Capítulo 20 [GP de España 2/2]

Lucía estaba terminando de colocarse el labial en el cuarto de Victoria. Ella la había invitado a la fiesta de celebración de Carlos, fiesta que se daría en un club no muy lejos de ahí.

Mucha gente había sido invitada, hasta eso, algunos pilotos, amigos de Carlos, gente del trabajo y más.

Carlos se había ido desde antes, quería pasar un rato con todos sus invitados, las dos chicas salieron del cuarto, Victoria se despidió de Bodoque y cerró la puerta. Estaba muy feliz por Carlos, por lo que sabía, ganar en casa era un honor.

Al llegar al club, la fila para entrar era inmensa, a ellas las dejaron sin pasar sin formarse, afuera, además de la gran fila para entrar había cámaras tomando fotos por todos lados, ella dejó que la vieran, saludó, regaló algunas sonrisas y se metió. Ya adentró, ambas fueron directo a la zona VIP, donde también entraron sin problemas, Victoria ubicó rápidamente al piloto, estaba con unos amigos riendo y tomando, así que fue por dos tragos a la barra para dejarlo disfrutar de su celebración.

—Ten. —Victoria le dio una copa a Lucía y las comenzaron a beber. Estaban buscando donde sentarse cuando una mano la saludó, era Charles.

La rubia decidió que sería buena opción estar con ellos en lo que Carlos se desocupaba.

—¡Hey! Pero si no es nada más y nada menos que la guapa Vittoria. —Había dicho su nombre en italiano y solo con ese saludo se dio cuenta que ya estaba algo ebrio, ella rió un poco.

—Charles y— Victoria volteó a ver a quien estaba con Charles, creía que era otro piloto si estaba en lo cierto.

—Pierre. —El rubio le estrechó la mano que ella extendía y le dio una sonrisa para nada inocente, tenía la camisa algo abierta y su acento francés más su nombre lo hacían muy atractivo, ¿era un requisito de fórmula 1 que sus pilotos fueran unos modelos?

—Un placer, chicos. Ella es mi amiga Lucía. —La castaña fue presentada y se sentaron con ellos.

—Tu novio está por allá, ¿no vas a ir? —Charles le señaló a un Carlos que comenzaba a tomar shots. Victoria rió.

—No, lo dejaré disfrutar un rato.

—Excelente, estás mejor con nosotros de todos modos. —Charles sonrió y ella y Pierre rieron.

—Voy por otro trago. —Lucía le dijo, se levantó y se fue antes de que ella pudiera decir algo, Lucía ya había desaparecido.

Todo el lugar estaba a reventar, ellos estaban cómodos por la zona en donde estaban, se les había unido un rato Lando y Yuki.

—¡Vic! Hola. —Al parecer, Lando ya no tenía pena de hablarle, tal vez el alcohol tenía que ver con ese comportamiento, pero era mejor para ella que la trataran como amiga.

—¡Lando! Hola. —Se acercó hasta él a saludar.

—Él es Yuki, es compañero de Pierre.—Victoria también saludo al piloto japonés, quien era más o menos de su estatura. —¿Y Carlos?

—Creo que está por allá. —Victoria sabía exactamente donde estaba Carlos, pero agregó ese "creo" para que no se viera tan obsesionada con el madrileño. —¿Alguien quiere bailar?

A ninguno de los pilotos se le había hecho normal el hecho de que Victoria no estuviera con Carlos, pero nadie dijo nada, todos se fueron hasta la pista de baile, donde las bebidas llegaban una tras otra.

—¿No es raro que Carlos haya ganado la primera carrera en la que vienes? —Pierre decía en su oído por todo el ruido que había. —Tal vez seas de buena suerte.

Ese comentario hizo reír a la cantante. —Oh pero claro que soy de buena suerte.

—¡Victoria! Voy a la cabina de DJ ¿Quieres venir? —Lando le había ofrecido, pero ella quería sentarse un rato.

—¿Te parece si voy después? Quiero un poco de aire. —El inglés asintió, ya habría tiempo para enseñarle.

