CAPÍTULO 85 (FINAL)
24 de Diciembre
Cierro mi maleta cuando todo está listo. El día ha llegado, tenemos que llegar con nonna antes de media noche. Antes de Navidad. Peino mi cabello sin tanto que hacer y termino por cubrir las ojeras de mis ojos con un poco de corrector.
Si no duermes te aparecen, y si lo haces mucho también.
-¿Estás seguro?- escucho que habla muy bajito Sky.
-No tengo opción. Él siempre tuvo razón- Caleb.
Ellos dos se habían mantenido bastante unidos para mi recuperación. Por lo que Caleb me había contado, Justin tampoco lo llevaba tan bien, y por eso ha decidido hacer un viaje con Archie, alejarse con alguien que vería por él. Katherine es otro caso preocupante, Amber está con ella. No fue al entierro, y eso ha sido lo más extraño. Sky se irá con su familia y nosotros a Milán, Italia.
-Aún ahora no puedo creer que ya no este- sigue doliendo. Tampoco lo creo.
-Necesitará a sus seres queridos.
-Llegaré para después de año nuevo.
-Que sea el primero.
Salgo de mi escondite pues escuchar conversaciones ajenas ya me ha causado más de un disgusto.
-¿De qué hablan?- pregunto.
-Traeré tu maleta- me dice Caleb. Dejo que se vaya.
-Iré a verte después de las fiestas- dice Sky. -Sorpresa.
Sí. Eso había oído. No es que no me agrade verla o pasar tiempo con ella, pero de verdad espero que este cambio de aire me haga bien.
Sky nos deja en el aeropuerto, las personas y familias aquí van con sonrisas en sus rostros. El ambiente navideño se siente en todos lados, moños rojos, árboles decorados, gorros con pompones, regalos y suéteres recordativos de este día. Todos celebrando y yo en sumergida en tristeza.
-Según esto- menciona Caleb con nuestras dos maletas y los tickets de embarque en mano. -Tenemos varias horas de vuelo.
-Lo bueno es que podre dormir- Caleb hace una mueca y entiendo que estropeo todo buen rato que quiera pasar él.-Lo siento.
-Entiendo que te sientas mal- me da un beso en los labios, no tengo tiempo a responder, así que solo se queda en un leve toque. -Pero ayúdame a llegar al avión.
Como las pocas veces que lo ha logrado, sonrío. Reviso los pasajes y le indico hacia donde tenemos que ir primero. Dejamos que se lleven las maletas a bodega y luego nos dirigimos a la zona de embarque asignado por la aerolínea.
-Código QR- nos solicita el personal del ingreso de la puerta.
Caleb muestra el suyo y luego yo. El pelinegro toma mi cintura para seguir el camino al avión, nuestros asientos están juntos.
-Bienvenidos al vuelo 2322 con destino a Milán, Italia. Quien les habla, el capitán...
-Puedes acostarte en mi hombro si lo que quieres es descansar- Caleb se ha vuelto la persona más comprensiva en estos tiempos.
Asiento alegre de que se ofrezca y no le moleste que cierre los ojos nuevamente.
(...)
Cuando el taxi se detiene en la casa que reconozco de toda mi niñez, puedo sentir la melancolía entrando a mi cuerpo. La casa sigue manteniendo su belleza intacta.
-ragazza mia- me dice aquella mujer que me ha dado todo su afecto por años.
En sus brazos puedo sentir la calidez y el amor de madre que nunca he tenido de Lilian.
-Te ves muy delgada. No has estado comiendo, Sky me lo ha dicho- mis mejillas son apretadas. Hasta que nota la otra presencia. -È molto attraente.
-Nonna- digo con un poco de vergüenza.
-Sono Caleb e grazie- dice él con la mano extendida. Nonna me da una mirada y luego estrecha su mano. -Se ve muy joven para ser su nonna.
Nonna ríe lo que provoca que una sonrisa se dibuje en mí. Caleb la nota.
-Un punto para ti- le dice ella. -Vamos por favor no se queden afuera que hace demasiado frío.
Y sí que lo hace. Es invierno y la nieve casi hace que mis dedos se congelen, en cambio, adentro es otra cosa, la chimenea de nonna calienta todo su hogar. De niña amaba sentarme cerca, podía dormir tan placidamente a la luz de la llama.
Cuantas noches pasamos aquí Nathaniel y yo. Hay recuerdos en esta casa y aunque hable con nonna por teléfono, sé que tendremos una conversación después. Ella entiende que todos tienen un destino, pero yo no creo que ese fuera el destino de Nate.
