CAPÍTULO 30

—No puede ser— digo anonadada.

El día ha llegado, la gran gala Anual y acabo de recibir una sorpresa de Nate. Un vestido de encaje y pedrería plateado, es largo y descubierto en la espalda. Increíblemente hermoso. Él estuvo de acuerdo en vernos allá, después de todo, Cassie tenía razón.

Salgo de mi departamento para entrar al de mi amiga. Ella sigue durmiendo, pero no hay forma que la deje perderse esto. Si alguien ama las galas es ella.

—Arriba— la remuevo. Sky gruñe volteándose hacia la otra dirección. Camino con los brazos en jarrra hacia sus ventanas, de un solo tirón logró abrir las persianas y entonces escucho el grito que quería oír.

—Vamos, hoy es la gala y aceptaste venir conmigo— de esa forma la sacaría de su cama. O de su departamento.

—¡Ya no quiero!— Oh no. No es momento de arrepentirse.

Camino al filo de su cama y de otro tirón le quito las sábanas. Eso logra hacerla encoger y alzarse despeinada.

—¡Bien!— dice con un ojo abierto.—Que pesada—. Sonrio inocente y satisfecha viendola levantarse.

Es ella quien me enseñó lo que significaba una noche asi, peinado, maquillaje, vestuario, accesorios. Yo era básica a su lado, pero hoy tenía que tomar el rol de guía para ceremonias. Hasta que el timbre se escucho.

—¿Harriet Moore?

—Si

Un chico con una enorme caja me pide una firma para su registro de entrega.

—Gracias.

Es grande, y de peso regularmente ligero. Lo coloco en la cama y luego alzó la tapa intrigada.

—Wow ¿Dónde lo compraste? — aparece Sky ya peinada y cepillada.

Regresó mi mirada a la caja, es un vestido, color perla de gran bordado. Tomó la tarjeta y lo leo en voz alta.

—Úsalo y promociónalo. Lilian.

Que convincente.

—Es bello— comenta ella tomando de la caja.

Pues si, nadie negaría que hace buenos diseños. Me dejo caer en su cama recordando que ahora tengo dos vestidos.

—¿Qué pasa?

Me alzo sosteniendome de los codos. Es mejor que ella misma lo vea. Ambas pasamos miradas de un lado hacia el otro, analizando la situación.

—Bueno... Podrías entrar con uno y cambiarte luego— entrecerré los ojos. Eso no va a suceder.

—Pero... ¿Por qué no llevas el vestido de Lilian? Aún no has elegido uno ¿cierto?

—¿No vendrá en su escoba o si?

Rio.

—No lo creo.

—Entonces es mío— la veo más animada y eso me hace sentir bien.

Horas más tarde tenemos el maquillaje listo, peinado, y nuestros vestidos. Los accesorios son lo último que nos colocamos mientras esperamos que Caleb llegue.

Si, a pesar de que dije que no era necesario, él vendría por ambas. Y Cassie.

—Harriet— giro terminando de colocarme el lápiz labial.

Sky tiene la pequeña cajita entre sus manos y por lo que veo se encuentra en un debate interno.

—¿Crees que deba abrirlo?

—Solo si quieres hacerlo.

Suspira. Y asiente.

Hoy cumplen un mes.

—Entonces, hazlo.

Con esas palabras tomó asiento entre sus cojines y desliza el lazo. Me acerco lo suficiente para ver de que se trata. Es un collar de oro, con las iniciales SJ, es una gran detalle, no crei que Justin fuera el chico que diera ese tipo de cosas.

Sky lo toma y saca lentamente de su caja con los ojos parpadeando seguidamente. No dice nada, pero es ella misma quien se lo coloco con un movimiento sencillo.

Ambas bajamos tomandonos nuestro tiempo, los tacones altos hacen temblar mis tobillos en mis primeros pasos. Y para empeorar todo, me siento nerviosa, de no tener a Nate en la entrada para recibirme, él dándome la confianza de que todo saldrá bien y que no caere frente a muchas cámaras.

Pero él no es el que está ahí parado, es un pelinegro el que espera en la puerta. No tengo escapatoria de sus ojos grises, estos me recorren cada centímetro de mi cuerpo hasta llegar a mis ojos. Mis mejillas podrian estar rojas, pero estan cubiertas por una capa de rubor que hoy agradezco. Él tiene una camisa negra, doblada correctamente hasta los codos, desabotonada dos botones y unos pantalones de vestir. Es extremadamente atractivo, con su cabello que sigue siendo igual, despeinado, rebelde, pero yo no cambiaría eso. 

La primera en llegar a su lado es Sky, quien recibe una sonrisa y asentamiento de cabeza antes de entrar al auto. Luego voy yo. Nuestra última conversacion no resulto ser la mejor, pero aquí estamos.

—Hola— digo soltando todo el aire que venia reteniendo y volviendo a inhalar.

