, déjame hablarle a Carlos.

La rubia esperó a que llegara el señor Sainz a la llamada, agradeció esos segundos porque así podría volver a ordenar sus pensamientos ¿qué diría? ¿Siento ser tan famosa que no puedo salir a la calle sin que la gente malinterprete todo? Esta era la segunda vez que sucedía, primero en Los Ángeles.

—Victoria ¿qué tal todo, hija? —Ella suspiró pesadamente y puso el celular el altavoz para luego ponerlo sobre su pecho.

Vic se había acostado viendo boca arriba, al parecer su techo era la cosa más interesante en esos momentos.

—Me parece que Carlos ya les dio la noticia ¿no?

De nuevo, se hizo un silencio y por alguna razón, la cantante sintió como si en su cuarto hubiera una tormenta de nieve.

—Sí, nos avisó ayer, pero nos pidió que no hiciéramos muchas preguntas... —Reyes respondió y Victoria no pudo evitar sonreír por el hecho de que Carlos supiera que ella no iba a querer hablarlo.

—Vale, que bueno que ya se los mencionó, aún así me parecía lo más apropiado hablarlo con ustedes, después de todo, estaban dispuestos a recibirme en su casa con los brazos abiertos —La cantante soltó recordando las palabras del madrileño.

—Sabes muy bien qué es lo correcto, independientemente de la relación que tú y Carlos tengan —El señor Sainz mencionó y ella quiso reír.

¿Lo correcto? Dios, esa familia a veces sí que la exasperaba con sus valores sobre el deber y el honor.

—Y lo agradezco enormemente, pero, como Carlos les había mencionado, las pruebas no eran mías, eran para una amiga y se me hizo fácil ir por ellas, nunca pensé que todo explotaría de esa forma —Ella rió y los padres del piloto hicieron lo mismo, sin embargo, la risa de Victoria era de nervios.

—Entendemos, que terrible malentendido fue ese.

—¿Saben? Es horrible, no poder salir porque cualquier acción que hagas termina en el internet.

Victoria se estaba confesando, sacando sus miedo y sus frustraciones.

—De verdad, no tienes que explicarte hija —El sr Sainz volvió a hablar tratando de tranquilizarla.

—Es solo que por lo que Carlos comentó ustedes ya estaban buscando ropa y ginecólogos y yo no pude ni siquiera responder el celular.

—Lo de la ropa fue mi mujer —El padre de Carlos y Victoria pudo escuchar como Reyes soltaba una risa apenada y le daba un golpe.

—¿Se te olvida que eran tú quien ya les estaba buscando casa y un asiento para el auto? —Reyes lo acusó, porque si ella se hundía se llevaría a su esposo.

Victoria tomó una almohada y se la puso en la cara, ¿cómo era posible que con una simple salida a la calle ocasionara tanto?

—Nuevamente me disculpo —A pesar de que la cantante se había estado disculpando todo este tiempo, no la hacía sentir mejor

—No te preocupes, pero ¿por qué no respondías? —Reyes no quería sobrepasar los límites de la cantante y sin embargo no desistió al preguntarle —Claro, si se puede saber.

—Tengo este mal hábito de no cargar mi celular y para colmo, Bodoque lo escondió, les juro que fue un malentendido tras otro —Victoria volteó a ver a su gato que estaba recostado a un lado de ella y sonrió, ese bribón había ocasionado una serie de muchos malos entendidos y parecía no perder el sueño por eso.

Los dos señores Sainz se voltearon a ver desde donde estaban, todo este caos por un gato y una cantante que no podía cargar su celular.

—Supongo que nunca me termino de acostumbrar a esta vida.

—Entendemos eso, nos apena muchísimo el haber comenzado a suponer cosas cuando nada se había confirmado —Reyes dijo, desde su casa estaba recargada en el brazo de su esposo algo decaída, se había hecho a la idea de que sería abuela.

Pudo ver al pequeño caminar por todos lados, riendo y podía ver a su hijo y Victoria siendo excelentes padres, claro que la pregunta estaba en el aire, ¿Victoria hubiera renunciado a su carrera por la familia que comenzaría a formar con Carlos?

La respuesta era No, y Reyes lo sabía.

—No para nada, no me molestó, es más fue un gesto muy hermoso, pero bueno, solo les llamaba para eso, agradecerles su atención y aclararles todo —Victoria quería terminar esta llamada cuanto antes, antes de que se pusiera a llorar por todas las palabras que estaba recibiendo por parte de los padres de Carlos.

Fue en ese momento que lo supo, tenía que terminar con el contrato a la de ya.

—Gracias por tener esa atención con nosotros —El señor Sainz dijo, pues su esposa no podía hablar, se le había formado un nudo en la garganta —No tenías que explicarnos nada.

—Vale, en ese caso, me despido, tengo que arreglar esto y otra cosa ¿Irán a la última carrera?

—Sí, toda la familia irá, yo creo que nos veremos ahí ¿no? —Victoria deseó no haber preguntado.

—Si creo que sí, todavía tengo que confirmar algunas cosas —Sí, confirmar que se terminara el contrato.

—Perfecto, ya tendremos de hablar con más calma, hasta luego hija, cuídate —Los dos se despidieron de ella y Victoria colgó.

La cantante se puso de pie, tomó a Bodoque en sus brazos y salió para reencontrarse con su agente, quien ya había terminado su desayuno y ahora estaba alzando toda la cocina.

—¿Todo bien con los padres de Carlos?

—Sí, creo que sí. —Victoria sonrió y fue a seguir picando de la comida que tenía por ahí en su plato, ahora que había hablado con los padres de Carlos se "sentía" mejor, era mentira.

Victoria miró a Lucía recordando lo que habían pensado hace un rato.

—Hipotéticamente hablando, ¿qué pasaría si quiero terminar con el contrato? —La cantante fingió que su pregunta era tan casual como hablar del clima mientras sentía la mirada de Lucía perforando su cabeza.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Nada.

—¿Nada? Acabas de hablar con los padres de Carlos y sales diciendo que todo está bien y sin embargo comienzas a hablar de cosas "hipotéticas" ¿Qué te dijeron para que te hagan querer cancelarlo? —Lucía había hablado completamente molesta.

—¿Por qué tengo que decirte? Tú trabajas para mí, además, tú no me dijiste que estabas hablando con Rogelio —La castaña se hizo para atrás, hace mucho que no peleaba con Victoria, pero parecía que iban a hacerlo.

—¡Por obvias razones! Ve como te pones al escuchar su nombre.

—¡Esto no es por Rogelio! Es porque me lo ocultaste —Victoria había dejado su desayuno de lado, el apetito se había ido —¿Acaso no crees que pueda soportarlo?

