CAPÍTULO 57
—¡No sabes como deshacerte de él!— Sky chilla en la acera soltando gruñidos.
Su teléfono no ha parado de sonar desde que llegamos al Black Day. Yo tengo a Locky amarrado desde su correa, no podemos entrar con el. Desde la ventana puedo ver a Devi, no deja de limpiar el mismo mostrador que ya ha limpiado como cuatro veces.
La parte difícil ha sido fingir que no sabemos nada, pero no había pensado en como sacar a Caleb de aquí.
—¿Qué puedo decirle?— sonrío forzadamente cuando lo veo salir desde detrás del mostrador. Solo hay dos hombres adultos jugando ajedrez en una de las mesas.
—Mis colaboradores están por llegar.
Juego con mis dedos viendo de nuevo adentro del local. Caleb está saliendo.
—¿Pasa algo?
—Si— mi cuello gira hacia Sky. —Olvide hacer un trabajo.
El pelinegro eleva las cejas y mira hacia otro lado. Claramente, no le interesa.
—Que vale el 70% de mi nota final— los ojos perceptibles de Sky me hacen seguir su plan.
—Yo... voy a ayudarla— Sky exhala.
—Creí que ibas a acompañarnos hoy— sus ojos demuestran algo de dolor.
Tampoco quiero dejarlo hoy.
Temprano fue a ver a Alessia, sé que estuvo con ella la mayor parte de tiempo. Yo fui a buscar un regalo, y compré algunas cosas que Sky me pidió. Luego, vine a verlo y no ha pasado mucho tiempo para que mi mejor amiga aparezca.
—Estaré aquí— no es como si nos vamos a ir del todo. —Podemos hacer su trabajo en el bar.
—Si— me apoya Sky. —Pero tú puedes llevarte a ese saco de pulgas a otro lugar.
Por supuesto, Sky pasa de las mascotas, a decir verdad, de cualquier tipo de animal doméstico. Locky suelta un graznido.
—¿Puedes llevarlo?— pregunto viendo que Sky recibe a Justin.
—Sabes que no nos llevamos del todo bien— Locky resopla.
Vaya. Ambos están de acuerdo con eso.
—Por favor. Debo ayudar a Sky— suplico.
Caleb mueve la cabeza hacia un lado, saco un poco de mi labio inferior y .... Bingo. Se saca el mandil de su cintura.
—Un paseo rápido— aclara alzando la correa.
Sky se acerca con Justin, el segundo muestra una mueca totalmente de desagrado.
—Justin los va a acompañar— avisa con una sonrisa enorme.
Mi cara decae al instante. —¿Por qué no te ayuda él?— pregunta Caleb.
—Ya lo intentamos. Por algo no está hecho mi trabajo ¿No crees?
Con sigilo se acerca a mi oído.—Creo que prefiero a Locky.
—Solo ve— le doy un empujón.
Sky le da una última indicación a Justin. —Encárgate de que sean entre dos o tres horas.
—¿Cómo haré eso? Ni me agrada.
— Has que te agrade— lo empuja.
—La regla de verdad las pone mas locas— susurro pasando por mi lado.
—¡Te escuche!— sonrío viendo como intenta ir detrás de él. Justin corre hasta alcanzar a Caleb, se ha alejado sin esperarlo. —¡Fortalezcan esa amistad!
—Sky.
—Shss.— me corta. —5..4..3..2..1..
Autos de la acera abren sus puertas y gente empieza a bajar con varias cajas, bolsas y equipo. Esto es un ejército.
—Ahora si— me permite hablar. —Dime donde será la función.
—¿Quiénes son todas estas personas?— Devi se acerca a nosotras.
—Mis colaboradores— Sky sonríe.
—¿Dónde dejamos esto?— pregunta una chica con bolsas.
Sky me mira y luego a Devi. —La azotea. Por esa puerta.
Mi amiga mete dos dedos a su boca y de un silbido hace que todos les presten atención. —¡La fiesta será en la azotea! Por esa puerta.
Todos empiezan a moverse hacia donde les han indicado. Sky los sigue diciendo que quiere ver el lugar.
—¿Dónde quedo la bella chica de vestido hasta el cuello?— volteo hacia a Devi.
Ella está mucho más sorprendida que yo.
—Esa era Skyler— la veo subir en su short corto. —Esta es Sky.
Cuando hable con Devi me convenció de que este sería el sitio ideal para una pequeña fiesta. Obviamente, tenía razón.
Me encargo de mover las gardenias de Caleb. No quiero que se estropeen.
—Esto es perfecto— escucho a Sky a mis espaldas. Hago un esfuerzo en mover las macetas, pesan demasiado.
—Sky podrías...
—Yo te ayudo— el esposo de Devi hace que suelte la maceta.
George logra cargarlo como si se tratara de una fuente de dulces.
—¿Dónde ira la parrilla?— dice un chico que nunca antes he visto.
