Capítulo 7: Cita doble
NATALIE
– ¿Puedo saber a dónde irás tan arreglada? –pregunta mamá al verme
–No voy tan arreglada y sólo me juntaré con Rose en el centro –ahí no estoy mintiendo del todo, porque si nos vamos a ver
Estos días también hemos conversado más y me agrada. Si seguimos así, será una de mis mejores amigas. Ella necesita ayuda con Daniel Wright y le propuse una salida amistosa conmigo y Roy.
Saldremos los cuatro, y si mamá se entera diré que los encontramos en el centro por casualidad. Eso nunca falla.
–Está bien, pero cuídate, ¿sí? Estoy muy orgullosa de ti y de lo bien que te ha ido estos días, no quiero que me decepciones. Confío en ti
Yo asiento con la cabeza, quedándome solo con la parte en donde dice que está orgullosa de mí.
Si bien es cierto que aún no soy tan famosa, sí hay personas que me reconocen en la calle y es por eso mismo que nos juntaremos en un lugar un poco más exclusivo.
Papá me llevará hasta ahí y luego me encontraré con los chicos.
Estoy muy emocionada por volver a coincidir con Roy.
(...)
En cuanto localizo a Rose, me dirijo hacia ella y por lo que puedo ver Daniel también está aquí.
– ¡Hola! ¿Cómo está la parejita? –pregunto mirándolos divertida
–Nat, no somos ninguna parejita. Daniel, no le hagas caso... –dice ella sonrojándose
–No te preocupes Rose –dice él divertido –me alegra verte Natalie. Por lo que tengo entendido, sólo falta que venga...
–¡Roy! Por aquí –grita Rose moviendo su mano
Sólo con saber que estoy a instantes de verlo, me siento algo nerviosa.
Mamá tenía razón, hoy me esmeré un poco más en lucir bien. Estoy estrenando un nuevo vestido de color beige con unas sandalias. Hay que aprovechar que hay buen tiempo.
Y en cuanto por fin aparece Roy podría a estar a segundos de desmayarme. Bueno, tal vez exagero, pero ahora luce mucho mejor que antes. Y eso no lo creía posible.
–Hola Roy –Daniel es el primero en saludarlo con un apretón de manos y luego se acerca Rose
–Me alegra volver a verte, por aquí tengo a alguien que estaba desesperada por volver a verte –dice ella señalándome sin disimular en lo absoluto
Roy sonríe y le da un beso en la mejilla y yo no puedo quitarle la mirada de encima. Se ve un poco más bronceado que antes y... en cuanto nuestras miradas se encuentran, sé que estoy sonriendo.
–Nat... luces bellísima –dice él tomando mi mano entre las suyas y dejando un pequeño beso en el dorso de éstas. Todo sin dejar de observarme
–Muchas gracias, tú igual te ves bien. Me alegra que hayas podido venir –digo sintiéndome un poco nerviosa. Lo cual es absurdo, pero si me sigue mirando de esa manera tan... intensa, no sé qué otra cosa hacer
–Muy bien, basta de saludos. Estamos aquí en plan de amigos –dice Rose de pronto, provocando que Roy me suelte la mano
–Lo que tú digas –digo tomando asiento al lado de Rose y frente a Roy.
Una de mis vistas favoritas de ahora en adelante.
Estamos en una cafetería que abrió hace poco, así que no hay mucho que pueda escoger para comer si quiero seguir las instrucciones de mi madre.
Una chica se nos acerca con algunos menús y para ninguno pasa inadvertido el nerviosismo de la chica al vernos. Puede que sea a causa de que está frente a dos chicos bastante atractivos como lo son Roy y Daniel. O tal vez porque nos ha reconocido. Después de todo yo he aparecido en algunas revistas y mis acompañantes son actores.
Al menos no titubea mucho cuando se presenta y deja los menús en la mesa.
–Pobrecita, se veía bastante nerviosa –dice Rose
–Seguro te reconoció de la televisión –asegura Daniel
–O tal vez a ti, después de todo tú eres uno de los protagonistas, ¿no?
–Sí y tú también, ¿o me equivoco?
–Ambos lo son –coincide Roy divertido mirándolos a los dos
–Tienes razón, ambos lo somos... –responde Daniel divertido observando a Rose
Entonces se me ocurre una brillante idea:
–Roy, ¿puedes acompañarme? –pregunto –necesito ver esos postres que hay por ahí
Roy me observa aún más divertido, pero se levanta y me sigue. De esa forma dejaré a Rose y a Daniel para que conversen tranquilos unos minutos
–Claro, vayan. Nosotros cuidamos la mesa mientras tanto, ¿no, Rose?
–Ajá –responde ella mirándome como si la hubiera traicionado
Y yo no sé a dónde dirigirme y no llamar la atención de las demás personas.