—Te ves preciosa.

Coloque mis rodillas firme al escucharlo. No me esperaba eso.

—Gracias. No creí que usarías traje— intento bromear.

Emite una sonrisa mostrando su dentadura alineada, pero solo dura poco. 

—En realidad solo llevo los pantalones, la camisa era lo que Devi quería que use para trabajar.

Acto seguido abre la puerta del copiloto. Y paso a verlo rodear el auto.

El silbido de Cassie al asomarse entre los asientos traseros me pone en alerta.

—Olvide lo bueno que estaba.

Reprimi una sonrisa y tengo que ver hacia otro lado cuando la puerta es abierta. Cassie no se inmuta al ver a Caleb colocarse el cinturón, es mas estoy segura que aprovecha para darle una mirada antes de regresar a su asiento.

Durante el camino, Caleb conduce sin prisa, viendo el GPS y perdiéndose en su ventana en los semáforos rojos. Por un momento pasa por mi mente que no quiere llegar al evento, y eso no me sorprende, dejo claro que no era un chico de cosas formales. Sin embargo, ese es nuestro destino, una mansion en una colina muy alta, las rejas abiertas de la entrada y los faros de los multiples autos iluminan el camino verdoso hasta llegar al final.

La noche empieza con los numerosos flashes y reporteros a ambos lados del ingreso, con una alfombra roja que cubre de la puerta hasta la acera, es igual de importante que un evento de moda. Igual que tortuoso desde que pisas el lugar.

—¡Harriet!

—¡Por aquí por favor!

Mi sonrisa sigue las voces que me llaman de un lado a otro. Hasta que no solo es un fotógrafo el que se dirige a mí.

—¿Que paso con Nathaniel?.

Frunzo mi ceño desasiendo mi sonrisa. 

—¿Viene en representación de Fiore?

Retrocedo un paso, pero una mano abraza mi espalda desnuda reponiéndome y estremeciendome a la vez. Le doy una mirada a Caleb, solo son segundos antes de que me haga girar y seguir andando.

Puedo ver sobre mi hombro que Sky hace mención de la diseñadora de su vestido, tal como se lo pedí.

—Gracias— susurro pasando mi mirada por la magnífica sala de baile.

Entonces Sky llega a nosotros.

—Eso fue asfixiante.

—Ya lo creo. ¿Dónde fue Cassie?— pregunto viendo hacia atrás.

—Dijo que vería si su jefe llego.

—Bien. Será mejor que ubiquemos nuestra mesa.

Me hago paso dando unas cuantas miradas a las parejas que bailan Just the two of us - Grover Washington JR, música basada en el jazz y con un ritmo muy movible. Hay mesas redondas en todo el entorno, todos decorados con flores en el centro y servilletas en formas de cisne para cada asiento.

—Aquí es— el llamado de Sky nos atrae a sentarnos. Nuestra mesa no está tan lejos de la entrada.

—¿Ella esta bien?— pregunta Caleb acercándose a mi hombro.

—Es mejor no hablar de eso.

—Solo porque sus susurros no son tan bajos— ambos giramos el cuello hacia ella.

Le ofrezco una mirada de disculpas y Caleb solo finge no haberla escuchado.

—¡Caleb!— Cassie llega. —Tu papá te necesita.

La palabra papá tiene un efecto en él. Cassie no lo nota.

—¡Ve rápido!— lo empuja al notar que no se mueve y señala hacia un lado de las escaleras.

Ahí está Richard Lodge, con una copa en la mano y una mujer a su lado. Por las revistas logro identificarla, es su esposa, Susan. Ella es muy bella aunque su sonrisa sea débil. 

—Ese chico un día hará que pierda mi trabajo.

Ellos hablan con otro hombre, desconocido.

—¿Quién es el?

—No estoy segura, pero se ve muy importante.

—¿Alguien gusta una copa...?

—Yo por favor— Sky es la primera en tomar dos copas de la bandeja que le tiende un joven camarero. Cassie la emita con una sola copa.

—No gracias— levanto la palma para negar.

—¿Que?— dice Sky fingiendo inocencia al darse cuenta que la observo juzgadora.

Ambas dan un trago mientras yo reviso mi teléfono. 

—Llego el principito.

Cassie me da la noticia captando toda mi atención hacia donde se refiere. No es solo Nate, sino toda la familia Archer la que viene llegando, Gregory y Beatriz saludan a cada persona mientras que Nate da un recorrido a todo el salon de pie junto a sus padres.

Es asi que llega a toparse conmigo, con mis ojos, las comisuras de mi labios se alzan como las suyas. Se ve tan guapo, con su traje azul, su camisa blanca, y una corbata que hace juego. 

—Te ves mas hermosa que nunca— dice sonriente.

Su mano acuna mi mejilla antes de dejar un beso en mi cabeza. Aun con tacones el sigue siendo mas alto.

—Tú no te quedas atrás.