—No es eso, sé que puedes... lo que me preocupa es que corras a sus brazos cuando —Lucía tuvo que quedarse callada a mitad de la oración.

—¿Cuándo qué? Escúpelo Lucía, no te calles.

—Cuando no puedes estar con quien en verdad quieres —Ambas sabían que se refería a Carlos.

Victoria se quedó callada, ella nunca había aceptado frente a la castaña que estaba enamorada del piloto, pero por lo visto, no tenía que hacerlo, Lucía ya sabía todo.

—Bueno, te gustará saber que hablé con él —La sorpresa en la cara de Lucía era indescriptible —¿Cómo crees que me enteré que te mantenías en contacto? Hablamos y no pasó nada, porque mis sentimientos por Carlos no me harán correr a sus brazos.

—Pero sí que te hacen querer cancelar el contrato —Lucía puso sus manos en su cintura mirándola acusadoramente.

—¡No es por él!

—¿Entonces?

—Porque tuve que hablar con los padres de Carlos, quienes estaban dispuestos a cuidarme durante el "embarazo" porque estaban ansiosos y emocionados por el "bebé", porque al parecer estaban buscando casa para nosotros y ginecólogo para mí. Porque iban a comprar ropa y carriolas y asientos para bebés.

Victoria estaba gritando y sintiendo como todos los planes de los Sainz la estaban llenando de ansiedad.

—Esto se está saliendo de control, además no veo porqué seguir, él logró lo que quería y yo bueno, en unos días tenemos la junta con la disquera y si nos va bien, podré escapar de RCA Records —La rubia dijo con tono serio pero se podía notar que había tristeza en esas palabras, casi como si estuviera triste de no estar embarazada —No necesito a Carlos Sainz y ciertamente él tampoco me necesita.

La última oración la soltó con la respiración agitada mientras desviaba la mirada para recomponerse.

Lucía podía ver que Victoria tenía razón, no eran sus sentimientos por Carlos los que la querían hacer salir corriendo, eran los de los padres de Carlos.

Victoria nunca había tenido figuras paternas que se preocuparan por ella en ese sentido, hasta apenas Addison estaba actuando como debió de hacerlo todos esos años, y ahora, las atenciones de los Sainz con la cantante la estaban asustando, Victoria no sabía qué hacer.

La rubia era como un gato callejero que había sido corrido de todos lados, que recibía gritos y maltratos, a quien le lanzaban agua y zapatos para que se fuera, y ahora que alguien le estaba demostrando amor, no sabía qué hacer con él.

—¡Querían que me mudara con ellos aunque el hijo no fuera de Carlos! ¿Qué clase de psicópatas hace eso? ¡Soy una completa extraña!

Su agente la miraba como un cachorro herido, odiaba cuando la miraba de esa forma.

—Así que, ¿vas a hacerlo o no? —Victoria exigió mirando el celular de Lucía, que ya había cargado.

La agente lo tomó, pero todavía no marcó.

—Ya no quiero jugar a la casita con Carlos —Victoria soltó ese comentario como su último truco bajo la manga.

La rubia salió de la cocina y fue a su sillón a recostarse, odiaba haber escuchado a Carlos tan dispuesto de criar a su hijo inexistente, a pesar de que todo lo que había entre ellos era falso, pero Carlos se haría cargo, se escuchaba decidido y eso la hizo derretirse, como si no pudiera estar más enamorada de él.

Y no solo eso, si no también escuchar como la familia de Carlos le habían dicho que se mudara con ellos, que ellos la cuidarían, era la vida que Victoria siempre había querido para ella, pero simplemente era un espejismo, porque después de que el contrato se terminara, ella no solo perdería a Carlos, si no también a los Sainz y volvería a su vida solitaria.

Por eso había pedido que el contrato se cancelará, así dolería menos que tener que esperar hasta noviembre y hacerlo en persona.

Así no tendría que enfrentarlo, simplemente ya no regresaría a Madrid y punto. ¿Estaba siendo cobarde? Sí, pero para este punto ya no le importaba, solo quería alejarse de todos.

Sin voltear a verla, pudo escuchar a Lucía moverse por la cocina y yendo hasta donde ella estaba, sin decir nada se sentó frente a la cantante con su celular en manos y comenzó a buscar el contacto de Caco.

—¿Caco?

—¿Qué pasó, Lucy? —El altavoz no estaba puesto, pero Victoria no necesitaba escuchar la respuesta del agente de Carlos, solo quería que Lucía pidiera la cancelación del contrato.

—Necesito que te hagas un tiempo en la noche y me hables, tenemos que hablar de unas cosas, por favor.

—¿Todo bien? —El tono del madrileño cambió, se había asustado.

—Sí, solo quiero hablar algo pero sin que estés a las prisas, por favor en cuanto llegues al hotel en la noche me hablas —Lucía rectificó y colgó.

Victoria estaba viendo a su agente sin romper contacto visual.

—¿Estás segura que quieres terminar el contrato? —Lucía preguntó viendo a su cliente seria por una última vez, viendo si mentía o no —Sí solo fue un impulso todavía podemos...

—Sí quiero terminarlo, si ellos acceden, por favor —Lucía asintió.

—¿Y si ellos no quieren hacerlo? —Lucía de nuevo preguntaba tratando de captar la reacción de Victoria.

—Sabes que cumpliré con el trabajo, yo siempre lo hago —La agente no pudo decir otra cosa porque Victoria tenía razón.

Después de que Lucía le agradeciera por todo y se retiraran, Victoria se fue a su habitación a tomar una siesta en su cama, no sabía cuánto la había extrañado, pero una vez que despertó revisó el reloj, eran las 2 de la tarde, era temprano y ella no tenía nada que hacer.

Normalmente se pondría a ver una película o leer algún libro, pero tenía ganas de hacer algo, se sentía inquieta.

Sin pensarlo mucho se puso algo más abrigador, algo tan simple como unos jeans y una playera negra con un abrigo café; salió de su departamento, tomó el camino que ya conocía y fue viendo todo lo que había cambiado en su vecindario, habían puesto una tintorería y dos cafeterías nuevas.

Siguió caminando sin saber bien a donde se dirigía hasta que encontró un edificio que la hizo detenerse de golpe.

Era un gimnasio, estuvo un buen rato afuera, animándose para entrar y una vez que ya no pudo resistirlo más, entró.

Se sentía como descubrir un espacio desconocido, ella no hacía ejercicio, pero por alguna razón se sentía curiosa de ver las instalaciones, al llegar la recibió una recepcionista de varias.

—Buenos días, bienvenida Asphalt Green ¿En qué podemos ayudarle?

