CAPÍTULO 24

—¿Hot wings?— el capitán del equipo pregunta alzándose de la mesa.

Todos se quedan en silencio girando sus cuellos hacia Nate. Como si se tratara de su propio padre a punto de regañarlos.

—Fingiré que no estoy aquí.

No era una sorpresa que el sea uno de los chicos que mas cumpla con estándares de alimentación. Todos volvieron a su charla, podrían dejar la dieta estricta. 

El suspira colocando una de sus manos encima de la mía, encima de la mesa. 

Estamos en una cafetería a una cuadra de la universidad, casi el equipo completo se nos unió en celebración de la victoria, dado que falta un tiempo para asistir al verdadero homenaje que se les hará, una fiesta claro.

—¿Tu también romperás la línea saludable?- eleve una ceja viéndolo de lado.

Nate dejo de ver el desorden de los chicos para centrarse en mi.

—¿Crees que lo merezco?— mire hacia arriba y hice una mueca.—Oh ¿enserio?

Sin previo aviso acerco sus dedos a mi estómago empezando con otra de mis debilidades, cosquillas, no aguante mucho pues termine soltando carcajadas inevitables.

—¡Bien!— chille calmándome a mi misma. 

No quiero patear a alguien ante mi revoloteo. 

Nate alejo sus manos mostrando paz entre ambos.

—Dos por aquí— le aviso a Justin quien terminaba de contar cuantos seriamos con el mismo pedido.

El rubio nos añadió antes girar a decirle algo que no logre oír a mi amiga, ella esta concentrada en su teléfono, algo la tiene tan concentrada que achica los ojos. Recorro la mesa viendo a los chicos que cuchichean sobre su esperada fiesta hasta que uno nos observa acercándose sobre la mesa.

—Harriet, deja que Nate venga a la fiesta— entrecierro un poco los ojos ante la petición.

—El nunca viene a celebrar— apoya otro.

Archie que esta con ellos ríe junto a un Nate expectante.

—Yo nunca lo he retenido— confieso un tanto ofendida.

Los chicos ponen los ojos en blanco.

—¿Qué les dijiste?— ataque al chico de mi lado.

Nate alzo ambas cejas.

—Que prefiero ver películas junto a mi novia— dice sin mas.

La mirada de los chicos se iluminan, como tal descubrimiento.

—Debes venir— habla nuevamente el chico pelirrojo.

Fulmine a Nate ante la idea que acaba de darles.

Sonreí negando.

—Tengo tarea— si, llámenme aburrida.

—Es sábado— me quede muda.

El resto del equipo se asomo ante la atención que varios habian empezado a colocar en nosotros.

—No creo...

—Sky ira— agrego otro.

Por supuesto que ella ira.

Me alce de hombros. —Quizás un rato.

Los chicos se alzan chocando cinco. Suspiro girando a mi novio.

—Gracias por tu apoyo— digo con una sonrisa fingida.

El castaño sonríe y aprovecha  mi cercanía para depositar un beso rápido en mis labios.

Me ruborizo al notar nuestro público.

Archie es una de esas personas, el moreno me ve con una sonrisa, todo parece estar bien con el, pero eso me hace cuestionar si el sabrá algo de las notas. Después de todo es una de las personas que sabia de Caleb, y vio algo que podría mal interpretar.

Me pregunto si debería preocuparme, es decir, Caleb ya dejo claro que me quiere bien lejos.

—¿En que piensas?

—En las notas— el gira un poco su dorso prestándome mas atención.

—¿Estas molesta porque no te lo dije?.

—No. Solo me pregunto quien puede estar haciendo eso.

—No creo que sea importante— asiento dandole la razón. Pero el se me queda observando de una manera que se que hay algo recorriendo su mente.

—¿Qué sucede?

—Es que son un tanto extrañas.

Ya lo hice pensar.

—¿Por que?.

Nate arruga la frente como si intentara recordar algo.

—Una hablaba sobre el hospital— pero nadie podía saber que yo estaba internada. Solo las personas que me vieron.

Y solo hay una persona en la que pienso.

—¿Qué decía?

—Que debí quedarme esa noche— trago saliva. —¿Viste a Caleb esa noche?

Su pregunta me deja tiesa en mi asiento. No aparto la mirada de la suya pero si vuelvo a tragar saliva.

