CAPÍTULO 58 🎂

—Me hiciste una fiesta de cumpleaños.

—Si.

—Trajiste personas que no conoces a mi fiesta de cumpleaños.

—Si

—Sabías que hoy era mi cumpleaños...

Ya no sé si decir si. No son preguntas.

—Estás más loca de lo que pensé— una sonrisa fugaz me regocija.

Sus brazos se elevan dándome la invitación perfecta de ocultarme en su pecho. Engancho mis dedos por su espalda. ¿Si estoy mejor? claro que sí. En sus brazos así lo es.

—¿Por qué no me lo dijiste?.

Tenía una pequeña esperanza que lo hiciera durante el día.

—No pienso que sea un día distinto a los demás.

Me separo un poco. Si esto era a lo que se refería Alessia entonces podía entender el porqué. —¿Pero si un día para tatuarte?

Caleb abre un poco sus labios, lo he sorprendido. —¿Fue el rubio cierto?

—Si— rio. Caleb asiente y puedo ver que a la distancia lo observa por un segundo.

La tela de su camiseta negra cubre su piel, pero aun logro ver la pequeña esquina de un plástico asomarse por su cuello.

—Pequeña acosadora— alzo la vista.

Sonrío de buena gana. Caleb tantea sobre mi mejilla, lo alza a su gusto y deposita tal vez lo mejor de esta noche. Un beso donde sus labios toman los míos con la viveza controlada.

—Vamos dejen eso para más tarde, cuando estén solos. Ustedes entienden— Sky nos guiña un ojo. Mi mejor amiga siempre tan oportuna e indiscreta. Ella le otorga un vaso de cerveza a Caleb, del mismo barril del que toma ella. —Cumpleañero.

Caleb toma el vaso manteniéndolo al nivel de su estómago. Me doy cuenta que Justin lo mira burlón, como si supiera algo que yo no, bebiendo cerveza de Devi.

—¿Invitaron a todo Hasting?— pregunta viendo que por la puerta ingresan más y más.

No me había fijado en tal detalle. Si esto seguía así muy pronto seriamos echados de nuestra propia organización.

—Si...— alarga la vocal mostrando su culpabilidad en lo que sucede. —Puede que publicara una historia agregando la ubicación— cierro los ojos.

Sky podía tener tanta gente de Hasting y fuera de el por su vida libertina, podía darme la idea de que esa es una gran razón para no conocer a la gente de antes.

—Pero ya la borré— advierte antes de que podamos decirle algo.

—Claramente eso ya no importa. No eres la única que disfruta de publicar cosas— digo dando la mirada a quienes llenan de selfies sus galerías. Es tan probable que mi encantadora amiga no llevara toda la culpa.

—Avisaré a Terry que no deje entrar a nadie más.

—¿Quién es Terry?

—El guardia de seguridad— abro un poco los ojos. —¿Cómo iba a hacer una fiesta sin seguridad? Si dos idiotas empiezan a pelearse no pensaba sacarlos yo— dice reacia.

A veces me sorprende lo meticulosa que puede llegar a ser.

—Está bien— Justin jala de su cintura. —Llevaré a esta señorita a bailar— nos avisa ante el mal humor que vuelve a presentarse en su novia.

Caleb deja el vaso sobre la mesa y yo lo miro ceñuda.

—¿No tomas?

—Me acabo de tatuar. Lo mejor es que no.

Ya habrá oportunidad de ver lo que se ha hecho, después de todo no puedo pedirle que se saque la camiseta en público. ¿O si? No, mejor no.

Tomo un refresco y él una botella de agua, no suelta mi mano cuando caminamos entre la multitud. Conversamos con George, su sazón ha llamado a nuestras fosas nasales como las de Locky que no creo que piense moverse de sus pies. Recuerdo el día que lo conocí no me agrado del todo, el ring y... si, él también me dijo loca a mi parecer. Hoy puedo ver como Caleb si se lleva bien con el moreno fornido. Se burla del mandil que se ha colocado y estando seguro que quemara mas de una de sus especialidades.

No sé cuanto pasa pero me duelen los pies y Caleb lo nota, terminamos en el sillón que había impedido tirar. Es sentada a su lado, con su brazo rodeando mi cuello, que me doy cuenta que no me ha dicho nada sobre la fiesta. Y que está este justamente aquí.

—Lamento haber llenado este lugar de desconocidos— pero es que no recuerdo a un verdadero amigo suyo. Solo George y Devi.

—Sé que la influencia a esto fue mi madre— aun sentados me lleva la altura por lo que debo esforzarme en ver sus ojos grises. —No me molesta, siempre y cuando George me deje un par de chuletas.