—Vine por informes —Victoria sonrió apenada y tímida.

La recepcionista comenzó a darle un tour completo, hizo énfasis en que eran un lugar exclusivo que no cualquiera podía entrar, Victoria solamente se rió en su mente.

Ubicaba una que otra máquina gracias al señor Sainz, pero ninguna parecía llamar su atención lo suficiente como para adquirir una membresía.

Tampoco las clases y eso que había yoga, pilates, spinning entre muchas otras actividades más.

—Y por acá tenemos la alberca —Eso sí que captó la atención de la cantante.

La alberca era semiolímpica, por lo que escuchó estaba climatizada y estaba bajo un techo, lo cual era perfecto para ella.

—Excelente, en ese caso creo que quiero ser miembro.

La recepcionista y Victoria regresaron al escritorio y comenzaron a realizar los trámites, la mujer al ver su nombre en su tarjeta de crédito se puso totalmente rojo recordando las palabras que acababa de usar con su nueva cliente, ¡Era obvio que ella podía pagar ese tipo de lugares!

Victoria, por otro lado, solo pagó un mes, después de todo no sabía si realmente vendría a ese lugar.

Después de eso salió a comprar todo lo que necesitaba para mañana regresar y hacer uso de la alberca.

Al llegar a su casa, ya había anochecido, Bodoque esperaba por ella y los dos se pusieron a comer, fue entonces que Victoria habló con su madre.

—¡No puedo creer que me hicieras eso! —Era lo primero que Addison le decía al teléfono.

—No fue como que yo lo planeara ¿sabes? Además, no era yo.

—Si las pruebas no eran para ti, ¿para quién? —Addison estaba sentada en su casa de Beverly Hills viendo como su marido trataba de hacer la cena, si apartaba su vista de él, estaba segura de que quemaría la cocina.

—Para una amiga —Victoria se metió un bocado de las sobras del desayuno.

—Tú no tienes amigas —Su madre soltó de golpe y Victoria casi se ahoga con su comida.

—¡Oye! —Por alguna razón no le ofendió el comentario, es más, le dio risa —Sí tengo amigas, muchas.

Sabía que su madre tenía razón, ella no tenía amigas.

Y entonces Addison lo supo, Victoria tenía razón, las pruebas sí eran para una amiga, para su única amiga.

—¿Cómo está Lucía? —Vale, su madre era más inteligente de lo que ella pensaba.

—Está bien, no va a tenerlo —Addison entendió de inmediato a lo que se refería su hija y prefirió dejar de hacerle preguntas respecto al tema.

Por eso Lucía no respondía el celular, era la única razón para que la castaña se desapareciera y hubiera tardado tanto en negar el rumor, estaba solucionando su propia vida.

Victoria terminó de hablar con su madre y ambas continuaron sus rutinas, la cantante se puso a escribir algo y luego a jugar con su gato, fue así hasta que decidió irse a dormir, mañana por la mañana iría al gimnasio a intentar no morirse de aburrimiento.

No había pensado lo solitaria que era su vida sin Carlos.

***

Por otro lado, Lucía había regresado a su apartamento y después de ordenarlo un poco se dedicó a hacer sus trabajos, ver que eventos o campañas podrían interesarle a Victoria.

Además se venía la junta con Columbia, era importante para ella tener todo listo, estaba armando su investigación sobre la empresa cuando le llegó un mensaje.

"Ya estamos en el hotel"

Era de Caco.

Caco, Rupert y Carlos habían llegado al hotel después del día de prensa, estaban derrotados porque habían tenido una junta todos los pilotos después de las actividades.

Carlos se había ido directo a su habitación, Caco había entrado con él, iban a cenar en el comedor del hotel en cuanto Rupert regresara, pues había ido a su propia habitación a realizar una llamada familiar.

A Carlos lo estaba esperando un trabajador de la FIA para realizarle un antidoping sorpresa y mientras el piloto cumplía, Caco hacía su trabajo, no se le olvidaba que Lucía le había pedido unos minutos.

Caco salió al balcón y marcó el número de su colega.

—¿Lucía?

—Hola, Caco, ¿ya terminaron? —Lucía estaba guardando todo lo referente a su trabajo, iba a tomar un descanso antes de dormir.

—Sí, fue un día pesado —Caco se rascó la nuca, porque sabía que la agente de Victoria no lo llamaba por una plática casual —Pero dime ¿qué pasó?

Lucía respiró profundamente, ella no estaba segura de que terminar el contrato antes de tiempo fuera lo correcto, pero Victoria tenía razón, al final del día, trabajaba para ella

—Victoria quiere terminar con el contrato. —Lo soltó y sabía que había tomado desprevenido a Caco porque se quedó en silencio por un rato.

Por otro lado, Caco volteó a ver a su primo, estaba todavía haciéndose el antidoping, sin saber de lo que Caco estaba hablando, el español solo podría pensar ¿cómo se tomaría su primo esta noticia?

—¿Puede hacer eso? —Caco no creía que fuera tan sencillo librarse de un contrato, mucho menos uno hecho por Lucía.

—Solo si ustedes están de acuerdo, es por eso que te llamo, quiero que lo hables con Carlos, y le plantees la idea.

—¿Puedo saber por qué? —Tanto el agente de Carlos como la de Victoria no podían hacer mucho, solo cumplir con su trabajo y su trabajo era cumplir con los deseos de sus clientes.

—No me comentó mucho, pero quiere concentrarse en el tercer disco, el nuevo contrato con la disquera, dice que Carlos ya logró sus metas y que sería mejor para ella terminarlo —Lucía sabía muy bien que estaba mintiendo y lo hacía ver más profesional que lo que en verdad era, pero lo cierto era que todo esto era meramente por sentimientos no correspondidos hacia Victoria, sentimientos que la estaban carcomiendo por dentro, por mucho que ella no quisiera admitirlo.

Caco de nuevo se quedó en silencio, volteó y vio como Rupert llegaba mientras Carlos terminaba de hacerse el antidoping.

—Hablaré con él, ¿te parece si te doy una respuesta mañana?

—Me parece perfecto —Lucía iba a colgar pero Caco habló.

—¿Qué pasará si Carlos no quiere terminar con el contrato hasta después de que termine la temporada? Ya solo quedan tres carreras y ellos solo se verán en una. —Lucía rodó los ojos, ¿por qué Carlos no querría terminarlo? Estaba claro que el piloto odiaba el estilo de vida de la cantante.

—Pues nada, Victoria cumpliría con su parte, pero como te comento, para ella sería mejor terminarlo —Lucía vió a la nada.

