EPÍLOGO

14 de Febrero.

Corazones. Rosas. Parejas. Besos

Simbolizan una sola fecha, San Valentín. La fecha donde las ciudades se visten de rojo, las florerías rebalsan y los peluches o chocolates se vuelven excelentes opciones para aquellos enamorados. El sentimiento que te hace pensar en esa persona especial.

¿Para mí? La fecha que me recuerda a dos.

Nathaniel y Caleb. Uno se fue de esta vida, y el otro simplemente se fue de la mía.

—Iremos a ver una película— observo a Sky y Justin.

Sky había llegado el mismo día que él se fue. Su conversación cobro sentido en ese momento para mí, se aseguró de dejarme con seres queridos. Justin se unió al poco tiempo, por mi amiga.

—¿Quieres venir?— ofrece el rubio desde la puerta de mi habitación.

Niego. —Miraré alguna aquí.

Sé que si salgo por esa puerta, lo que encontraré será la inevitable sensación de su ausencia, ambas. Nate porque un día estuvo aquí para la fecha y Caleb, porque decidió no estar. Para mejorar. Además, hacer un mal tercio en una pareja no es lo mío.

—Tienes que despejarte— asiento poniendo los brazos sobre la colcha gruesa. El invierno no acaba y mis dedos podrían congelarse si me despojo de ella. Sin mencionar otra cosa.

—Eso haré.

Sky se cruza de brazos y camina sigilosamente hacía a mí, me pongo nerviosa por su cercanía. De un tirón alza lo que cubre mi cuerpo y encuentra lo que he estado ocultando. Una hoja de papel con direcciones y teléfonos.

—¡Harriet!— cierro los ojos escuchándola gritar. —Tienes que parar— me dice ella tomando la hoja que había sacado de internet, con los días iba tachando los centros de rehabilitación que se negaban a contar con un paciente llamado Caleb Lodge.

—Dámelo.

—Ya hemos preguntado en todos de la ciudad— pero yo no me daré por vencida.

—Pudo ir a Lucca—donde vivió con su madre. —O volver...

—Basta Harriet— me detiene Sky. Mueve la cabeza, negándose a mi comportamiento, su mano en su frente me demuestra lo exasperada que esta. —Él no estará en ninguno de estos lugares.

Frunzo el ceño. —¿Qué quieres decir?

Sky mira a Justin. Tienen esas miradas secretas.

—Dime— insisto.

—Archie encontró algo— dice su novio.

—Justin— pero yo si quiero escucharlo.

—¿Qué cosa? Quiero saberlo.

Hasta donde supe su teléfono había sido dado de baja.

—La última llamada que hizo— dice él.

—¿Qué tiene?

—Estaba registrado al nombre de Nina Vitale.

Parpadeo, uno y dos veces. ¿Es verdad? ¿Caleb llamo a su exnovia?

Ellos dos saben de Nina, yo se los conté. Y Sky no dudo en buscarla en redes sociales, tardo menos de una hora en encontrarla. Vitale, es el apellido de Nina.

—¿Cuándo?— pregunto apretando los dientes.

No quiero pensar mal, quiero que estén equivocados.

Sky exhala pues sabe que deberá decírmelo. —El 1 de Enero, a las 5 de la mañana.

Cierro los ojos, esa mañana pasa por mi mente sabiendo que yo desperté mucho después. La nota que me dejo aún está conservada entre mis cosas.

—Él dijo que buscaría ayuda— digo sacando la nota de los cajones de mi velador.

La leo cada noche, antes de dormir. Creyendo que Caleb puede estar en algún lugar recibiendo ayuda. No con esa chica rizada de cabello tan negro como el de él. Definitivamente, no.

—Nosotros...— empieza Sky. Justin me mira con tristeza, cosa que odio. —Suponemos que no es cierto.

—¿En qué están pensando?— digo sin querer aceptar otra posibilidad. —¿Qué se fue con ella? ¿Qué me dejo por ella?

Sky baja la mirada. Rápidamente niego, no es posible. Él se fue porque no quería que yo cayera en algo como sus adicciones. Por eso se fue.

