CAPÍTULO 29
Las palabras de Caleb resuenan en mi cabeza mientras lo veo trabajar en su escritorio.
Sé que está sobrellevando problemas serios, su madre, su adicción y ahora su padre lo inserta a la industria Editorial.
—Si me sigues mirando pensaré que te gusto— aparto la mirada.
—No es así— dije volviendo a teclear en mi computadora. Ni siquiera tengo un documento abierto, pero él no lo sabe.
—¿Acaso es porque no llevo traje?
Regreso a verlo. Es el único que no lleva un traje, o algo formal, simplemente es él, con su estilo de siempre, jeans negro y una camiseta de mangas largas remangada hasta los codos del mismo color.
No dire que se ve formal, pero el color negro le da un toque un tanto superior. Si, solo dire que no se ve mal. Vuelvo a mi computadora.
—Supongo que eres la excepción de las reglas aquí— quiera o no resulta ser hijo del hombre que ayudo a su existencia.
—Soy la excepción de muchas cosas— no me resistí a mirarlo para llevarme la sorpresa de encontrarlo mirándome.
Tiene ese brillo en los ojos que logra remover el estómago.
—Lo tendré en cuenta. ¿Escribiste el trabajo de Literatura?.
Caleb volvió a revisar los papeles que habia solicitado a Cassie.
—¿Quieres leer tu biografía?
—¿Ya la acabaste?
Sonrió de lado negando con la cabeza.
—Ya casi.
—Yo no sé mucho de ti— confesé ahora que hablamos del tema, esperando que me ayude.
—¿Estás segura?
Lo veo con extrañeza.
—¿Crees que se me pasaron datos importantes?
—Creo que hay más de lo que has visto, solo debes prestar atención.
Últimamente siento que en cada conversación suya intenta decirme algo, pero no sé que es. Además, tengo claro que preguntárselo no es una opción. Solo debo prestar atención.
Después del trabajo salgo agotada a mi edificio. Debo resistir de tomar mi propia cerradura tras recordar no haber recibido ningún mensaje de la chica que vive frente a mí.
—Sky— aviso ingresando con nuestra llave de emergencia.
Ella está aquí, como lo supuse. Sentada en el piso de su sala con un montón de copias en el piso.
—Ah. Hola— dice sin casi prestarme atención.
Sus manos remueven las hojas, buscando entre las tantas. Tiene un lápiz incrustado en su moño mal hecho.
—Estoy eligiendo mi proyecto.
—¿Hiciste todas estas para tu trabajo de parcial?
—Tenía muchas ideas— claro que sí. Estoy viendo sus más de veinte ideas. —Bingo.
Se levanta con una rapidez que me impresiona hasta mostrarme dos diseños a un metro de mi rostro.
—¿Cuál está mejor?— miro ambos, son buenos, pero me pregunto que es exactamente lo que busca su malla curricular.
—¿Qué es lo que te han...?
—¡Solo elige uno!— abro los ojos.
—Esta— señaló.
Sky sonríe complacida.
—Por eso eres mi mejor amiga.
Parpadeo sin comprender bien. Lo siguiente que hace es colocar el bosquejo sobre su mueble y algo sucede. En ese momento es donde parece quedarse congelada, como estatua observando lo que acabo de seleccionar.
—¿Sky?.
—Creo que haré otro, se me acaba de ocurrir una mejor idea.
Me aproximo deteniéndola.
—Ya es suficiente.
—Uno más, estoy segura de que este...
Niego. Puedo ver lo que está sucediendo.
—Debes descansar.
—Necesito mantener mi mente ocupada— susurra.
—Lo que necesitas es recordar quien eres, Sky, eres más fuerte de lo que crees.
La pelinegra parpadea bajando la mirada al suelo.
—No puedo...
—Si puedes...
—Lo extraño Harriet.
—Él va a volver.
Niega.
—No lo hará.
—Él lo dijo Sky, no es como su hermano. Solo necesita un tiempo.
—En tres días cumplimos un mes— hago una mueca.
Realmente pienso que Justin la hacía bien y lo último que dijo me dejo claro que ese no era su final, pero el miedo de Sky es comprensible.
—Debes dormir.
Entre empujones la guio a su cama, sé que está agotada física y mentalmente, lo noto. En su cocina preparo lo que es un té de manzanilla, la ayudara a dormir, obligada lo toma antes de volver a acostarse.
Puedo ver la cajita aun cerrada en su velador. No lo ha abierto.
—¿Has sabido algo de él?
—No.
Tras recoger todo sus bosquejos de su sala y botar los desperdicios de comida que ha ido adquiriendo durante el día regreso a revisar su estado, se ha quedado dormida. Antes de irme, la cubro con unas mantas y entro a mi departamento encendiendo el televisor, sé que debo hacer las compras cuando me percato que no queda casi nada de comestibles en la nevera.
Con lo que me queda de energía decido preparar un platillo de fideos que mi nonna me enseñó. Fácil y rápido, son minutos los que pasan cuando tomo mi cubierto y me dirijo a mi sofá. Y ahí la veo.
En las noticias, está la imagen de mi madre, siendo entrevistada en un canal televisivo. Automáticamente tomo el control para subir el volumen.
Nos comentaron que ya realizo su donación para obra benéfica del ministerio.
Así es. Y los invito a realizarla a todos aquellos que aún no lo hacen.
Seamos caritativos. Es por los niños.
Por favor, escuchen a la grandiosa diseñadora y madre Lilian Moore.
