CAPÍTULO 23

Él esta leyendo. 

Inclinado en la pared de ladrillos del aparcamiento, uno de sus pies es apoyado en la pared mientras que sus labios expulsan el humo espeso del envuelto que lleva en la otra mano.

De repente sus ojos se clavan en mi, como si mi mirada lo llamara, esta a unos cuantos metros de distancia y me propongo en seguir mi camino hasta que lo veo cerrar su lectura, aprovecho los segundos intentando descifrar su mirada pero no tengo nada. En ves de eso Caleb se impulsa hacia adelante y camina hacia a mi con tal pereza que hasta se me olvida que es lo que hago aquí.

Lleva una camiseta sin mangas que deja ver sus aun extraños tatuajes y un jogger negro deportivo, se me hace extraño verlo con ese estilo pero todo pasa por alto cuando tira su porro al suelo y lo pisa en frente de mi. Tiene ojeras como es usual en el y aun tiene la seriedad de la última vez que lo vi. Tampoco pasa desapercibido el olor notorio que emana y mucho menos sus ojos rojizos por la marihuana. Se ve muy mal.

—¿Ya terminaste?

Vuelvo a la realidad fingiendo de que no se de que habla. Me atrapo.

—¿Qué es lo quieres?— soy directa recordando como fue nuestra última charla.

Caleb parpadea y achica los ojos. Como si eso le fastidiara.

—Solo traje tu auto— me tendió las llaves que reconocí de inmediato. 

Devi debio darselas.

Sin tan solo no hubiera intentado conducir no me hubiera quitado las llaves. Se las arrebato con el cuidado de no tocar su piel.

Un segundo. ¿Caleb condujo en ese estado?.

—Que. ¿Te molesta que un drogadicto conduzca tu costoso auto?

Un coraje se extendió en mi por su tono al pronunciar costoso y drogadicto e intento calmarme viendo de nuevo la circunstancia. No tardo en rendirme, solo puedo culparlo por estar así y no con su madre que lo necesita al punto de tenerla preocupada.

¿Es que no es consciente de sus actos?

—Deberías pensar en tu madre Caleb, ella esta...

Sus ojos se abren al mismo tiempo que sus hombros y mandíbula se tensaron.

—¿Fuiste a verla?

Antes de que pueda responder el silbato resonó por los altavoces cercanos, eso solo significa una cosa, el juego inicio. Desvié la mirada a la entrada de las gradas.

—Debo irme— digo volviendo a caminar rápido.

No tardo en divisar el campo al aire libre, las gradas están llenas como era de esperar con los colores azules y blancos resaltando de nuestro lado. 

Puedo ver al equipo esparcido en la cancha, están en sus posiciones.

—Responde lo que pregunte— Caleb logro detenerme antes de lograr subir el primer escalón, sosteniendo mi muñeca.

Una corriente eléctrica me recorrió la zona acelerando mi corazón.

No se si me pareció pero el también bajo su mirada a su manos soltándome inmediatamente. Pero ni eso logro desviar el tema que lo tenia insistiendo, volvió a verme esperando la respuesta.

—Si— articule apenas oyente ante los expectantes del estrato, los gritos de aliento aparecieron justo al momento de la siguiente jugada, son demasiado fuertes.

Caleb hizo una mueca ante la conmoción de la gente, no le agrada el ambiente o puede ser algo mas, pero toma su cabeza haciendo una mueca dando medio vuelta.

—Caleb— me impulso a decir siguiendo su camino.

El tambaleo un poco hasta volver a la parte posterior.

—¿Estas bien?

Su giro hace que casi choque conmigo.

—Ya vete Harriet— es extraño escucharlo decir mi nombre. Y aunque quiera negarlo provoca algo en mi.

—Estas pálido— le avise viendo su rostro. Me acerque un poco mas.

Caleb dio un paso atrás viéndome a los ojos. Me vi a mi misma bajando mi mano.

—No vuelvas a ir al hospital— advirtió volviendo a su postura rígida.

—Solo fui a visitarla..

—No lo hagas.

Abro la boca sorprendida por su tono cortante. Como puede atreverse a negarme visitarla cuando el 

—¿Y tu? Eres su hijo y no te apareces ahí.

Caleb coloco el libro en el encuentro de su brazo y dorso apretándolo con su propio codo. 

—No es asunto tuyo— dijo mientras rebusca en sus bolsillos sacando la cajita metálica.

—¡Deberías estar con ella!— eleve la voz. —¡Justo ahora deberías estar con ella y no aquí drogándote!.

—¡No tienes ni una puta idea de lo que estoy haciendo!— lo fulmine con los ojos. Caleb volvió a abrir la boca pero la cerro volviendo a agarrar su libro con una mano, su brazo se tenso tanto por su agarre exageradamente fuerte. —Deja de creer que lo sabes todo Harriet.

—Estoy lista— se unió otra persona.

La misma Amber Collins.

La hermana de Katherine, se posiciono a su lado pasando su mirada de el a mi. Me regalo un gesto de molestia que pase por alto. Caleb ni se  molesto en verla.

—Vámonos— ordeno pasando por mi lado. Como si de pronto yo hubiera dejado de existir para el.