—Vale, mañana tendrán nuestra respuesta.

—Perfecto, suerte, y me avisas cualquier cosa —Después de eso, Caco no dijo nada más y colgó.

Entró a la habitación y se encontró a Rupert y Carlos viendo algo desde uno de sus celulares.

—¿Ya viste? Victoria sacó un comunicado negando los rumores de embarazo y como siempre, el mundo enloqueció —Carlos decía mostrándole la pantalla, él no había visto que la historia estaba desde la mañana.

—Sí, lo vi hace rato solo se me pasó comentarte —Ya todo volvió a la normalidad y Caco se había sentido solo un poco menos estresado, solo un poco, porque ahora tendría que soltarle la noticia a su primo.

Carlos sonrió —¿Con quién hablabas?

—Con Lucía.

—¿Todo bien? —Caco asintió sonriendo sin decir nada y se fueron a cenar, ya tendría tiempo para plantearle la nueva propuesta, además Carlos nunca quiso este arreglo desde un inició.

Durante la cena, Caco no decía mucho, se excusaba con que tenía sueño y estaba cansado, Carlos sabía que no era cierto, pero a lo mejor había algo que no podía decirle en ese momento ya después le preguntaría.

Caco veía a su primo y se preguntaba, ¿cancelaría el contrato? Por una parte la opción de Victoria por querer hacerlo se le hacía muy buena opción. Ya no se necesitaban, Carlos había logrado una extensión a su contrato y como un plus había recuperado su buena relación con su familia y con Isa.

La mujer por la cual su primo se la había pasado mal una larga temporada.

Victoria tenía razón, Carlos había conseguido todo lo que él quería, a diferencia de la cantante, que se había quedado sin disquera y sin Carlos...

Pero por más que Caco dijera que Carlos estaba a la perfección, sabía que la cantante había cambiado algo dentro de su primo, Carlos se había tomado la noticia del bebé de formas que jamás pensó ver. De verdad le había afectado muchísimo, como nunca lo había visto.

Era algo qué tal vez él no se había dado cuenta porque ambos habían crecido de alguna manera. Así que no se metería en la decisión y haría lo que él dijera. Tal como Lucía había hecho lo que Victoria quería.

Aunque si era sincero, esperaba que eligiera la mejor opción, que era alejarse. Porque sabía los sentimientos de Victoria y sabía que pocas personas pueden ver a la persona a la que aman con otra. Y la rubia había aguantado como campeona, no decía nada y hacía su trabajo, si ella quería terminar el contrato en parte de lo merecía, se merecía un descanso.

De todos modos aquí la última palabra era la de Carlos.

—¿Ya me vas a decir quien te habló hace rato y por qué estás tan callado? —La voz de su primo lo trajo de vuelta.

Ya habían terminado de cenar, Rupert se había retirado a su habitación desde hace un rato y ahora estaban ellos dos solos en el ascensor.

—Lucía.

—Vale, ¿pero qué te dijo para que te pusieras así? —Caco sonrió su primo en verdad lo conocía, y ¿cómo no hacerlo? Pasaban mucho tiempo juntos.

—Victoria quiere terminar el contrato —Eso agarró de sorpresa a Carlos, creía que todo estaba bien entre ellos, Victoria no le había comentado nada o había dado indicios de que quisiera hacerlo, por Dios, había hablado con ella ayer y hasta se rieron.

—¿Por qué? —Carlos preguntó completamente serio sin poder ver a los ojos a su primo.

Ella lo prometió.

—Lucía dice que Vic se quiere concentrar en su tercer disco y en conseguir el nuevo contrato con la disquera —Caco pasó el mensaje, pero en el fondo, él sabía que no era toda la verdad.

—Sí, pero ya casi está por terminar. ¿Qué caso tiene acabarlo ahora?

Ella prometió que iría.

—Pues eso, que ya no hay nada más por hacer. Vic dice que ya tienes lo que querías y que ella está en eso, que ¿qué caso tiene seguir con él?

Carlos asintió serio con su vista perdida a la nada.

Ella prometió que iría a mi última carrera.

—¿Y qué pasa si no quiero que se cancele? —Carlos dijo lo primero que se le vino a la mente, porque era cierto, un trato era un trato y una promesa era sagrada.

—Pues nada —Caco se alzó de hombros indiferente.

—¿Nada? ¿El contrato sigue hasta cuando?

—Hasta que termine tu temporada, como estaba establecido —Caco sacó su celular para revisar la hora.

—¿Y ella lo cumplirá sin problemas? —Carlos seguía indagando, sentía que había habido una junta a la que él no había sido invitado, y Caco sabía más de lo que decía.

El español rió burlonamente, ¿desde cuándo a su primo le importaba tanto esta jodida relación por contrato? Nunca le había importado, es más, desde el principio la había detestado.

—Vamos Carlos, conoces a Victoria. Ella siempre cumple.

—¿Y por qué yo tengo que decidir si se termina o no? —Un destello de molestía se escuchó en la voz del piloto.

—Porque la única forma de cancelarlo es si tú y ella están de acuerdo en hacerlo. Y como ella sí lo está nada más espera tu respuesta, si no podríamos demandarlas por incumplimiento de contrato pero no creo que nos gustaría eso pues todo mundo se enteraría que la relación fue una farsa y todo se iría a la mierda.

Farsa

Qué palabra había elegido su primo para describir lo que él y Victoria habían tenido.

Claro que Caco no sabía todo, porque por más que Victoria mintiera como si fuera su trabajo, sabía que farsa no era una palabra que los describiera a ellos.

El elevador llegó al piso de Carlos y las puertas se abrieron. El de Caco estaba en otro piso, puesto que no pudieron encontrar juntos.

Carlos salió del elevador y Caco dejó las puertas abiertas.

—Mira, ellas solo tratan de hacer esto por la parte fácil y tranquila, es por eso que te están dando la opción a ti —El agente trataba de calmar a su cliente y primo quien se veía afectado por esta petición.

—¿Y hasta cuándo tengo para decir esto?

—Mañana así que piénsalo. Háblalo con la almohada y mañana me dices tu respuesta —Caco sonrió tranquilo.

—¿Tú qué crees que debería de hacer? —Sí había alguien en quien Carlos confiaba, era Caco, si no, jamás hubiera aceptado este trato en primer lugar.

—Yo lo terminaría, ellas tienen razón, ya tienes todo lo que querías. Lo lograste, mereces seguir con tu vida, pero no soy yo quien tiene que tomar esa decisión, piénsalo y descansa.

Y las puertas se cerraron, Carlos comenzó a caminar hasta su cuarto en silencio y a paso tranquilo, no sabía que decidiría y quería hablar con Victoria, porque con ella hablaba de estas situaciones complicadas, pero esta vez no sería posible, porque ELLA era la situación.