—No se fue con ella— aseguro. —Debe haber alguna explicación...

—No está en ninguno de esos centros Harriet. ¿Cómo lo explicas?

No sé. No sé cómo explicarlo.

—No sigas perdiendo tu tiempo...

—¡No!— grito incapaz de ocultar mis lágrimas.

Sky da un salto por mi tono elevado.

—Él no dice mentiras...

Justin toma a su novia y la lleva a la salida, puedo escucharlo diciendo que sea compresiva, que estoy negación.

La carta queda sobre mis dedos, el papel que tanto he manipulado para leer.

Necesito buscar ayuda para poder ser el hombre que mereces.

El día que ellos dos se vieron, él apenas habló con ella. No lo entiendo. ¿Me mintió?

No. Alessia lo dijo, Caleb no miente. Si él escribió esto, entonces es cierto. No voy a desconfiar, solo necesito encontrarlo para que sepa que no debe hacerlo solo. 

Una gota moja la hoja arrugando la zona. Me limpio con la manga de mi abrigo. Lo extraño.

—Ciao— nonna ingresa con toda la confianza. —Te lo han dicho— es lo que imagino. Nonna se siente a un lado de mi cama.

—Lo hicieron— no puedo verla de frente, así que acaricio la tela de donde me encuentro.

—No creo que pueda ser cierto.

—¿No lo crees?

—Tal vez estoy equivocada...

—¿Por qué?

Nonna estira el cuello. —Caleb hablo conmigo el día que llegaron— abro los ojos. —Él fue muy honesto, me sorprendió que me hablara de una manera tan...— espero que encuentre la palabra. —consciente, teniendo un problema como el suyo. En ese momento supe que ese chico estaba dispuesto a cosas grandes por tu bien.

Sus oraciones logran acelerar mi corazón, no puedo creer que él le hubiera dicho lo que haría. O que hubiera sido directo con ella, con poco tiempo de conocerla.

—Creo que él estaba seguro de su decisión— vuelvo a oír, pidiendo que me diga algo como su paradero. —No tenía intención de lastimarte o eso considero que intentó decirme.

—¿No te dijo a donde iría?— no puedo esperar más.

—No— la decepción se hace presente.—Dijo que sabía lo que tenía que hacer.

—Nonna, por favor recuerda algo más— me remuevo. —Pudo decirte algo que podría revelar...

—Caleb tomo su decisión— me dice con tono serio. —No puedes ir en contra de eso, si él pensó que sería mejor así. Créelo como él.

Parpadeo. Es que lo más probable es que no sepa que él tomó esa decisión por mi culpa, yo no debí intentar... me lo he lamentado todos estos días. Él hubiera confiado en mí y me hubiera pedido ayuda.

—¿Y si no lo logra?— el miedo me toma. —¿Si no logra dejar eso? No va a volver.

Nonna frunce los labios. —Eso no quiere decir que vaya a rendirse.

—No lo sabemos— me inquieto. —Él puede intentarlo y si no lo logra creerá que no debe volver.

Me gustaría decirle que puede hacerlo, que puede contar conmigo. Que no necesita estar lejos para intentarlo.

—Tienes que confiar en él.

—Confío en él— susurro.

—Entonces. ¿De qué te preocupa?— siento que toda posibilidad de encontrarlo vuelven a irse al piso. —Él confió en ti para dejarte sola y que pudieras seguir avanzando, decidiendo si esperarlo o no...

—Señora...— Belén llega corriendo a mi puerta. Ninguna pasa por alto que trae una expresión de estupor. —Tiene que ver esto.

Nonna me da una mirada antes de que ambas nos paremos y bajemos juntas las escaleras.

—¿Qué está sucediendo?

—Las noticias...— señala al televisor.

La gran pantalla muestra un programa de noticias, uno donde las cámaras muestran un lugar lleno de lápidas y entre ellos, o mejor dicho centrado, la de Joseph Stokes.

El título del reportaje lo dice todo. Confermato. Joseph Moore Stokes, presidente del noto marchio LiMo, è morto da più di dieci anni. <<Confirmado. Joseph Moore Stokes, presidente de la conocida marca LiMo, lleva más de diez años muerto.>>.

