CAPÍTULO 56
No tengo idea de lo que estoy haciendo ¿Estoy cometiendo un error?. Hay dos cosas que pueden pasar, Caleb puede enojarse y peor aún, su padre puede echarme de Fiore.
A pesar de eso, estoy entrando al hospital donde aguarda la querida Alessia. Estaría más tranquila si estuviera sola, pero Susan está a mi lado.
En la charla telefónica, Susan me lanzo preguntas al mismo tiempo que Alessia, con esfuerzo no entre en una crisis. Al final todo pedía verla, Alessia acepto y yo no sé en que me estoy metiendo. Pero soy cómplice. Luego, la mujer vestida de blanco ha guardado completo silencio en el camino. No aclaro mis dudas y menos ayudo su estado.
—Podrías darme un minuto— me pide cuando indico que esta es la habitación. —Necesito ir a los servicios.
Le doy indicaciones para llegar. La acompañaría hasta llegar allá, pero algo me dice que necesita un tiempo.
Aprovecho en entrar y asegurarme que Alessia esté bien. Ella alza la mirada apenas abro la puerta, sus ojos buscan detrás de mí, pero al ver que no hay nadie hay cierta decepción en ella.
—¿Dónde está?— el encuentro es más esperado de lo que imaginaba.
Mis preguntas aumentan. ¿Por qué la madre de Caleb iba a querer ver a la esposa del Sr. Lodge? ¿Y por qué la Sra. Lodge iba a querer ver a la madre de su hijastro? Claramente, la segunda pregunta es más caótica.
—Fue a los servicios.
Alessia lleva sus manos a su pañuelo de su cabeza, se asegura que esté en su lugar correcto.
—La ayudo— me acerco con su gesto de agradecimiento por mi ofrecimiento. —Alessia— aclaró un poco mi garganta. —¿Está segura de querer verla?
—¿Ella está molesta no es así?— su pregunta me desconcierta.
¿Susan molesta? Yo diría que nerviosa u ofuscada.
—No. Esta más... Nerviosa— aseguro.
Sujeto el pañuelo de su cabeza y regreso a verla de frente.
—No puedo creer que quiera verme. Creí que me odiaba.
Hasta esa última oración podía tener más sentido que la primera.
La oportunidad de preguntar se va cuando la puerta recibe dos toques seguidos. Susan hace su entrada.
—Alessia...
—Susan...
Paso a segundo plano, la mujer de blanco corre hacia la camilla con lágrimas en los ojos. Alessia suelta un sollozo, realmente no sé si estar asustada o algo más. Me hago a un lado, expectante a lo que sucede. Ambas se abrazan muy fuerte. Logro contar hasta diez hasta que ambas se separam.
Todo es muy conmovedor, ellas dos actúan como si ¿Hubieran sido unidas?
—No puedo creer que estés aquí— dice Alessia tras limpiarse una lágrima sobre su mejilla.
—Yo no puedo creer que tú estés aquí— Susan sostiene ambas de sus manos. —Me dijeron que habías muerto.
Y justo eso da un golpe a la fría habitación. Alessia frunce el ceño sin quitar la sonrisa.
—Aún no— aclara viendo su condición.
Susan niega incapaz de verla. —En serio, como pudo atreverse a hacerme esto.
—Puedo imaginarlo— creo que me perdí en todo la charla. ¿De quién hablan?
—Te busqué años. ¿Dónde estuviste?
—Por Lucca— frunzo el entrecejo.
—Tu familia dijo que te fuiste de Italia.
—No me alcanzo el dinero.
—¿Por qué no me buscaste?¿Por qué te fuiste así?
La mirada de Alessia recae en mí. Siento que soy un mal tercio.
—Yo... iré a comprar— es lo primero que se me ocurre.
—No te vayas a ir— asiento con la cabeza y camino hacia la puerta. —Y Harriet— volteo. —Es mejor que no le digamos nada a Caleb.
Susan me mira como si comprendiera lo que yo no. Vuelvo a asentir y salgo en busca de una taza de café.
La próxima hora me mantengo en guardia de la puerta. Si Caleb apareciera iba a necesitar una buena excusa para no dejarlo pasar. Me entretengo leyendo en mi teléfono, es la forma que encontré que las enfermeras dejen de preguntar a quién busco.
Aun recuerdo el encuentro de ambas mujeres en mi mente, sin duda hay un pasado ahí. Algo que pueda que a Caleb no le agrade.
—Harriet— una mano en mi hombro me sobresalta. Es Susan. —Ven.
Me levanto y sigo el camino de antes. —Mi querida nuera.
El término hace que me avergüence.
—Debes admitir que Caleb ha hecho una buena elección— ay no. Susan se le une ahora.
—Créeme que se lo he dicho.
¿Lo hizo?
—Harriet debes estar con un montón de preguntas— no es quiera mentir pero si. Así es. —¿Le cuentas tú o yo?
