Capítulo 6: Estás extraña...


NATALIE


Muy bien, no he podido evitarlo, pero desde que llegué a casa no he podido dejar de sonreír. Afortunadamente alcancé a llegar a casa de Rose antes que mi madre y no se enteró de nada.

De absolutamente nada y yo estoy muy feliz porque estuve con Roy.

–Nat, enserio deja de sonreír así, te ves extraña –dice Kate observándome -¿enserio lo pasaste también en casa de Rose? ¿Me puedes llevar para tu próxima pijamada con ella?

–Lo intentaré Kate y sí, me lo pasé de maravilla en su casa –soy una tremenda mentirosa, pero no me arrepiento de nada

Voy a mi habitación y le envío un mensaje a Roy diciéndole que llegué bien y que nadie sabe lo que ocurrió y luego le envío otro mensaje a Rose para agradecerle por encubrirme, sino hubiera sido por ella... ahora estaría muerta.

En realidad no sé porque fui tan... directa con Roy cuando lo conocí, pero simplemente me llamó la atención y estaba tan aburrida que me dije a mí misma: ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Bueno, me podría haber rechazado o podría haberme enterado que tenía novia y para mi suerte ninguna de las dos opciones sucedió.

Y pase la tarde con él y dormimos juntos. Muy abrazados, por supuesto también nos besamos... mucho. Pero no nos íbamos a arriesgar a ir más lejos teniendo en cuenta que estaba su madre, a la cual estoy segura no debo haberle caído muy bien.

No puedo culparla del todo porque estoy muy segura de que se notaba las intenciones que tenía con su hijo. De seguro si yo hubiera sido ella no sé si habría permitido que una desconocida duerma a pocas habitaciones de distancia de mi hijo.

La señora Samanta se portó considerablemente bien conmigo.

Mamá aun no me dice que planes tiene para hoy conmigo. Así que me pongo audífonos y escucho música, por supuesto que sonrío como tonta al recordar a Roy.


(...)


–No sé porque, pero creo que no me has dicho todo lo que ocurrió ayer –dice mamá cuando estamos todos comiendo en la mesa

–Te lo conté todo mamá, vi películas con Rose y creo... que podemos ser grandes amigas. Me cayó muy bien –intento sonar lo más tranquila que puedo, porque si se entera que le mentí no me dejará salir sola jamás.

–Yo también la noto un tanto extraña –dice Kate

–Por favor, sólo está más feliz. ¿Qué tiene eso de malo? –interviene papá

–Eso es porque tú no la viste en esa fiesta. Besuqueándose con ese chico –le reprocha mamá

– ¿Estabas con él? –me pregunta Kate

–Mamá, no seas exagerada. Fue sólo algo del momento, además ¿qué tiene? Tú misma lo viste, era guapo

–El problema es que luego sólo pensarás en eso y dejarás tu carrera por un hombre. No te estoy apoyando en tu carrera como modelo para que luego lo dejes todo por un hombre que sólo te verá como algo pasajero –suena tan frustrada y molesta que creo que está hablando de ella misma

–Cielo, creí que eso ya lo habíamos conversado –dice papá poniendo una mano sobre la de mamá

–No voy a permitir que Natalie cometa las mismas estupideces que yo. Para mañana tienes una sesión de fotos, son para una revista. Así que te aconsejo que lo que queda de tarde lo tomes como un descanso.

Mamá se levanta de la mesa, intentando no parecer afectada ni molesta, aun no entiendo muy bien todo lo que pasó, pero pretendo descubrirlo

– ¿Qué fue todo eso? –pregunta Kate a papá, quien sólo se encoge de hombros


(...)


Dentro de unas semanas, será navidad y estoy muy emocionada. Rose me ha dicho que sus padres siempre suelen hacer fiestas gigantes para festejar y me ha dicho que estoy invitada.

Claro, a mi madre le encanta que estas festividades se celebren en familia, pero seguro que si le digo que me ayudará en mi carrera, aceptara que vayamos.

Han pasado dos semanas desde que estuve con Roy. No hemos podido vernos porque tuvo que viajar a hacer un casting, aunque me dijo que volvería unos días antes de las fiestas.

Así que me he tenido que conformar con nuestras conversaciones y alguna que otra foto que nos enviamos.

He sido una chica completamente obediente en cuanto a mi madre se refiere, no pienso llevarle la contraria si quiero que me deje ir a la fiesta de Rose.

Estoy más feliz que nunca y mi madre parece notarlo. Aunque en vez de pensar que eso es bueno, no hace más que cuestionarme el por qué estoy tan feliz. Lo cual me resulta frustrante, ¿no se supone que los padres son felices si los hijos lo son?

–Nat, necesito que me acompañes –dice Kate entrando a mi habitación

– ¿Qué ocurre?

–Una amiga me invitó a su cumpleaños y quiero un vestido bonito. Mamá dijo que me podías acompañar, ¿así que me acompañas? Vamos, te deberé una muy grande si lo haces

–Claro, te acompaño

Al menos la salida, me servirá para despejarme un poco.


(...)


Vamos a uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad y dejo que Kate se pruebe todos los vestidos que quiera.

Cuando encuentra al indicado, lo pagamos en la caja y luego la invito por un helado. O al menos, ella va por un helado y yo por un agua.

Mamá ya me dijo que no podía consumir muchas calorías, así que opté por una simple agua. Ni siquiera tiene sabor. Pero me gusta que Kate se vea tan feliz, así que yo también lo soy.

–Ahora, ¿me dirás algo sobre tu novio? –pregunta ella con una pequeña sonrisa

–No tengo novio

–Seguro, ¿Por qué no confías en mí? Tengo quince años, ya estoy grande y me doy cuenta de cosas Nat...

– ¿Y a tus quince años de que te has dado cuenta? –pregunto divertida

–Que esa felicidad que tienes no se debe a Rose, al menos que te guste en secreto...

– ¿Qué? No me gusta Rose, somos... buenas amigas. Nada más...

–Muy bien, no me lo digas... pero si luego me necesitas, recuerda este momento... en el que le rompiste el corazón a tu hermanita menor –dice de forma dramática

– ¿Sabes? Podrías ser actriz Kate, te salió fenomenal, pero enserio no estoy saliendo con nadie. Sólo estoy feliz porque me está yendo muy bien, eso es todo...

Sé que Kate sigue sin creerme, pero no pienso decirla nada, porque luego podría decírselo a mamá y ya no podría salir sola. Así que Kate se resigna a que no sabrá sobre el tema y me cuenta sobre un chico que ha llamado su atención.

Lo que me sorprende es que es un poco mayor que ella.


(...)


Cuando ya estoy lista para acostarme en mi cama, recibo un mensaje de Roy. Dice que estará en la ciudad mañana y quiere que nos juntemos.

Una vez más, sé que debo estar sonriendo como una lunática, pero no me importa porque mañana veré a mi súper Roy.


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