-Ustedes tomarán la habitación más grande.
-¿Y mi habitación?- pregunto sin comprender.
-Supuse que necesitarían una cama más grande- dice pasando su mirada en ambos. -¿No duermen juntos?
Por primera vez, después de mucho tiempo vuelvo a sentir mis mejillas sonrojarse. Y la razón sigue implicando a Caleb.
-Se lo agradecemos- se adelanta el pelinegro.
Nonna asiente y deja que nos acomodemos en la habitación. Claro que antes de irse nos pide bajar para cenar.
Caleb y yo solo necesitamos una hora para asearnos, vestirnos y salir de a habitación. Caleb ha bajado antes para conversar con nonna y ver el lugar, la casa lleva un árbol de navidad de mediana estatura en su sala, la misma que cuenta con un piano que pertenecía a mi nonno. No evito pensar en lo que Caleb podría tocar ahí.
Sigo observando y entre los cuadros de fotografías veo una de Nate, yo y Sky. Unas vacaciones que pasamos juntos. Sonrío con mucha pena. A su lado, están encendidas dos velas con la fotografía de Nonno, esa fotografía siempre estaba ahí para recordarlo. La diferencia de ahora, es que una fotografía a su lado lo acompaña, Nathaniel.
-Ha sido una verdadera tragedia...- dice nonna entrando a la sala junto a Caleb. Una vez me miran cambian el tema. -Ya bajaste.
-Sí. ¿No has invitado a nadie?- pregunto viendo la sala vacía.
En los años que estaba aquí siempre hacia una reunión pequeña.
-¿Cómo que no?- dice alzando los brazos hacia nosotros. -Ustedes son mis invitados de este año. -Quiero conocer todo de Caleb.
El nombrado sonríe. Lleva un suéter negro ancho por la parte del cuello. -No hay mucho que conocer.
-Siempre hay algo que conocer- puntualiza ella.
Sé que se llevaran bien.
-Vamos a cenar. Deben estar hambrientos- debería, pero no. Mi apetito se ha reducido al mínimo.
Nonna llama a una de las mujeres que siempre ha estado a su lado, Belén. Lleva trabajando años con ella.
-Puedes irte con tu familia ahora, nosotros nos encargaremos de lo demás.
Belén le sonríe y con una despedida breve se aleja de nosotros.
-Caleb...- le entrega el cuchillo. -¿Nos harías el favor?
El tatuado se levanta y parte el gran pavo en trozos. Me quedo en mi asiento observando como este se divide en porciones para cada uno.
-Espero que pienses quedarte un largo tiempo Caleb- dice nonna desde un lado de la mesa. -Quiero conocerte muy bien.
-Haré lo posible para que lo haga.
Me dedico a masticar escuchando de su conversación.
-¿Algo que deba saber de él, mi linda nieta?- tardo en comprender que se dirige a mí.
Miro a Caleb, se ha dado cuenta de que por un minuto me he ido hacia otro lado para no estar atenta.
-Sabe tocar el piano muy bien.
-¿En serio?- dice ella. Su entusiasmo es el mismo que imagine estando en la sala.
-Tendrás que tocarnos algo- él asiente. No creo que le incomode hacerlo.
-Se me ocurre algo- dice viendo a mi dirección.
Las velas rojas y verdes sobre la mesa se apagan cuando todos terminamos de comer, no he terminado ni la mitad de mi plato, pero es suficiente para decidirnos a ponernos de pie y pasar al descanso. Cada uno con un vaso de vino, un vino en honor a la fecha.
-Per favore- lo invita nonna a sentarse en el banquillo del piano.
Caleb acaricia el instrumento.-Es un piano de cola.
-Mi difunto esposo era profesor de música- nos comenta. -Puedes hacer que vuelva a escuchar bellas notas.
Me mantengo de pie, con un brazo sobre otro, resguardándome. Caleb hunde la primera tecla blanca logrando que me enfoque en él.
-sarà un onore.
Nonna se acerca a mí, esperando que Caleb se acomode.
Al cabo de un momento, Caleb empieza a tocar con una sola mano. La melodía es clara, con tres dedos que van siguiendo el mismo ritmo, su otra mano empieza en cuanto la nota es alcanzada. Y entonces ambas se dedican a presionar la tecla exacta.
El corazón me encoge sintiendo la música que lleva haciendo solo con los dedos, nonna se ha colocado una mano en el pecho, Caleb es bueno para trasmitir esa clase de cosas sin hablar. La garganta poco a poco se me cierra y los ojos se me humedecen un poco más de lo normal.