Mantuve la barbilla en alto cuando su perfil llego a estar justo en paralelo al mío.

—Caleb— dije soltando el aire y enojo de mi. Necesito serenidad para decirle lo que quiero. Sin embargo lo único que logro es que me diga:

—Aléjate de  nosotros.

Si eso no hubiera tenido efecto en mi seguro hubiera borrado la sonrisa tendida de Amber, no se si sabe a lo que se refiere pero lo que fuera fue suficiente para que festejara en su interior. Clave mis uñas en la palma de mis manos y fui directo a las gradas a encontrar a Sky.

—¿Dónde estabas?— Sky mordía sus uñas viendo el campo. Al instante veo el marcador.

Vamos perdiendo.

Me fijo en el campo donde los muchachos corren detrás del balón, lo tiene un jugador del equipo contrario. No tarda en escucharse otros gritos, festejos de los seguidores de nuestro opositor.

El silbato suena dando por definido el puntaje del primer tiempo. Me levanto bajando las gradas cuando veo a Nate desanimado corriendo a los asientos.

—Nate— lo llamo agarrando las mallas. Es lo mas cerca que podre estar de el.

El gira ante mi llamado y aunque logro ver el brillo en sus ojos estos solo son por segundos antes de apagarse.

—Hola— dice con una botella de agua en la mano.

Algo pasa. Corrección algo le pasa.

Nate mira la cancha y luego la entrada.

—Te vi— vuelve a enfocarse en mi. —Con Lodge— antes de que pueda decir algo el toma la malla de la misma manera que yo. —Sabes que no soy ese tipo de novio, yo no suelo sentirme así..— ¿celos? es cierto. —Pero me gustaría saber porque Caleb te siguió hasta aquí y mas que nada porque lo seguiste.

Intento mantener calma. Nate no es de los chicos tóxicos pero si debo admitir algo es que cierta parte de mi se reconforta de pensar que puedo provocarle celos.

Sonreí ante tal poder.

—El trajo mi auto, Devi se lo pidió y yo vi...

—Lo siento, se que no debería estar pidiéndote este tipo de explicaciones— calle. Sus ojos ya no se ven tan apagados. Hasta arrepentido se ve tierno. —Es el estrés del juego y las notas..

—¿Qué notas?— lo veo aun más confundida.

Nate se fijo en el coach quien conversaba con Justin. Pronto debería irse.

—Me han dejado notas extrañas, son sobre ti y ese chico— ese chico. Caleb.

Por un segundo dejo de respirar.

—No me lo comentaste.

—No quise darle importancia— sus dedos atrapan los míos en medio de las líneas metálicas que nos dividen.

—Aun hay oportunidad— cambio el tema viendo el tablero.

Nate sonríe ante mi positividad. 

¿En que momento cambiamos los roles?

—Claro que la hay— dice seguro. 

—¡Archer!— el coach lanza un grito que me hace pegar un brinco.

—Lamento la tardanza— digo antes de dejar de sentir su contacto.

—Solo dame un beso de buena suerte— sonrió asintiendo.

Me acerco a la malla al igual que el, apenas logro rozar sus labios pero es suficiente para que el se vaya corriendo como si sus energías hubieran vuelto.

No obstante yo no puedo estar tranquila, si era cierto lo que Nate habia dicho entonces alguien estaba intentando interferir en nuestra relación, alguien que debia saber algo, o no hubiera elegido a Caleb como una tercera persona. 

Mire el estrado pasando mis ojos por el, hay demasiadas personas animando.

(...)

Casi una hora después Sky y yo nos aproximamos a esperar a los chicos en el estacionamiento.

—Empiezo a creer que si eres una clase de amuleto.

—Puede que si de algo de suerte— presumo ante la victoria.

Aun cuando el equipo estaba perdiendo dieron un giro que pocos se esperaban, ellos dominaron el partido sobrepasando a su combatiente, mis gritos no se callaron ante la impotencia de todo el resto del juego. 

—¿Me darías suerte en mis finales?— rio empujándola con el hombro.

—Te daré un consejo, estudia— Sky rodo los ojos. —No me has dicho como estuvo vivir con Justin.

La pelinegra vio a su alrededor antes de acercarse de una manera extraña a mi.

—¿No lo has notado?— parpadee sin entender.

—¿Notar que?.

Ella suspira.

—Enserio soy buena actriz— sigo sin entender. —Me duele ahí.

Hace un movimiento con la cabeza.

¿Que?

Bufa.

—El coño, la vagina, la pap...

—¡Skyler!— grito viendo a nuestra al rededor para confirmar que nadie escuchara eso. No hay nadie. —Al menos dime que te has estado cuidando.

Sky finge pensar apoyándose en el capo de su auto.

—Tomo las pastillas. Te lo dije—claro. 

Con que no se le olvide tomar ninguna.

—No quiero ser tía aun— le confieso mas tranquila.

—Pues a mi si me gustaría ser una tía joven— elevo una ceja.—¿Cuántos hijos quiere Nate?

—¿Que?

— 3. Quiero 3.

090821

Atte. ASP

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