CAPÍTULO 78
✨El video lo dejan para el final✨
Hemos caminado por la playa para ubicar el muelle que Susan nos ha sugerido. Ella lleva la urna, abrazada a su cuerpo, Caleb se la entrego después de solicitarla. El hombre de traje nos sigue los pasos a unos metros de distancia. Susan dice que es Jerry, su chofer y seguridad, de total confianza.
—Desde aquí saltábamos— nos cuenta mientras caminamos por el muelle.
Caleb sostiene mi mano por lo que siento una leve presión, creo que lo hace sin darse cuenta.
Cada paso que damos hace que nuestro rostro choque con la brisa que el mar trae hacia nuestra dirección, provocando que inhale, el olor de la marina es diferente al de la ciudad.
—Hace mucho que no venía aquí. Todo sigue igual.
Las tablas del camino demuestran vejez por los años, sin embargo, las de los barandas se encuentran pintadas de blanco ayudando a su aspecto.
—¿Cómo conocieron este lugar?— pregunto.
Susan sonríe. —Los estacionamientos de las playas son enormes y yo quería aprender a conducir. Alessia siempre me acompañaba para no meterme en problemas.
—¿Solía meterse en problemas?.
—No tienes ni idea— dice jovial.
Cuando llegamos al final del muelle, en lo más dentro del mar que podremos estar, todos nos detenemos.
—Caleb— el pelinegro lleva un buen tiempo en silencio. Viendo como el sol va ocultándose y las luces naranjas y amarillas se mezclan.
Susan me da una mirada preocupada.
—Hey— acaricio su brazo tatuado, derecho. Caleb aparta los ojos del horizonte para verme. Ahí están sus bonitos ojos grises. —¿Estás bien?
—Estaba pensando.
Asiento pues creo que es la mejor forma de hacerle saber que entiendo. Susan se acerca con la urna en sus manos.
—Ten—le dice.
—¿No quiere hacerlo usted?
Susan parpadea y mueve la cabeza varias veces seguidas. Si quiere.
La mujer se endereza viendo la urna sobre sus manos. —Dire unas palabras si te parece bien— que buena idea. —Dulce Alessia, tuve el honor de conocerte y llamarte mi amiga. Las memorias que llevamos juntas siempre perduraran en mi memoria. Y mientras yo viva te recordaré como la mujer más luchadora que he conocido. Hoy te dejo ir con una parte de mi corazón, no te preocupes por tu hijo, yo velare por él y lo cuidaré como si fuera el mío propio.— sus dedos acarician la urna. —Espérame del otro lado Les.
Susan se agacha y Caleb se acerca para ayudarla. Susan se sienta en el bordillo del muelle y sostenida de Caleb deja que la urna toque las aguas saladas. De esa manera vemos como la urna, biodegradable para no contaminar el mar, empieza a ser llevada por los movimientos de las olas.
—Gracias— le dice Susan cuando regresa a estar de pie.
Caleb se acerca a mí, pero en vez de ponerse a mi lado prefiere ponerse detrás de mi hombro. Puedo sentir que agarra de mi cintura. No quiero voltear, tal vez se colocó ahí para no ser observado.
Susan lleva las manos a su estómago y cierra los ojos. Ninguno dice nada, únicamente se trata de un silencio muerto mientras la urna cada vez se aleja más. Nunca voy a olvidarla. Como dijo Susan, todos tuvieron que valorarla con solo conocerla. Ella era especial y muy fuerte.
El menton de Caleb en mi hombro me hace desviar solo un poco la mirada hacia él.—grazie per essere qui.
(...)
Un nuevo día, una nueva semana, la penúltima semana del semestre. Eso implica alumnos estresados y alterados por entregas de trabajos o proyectos finales. Aquí es donde se ve a los estudiantes de Hasting caminando con un montón de carpetas, soñolientos y otros tranquilos porque llevaron su buen cronograma. Ese mismo del que yo tuve, pero que mis últimos días fueron algo distraídos.
—¿Dónde está tu trabajo?— pregunto a Caleb.
Él quita la llave de su motocicleta y la guarda en su bolsillo.