Luego se fue a ser DJ o algo así. Llegó con el compañero de Pierre, Yuki y ella estaban tomando y riendo hablando de cosas sin sentido, pero al menos el ambiente era más calmado.

Ella había estado vigilando a Carlos, quería acercarse cuando no estuviera tan ocupado pero todo mundo quería estar con la estrella de la noche, no quería molestarlo, además solo cuando estaban solos era cuando podían hablar como realmente ellos eran, no como una pareja.

—¿Por qué no vas con él? —Charles le preguntó a la rubia sentándose a un lado de ella. —Llevas toda la noche viéndolo.

—No quiero molestar, en serio, merece esto. —Charles no entendía.

—Es tú novio. —Dijo serio.

—Lo sé, es solo que en verdad, no quiero estar ahí como una novia toda pegajosa, no soy así. —Era cierto, además a ella le gustaba su espacio, era claro que a Carlos también.

Igual, era más fácil para ambos, mientras menos gente los vieran como novios, mejor para ellos, menos gente con la cual fingir.

Charles podía notar que había otra cosa más, había algo, pero no iba a meterse.

—Iré por un trago. —Ella dijo tratando de alejarse de Charles y se levantó esperando que Charles no la siguiera, ahora no podía ver a Lucía, se suponía que la había traído para que ella no estuviera sola.

Victoria fue hasta la barra, donde pidió dos shots de tequila y los engulló uno tras otro, iba a pedir otro trago cuando sintió una figura ponerse a su lado.

—Pensé que no llegarías. —Carlos le dijo, mientras ordenaba algo para ambos.

—Llevó aquí un rato. —Ella admitió sonriendo con pena.

—¿Y por qué no fuiste conmigo? —Carlos estaba serio, llevaba toda la noche buscándola.

—Te quería dejar disfrutar tu noche, todo mundo parece querer estar a tu lado, es justo, te lo mereces. —Ella sonrió. —Además, no la he pasado tan mal, Yuki, Pierre, Charles y Lando me hicieron compañía.

—Ya veo. —Carlos comentó serio.

—No te enojes. —El alcohol estaba haciendo efecto. —En verdad quiero que te la pases bien, solo pensé que querías alejarte de mí un rato.

—¿Y por qué sería eso? —Victoria se había girado hacia él y había puesto sus brazos sobre los hombros del piloto.

—No lo sé, a veces es bueno ¿no?

—¿Alejarme de ti? —Carlos no entendía a donde quería llegar su "novia".

Iba a decir algo más cuando llegaron sus tragos, ella tomó el suyo y Carlos el de él y con su mano disponible tomó la mano de la cantante, para llevarla a un sillón libre, ahí ambos se sentaron a seguir hablando sin que nadie los molestara.

—Hola Carlos. —Una mujer pasó frente a él, sonriendo de manera coqueta tratando de obtener su atención, él saludó amablemente pero agachó la mirada.

La rubia pudo notar que a Carlos le apenaba, pero ¿por qué? A pesar de que la luz del club no se prestaba para eso, ella sabía que el piloto se había sonrojado.

—¿Te acostaste con ella? —Victoria preguntó tratando de no reírse, ella tenía cierto radar para estas cosas.

—No. —Carlos dijo serio viendo a Victoria, pero ella lo había descubierto.

—Oh vamos, puedo notar esas miradas, ¡te acostaste con ella! —La cantante rió, le daba risa por alguna razón, posiblemente era el alcohol, pero algo muy pequeño en su mente le decía que debería tener cuidado.

—¿No te molesta? —Carlos al igual que ella estaba algo ebrio, y esperaba que ella no le hiciera una escena por celos o algo parecido.

—No, es linda. —Victoria no podía quejarse, ella había estado haciendo lo mismo las últimas semanas, acostándose con extraños. —¿Quién es?

—Trabaja en el paddock, para Aston Martin.

—Vale. —Victoria tomó su bebida.

—Solo fue una vez. —Por alguna razón, Carlos sentía la necesidad de excusarse.