Es Stop Crying Your Heart Out de Oasis.
https://youtu.be/Kp8EzJGlLFo
La manga de suéter que termina en su muñeca no le impide la movilidad de un lado a otro entre las teclas. Sin previo aviso, su cabeza se alza de las teclas sin perder su concentración.
-'Cos all of the stars. Are fading away- mis ojos lloran y no puedo evitarlo. -Just try not to worry, You'll see them someday- me observa. -Take what. you need. And be on your way. And stop crying your heart out.
Ese nudo que crece en mi garganta me hace limpiar mis lágrimas para ver como continúa con la canción, manda aquel mensaje que sabe que entiendo. No le importa que nonna lo escuche o no. Caleb me está diciendo algo a su manera. Y cualquier persona podría verlo.
Aquí para celebrar la navidad no se espera a media noche, tampoco se espera para comer hasta esa hora. Es por eso que la mayoría de personas decide ir a dormir hasta el amanecer, que es cuando los niños bajan las gradas para encontrar sus tantos regalos bajo el árbol de sus padres. Yo era una de esas niñas, claro que los regalos no eran de mis padres.
-Sabía que vendrías aquí- me dice nonna.
Lleva su bata de dormir, una que le abriga muy bien. He dejado a Caleb durmiendo porque yo no he podido conciliar el sueño en la hora que llevo acostada.
-Siempre me encontrabas- digo refiriéndome a años de mi infancia. Estar frente a la chimenea era gratificante. Lo era.
-Seguiré haciéndolo mientras viva- la observo, pues lo que me dice no me agrada para nada.
Ya he tenido suficiente con muertes, no quiero más.
-Por favor no digas eso nonna, si te pasa algo...- y así de simple, con solo palabras y hacerme una idea de que ella ya no este, me hace doler el corazón.
-Oh pequeña- se sienta en el suelo y me abraza. -No quise hacerte llorar más.
-Ya no puedo con esto nonna- sollozo. -Porque tuvieron que irse...
-Lo sé. A veces la vida es así- me consuela. -No podemos evitar las cosas, si así está escrito nuestro destino.
Me niego a creer eso. Me niego que este dolor sea necesario para cualquier persona.
-Nate no se lo merecía. Él me salvo. Tuve que ser yo.
-No puedes decir eso- reprende. -¿Crees que se arrepentiría de salvarte?- pregunta ella.
No quiero responder.
-Ese chico siempre ha estado a tu lado, lo conoces mejor que nadie- motiva. -Él tomó su decisión por algo. No puedes minimizar eso.
No lo había visto así. Si Nathaniel había interferido en ese disparo, fue para salvarme. No sabía que iba a morir por eso, pero aun así lo hizo. Y yo estoy aquí lamentando que lo hiciera.
-No puedes hacerle eso- susurra nonna. -Nate era un chico maravilloso, siempre quiso tu bienestar. Y aunque sé que se equivocó... una mala decisión no define a un hombre. Reparo el daño, lucho por continuar y es lo que hizo hasta su último respiro.
Mis ojos se vuelven aún más aguados, desprendiendo lágrimas y lágrimas. Su mano acaricia mi cabello y mi frente.
-Tienes que aprender a seguir con eso- me indica.
-¿Y papá? ¿Cómo no puedo sentirme culpable por odiarlo sin saber que estaba muerto?- nonna se pone rígida al oírme.
-¿Cómo dices?
-¿No lo sabías?- nonna niega. -Mamá lo oculto.
Nonna cierra los ojos, es algo que ella puede creer. La conoce. -Tu madre siempre ha buscado las cosas de la peor manera. Joseph era una buena persona, un buen hombre.
Una parte de mí se siente aliviada de saber que ella no tenía conocimiento. Lilian es su hija adoptiva y aunque ella intentó inculcarle la mejor enseñanza como a mí. No pudo cambiar sus decisiones.
-Estoy sufriendo mucho nonna- declaro.
-También tienes a alguien que está sufriendo por ti y no te das cuenta.
-¿Qué?- me aparto de sus caricias. -¿Quién está sufriendo?
Nonna sonríe, como si quisiera que yo misma responda eso. -Tú lo sabes. ¿Quién puede ser?
-¿Caleb?
-Has encontrado a alguien que te ama- frunzo el ceño. -He tenido la oportunidad de hacerle algunas preguntas.
Se ve que me han hecho a un lado en tan poco tiempo, no los culpo, ando entre las nubes últimamente.
-Pero recién lo conoces.
