CAPÍTULO 27

—Aun debo un mes de alquiler— confeso Cassie en nuestra pequeña reunión de tres.

Apenas el ultimátum había sido lanzado, todos ya corrían a sus puestos a pensar en alternativas que salvaran sus empleos.

Nuestros.

—¿Crees que lo dijo enserio?— pregunte a la morena.

Ella se ventilo con una hoja de papel y señalo a Lara.

—Dinos que solo es su manera de meter presión de jefe.

Lara bajo el lapicero con el que habia estado golpeando su barbilla. Era obvio que también estaba preocupada, y quizas a la vez pensando en alguna opción.

—No es broma. Si no aseguramos ventas Fiore puede cerrar.

¿Cerrar? ¿La Editorial competitiva y reconocida de la ciudad?

—Mi tía va matarme.

—¿Como es que llegaron a tal punto?— indague.

Lara, quien ahora se de que trata su trabajo en la Editorial hizo una mueca, me parecio ver que pensaba en que palabras usaria pero termino diciendo:

—Son cosas que pasa en esta industria. Mejor pensemos en algo— dijo esta vez yendo a su escritorio.

Me mantuve unos segundos viendo hacia la puerta del Sr. Lodge, la puerta negra se convertía en un túnel a la nada si te quedabas demasiado tiempo observandolo.

—¿Crees que deberia llamar a Caleb? 

—¿Qué?

—Yo le conseguí su empleo, me la debe— alce ambas cejas. 

Mi cabeza rápidamente une las piezas que acaba de darme. Es de esa manera que Caleb llego a Black Day, conoció a Cassie y luego a Devi, hasta George.

Por otro lado, recuerdo nuestra última salida.

—¿Ya estas mejor?— comienzo a decir. —Lo que pasó en el bar..

—Si. Solo fue el idiota de mi ex novio, es peor que un grano en el trasero.

Suelto una carcajada mas fuerte de lo esperado. He llamado el interés de algunos que me fulminan con la mirada.

—Creo que debo irme— a pensar.

Las siguientes horas son las peores, el estrés en la oficina se hace cada vez mas grande, algunos tienen miradas perdidas, otros caminan de una lado a otro, y puedo asegurar que he visto a algunos alistar sus pertenencias. Quizás sea momento en empezar mi carta de inconvenientes a Hasting.

Me acerco al observar a Lara volver de los servicios higiénicos, se pasa las manos acomodando su cabello en su coleta alta. 

—No se me ocurre nada— rodea la mesa hasta caer en su silla giratoria.

Entonces me anime a sugerir algo.

—Quizás podamos conseguir recomendaciones, que escritores reconocidos recomienden a los nuevos.

—Lo hemos intentado, pero prefieren comprar lo que ya conocen. Es por eso que algunos recomiendas que sigan escribiendo, y aparecen tantas trilogías.

Tache mi idea de mi cuadernillo. 

La pluma que Nate me habia obsequiado brillaba bajo mi tacto.

—Necesitamos que sean conocidos, pero no publicados— pensó en voz alta.

Levante la cabeza incapaz de creer lo que acabo de escuchar. 

Lara se dio cuenta de mi reacción y con solo verme supo que algo se me habia ocurrido.

—¡Lara eso es!— grite.

—¿Que?— se me acerco alterada por una pronta respuesta.

Me prepare para explicarme pero entonces todo los murmullos que se escuchaban se silenciaron. El Sr. Lodge ha salido de su oficina y se encuentra dando una revisión a toda la sala.

—¿Hay alguna propuesta?— pregunto alzando la voz.

No hay respuesta.

Junte mis manos sosteniendo mi pluma con ambas manos. Se que Lara esta planeando darme un empujón cuando se acerca a mi lado.

Tengo que intentarlo.

—Si— dije alzando una mano.

Cada presente mostraron señales de asombro de escuchar a alguien hablar. O quizás por que era yo.

De hecho, estoy segura que el mismo padre de Caleb se asombra de ver que se trataba de mi.

—A mi oficina— dijo antes de darnos la espalda.

—Ve— recibí el empujón de Lara.

