Capítulo XII
Lancelot le indicó a Amy que se sentara en alguno de los divanes de la gran sala, ella obedeció, y con cuidado y nerviosismo, se sentó cerca de la entrada. Todavía mantenía la cabeza agachada y sus mejillas le dolían por los golpes anteriormente recibidos.
Ya no sabía qué ocurriría de ese día en adelante...
*MIENTRAS TANTO, GAWAIN Y PERCIVAL EN SU RESPECTIVO APOSENTO...*
—¿Cómo fue posible, Percival...? —Con la cabeza mirando un punto fijo de la habitación, Percival respondió a la sorpresa del caballero:
—No lo sé, Gawain, esa eriza posee otra clase de virtudes y no son la bondad o la pureza, precisamente.
—¿Y si se trata de una bruja? Nos hemos topado con varias en este reino, y puede que intente llegar a Arthur por medio de Lancelot.
—No, esto es diferente, ella... —Sentada en el diván, planteó bien su respuesta con algo de miedo—, creas o no tiene una voluntad muy firme y llena de sinceridad.
—¿Qué queréis decir con eso?
—Que logré admirar más de lo que ella misma conoce de sí misma. —Está más que confundido y perdido. Para Gawain, los desvaríos de Percival son imposibles de comprender.
Quedándose de pie, replica—. No sé qué traeréis entre manos, pero es mejor que le sea informado a Lancelot lo que ya conocéis de la plebeya, sea esta información tan...enigmática.
—Así será, caballero del sol. En cuanto Lancelot termine de entablar conversación con esa eriza me vendrá a buscar a mi...lo puedo garantizar.
*EN LA GRAN SALA, CON AMY Y LANCELOT...*
Aquel silencio parecía cortar cualquier criterio entre ambos, hasta que Lancelot tomó, al fin, la iniciativa de hablar luego de soltar un resoplido:
—Intentaré olvidar lo que aconteció hace un instante con Percival y las palabras que habéis soltado contra ella, pero quiero que te quede claro, que en este lugar solo habitan caballeros honorables del Rey, y a ninguno de vosotros podréis dirigirte de tremenda forma tan procaz —Aguardó unos segundos, no con la intención de que la rosada hablase, pues está bien enterado que le ordenó mantenerse callada, sino para plantear correctamente lo que tuviese que decirle—. Hace un momento interferí porque no te he aclarado las reglas de este castillo, pero una vez que las sepáis, y que yo haya dialogado con los demás caballeros, estarás bajo tu responsabilidad honorable de respeto, y si dices o cometes acto imprudente, te afrontarás a un castigo, así sea la muerte.
Amy escuchaba con mucha atención, ya no quería enfadar a nadie, sólo buscaba confort en el gran castillo que se encontraba.
—Tu deber en este lugar es preparar nuestros alimentos, lo suficiente para los tres que habitamos aquí —De pie, Lancelot deambulaba por toda la sale mientras explicaba—. Además, mantendréis el castillo en buena presentación. Costará trabajo todo, soy consciente de ello así que, los tres lugares de los que te encargareis principalmente son: cocina, la gran sala, que es en la que nos encontramos ahora, y el jardín conectado con el patio de armas, pero del patio de armas sólo será la parte de los establos, nada más —Por momentos, Amy miraba de reojo a Lancelot, temía que se acercara mucho, la alteración de verle caminar de un lado a otro le comenzaba a asfixiar—. Si ha de ser necesario limpiar otro lugar yo te lo diré, y no será siempre, sólo el día que te lo haga saber, de ahí en fuera los otros tres lugares que ya he mencionaros son de sol a sol. No siempre estamos en el castillo, la mayoría de veces estamos fuera de él, pero deberéis tener listo el desayuno antes de que los gallos canten y la comida cuando el sol se postre en todo el jardín. La cena...no es necesaria, pero si se nos apetece, te la pediré...
Amy asentía a todo sin gesto o monosílabo aparente, el rigor y voz impostada del caballero mantenían a raya a cualquiera.
—El único que te manda soy yo, obedecedme a mí: si yo te pido que le hagas caso a un segundo te lo haré saber con anticipación, de lo contrario, nadie más. ¿Has entendido hasta éste punto? ¿Tenéis alguna duda? —Alzando la mirada y con titubeo, Amy responde.
—Sí, caballero Lancelot...eh, a excepción de las labores domésticas... ¿Es simple limpieza? O... ¿en el jardín quiere que riegue y mantenga en buen estado las flores? Y en el establo además de limpiar, ¿he de alimentar a los caballos? —El erizo se detiene en el diván que se encuentra enfrente de ella, aguarda causando tención y sentándose de forma lenta, contestó:
—En efecto. Con el jardín...podéis hacer lo que querais —Manotea al aire con total desinterés—, y con ello me refiero a que podéis plantarlas de otra forma, colocarles agua o...lo que te venga en gana, sólo mantenlas en buen estado y presentables...
—Amm, no sé si podría...arrancar aquellas con plaga o las que muestren una madurez suficiente... —El rostro de Lancelot es extraño, parece no entender nada de lo Amy está diciéndole.
—Si...no sé en lo absoluto de eso, pero si lo mantiene presentable...
—Ocurre que con ese tipo de flores suelo hacer...arreglos de mesa o adornos...—Los carmesí del erizo le juzgaban todo lo que pronunciaba. Bajó la mirada con recelo, sintiendo que lo que ha dicho le ha enfadado—...lo acabo de pensar y no sé si sería oportuno hacerlo o no...
