CAPÍTULO 39

Si bien es cierto pasamos por diferentes fases en una ruptura. Empieza con el dolor, el cual pase parte de la noche, conteniendo mis lágrimas y soltándolo todo junto a Devi. Mis sentimientos por Nathaniel siguen ahí, intensos como siempre, pero todo se está volviendo un revoltijo al recordar lo que mis ojos vieron.

Él y Katherine. Rompió lo nuestro, no quiso escucharme, no confió en mí y se enrolló con su ex. Intente culparme de eso, y Devi logro hacerme entrar en razón en nuestro momento de confidencialidad. Si he cometido un error con Caleb, fue la noche en que debi alejarlo de mí. Habia decidido mantener un margen, de conocidos, aunque lo laboral y académico interfieran en eso. A final nada de eso sirvió.

Por otro lado, está Caleb, me ha despertado, alimentado, conseguido ropa y traído sin tener obligación en hacerlo. ¿Qué se supone que eso significa? Es que acaso debería tomarlo como una insinuación o... no lo sé sin embargo quiero pensar que solo es su forma de agradecer, de otra manera sería errada.

—Srta. Moore— me acerco a la maestra que alista sus pertenencias para salir junto a la clase. Si me pregunta algo de lo que ha explicado estoy muerta. —He recibido el informe de Fiore, su rendimiento en la Editorial es impresionante. Me alegro que le vaya muy bien.

Sus palabras me sorprenden pues no esperaba que enviaran un reporte, habia olvidado aquel dato de los requerimientos. Es parte de la empresa quien se encargaba de remitirlo para constancias de la Universidad.

—Yo... No estaba al tanto.

La sonrisa complacida de la Srta.Morgan se intensifica. —Sabía que eras la indicada.

—¿La indicada?

—Sí. Yo trabajé en Fiore hace unos años—confiesa ella. Mi asombro crece por la nueva información. —Cuando el Sr.Lodge me contacto supe que el puesto encajaba en ti.

—¿El Sr.Lodge?

La señorita rie un poco. —Sé que parece un ogro, pero puede abrirte muchas puertas.

Sonrió ante el término. —Comprendo.

—Debo irme, sigue así. Llegarás más lejos de lo que crees.

Asiento con la cabeza. El día está mejorando en mis ganas de asistir a la siguiente clase, realmente no esperaba una buena calificación por Fiore, pero ahora que debía ir a la oficina me importaba averiguar un poco más de ello.

—¡Donde estuviste!— el chillido de Sky me provoca un susto de muerte al atravesar la puerta. Acomodo mis libros pasando de una mano a otra. Al menos tenía estos por los casilleros del aula. —Y esa ropa...

Sky frunce sus cejas finas y negras. Entonces entiendo que no se ha enterado. —Clase. ¿Qué paso con Amber?.

Sky bufa y su rostro muestra malos recuerdos. —Si era insoportable sana imagínala drogada.

—¿La dejaste en su casa?

—Lo intenté, pero no habia nadie ahí. Y no tenía la puñetera llave.

—¿Y dónde... no la dejaste tirada o si?— temo porque sé que sería capaz.

—Claro que no. Por quien me tomas— finge estar ofendida. —La llevé a mi departamento. Te lo advierto Harriet, si regreso y alguna de mis cosas están destruidas, tú me las pagar— me apunta.

—Que... Pero no tenías que dejarla sola...

Sky abre la boca dispuesta a empezar el mejor debate de su vida. —Será mejor que... —la dejo de escuchar cuando lo veo. El rubio, mejor amigo de... Nate se acerca a pasos rápidos. Su rostro es completamente diferente al de su novia, intuyo que lo sabe todo. Pero no es más que el momento en que toma su teléfono para escribir algo que me doy cuenta de lo que hace.

—Sky. Recordé que debo hacer algo...

—Pero la cafetería... Aún no has comido...

—Lo hice antes de venir.

—¿Preparaste tu desayuno?— bueno si era mi mejor amiga sabría que prefiero dormir a desayunar temprano.

—No. Yo compré algo.

—Y no me trajiste... 

—En serio ya debo irme.

—Está bien esta bien, ten— me detengo solo a coger mi teléfono.

Le doy las gracias y me apresuro a salir por el lado contrario, ella me sigue únicamente con los ojos dándose cuenta que Justin está llegando.