Lo que hago por ti, Rose. Pienso divertida.
– ¿A dónde nos dirigimos Nat?
–No lo sé, sólo quise dejarlos un rato a solas. Pero si salimos por ahí llamaremos la atención, así que solo les daré unos cuantos minutos
–Muy bien, a mí se me ocurre un lugar –dice tomándome de la mano y dirigiéndonos a un baño para personas discapacitadas
En cuanto entramos, veo que el baño es mucho más grande y sólo espero que ahora no entre ninguna persona que lo requiera, porque no pienso salir... al menos en unos minutos.
Ahora que lo tengo frente a mí, me doy el lujo de observarlo de pies a cabeza y sigo preguntándome cómo me puede resultar tan fascinante.
– ¿Sabes? Ya no es tan raro estar contigo encerrada en un baño –comento divertida
–Al menos este es un poco más grande que el anterior, estamos progresando. ¿Cómo has estado?
–Genial, mi madre me ha conseguido más sesiones de fotografías y me harán una entrevista en unos días, ¿cómo te ha ido a ti en el casting?
–Espero que me llamen, aunque si no lo hacen, no me quejaré. Eso significaría que no tendría que irme tan pronto de aquí
–Permíteme ayudarte Roy –digo acercándome a él, mientras que intento arreglar el cuello de su camiseta. Estos trucos jamás fallan y no quería parecer tan desesperada por volver a tocarlo.
–Gracias por ser tan considerada –responde él con un brillo de diversión en sus ojos
–Encantada de ayudarte
Aun no me muevo de mi posición y no quiero hacerlo. Tengo mis manos alrededor del cuello de su camisa y quedo a la altura exacta de sus labios.
Unos labios muy bonitos, cabe recalcar.
–Nat... –escucharlo llamarme Nat con esa naturalidad como si conociéramos desde hace tiempo me desarma completamente
Sólo me basta con darle una mirada para tomar la decisión por ambos. Me pongo de puntillas con las sandalias y lo beso.
Roy tampoco se queda demasiado atrás y me besa con la misma desesperación que yo. Los recuerdos que tenía no le hacen justicia para nada a un beso de Roy en vivo y yo soy muy afortunada por tenerlo aquí conmigo.
–Ven conmigo... a mi casa. Pasa la noche conmigo –digo en medio del beso –nadie se enterara
Roy se aleja lo suficiente de mí como para observarme y se ve sorprendido. Incluso yo estoy sorprendida por lo que acabo de decir. Si mi madre lo llegara a ver... ni siquiera termino ese pensamiento en mi cabeza. Eso no sucederá.
–Sí me quieres en tu habitación, ahí me tendrás –dice observándome con esa intensidad que lo caracteriza
–Yo... me gusta cómo suena eso. La verdad es que te quiero en mi cama –término diciendo algo avergonzada
–No creo que conozcas lo que es el tacto Nat –dice divertido –te extrañé
Y yo quisiera decirle que también lo extrañé a él y que por supuesto que conozco el tacto, lo que pasa es que me pongo nerviosa y termino diciendo el primer pensamiento que se me pasa por la mente, pero entonces él vuelve a besarme esta vez en un beso mucho más lento que el primero y yo olvido lo que iba a decir.
Siento como una de sus manos acaricia mi espalda desnuda y quisiera llevar las cosas más allá, pero entonces alguien toca la puerta:
– ¿Hay alguien aquí? –pregunta una mujer
– ¿Será una mujer en situación de discapacidad? –pregunto preocupada por estar ocupándolo
Roy no puede evitar su risa y empieza a abrocharse los botones.
– ¡Ya voy saliendo! –grita Roy en respuesta enronqueciendo su voz
Es muy tontito cuando quiere.
–Deberíamos arreglarnos un poquito –digo viendo nuestros reflejos
Así que lo más rápido que puedo me arreglo el labial y me echo un poco de agua en la cara para dejar de estar tan roja. ¡Dios! Qué vergüenza siento de que esa señora nos vea.
Cuando ambos estamos listos, Roy abre la puerta y nos encontramos con que al otro lado no se encontraba una señora en situación de discapacidad, era Rose.
¡Rose!
Ella estaba pegada a la puerta y a su lado estaba Daniel. Ambos nos miran divertidos cuando nos ven salir.
–Bueno, creo que alguien ha escogido comerse otra cosa –dice ella haciendo reír a los chicos y yo siento que enrojezco un poco por el comentario.
¡Nos han interrumpido a propósito!
Y yo que la estaba ayudando con Daniel Wright.
Aunque todo cambia cuando recuerdo la invitación que le hice a Roy. Sobre quedarse a dormir en mi habitación, en mi cama.
Esta noche será más que interesante, eso no lo puedo negar.
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