-No necesito sacar su historial para conocerlo- toca mi mejilla. -A veces los ojos dicen más que las palabras.
-No sabía que la estaba pasando mal.
-No creo que lo esté haciendo, creo que le duele verte mal.
No me lo ha dicho. Pero supongo que he sido tonta al no notarlo.
-Tenemos que superar para ser felices. Recuerda.
-No quiero olvidar.
-Superar no es olvidar. Tenemos memoria que siempre nos recodara lo que vivimos, pero tú eres quien decide que importa más, lo bueno o lo malo.
Si nonna era una de las personas que más me había enseñado en esta vida, entonces cada palabra que podría salir de su boca era como una reflexión para mí. Aprendía una cosa nueva cada vez que estaba con ella. Y esta noche no ha sido diferente.
Nathaniel Archer es el chico de ojos verdes que voy a recordar por siempre, y siempre lo llevaré en mi corazón.
Regreso a la cama porque sé que es momento de dar un paso hacia adelante o al menos intentarlo.
-Estás despierto- digo cuando siento que sus brazos me envuelven en la oscuridad.
-Ya no puedo dormir bien, si no estás conmigo.
-¿Soy tan importante?
-Como no tienes idea.
Aquellas palabras solo me hacen ver que he estado alejándome del chico que ha intentado buscar mi bien. Tomo su mano en mi vientre y la sostengo.
-Caleb...- susurro. Él hace un gruñido como respuesta que me oye. -Feliz Navidad.
-Mira debajo de tu almohada- mi dorso se levanta escuchando esas palabras. Enciendo una lámpara de mi lado y quito mi almohada.
Hay una pequeña cajita roja. Caleb mantiene los ojos cerrados. Abro el obsequio y me encuentro un collar muy fino, de plata igual que el que cuelga de su cuello, este también tiene un solo dije, una pequeña estrella.
-Caleb...
-Feliz Navidad, loca.
(...)
-¿Sabes hacer pasta?- Caleb sonríe nervioso. Entonces sé que debo interferir.
-Él sabe hacer unos buenos desayunos.
Nonna arquea una ceja observándonos uno al otro. -No morirán de hambre juntos.- pues es cierto. -Belén- la mujer con mandil deja de picar las verduras para esta noche. -¿Tenemos la pasta tradicional?
-Queda un poco de la cena de la otra noche- se limpia las manos y saca de unos de los cajones de la cocina de nonna. -Pero no va a alcanzar. Iré a comprar.
-No- dice nonna de inmediato.
Nos mira a ambos. Caleb me abraza desde atrás, acabamos de hacer galletas con las indicaciones de Belén. O el intento de ellas, muchas han quedado deformadas, pero lo que cuenta es el intento. Estoy intentando.
-Vayan ustedes- nos apunta. -Tienen que salir de esta casa o sé que quedaran todo el nuevo año dentro de una.
Como olvidarlo, falta unas cuantas horas para celebrar el nuevo año. He dado mi mayor esfuerzo para disfrutar de momentos con nonna y Caleb, participar de sus conversaciones o ver sus partidas de ajedrez.
-Vayan al supermercado- Caleb frunce el ceño, sé que no conoce para nada estas partes. -No te preocupes, ella sabe donde queda.
Ambos tomamos un abrigo, de esos que te cubren hasta las rodillas, llevan capuchas peludas y te abrigan muy bien de la tempestad que hay afuera.
-¿Quieres que conduzca?
-Déjame hacerlo- pido. Creo que debo acostumbrarme a conducir de nuevo. No siempre alguien tendrá que llevarme.
Esta zona es más poblada, las calles están repletas de nieve y se debe tener unas llantas especiales si no quieres patinar sobre el pavimento congelado. Cada respiración hace que el vapor de nuestras bocas sea expulsado.
-¿Qué es exactamente lo que necesitamos?- pregunta cuando ingresamos a la tienda.
Me quito los guantes y Caleb también lo hace para sostenerme la cintura y entrar al lugar.
-Pasta tradicional.
-¿La pasta de caja no es tradicional?.
Volteo hacia él. -¿Seguro que eres italiano?
-è quello che mi hanno detto.
Sonrío entendiendo su idioma, me gusta oírlo hablar en italiano. Y más que nada me gusta verlo sonreír. Nos dirigimos a la zona y entonces localizo lo que nonna nos ha pedido. Pasta de la que ella usa.
-Ya veo- dice Caleb sosteniéndola. -Es más costosa.
Con que eso es lo que ha visto. Suelto una carcajada.
