CAPÍTULO 48
Me dejo caer en el respaldar de mi silla. Ya hace un tiempo que había llegado, mucho antes de mi hora habitual. Doy un recorrido a mi escritorio y me quedó viendo la lapicera, esa donde descansa una pluma especial. Aún tengo la tarjeta que venía con el. La nota que he dejado bajo mis papeles personales dan una sacudida a mis memorias de la chica que una vez fui.
Es difícil no preguntarme como estará, no es fácil sacar a alguien de tu vida y mas cuando se trata de alguien que fue tan importante como el. Fuera de un vínculo de romance me pregunto si de verdad es feliz con ella.
—Hola— regreso a mi con el saludo de Caleb. —Lo siento por cancelar. Traje pasta del restaurante de Antonio— menciona elevando las bolsas. —¿Aún quieres comer conmigo?
El nunca llego al almuerzo en el árbol, me envio un mensaje avisando que me adelantara a la oficina y que me alcanzaría aquí. Tuve que tomar un taxi porque mi auto sigue en su casa. No se si puedo preguntar el que estuvo haciendo o si estamos bien.
—Si— me acerco a su mesa con recelo. El me sonrie y saca los platillos y cubiertos. Acomodo sus documentos para que no se ensucien. Si calculo bien aun tenemos varios minutos de almuerzo.
La repentina felicidad que trae me hace preguntarme si no ha vuelto a fumar, se supone que sigue el trato que hicimos, pero que tanto puedo fiarme de él. Agito mi cabeza quitando las ideas que Sky intento insertar en mis pensamientos. Él ya me hubiera dicho, yo me hubiera dado cuenta ¿cierto?.
—Me han llamado del hospital— detengo mi concentración en enredar los fideos. —Dicen que esta reaccionando muy bien, entro en la siguiente fase— por eso esta tan feliz.
—¿Cuál es la siguiente fase?
—Unas pruebas. Necesitaban mis firmas para proceder. Ella se ve de maravilla— sonrio evaporando mis insinuaciones equivocadas. Debo darle el beneficio de la duda.
—Tenemos que hacer algo para ella— Caleb limpia su boca con una servilleta.
—He pensado en algo. Quizás puedas ayudarme— la tan solo idea me emociona.
—No ha salido del hospital desde que llegamos a la ciudad. Se que no podrá salir pero el clima ya no es helado y quizas podriamos llevarla a la azotea— donde ambos ya hemos estado. —Para que pueda ver la ciudad desde ahí.
—Podemos comer algo ahí también— sugiero. —Una velada pequeña.
Caleb agita la cabeza dandome la aprobación. —Hagamos eso. Oh espera— se acerca y con su dedo pulgar limpia un lado de mi boca. —Salsa— mis mejillas se sonrojan cuando el lamé su dedo sin censura.
Los minutos pasan con una buena charla de como podríamos subir una mesa y comida sin que la enfermera se diera cuenta. La estrategia iría mas en dejar el robo de llaves y solicitarlas de una manera segura y legal. No pondremos en riesgo a Alessia.
—Disculpen chicos— Cassie hace su aparición con urgencia y sin tocar. Termino de amarrar las bolsas para tirar a la cesta. —El Sr.Lodge quiere verte ahora.
Caleb me da una mirada y luego se levanta para salir, nunca toma bien tener que ver a su progenitor, sin embargo, esta vez anda sin quejarse. Cassie se ve aliviada que le hiciera caso. —¿Ha pasado algo?
—No estoy segura. Parecía algo enojado— vuelvo a colocar los documentos en su lugar. —¿Y tú no piensas darme las buenas noticias?
—¿Buenas noticias?
—Mi tía me lo ha contado. En hora buena— eleva los brazos.
De verdad que los rumores corren rápido.
—Intentemos que esto se quede entre las dos— digo haciendo un gesto para que baje la voz. Lo último que quiero es que crean que me aprovecho de mi posición. Es lo que menos quiero en el trabajo.
—Suerte con eso. Apuesto que mañana estan en primera plana.
No si logro que no nos fotografíen los reporteros.
El resto de la jornada Caleb ha desaparecido con su padre. Bueno, desaparecido no es la palabra, sabia que estaban en la otra planta de diseño viendo una de las publicaciones.
No se si fue el destino o el mensaje que le envie avisando que estaba de salida, pero ambos coincidimos en el ascensor.
—Lamento eso. Hubo un problema con la impresión de una de las portadas.
—Esta bien. Entiendo que te involucres.—es la empresa que ciertamente es su legado.
—¿Nada más?¿No dirás que me extrañaste? Porque si fuera al revés estaría quejandome.
—Recordando que eres mi superior, no creo poder hacer eso.
Suelta un resoplido y de pronto me tiene envuelta entre sus brazos. —Para ti no es válido. Te autorizo a quejarte. Prometo no despedirte.