—Ponla por allá— le indica Sky. —¡Oye tú!— le grita a otro. —Que esa mesa vaya a por ahí.
—Es muy mandona— dice que George a mi lado.
—Le gusta que todo este bajo su control— acaricio las hojas de las gardenias.
Se ven bien, espero que después de esta noche sigan así. Pero sobre todo, espero que esto le guste a Caleb.
—¿Estás bien?
—Si. Solo espero que Caleb no llegue antes.
—Es muy lindo lo que haces por él.
—Mi vida, mira esto— Devi se acerca con un banquete de brownies.
—Ohoh. Eso va allá— señala Sky cuando la ve.
Devi hace un movimiento de cejas gracioso y va en marcha.
—Sky. ¿Al menos conoces a estas personas?— pregunto.
—Querías una fiesta en menos de 24 horas. Tuve que pedir auxilio— eso es un no.
—Por favor recuerda que dije una fiesta pequeña.
Rueda los ojos. —Solo son colaboradores, se irán al terminar su trabajo.
Las personas se mueven de un lado a otro. Es casi una horda, exagero, las que están en el techo.
—¿Botamos esto?— el sofá viejo de Devi.
—No— me apresuro a decir. Sky hace una mueca, pero yo mantengo mi postura.
—Está bien. Pónganle una funda, servirá— respiro aliviada. Sky se acerca al borde de la azotea. —¡Y que alguien coloque seguridad a esas barandas! ¡No quiero ningún idiota en ambulancia!
En algo estamos de acuerdo.
La veo bajar rápido balbuceando que las luces acaban de llegar.
—¿Dónde coloco estos?— una chica con cupcakes aparece frente a mí.
Echo una mirada a la mesa de antes, ya está llena. —Yo me encargo.
Se lo robo de las manos y bajo al departamento de Caleb. En su refrigerador hay espacio de sobra. Estando aquí, en silencio y sola, me dejo caer sobre su cama. Esta noche va a ser muy larga. Cierro los ojos olvidando por un segundo el montón de individuos que hay arriba, mis fosas nasales se abren al oler la esencia natural de Caleb.
Abro los ojos. Su regalo. Tengo el pequeño obsequio de Caleb oculto en mi bolso que deje aquí, quise dárselo desde el primer momento en que lo vi hoy, pero fui cohibida por la organización que quedaría estropeada. Supongo que aun lo tendré que ocultar en mi bolso.
Ha pasado más de dos horas y los chicos siguen sin llegar y lo mas preocupante, dar rastros de vida.
—¿Te ha respondido?— Sky revisa su teléfono pero nada.
—Voy a escribirle— aviso.
Nada más quiero saber donde están.
Mensajes - Caleb
¿Cómo van?
Le doy unos minutos.
Sucede que Justin reporto que llegaron al parque, hasta mando una foto para probar que no había abandonado al tatuado. Gracias a Sky me di cuenta que necesitábamos que alguien esté con él. Solo así sabríamos si estaba volviendo o si requeríamos que lo distrajeran, aunque hablamos del rubio podía ayudar. Pero ahora nuestro informante no responde.
Compruebo mi teléfono. Nada.
—¿No crees que les paso algo?—pregunto.
—¿Qué les pudo pasar? ¿Conocer una zorra?— abro los ojos.
No. Caleb no haría eso.
Miro desde las barandillas, no hay nadie con las características de ambos por las calles.
—Ya me respondió— corro hacia mi amiga.
Es una foto. Ella la abre y yo suelto un grito bajo.
—¿Están tatuándose?— grito más fuerte de lo que quiero.
Sky agranda la foto. —Tu novio está tatuándose.
Es cierto. En la imagen se ve a Caleb sentado y hay un tipo de mueble extraño donde coloca su brazo que ya cuenta con tatuajes. Un hombre lleno de piercings y tatuajes lo pica con una aguja aterradora.
—Parece que si fortalecieron la amistad ¿No crees?
Niego.
—¿A qué hora vendrán?
Luego de teclear un rato dice.
—Una hora.
La noche ya empezó y las luces amarillas ya alumbran parte de la azotea. Las personas bailan y conversan desde varias zonas del ambiente.
Sinceramente, no sé quiénes son todas estas personas. Pero me gusta mucho como han dejado todo, luces y banderines colgantes, muebles de madera y puff de colores, una zona de bebidas y otras de comida.
—¿Ya iras a cambiarte?— miro mi ropa.
—¿Qué tiene lo que tengo?— Sky me da una repasada.
—Es la fiesta de tu chico. ¿Llevarás joggers y eso?.
—No tienes que ser mala. No traje ropa de cambio.
Sky coloca una mano en su cabeza lamentándose.
Las chicas de aquí llevan short, faldas y tops, entiendo que sea verano y el clima caiga perfecto, pero no pensé en eso por la mañana. Admito que ahora me siento un poco fuera de lugar.