-¿Crees que debamos llevar algo más?
-¿Como que?
-Uvas.
-No sé si nonna ya ha comprado.
-Cuanto más mejor- y con eso Caleb tira de mi mano para ir a la zona de frutas.
Las personas que van y vienen casi corren de prisa, es que este día es especial para que todos salgas de casas a prepararse para recibir un nuevo año. La zona de frutas y verduras es una de las colapsadas, todos buscan sus últimos ingredientes o algo en particular. No puedo imaginar como habrá estado en Navidad.
-¿Así están bien?- pregunto tomando un pequeño empaque. Debe haber medio kilo. -¿Caleb?
Volteo a verlo, se ha mantenido detrás de mí, puedo ver que está viendo hacia otra dirección, entre la multitud, con su ceño fruncido.
-¿Viste algo?- pregunto.
Caleb gira a verme recordando que sigo aquí.
-Me pareció ver a alguien- me cuenta. Observo entre varias personas, están pesando sus productos en bolsas para llevárselas.
-¿A quién?
-No importa, loca. ¿Nos vamos?-toma la bolsa de uvas y me dirige a las cajas.
Sus manos están ocupadas, pero su cuerpo sigue estando cerca del mío. Es de esperar que todos los cajeros estén llenos, por lo que toca esperar un rato.
-¿Estás bien?- pregunto viendo como mueve la pierna y ve al suelo.
-Sí.
-Caleb- en serio algo le afecto. No es normal. -¿Qué pasó? ¿A quién viste?
Sus ojos grises me observan como disculpa, no quiero una disculpa, quiero saber que le pasa.
-No es nada.
-Entonces dímelo- empiezo a desesperarme.
-Está bien- suelta de repente. Estaba lista para insistir, pero creo que no será necesario. -¿Recuerdas a...
-¿Caleb?.
Lo que pasa ahora es en forma sincronizada, ambos giramos sobre nuestros talones, yo confundida y él nervioso. Es una chica. Es...
-Nina.
Ella muestra los dientes, alegre de ser reconocida. Su cabello es rizado, muy rizado y negro, su nariz lleva un piercing con algunos accesorios. Y sus orejas tienen muchos colgantes, seguidos.
-Lei è...- pregunta ella viendo que me he quedado observándola.
Caleb parece despertar, su mano me sujeta de la cintura y puedo escuchar como forma la siguiente línea. -Ella es Harriet, mi novia.
Nina abre ligeramente los ojos, lo suficiente para que entienda que esa información no se la esperaba.
-Creí que te fuiste del país- dice mirando intercaladamente entre nosotros.
-Así fue. Vivimos de visita- ella asiente.
-Genial. Oye, te ves bien- le dice a Caleb.
El nombrado sonríe, pero esa sonrisa no es sincera.
-¿Cómo está, Alessia?
Tanto Caleb como yo nos alteramos con el nombre.
-Ella falleció- entiendo que se conocen. Y que conoció a Alessia.
-Lo siento- dice tocando su pecho. ¿Está dolida? ¿O solo finge estarlo?. -Ehi, dimmi che hai smesso...
Arqueo una ceja, parece que sabe más sobre él. Ella se da cuenta de mi mirada y entonces pregunta.
-Disculpa ¿Sabes italiano?
-lo so.
-Sabes italiano - dice extrañamente feliz.
-mia nonna è italiana- dejo saber.
-Tenemos que irnos- es nuestro turno. Caleb entrega las cosas a la cajera, paga casi aventando los billetes y salimos con la bolsa en mano.
No me da tiempo a preguntar o formar la pregunta cuando la misma chica sale corriendo detrás de nosotros.
-Caleb- ahora que quiere.
-Espérame en el auto- me dice Caleb entregándome la bolsa.
Parpadeo sin entender. -¿Por qué?
Caleb aprieta los labios. -Por favor.
No quiero discutir. Entro al auto y me quedo detrás del volante observándolos por el espejo retrovisor.
Caleb habla, puedo notarlo cuando mueve los labios. En cambio, la chica, Nina, asiente y luego de tener su turno dice algo. Ella niega repetidamente hasta que finalmente asiente. Como si lo entendiera o hubiera sido explicada. Me aseguro que no tengan contacto físico, y lo compruebo al ver que ella solo toma su brazo y se va.
-¿Quién era?- es claro que pregunto apenas abre la puerta del copiloto.
-Ella es la hija de Kyle.
Un minuto, es todo lo que necesito para saber de quién se trata. Nina, la hija del hombre que iba a ayudarlos a él y a Alessia. Nina. Su ex novia.
