Capítulo 1 [La idea]
Carlos
Actualidad
Caco estaba entrando a la habitación y notó que estaba el canal de ESPN llenando de sonido todo el cuarto, ¿y quién se podía ver frente a la enorme pantalla plana? A nada más que al piloto de Fórmula 1 sentado con la luz apagada y bebiendo algo de un vaso que realmente espera que sea agua, o jugo, ya de perdida, pero que sabía que estaba siendo muy optimista.
—Carlos, basta, ¿desde que hora estás despierto? Para empezar, ¿te fuiste a dormir anoche? —El representante de Carlos, que casualmente también se llama Carlos (pero todos le dicen Caco) preguntaba entrando a la habitación.
—Sí dormí, tal vez poco, pero dormí. —El castaño se había puesto de pie, terminado el jugo de manzana de su vaso (guiño, guiño) y estirándose un poco mientras le ponía muting a la tele, solo para que su manager lo volviera a quitar.
"Ahora, la pregunta del millón, ¿Estará Carlos Sainz de vuelta para la temporada? Algo que sabemos del madrileño es esto, la temporada pasada tuvo una buena temporada, no por nada quedó en segundo puesto en el campeonato de pilotos, pero, ¿esta temporada tendrá lo suficiente para poder lograr el título?"
En la televisión se veía un panel de cuatro hombres expertos en deporte que cada programa hablaban de varios temas, hoy, Carlos era uno de esos temas. Era algo obvio por su comportamiento el los últimos meses, desde que la temporada del 2021 había terminado.
"Bueno, si el chico sigue de fiesta en fiesta y preocupado más por sus apariciones en revistas, comerciales y viajes en yate, no creo que tenga el mismo rendimientos, es más no creo que quede dentro de los 3 primeros lugares"
"No te olvides de sus peleas con los paparazzis, y su casi choque automovilístico en estado de ebriedad"
Las risas de todo el panel se escucharon como si hubiera eco mientras que el cuarto permanecía en total silencio.
—Quita eso. —Carlos había estirado su brazo para poder pagar la televisión pero Oñoro se alejó para evitar aquella acción.
—No, tienes que escuchar esto. —Lo cual hizo que recibiera una mala mirada por parte de su cliente.
"Es más pueden anotar mis palabras, Carlos Sainz Jr. no es ni la sombra de lo que fue su padre, cree que porque tuvo una buena temporada ya es suficiente y no, Carlos no tendrá los mismo resultados y en mi opinión, se me hace una estupidez que le renovaran el contrato por otros dos años, cuando Ferrari tiene a muchos pilotos jóvenes en espera."
"Palabras fuertes de tu parte, pero no creo que tengas razón, yo si creo que pueda mantener el nivel, simplemente te cae mal porque no ha tenido la mejor actitud con la prensa."
—Dios,gracias por hacerme ver esto. —Carlos habló con obvio sarcasmo rodando los ojos harto.
—Tenías que verlo, entiende que tu actitud no ha sido la mejor los últimos meses y la temporada comienza en mes y medio, necesitas tener a la prensa de tu lado. Todo se fue a la mierda cuando...
—¡No! no hablaré de ella, y será mejor que no la metas a la conversación.
—Bueno, no sé cómo lo harás pero tienes que arreglar este desastre con la prensa, al equipo de publicidad no le gusta y no quieren que des esa imagen al equipo. —Carlos salió de ahí cerrando la puerta de un portazo.
No sabía en qué momento todo se fue a la mierda, todo era muy diferente, la gente comenzó a tratarlo mejor conforme más carreras ganaba y a él le gustaba ese tipo de vida, le gustaba esa atención, atención que no había recibido jamás y ahora, era todo el tiempo, la gente por un momento olvido que era Carlos Sainz JUNIOR, y solo era Carlos Sainz y eso le encantaba.
Y esa atención, más su comportamiento egocentrista fue que alejaron a... no, decir su nombre decía, pero todo empeoró cuando ella se fue.
