CAPÍTULO 16

—¿Puedo firmar mi alta?— pregunto a la enfermera de turno. Es la misma que había entrado con el doctor la noche anterior. Al menos no tendría que dar la cara a la señora que me encontró con Caleb.

Son casi las seis y no pude cerrar los ojos desde que Caleb dejo mi habitación.

¿Qué es lo que me paso?¿Por que no lo aleje?.

Son preguntas que me repito una y otra vez, lo que a venido rondando mi cabeza cada minuto que transcurría, intentar dormir fue un fracaso pues cada intento quedaba conmigo removiéndome en todas las posiciones posibles.

—Un minuto por favor— me dice ella con una sonrisa.

En su escritorio puedo ver las mismas llaves que Caleb habia tomado para ir a la azotea. Como si nunca hubiera ocurrido.

—¡Ya te dije que no es mío Jared!— escucho la voz de una mujer a mis espaldas.

Viene desde la puerta de una de las habitaciones, donde un enfermero sostiene una bolsa de papel marrón, lo mira desafiante, con un rostro tan blanco como el papel.

—Ya hablamos de esto Alessia...

BigBurger, ¡tiene una hamburguesa de BB! muero por comerme una.

—No es mío— repite con las brazos cruzados.

Su bata se arruga en su pecho, debajo de sus brazos. Lleva un gorro de lana y una chalina que cae por su cuello de color gris.

—Pues el repartidor dijo...

—Disculpa— digo acercándome a ambos. El enfermero, Jared, me examina con la claro pregunta de que demonios quieres, pues es simple, esa hamburguesa. —Creo que eso es mío— digo señalando la bolsa de papel. Mientras que la mujer me ve con cierta cautela, como si quisiera descifrar mis verdaderas intenciones.

—¿Esta segura?— pregunta.

—Si— digo viendo el mostrador por la enferma. —Estoy por firmar el alta y tenia hambre.

—¡Ves!¡Te dije!— aprovecha ella en señalarlo con un dedo acusatorio.

—Seguro hubo un error.

Tomo la bolsa con una sonrisa y el se da media vuelta para irse por el pasillo. La mujer lo sigue con la mirada hasta que el desaparece.

—Supongo que es suyo— le digo regresándole lo que mi estómago reclama.

—¿Tienes hambre?— me dice ella ocultando la bolsa bajo su brazo. Me ruborizo al solo pensar que ha escuchado lo mismo que yo.

—No por favor— alzo mis manos para evitar que me entregue lo que es suyo.

—Por favor acéptalo. Además, tengo dos y es gracias a ti.

Dudo unos segundos de aceptarlo pero finalmente lo hago, mi hambre no me perdonaría rechazar tal oferta. De igual forma me doy el tiempo de verla mejor, tiene los ojos marrones, casi mieles, y su rostro aunque esta delgado tiene las facciones marcadas. Debía rondar los cuarenta.

—Srta. Moore— giro.

Es la enfermera que levanta los papeles señalando que todo esta listo.

—Muchas gracias. Debo irme.

—Espera. ¿Cómo te llamas?.

 —Harriet.

—Que bonito nombre— sonrió aun mas antes de marcharme.

(...)

Me toma unos veinte minutos en llegar a mi tranquilo departamento, en el trayecto del taxi he logrado comer mi deliciosa hamburguesa, jurando no dejarla nunca mas. Apenas aviento mi bolso que Sky habia dejado antes de irse la noche anterior, mi teléfono empieza a sonar con repetidas notificaciones. Hablando de la reina.

Llamada - Sky

De esta no te libras Moore.

Necesito dormir Sky.

Y yo necesitaba llevar a mi mejor amiga a casa

¿Por que te fuiste?

Te lo digo luego.

Cuelgo.

Preparo un té de manzanilla, ayuda para dormir, y es lo que realmente funciona para mi. 

No se cuantas horas pasan cuando despierto, salgo de mi cama arrastrando mis pies y haciendo una coleta en mi cabello. Pienso en ducharme mientras traen algo para almorzar.

—¿Mejor?— llevo mi mano a mi pecho del susto que me pega Sky.

Ella esta sentada en mi sillón, con los pies arriba mientras teclea en su portátil. Miro la puerta y a ella, la llave de emergencia, me digo aclarando todo.

—Solo un poco.

Suspira cerrando su portátil. Yo me siento a su lado, y enciendo el televisor.

—Te traje el almuerzo— señala la encimera.

Hay varias bolsas. Eso es para un batallón.

—¿Comida china?— se encoge de hombros.

Bien.