-Tu ex novia.
-Sí.
-¿Qué hace aquí? ¿No dijiste que estaba en Lucca?
-Se mudó. No lo sabía.
-Claro- digo. Es obvio. Su cara al verla lo dijo todo.
Meto la llave al auto y la giro para encender el motor.
-Espera- me detiene. Su mano está encima de la mía deteniéndome. -¿Sabes que no debes preocuparte, verdad?
Eso me deja un poco extraña. Si recuerdo bien, ella le terminó a él. Pero no vi conflicto negativo de parte de ella.
-¿Por qué me lo estás diciendo?
-No quiero que esto estropee el día- se ve preocupado. -Quiero... despedir este año contigo.
Ya sé. Estamos a horas de que el año termine, no puedo ponerme a pensar y quizás, solo quizás ponerme celosa ahora. Caleb tiene un pasado, tiene ex novia como yo lo... me controlo pues sé que debo avanzar, aunque eso no implique olvidar.
-Pasaremos año nuevo juntos...-me dice.
-Lo haremos.
-Sin peleas- ok. Está un poco extraño.
-De acuerdo.
(...)
Una de las cosas que me gusta de Italia, es que podemos disfrutar de la nieve en estas fiestas. La misma que cubre todo el patio, donde mi columpio de mi infancia cuelga bajo el árbol, con un montón de nieve cubriendo los asientos y las sogas congeladas por el frío.
Caleb fuma a un lado, lejos de la casa, con mucha distancia a mí, estos días se ha encargado de tener cuidado con eso. Cuando termina se acerca a mí, y toma la foto que he estado viendo desde hace un rato.
-Casi puedo verte ahí- dice Caleb sosteniendo una foto mía de pequeña.
Una foto que nonna había tomado mientras me columpiaba.
-¿Quieres subir?- me propone de repente.
Antes de que responda, él ya limpia la pequeña madera y se coloca detrás de uno como invitación.
-¿Lo dices en serio?- Caleb sostiene ambas lados de la soga solo para mí.
-Vamos. La vida es una sola.
No puedo estar más de acuerdo con eso. Me subo un poco sonrojada por verlo sonreír. Yo llevo guantes, pero él no. Su valentía con la baja temperatura me sorprende.
-Solo no me...- muy tarde.
Caleb ya empezado a empujarme haciendo que mi cuerpo se alce por el aire. Puedo escuchar su risa desde su lugar. Me quiero hacer pequeña cuando siento lo helado que se siente. Fue mala idea, muy mala idea.
-¡Sonrían!- nos grita nonna desde el porche trasero de su casa.
Mis ojos voltean a ella justo para verla con la cámara de su celular apuntando hacia nosotros.
Caleb y yo caminamos hacía nonna a pasos largos y profundos. Ella no deja de decir lo bonitos que nos vemos, pero no es hasta que lo tengo en mis manos que observo como acabamos de ser retratados.
-Esto se irá a un marco muy grande- dice nonna.
Entiendo por qué. Nos vemos en el preciso momento en que Caleb me empuja por los aires, mis ojos se ven un tanto cerrados, pero mi sonrisa y mis mejillas lo mejoran todo. Además, si en algo debemos fijarnos es que tanto Caleb como yo llevaba un regalo muy especial. Los obsequios de Alessia en nuestros cuellos, las chalinas que nos tejió. El mío es blanco y el suyo es negro.
-Rojita- dice él. Claro que se a que se refiere.
-Ya está listo lo que me pediste- le comunica nonna a Caleb. Volteo sin entender.
-Ahora vamos. Gracias.
-¿Qué cosa?- pregunto viendo como ambos seres me guardan secretos.
-Tenemos algo pendiente
-¿Pendiente?- no se me viene nada a la mente.
-Vamos.
Nonna y su elevado misterio me dejan con más ganas de averiguar lo que ocurre.
-Belén- digo buscando alguna pista. Ella sale corriendo.
Un tocadisco aparece en mi campo de visión. Miro a nonna y luego a Caleb.
-Nunca escuchamos el disco que querías- me comenta Caleb.
-Pero no lo he traído...- se quedó en mi departamento.
-Yo sí- dice sacando la carpeta del disco de 3 Doors Down - Here Without You de un lado del piano.
Ya lo tenía planeado. Me fijo en el tocadisco. -Él quería ir a comprar uno y vino a preguntarme, pero yo recordé que tenía este en el sótano. Solo espero que funcione- nonno. Debe ser de él.
-Lo comprobaremos ahora.