Por otro lado, Carlos Oñoro estaba saliendo en dirección a un bar, sabía que era algo temprano pero su paciencia con Carlos era cada vez menos, no entendía como todo se había salido de control y como él no lo había visto venir, pero es que ahí estuvieron todas las señales todo ese tiempo, pero al ver a Carlos ganar se decía a sí mismo "Déjalo, se lo merece, ganó" y ahora era como un niño berrinchudo al que nunca le enseñaron el verdadero sentimiento de responsabilidad.
¡Dios! ¿Qué haría? Si lo que se decía era cierto, Ferrari ya había comenzado a buscar su reemplazo, Carlos tendría que demostrar que en verdad podía con esto, si no ambos irían a parar a la calle, y no solo Ferrari se desharía de ellos, ningún otro equipo lo querría.
Victoria
Actualidad
Sí había algo que le gustaba a Victoria era castigarse, estaba sentada en su sillón con su gato en las piernas y su celular en sus manos, viendo todos y cada uno de los tweets que había sobre ella y comentarios en la mayoría de sus fotos de instagram.
Al parecer su nombre había vuelto a ser tendencia porque después de una semana, Rogelio y su esposa Cordelia, habían decidido salir públicamente y dar su "versión" de los hechos.
Los habían entrevistado en uno de esos programas de chismes y parecían muy gustosos de hacerlo, ella le dio click al video.
Cordelia parecía la esposa perfecta, como recién salida de uno de los volantes de amas de casa de los 50's, Rogelio igual, tenía un traje a la medida, su cabello perfectamente recortado y peinado, y en sus manos su hija, ¡mierda! tenía una hija y un niño como de 4 años sentado a un lado de su madre.
En teoría parecían la familia perfecta, y ella, ella era la sucia amante.
"Lo cierto es que todos los matrimonios pasan por estos baches, creo que como buenos cristianos lo que debemos hacer es aprender y perdonar. —Su esposa hablaba mientras tomaba la mano de Rogelio. —Además, no toda la culpa fue de Rogelio. ¿Verdad, amor?"
¿De qué carajos hablaba esa mujer?
"Lo cierto es que Victoria y yo no fue más que un error de una noche, nunca debió de suceder, pero ella puede ser muy convincente, ella sabía que era casado y aún así me presionó para pasar la noche con ella. —Rogelio había comenzado a hablar y supo que era momento de apagar la televisión."
Esperaba que no toda la gente creyera lo que decía, pero no le creerían tanto si él no tuviera el respaldo de sus hermosa esposa y sus tiernos hijos, todo mundo se había ido contra ella cuando comenzaron los rumores de que ella siempre supo.
No sabía que le dolía más, el hecho de que Rogelio la hubiera llamado aventura de una noche o que su carrera se estuviera yendo al drenaje por esto, o tal vez que no odiaba a Rogelio, que lo amaba, y que todo esto la estuviera sobrepasando, se sentía como su estuviera ahogándose y no tenía un salvavidas para ayudarla.
Se puso de pie haciendo que bodoque, su gato, decidiera irse a hacer otra cosa y fue corriendo a su escondite, donde guardaba una cajetilla de cigarros. Tomó el vodka ya abierto y comenzó a "cenar", si a eso se le puede llamar cena.
Lucía había llegado, ella tenía llaves de la casa de Victoria desde que este problema las había rebasado, la disquera había amenazado a que se resolviera esto o todo se iría a la mierda. Algunos patrocinadores rompieron contratos con ella, la pobre pelinegra no sabía qué hacer.
—Será mejor que dejes eso. —Lucía le arrebató el cigarro de la boca y lo tiró a un vaso con agua.
—Será mejor que no me digas que hacer. —El coraje y la tensión eran palpables, pero estaban juntas en esto, después de todo, solo se tenían una a la otra. —¿Sabes? Ya estoy harta, no quiero ver a nadie y no quiero salir de mi departamento hasta la siguiente década.
Victoria se puso de pie y caminó hasta la cocina, donde se sirvió agua. Lucía estaba entre la espada y la pared, estaba hasta el cuello de estrés y tratando de resolver esto, necesitaba salir, ella tampoco quería ver a Victoria en ese momento.