No soy consciente que me había quedado inmóvil en mi puesto.

Sin remedio muevo las piernas haciendo que se sincronizaran sin caer en el intento.

—Srta. Moore— habló primero encendiendo un cigarrillo cerca de su ventana.

Al menos estoy segura que eso sí es tabaco. Gracias a su hijo.

—¿Piensa decirme su idea?.

Vi el humo salir de su boca al vocalizar cada palabra.

Oh claro. 

¿Cómo debería empezar?

—Bueno..

—No tengo todo el día— se rasco la frente, clara señal de impaciencia.

—Si lo que necesitamos es ventas seguras, entonces quiere decir que necesitamos libros que ya sean conocidos, pero como dijo Lara, no publicados— sus cejas se hundieron de manera exagerada.

—Dime algo que no sepa.

—Actualmente existen plataformas, son sitios web donde cualquier persona puede publicar desde libros, poemarios, historias cortas...

—¿Quién sea?

—Si. Estas plataformas ya lleva miles de visitas, al ser gratuita ha ganado popularidad y de esa manera hay libros que han ido resaltando de a poco.

—¿Y no han sido publicados en físico?

—No, son solo pocos lo que lo hicieron, muchas se mantienen en lo virtual, otros no buscan o creen que no tienen la posibilidad de lograrlo. Ahí es donde podríamos encontrar buenos libros, y sobre todo autores conocidos, en la forma virtual, esperando alguna oportunidad.

—¿Crees que tengan ventas?

—Se sorprendería al ver cuantos comentarios han logrado por líneas

—¿Es una buena opción pero lo comprarían?

—Aunque la mayoría ama la tecnología, siempre habrá personas que prefieran los libros a papel.

Dio una calada sin apartar su mirada de mi, como si buscará la trampa en lo que había dicho.

—Acabas de traer un nuevo mercado a esta Editorial. ¿Lo sabes?.

Aunque esa pregunta hablara de Fiore, podía sentir que también hablaba de ABC y el como quizás traje no solo la solución a esta Editorial, sino una nueva ventaja contra la otras.

Unos toques en la puerta me hicieron desviar del tema central.

—Señor, acaba de llegar el Dr. Gun Ji

Acto seguido, apago su cigarrillo y se arreglo el traje tomando una bocanada de aire.

—Pueden irse.

Me muevo dispuesta a salir de aqui cunado vuelve a decir algo:

—Estaremos hablando.

Me llega de sorpresa y debo evitar mostrarlo con un asentimiento se cabeza.

Cassie viene guiando al doctor, tienes rasgos asiáticos, pero no se si es japonés o coreano, lo cierto es que no logro diferenciar las nacionalidad de Asia.

—¿Seguimos con trabajo?

Es la pregunta de Cassie después de cerrar la puerta detrás de ella.

—El dijo.. Que Fiore tendrá un nuevo mercado.

Lara se nos unió.

—¿Qué es lo que propusiste?

—Libros publicados virtualmente, ya sabes, plataformas virtuales.

Lara me mira como si no comprendiera lo que acababa de decir.

—¿No conocen wattpad?

Miro a la chica de rizos crespos quien parece creer que me salió otra cabeza.

—Yo no leo.

—Pero.. Trabajas en una Editorial.

—Y solo llevo documentos, contestó llamadas o aviso de la visita de alguien.

Correcto.

Mire a Lara.

—Odio la tecnología, la única razón por la que uso mi computadora es por los números y gráficos.

>Además, prefiero sostener un libro con su peso real.

Estoy de acuerdo.

—¿Cómo otros no pensaron en eso?

Me fije en la sala.

—No lo se. Supongo que no somos tan mentes jóvenes como parecemos.

—Aún así. ¿Qué pasara si no funciona?

—Quizás abría otra opción— escucho atenta. —Si ganáramos un inversionista todo estos problemas se irían— hundo ligeramente mi ceño.

—Maldición

El chillido de Cassie nos alarma, sigo la dirección donde ve con cara de horror.

—¿Lo llamaste?— cuestione viéndolo ingresar sin ver a nadie.

—No, claro que no. Pero van a despedirme con que no se detenga.

