CAPÍTULO 25
—Hablando de Roma y el burro que se asoma— Sky siendo Sky.
—¿Jugamos?— mi mirada viaja de ella al pelirrojo, y del pelirrojo a ella.
Sky ya tuvo una buena ronda con las hermanas Collins, por lo cual no venía mal estar en alerta.
—Creí decir chica.
—¿Acaso temes perder?
—No
—¿Entonces?
Sky es el tipo de chica que no oculta si no le agrada algo, ella puede decirlo sin medir nada, su rechazo siempre es evidente en sus actitudes. Y si la andas picando a ella o a los que quiere hara lo que cualquier leona hace, atacar.
—Hey Kim— lo corto llamando a la chica que se sirve un poco de ponche detrás de él. —¿Quieres jugar?
El pelirrojo blanquea sus ojos viendo que ya tenemos jugadora, y al poco tiempo su compañera.
—Empiezo— pasa por alto al muchacho en bermudas.
—¿Tu amiga siempre es así?— cruzo mis brazos.
—No. Tú la estás poniendo de mal humor—
Vamos, la mayoria de los estudiantes de Hasting ya sabe de su relación con Justin. ¿Cuál su objeto?.
Antes de darme cuenta Sky encesta a la primera. La compañera de Kim bebe.
Kim tira y también acierta. Yo bebo.
Trago sintiendo el agrio sabor de cerveza pasar por mi garganta.
—Ya largate James— lanzo una mirada con disimulo.
Asi que James.
—Oigan van a jugar o no.
Ambas giramos en simultáneo a nuestras rivales, ignorando la presencia del chico a un lado de la mesa nos enfocándonos en encestar, bueno Sky lo hace porque yo y mi mala puntería nos dedicamos a embriagarnos con cada vaso que perdemos.
—Hola bebe.
Justin pasa su brazo por sus hombros.
Le da un beso antes de tirar la siguiente bola. Por instinto quise ver al chico que nos estaba ofuscando tiempo antes, pero él ya se iba.
Luego le toca a la otra pareja y hacen que Sky beba.
—Creo que eso ya es suficiente— unos brazos me envuelven la cintura erizando mi vello de la nuca. Gracias a mi corta blusa logra tocarme el vientre causando esas maripositas en el estómago.
—Unas más— digo levantando un dedo.
—¿Te ayudo princesa?— sus ojos se oscurecen bajo la noche.
Elevo una ceja. Porque no.
Me coloco frente a la mesa, Nate se acerca tomando mi cadera con una mano, luego toma mi mano alzandola un poco hacia adelante.
—¿Lista?
Su voz logra hacerme extremecer, opto por mover la cabeza al no lograr articular.
Lanzamos.
Acierto.
Me aviento a Nate para que me atrape. Logro oler el exquisito olor del shampoo que usa.
Bueno, quizás si he tomado más de las que pude contar.
—¿Quieres sentarte?— me pregunta bajandome.
Si que lo necesito, los pies empiezan a dolerme, hay piedritas inscruptadas bajo este terreno.
Nate me guía a unos de los sillones en el interior de la casa.
Sky y Justin nos siguen hasta perderse entre el medio del baile de parejas descontroladas. Realmente parecen un par que disfrutan de la buena música, un rubio y una pelinegra, se miran a los ojos mientras ríen de lo que sea que puedan estar diciéndose.
—Ellos se ven felices— suelto sin pensarlo mucho.
Nate voltea hacia mí.
—Sabíamos que pasaría— sonreí.
—¿Quieres un poco de refresco?— asentí repetidas veces.
El horrible sabor de cerveza se ha quedado en mi paladar.
Nate se levanta y lo sigo con la mirada hasta que desaparece entre los cuerpos. Me quedo sola esperando que regrese pronto cuando una sensación me invade, es esa que sientes como si alguien te mirara desde algún lugar. Busco como si fuera mi propia cacería, aunque la oscuridad no me ayude.
—¿Es cierto?— la voz de Justin me hace desviar la mirada de nuevo hacia la pareja.
Algo pasa.
Están uno frente al otro, él sostiene su teléfono y observa a Sky con una seriedad que logra hacerme entender que no es una broma. Esto es grave.
La música ha bajado y varias personas se aproximan al igual que yo.
—Justin, yo puedo...
Varios sonidos seguidos empezaron a emitirse de diferentes lugares, son teléfonos que resuenan con notificaciones de cada uno de los presentes. Mi teléfono también suena y aunque quiera ver como lo hacen los demás me preocupa más el hecho de ver a mi amiga volverse pequeña en su lugar.
—Toda una cajita de sorpresas— menciono el mismo chico de la fogata, ha vuelto aparecer con la multitud. Noto que también tiene su teléfono en su mano y aunque lo eleva uno milisegundo no logro ver nada.
Justin se mueve y debo reaccionar colocándome en medio.