Hasting  tiene un campus interno como externo, el interno es netamente para estudiantes y es pequeño. El comité prefirió tener un campo de fútbol americano de nivel que una zona de descanso para los alumnos, no lo crítico solamente me gustaría un poco más de área verde y libre. El campo casi siempre estaba siendo usado. Lo único bueno de este lugar era la expendedora que siempre esta llena.

—Por eso estás gorda— la última voz que esperaba escuchar en el día provoca que me tome un minuto antes de enfrentarla.

Katherine.

—Nadie te pregunto.

—¿Esto es por Nathaniel?. Ambas sabemos que no es para ti.

Mi semblante se endurece al ver su sonrisa, ella realmente se siente bien. Nate es como un premio que ella se ha esforzado en tener y después de un tiempo consiguió lo que quería.

—¿Qué te hace creer que es para ti?— puedo observar un segundo como la comisura de labio desciende pero se repone casi de inmediato.

—Lo que tuvimos. Antes que interfirieras, era mucho más de lo que tú tuviste con él. Por eso volvió conmigo.

—¿Y el acostarte con el lo demostró?

—Así es. Veo que vas entendiendo— resisto no decirle lo que realmente pienso. —Lo suyo no funciono y seguro dolerá pero lo olvidarás. Debes hacerlo.

—¿Que?— Katherine suelta una risa seca esquivando mi mirada.

—Quiero mantener mi vida privada como tal, pero...— oculto cualquier emoción. —Él iba a terminar contigo.

—Estás mintiendo.

—No. Pregúntale— anima encogiéndose de hombros. —Lo engañaste Harriet— me lo recuerda. —Y en su propia cara. ¿A quien crees que fue a buscar en ese momento?

Mis uñas presionan en mis palmas. Desviar las ganas de llorar al dolor a veces sirve. Que tan desesperada puede estar para crear tal historia.—¿Hay algo más que quieras decirme?

Katherine hace un gesto, le estoy pidiendo que se vaya y sé que capta la indirecta. —Amber. La dejaron contigo. ¿Dónde la dejaste?

Trago el mal sabor y pronuncio. —Sky la dejo durmiendo en su departamento.

—No hace nada bien— susurra revisando su teléfono. Katherine me da una sonrisa falsa antes de resonar sus tacones de punta por la vereda, yéndose a lo que me imagino es el estacionamiento.

Suelto todo el aire de mis pulmones cuando ya no logro verla, mis ojos pican pero me niego a soltar algo. Que tan posible es que me dijera la verdad, ¿Nathaniel estuvo mintiéndome?. Vuelvo a ver la expendedora y me recargo de ella, el poco apetito para un aperitivo se me ha ido.

—¿Estas bien?—me estremezco escuchando su voz a mis espaldas. Cierro los ojos, no estoy lista para verlo.

Nate esta de pie, con las manos en los bolsillos de su chaqueta de guerreros.

—Si— miento. Él verifica mi rostro. Mi postura se ha puesto rígida y ni yo sé cómo cambiarla. 

—Estas algo pálida.

—Detente— elevo mis manos a la altura de su pecho, sin tocarlo para que no se acerque.

—Esta bien, pero dejame llevarte a la enfermeria.

Como puede actuar asi. Tan normal. No lo resisto.

—¿Has estado viendote a Katherine?— silencio. —¿Desde cuándo pensabas terminar conmigo?

De pronto parece que entiende todo. Quiero ver negación de su parte, que me demuestre que no sabe de que hablo y que me diga que no es cierto. Sin embargo todo lo que veo en su rostro es la sorpresa transformándose en lamentación. La respuesta que yo misma busque.

—Sobre eso intente hablarte...

—¿Cuando? ¿Cuando me besabas en la fiesta?¿O en la cena con mi abuela?

—No es como estas pensando— intenta acercarse de nuevo.

—Tú dijiste...— lo señalo, que yo habia preferido a Caleb... —En la fiesta tu me culpaste, me señalaste por...— abro los ojos al recordar como hablaba con Katherine esa noche. —Nos veias a las dos.

Por eso desaparecio parte de la tarde. Aunque mis puños se aprieten para soportar el dolor de mi interior mis ojos se sienten húmedos más rápidos de lo que creí.

—¡Yo te elegi a ti! ¡no a ella! ¡pero de que sirvio, si tú lo elegiste!

—¿Elegir? ¡Nunca los puse en un mismo nivel Nate!