—No lo hice.
—¿Cómo que no lo hiciste? ¿Estás bromeando?
—No he venido a esta clase varias semanas, lo olvidé.
Pestañeo, pero pestañeo molesta conmigo. Olvide decirle del trabajo, con todo lo que paso entre nosotros y Alessia.
—Vale el 30% de la nota final Caleb. Debes hablar con el Sr. Potter— es posible que le dé un tiempo para poder entregar.
—O puedo ir a dormir bajo mi árbol favorito— voy a matarlo.
—No lo dices en serio.
—¿Te estás enojando?— su dedo toca mi frente, obviamente está fruncido por su comportamiento.—Siempre puedo sacar un 10 en el final y aprobar.
Arriesgado, pero no debería si puede solucionarlo antes.
—Vas a ir y hablar con el Sr. Potter— declaro. —O de verdad voy a enojarme.
—Tu amenaza es muy buena, pero dudo que me dé una prórroga.
—No lo sabrás si no lo intentas.
He conseguido que guarde silencio, sabe que tengo razón.
Caleb se acerca y deshace mi postura de las manos en mis caderas, no sabía que las tenía así.
—Loca, celosa y mandona. Me gusta.
Intento permanecer seria, pero lo último me provoca cosquillas en mi interior y ni hablar de mis mejillas.
—Tú ganas— ahora si puedo sonreír.
Nos vamos a clase donde varios alumnos ya están en sus asientos. El Sr. Potter está sentado en su silla observando como cada estudiante deja su carpeta antes de sentarse.
—Buenos días— dejo el mío y paso a hacerme a un lado para que continúe Caleb.
El pelinegro le pide un minuto, puedo ver al Sr. Potter entrelazar sus manos sobre su pupitre escuchándolo con atención. Sigo mi camino y tomo asiento.
—Hola— volteo escuchando a alguien.
—Hola Matt— ha vuelto a tomar el asiento a una carpeta adelante de la mía.
—Elizabeth Bennet me ha hecho desvelar— frunzo el ceño. Su trabajo claro.
—Creí que ya lo tenías casi listo.
—Si claro, pero también tenía otras cosas que hacer— la expresión que últimamente lleva Matt me confunde. Hay algo en él.
—Claro— digo.
Vuelvo a ver al escritorio del profesor, Caleb está hablando mientras que el Sr. Potter lo ve con tristeza. Creo que ha decidido decirle la verdad.
—No lo he visto traer su informe— Matt se refiere claramente a Caleb. —No tiene ni un cuaderno.
—Solo apunta lo importante.
El Sr. Potter niega haciendo que mi ilusión de un plazo se desvanezca. No puedo oír lo que le dice, pero Caleb asiente. Luego voltea a verme y espero que se acerque, pero no lo hace. Se va.
—Correcto. Es momento de empezar la última clase— el Sr. Potter se levanta. —Gracias por los que cumplieron— palmea las hojas de papeles apiladas.
El hombre de camisa se acerca al pizarrón cuando la puerta es tocada dos veces solicitando permiso, es Archie.
—Sr. Morgan— le dice el Sr. Potter. —Por ser la última clase dejaré que ingrese.
Archie parece haber corrido una maratón para llegar, jadeante y con un brillo en la frente. Deja su trabajo en la mesa y observa los asientos, su asiento de siempre está vacío, pero en cuanto ve a Matt en su nueva elección se acerca a nosotros.
—Donovan— saluda y luego me mira a mí. —Si no llegaba a tiempo, culparía a Archer.
—¿Qué hizo ahora?
—Le quitaron su auto.
—¿Qué dices?— pregunto.
—Lo revolcaron. Y no tenía quien lo traiga, pase por él. Menos mal no estaba tan lejos de aquí.
¿Su auto? Puede tratarse de Gregory o solo un mal estacionamiento. Debe estar molesto, Nathaniel ama su jeep.
—¿Algo que quieran agregar?— elevo la cabeza. Los tres negamos.
Reviso mi teléfono cuando veo que se pone a escribir el último tema para finalizar el curso. Hay un mensaje de Caleb.