Pensaba en que ella había prometido que iría ¿qué fue lo que la hizo cambiar de opinión? ¿Por qué ella haría eso?

Estaba en su habitación con todas las luces apagadas, viendo al techo recostado en su cama, trataba de "consultarlo con la almohada", pero solo podía pensar en Victoria pidiendo la cancelación del contrato

¿Debería dársela? Se sentía como un imbécil, como si fuera él quien la obligara a quedarse.

Como si fuera su captor.

¿Desde cuándo ella se había sentido así? ¿Acaso era él quien la hacía sentir atrapada?

Sin pensarlo mucho, tomó su celular y la llamó, sabía que Victoria se desvelaba, ayer habían hablado a la misma hora.

Un timbre, dos timbres, tres timbres. Carlos esperaba pacientemente a que Victoria respondiera, eran las 11 en México, lo cual significaba que serían la 1 de la madrugada en Nueva York.

Victoria estaba tocando su guitarra y armando una melodía cuando vio la pantalla de su celular encenderse, ¿quién podría estar marcándole en ese momento? Solo esperaba que no fuera Lucía diciéndole que había salido otro escándalo porque ella se había inscrito a un gimnasio.

Al ver el nombre de Carlos supo que Lucía había hablado con Caco cumpliendo su parte del trato.

Tomó su celular y lo dejó sonar en sus manos, no respondió y una vez que el celular dejó de sonar lo puso en modo avión y lo colocó donde estaba con la pantalla hacia abajo, sin pensar mucho en Carlos, continuó tocando su guitarra.

Por otro lado, el piloto supo que Victoria lo estaba ignorando, no había manera de que la rubia no estuviera despierta ¡La una de la mañana era temprano para ella!

Sin poder hacer más, dejó nuevamente su celular a un lado y trató de dormir, no pudo conciliar el sueño hasta las tres de la mañana, que fue la hora cuando su mente dejó de trabajar y lo dejó dormir.

***

A la mañana siguiente, Caco estaba con Rupert esperando a que Carlos bajara a desayunar, ambos revisaban la entrada del comedor y sus celulares esperando alguna señal, pero parecía que Carlos no iba a bajar.

—Voy a ver que sucede o se nos hará tarde.

Caco caminó apresuradamente hasta el cuarto de su primo y abrió la puerta con la llave que tenía, al entrar lo encontró sentado en un sillón viendo directo a la ventana, la vista de la ciudad era impresionante y Carlos se dio cuenta que la vida en la Ciudad de México comenzaba desde muy temprano.

Había estado viendo esa jodida ventana desde las 5 de la mañana porque aunque intentó dormir, apenas pudo hacerlo dos horas.

—Supongo que aún no me tienes una respuesta —Fue así como Caco se hizo notar.

Carlos ni siquiera volteó a verlo.

—No me responde.

—Creo que su petición te dijo todo lo que tienes que saber —El agente tomó asiento en la cama, estaba tendida así que supuso que su primo no durmió mucho.

—Ella prometió que iría, ¿por qué cambió de parecer repentinamente?

—¿La verdad? —Carlos está vez sí que lo volteó a ver —Victoria ha estado bajo mucho estrés últimamente y lo sabes, los fans no son amables con ella, lo más seguro es que haya llegado a su límite.

>>Tienes que dejarla ir.

Y eso solo hizo que Carlos rodara sus ojos harto.

—¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no lo pienso todos los días? Que ella tiene que irse y eso será todo. Desearía nunca haberla conocido —Carlos estaba dejando que su frustración hablara por él —Ella es un desastre y nunca llega a ningún lado a tiempo y cambia de parecer cada 5 minutos, es inmadura. Es una cría.

—Y aun así pareciera que no puedes soltarla —Caco ya no estaba para endulzarle la vida a su primo.

—Voy a hacerlo, pero estaba preparándome mentalmente para hacerlo en Abu Dhabi —Carlos sabía dos cosas.

Una, Victoria y él tenían que alejarse, y cada vez era más difícil para él prepararse mentalmente para hacerlo. Era por eso que le había hecho prometer a Victoria verla en Abu Dhabi.

Era para lo que él se estaba preparando, después de eso, listo, podía soltar a Victoria Ellis, no quería que la última vez que la viera fuera en un aeropuerto rodeado de gente que no paraba de tomarles fotos.

Y la segunda cosa era que sabía que en el momento que el contrato terminara, Victoria no iba a volver a verlo.

Le había estado diciendo todo este tiempo como solo quería regresar a su casa, como no pensaba ver a nadie, él como quería desaparecer y Carlos había estado aceptando que eso era lo que ella quería, pero eso no significaba que estaba listo para dejar ir así de la nada, por eso era importante para él que ella fuera a Abu Dhabi.

—Entonces, nadie te está obligando a que lo canceles —Caco se alzó de hombros "indiferente", lo cierto era que no compartía el sentimiento de Carlos, pero podía ver como su primo simplemente no estaba pensando claro.

Victoria lo hacía perder el control y Carlos no sabía cómo manejarse o recomponerse hasta esa situación.

En ese momento, el celular de Caco sonó mostrando el nombre de Lucía en la pantalla.

—Si no vas a cancelarlo, no soy yo quien hablará con ella, es tu turno —Caco le pasó el celular y Carlos lo aceptó sin problemas.

—¿Lucía? —El tono de Carlos había cambiado por completo, ahora se escuchaba completamente feliz y amigable.

—Carlos, hola —La agente no esperaba la voz del piloto, pero no importaba quien respondiera siempre y cuando le dieran una respuesta —¿Entonces? Supongo que Caco ya te dijo.

—Sí —La sonrisa del piloto se ensanchó y Caco negó viéndolo.

—¿Y cuál es mi respuesta? —Lucía preguntó impaciente. Tenía otras cosas que hacer que preocuparse por este contrato.

—No quiero que se cancele —Carlos soltó mientras Lucía se había quedado en silencio total, estaba sumamente sorprendida no esperaba eso.

Mucho menos cuando ya no había nada por hacer. ¿Pero a quién engañaba? Sabía que había algo entre las estrellitas que solamente Carlos y Victoria podrían explicar.

—¿Disculpa? —Al parecer a Carlos le gustaba hacer su trabajo más difícil, la castaña rodó los ojos. No quería ver la reacción de Victoria cuando se lo dijera.