—Tienes razón. Mereces tiempo a solas. Saldré. —Lucía tomó sus cosas que había aventado al momento de entrar. Se colocó su abrigo y se dirigió a la puerta. —Prometo que voy a arreglar esto.
—Lucía...siento haberte metido en todo esto. —Victoria lo dice con voz calmada pero llena de tristeza.
—Lo sé, saldremos de esto. —Después de eso, la agente cerró la puerta detrás de ella y se recargó, cerró los ojos intentando que las lágrimas no la abrumen y se dirigió hacia la puerta.
Quería desahogar sus penas en alcohol, hace tanto tiempo que no lo hace, desde la universidad, pero este problema las ha rebasado hace mucho, así que ¿qué mejor que un buen trago para desestresarse?
Caminaba por las calles de Madrid, era de noche, pero la ciudad estaba llena de vida, habían decidido dejar Nueva York porque los paparazzis eran abrumadores, así que fueron a donde todo había iniciado para ambas.
Al ir caminando por la banqueta vio un bar, pero estaba lleno de gente, con la música a tope y eso no era lo que ella buscaba. Siguió caminando en busca de algo más tranquilo, se tardó un poco y lo logró.
Al entrar vio que este bar estaba ocupado principalmente por señores de la tercera edad, tal vez un poco más jóvenes, había pocas personas y solo un hombre sentado en la barra, decidió que tomaría un lugar en la barra, dejando un espacio entre ella y aquel hombre.
—Un vodka soda por favor. —Lucía pidió y le fue servido de inmediato, la cabeza le dolía, pero hoy había dejado a su dolor de cabeza sola en su departamento.
—¿Día difícil? —Preguntó el bartender lleno de tatuajes y una barba blanca muy larga entregándole el trago.
—No tienes la menor idea. —Lucía lo recibió con una sonrisa y comenzó a tomar, por un día dejaría todos los problemas y trataría de relajarse.
Ya era el tercer vodka soda de la chica y podía sentir el calor en sus mejillas, así como todo su cuerpo, se sentía feliz y comenzaba a reírse de todo a su alrededor, no fue hasta ese momento que prestó atención al hombre sentado junto a ella, tenía una cerveza en mano y por lo que sospechaba no era la primera.
—¿También tienes un día de mierda? —Le preguntó para comenzar la plática, si tenía suerte podría acostarse con él y olvidarlo por la mañana.
—Joder sí.
—Brindo por eso. —Lucía acercó su trago a él y lo chocaron en forma de brindis. —¿Qué te hace venir aquí antes de las 6?
—Mi trabajo. —El español le dio un trago a su cerveza, estaba esperando que lo dejarán solo pero la castaña a su lado parecía no tener intención.
—Igual, tengo tantos problemas que no sé cómo saldré de esta, carajo.
—Uy, no creo que tus problemas sean mayores que los míos. —Caco le dijo sonriendo como si hacer una competencia de quien tenía una vida más jodida sería divertido.
—¿Quieres apostar? Estoy atorada porque mi trabajo es encargarme de las relaciones públicas de una niña mimada que se metió con un hombre casado que no solo tiene "la esposa perfecta" también tiene hijos hermosos.
—¿Ah sí? Pues yo también solo que yo manejo las relaciones públicas de un hombre que se le subió el ego a su enorme cabezota y está arruinando todo a su paso, incluida mi carrera. —Lucía se quedó mirándolo en completo silencio.
—En realidad no es una niña mimada. —Le dio un sorbo a su bebida, porque en verdad apreciaba a Victoria y se había sentido mal hablando así de ella.
—Y ese hombre no es tan egocéntrico, solo está pasando un mal rato. —Parece ser que ella no era la única que se había arrepentido.
—¿Lo quieres?
—Claro, somos familia, pero también somos amigos. —Lucía entendía, ella y Victoria no eran familia pero la quería, solo se tenían una a la otra, más cuando todos sus "amigos" abandonaron el barco en cuanto todo comenzó a irse a la mierda.
—¡Dios! ¿Qué haremos? Somos dos personas de marketing metido en pura basura, y lo peor de todo, no podemos dejar a nuestros perdedores clientes porque los queremos, vaya par ¿eh? —Lucía pidió otro trago para ambos y en ese momento entendió que no tendría sexo con ese hombre, pero bien podía utilizarlo como un hombro para llorar y desahogarse.