Voy a lavarme la cara antes de que ambas escogemos una de las clásicas cajas blancas antes de tirarnos a hacer zapping a todo el programa televisivo.

Puedo sentir su mirada en cada trago que doy.

—Sky me estas mandando tus miles de preguntas telepáticamente.

Ella deja de mover su cubierto bajando su caja.

—¿Qué paso? Paso algo ¿Cierto?. Tuvo que pasar algo.

Doy un vistazo a Jenna Rink, va escapando del chico que le llama glúteos hermosos.

—¡Harriet!

—¿Qué?.

Levanta ambas cejas.

—Caleb paso, eso paso.

—¿Qué?

Hora de decirlo todo. Me siento en posición india y la veo de frente.

—El estaba en el hospital, lo encontré y me ayudo luego vio mis resultados, discutimos y se acerco y yo lo empuje pero el no se movía y no se porque no reaccione.

Sky levanto las manos y las agito haciendo callar. Aunque esta a mi lado y conmigo confesándole lo que atormenta mi consciencia, ella lo procesa mirando hacia otro lado por un segundo, corto pero vuelve. Lo siguiente que hace en levantar dos dedos.

—¿Qué tal besa? ¿El aire de bad boy le hace justicia?— parpadeo.

—¡No lo bese!.

—¿Entonces?— entrecerró los ojos.

—Solo nos rozamos.

—¿Sabes que eso tiene varios sentidos?

—¡Los labios Sky!

—¿Por eso huiste del hospital?¿Por que casi te besa?

—Pues temía que volviera, además no quería ver a Nate— y me di cuenta de algo mas. —Dios, Nate. No revise mi teléfono y el seguro va odiarme.

—Wow para el coche y no te desvíes. Yo hable con él, te cubrí— dice como si fuera un caso resuelto. —Espera ¿Cómo es que va odiarte? No se lo vas a decir o ¿Si?— frunci el ceño. 

Es obvio. Sky abrió los ojos deduciendo mi respuesta. Como si se diera cuenta la estupidez que iba a comete. —No puedes. Terminarían.

Un miedo me inundo el cuerpo entero.

—Pero..

—No es como si lo hubieras engañado. Además, tu novio beso otras chicas aparte de ti.

—No éramos novios.

—Ya. Pero tiene historial, tu no— gracias por recordarme mi actividad en besos Sky.

—Pero..

Sky rodo los ojos.

—Escucha, puedes decirle pero te recuerdo que no se besaron, no hay delito.

Quizás sea un poco dramática por algo que no sucedió.. completamente.

Me fije en el cuadro de foto que descansaba sobre los muebles. Mi madre y yo, era una foto de cuando tenia tres años, una sesión que salió en los medios. Sonreía como hace años que no veo.

—¿Sabes algo de mi madre?— sus ojos decayeron.

—Se fue a Paris hace unas horas, salió en las noticias— asentí mirando hacia un lado. 

No llamo anoche, dudo que lo hiciera esta mañana. Ella era así, se iba sin decir y volvía sin querer.

Sky volvió a comer mientras yo me levantaba por algo de beber.

Fue entonces que vi algo inusual en mi encimera de la cocina.

—Sky— hizo un ruido para que supiera que estaba escuchando.

—¿Tu trajiste esto?— ella volteo obligada de dejar de admirar a Mark Ruffalo.

Es un paquete de jugos. ¡Un paquete!

—Estaba en tu puerta cuando llegue.

Fruncí mi ceño, eran idénticos a los que tome ayer con Caleb. Mi estómago dio un revoltijo cuando me di cuenta de una tarjeta metida en el plástico.

Ni tan bueno como el agua, ni tan malo como la soda. 

C.

Solté la tarjeta.

—¿Todo en orden?— levante la mirada hacia Sky.

—Es de Caleb— susurre aun confundida. —¿Cómo supo donde vivo?.

Sky salto del mueble hasta leer la tarjeta.

—Quizás lo vio en tu historial—se paso la mano por la barbilla. —Que tierno.

La vi como si estuviera loca.

—¿Que? se preocupa por tu salud— rodé los ojos.

Desvanecí cada pregunta de mi interior y camine a sacar una soda de mi refrigerador. Sin embargo, en el momento que pase por el lado de Sky me la arrebato.

Ni tan malo como una soda— repitió entregándome un jugo.

—No hablas en serio— le puse mala cara.

Ella se encogió de hombros y señalo el pequeño rectángulo de la encimera. Abrió mi soda frente a mi y regreso al sillón.

Me las vas a pagar

(...)

Un inicio de semana empieza y los universitarios van con ímpetu por todo el campo, una gran razón, hay banderines en todo el edificio y una enorme pancarta que anuncia la semifinal, los Guerreros VS los Leopardos. 