—Oh no te preocupes, entiendo, se vale ¿no? siempre y cuando nadie te vea. —Ella sonrió y se terminó su trago, lo dejó a un lado y sin preguntar, se robó el del piloto que todavía estaba lleno.

Luego, como por arte de magia, o más bien sin que Carlos se diera cuenta, Victoria había terminado sentada sobre sus piernas.

Carlos colocó una de sus manos en la espalda baja de la cantante y otra en sus piernas descubiertas por el minidress que estaba usando.

—¿Tú te has acostado con alguien? —Carlos quería saber, necesitaba saber, no se enojaría, pero quería saber.

—¿Te enojarás? —Él negó. —Sí, una que otra persona.

—¿Quién? —Su pregunta sonaba más a una demanda.

—Dos o tres personas. tal vez cuatro. —Carlos abrazó con más fuerza a la rubia, no quería que se escabullera. Con la mano que estaba sobre sus piernas comenzó a acariciar una de ellas con su pulgar.

—¿Eran mejores que yo? —La mirada de Victoria era presa del ceño fruncido de Carlos, él había dicho que no se encelaría, pero estaba segura que el español sacaba humo por la nariz.

Victoria se tomó un tiempo para pensar, y tomó más del trago de Carlos.

—No. —Buena respuesta, se auto felicitó en su mente.

—Vamos, eres mejor mentirosa que eso. —Carlos rió mientras le daba un beso en la punta de la nariz.

—Lo juro. —Él volvió a reír. —Vale, vale, en verdad no hubo nadie memorable, solo una chica tal vez, pero no fue nada serio y no sé si podría decir que era mejor que tú, porque cuando terminamos seguí pensando en ti. —Victoria admitió sin pena alguna, era lo malo de estar borracha.

Ese comentario hizo que las cejas de Carlos se alzaron por la sorpresa.

—¿Piensas en mí? ¿Después de tanto tiempo sigo en tu mente? —Eso lo hacía sentir halagado, Carlos era un hombre orgulloso, y con Victoria no solo competía con los hombres, sino con mujeres también, era una carrera injusta ya que era más gente.

—No te emociones, tampoco has sido mi mejor revolcón. —Ella odiaba inflarle el ego al piloto de fórmula uno, no lo necesitaba, ya estaba suficientemente grande.

—Ni tú el mío. Es más, tal vez vaya a buscar aquella chica que me saludó para terminar el trabajo que empezaste aquí.—Carlos se levantó con ella en brazos y la volvió a depositar en el sillón, solo para irse caminando a la cabina con Lando que lo había estado llamando, así se daba la oportunidad de que el coraje de pensar a Victoria en brazos de otros se fuera. —No te preocupes preciosa, yo también pienso en ti, a veces.

—¡Maldito cabrón! —Ella gritó pero era claro que la música no permitía que nadie escuchara, Carlos no la volteó a ver.

Victoria necesitaba recuperarse de lo que acababa de pasar, de la barra jaló a Lucía, que estaba coqueteando con un hombre y se la llevó hasta el baño.

—¿Todo bien? —La agente estaba algo mareada, pero sobria aún.

—Sí. —La cantante respondió enojada.

—Vale, entonces no. ¿Qué pasó?

—¡Nada! ¡Carlos es un jodido egocentrista de mierda! —Victoria dijo saliendo del cubículo, comenzando a lavarse las manos.

—Wow, esas son palabras muy fuertes, ¿qué hizo ahora para que estés así?

—¡Nada! —Victoria casi gruñó esa palabra.

Las dos mujeres salieron y Victoria iba a dejar que Lucía regresara a su coqueteo, pero entonces lo vio, Carlos estaba en la pista de baile siendo rodeado por dos mujeres, embarrandose en él.

—¡Vic! Detenlo, sabes que en público eso no se puede. —Lucía le dijo, era claro que no podían permitir que fotos de Carlos con otras mujeres, podría arruinar todo.

Pero la rubia no iba a detenerlo por la "relación" iba a detenerlo porque ¿cómo se atrevía él a tratarla de ese modo? Nadie la trataba así como él lo había hecho y se iba a arrepentir, lo tendría rogando.