Ya habían pasado más de 5 horas ahí, bebiendo, comiendo los horribles manís en la barra y riendo de estupideces, pero sin encontrar una solución a sus problemas.
Caco iba a hablar cuando Lucía puso un dedo en el aire y con eso se detuvo, era su celular, un mensaje por parte de Victoria.
"¿Ya vienes? Estoy muy sola y quiero llamarlo"
Lucía suspiró y respondió tratando de parecer lo más sobria posible.
"Hoy no puedo verte, pero te juro que si lo llamas te asesinaré y te dejaré sola en todo esto"
"Okay :("
Bloqueó de nuevo su celular y regreso toda su atención al hombre frente a ella.
—¿Era tu cliente? —Lucía asintió.
—Pero no puedo verla, no ahorita y no así.
—A todo esto, ¿quién es tu cliente?—Caco preguntó
—Victoria Ellis. —Respondió viendo cómo de inmediato la cara de Caco cambiaba a una de completa sorpresa.
—¿Estas de joda? —Ella negó. —Es una de las promesas de la música, la conozco, joder, claro, se metió con ese hombre casado.
—Ella no sabía que él estaba casado, deja de molestar y mejor dime el tuyo.
—Carlos Sainz. —Lucía estaba muy ebria como para tratar de buscar por donde conocía ese nombre. —Es un piloto de Fórmula 1.
—Claaaaro, ya se quien es, vaya que tu españolito tiene problemas de ira.
—Ni me lo digas, pero supongo que no juzgaremos al cliente del otro.
Caco comenzó a pedir su cuenta, debía de regresar con Carlos y vigilar que estuviera lo suficientemente sobrio, o tal vez no, él tampoco lo estaba.
—Correcto, sin juzgar. Yo solo quiero una respuesta y que la gente deje de juzgarla como si fuera una mujerzuela, ¿qué sigue? Apedrearla en la plaza pública. —Lucía sacó su cartera y entregó su tarjeta.
—Carlos se salió de control cuando su novia lo dejó, lo peor de todo esto es que no puedo mirarlo a los ojos y no decirle que fue su culpa.
Lucía ya no estaba prestando atención porque con su cerebro lleno de alcohol aun así estaba comenzando a formular una idea, probablemente no la mejor idea, pero podría servir.
—Entonces, ¿este Carlos no tiene novia? —Caco negó recibiendo su tarjeta. —Y Victoria no tiene novio, ¿Sabes que significa esto?
—No.
—¡Caco! Ellos dos deben salir. —Lucía lo tomó por los hombros y lo sacudió
—¿Qué? —El español se puso de pie alejándose lo más posible de ella.
—Claro, es la jugada más antigua del mundo, una relación falsa, podría durar toda la temporada de Carlos y parte del tour de Victoria, ella iría a algunas carreras, él a algunos conciertos, se les vería juntos en algunas citas, algunos post y tweets por aquí y por allá y kaboom, ambos de vuelta a la cima, y cuando todos olviden lo que pasó, los dos pueden volver a su antigua vida.
—No lo sé, no creo que a Carlos le guste. —Caco decía mientras Lucía guardaba su cartera con su tarjeta dentro.
—Pues no es como que le pidas permiso, si quiere que su carrera mejore te tiene que hacer caso, podría ser el mejor piloto del mundo pero si no tiene una buena imagen dime cuantos equipos lo querran en él. —Joder eso lo sabía Caco, pero Carlos era terco como una mula.
Lucía buscó su tarjeta de presentación en la bolsa aprovechando el silencio de su nuevo amigo y al sacarla le dijo:
—Mira si quieres seguir conservando tu trabajo llámame, si no escucho de ti en una semana lo tomaré como un no y buscaré a alguien más. Suerte.
Y al entregársela salió de ahí dejando al español sin palabras.
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Espero les guste esta nueva propuesta, me encantaría saber su opinión con un comentario.
Nos vemos el siguiente viernes, Feliz Año Nuevo.
Atentamente JavaddMad
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