Mensaje - Caleb
Me ha dado la hora de clase para acabar el informe. Estaré en el árbol.
Es broma, estaré en la biblioteca.
Este chico un día va a matarme.
La explicación transcurre sin problemas, me gustaría que pasara más lento para darle tiempo a Caleb, pero también quiero que acabe para ver lo que ha trabajado. Un dilema para mí de hecho.
—El examen empezará a las 9:00 les aconsejo llegar temprano. Cuando esa puerta se cierre ya no se abrirá hasta finalizar.
Una buena observación para considerar una diez alarmas por la mañana. La presión de los finales siempre son notorios.
—¿Te quedas?—me pregunta Matt cuando nota que tengo mis cosas encima de la mesa, pero no me levanto.
—Voy a esperar un rato— indico al par.
Archie frunce el ceño, pero se ahorra el comentario. Ahora que lo veo mejor, el moreno se ve extraño sin su chaqueta de Guerreros de la universidad. Eso es porque la temporada ya acabo.
La mayoría de alumnos han salido cuando el Sr. Potter termina de borrar el pizarrón. No he dejado de enviar mensajes a Caleb, pero no tengo respuesta. Me levanto para esperarlo en la puerta. Si es necesario, voy a hacer conversación con el Sr. Potter.
—¿Srta. Moore?— giro. Creo que él va a hacerme conversación a mí. —¿Está esperando a alguien?
—No...— digo. —Digo sí. Es que...
—El Sr. Lodge— para que ocultarlo. Asiento. —Supongo que aún no ha terminado su proyecto.
—Es que ha pasado por mucho y recién esta recuperándose—miro el suelo.
—Me lo ha comentado. Aunque ya lo sabía— elevo la vista. —Susan Lodge es una buena amiga mía, de la juventud.
El Sr. Potter no se ve tan mayor. ¿Cómo podría ser amigo de Susan? ¿Si la conocía a ella también a Alessia?
—Ella le dijo que la madre de...— El Sr.Potter asiente.
—Alessia— ah si la conoce.
—¿Caleb sabe que usted...— niega.
—Era mejor guardar la relación de estudiante y profesor— entiendo. —Pero pienso decírselo ahora que entregue su informe. El semestre ha terminado y espero que su potencial sea explotado cuando termine la carrera.
Yo también quiero eso.
—¿Usted nos juntó como equipo porque Susan se lo pidió?— recuerdo que dijo que no estaba sus manos.
El Sr.Potter sonríe. —No. Me lo pidió Caleb, se notaba que habías llamado su atención y en su momento creí que era hijo de Susan. No fue muy ético de mi parte ahora que lo pienso.
¿Cómo es que las conoce a ellas y también a Gregory?
La pregunta no tiene importancia pues gracias a él ocurrió todo. El trabajo en equipo me hizo conocerlo, el Black Day, saber de Alessia. Si algo me enseño Alessia es que las cosas pudieron haber sido duras, pero si eso te lleva donde estás ahora. ¿Cómo te vas a arrepentir? Caleb, Alessia y Susan son una de esas cosas.
—Ya viene— me dice el Sr. Potter.
Caleb viene por el pasillo junto a... Nate. El pelinegro y el castaño. ¿Qué hacen juntos?
—Loca. Ya vengo.— me susurra antes de pasar al salón junto al profesor.
Me quedo en la puerta viendo como ambos ingresan. Ahí habrá una buena charla. Por otro lado, tengo a Nate observándome con una bonita sonrisa.
—Hola.
—Hola— le señalo adentro. —¿Tú y Caleb? ¿Se han vuelto amigos y no me han dicho nada?
Nate rueda los ojos, creo que he exagerado. —Lo encontré en la biblioteca. Algo sobre alguien mandona haciéndole hacer su trabajo de última hora.
Me siento apenada, pero feliz.
—¿Lo ayudaste?— eleva sus hombros y luego los deja caer.
—No tenía nada que hacer. Mi profesor de la sección solo pidió que dejáramos los trabajos y nos fuéramos.