—Sabía que no traerías más ropa— de su short saca sus llaves. —Te traje un outfit digno y un poco de maquillaje. Anda.
Agradezco y bajo las escaleras recibiendo saludos de personas que desconozco, solo me queda mostrar una sonrisa. Saco la bolsa del auto de Sky y vuelvo a subir al departamento de Caleb.
Cuando veo de que trata el digno traje que menciono mi mejor amiga; es un short sastre blanco, elegante que simula ser una falda; y un top de seda del mismo color, descubierto que caerían sobre los hombros.
Le digo si al short. Y no al top.
No hay forma que deje todo mi vientre expuesto. No soy sexy ¿bien?.
Una idea cruza mi mente, Caleb tiene varias camisetas, podría tomar prestada alguna. Abro su armario, hay varios polos negros. Tomo la que tiene un estampado de cuatro hombres cruzando la acera. Nunca se lo vi puesto.
Si alguien no sabe de quienes se trata está mal de la cabeza. ¿Estamos de acuerdo?
Doblo el borde y lo meto dentro del short. Tampoco usaré los tacones, mis vans resultan muy cómodas. Termino colocándome un poco de rimel, brillo labial y sujetando cada lado de mi cabello con dos pasadores.
Subo viendo que ya no falta tanto para que lleguen. Sky está a un lado de un barril de cerveza.
—Sabía que no aceptarías el top— dice viendo mi camiseta. —¿Zapatillas en serio?
—No temeré rodar por las escaleras— me encojo de hombros.
—Claro— se sirve un vaso de cerveza.—¿Has probado esto? Es tradicional y está delicioso.
—¿Lo ha traído Devi?— pregunto reconociendo el barril con su aplicador.
—Si— levanta su vaso. —Ella y su George están terminando de azar la carne.
En una esquina los veo conversar mientras un montón de chicos esperan que salga las primeras piezas. El volumen de la música esta moderada, cosa que agradezco para poder conversar.
Sky escupe un poco de cerveza viendo su teléfono.
—¡Apaguen todo!— grita haciéndome sobresaltar.
—¿Qué pasa?— el estómago se me aprieta.
Ella limpia su boca con el dorso de su mano. —Están llegando.
—¿Qué hacemos?— pregunto entrando en pánico.
Ella me mira y puedo notar que se pregunta si realmente he dicho eso.
Bajo las escaleras de prisa. ¿Qué le voy a decir? ¿Qué debo hacer? Ya no hay tiempo.
Nunca hice una fiesta sorpresa, los cumpleaños de Nathaniel siempre fueron fiestas enormes hechas por sus padres, más por su madre, más una ceremonia. Gente importante, formal y aburrida. Esa era la costumbre, pero lo bueno de la noche era bailar con él.
—Hola— digo enérgica.
Justin hace un gesto ambiguo con la boca, viendo su teléfono y esperando las siguientes indicaciones de su novia. Por otro lado, Locky no tarda en mostrar su presencia desde suelo.
—¿Esa es mi camiseta?— pregunta Caleb.
Bajo la mirada, se me olvido ese pequeño detalle.
—Si.
—¿Dónde está el cubito de hielo?
—Cierto— estoy muy nerviosa. Gracias Justin. —Vamos.
—¿Por qué cerraron? ¿Dónde está Devi?.
Ignoro su primera pregunta. —Arriba.
Le quito la correa de Locky y doy la iniciativa, sostengo su mano.
—Estás más rara de lo normal— muestro mis dientes. —Ahora me estás asustando.
Le doy un golpe. El silencio que hay arriba es lo que me da miedo, como ha hecho Sky para silenciar a todo mundo.
Caleb se adelanta a abrir la puerta para mí. Dejo que lo haga viendo como Locky olfatea por debajo de la puerta.
Espero el impacto.
—¡Sorpresa!— gritan un montón de personas al unísono.
Clavo mis pies al suelo para no retroceder. Caleb eleva mínimamente las comisuras de su labio, y regresa a verme con los ojos más enigmáticos que nunca.
—¿Quiénes son estas personas?— cuestiona manteniendo esa pequeñita sonrisa.
Quiero morirme.
—¡Cal!— Devi aparece con los brazos abiertos.
Gracias Devi.
Lo abraza tan fuerte que puedo ver su cuerpo rígido, como una tabla bajo los delgados brazos de la pelirroja. George espera su turno mientras que Sky se une a Justin detrás de nosotros. Todos los demás han empezado la fiesta.
—Ya estás envejeciendo muchacho— lo saluda el esposo de su jefa.
Caleb recibe la palmada en su espalda. Y luego mira el lugar, mis latidos se han acelerado por los ojos que posee. Nada comparado cuando cae en mi pequeño ser.
—Feliz cumpleaños...
Y esto acaba de empezar.
220222✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top