Sonrío incapaz de imaginar que eso llegara a pasar. La pareja de esposos, quizás las más adultas del lugar, se la van pasando bien desde ese extremo. George, le da pedacitos de carne a Locky y a pesar de estar atento a la carne de res, deja el utensilio de cocina para hacer girar a su mujer sobre su eje al ritmo de la música.

Del otro lado de la azotea, donde todo el mundo mueve los hombros y caderas, esta Sky sosteniendo del cuello de Justin, comiéndose entre sí, como la última vez que los vi en una fiesta.

Todos bailan, excepto nosotros. —George llevo clases de baile por Devi.

—¿Y eso? Parece que le cayeron muy bien.

No hubiera podido imaginar al hombre de la parrilla moverse menos del como lo hace ahora.

—Era un tronco— alzo una ceja. —Y Devi es una mujer que gusta de la danza.

—¿Tú bailas?— pregunto con el interrogatorio repitiéndose en mi cabeza.

Caleb deja de mirar a los enamorados para ver a mis ojos. —Si lo hiciera estate segura que ya te hubiera sacado a bailar.

Mis mejillas se calientan al mismo tiempo que la sorpresa aparece en mí. Bebo de mi vaso.

—¿Quieres jugar?

— ¿A qué?

— ¿Ves a esa pareja? — sigo la dirección de sus ojos, es una chica morocha que baila junto a su novio. Lo sé porque él la besa.

—¿Qué tienen? — pregunto sin entender.

—Ella baila con él, pero también mira al chico que esta más allá — de nuevo sigo su mirada.

Hay otra pareja bailando. Un chico que bebe cerveza en lata mientras que una chica se mueve exageradamente frente a él.

—Apuesto que tuvieron algo — asegura.

Observo con más cuidado, la chica morocha está riendo con su novio, pero no es hasta que aprovecha una distracción para ver hacia el otro muchacho.

—¿Crees que engaña a su novio?

—¿Tú no?

—Puede ser un conocido o su exnovio.

—Bien. Dejemos las dos opciones — da un sorbo a su botella de agua. —Lo ve a escondidas o solo es su ex. Te dejaré elegir.

Lo analizo mejor, ella puede verlo por momentos, pero nada señala que sea con insinuaciones... solo simples miradas. Además, sonríe con su novio y se la ve feliz... no creo que lo esté engañando. Puede ser su exnovio y se siente incómoda. — Es su ex.

Caleb sonríe de lado. —¿Te digo por qué no puede serlo? — permito que prosiga. — Si fuera su ex está la posibilidad de que su novio lo sepa y él no se ha molestado en verlo. Entonces, puede que solo ella lo conozca y lo engañe.

La idea de lanzar miradas a Nathaniel en una fiesta atraviesa mi mente, pero rápidamente las desalojo.

—No creo que podamos afirmar que lo engañe.

Él levanta un dedo sobre la botella que tiene. Me quedo en silencio.

El novio de ella le da un beso y la deja yendo hacia la mesa de bocadillos y bebidas, la chica da unas cuantas miradas al chico que aún tiene su acompañante. No creo que haga nada, hasta que es ella misma quien camina hacia él, pero cuando creo que le hablara solo pasa de frente con indiferencia. El chico la ve bajar por las gradas y con algo que susurra a la chica que aún le baila sigue los mismos pasos que la morocha.

—Te lo dije — ¿en serio acaban de irse juntos? Se olvidó de su novio ¿O estoy loca?.

— Puede que fueran a conversar — si ya sé que lo último que pueden estar haciendo es hablando después de esas miradas.

—Beso.

—¿Qué?

—Gane yo. Beso.

—No apostamos nada.

—Eres una mala perdedora

—Bien — giro un poco hacia él.

Su sonrisa satisfactoria me hace imposible mostrar queja, a quien engaño, si yo también quiero besarlo.

Pero alguien más interrumpe.

—Oye amigo— un chico habla desde nuestras espaldas.

Doy una mirada, lleva los pantalones formales y la camiseta a conjunto, su cabello castaño claro está bien peinado, pero su sonrisa es tan inquietante que provoca una sensación extraña en mí.

—¿Tienes un minuto?— pregunta viendo que no solo había llamado la atención del tatuado.

—No tengo lo que buscas— dice Caleb cortando cualquier tipo de conversación entre ambos.

—Por favor solo necesito un poco— sigo mirándolo extrañada. Su rostro se me hace familiar. Caleb voltea con indiferencia. —Deja de mirarme niñata.

¿Qué dijo?