—Ya lo pensé y no quiero cancelarlo. Lo siento por Victoria pero piénsalo Lucía, si anunciamos que hemos terminado todas las noticias serán sobre eso. Y toda la prensa comenzará a molestarme y a Victoria, ¿tú no quieres que nos estresamos o sí? ¿Acaso necesitamos más prensa después de lo de la boda y del bebé?

Caco comenzó a ver la manipulación de su primo y quiso ahorcarlo, ¡esa no era la razón por la cual no cancelaba el contrato!

—No en realidad —Carlos estaba dejando a Lucía en una posición donde tenía que ponerse de su lado, el piloto tenía un punto.

Ella había pensado lo mismo. Si Victoria no asistía a la última carrera, la prensa iba a acosarla de más, la llamarían la peor novia y si anunciaban el rompimiento nuevamente tendría miles de paparazzis fuera de su departamento.

—Exacto, entonces el contrato no se cancela. Dile a Victoria que la veré en Abu Dhabi, porque no me responde, tal vez Bodoque nuevamente escondió su celular —Y con una sonrisa se cerró el tema, sabía que Bodoque no había escondido el celular de la rubia, y quería que Victoria sabía que él estaba enterado de como lo estaba ignorando.

—Correcto, yo le digo, salúdame a los chicos —Y sin esperar respuesta la castaña colgó.

—Eres un cabrón egoísta —Caco le soltó con molestía.

—Ella lo prometió y no importa que sea yo quien la haga cumplir, ya después se deshará de mí si es lo que quiere —Carlos estaba hablando como un animal herido.

Ninguno de los dos veía lo mucho que lastimaba al otro.

Después de eso, los dos primos salieron al comedor a apresurarse a comer algo para irse al paddock.

Lucía, por otro lado, estaba en su departamento esperando encontrar la forma de decirle a su cliente que las cosas no habían salido como ella quería. Lo mejor era quitar la bandita de una vez.

Marcó el número de Victoria y la cantante respondió de inmediato.

—Dime por favor que soy una mujer soltera —Fue así como respondió mientras Lucía se mordía la lengua.

—¿Y si te digo que todavía no?

—Maldito Carlos Sainz, ¿fue porque no le respondí anoche? —Victoria iba caminando por la calle, estaba por ir a nadar.

—No van a cancelarlo. Dicen que eso les traería mucha prensa y no quieren que Carlos se distraiga, no si eso significa perder el campeonato.

Victoria rodó los ojos. Entendía que Carlos había tenido dos malas carreras pero por Dios, con el ritmo del Ferrari y una buena estrategia podía con el resto, ¿ella que tenía que ver en su desempeño con las carreras?

—¿Carlos hablo contigo o algo? —Lucía preguntó al escuchar que Victoria se había quedado en silencio, quería saber que estaba sucediendo entre las estrellas.

—No hemos hablado desde que le dije que no estaba embarazada —Victoria se metió una gomita en la boca que comía de camino al gimnasio.

Nuevamente recordó lo dispuesto que estaba él a cuidar de su "hijo" y todas las palabras lindas que le había dado, palabras que no eran suficientes para ella, porque Victoria quería todo, no migajas de amor por parte de Carlos, no quería que Carlos la escogiera porque era lo "correcto" en el caso de estar embarazada.

—¿Están peleados?

—No en realidad, solo no hemos hablado, no hay mucho de qué hablar, además apenas han pasado unos días desde que nos vimos por última vez —La cantante ocultó que ayer él le había marcado y ella no le había respondido.

¿Podría culpar nuevamente a Bodoque? ¿Le creerían?

—Entonces no hay nada que podamos hacer. Además ya solo faltan México, Brasil y Abu Dhabi y tú solo irás a una, mejor concéntrate en la junta con Columbia Records.

—¿Cuándo llega John? —Excelente, mejor para ella el cambiar de tema.

—Tu abogado llega mañana.

Victoria sabía que su futuro dependía de esto y como no se había podido cancelar el contrato tenía que dejarlo por la paz así que lo mejor sería concentrarse en otra cosa.

—Genial —Victoria estaba a unos metros de llegar al edificio.

—¿Dónde estás? —Lucía había estado escuchando ruido de fondo desde que la llamada había iniciado.

—En la calle.

—¿A dónde vas?

—Al gimnasio, me inscribí a unas clases de natación, me refiero, ya se nadar pero me pareció apropiado hacer un poco de ejercicio —La rubia supo que había sorprendido a su agente una vez que no le respondió —Solo será un mes, a ver que tal me va.

—¿Tú? ¿Ejercicio? —Lucía soltó una risa burlona.

—Cállate —Vic rodó los ojos y se preparó para colgar —Nos hablamos al rato.

***

El domingo, Victoria había regresado a ir al gimnasio por la mañana solo para regresar a ver la carrera a tiempo, compró comida y junto a Bodoque la vieron compartiendo alimentos.

Lucía seguía tomando algunos días libres, sabía que lo importante venía el lunes con la junta secreta.

Durante la carrera Victoria estaba nerviosa, cada vez que enfocaban a Carlos trataba de ver si el madrileño sufría otra vez de nervios, pero parecía ser que está vez todo estaba correcto.

Carlos había conseguido un podio, lo cual era una mejora desde la carrera de Texas, pero al no ganar significaba que había más presión para él para conseguir los puntos y lograr ganar el campeonato.

Victoria le mandó un mensaje de felicitaciones a Carlos por haberlo logrado mientras que él le deseaba suerte con su junta con la disquera, ninguno habló sobre la cancelación del contrato o sobre el hecho de que ella no le había respondido su llamada.

Era como cuando sabes que hay hielo y si lo pisas podrías caer en un lago congelado, bueno, ninguno de los quería caer en ese lago.

Los mensajes eran tan políticamente correctos, verdaderamente eran como hablar con un colega del trabajo, Victoria no pudo evitar reírse por la ridiculez de estos. 

***

Ahora, era lunes, la rubia iba en camino a la junta con Columbia Records, iba en el auto de Lucía, junto a su abogado y ella en el asiento trasero. Estaba nerviosa mordiéndose las uñas y revisando Instagram sin parar, realmente no estaba viendo nada significativo, solamente quería distraerse.

Nadie en su antigua disquera sabía que esta junta estaba sucediendo y más vale que así siguiera, porque si de por si se habían propuesto a hacer su vida miserable, si sabían que ella en verdad estaba buscando su reemplazo y no lo lograba, sería peor, podrían enterrar su carrera entera y nada de lo que hiciera lo evitaría.

—Victoria, tienes que calmarte, deja que ellos hablen y si te piden a ti hacerlo, serena —Su abogado siempre le decía cómo actuar en estas situaciones —A la hora de hablar de cifras y gráficas, me lo dejas a mí.

—Gracias, John —La rubia sonrió fingidamente.