—Lo ayudaste— sonrío. De nuevo.
—Sí. Tómalo como una supervisión.
Por supuesto.
—Archie me dijo que te quedaste sin auto— Nate se rasca la nuca. Hace mucho que no veía ese gesto, nervioso.
—No estaba en una zona tan segura.
—¿En dónde andabas?
—En la librería de segunda mano.
—¿Qué?— su sonrisa crece. No está molesto por su auto, está completamente feliz.
—Hice la donación para reparaciones del local— sus ojos brillan de alegría. —Conseguí que aceptara. Los contratistas empezarán hoy día.
—No lo puedo creer— digo feliz por él. —Lo has conseguido.
—Sí. Siento que finalmente he hecho algo bueno, me sentí muy... no sé.
Se nota. Puedo verlo en sus ojos verdes, en su sonrisa, en su propia piel y energía que emana.
—Estoy feliz por ti— me acerco y lo abrazo.
Nate se sorprende el primer instante, pero luego me envuelve con su cariño mutuo. —Gracias.
—¿Cómo va el trabajo?
—Todo bien. Pero creo que mi padre pronto se va a enterar.
—¿Cómo lo sabes?
—Mi madre andaba de compras y me vio.
—Ya imagino su cara— Nate niega risueño.
—Sí. Pero no importa. Hoy es un buen día para mí. Saque una cita, el ultrasonido.
—¿Lo vas a ver por primera vez?
—Sí. Aunque aún no encuentro a Kate para decírselo.
Kate. Espero que no le esté mintiendo, Nate ya se emocionó y acepto el hecho que será padre. Amber no ha dicho nada por lo que se supone que no ha encontrado algo fuera de lo usual.
Como me gusta verlo así. No sé si conmigo era así de feliz, pero hoy noto que se siente pleno. Sin importar el dinero que tenga o lo material que pueda ser un auto.
—Tengo que verme con Justin. Te dejo— apenas puedo reaccionar pues actúa rápido dejándome un beso en la mejilla y yéndose trotando. Su energía rebalsa.
Observo por donde se va. Mi ceño se frunce, puedo sentir el peso de la mirada de alguien cerca. No logro ubicar a nadie. Esa sensación me regresa, pero quiero creer que es mi paranoia. Nate está bien, Caleb está mejorando y yo... Yo espero que este semestre termine de la mejor manera posible.
(...)
El Black Day de Devi, donde las personas van llegando y saliendo del local de luces lúgubres. Caleb y yo hemos llegado esta tarde con la intención de ayudar. La última vez no resulto tan buena idea, pero ahora Lilian no puede decirme nada si aparezco en los diarios. Lo admito, me siento rebelde.
—Vamos Caleb toca algo— insiste Devi. El pelinegro ríe limpiando los vasos.—¡Harriet dile!.
—Pero no quiere hacerlo...
—Te hará caso vamos— Devi me empuja hacia su lado.
Caleb deja el vaso sobre el mostrador y sirve dos vasos de cerveza tradicional.
—¿Desea algo señorita?
—Muy gracioso— Caleb sonríe. Sabe perfectamente que hago aquí.
El lugar está un poco muerto porque nadie se ha atrevido a usar el escenario esta noche. Los amantes del canto no vinieron hoy, al menos nadie que se animara a cantar. Solo personas con unas buenas ganas de alcohol y charla.
—¿Tocarías algo?
—¿Qué ganaré a cambio?
—Un beso.
—De esos los tengo gratis y cuando quiero— abro la boca indignada.
Caleb burlón. Bien, si así quiere jugar.
—Pues te vas a quedar sin ellos ahora— me cruzo de brazos.
Sigue en lo suyo. Ok.
—Vas a dormir en el sofá hoy— automáticamente su cuello se dobla a mi dirección.
—¿Lo dices en serio?— asiento. —¿Como una pareja de casados? Es tu forma de decirme...
Me pongo roja. —Ya no quiero nada.
Es que con él no se puede tratar. Me niego a pedírselo de nuevo. Cada uno se encarga de su zona, voy agarrando el truco a trabajar en una barra aunque no sea para hacer cocteles. Son pasadas las nueve y Caleb vuelve a acercarse.