Y no solo eso, estaba celosa, no se había dado cuanto hasta que lo vio riendo con esas dos mujeres. ¡Jodido cabrón! Ahora era ella quien echaba humo por las orejas, mientras señorito piloto se la pasaba a todo dar, eso no se quedaría así.

La rubia caminó a la pista de baile, sus pasos eran furiosos y pesados, empujaba a quien se pusiera en su camino, hasta que llegó a donde estaba el madrileño, él la había visto desde hace rato, pero no hizo nada para alejar a las mujeres de él, es más había dejado que ellas se acercaran mas a él mientras el tenía una sonrisa cínica en su cara.

—Pierdanse. —Victoria vociferó a las dos y fue tanto el coraje en la voz de la cantante, que le hicieron caso, la sonrisa de Carlos se borró de su rostro.

—¡Oye! Estaba bailando. —Ella estaba tan enojada con ese acto de "idiota que no se da cuenta que está haciendo algo mal", esa actuación no funcionaba con ella.

—Tú no bailas. —Era claro que el alcohol estaba nublando el juicio de ambos.

—Tal vez hoy quiera bailar con alguien, alguien que no seas tú. —Carlos lo estaba haciendo personal.

—Bien, por favor, hazlo. —Victoria y Carlos bailaban viéndose a los ojos, para no levantar sospechas de que en realidad estaban peleando, como normalmente peleaban, fingiendo que todo estaba bien. —Pero si vas a "bailar" con alguien que no sea yo, no seas tan estúpido para dejar que te vean en público con ella.

Carlos frunció el ceño, no le había gustado el uso de la palabra estúpido en él.

—¿Eso es lo que te molesta? ¿Qué alguien me vea? —Carlos estaba molesto, sin darse cuenta, los dos seguían bailando mientras peleaban, el piloto puso sus manos en la cintura de la rubia acercándolo más a él.

—Me molesta que en una noche arruines lo que hemos estado trabajando por meses. —Ella no se iba a quedar callada, si eso pensaba él. —Me molesta que por tus tonterías me vayas a dejar como una cornuda, porque yo podré ser muchas cosas, pero no dejaré que pongas mi nombre en ridículo.

Victoria se giró dándole la espalda a Carlos, estaba tan molesta que no podía verlo. Ella fue ahora quien tomó las manos de Carlos y las colocó en sus caderas, mientras ella las movía prácticamente sobre el cuerpo del castaño.

—Por mí, tú ve y acuéstate con las que quieras. En privado, porque en público eres mi novio. —Ella seguía bailando sobre Carlos, podía notar lo que provocaba en él, porque a diferencia de ella, en él, cuando estaba excitado se notaba, pero estaba tan enojada con él que eso no la prendía a ella. —Me voy. Disfruta el resto de tu fiesta, y sí te acuestas con alguien, más vale que no haya fotos.

La rubia estaba que echaba fuego, no por diversión, había dejado en claro su punto, pero ¿por qué estaba tan molesta? ¿Por qué Carlos se había enojado con ella? Ella creía que se valía acostarse con otras personas, entonces por que llegaba él y actuaba como el mismísimo Papa, ¡Dijo que no se iba a molestar! Típico de hombres que se enojara cuando dijo que no lo haría y luego, se pone a tontear con esas dos, puf.

La rubia se iba a ir al hotel, pero primero, más tragos. Fue a la barra, y pidió otros dos shots de tequila que al igual que los primeros se los tomó de una. Pidió otros dos, era lo bueno de traer chofer. Estaba por tomar el segundo cuando una mano se lo arrebató.

—Esto es mío. —Era Carlos, se lo había quitado para tomárselo él.

—¿Feliz? ¿Eres feliz quitándome lo que es mío? —Genial, ahora pelearían por un shot de tequila.

—¿Y tú? ¿Eres feliz siendo el cuerno pero no la cornuda? —Carlos lo soltó y en el momento en que cerró la boca supo que no debió de hacerlo.