No sé exactamente que decir, pero logro tomar el brazo del rubio que quiere ir por él.
—Oye no te culpo, ella es...
Para ese momento ya no puedo detenerlo, Justin ya logro aventarse sobre él.
—¡Para Justin!— intento que escuche pero no sirve.
Sé que no lograré nada y que los chicos de nuestros lados no lo detendrán, es un espectáculo para ellos. Estoy por buscar ayuda cuando Nate aparece, y no duda en alejar a Justin de James, que está tendido en el suelo, puedo asegurar que su nariz esta rota cuando veo la sangre en su cara.
—Suficiente— lo aleja colocando una mano en su pecho y asegurándose que el otro se levantara.
—Te dije que no debiste aceptarlo— escupe molesto.
—El entrenador dijo que...
—Me importa una mierda lo que el entrenador dijo
Uy.
—Oye si esto es por...
La mano que Nate intenta colocar en su hombro sale disparada de un manotazo de Justin. Mire a Sky quien ahora ve lo mismo que todos en sus teléfonos, lo que sea que esté pasando por su cabeza la tiene en otro mundo.
—Justin cálmate— me acerque pero evite tocarlo.
—¿Tú lo sabías verdad?— lo apunto luego darme una mirada.
Nate se quedó silencio.
Entonces, Justin da un derechazo y llevo mis manos a mis labios viendo la escena frente a mí.
—Mierda— gruño él, logrando mantener el equilibrio. Quise acercarme, pero me detuvo haciendo una señal.
Sky ya no esta.
Como si Justin volviera a la realidad ve el labio sangrante de Nate y retrocede. No entiendo nada, pero me alivia verlo salir corriendo.
(...)
Envió otro mensaje a Sky. No recibo respuesta.
Levanto la mirada agotada, Nate esta conmigo en uno de los baños, sentado en la tapa del retrete. He conseguido una botella de alcohol y algodón de los estantes.
Lo empapo antes de pasarlo por su labio. Él cierra los ojos y sé que arde por la cara que coloca después.
—¿No has visto el video cierto?— negué pasando el algodón otra vez.
Ahora no cerro tanto los ojos.
—No lo hagas.
—¿Por qué?
—Es un video.
Esto no suena bien.
—De Sky y Spencer.
Abrí los ojos.
—Es casi pornográfico. No lo mires.
¿Quién pudo hacer tal cosa?
—¿Tú lo sabías?
Era el único secreto que guardaba de Sky de Nate. Aunque el fuera mi novio, no quise ponerlo en una encrucijada. Después de todo, ambos eran sus amigos.
—Si— confesé.
Soltó un largo suspiro.
—¿Tú también lo sabías?— pregunté recordando que él también se quedó en silencio cuando Justin lo acuso.
—Lo sospechaba y Spencer nunca fue tan cuidadoso del todo— ese idiota.
Crei que cuando se fue los problemas se habian ido con él, Sky volvio a ser la misma chica sonriente, aunque un poco mas dura que antes, no la culpe, era su manera de protegerse.
Salimos del baño para ver que afuera todo es igual, la música resuena como si nada hubiera pasado. Pero claro que había pasado.
Cierro la puerta y me deslizo a un lado viendo a una Collins aproximarse.
—Me acabo de enterar— Katherine se abalanza sosteniendo su rostro.
Hago una mueca.
—Estoy bien. Harriet se encargó— Nate alejo sutilmente sus manos de su rostro.
—Él ya se fue, puedes descansar en...
—Gracias. Pero será mejor que nos vayamos— ella abrió la boca como queriendo refutar pero me adelanto a tomar la mano de Nate para salir de aqui.
Nos hacemos paso y aunque hay personas que intentan detenernos para ver si se encuentra bien, se que muchos solo son personas que mueren por un poco de chisme.
—¿Estás bien?— Archie nos detiene justo en la entrada.
—¿Sabes donde esta?
—Derek lo está vigilando— eso logra tranquilizarlo. Y empieza a hacer una cuantas preguntas mas.
Tengo la sensación de que nuevamente alguien me observa, es tan intenso que debo girar y descubrir de quien se trata.
Y lo logro, es Caleb, fumando en uno de los sillones de las esquinas, está cómodo, se ve así aunque tenga a Amber sentada encima de sus piernas. Esta tan desesperada que lo toma de la cara para pegar sus labios con los suyos.
—Archie— vuelvo a la conversación. —¿Crees que puedas ocuparte del video?
El moreno afirma mostrando la mochila que cuelga de su hombro.
—Ya tengo la portátil— muestra una sonrisa astuta.
Archie tiene una pasión, y aunque muchos podrían considerarlos ilegales nos ayuda en momentos... necesarios. No somos muchos los que sabemos eso, solo un pequeño grupo que ocultan y disfrutan de sus servicios.
Sé que eliminara el video hasta del último teléfono o página donde se encuentre.