—Loca— lo ignoro. —¿Estás ignorándome?— me volteo para no tener que verlo. —No sabía que eras tan engreída.
Quiero protestar, me muerdo la lengua para no decir lo que quiero. Caleb me abraza, puedo sentir su aliento en mi cuello y como deposita un beso en mi cuello. Me retuerzo por el cosquilleo.
—Bien— ¿Bien qué?. —Lo haré. Voy a tocar, pero dame un beso ahora.
Mis mejillas se encienden y antes de hacer cualquier cosa me fijo en si Devi nos está viendo. —Cuando termines de tocar.
—Sin motivación no se logran las cosas.
—Sin esfuerzo tampoco.
Caleb ríe y juro que podría escuchar esa risa como hermosa melodía para mis oídos. Eleva el trapo de su cintura para mostrarle a Devi que lo va a dejar, luego se saca el mandil negro y lo coloca abajo de la barra.
—Tengo una canción para ti— me dice pasando por mi lado.
Devi baja la música hasta lo último y Caleb sube al escenario. Se alista detrás del piano y toma asiento. Antes de que toque alguna letra acerca el micrófono a sus labios.
—¿Va a cantar?— dice la jefa del Black Day tan sorprendida como yo.
—Buenas noches con todos— las personas lo observan. Clientes. —Necesito la ayuda de alguien por aquí. ¿Alguien escucha a Scorpions?
—¿Qué hace?— no tengo idea.
Lo que busque no lo encuentra entre los clientes.
—Tendrá tragos gratis por el resto de la noche— agrega Caleb.
—¡Yo!— dice un hombre poniéndose de pie. Caleb le hace una señal para acercarse y este lo hace. No estoy segura del estado de ese cliente, pero al menos camina recta hasta llegar al tatuado. Camisa y corbata desalineada, él debe ser un trabajador serio en su momento, pero ahí está de pie ante todos.
Caleb tapa el micrófono para decirle algo y luego de asentir mutuamente el hombre se aleja hacia el micrófono del centro.
—La verdad yo no sé cantar— confiesa a todos los presentes. —Pero si es para una buena causa— dice el extraño.
Caleb alista sus dedos sobre el piano y luego alza la mirada para atraparme viéndolo, esa chispa se enciende en mí. Sus dedos empiezan a teclear una tecla tras otra de manera lenta. Es una melodía muy interesante, es fina y delicada. Un comienzo que se puede sentir en la piel. Hasta que el hombre se anima a seguirle con la voz.
—Time. It needs time to win back your love again. I will be there, I will be there....— abro los ojos. —Only love can bring back your love someday...— esto si es una sorpresa.
—Ese chico te ama Harriet— escucho a Devi detrás de mí.
—Fight. Babe I'll fight to win back your love again. I will be there, I will be there...— Caleb continúa haciendo que mi corazón salte con las notas altas. Cada cosa que hace este chico logra volverme más loca.
El hombre agarra el micrófono con más confianza —If we'd go again all the way from the start. I would try to change the things that killed our love.
La melodía y la voz del desconocido que pone todo de su parte me llega al corazón. Y ni hablar con la parte que dice.
—If we'd go again all the way from the start. I would try to change the things that killed our love. Yes, I've hurt your pride. And I know what you've been through. You should give me a chance. This can't be the end.
Caleb sonríe. Su dorso no se mueve pero su cabeza si.. siente la música.
Y es así que hacemos el contacto visual mas largo. —I'm still loving you. I need your love.
210422✨
No son felices, ni dejan ser felices. ¿Quiénes son?
Próximo capítulo: Las llamadas que perdió H.
✨Feliz cumpleaños querida lectora, Jhurienny Millan (Jhury). Dulces 16✨🎂
Invitación: Conversando con alguna de ustedes, se ha surgido la idea de crear un grupo de Whatsapp para todas (las que quieran claro) y también se piensa en una posible videollamada grupal. La idea es hacerla uno o dos capítulos antes del final (con previo aviso). ¿Qué les parece?
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