Caleb se acerca para abrir la pieza con delicadeza, no había tenido tiempo como para conseguir uno, nunca escuche el disco. Caleb debió pensar en esto por mucho tiempo. Recuerdo que quería escucharlo sola, pero ahora creo que no hay mejor forma de oírlo que con ellos dos.
-¿Estás lista?- pregunta antes de soltar la aguja. Asiento.
Caleb viene a mi lado para el momento en que la canción empieza. Sus brazos me envuelve desde la cintura para unir sus manos bajo mi vientre. Cumpliendo así una de las cosas que quería hacer y olvide.
-Escúchala muchas veces, porque yo pensare en ti en cada vez que lo haga.
(...)
Son un poco más de las once, nonna y yo preparamos las doce uvas que se ha vuelto tradición para esta familia como para muchas otras. Pedir un deseo por cada una era la mejor parte cuando tenía ocho años, creía que eran como deseos de cumpleaños, en donde podía pedir un montón de deseos. Llegaba el punto de no saber que más pedir, y repetía uno de los anteriores.
-¿Está listo?- entra Caleb a la cocina dejando el encendedor a un lado.
Le entrego una de las copas llenas de uvas. El cristal de la copa es de las especiales de nonna.
-Vayamos afuera- nos dice nonna.
Ambos salimos detrás de ella. Nonna lleva un poncho que cubre muy bien su cuello y cuerpo, sus pantalones formales y sus zapatos bajos la protegen del frío. Aunque no estoy segura de que tanto.
-Chicos- llama nuestra atención. -Tomen estos minutos como los últimos de este año- dice viendo a Caleb.
Siempre una mujer reflexiva, miro a Caleb quien se ha quedado pensando. Mientras que nonna se acerca a ese lugar donde siempre la vi ir, junto a la lápida de nonno.
-Supongo que es momento de repetir que te amo- me dice él.
Mis mejillas se hacen más redondas sintiendo aquellas palabras, su forma de decirlo siempre me deja así.
-Supongo que es momento de repetir que eres un tonto- Caleb sonríe.
-Quiero que recordemos este día- comienza a decir un tanto más serio. -Así que te diré todo lo que me gustaría que sepas antes de que el año donde te conocí termine.
-Que...
-Te amo loca, no sé cómo o en que momento con exactitud, pero de algo estoy seguro y es que te has robado mi corazón de todas las maneras posibles- parpadeo pasmada. -No importa cuantos años pasen, ni cuantos otros chicos puedas conocer- frunzo el ceño. -Yo- dice tomando mi mejilla. -Te amo.
-Caleb...- sin embargo, él no me deja continuar.
Su boca cae en la mía y no puedo contener mis impulsos de besarlo, corresponder esos labios helados que se vuelve tibios con nuestra unión. Esa calidez que nuestros cuerpos solo tienen juntos es diferente a cualquier otra sensación que podría hacerme saltar el corazón.
Y entonces ahora. Hoy, los últimos minutos del año. Aquí, bajo las estrellas y la luna. Junto a él simplemente digo algo que sale desde lo más profundo de mis sentimientos.
-Te amo.
Puedo sentir la respiración que suelta, puedo abrir los ojos y ver esos ojos grises que durante un largo tiempo he tenido así de cerca. Lo que sucede después solo me hace alargar mi sonrisa, Caleb eleva cada lado de sus labios, convirtiendo así a la sonrisa más grande que he podido ver este chico pelinegro.
Como si se tratara de una señal, las luces en el cielo empieza a alumbrarse, los colores revientan en la cima, donde estrellas y la luna lo presencian. Donde millones de personas somos testigos.
-Feliz año nuevo, loca- Caleb me abraza para pegarme a su pecho. En ese pecho donde cuelga aquel collar que le di en su cumpleaños, dela misma forma donde justo ahora cuelga el mío también.
-Feliz año nuevo, tonto.
Sus labios vuelven a pegarse a los míos, y es así como un nuevo año empieza. Con un vaso de los doce deseos y una pareja unida por lazos de amor.
Comenzar el año con la persona que amas puede ser una de las mejores experiencias de tu vida, tener a tus seres queridos siempre será la mejor bendición que uno podrá disfrutar con una sonrisa. ¿Pero saben lo que ocurre cuando la celebración acaba? Cuando las luces en el cielo dejan de alumbrar. Cuando las familias se separan para volver a sus casas, a sus camas.