—Ambas— siento que voy a conocer un gran secreto. —Nosotras éramos mejores amigas.
Proceso...
—¿Éramos? Lo somos— le corrige Alessia.
Sigo procesando...
—Cierto— se disculpa y continua. —Su tía trabajaba para mi familia y como no quería separarme de ella también trabajo para mí— Susan mueve las manos como indicando que acelerara esto. —Hasta que desapareció.
—Me fui a Italia— completa Alessia. —Embarazada de Caleb.
¿Ok?
—Sin decirme nada.
—Es porque creí que estarías molesta conmigo.
Susan resopla. —La busqué por años. No había rastro de ella. Y hace unos meses Richard me dijo que había encontrado a su hijo.
—Y que yo había muerto— Alessia parece tan asqueada por el hombre.
—No puedo creer que no me lo dijera.
—Debes fingir que no pasa nada. Caleb está en su dominio por ahora— le señala a Susan.
—¿Estás segura que es lo que quiere?
Creo que me acabo de perder otra vez.
—Eso dijo.
—Está bien. Y esa es nuestra historia.
Sacudo un poco mi cabeza procesando la información. Susan y Alessia mejores amigas, Susan se caso y Alessia fue con ella. Luego, Alessia se embarazó del esposo de Susan, desapareció y...
—¿Caleb no sabe que eran amigas?
—Nunca le conté esa parte— suspira. —Cuando era niño y preguntaba por su padre le decía que cuando fuera grande se lo explicaría, pero cuando llego a serlo... tuve miedo a ser juzgada— mira su regazo. Entiendo a que se refiere. —Me arrepentí porque un niño no hubiera tenido la suficiente capacidad de mirarme como una...
—Como una nada. Olvida eso— Susan le acaricia la espalda. —Ahora que estoy aquí haré todo lo que pueda con tu tratamiento.
Alessia niega rotundamente.
—Caleb se daría cuenta.
¿Es esta la razón por la que intento acercarse a Caleb? Cobra más sentido su esfuerzo de crear un vínculo con el hijo de su mejor amiga, sin importar que fuera del hombre que es su esposo. Aunque ella dijo que nunca se enamoró del Sr.Lodge.
—Lo has criado bien— Alessia sonríe y yo también.
Siento una mezcla de nostalgia, felicidad y confusión. Estas mujeres se acaban de reencontrar después de cuantos años. Sus sonrisas, su abrazo que nunca quería acabar. Me hace darle tanto valor a la amistad, que por un momento recuerdo a Sky.
—Harriet— salgo de mis pensamientos y veo a Alessia estirar su mano hacia mí. La tomo. —Te llamé por algo importante.
—¿Qué sucede?
—Es Caleb— el corazón me da un brinco. —Mi niño nació a las 3:30 am— me impresiona aún sin entender. —El 25 de Noviembre.
—Eso es... pasado mañana.
—¿No te lo dijo verdad?— mi estado de contusión me trae problemas con mi capacidad de hablar. —No le gusta festejar desde que enferme. Por eso quería pedirte que lo sacaras de aquí, va a querer estar conmigo y fingir que no es su día. Yo quiero que sepa que afuera aún hay un mundo que vivir. Que debe vivir como el joven que es.
—¿Quiere que lo lleve a algún lugar?
—Lo que hagan los jóvenes de hoy en día.
—Una fiesta— sugiere Susan. Alessia asiente.
—Eso. Que se relacione con personas, que haga amigos. Estos años ha dejado toda su vida de lado por mí— sus dedos envuelven mi mano derecha. —Por favor has que vuelva a retomarla. Su vida ya no debe estar en pausa. Tú eres la señal que esperaba para saber que si quiere vivir.
Parpadeo.
Esto es mucha información para mí.
(...)
—Hola— Caleb deja un beso rápido en mis labios, agarra mis manos y tira de mí al interior de su departamento. —Debes ver esto.
Con desconcierto observo al Locky ladrarme como saludo. Caleb me suelta en medio de su sala y veo hacia mis piernas, el can intenta pararse de dos patas sin dejar de ladrar. Lo acaricio intentando calmarlo.
De pronto, el estéreo empieza a reproducir dejando todo, pero todo, en silencio. Caleb me da una mirada disimula y luego a Locky. El can ha dejado de prestarme atención, su cabeza ladea a los lados y termina acostándose en el suelo, viendo fijamente al aparato. Caleb da un clic en apagado y Locky vuelve a ladrar. Lo enciende y otra vez solo se escucha la música.
—Es como su botón de apagado— existe la diversión en el hallazgo. —Pude dormir anoche.
Suelto una carcajada. Los tapones ya no serian necesarios, el sonido lo tiene hechizado y callado. Es impresionante que tenga los gustos de Caleb.
—¿Quiere decir que ya no estás desesperado porque se vaya?— pregunto con sutileza.