Caleb reacciona mucho más rápido que yo. Aunque se ha dirigido a mí, el pelinegro se levanta del sillón y lo rodea llegando hasta él.

—¿Cómo la has llamado?— su rostro se ha ensombrecido a tal punto de volver sus ojos más negros que la noche. Escucho un calma, bajito. —Te he dicho que no tengo lo que buscas. Ahora discúlpate y lárgate.

Parpadeo pasmada por lo que escucho y veo. El chico ha terminado de inclinarse hacia atrás para no tenerlo tan cerca. Me mira y sé que no hará lo que Caleb ha solicitado.

—Te daré el doble— insiste. Caleb marca su mandíbula lo que me hace reconocer su enojo. El chico se inquieta. —El triple.

—Caleb...

—Está bien. ¿Cuánto quieres? — vuelve a insistir.

—Caleb...

—Cállate puta— me silencia. Caleb abre los ojos y actúa a una velocidad que ni yo veo venir, su puño impacta en el rostro del chico, dejando una línea de sangre debajo de su nariz.

—¡Pero que haces!— ruge adolorido.

—¿Qué está pasando?— Justin llega en el mejor momento.

—Sácalo de aquí— pide Caleb, casi como una orden.

Estoy segura que no le hará caso, pero caigo en error cuando lo veo tomar los brazos del desconocido.

—Solo pido que hagas tu trabajo— grita llamando más la atención. —Maldito camello.

Justin tira con mayor fuerza al escuchar. El rubio no deja que se resista, usa toda su fuerza hasta hacerlo bajar por las gradas.

—¿Ese no era Tanner Hill?— pregunta Sky llegando a nosotros.

¿Hill? Por eso su rostro se me hizo familiar, es hijo de Jessica Hill, rectora en Hasting.

La ignoro llegando a Caleb. —¿Estás bien?— levanto su mano, pero él hace que la suelte.

—Lo siento, no debió faltarte el respeto.

Sé perfectamente lo que el chico buscaba, esta situación la cree yo haciendo que entrara gente desconocida. Sabiendo el oficio que ejercía para ganar dinero. Niego con la cabeza.

—No pasa nada— tomo de nuevo su mano, sus nudillos están rojos, pero no hay nada que requiera cuidado.

—Ese ha sido uno de los mejores derechazos que he visto— George alaba entrando en nuestro círculo.

—Aprendí del mejor.

A menos la sonrisa pequeña que disimula hace que casi todos regresen a la normalidad.

—Traeré algo para tu mano— la lata más helada para sus nudillos.

La mesa casi está vacía, pero aún quedan bebidas en los tantos baldes, eso se debía agradecer a Sky. Tomo un brownie de Devi y lo como de un bocado, el chocolate sabe bien y eso que no es mis preferidos, tomo otro y regreso confirmando que ella no solo es buena con la danza.

Regreso con Caleb, Justin está con él y Sky ha desaparecido. Locky se ha quedado a cargo de Caleb, recostado sobre el sillón.

—La insulto, no podía dejarlo ir ileso.

—Te entiendo, hubiera hecho lo mismo.

¿Ellos entendiéndose? ¿Cómo ha sucedido esto?

Justin se levanta cuando me ve llegar. Tomo asiento en su anterior lugar.

—Tu mano— solicito y encima de sus nudillos coloco el refresco oscuro.

Locky se acerca a mis piernas y no puedo negarme a acariciar su cabezita.

—Yo me ocuparé de este pequeño— nos dice Justin refiriéndose a Locky.

—No le quites los ojos de encima— advierte.

—No conmigo.

El peludo amigo se anima en levantarse y seguir al rubio escaleras abajo.

—¿A qué se refería?

El ambiente se ha tornado un poco más caluroso, coloco el refresco en mi cuello un segundo y luego lo dejo en sus nudillos.

—Puede que perdiéramos a la miniatura en el parque.

—Que— sin querer presiono su mano contra la bebida helada.

—Auch— lo fulmino para que siga hablando. —Solo fue un rato... una hora o más.

—Por eso no respondían los mensajes.

—Pues si lo hacíamos debíamos decir que lo perdimos. Así que mejor lo encontrábamos y ya no sería necesario.

Niego. —Has perdido a nuestro Locky.

—Y también lo he encontrado.

—Tonto— me remuevo.

—Si esta es una de sus peleas de pareja mejor me retiro— escucho decir a Sky. —¿Saben donde fue Justin? Quiero regresar a mover mi sexy esqueleto.

Me anima su seguridad. Y de pronto me estoy levantando —Yo te acompaño.

—¿Me vas a dejar solo?— dice fingiendo indignación. —Estoy herido...