Le doy las gracias y salimos al auto, mientras Nate enciende el motor yo verifico mis notificaciones, no hay noticias de Sky.
—¿A dónde vamos?— levanto la mirada hacia él.
—¿Que?.
—Princesa, sé que no dormirás si no sabes nada de Sky— sus ojos verdes me observan con la cabeza inclinada en su asiento. —Así que vamos. Debe existir un lugar donde ella iría.
Primero me maravillo por su empatía y luego empiezo a proyectar cada posible escenario donde ella pudiera estar.
Entonces me doy una idea.
Cuando teníamos unos trece años y Sky tuvo su primera experiencia con su periodo, era casi imposible tolerarla, sus hormonas estaban disparadas y parecía tener los peores días de su vida. Creí que las compras le ayudarían, dado su obsesión de esto en tiempos de estrés, pero eso funciono. Hasta el momento en que ingresamos al lugar más rosa que había visto en mi vida.
Un lugar con el mejor helado de chocolate de la historia. Tal sabor que hacía que ella olvidara cuanta grasa podría tener o cuantos granitos podría provocar.
Eran como mismas hormonas, de felicidad.
Desde ese día se convirtió en el remedio para sus días malos y luego de probarlo entendí el porqué.
Bajo del auto apenas Nathaniel deja de acelerar con el auto, necesito comprobar que esté aquí.
—¿La ves?— me pregunta parandose a mi lado, de soslayo noto que tiene las manos en los bolsillos.
Aunque se mantiene de pie se que esta cansado, tuvo entrenamiento, el partido mas importante hasta el día de hoy y aun con un golpe en su labio hinchado esta aquí.
Desde la ventana alcanzo a ver unas cuantas personas, es muy tarde y sé que pronto cerrara, varias sillas ya están alzadas.
—No.
Me aproximo a la entrada tanteando las columnas exteriores.
Este lugar sigue siendo el mismo, sus pared es rosa pastel y los dibujos de las paredes son los más creativos que haya visto. Cada cierto tiempo estos son modificados, nuevos, no sé quién haga esto, pero es verdadero arte.
—Lo siento ya vamos a cerrar— una joven intenta impedirme el paso.
Apenas la veo, mi atención se va por encima de su hombro, la última banca. Una melena negra lacia y corta. Paso por su lado.
—No se preocupe— escucho que le dice Nate dejándolo atrás.
Es ella.
Suspiro y tomo asiento a su lado.
—Sigo creyendo que es el mejor helado chocolate del mundo— lame la cuchara antes de atrapar otro pedazo de crema congelada. —¿Quieres uno?
Su quijada se alza ante mi mirada cautelosa.
—No te dare el mio— resguardo su vaso atrayendolo hacia ella.
—Sky...
—Todo esta bien, no debes preocuparte por mi.
Como dije antes, tenia sus maneras de protegerse.
—Como no hacerlo— busque que me mirara. —Eres como la hermana que nunca tuve.
Sky no parpadeo pero de un segundo a otro puedo notar sus ojos cristalizados.
Bajo de la silla para darle un abrazo.
—Lo arruine— susurra encima de mi hombro.
Me alejo dispuesta a quitar esa culpabilidad en ella.
—Eso paso hace mucho tiempo, no puedes culparte por acciones que decidiste tu misma. Ademas, nadie tenia el derecho de hacer lo que te hicieron.
—Debi contarselo. Tu me lo dijiste y no te hice caso.
—El pasado ya no se puede cambiar...
Me mostro una ligera sonrisa.
—Pero el futuro si— dijimos al unísono.
Es una de las frases que nos repetia nonna.
—¿Sabe donde esta?— pregunto observando a Nate sentado a unos metros de distancia.
—Si, pero sera mejor que las cosas se calmen hasta de intentar hablar— Sky hace una mueca pero se que lo comprende, es la mejor opción.
—Seré la comidilla de Hasting.
No lo dice con miedo o enfadado, su tono es de aburrimiento. Eso es porque está acostumbrada a ese tipo de cosas, críticas y malas miradas.
Muestro una pequeña inclinación de cabeza. Recuerdo como es la universidad y los chismes.
—Solo hasta que aparezca un mejor rumor.
Sky me da la razón dando otra lamida a su helado. Ya casi se lo ha terminado y empieza a pasar cosas por su mente, lo noto al verla inmovil por unos segundos.
—Los idiotas ya lo habrán subido a alguna página pornografica— bufo esta vez molesta.
Se me estaba olvidando decirle que Archie ya se está encargando.
—No te preocupes por eso— me miro como diciendo <¿debo entender eso?>
De todas formas le resto importancia viendo hacia otro lado.
—Tu si deberías preocuparte— la miró ceñuda.
Sky movió los ojos, indicándome que mirara atrás.
—Te lo quieren robar.
210821
Atte. ASP
They told me I was bad at motivating people. I think it s true.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top