Al llegar al estacionamiento de la disquera bajaron asegurándose de que no hubiera cámaras, ella entró seguida de su equipo. Durante el camino a la oficina del CEO de la compañía Victoria sintió una piedra en su garganta.

—John Branagh, tenemos una cita —Su abogado la había puesto a su nombre para no levantar sospechas.

La recepcionista les dio unos pases que les daría el acceso hasta el piso más alto y se fueron hacia el elevador.

Más vale que esto funcionara.

—Cariño, tienes que calmarte, estás temblando —Lucía le dijo poniéndole una mano en su espalda.

Ella ni siquiera se había dado cuenta que lo estaba haciendo, más le valía no tener otro ataque de ansiedad y arruinar todo.

Victoria podía sentir como su desayuno subía por su garganta, no de nuevo con los vómitos nerviosos, se dijo y se obligó a calmarse o vomitaría frente al hombre que podría salvar su carrera.

Las puertas del elevador se abrieron y los tres salieron, de nuevo, alguien más los recibió y los hizo pasar a una sala de juntas.

Tomaron asiento y les sirvieron agua, Victoria se la tomó de inmediato, estaba hecha un desastre, sudando, pálida, temblando y con ganas de vomitar.

Lucía se percató que el CEO venía para allá y le cambió el vaso de agua para dar una buena impresión. Luego le dio un apretón de manos debajo de la mesa para alentarla, la rubia sonrió, pero Lucía sabía que no había poder en la Tierra que pudiera calmarla.

Un hombre trajeado entró a la sala con una sonrisa en la cara, pero Vic conocía estos trucos, ya no confiaba en nadie. Los tres se pusieron de pie y se saludaron.

Victoria sentía como si alguien más manejara su cuerpo.

—Rob MacMillan —Se presentó el CEO de Columbia Records extendiendo sus manos a los tres presentes —Un placer.

—Victoria Ellis.

—Lucía Blanco.

—John Branagh. —Los tres dijeron en su momento, y después todos tomaron asiento.

Victoria agradeció en silencio, pues sentía como sus piernas estaban temblando.

Lucía la había vestido y le había indicado como peinarse y maquillarse, parecía una estrella de pop decente.

Se sentía como una muñeca que pedía a gritos ser seleccionada para que alguien se la llevara a casa.

—Debo decir que es un honor conocerte —Rob dijo sacando una libreta, un hombre entró después y saludó generalmente —Sé todo sobre ti, él es Doug Morris, mi mano derecha.

Los tres saludaron, como previamente lo habían hecho.

—Gracias, lo cierto es —Victoria comenzó a hablar pero la detuvo la mano de Rob.

—Cuando me refiero a todo, hablo en serio, sé porqué estás aquí y déjame decirte algo, ¿puedo llamarte Victoria? —Ella asintió lentamente —Déjame decirte algo Victoria, esperaba tu llamada.

—¿Sabe lo que...? —De nuevo la volvió a interrumpir, no le gustaba.

—Sé lo que tu disquera está haciendo contigo y los planes que tienen para la señorita Ophelia, una estupidez si me lo preguntas, dejar a una de sus estrellas de lado por otra cuando bien podrían tener a ambas brillando —Eso hizo sonreír a Lucía mientras que Victoria trataba de descifrar a este hombre, ¿le agradaba?

Era directo, no lo podía negar, ¿pero era bueno? ¿Sería mejor que su jefe actual? No, no su jefe, su dueño. Así era como Victoria lo veía.

—En ese caso, sabe lo que vengo a pedir.

—No sé la cantidad, pero estoy seguro que no son unos cuantos dólares los que necesitas —Todos rieron en la sala de forma tranquila —¿De cuánto estamos hablando para terminar tu contrato?

—150 millones de dólares —Dijo el abogado de Victoria cumpliendo con su promesa de ser él quien hablaría de cifras.

Los hombres frente a ella no hicieron ninguna expresión.

—Doug, aquí presente, es mi contador, confío plenamente en él y hemos estado hablando de cifras desde que concretamos esta cita gracias a tu amigo Reece —Victoria asintió, él era quien le había conseguido el contacto de Columbia, pues él había firmado ahí —Déjame decirte que esperábamos algo por el estilo.

—Entonces... ¿creen que puedan ayudarme? Creo que no debo de aclarar que necesito una salida, con urgencia —Victoria no temía rogar en estos casos, ya no le importaba que vieran que estaba desesperada, no después de su plática con Rogelio.

—No creemos que valga la pena la inversión —Doug habló y Victoria quiso ponerse a llorar.

—Entiendo, usted es un hombre de números, pero es claro que no conoce mi potencial y hasta dónde puedo llegar —Vale, no había tiempo para llorar, Victoria ahora tenía que venderse como un producto, podía hacerlo, podía ser la muñeca perfecta, había perfeccionado el acto desde los 6 años, sería lo que ellos quisieran que fuera.

El señor Macmillan la veía con una sonrisa en el rostro, quería conocerla, había escuchado de todo, lo bueno, lo malo y lo extraordinario. Como CEO debía de hacer trabajo de investigación exhaustivo, fuera de los titulares amarillistas y los escándalos, lo que él quería saber eran las cosas más privadas.

—De todos modos, señorita Ellis, estoy seguro que es una artista muy talentosa, pero esta compra puede traernos grandes pérdidas —El contador decía sacando unas hojas y pasándolas a la mesa —Hice un estimado en caso de que la cancelación fuera de más de 100 millones, lo que es el caso, pueden ver que la probabilidad de que esto no funcione es mayor.

Victoria ni siquiera volteó a ver las hojas, no necesitaba ahorita en su vida, además, como solamente tenía la preparatoria terminada, tratar de entender esas cosas eran horribles para ella.

—También trajimos nuestros propios números —Lucía sacó unas carpetas y las pasó.

—Como pueden ver, Victoria puede lograr un capital de mucho más que eso, en un año, esos números son de su última gira y podemos coincidir que los números son buenos —Los dos ejecutivos de Columbia Records se voltearon a ver, nuevamente sin una expresión alguna.

Después de revisar las cifras un rato, Rob puso su carpeta en la mesa y volteó a verla.

—Victoria, ¿podemos hablar a solas? —Ella volteó a ver a su equipo, ellos harían lo que Victoria dijera, así que asintió y salieron —Doug, tú también.

—Pero... —Estaba claro que el contador no esperaba eso.

—Ya me escuchaste, quiero hablar con Victoria a solas —De mala gana el señor Morris salió y cerró la puerta tras él.