Caleb baja sus hombros. —No es para tanto. Debemos devolver al pulgoso.
—No es pulgoso.
—Lo vi rascándose.
—¿Qué?— me agacho revisando entre su pelaje.
La risa a mis espaldas me hacen fruncir el ceño y ver encima de mi cabeza.
—Era una broma— me toca levantarme con las manos en jarra.
—Eres un tonto.
Se encoge de hombros. Sus ojos juguetones ven mi mano en mi cadera, toma mi muñeca deshaciéndose de mi postura y la deja en su hombro derecho. Su otra mano pasa a mi cintura y de ahí tira hacia él. Mi pecho choca con el suyo.
—Dale un beso a este tonto.
¿Por qué no?
Estoy sentada en el suelo junto a Locky, tarareando la nueva canción del estéreo, cuando el chico de cabellos negros sale de su habitación. Caleb está viendo su reloj.
—¿Segura que no te importa quedarte sola?— consigo asentir con la cabeza.
Caleb debe ayudar a Devi en el Black Day. Yo puedo cuidar a este pequeño por mientras. Además, estaré ocupada con la portátil.
—¿Bajarás ya?
Lleva una camiseta sin mangas, holgada y negra. No es que no le quede bien, le queda excelente pero... nada. Es verano y hace calor. Y hoy es Happy Day.
—¿Hay algún problema?.
Rasco la pancita de Locky. —No.
Vamos. Estará abajo, con un montón de chicas y que más da. Puede exhibirse si quiere.
No puede ser. Soy una tóxica.
Caleb deja un beso en cabeza y pasa a caminar hacia la puerta, lo escucho abrirse.
—Eres bonita celosa.
Rápidamente miro hacia la puerta. Caleb guiña un ojo y cierra.
—¿Has visto eso?— pregunto a Locky. —Es un creído.
Bufo.
Tomo mi mochila y paso al sillón. —Muy bien Locky— palmeo a mi lado. El can salta y se sienta sobre sus dos patas traseras- —Veamos si esto funciona.
Mi portátil se termina de encender. Abro páginas de Facebook y otras redes que puedan ayudar, encuentro muchas páginas que buscan o avisan que hallaron a mascotas perdidas. Por más que busco fotos o descripciones parecidas de Locky no hay resultados.
Decido subir su foto de los anuncios y la pequeña información con el contacto. Pienso en cerrar la página de icono azul, pero algo llama mi atención, a un lado aparece el nombre de Nathaniel Archer.
Última conexión: Hace tres días.
No hay señales de él. Quiero pensar en que lugares podría estar, pero la verdad es que no se me ocurre nada. Solo espero que se encuentre bien y regrese pronto. Toca esperar.
Saco mis cuadernos de la universidad y empiezo con los deberes.
La música de abajo se intensifica con las horas. Las personas ya deben estar llegando, las voces lejanas se escuchan un poco más. Suspiro viendo que ya son las ocho. Le doy croquetas a Locky.
Me quedo dando un repaso desde la cocina, el lugar es muy pequeño como para hacer una fiesta aquí, sin mencionar que la habitación de Caleb está a la mira de todo. De ninguna manera puedo hacer una fiesta aquí. ¿Y qué sé yo de fiestas? Nada, nunca lo he organizado.
Llamada - Sky
¿Estás ocupada?
Para ti nunca
Sin embargo, puedo oír a Justin gruñir.
Necesito ayuda
Al fin has entregado su flor ¿Necesitas una pastilla o...
¡No es eso!¡Y no lo digas con tu novio a un lado.
Por ti él se ha ido a tomar una ducha.
Su risa malvada me hace cerrar los ojos.
Lo necesita más de lo que crees.
Será mejor que lo diga de una vez.
Necesito organizar una fiesta. Por el cumpleaños de Caleb
Tienes toda mi atención
Para mañana
¿Estás loca?
¿Sabes cuanta preparación se necesita para una fiesta?
Por eso te estoy llamando.
Son casi las 9 de la noche. ¿Y quieres que consiga todo para mañana?
Miro hacia su habitación.
¿Puedes hacerlo?
No hay nada que Sky Jhonson no pueda hacer.
Haré todas mis llamadas.
¿Dónde será?
He ahí otro de mis problemas.
¿El Black Day sería buen lugar? Tendría que pedir permiso a Devi.
No tienes lugar ¿Cierto?
Cierro los ojos. Pero los abro tan pronto escucho la puerta.
Lo tengo. Te aviso luego.
Devi se acerca y yo bajo mi teléfono.
—Cal esta por subir. Pidio pasta— las bolsas caen en la encimera y yo sonrío.
—Gracias— Devi saluda al pequeño amigo del sofá y luego camina hacia la puerta. —Devi.
Voltea. Su melena roja azota en el aire por la coleta que lleva. Es ahora o nunca.
—Mañana es el cumpleaños de Caleb.
200222✨
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