CAPÍTULO 7
—Pero que has hecho— Lilian tiene marcado dos líneas en su entrecejo.
La conferencia de prensa ha culminado y nos encontramos en medio de los pasillos del edificio. Solo quiero encontrar una puerta con la indicación de Exit cerca.
—Creí que...
—¿Hay forma que no salga en los medios?— Ceci salto en su lugar al ver que se dirigía a ella. Y esperaba su respuesta.
Negó con la cabeza.
—Bien. Entonces vendrá.
Sus tacones volvieron a resonar alejándose de nosotras. Ceci y yo intercambiamos miradas antes de empezar a seguirla, dos pasos detrás.
—Consigue un traje para ella. Sigue teniendo un gusto tan ordinario— hablo como si yo no estuviera, pero claro que lo sabia. —Cuando volvamos...
—¿Te iras?— solté sin pensar.
Cuando se detuvo girando sobre su eje, me arrepentí de tener su atención.
—Yo no puedo pasarme los días tirada en una cama Harriet— dijo con tono tajante, justo antes de volver a caminar.
Estaba claro que se refería a la escena con Nathaniel, no fue la mejor impresión. Aunque siendo honesta, no estoy segura que podría provocar eso.
—Mejor has que Jenna le diseñe un conjunto. Dile que es para Harriet y has que su asistente le llame para agendar una cita, que se haga un espacio— Ceci anotaba todo en su tableta, al menos no tenía los ojos de mi madre sobre ella. —Y Harriet.
Alce la mirada.
—¿Si?.
—Más te vale contestar esa llamada.
(...)
—¡Vamos Warriors!— vociferan diferentes voces cuando los jugadores empiezan a entrar al campo.
Me levanto al igual que todos, aplaudiendo, en una parte no tan alta pero con buena vista.
Las pancartas son levantadas y Sky hace lo mismo con un banderín de nuestro equipo. Ambas tenemos camisetas del equipo.
Hago el esfuerzo de buscar a Nate por su número de camiseta, el número 10, observó que la mayoría de jugadores se encuentran cerca del coach hasta que lo ubicó. Esta cerca de Justin, el capitán, número 12. El equipo rival no hace cosa distinta que nosotros, del otro lado del campo.
Minutos después, el silbido de un árbitro suena tan fuerte que todos se silencian un segundo.
El balón es pateado por uno de nuestros jugadores, creo que es Archie, ha logrado tirar el balón a una increíble distancia, y es así como la zona se vuelve el blanco de todos.
La gente que anima a nuestra universidad gritan algunos nombres que reconozco. Los violentos tacleos de los jugadores hacen que se escuchen las quejas del estrado, el dolor es imaginable para nuestros ojos.
El marcador muestra la ventaja que tenemos. Aunque es poco lo que se de este deporte, el equipo a demostrado lo que saben hacer. Los visitantes ahora solo deben impedir que anotemos una vez más.
Es nuestra última oportunidad para un touchdown.
El reloj marca los dos últimos segundos. Última jugada.
El balón es pasado por la pierna del número 18. El número 5, el snapper, recibe el balón y lo lanza al lado contrario.
—¡La tiene Nate!— grita una Sky eufórica.
Mis ojos no pueden estar mas abiertos y he dejado de parpadear.
Nate ha tomado el balón por el aire y ahora corre con un opositor detrás de el. Justin lo nota, desde nuestro lugar escuchamos como el entrenador les grita cosas que no comprendo.
Lo tiene justo en sus talones, el estruendo de las gradas se sienten cuando las personas se ponen de pie, y un silencio se apodera del ambiente cuando Nate se acerca a pocas yardas de la zona de anotación pero el opositor esta listo para tacklearlo. Sin embargo, el número 12 también aparece en mi campo de visión acercándose al opositor.
Vamos.
Los gritos de la multitud y las pancartas vuelven a ser alzadas, la mayoría tira las cosas y abraza a sus acompañantes. Sonrió viendo a mi novio ser abrazado por su equipo, me quedo esperando hasta que en pocos segundos sus ojos hacen contacto con los míos, desde su lugar una de sus manos forman un medio corazón que es llevaba a su pecho, a su lado izquierdo. Hago lo mismo sintiendo mi corazón acelerarse, esto era uno mas de sus triunfos. Su dedicación para el deporte que ama era sorprendente, ojala su padre viera eso en su hijo.
Me dispongo a bajar las gradas con Sky, aunque me diga que solo va para felicitar a los chicos y acompañarme se que espera ver a un rubio muy simpático.
—Ha sido asombroso— escuchamos a un grupo de chicas bajando delante de nosotras.
—¿Has visto al número 5?— miro de reojo a Sky.
—Esta para comérselo.
—Seguro lo encontramos en la fiesta.
—¿Todo bien?— le pregunto a Sky cuando veo al dúo de chicas irse hacia el lado contrario.
—¿Por qué no lo estaría?.