—No fue lo que vi

—Es lo que quisiste ver— ambos guardamos silencio. 

Nate jala de su cabellos ondulados antes de decir. —Bien. Cometi un error, yo lo busque tanto como tú.

—¿Como yo?— sus fulminantes ojos me retan.

—¡Besaste a un maldito drogadicto! ¿Si entiendes?

La sangre empezó a hervirme hasta sentirse en parte de mi rostro. —¡Eso ya paso!

—¿En serio? ¡Y porque lo hiciste!

Reprimi mis ganas de gritar. Su pecho sube y baja tan rápido que empiezo a considerar que se esta esforzando en controlarse. —De un momento a otro ustedes traen algo, tu eras diferente y...

—No es cierto.

—Nunca dijiste que me amabas...

—¿Y Katherine si te lo dijo?

Nate aprieta su mandíbula. —Si

Pego mis labios sin poder formar oraciones, solo puedo verlo ahí de pie frente a frente. —Entiendo.

Nate baja la cabeza. —Por favor perdoname.

—¿Que?— digo desconcertada por su cambio brusco.

—Mi padre me pidio que me viera con ella.

—No culpes a tu padre por lo que hiciste.

—Yo no queria volver con ella— mi cabeza da un giro completo. volver. —Le dijo a su padre, segun ella tambien ha estado esperandome. Hoy temprano mi padre me llamo— se tira de nuevo de lo cabellos frustrado. —Quieren asegurarse que no este... ya sabes.

—Dime que usaste protección— Nate se rasca la nuca y yo debo aguantar mi ganas de soltar un grito que se oiga por todo el campus. —Eres...

No lo digas

—Ella toma las pastillas— el horror se formo en mi rostro.

—¿Y te ha estado esperando?— digo con sorna. —Al menos sabes que si deja de tomar solo una...

—¡Lose!

—¡Bien!— me voy.

—¡Espera!— me detengo a punto de reventar. —Harriet por favor. No te involucres con él.

—Pero que dices...

—Sé que no volviste a tu edificio, y te fuiste con él. Te hara daño, no esta sano... has visto como es y quien sabe que otras cosas...

—¡Eres increíble!¡Estás aconsejandome, justo ahora!

—Solo promete eso y ...

—Y que. ¿Todo estará bien?— Entiendo su silencio. —Mejor preocupate en no ser padre Nathaniel.

Salgo disparada hacia el ingreso. —Espera— él me sigue. Ya estoy en la entrada cuando Caleb baja de su moto. Expectante a la escena, junto a otros estudiantes.

Mi muñeca duele al sentir el jalón que me dan. —¿No lo hiciste con él verdad?. Va a destruir tu vida.

Mi corazón sintió esa punzada, rabia y tristeza, no hay nada más en sus ojos... De eso se trata todo esto. Sexo. Lo siguiente que hago es puro impulso, mi cerebro desactivo toda razón. Corro hacía a Caleb, quien ya viene andando, lo único que se me viene en mis ganas de hacer es besarlo. Unir nuestras bocas sin dejarlo a reaccionar. Nada más pasan segundos cuando siento su mano atrapar mi cintura y pegarme a su cuerpo, no puedo resistir a lo bien que se siente y como me hace olvidar lo demás. Hasta que es Nate quien dice algo antes de irse.

—Recuerda que yo te lo adverti.

Mi cuerpo se tensa y seguidamente el de Caleb. —¿Qué fue eso?— pregunta el tatuado viendo que Nate se ha ido. Realmente se ha ido.

—Yo... Lo siento— doy un paso atrás, pero no logro estarlo más de dos segundos cuando Caleb vuelve a tomar mi cintura.

—Quiero otro— su boca se pega a la mía encontrándome anonada. Su lengua aprovecha en adentrarse en mi cavidad bucal, quise empujarlo pero su boca es más para mi. Cierro los ojos y saboreo los segundos que nuestras lenguas juguetean entre ellas.

Cuando nos separamos me doy cuenta que mi respiración está agitada y lo que acaba de pasar. Caleb tiene sus labios hinchados y los ojos un tanto más oscuros que lo usual.

—Eso no...—balbuceo. Mis mejillas se sienten calientes y no se que es peor. Tenerlo sonriendo o tenerme roja frente a él sonriendo. —Tengo clase— señaló atrás de mí. Y salgo corriendo.