Sale corriendo siguiendo al único que podría atreverse a hacer eso, Caleb, el va a pasos largos directo a la oficina de su padre.

Para cuando llega a él es tarde, Caleb ya había abierto la puerta.

—Otro problema— escuché decir a Lara.

—¿Por qué lo dices?— ¿Qué a ella no le gustaba?  

—Las contadas veces que ha venido solo fue a provocar problemas.

Mi ceño se hundió aún más.

—¿El no te gustaba?— Lara alzo las cejas.

—Eso es lo que cree Cassie— y yo también lo había creído.

Supongo que no me puse a pensarlo muy a fondo. En realidad ella no mostró una señal de interés por el, más que en el bar. ¿Podría llamar a eso interés en el?

—Lo juro. Ese chico está fuera de sus cabales, necesita que lo coloquen en su lugar.

—¿Qué te dijo?

—Que me metiera en mis asuntos y no lo jodiera.

—¿Se supone que debe gustarme eso?— cerré la boca. —De nada. ¿Si sabe que tus asuntos es comunicar las llegadas a la oficina?

—¡Eso mismo pensé!

—Será mejor que nos vayamos, ya es hora de salida.

—¿Festejamos?

La última vez que propuso algo así, George terminó siendo el chófer.

—No me miren así.

—Lo siento, tengo planes con mi novio.

Cassie bufo.

—Bien.

Recojo mis cosas acompañada de Lara y luego caminamos juntas hacia el ascensor. Cassie ya nos espera dentro.

—¡Caleb!— el grito proveniente de la misma puerta oscura se escucha justo antes de verlo aparecer sosteniendo la puerta.

Solo tuvo que alzar la mirada para encontrase conmigo. Sus ojos grises hicieron conexión con los míos a la distancia y su enojo paso a confusión en cuestión de segundos.

En ese preciso momento, su padre apareció justo detrás de él, y puedo ver que le dice algo que solo hace que se aparte de él.

Observo como viene hacia aquí, sus ojos no se han apartado de los míos y eso logra inquietarme, pero como la misma señal de ser escuchada, desde allá arriba, la puerta metálica empieza a cerrarse y se que el no llegara a tiempo.

O eso creí.

No contaba con que fuera Cassie quien pusiera la mano para esperar que ingresará.

No dije nada.

Todas nos mantuvimos en silencio cuando ingresó y paso a estar detrás de nosotras. Coloque mis atención al tablero que reducía cada vez más los pisos a los que bajábamos.  No vería de reojo o seguro el se daría cuenta.

Las puertas se abrieron y como mismos rayos Lara y Cassie salieron, quise salir de la misma forma pero alguien se me adelantó.

Caleb se coloco entre las puertas y coloco ambas manos reteniendo cada lado del ascensor.

—¿Qué haces aquí?

—No te importa.

—Lo repetiré de nuevo. ¿Qué haces aquí?

—Déjame pasar— vi bajo su brazo.

Las chicas me esperaban en la entrada. Pero no parecían querer acercarse.

—Responde.

Resople.

—Es mi pasantía.

—¿Aquí?

Levante una ceja.

—En el sexto piso en realidad.

Sonreí a lo que el mantuvo su semblante serio.

Al menos logre que se moviera, pero no fue para que saliera del ascensor, ingresó en el y ahora fui yo quien me puse seria.

—¿Volverás a subir?.

Se alza las mangas de su polera y se aprieta de nuevo la planta seis sin responder.

Me abstengo de rodar los ojos por su comportamiento y aprieto el botón para evitar que las puertas se cierren. 

Regreso a enfrentarlo. 

—¿Has leído el nuevo trabajo?

—Creo que ya te he contado suficiente sobre mi. Invéntate lo demás.

—¿Inventaras sobre mi?

—Tu vida esta en Google.

Abrí la boca, lo que había en Internet era... cierta parte verdad pero no del toda.

—Pondré cosas buenas— dijo como si eso fuera lo que me preocupara. 

O solo quiere que salga del ascensor.

—¿Debería creerte?.

—No. En realidad, no deberías.

070921

Atte.ASP

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