Rio ante su ocurrencia. —¿Sigues de buen humor verdad?
—Las cosas mejoran. Tengo novia, mi madre mejora y me acaban de pagar— dice sacando un cheque de su bolsillo de su pantalón.
—¿Tu primer sueldo en Fiore?.
—¿No esperabas que viniera hasta aquí gratis o si?— supongo que no. —Ya puedo pagarte por sacarme de prisión.
—Crei haberte dicho que no era necesario.
—No hay forma que ganes en este tema— por lo que ya sé de el. Lo sé. —¿Te llevo a casa o quieres recoger tu auto?— lo pienso un momento. La verdad es que me siento agotada y no quiero conducir. Pero ir a recoger mi auto es necesario, o como iría mañana a Hasting.
—Creo que...
—A ti te queria encontrar— la voz de Nate me hace girar rápidamente. Él viene hacia ambos pero antes llego a él. —¿Qué crees que haces? ¿eh?— apesta a alcohol y no deja de querer acercarse a Caleb. Debo interponerme para evaluar su estado.
—¿Estas ebrio?— cuestiono enojada.
—¿Realmente quieres saberlo?— dice de mala gana. —Ese idiota quiere arruinar tu vida y tu bien que lo estas dejando.
—Basta ya Nate. Es mejor que tomes un taxi— sus ojos estan inyectados de sangre.
—Se lo que estas tratando de hacer y no lo voy a permitir cabrón— antes de que pueda seguir reteniéndolo se abalanza sin dejarme reaccionar.
Caleb lo sujeta de su camisa evitando que ambos vayan al suelo. No puedo creer que haga esto, realmente ha pasado el límite. —Cálmate que no he hecho nada.
—Cállate maldito drogadicto— el pelinegro muestra su enojo empujándolo.
—¡Caleb!— recrimino cuando veo caer a Nate al suelo. El suelta un bufido y se acerca a levantarlo como yo.
—Llama un taxi— no pierdo mas el tiempo y tomo mi celular. No tengo idea de como ha llegado aquí pero no encuentro su auto por ningún lado.
—¿Qué esta pasando aquí?— Richard Lodge acaba de salir del edificio. Por la forma en la que viene me imagino que también iba de salida.
—Nada, sube a tu auto y vete— suelta su hijo tajante.
El hombre mayor levanta la cabeza para mostrar superioridad, atino a disculparme pero el me ignora. —Caleb, ven aquí ahora mismo— el Sr.Richard entra al edificio y por la vitrina del living logro ver que se cruza de brazos en la espera de su único hijo.
—Caleb ve. Yo lo sostengo— en ves de ayudarme a colocar su brazo de Nate sobre mis hombros lo que hace es acomodarlo en la vereda un poco mas alta, sentado o desparramado. Solo lo tira ahí.
Le doy una mirada reprobatoria y espero que vaya con su padre. Reviso que tan lejos esta el uber y se que esta llegando con el maps y su ubicación.
—¿Dónde esta tu auto?
—No se.
—Piensa Nate por favor.
—Creo que me lo robaron— dice tomando su cabeza.
Aguanto mis ganas de darle la peor reprimenda, solo porque esta con un dolor peor aun. Debió salir del trabajo porque tiene la camisa abierta. Talvez ni siquiera llego a ABC. Un auto se estaciona enfrente y aprovecho para meterlo a rastras. Pesa demasiado que el mismo chofer se apiada de mi para ayudarme a cargarlo.
—¿Señorita solo ira el?— pregunta cuando lo tiene en el asiento trasero.
Miro sobre mi hombro viendo que Caleb sigue manteniendo una conversación con su padre.
—Espéreme un minuto por favor— ruego antes de decidir si ir y abrir la puerta del Fiore. Me animo viendo que Caleb se aleja de mi jefe supremo.
—No lo harás— le exige su padre mientras que Caleb ya le da la espalda.
—Solo mírame— me encuentro con él.
—¿Esta todo bien?.
—Si. ¿Ha llegado el taxi?—asiento. Caleb toma mi mano y jala de mi viendo como el auto amarillo sigue estacionado en el ingreso.
—Iré con el— da un freno repentino y por lo cual yo también.
—¿Iras a su casa?
—Solo lo dejare. Justin podrá hacerse cargo de el.
—Déjame ir contigo— niego.
—Es mi culpa que este asi, yo lo resolveré.
Caleb baja la cabeza. Yo la subo mostrandole una sonrisa, quiero que confie en mi. —Confió en ti— me lee la mente. —Estoy celoso— mis mejillas se hacen tan redondas con lo que escucho. Este chico podia hacerme sentir increíblemente bien hasta olvidando lo que sucede a un metro de mi.
Tomo su rostro y aunque mis manos tiemblan un poco por lo que voy hacer estoy decidida, junto nuestras bocas torpemente, Caleb se relaja, suelta el aire de si y profundiza solo un poco el beso. No quiero detener el tornado que crea en mi vientre. —Creí que querías ir despacio.