(...)

En el ascensor de subida al piso de trabajo me doy el coraje de revisar mi teléfono. Las múltiples llamadas perdidas las dejo pasar fijándome que pertenecen a Nate. Son de la noche anterior al igual que los mensajes que elimino sin leer. No quiero provocarme más dolor, no quiero llorar más. Aun mi cabeza está repleta de confusiones y aunque no quiera, miedo por él. Todo sus planes pueden cambiar.

—¡Tú! Me debes un buen chisme— Cassie me recibe tal cual es su trabajo, bueno no exactamente así. —Cuéntalo todo y exagera.

Su brazo se entrelaza al mío. —No es lo que puedas estar imaginando...

—¿Qué dejaras al principito por el buenote de Caleb?— pongo los ojos como platos.

No sé cómo responder a eso. —Yo no deje al... Nate— aclaro. La realidad es que él me dejo.

—¿Él te dejo?— escucharlo duele. —Amiga, si quieres mi opinión... Era muy bueno, las mujeres necesitamos un poco de descontrol. ¿Entiendes?.

No sé que es más impresionante lo que dice o la forma en que sus manos intentan expresarlo.  Si tan solo supiera la vida que ahora mismo lleva Nate. —No estoy con Caleb.

—Aun— eleva un dedo. —Ese chico vino a mi casa a pedirme ropa. Eso no lo hace cualquiera.

—Me ayudo, pero eso es todo.

La decepción se acumuló en su rostro. —¿No paso nada?— negué. —¿Ni un besito?

Anoche no, pero...

—Ajaa— señalo acusatoriamente. —Dime lo que quiera pero ustedes dos se atraen como dos putos imanes— su boca se cierra ante la palabrota en público. Atino a sonreír al ver que se asegura que nadie la oyera, no tengo suficiente ánimo para reír.

—De verdad no tengo intención de empezar otra relación ahora— vuelvo a intentar dejarme entender. Cassie me sigue mientras camino a la oficina.

—No necesita ser formal— le di una mirada juzgadora. Y ella calló.

—No se trata de formalidad o no, solo... necesito tiempo.

—¿Bueno pero que ocurrió?

Me lo pienso. —No importa...

—¡Eso! Que le den.

Muerdo mi labio interno, no es algo que quiera ir divulgando. —Sí.

Cassie agita la cabeza. —Las cosas pasan por algo— entiendo que es su forma de reconfortarme. Veo como regresa a su puesto y paso a tomar el pomo de la puerta e ingreso a la oficina. 

Caleb esta detrás de su escritorio, escribiendo en su computadora. Al escucharme mira sobre la pantalla. Carraspeo ante la situación incómoda. ¿Bese a mi jefe? Sí, creo que olvide ese pequeño detalle.

—¿No piensas hablarme?

Acomodo mi escritorio, la realidad es que solo muevo cosas para no tener que mirarlo.

—Claro...¿Terminaste de revisar eso?— hace un día que le había entregado el informe que se debía entregar al Sr. Lodge.

—Si, ya puedes llevarlo— subo la mirada, tiene la carpeta en el aire esperando que me acerque a él.

Manejo mis piernas con la condición de acercarme, agarrar y retroceder. No obstante, apenas intento lo segundo él se mueve más rápido. Caleb aleja la carpeta hacia atrás logrando que caiga casi sobre él. De un segundo a otro tengo mis manos en sus hombros, sus ojos grises quedan a apenas centímetros de mi rostro.

—¿Lloraste?— mi viaje a la oficina fueron con los últimos sucesos inundando mi mente sin remedio.

—Dame eso— intento quitarselode nuevo pero fallo. Tiene brazos más largos que yo. Y por intentarlo pierdo un poco el equilibrio.

—Te lo dije, no me gusta verte llorar— me quedo muda por su confesión.

Su mano libre atrapa mi mejilla, trago saliva al ver lo cerca que nos encontramos. Es que él es tan tentativo, sus labios, sus besos, como podía siquiera pensar en eso ahora. Concluyo que Caleb tiene algo y no sé que es.

031221

Atte.ASP

NUEVA PORTADA Y TÍTULO - Después de mucho pensarlo se decidio cambiar el nombre, pronto todo tendra mucho mas sentido. Lo prometo.

No soy experta en edición, pero se hizo lo que se pudo... gracias Youtube ✨

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