Tiro mis cosas al llegar a mi lugar.

He llegado justo a la hora, el Sr. Potter va entregando los trabajos que hemos presentado. Me sentía bien pues sabía que era un buen informe, aunque Caleb fuera mi compañero. Bien, lo admito aporto mucho mas de lo que creí.

—Moore— me pongo de pie y recibo el papel tiende en mi dirección.

Puedo sentir otro par de ojos en mi cuando regreso a mi lugar aun sin ver la calificación.

Tomo asiento y reviso, 9.6

Sonrió.

—No está mal— salto en mi asiento al escucharlo detrás de mi.

¿En que momento se movió de su pupitre?

—Buen trabajo— es lo único que menciono. Esperando que se marche.

Pero eso no pasa, Caleb coloca ambas manos en mi silla y se inclina por arriba de mi hombro. Su respiración choca con mi mejilla y hombro provocando que cada vello erizarse.

Mal día para hombros descubiertos.

—¿Te tomaste los jugos?

—Invades mi espacio— Y me refiero ahora y el que sepas donde vivo.

—Eso no te importo cuando ...

Abrí los ojos cuando me di cuenta que había tapado su boca con mi mano, fue un reflejo.

Lentamente la aparte sin parpadear. El tiene una sonrisa arrogante, yo tuve que ver si alguien nos había estado prestando atención. Y lamentablemente así era, Archie nos miraba desde su pupitre, junto a su compañero de trabajo.
En el momento que lo vi apartó la mirada.

—¿Lo conoces?.

Reprimí mis ganas de soltar una lisura.

—Es del equipo— Archie siguió hablando con su compañero.

—No sabia que tenias gorilas siguiéndote.

El seguía con la cabeza sobresaliendo de mi hombro izquierdo. Lo volví a enfrentar alejándome lo mas que podía de el, no era mucho dado que mi pupitre es para una sola persona.

—¿Se te ofrece algo mas?— digo ignorando su comentario.

Caleb rio apartándose de mi, se coloco recto y antes de irse de regreso a su lugar dijo:

—Si no quieres que nos descubran, no te pongas roja— señalo mis mejillas. —Es sospechoso.

Apreté los dientes viéndolo irse, deseando aniquilarlo con solo los ojos. 

¡No hay nada que descubrir!

De pronto el Sr. Potter ingreso al salón y traía unas hojas con el, ni siquiera se a que hora salió, acomodo sus mangas y tomo un plumón para escribir algo en el pizarrón.

EL NEOCLASICISMO

Samuel Johnson

—¿Alguien sabe quien es?— pregunto señalando el nombre repintado.

Se formo un silencio mientras que sus ojos pasaban por diferentes alumnos, ninguno emitía sonido alguno. Hasta que desde una de las filas de adelante, Freya dijo algo que no alcance oír.

El Sr. Potter le sonrió.

—Así es Srta. Williams. Johnson es el hombre que escribió el primer diccionario ingles— hablo para todos. —Tendrá un punto extra por participación.

Con eso fue a su escritorio a tomar nota en una hoja, supongo que es los puntos.

—¿Alguien sabe algo más?.

—También hizo poesía— agrego otro alumno a unos asientos de mi lugar.

El Sr. Potter alzo la mirada y asintió de acuerdo.

Vi como el chico choco puños con su amigo de su lado.

—Adivine— lo escuche decir desde mi lugar.

—Dígame una de sus poesías Sr. Thomas.

Thomas palideció ante la repentina pregunta.

—Yo..

—Buen intento— dijo el profesor al comprobar que no respondería. —Y usted tendrá un punto menos.

El resto de la clase estallo en risas al ver la cara Thomas. Es todo un poema.

La vista del hombre se estampo en el resto de alumnos, recorrió la clase con una sonrisa de boca cerrada.

—Con que les gusta burlarse— poco a poco las risas ser redujeron al notar su expresión facial. —Les recomiendo prestar atención. Después de todo se me acaba de ocurrir un nuevo trabajo.

Eso basto para callar a todos, nadie quiso probar suerte con hacerlo cambiar de opinión, al contrario resulto poner a todos en línea, atentos a su clase. 

Yo sin embargo en ratos miraba a Archie, tiene el semblante endurecido al igual que la mayoría, por lo que sabia los jugadores tendrían entrenamiento, pensaba ir a ver a Nate junto con Sky. Ahora tenia una razón mas por la que ir, debía hablar con él. Solo para dejar claro que no es lo que pudo imaginar.

En el próximo capítulo...

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100721
Atte. ASP

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