Ahora se quedaba ella sola con ese hombre, por un momento volteó a fuera y agradeció que las paredes de la sala de junta fueran transparente, porque sabía que en esta industria los hombres con poder podían llegar a ser verdaderos cerdos y más cuando se creían con el derecho de tomar todo a su paso.

—¿Qué quieres Victoria? Lo que en verdad quieres, y no digas 150 millones de dólares, joder, si a esas vamos, podría dártelos en este momento —El CEO habló fuerte y claro, y ella no sabía qué responder.

Se quedó viéndolo en silencio por unos minutos, ¿qué era lo que quería?

—¿Se refiere de forma laboral?

—Me refiero a todo, a tu vida ¿por qué estás aquí frente a mí pidiendo que te ayude? —Maldita sea, odiaba las cosas filosóficas.

Después de un rato, lo volteó a ver a los ojos y con voz decidida dijo:

—Todo, lo quiero todo.

—¿Qué es todo para ti? —Rob McMillan sonrió tomando un poco de su agua dándole tiempo a la joven frente a él.

Desde que habían llegado la vio y pudo observar que no era más que una niña, temblaba de miedo y por lo que notaba, la había vestido su agente, pues en su investigación sabía que no era así como ella acostumbraba a vestir. Victoria le estaba presentando una imagen que él quería, pero lo cierto es que si iba a invertir en ella no quería al producto de Victoria Ellis que RCA Records había creado, quería a la verdadera Victoria.

—Todo, lo quiero todo, simple y sencillo. Amo los escenarios y a la gente clamando mi nombre, amo que la gente se identifique con mi música, quiero crear el mejor disco. ¿Quiere que venga y finja que tengo humildad diciendo que hago esto por el arte? No soy así, lo que yo quiero es ser la mejor, superar a todas las artistas del pasado y del presente. Quiero un legado —La rubia se había soltado —Y sobre todo quiero ver a RCA Records arrepentidos, quiero que lloren sangre por mi pérdida, que sepan lo que hicieron y que se retuerzan en el suelo por todo lo que me hicieron pasar —Victoria estaba sacando todo el rencor que tenía —Les di años de mi vida y a la primera oportunidad que pudieron me soltaron, eso, no lo perdonaré.

El CEO de Columbia tuvo que reprimir una sonrisa, porque Victoria le estaba demostrando quien era, y era alguien que tenía fuego en la sangre y veneno en la boca, y por alguna razón la prefería a la mujer nerviosa frente a él que estaba hace 5 minutos.

—Y no solo eso, no importa cuántas cifras y cálculos me enseñe su contador, porque yo sé lo que valgo, y sé que puedo conseguir más de lo que ellos piden, si no creyera en mi potencial no estaría aquí, es más, en unos años estoy segura de que seré su mejor talento y RCA Records no podrá replicar lo que yo he hecho con quien sea que busque reemplazarme.

—Eres cruel, me agrada —Rob sonrió hablando con calma.

—Soy justa —Victoria estaba dejando que sus más retorcidos pensamientos salieran a la luz —Ellos me trataron mal y lo justo es que los traten de la misma manera.

—¿Y sí accedo a ayudarte con este contrato? ¿Cuáles son tus planes?

—Simple, le haré un disco que pocos lograrán superar.

—Eres optimista, en verdad me agradas Victoria y como sé que no me estás hablando con tonterías, haré lo mismo —Rob movió las hojas frente a él y se acomodó en la silla —Quiero que formes parte de Columbia Records, he visto tu trayectoria desde que conseguiste ser telonera para una persona que nadie recuerda, que ya no existe, supiste sobrevivir en esta industria y lo admiro, pero me preocupa que no lo logres, RCA tiene un punto, tienes 22 años, y ahora a los jóvenes les dejan de gustar las cosas muy rápido, aún así confío en ti.

>>Eso no significa que no quiera una forma de garantía para mí, después de todo, son negocios. Así que haremos esto, hablaré con tu abogado sobre lo que necesito para librarte de RCA Records y tú me tienes que conseguir esa cantidad de dinero en un año —¡Victoria estaba a punto de brincar, lo había logrado! —Tienes que hacer el mejor jodido albúm de la historia, además de que te presentarás en algunos unos shows que yo te indique, sin rechistar, velo como una forma de saldar tu deuda conmigo. Y luego, me darás una gira por Estados Unidos.

>>Estarás tan ocupada y llena de trabajo que no tendrás tiempo para nada más. Eso incluye a tu novio y sus carreras —Victoria sonrió, porque sabía que Carlos ya no sería un impedimento.

—¿Y después? —Parecía que estaba por liberar su alma de un lado para entregarla a otro lado, pero por alguna razón está vez se sentía mejor.

—Después, sí y solo sí, logras recuperar mi dinero, hablaremos de una extensión de contrato.

—¿Y sí no lo logro? —Ahora era cuando las cosas se ponían complicadas.

—Será mejor que por ahora no te preocupes por eso ya verás las cláusulas en el contrato, sé que no vas a defraudarme y venga, será mejor que les demos la noticia a los demás. Doug va a matarme —Ella sonrió y aceptó la mano que Rob le ofrecía para ponerse de pie.

Los dos salieron a una pequeña sala, donde los tres expulsados esperaban completamente en silencio.

Lucía por primera vez en mucho tiempo no dejaba de tamborilear sus zapatos en el suelo y morderse las uñas, desde afuera estaban viendo a Rob y a Victoria hablar. Victoria gesticulaba demasiado y abría los brazos exageradamente, estaba molesta y Lucía solo podía pensar: "No lo arruines"

En cuanto los vieron salir para encontrarse con ellos, la sonrisa en la cara de Victoria delató la respuesta.

—Les presento a nuestro nuevo talento en la disquera —Lucía abrió mucho los ojos mientras se ponía de pie para correr a abrazar a la rubia.

—¡Victoria! —Ella la recibió con los brazos abiertos y las dos gritaba y brincaban como un par de chiquillas —Lo lograste, Vic. 

—Lo logramos. 

Los hombres se estrecharon las manos y acordaron otra junta para aclarar el contrato.

—Bienvenida a Columbia Records.

Doug estrechó su mano, después de todo trabajaría ahí y su abogado también la felicitaba. Todos se dieron las manos, y concordaron que en unos días volverían para firmar.  


- - - - - - -

Dios, ya se me está haciendo costumbre esto de dividir los capítulos, pero juro que no ha sido nunca la intención, aún así espero que les gusta y nos vemos mañana para la siguiente parte.

¿Qué les parece? Pasaron cosas muy interesantes aquí.

Vic tiene nueva disquera.

Carlos no quiso cancelar el contrato.

jajaja y falta más

Las amo 

Fer <3

 

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