En los vestidores los gritos y felicitaciones continúan, los jugadores festejan entre golpes de cuerpos o puños mientras algunas chicas se acercan a ellos. El olor a sudor hace fruncir mi nariz.
—Hola preciosa— dice seductor uno de los jugadores.
Siempre habia alguien que intentaba coquetear. Y este anda exhibiendo un abdomen vagamente marcado. Muestro una sonrisa forzada, con la única intención de preguntar por mi novio.
—Un paso atrás Rick— escucho otra voz, es Archie, mi compañero de clase. El tal Rick pasa a ver al otro jugador que si trae una camiseta limpia. —Es la novia de Nate.
Rick borra su sonrisa dando un paso atrás, debe ser de primer año, de los hormonales.
Felicito a Archie por la victoria y continuo pasando las taquillas hasta encontrar a mi objetivo.
—Felicitaciones— digo a sus espaldas.
Nate gira hacia mi, tiene sus rizos húmedos cayendo sobre su frente, se ve realmente sexy con su armadura y playera blanca del equipo. Lo tomo de aquella placa metálica para acercarlo a mi.
—Estuviste increíble— susurro antes de darle un beso en los labios.
Los silbidos no tardan en sonar, sonrió sintiendo mis mejillas sonrojarse. Conocía a los chicos y ellos sabían lo roja que podía ponerme.
—Hueles fatal— agrego arrugando la nariz. Nate rie mostrando sus perfecta dentadura.
—Dame 10 minutos— asiento y lo suelto para que tome su ducha habitual.
Giro en busca de mi amiga, Sky habla animadamente con Justin a un lado de los casilleros, no quiero interrumpir asi que decido esperarla afuera de los vestidores. Cuando cruzo la puerta mi cuerpo golpea con otros que van camino a la salida, mi bolso es semiabierto dejando caer algunas de mis cosméticos y demás.
—Maldición— gruño viendo los objetos.
—Disculpa— dice un muchacho entre risas siguiendo su camino.
Sus movimientos torpes y la bebida en su mano me hace concluir que se encuentra ebrio como sus amigos. Deben ser de primer año.
Que idiotas.
Gruñó viendo como más personas se aproximan, debo darme prisa o algo podría romperse, tengo varias cosas en mis manos cuando unas botas negras se detienen frente a mi, subo un poco la mirada y caigo en cuenta que se trata del mismo Caleb.
—Si no piensas ayudar mejor lárgate— sugiero recogiendo un humectante para labios.
Estoy segura que va marcharse porque guarda silencio. Hasta que veo una de sus manos alcanzar uno de mis objetos.
—Ten— dice cuando me coloco de pie, metiendo su mano en mi bolso al mismo tiempo que yo.
Un escalofrío me recorre el cuerpo al hacer contacto con su piel, trago duro antes de cruzar la correa por mi cuello, fingiendo que nada paso.
—Gracias.
No tenía ganas de ver sus ojos saltones, así que me permití solo detallarlo unos segundos. Tiene una camiseta ploma con el estampado The Queens en el, encima lleva una camisa a cuadros, y sus usuales pantalones negros, espero a que diga algo mas.
—No hay de que.
Su respuesta me hace alzar la mirada confundida, su rostro no muestra coquetería, ni burla ante la situación, sus dos esferas grises se encuentran apagadas, no es el mismo Caleb. Este chico no tiene ninguna luz de alegría.
Me quedo viendo su espalda con él marchándose con las manos en los bolsillos.
(...)
—¿Los chicos irán a la fiesta?.
La celebración seguiría, con barriles de cerveza y música a todo volumen, eran las tan conocidas fiestas de universitarios, con la intención de recibir a nuestros jugadores. Los chicos se lo merecían, entrenaron muy duro, pero eso también tenía a mi novio demasiado cansado como para ir a un lugar lleno de altavoces.
—Si. Justin los vigilará.
Podía ver que eso tenia un poco preocupado a Nate, los muchachos ahora eran como niños para él, no podían lesionarse estando en las finales.
—Yo no confiaría en él— agrega mi mejor amiga desde el asiento trasero.
—Por eso también se lo encargue a Archie.
El auto de Nate se detiene justo en la entrada, antes de bajar me aseguro de desearle buenas noches y me resigno de pasar la noche juntos cuando lo veo arrancar el motor.
No pasa mucho tiempo cuando también me despido de Sky para adentrarme en mi departamento.
Estoy lista para acostarme en el momento que recuerdo las palabras de mi madre.
Mas te vale contestar.
Rebuscó mi bolso pero la idea de perder la llamada me hace terminar botando todos los objetos sobre mi cubrecamas, ahí esta.
Pero que...
Un teléfono parecido al mío es lo que tengo en mis manos. Lo enciendo pero el fondo de pantalla de bloqueo solo muestra el color negro y la hora.
¡Caleb!.
170521
Atte. ASP
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