—Si— confieso. —Me lo cruce en el pasillo.

—¿Qué hacia en el hospital?

—Tiene un familiar ahí.

Exhalo cuando noto que eso basta para dejarlo pasar.

—Alguien quiere hacernos dudar— dice él. —Me gustaría saber quien.

Me guardo mis suposiciones. Nate acaricia una de mis mejillas.

—No dejemos que nos afecte— susurra a lo que yo asiento. —Iré a ayudarlo— señalo con la cabeza a Justin. —¿Soda?

Recordé la frase... a la mierda Caleb.

—Si— sonreí.

Ahora que su espacio esta libre aprovecho en deslizarme hacia mi amiga del otro lado, solo para descubrir la actividad mas extraña de Skyler Johnson. Juega, el conocido juego Candy Crush.

—¿Qué haces?— pregunto sorprendida de su concentración en la pantalla.

—Evito— dice con simpleza.

—¿Qué evitas?— pregunto esta vez con la esperanza de una respuesta contundente.

—Coquetear con estos idiotas— aunque alza ligeramente la barbilla no deja de ver el teléfono. 

¿Los jugadores?

—Y eso porque..— deje que complete.

Sky suspira colocando pausa.

—Hice una apuesta con Justin. El primero en coquetear le debera al otro un deseo— puedo imaginar como convenció el rubio a mi amiga, es muy competitiva. Y si hay premio al final mejor.

—Dime que no iras a la fiesta.

Sky apretó los labios como si quisiera soltar una maldición.

—Ese es el chiste.

Ah.

Sky vio solo un segundo a un lado, el mismo pelirrojo que antes estaba conversando conmigo le guiño un ojo. Mi amiga se estremeció girando rápidamente.

—¿Qué pasa?

Sky miro al lado opuesto ocultando su rostro con su cabello.

—¿No lo recuerdas?.

Lo vi de nuevo, pelirrojo. Y mi cerebro hizo un click.

—No es..

—Si.

El chico de la fiesta en la fogata.

—¿El estaba en el equipo?

—Se incorporo recién.

—¿Justin lo dejo?.

Sky quiso asesinarme con los ojos.

—Fue Nate quien lo acepto.

Oh.

Vi sobre ella, los nombrados ya se acercaban con varias bandejas.

—¿Archie puedes traer las que faltan?— el moreno acepto de inmediato.

Nate volvió a sentarse a mi lado, aunque me quede del lado de Sky solo como apoyo.

—¿Por que tu amiga me ve mal?— me susurro.

Sonreí.

—Creo que metiste al enemigo al equipo.

Justin paso un brazo por el respaldar de sky, tomo su hombro y la acerco para darle un beso largo.

Bien, eso fue como marcar territorio.

No pude evitar ver al chico pelirrojo que aun no se su nombre, el dio una mordida a sus papas molesto. 

—Parece que la fiesta va estar interesante— comento Nate viendo la escena como yo.

Estoy de acuerdo.

(...)

Después de hacer unas cuantas paradas para dejar el auto y tomar un mejor abrigo nos encontramos llegando a la casa repleta de estudiantes universitarios, con autos de todo color a lo largo de la calle y la música reventando a través de las ventanas.

—¿Esta no es la casa de..

—Katherine— dice el.

—Iba decir Amber, pero si.

Las hermanas Collins. Y su mansión de padres adinerados.

Me quedo en silencio mientras el estaciona su jeep wrangler lo mas cerca que puede.

Al ingresar, haciendo camino por el césped, nuestras manos se entrelazan; al mismo tiempo que saludamos a todo aquel que se atraviesa con nosotros.

—Parece que ya empezaron— rompe el silencio fijandose en los vasos tirados sobre el área verde.

—No vendría mal unos basureros aquí afuera— aunque sea inútil.

La puerta esta abierta como una invitación a todo aquel que quiera disfrutar de buena música, alcohol y baile.

—¡Hey, bájame la música!— vocifera un chico que no reconozco. Esta de pie encima del equipo de música y aunque recibe unas cuantas miradas la mayoría empieza a prestarle atención. —¡Un anuncio importante!¡Esta tarde entramos en la final! 

Lleva un micrófono en la mano ganando unos gritos de celebración con algunos vasos llenos alzados.