La cara de Victoria se había deformado, él había jugado con el único tema que no se tocaba, y ahí estaba él, restregándoselo en la cara.

—¿En serio? ¿De todos los putos comentarios que pudiste haber hecho? —Victoria se había quedado sin palabras al igual que Carlos, ella empujó con sus dos manos, ahora ya no le importaba si la gente veía que estaban pelando.

—Lo siento, Vic, en verdad me pasé, perdóname.

—Tú y tu maldito genio se pueden ir a la mierda. —Victoria tomó su bolso, pero antes de irse, tenía algo más que decir. —Dijiste que podías, dijiste que podías actuar como si nada, y cuando te confieso que me he acostado con otra gente te pones como idiota, y tonteas con lo que se te pone enfrente.

—Actúe mal, ¿ok? Lo siento, pero es que...

—¿Es que qué? ¿Tu maldito ego no te permitió entender que tenemos derecho de hacer lo que se nos plazca en privado?

—¡No quiero que te acuestes con nadie más! —Bien, lo había soltado, y por un momento ambos se sintieron mareados. Tal vez el cuarto había comenzado a girar sin que ellos se dieran cuenta. —¿No lo entiendes? No me gusta saber que alguien más te toca, no de la misma forma en la que yo te toqué, no me gusta que hayas llegado a la fiesta y hubieras preferido pasar el rato con mis amigos que conmigo, odio que creas que quiero estar lejos de ti y que disfruto más mi fiesta si estamos separados, cuando no puedo pasar un solo día sin pensar en ti, en lo que haces. Cuando te quedas callada solo quiero que me digas lo que piensas.

Vaya, si había una forma de callar a la cantante, decirle todas esas cosas habían funcionado.

—¿No vas a decir nada? —Carlos estaba esperando la respuesta de Victoria, que parecía perdida en el espacio, ¿y ahora qué?

—No estoy lista para una relación.

—Yo tampoco. —Bueno al menos estaban en la misma página. —Y si te soy sincero, no quiero una relación.

—Pero no quieres que me acueste con nadie más. ¡Vaya que cómodo! —La cantante dijo con sarcasmo.

—Yo tampoco lo haré.

—¿Y luego? —En verdad que las cosas se habían calmado, lo cual era bueno porque ya se había cansado de gritar como loca.

—No lo sé, ¿algo casual? —Carlos y ella iban tentando el terreno.

—Sí dices amigos con derechos te mato, odio ese término. —Él rió y asintió.

—Vale, no lo diré. —El piloto alzó las manos en modo de rendición.

—Lucía no puede enterarse de esto.

—Caco tampoco. —UUUH, ahora hasta lo esconderían de sus niñeros.

—¿Quiéres salir de aquí? —Ella preguntó y él sonrió.

—Creí que nunca lo preguntarías. —Ahora que las cosas habían quedado claras entre ellos, tal vez todo sería menos complicado. Carlos tomó la mano de la cantante y la jaló por todo el lugar hasta llegar a la salida.

Estaban muy ebrios para conducir, así que ella llamó a su chofer y una vez que estuvo afuera, ambos salieron, la fila para entrar seguía siendo enorme, y los flashes de las cámaras los cegaron por un momento, pero ahora no les importaba.

En cuanto llegaron al hotel, Victoria iba descalza y Carlos la llevaba cargando para que no se lastimara con algo del suelo, luego, la bajó en el piso del elevador, solo para poder besarla, no quería esperar más.

El castaño la empujó hasta la pared y comenzó a besarla, pedía sus labios con una necesidad desesperada, era algo agresivo y eso le gustaba a Victoria, ella le mordió el labio, pero no lo lastimó. Le gustaba que Carlos fuera tan demandante con ella, le gustaba que él tuviera el control.

Las manos de Carlos viajaron desde la espalda baja de la cantante hasta la cintura para después tomar a la rubia por su trasero, mientras que Victoria se veía ocupada con los botones de la camisa de Carlos, aún no llegaban al cuarto pero ella quería esa camisa fuera ¡ya!