Me encojo de hombros. —No tan despacio.
Él muestra los dientes y yo lo emito. —Avísame cuando llegues a casa.
—De acuerdo.
En el auto me mantengo viendo la ventanilla. Nate no dejado cerrar y abrir los ojos por momentos. Se queja entre balbuceos.—¿Sabes que día es hoy?— No respondo, debe estar tan ebrio que ni siquiera sabrá la fecha real. —Hoy cumpliríamos dos años.
Todo mi cuerpo se tensa. Eso es correcto, mi teléfono y mi mente lo comprueban como el último año. Lo miro un segundo, esta con el mentón pegado en su pecho. Me acerco con la intención de recoger sus rizos que sobresalen, no obstante, veo mis dedos y decido retractarme. No puedo retroceder, Nate eligió y su ebriedad solo debe estar confundiéndolo. Katherine lo ama, él lo dijo.
También creo que, en esta situación lo mejor es no darle cuerda, no esta en sus cinco sentidos y lo que menos necesito ahora es que intente saltar del auto. Hace un tiempo yo habia estado pensando en lo bonito que ibamos a pasar este día, que nos daríamos sorpresas pues yo tambien tenia muchas cosas que queria hacerle. Pero todo ha cambiado.
Atrapó al conductor que se ha puesto a ver por el retrovisor, se que ha visto mi escena con Caleb como ha escucho a Nate. Menos mal se guarda sus comentarios.
—¿Qué ha pasado?— Justin abre las puertas tan rápido llegamos. Avisarle de nuestra llegada era necesario despues de todo.
—Se apareció en mi trabajo— le explico con brevedad. —Parece que se ha tomado todo el bar de alguien.
—Hermano— susurra pasando su brazo por sus hombros. Veo como lo carga mientras yo me hago cargo de pagar la tarifa.
—Disculpe puede esperarme 5 minutos para llevarme a otro lugar— el hombre me ve mal que pienso que me quiere decir algo pero se abstiene.
—Fuera de servicio— dice antes de arrancar el auto.
Retrocedo para que no me pise los pies completamente ofendida. En serio se portaba de esa manera con sus clientes, le daré una estrella.
Entro sin más remedio. Me encuentro con que Justin lo ha acostado en su cama y por lo que veo ni se ha preocupado en quitarle las zapatillas.
Hombres. Desamarro y se las coloco debajo de su cama. —Supongo que te ha encontrado con tu nuevo novio.
—Ha querido golpearlo. Debes tenerlo vigilado.
—No soy su niñera.
—Yo tampoco— contraatacó viendo al rubio tomar una botella de agua.
—Al menos debiste avisarle. Tuvo que enterarse por unos de los jugadores, los grabaron en la entrada— suelto todo el aire por mi nariz.
Como el me aviso a mi.
—Mejor me voy— pero antes le doy una mirada. Esta completamente dormido y espero se mantenga así.
—¿Has pedido otro uber?— asiento revisando la ubicación. Ya esta cerca. —Harriet. Él solo quiere lo mejor para ti.
—¿Y lo mejor era enrollarse con su ex novia sin decirme nada?
—Ya te dije que yo tampoco lo sabia—ya se. —pero ese chico tuyo...
—Por favor ya he escuchado suficiente de lo mismo. Y sabes que, hasta el momento el que me ha causado mas problemas es Nathaniel, no Caleb.
Justin asiente sin ganas de seguir esta conversación. —Bien. Solo cuídate.
(...)
A la mañana siguiente me encuentro con varios mensajes de Nate, los borro sin leer. No quiero seguir en el mismo círculo.
Mensajes - Caleb
¿Alguien pidio un taxi motorizado?
Estoy abajo.
Me termino de peinar el desorden de mi cabeza y salgo corriendo. Caleb esta en mi entrada esperando por mí.
—Buenos días— rodea su motocicleta y me da un beso corto en los labios.
—Buenos días. Has madrugado.
—Creo que me he acostumbrado a desayunar contigo— susurra como si fuera un secreto. —¿Quieres ir a una cafetería cerca?
—Tengo el lugar perfecto.
Sin mas que decir nos encaminamos al Starbucks cercano, nos damos el agrado de tomar dos cafés y aprovecho de tomarle una foto a nuestros vasos juntos.
—¿Me lo mandas?— me pide viendo que observo la foto.
—¿Piensas publicarlo?
—Quizás— ruedo los ojos por su momento de misterio.
Mi celular vibra cuando la Srta.Morgan escribe algo en la pizarra. Reviso rápidamente y veo como Caleb ha empezado a seguirme y no solo eso, me ha etiquetado en la foto de nuestros vasos. La descripción es corta y dice.
Mia ragazza.
180122
Atte.ASP
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