—¡Así es!¡Lo hicieron nuestros hermanos!¡Guerreros!.

Logra animar el ambiente señalando una de las esquinas, ahí están varios jugadores entre bebiendo o acompañados de alguna chica, los hurras no se apagan hasta que son ellos mismos los que gritan:

—¡Arriba Hasting!— y esta vez los gritos se elevan aun mas.

—¡Si!— un grito expulsado de mi lado me hacer dar un brinco.

Maldición Justin.

El apostador está parado en mi lado, aun lleva su chaqueta de los Guerreros y es dichoso como un niño que se comió un algodón de azúcar.

De pronto la gente empieza a voltear al reconocer de quien se trata. El mismo chico encima del equipo alza su vaso hacia nuestra dirección.

—¡Pero que es lo que veo!¡Garret, nuestro capitán!— ay no. —¡Y nuestro quarterback!¡Archer!

Me fijo en Nate quien sonríe y alza la mano como agradecimiento.

—Gracias chicos— hablo con el micrófono pegado en la boca y con una mano en el pecho. —Después de 10 años volveremos a ver una final. Estos demuestra que ¡Todo es posible!

Le hizo una señal al chico que hace de DJ y automáticamente empieza a reproducir Avicii- Waiting for Love.

El equipo hizo historia en la universidad por este partido, ya veo porque querían que Nate viniera, todos estaban aquí. Como equipo.

Nate dio un apretón a mi mano y gire a verlo. Sonreí para que supiera que estaba tan orgullosa como todos aquí.

—Nos están llamando— Justin se acerco rompiendo nuestro momento. 

—Ya vuelvo. Avísame si quieres irte— antes de que pudiera unir nuestros labios su amigo jalo de el.

Con las bocinas a un alto volumen y los jóvenes moviendo las palmas arribas de sus cabezas di por hecho que este no era un lugar donde pasaría mi rato. Me di espacio entre los cuerpos para salir a la parte trasera de la enorme casa, hay una piscina  donde algunos disfrutan del agua temperada, parejas besuqueándose como si fuera el último de sus días y amigos que juega con una pelota inflada de playa.

Sky esta aquí, jugando en una de las mesas de ping pong el conocido juego beer pong. Desde mi posición logro ver como da un trago a su vaso mientras se coloca para lanzar de nuevo, camino hacia ella pero me doy cuenta que no soy la única.

—¿Cuál es el problema de no dar invitaciones?— comentan acercandose a su lado. Sky se endereza al mismo tiempo que hace una cara de mala gana. Es Amber y su hermana. 

Amber lleva un vaso rojo en su mano y bebe de el esperando la respuesta de su hermana. 

—Todos creen que pueden venir.

Ambas vienen como dúo, vestidos pegados y extremadamente cortos. Sky gira sosteniéndose del borde de la mesa.

—¿Venir?¿Es porque nunca lograste hacer venir a Nate, Katy?— la sonrisa de la rubia desapareció.

Katherine le lanzo una mirada asesina y su genuina copia no logro ocultar sus ojos abiertos.

—Sera mejor que cierres la boca.

—No te sientas mal, Harriet es mas bonita, inteligente,...— Katherine dio un paso adelante y soltó una risa.

—¿Acaso eres lesbiana?— mi amiga se inclino para susurrarle algo que no logre escuchar.

Se alejo, alzo su vaso como si fuera dar un brindis y giro hacia mi. —¿Partida de beer pong?

Las Collins se percataron de mi presencia y no tuve mejor idea que sonreír, aunque gane miradas de odio pase por su lado para ubicarme al lado de Sky.

—¿Qué le dijiste?— pregunte cuando vi que se habian alejado suficiente para no escucharnos.

Ella elevo y bajo sus cejas divertida.

—No quieres saberlo— se fijo del otro extremo de la mesa. No habia nadie. —¿Alguno chica para jugar?— pregunto juntando las manos a los lados de su boca. 

—¿Como vas con la apuesta?

—Alguien me la está poniendo complicada.

Eso suena a buen chisme.

Extravío su mirada a la mesa de ping pong.

—¡Vamos no sean gallinas!

—¿Quién te lo va complicando?

—Yo quiero jugar— pero él no es una chica.

130821

Atte. ASP

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