—¿Tú cuarto o el mío? —Victoria preguntó separándose un rato aprovechando para tomar aire.

—El mío, no quiero que tu gato nos vea follar. —Ella no dijo nada, porque era cierto, Bodoque ya había presenciado muchos horrores.

—Buena idea. —Ambos rieron.

Carlos apretó el botón de su piso, ninguno de los dos idiotas lo había hecho y luego, cuando se dieron cuenta que comenzaba a moverse, siguieron besándose. Victoria brincó enredando sus piernas en la cintura de Carlos, una de las manos de Carlos quedaron abajo del trasero de la chica mientras que con el otro le quitaba su pinza de cabello y la dejaba en el piso del elevador para luego salir de este.

—¡Bastardo! ¡Me debes una pinza! —Ella se vió verdaderamente ofendida por perder su pinza de cabello, cosa que solo hizo reír al madrileño.

—Te compraré las pinzas que quieras, ahora cállate. —Carlos dijo y ella obedeció.

Carlos encontró la puerta de su cuarto y sacó la llave de su pantalón, no era lo único que quería sacar de ahí, menos cuando Victoria había dejado de besarlo para comenzar a lamer y morder su cuello y el lóbulo de su oreja.

—Si quieres que entremos a mi cuarto, será mejor que pares.

—No quiero. —Ella sonrió y siguió con lo que hacía.

—Victoriaaaa. —Carlos dijo más en forma de súplica y a ella le encanta ponerlo así.

—Oblígame. —Victoria ordenó riendo.

—Oh ya lo veras, preciosa.

Por fin Carlos abrió la puerta, después de lo que creyó una eternidad y la volvió a cerrar con una patada, aún, con Victoria en brazos la aventó en la cama en cuanto pudo.

Ella había dejado sus tacones en el auto, así que no había que preocuparse por ellos. Carlos se quitó los zapatos pateandolos, mientras que con sus manos se quitaba la camisa, en cuanto eso estuvo resuelto, se subió a la cama para seguir besando a la rubia.

Victoria comenzó a desabrochar el cinturón de Carlos sin dejar de besarlo, lo cual lo hacía más complicado pero no menos divertido. El castaño por lo mientras estaba buscando de donde se quitaba el maldito vestido de Victoria, que ahora no hacía otra cosa además de molestar.

—¿Dónde está el cierre de esta cosa? —Carlos dijo enojado.

—¡Más te vale que no lo rompas! —Victoria amenazó antes de que el madrileño hiciera algo estúpido.

Ella cambió de posición dejando ahora al piloto abajo, dejó el cinturón de Carlos en paz para que ella misma pudiera quitarse el cierre, que estaba a un costado.

—Solo baja el cierre, que de desvestirte me encargo yo. —Ella rió y de nuevo, Carlos tomó el control.

Comenzó a quitarle el vestido por arriba, el conjunto que traía abajo era lila de encaje, así que los pezones excitados de la chica eran visibles y Carlos quiso desfallecer.

Victoria captó un pequeño brillo en sus ojos mientras ella se alejaba de él y Carlos no podía dejar de quitarle la mirada de encima, excitado por la situación, Carlos puso sus manos sobre las piernas de Victoria mientras ella se movía sobre él, haciendo que él comenzara a perder el control, pero Victoria ignoraba a propósito lo que provocaba en el madrileño, a pesar de que lo podía sentir entre sus muslos.

—¿Si sabes quitar un brasier o también necesitas ayuda? —La cantante se burló de él haciendo que Carlos se detuviera a mirarla con mala cara.

—¿Sabes quitar un cinturón o —Ella lo interrumpió antes de que terminara su oración.

—Ese cinturón lleva en el piso más de cinco minutos, guapo. —Era cierto, cuando Carlos bajó su mirada el cinturón ya no estaba en su lugar.

Carlos sonrió, ella siempre iba un paso adelante, y solo porque era ella, la dejaría ganar siempre que quisiera.

Entre risas y jugueteos, las dos estrellas terminaron desnudas en la cama.