—Tú puedes grandote — le da una palmada en su espalda Sky.

Me encojo de hombros. Lo cierto es que una parte de mí quería bailar con él, quizás si me veía podía persuadirlo de acompañarme. Además, merece un castigo por perder a Locky.

—Vamos a romperla— Sky suelta un gritillo jalándome con ella.

Cuando llegamos con los cuerpos que se agitan de un lado a otro Sky alza los brazos mostrándome lo que puedo seguir, no obstante, me siento con tanta energía que me muevo a mi forma, empiezo sintiendo la música. Mis manos se movilizan por mi cuerpo, mis caderas se menean de tal manera que ni yo esperaba que fuera posible. Solo hay una cosa que podría faltarme, y es Caleb.

Mis ojos los atrapan viendo a mi dirección. Ha dejado el refresco de lado y ha pasado a dejar sus brazos estirados sobre el respaldo del sillón, relajado y galante desde su posición me observa como un cazador a su presa, sus ojos tienen la osadía de recorrerme sin reprimenda. Mi confianza crece al tener todo su interés. No evado la temperatura que aumenta en mi cuerpo, mi cabello estorba por lo que dejo todo a un lado de mi cuello. Y sigo con mis movimientos sin dejar de verlo.

Caleb se inclina hacia adelante, y creo que por fin va a venir por mí así que dejo de mirarlo. Al cabo de dos minutos, las manos de alguien sujetan mi pelvis, mi cuerpo entero se estremece, pero es cuestión de segundos cuando vuelvo a relajarme. El aliento de alguien llega a mi cuello descubierto.

—Si sigues moviéndote así, tendré que acabar de una vez con esta fiesta— sonrío.

Su respiración hace cosquillas en mi cuello. Él se mantiene estático controlando que mis caderas no se muevan, no puedo dejarlo ganar, mis manos sujetan las suyas ganando la toma del control. Vuelvo a mover mis caderas, no presto atención a los demás, solo a él y su tacto sobre mí.

Si él no quiere moverse lo haré hacerlo, es un reto, apoyo mis glúteos a sus pantalones y regreso a sentir la música.

—Loca...— sisea con un gruñido cerca de mi oído. —¿Qué intentas?

Lo ignoro sintiendo como algo empieza a despertarse dentro de mí, la idea llega a gustarme sin ninguna clase de vergüenza.

—Debes detenerte...— pero yo me pregunto hasta donde puedo llegar.

Caleb toma mi muñeca y de un movimiento me hace girar a verlo. Mis manos caen sobre su pecho por la velocidad en la que actuó. Recupero la estabilidad viendo sus ojos oscurecidos, es diferente puesto que estos tienen un brillo encima. Sonrío traviesa, con mis manos ya en su lugar empiezo a bajar por todo su pecho. No llego a su cintura cuando sus manos toman mis muñecas alzándome.

Su ceño está fruncido. —¿Has bebido o comido algo?

Su pregunta rompe algo en mis pensamientos, no importa, yo seguiré concentrada en lo que quiero. Coloco mis manos en su cuello y jalo de él. Apenas me da un beso corto.

—Espera— empiezo a enojarme.

—Baila conmigo— suelto más como un berrinche.

Caleb examina mis ojos y luego de un segundo corto niega.

—Ven a sentarte— parpadeo.

Me niego a salir del grupo que si se divierte.

—No.

—Vamos— repite con paciencia. No iré de regreso al sillón. Caleb lo sabe, suspira y lo siguiente que hace es dejarme con la sangre llegando a mi cabeza. Estoy viendo su camiseta y muchos pies atravesarse mientras camina. —Hagan paso.

Alzo la cabeza soltando risas, me está cargando como un saco de papas de nuevo. Saludo a Devi desde lejos, la mujer pelirroja nos ve con los ojos bien abiertos. Busco ayuda y entre las tantas personas que se rien de mi visualizo a Matt, o eso creo, Caleb no deja de moverse para ver bien. Hasta que Sky se atraviesa.

—¡Sky, dile que me baje!— Caleb se detiene girando a ver a mi amiga.

—¿Qué le pasa?

—No sé, debió consumir algo— no puedo verlos, pero me imagino a ambos con sus ceños fruncidos. Eso me hace reír, no saben que eso les traerá muchas arrugas. —La llevaré abajo, trae agua y comida. Si es lo que creo tendrá hambre.

El que mencione comida hace rugir mi estómago, no estaba al tanto de mi apetito hasta ahora.

—¡Quiero donuts de colores!— pido cuando vuelvo a ver a Sky.

010322✨

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