—En serio, creo que eres la mujer mas hermosa del mundo— mis mejillas se calientas tan rapido que no estoy segura que el rubor lo oculte.

—¡Estas haciendo que me ponga roja!

La carcajada que suelta provoca que le de una palmada en su brazo.

—Vamos. Saludaré a tus padres— agarro su mano. Él se deja arrastrar unos dos pasos antes de deternerse. 

—No creo que sea buena idea.

—¿Por que no?

—Saben que trabajas para Fiore.

Tardo en comprender lo que intenta decir.

—¿Me odian?— Nate suspira antes de tomar ambas de mis manos a mis lados, para que no me mueva.

—Odiar es una palabra fuerte. No importan, solo somos nosotros ¿Bien?.

Di una mirada hacia su mesa, estaba Katherine y Amber con ellos, rien a gusto. Supongo que mi presencia ahi no hace falta.

—Harriet— la voz de Caleb llego a mis oidos.

Tanto Nate como yo giramos encontrandolo detras de nuestras espaldas.

Ninguno emitio ningun saludo, solo se miran como si su comunicación fuera a traves de los pensamientos. Y aun asi, dudo que sea una amistosa.

—¿Que sucede?— pregunto rompiendo sus miradas.

—Richard te necesita— dijo sin mostrar ninguna emoción.

No espero que dijera nada, solo giro metiendo sus manos a sus bolsillos y camino hacia donde antes conversaban la familia Lodge.

—Ya regreso— le dije a Nate antes de seguir al pelinegro.

Apenas llegue todas las cabezas voltearon hacia mi.

—Harold. Ella es Harriet, nuestra refugiada, es pasante pero hace excelentes críticas en nuestra Editorial—me dio una mirada y solo atine a sonreir. —Claro que es porque tiene un enfoque parecido al mío.

—¿Trabajas en Fiore?— pregunto el desconocido pasando todo la información de Richard y centrandose en mi.

Tiene los rasgos irlandeses, bastantes marcados y es el mas altos de todos nosotros, incluso que Caleb.

—Asi es señor.

—Solo Harold. Richard me comento que propusiste un nuevo mercado...

—Amigo mio, esas cosas entenderas que no las podemos difundir por ahora. Pero si aceptaras nuestro trato...

Harold sonrio de lado ante la actitud del señor Lodge. 

—Sabes que tengo algo casi cerrado.

Richard chasqueo la lengua y levanto su copa.

—Querida, por que no van a pedir un platillo. Ya los alcanzo.

La mujer quien mantuvo todo este tiempo a su lado se disculpo antes de retirarse, Caleb en algun momento habia desaparecido y yo no tuve otra opción que acompañarla sola a nuestra mesa.

—Es un gusto conocerla— fue lo primero que dije al alejarnos de los dos hombres.

—El gusto es mio— su voz aunque sonara fragil estaba combinado con tristeza. —Te ves radiante con ese vestido.

Su comentario inesperado me hizo tocar los lados de mis caidas sonriendo.

—Muchas gracias. Usted tambien se ve hermosa— ella lleva un vestido hasta las rodillas de color blanco con un cinturon que le forma una silueta impresionante.

—Ya me gustaria volver a tu edad para creerlo— justo asi aparecio su sonrisa amplia.

En cuanto nos sentamos identifico a Cassie y Sky moviendose en la pista de baile, verla con una sonrisa me reconfortaba, sabia que no debia dejarla en su departamento.

—¿Tu te llevas bien con el hijo de Richard?

—¿Yo..?

—Es que los vi cuando entraban— oh.

—No diria que bien— confieso esperando que un pronto camarero aparezca.

Justo despues de un rato, el maestro de ceremonia empieza el momento esperado por todos, como cualquier evento los premios son algo que no puede faltar, reconocimientos de buenos trabajos. ABC, se lleva dos mientras que Fiore gana uno. Admito que en el momento el que llamaron a recibirlos no me controle en aplaudir como muchas personas mas. Y si, me referia a aplaudir a ABC. Justo asi mi apuesta con Nate era satisfactoria, nos dedicabamos a textearnos dado que su padre le pidio no abandonar  su mesa para la premiación, siendo sincera debia acompañar a Fiore en este momento tambien.

Tras terminar con el último premio la pista de baile vuelve a ser aperturada, varias parejas empiezan a levantarme al escuchar la música y otras van terminando de comer y charlando con estusiasme.

—¿Te gustaría bailar?

Doy una mirada a Susan quien practicamente me impulsa a levantarme de mi silla. Su esposo habia vuelto hablar con varias personas mientras que Caleb habia desaparecido desde ya hace un buen tiempo. Cassie me da un guiño dando un bocado a su platillo. Entonces, no lo pienso mas, tomo su mano y soy guiada por él en el momento en que con una señal astuta y se empieza a escuchar photograph de Ed Sheeran

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170921
Ate.ASP

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