Carlos mentiría si no dijera que había soñado con que se repitiera lo de Maranello y eso estaba ocurriendo, por otro lado Victoria admitía que cada vez que Carlos la tocaba ella se volvía loca, como ahora.

El piloto estaba dejando besos húmedos por todo su cuerpo, comenzó con el cuello, bajando por sus pechos poniendo toda su piel de gallina, siguiendo por su abdomen y justo cuando parecía llegar, se detuvo.

—¿Segura? —Ella lo miró como si acabara de perder su cabeza, le gustaba torturarla.

—Sí. —Y al notar la urgencia se rió para continuar lo que había interrumpido previamente. —Ay por Dios. —La rubia gritó con sus dos manos jugando con el cabello de Carlos, porque el placer que ella estaba recibiendo era demasiado.

Carlos se detuvo un momento para felicitarse a sí mismo, le gustaba saber que los gritos de Victoria los provocaba él y solamente él.

Victoria supo que Carlos no mentía cuando decía que la dejaría llegar primero, porque ella cada día descubría más las grandes habilidades del madrileño, y en esta ocasión fue su habilidad de hacer terminar a una mujer cuando apenas la tocaba.

Después de eso, Carlos subió de nuevo con ella, el beso sabía a ella, pero el sabor no importó.

—Dios, te ves tan sexy con el cabello despeinado. —Victoria dijo entre besos mientras Carlos le sonreía.

—¿Quién fue quien me despeinó? —Preguntó divertido mientras ambos reían.

Carlos había comenzado a bajar las bragas de Victoria mientras ella se deshacía por completo del pantalón y bóxer de Carlos, la cantante comenzó a provocar al piloto con una mano, el gimió una vez que ella apretó de más su virilidad.

Pero él no se quedaría sin hacer nada, menos cuando claramente Victoria iba ganando.

Carlos hizo uso de dos de sus dedos acariciando el lugar exacto para hacer que la cantante arqueara su espalda deseando más.

Victoria iba a regresar el favor de hace rato pero Carlos no iba a soportar, así que se negó y se trató de estirar por un condón, pero no podía.

—A ver, ¿dónde están? —Ella abrió el cajón y de ahí sacó una caja que por suerte aún tenía algunos.

Entre besos, lograron ponerlo y luego, Carlos sintió lo mucho que Victoria estaba preparada para él, todo estaba saliendo a la perfección, y siguieron así por un buen rato, disfrutando del otro, sintiendo electricidad pura cada vez que se tocaban, justo como la primera vez o tal vez mejor, porque ahora ya conocían que le gustaba al otro y todo se había sentido mejor; el cansancio y la falta de condones fue lo que los detuvo y al final ambos cayeron dormidos en la cama del piloto viendo a los rayos del Sol salir.

Carlos estaba terminando una de las mejores noches de la mejor manera, y todo sin preocuparse porque tuviera que correr a la mujer en su cama, porque a Victoria no quería correrla, sabía que con ella podía amanecer y seguir hablando como siempre, la incomodidad se había perdido. Y Victoria por fin había renunciado al mal sexo por querer borrar las caricias del madrileño, pues ahora podría disfrutar de ellas cuando pudiera y quisiera, sin temer de que él quisiera algo que ella no podía ofrecerle, era el mejor trato que había hecho, donde ambos ganaban o ¿no?





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3/3

Helloooo, nada más para decirles que vengo en la carretera y ando actualizando, espero les haya gustado este segundo maratón y nos vemos el siguiente viernes  para mas de la pareja favorita de todos, (o al menos la mía).

Pregunta como siempre, necesitamos tener nombre del ship así que...

a) Cartoria

b) Vicar

c) Cartori

d) Otro

Y bueno, mientras decidimos,  las quiero y gracias por tenerme paciencia.

Otra cosa, a lo mejor se viene un extra sobre este fin de semana pero no me dio tiempo de terminar las ediciones por esto de mi viaje, así que esperenlo en  la semana.

BYEEE , muchos anuncios, perdón.

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