Cada uno vuelve a iniciar, con nuevas metas en mente, nuevos deseos para este año, una posible nueva razón para seguir viviendo. Es justo en ese punto donde yo me veo al entrar a mi cama. En donde compruebo que Caleb me espera despierto para poder cerrar esos ojos que me gustan tanto.
-¿Estás lista para empezar una nueva lucha?- me dice colocando su cabeza por sobre mi hombro, como siempre me abraza.
-Lo estoy.
-¿Prometes nunca rendirte?
Sonrío. -Lo prometo.
-Eso quería escuchar- deja un beso en mi mejilla. -¿Me das un beso?
Sigo creyendo que es como un niño, adorable ante mis ojos, me giro para verlo de frente. No puedo verlo con claridad, la oscuridad de la noche me lo impide, pero la silueta de su cuerpo es clara y sus dedos acariciando mi mejilla también.
Toco su rostro sintiendo su quijada, sus mejillas, su nariz y finalmente sus labios. Le entrego un beso corto, pero él no está conforme. Profundiza el beso con su agarre en mi mejilla, un beso más largo y vivo, uno deseado. Uno que nunca podría parar, pero que al final ambos tenemos que parar para buscar respirar.
-buona notte, pazzo.
(...)
01 de Enero.
Mis partes favoritas de un nuevo día podría ser siempre el mismo, despertar junto a Caleb. Sentir su cuerpo cerca, abrazándome o con un brazo sobre mi estómago. Sin embargo, es justo esta mañana del primero de Enero que no lo siento.
Abro los ojos acostumbrando a mi alrededor. Fijándome si se ha levantado o salido de la cama antes, pero sé que nada de eso importa cuando veo una pequeña nota sobre su almohada. Frunzo el ceño sin entender por qué me ha dejado una nota.
Loca. Mi loca.
Soy un tonto y también un cobarde. Si, un cobarde. Uno que no puede verte a los ojos para decirte que tengo que irme. Por favor, quiero que entiendas algo y es que buscar tu bien es lo único que puedo querer en esta vida. Tengo que ser sincero, no estarás a salvo conmigo... verás, Nate tenía razón, ese principito me dijo que podría arruinar tu vida con mis problemas. Yo no le creí, hasta que te vi, de pie, con la intención de cometer el peor error de tu vida.
Lo he ocultado, he fingido no sentir tanto odio por mi mismo, imaginar que lo hubieras hecho, imaginarte con problemas como el mío. No puedo con eso. Es por eso que lo he decidido. Iré a sanar, por ti, para ser digno de ti.
Las lágrimas caen bajo mis mejillas, negándome a la idea de que realmente esté pasando esto.
Necesito buscar ayuda para poder ser el hombre que mereces. ¿Me entiendes? Quiero ser el hombre que te merezca, quiero ser el hombre que solo te traiga cosas buenas.
Pero no puedo obligarte a esperarme, no puedo decirte cuanto tardaré o si lo lograré. Es por eso que no he podido verte a los ojos y mentirte. Lo que más quiero, es que seas feliz. Conmigo o sin mí. Y por eso es que espero que cumplas tu promesa de anoche, nunca te rindas porque este mundo ya está jodido, pero tú puedes mejorarlo. Mejoraste el mío.
Recuérdame porque cuando te vuelva a ver, te diré lo que nunca te dije.
Ti amo pazzo.
Salto de mi cama y abro los armarios, no hay ninguna prenda suya, solo quedan las mías. Busco su maleta, pero tampoco esta. Reviso el baño, pero tampoco hay ninguna pertenencia suya. Caigo sobre el piso en medio de la habitación desolada. Sola y rota en llanto.
Él se ha ido. Caleb se ha ido.
FIN
https://youtu.be/Mk0ZZUJ_Q2E
Estas tres letras han sido las más difíciles de escribir. Me duele poder decir que CTVAV acaba de llegar a su fin. Me entristece porque el dolor en mi pecho duele tanto como posiblemente los suyos.
No se pongan tristes. Para todos los que no sepan CTVAV tendrá una segunda parte, porque como ustedes saben hay mucho más que aclarar, que leer y que escribir.
El epílogo será publicado en estos días. Los extras serán narrados por Caleb y Harriet. Así que no eliminen esta historia de sus bibliotecas.
Hay mucha historia de HARLEB que contar. Y yo tengo mucho que aún quiero escribir. Agradezco cada mensaje, cada comentario y voto. Su apoyo ha sido mi mayor impulso a seguir escribiendo.
Con mucho cariño, ASP.
Me gustaría hacer unas preguntas y respuestas. Si tienen alguna... dejarlas aquí👉
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top