Las cámaras achican la vista y ponen a un lado el en vivo donde varias personas se muestran con micrófonos y enormes cámaras se acercan a lo que parece ser las puertas de algún hotel.

—Es Lilian— dice nonna llevando una mano a su pecho.

La mujer que sale, con anteojos oscuros y sus tacos de diseñador, sin duda es mi madre. Ella aparta a las personas con sus brazos mientras todos hacen preguntas sobre el hallazgo de la muerte de mi padre.

¿Sabía que su esposo estaba muerto? ¿Es cierto que usted visitaba el cementerio seguido? ¿Usted encubrió la muerte de Joseph Moore? ¿Sabe que es ilegal lo que hizo?

Todas las preguntas se quedan sin respuestas por Lilian, en vez de eso una mujer a su lado se encarga de decir lo que repite una y otra vez. Sin comentarios.

El reportero queda enfocado para tomar la palabra, quiero saber lo que tiene por decir, pero los zumbidos en mi abrigo me distraen.

Es una llamada, Susan.

Ella también estuvo buscando a Caleb, se preocupó tanto cuando le dije lo que paso. Segura ya vio las noticias.

Llamada - Susan.

Susan.

Silencio. Acomodo el teléfono en mi oído, escucho una respiración. Doy unos pasos en el vestíbulo.

¿Hola?

Hola, loca.

La voz se me queda atrapada en la garganta. Es esa voz, la que no olvido, la misma.

¿Caleb?

¿Bromeas? ¿Alguien más te dice loca?

Me remuevo el vientre escuchar su risa. De verdad es Caleb. Sostengo el dije que me regalo en navidad, el de la estrella pequeña y fina.

No... No

¿Dónde estás? Te he buscado y...

Me lo han dicho.

Escucho como suspira.

¿Susan te encontró?

Lo hizo. Ahora si lo hizo.

¿Me dirás donde estás?

No es así de simple...

¿Por qué no?

Estoy en un buen lugar.

Pero no me dice donde. ¿Susan tampoco me lo dirá?

¡Caleb!...

La voz de alguien más se oye desde la otra línea, lejos. Es aguda, pero no es Susan.

No tengo mucho tiempo.

¿Por qué lo dices? ¿Quién está contigo?

Me gusta escucharte.

Caleb que sucede...

Estamos lejos, pero por la noche la misma luna y estrellas nos alumbran...

¿Es ella? Te dije que no...

Necesito un segundo

Devuélvelo.

Un segundo...

¿Qué está pasando allá? Es una conversación ajena a la nuestra.

Loca...

Caleb por favor no cuelgues.

Escucha, lamento haberme ido así. Debí decírtelo...

Caleb...

¡Nina, un segundo!

Es ella. Si es Nina.

¿Estás con ella?

Es cierto lo que dijo Justin. Escucho como suspira contra la bocina. Puedo imaginarlo frustrado.

Te dije mi condición y tú aceptaste. Tienes que cortar ahora.

Claro que es ella.

¿Qué condición? ¿Qué aceptaste?

Feliz San Valentín, loca.

Espera...

Pero ya es tarde. La línea suena sin ningún ruido extra. Mi teléfono cae desde mi oreja hasta el final de mi brazo.

Confusión y dolor combinados, es lo que va creciendo dentro de mí, viendo esos flashes que me dejan los recuerdos que viví con esa persona de ojos grises. No estoy segura de lo que pasa, pero si de algo. Caleb se fue con Nina, él la llamo y ahora está con ella.

¿Cómo pudo acudir a ella? ¿Por qué a ella y a mí no?

Ingreso a la sala con mucho en mis pensamientos, nonna sigue de pie viendo la televisión. No ha notado que no estaba. Prefiero que sea así, no notará mis ojos aguados. Sin verme, ella dice.

—La verdad siempre sale a la luz.

100522✨

Se aproxima el estreno de la segunda parte de CTVAV✨Domingo 15 de Mayo✨

¿Emocionadas(os)? Daré aviso de la hora en IG.✨

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