Y realicen sus donaciones.
Por cierto, usted debe estar extrañando a su hija.
Claro que si, pero tratamos de hablar cada noche.
Ella está estudiando y eso la tiene muy ocupada. Ya es una mujer.
Me lo imagino, con la carrera y el trabajo.
La sonrisa de mi madre tembló. Seguro no sabía de mi pasantía.
¡Si!
Pero ella es una luchadora, lo hace bien.
Esperamos verla pronto.
Es más, estamos seguros de que...
El timbre de mi teléfono interrumpió y contesto al mismo tiempo que bajo el volumen al televisor.
Llamada - Nate
Hola princesa
Hola...
¿Sucede algo?
Lilian está en las noticias.
¿Otra colección?
No, está en una entrevista.
Que no te afecte
Ya se.
¿Has visto a Sky?
Sí. Ella.. No lo lleva tan bien.
¿Has sabido algo de Justin?
Archie rastreo su teléfono.
Está en la cabaña de su familia. No se ha movido durante el día.
¿Crees que regrese antes del juego?
Creo que va a volver antes
¿Cómo lo sabes?
Porque está enamorado.
Sonreí.
Tire mi jersey a un lado de mi mueble.
¿Princesa?
¿Si?
¿Ya te dijeron que el evento de Editoriales será el viernes?
Fruncí mi ceño pasando mi teléfono a la otra oreja.
No.
Entonces, podrías venir conmigo.
Como cada año.
Cuenta con ello.
Gracias. Me daré una ducha. Descansa.
(...)
—¿Están seguros?.
—Si señor— respondo por ambos.
—Entonces presentaremos la propuesta la próxima semana— paso sus ojos complacidos a su hijo. —Buen trabajo, sabía que aprenderías rápido.
Caleb inclinó la cabeza a un lado sin prestarle interés, su rostro se volvía inexpresivo cuando estaba delante de él.
—Si eso es todo. Me voy— era como una carrera interna suya, salir lo más rápido que pudiera.
—A decir verdad—lo detuvo con un tono poco lamentable. —El evento anual se acerca, Harriet sabe de qué trata por sus consecutivas asistencias pasadas.
Empece a tener un presentimiento negativo, algo que no me iba a gustar.
—No asistiré a galas.
—Lo harás, junto con Harriet.
Di un paso hacia adelante.
—Señor. ¿Es necesario?— volvió hacia mí. —Lo es.
Volteo a ver a Caleb, él era el único que podía impedir que eso sucediera. Además, él tiene mejores opciones, si de acompañantes hablamos.
—¿Cuánto tiempo?.
—Ya veremos.
La noticia me cae como un balde agua fría. No hay forma que vaya si no es representación de Fiore. Y no solo eso, ahora soy acompañante de Caleb. No de Nate, después de tres años seguidos.
Salí de ahí, Caleb vino detrás de mí cuando ingresamos a su oficina. Voy directo a mi lugar.
—¿Qué te pasa?— pregunta colocándose frente a mi escritorio.
—¿Por qué no te negaste?— me miro ceñudo.
—Eso hice... pero él
—¡Porque no dijiste que irías con Amber!.
Sus cejas se alzaron, no sé si fue sorpresa, pero paso a desconcierto al instante.
—¿Por qué iría con ella?
—Quizás porque andas comiéndote su boca.
—¿Estás celosa?.
—¡No! Estoy molesta porque no podre ir con Nate.
Su rostro endureció y se empezó a mover en afirmación. Comprensión.
Creí que no diría nada. Hasta que lo hizo.
—No tengo nada con Amber, ella quería algo de mí y yo algo de ella. Eso fue todo.
—Eso no es algo que me importe.
Su rostro se acercó amenazante al mío.
—Siempre formas puños cuando estas molesta— mire mi mano encima de mi mesa. Esta normal, pero se que lo estuve haciendo cuando noto el ligero ardor de las marcas de mis uñas.
—Y eso que. Todos lo hacen.
Soltó aire por la nariz.
—El punto es... ver en que momento dejas de hacerlo.
El corazón empezó a latirme rápido, siempre decía algo extraño, como es que estuvo examinándome tanto sin darme cuenta.
—Iré a los servicios.
Sentí el peso de su mirada seguirme hasta que atravesé la puerta metálica. No tenía ninguna necesidad, aparte de la de salir de ahí.
—¿Estás bien?— Cassie me intercepto atravesando el pasillo.
—Sí, es solo que... me acabo de enterar de que iré a gala anual.
Cassie se inclinó hacia adelante tomando mis hombros y moviéndolos entusiasta.
—Eso es genial. Yo también iré. ¿Por qué no estás feliz?
—Pensaba acompañar a Nate.
Ella dejó mis hombros.
—Eso es una mierda— expreso. Al menos ella me entendía. —Pero aún lo puedes ver allí.
Bueno sí. Pero estaré acompañando a otro.
—Anímate. El principito entenderá.
Suelto una carcajada.
—No lo vayas a llamar así en la gala.
—No prometo nada.
Ahora que hablaba con ella y volvía a estar en el gran ambiente del nivel me di cuenta de la ausencia de Lara. No está en su escritorio.
—¿Y Lara?
—Pidió permiso, asuntos familiares.
—¿No asistirá a la gala?
—No lo creo.
—Que suerte.
—Venga. Será divertido.
Pero no. No fue nada divertido, y si hubiera sabido, no hubiera asistido.
140921
Atte.ASP
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