Con una sonrisa elocuente, el caballero responde—. En ese caso...sólo procurad que Percival no se dé cuenta, y mientras esos adornos estén bastante admirables en el castillo, no hay problema —Amy asintió aliviada—. ¿Otra cuestión?
—S-si...sobre la alimentación de los animales...
—Cierto, de ellos no te preocupes demasiado: Canalla pasta en las afueras del castillo...no tengo idea sobre Temerario y Esperanza... —Suspirando, parece entender todo el fastidio que también se ha adjudicado por la decisión que ha tomado—. Agh, no tiene importancia, además, de hoy en adelante eres mi moza, no la de ellos, sólo concretarte en la limpieza y si te pido algo será ya en el momento...
Asintiendo, la rosada se relaja—Entendido. Entonces, son todas mis dudas...
—Bien, pasemos a lo siguiente... —Poniéndose de pie, Lancelot volvió a andar por la gran sala, y en ese caminar, le dio por desenfundar a Arondight. Pasó sus dedos por el filo y aparentó sobar el hierro de su arma tan característica.
Era más que evidente el temor que cualquier aldeano sentía ante una espada, y más en manos de un caballero...él sabía esto, y siempre hacia lo mismo para amenazar o advertir a cualquier persona...
—Siempre anduvo en mención el dichoso tema de las faltas de respeto...admitiré que soy muy sensible en ese aspecto, y contigo he sido bastante... Benevolente... —De forma repentina, el azabache apunta al cuello de Amy y esta, con un chillido no contenido, retrocedió todo lo que pudo hasta pegar su espalda en el diván—. Y lo seguiré siendo, si no me fallas.
Amy se quedó estática. Ver, una vez más, el filo de Arondight tan cerca de su piel le causaba un tremendo pavor. El repentino movimiento del caballero le hizo un nudo en la garganta a la eriza...ya estaba más que traumada con todo lo que le estaba pasando, lo último que se le ocurriría ahora, sería deshonrar y desobedecer a caballero tan asesino y despiadado que conoció en auténticas vivencias pasadas.
Sin bajar la espada de su cuello, Lancelot continuó—. Podéis ir y preguntarle a cualquier caballero como soy... te aseguro, Amy, que todos dirán estupefactos de mi por ser egoísta y soberbio, ¡Ja! Sí, lo soy. Te lo menciono en primicia para que no se te ocurra...—piensa de manera divertida, mirando hacia otro punto de la sala— como le dicen los aldeanos... "Meter la pata" —Amy estaba a punto de decir que no lo haría, pero el caballero al ver que abrió la boca, usó la punta de su espada para cerrar su mandíbula de forma lenta—. Aguardad, ya sé que dirás que no lo harás, pero para eso debo terminar de hablar yo primero para que pienses bien lo que me diréis.
Amy comenzó a sentir bastantes nervios, las lágrimas se estaban acumulando en sus ojos, pero incluso, temía llorar en estos momentos enfrente del caballero.
—La lista de molestias es muy grande, no me alcanzaría el tiempo para explicarte cada una...y tampoco me interesa perderlo con vos así que, os diré las más relevantes: primera, odio ser interrumpido; en cualquier cosa, sea para vos absurda o no, aquí yo tengo la palabra y el mando, sin reparo alguno —Bajó lentamente su espada por todo el torso de Amy, sin importarle el pánico que le causaba ver el filo tan cerca de ella—. Segunda, si me alzáis la voz o te atrevéis a hablarme de una forma retadora, olvidaos de tu estancia o existencia, porque puedo acabarte de un sólo golpe, ¿entendéis? —Esta vez, la chica no se atrevió a decir o mencionar algo, el movimiento de la espada sobre su cuerpo le tienen asustada cual cachorro—. Tercera, tampoco te metáis en asuntos o pláticas que no te incumban, no a menos de que se te pida opinión o palabra —Se detiene en la parte baja de su abdomen, mirando detenidamente ese punto, pues notó como las lágrimas resbalaban por sus mejillas, chocando con el filo de Arondight. Él continua—. Cuarta, no desobedezcas mis órdenes, porque así sea mínima, puedo estar de humores y te golpearía hasta cansarme y —Acercó su cuerpo hasta quedar a centímetros de ella, para colocar su espada de forma horizontal sobre el cuello de la eriza—...quinta y de las más importantes: no te atrevas a engañarme o mentirme, porque, así sea insignificante e inocente la mentira, no vivirás para contarlo ¿Has entendido?
—S-si, Lancelot. —Alejó su espada de Amy con estrepito, y vuelve a mirar su filo, separándose de ella.
—Suelo estar de humores y el día de hoy me has tomado bien, además de que...—deteniéndose en lo que dirá, parece que el caballero se torna levemente apenado—, tu extraña presencia hizo aparecer mi lado altruista...—dejó de mirar a Arondight para mirarle a los ojos aceituna que poseía— No sé qué fue, pero si sigue ocurriendo tendrás bastante suerte, Amy, en contraposición a que me amargues el día o alguien más lo haga...y en ese caso, te recomiendo no causarme ningún incordio.
Amy traga grueso, pero logra expresar sin titubeos—. Me ha quedado bastante claro todo esto. —Desplegó una sonrisa de lado, decidiendo dirigir el caballero su mirada a la ventana mas cercana.
—Eso me parece perfecto... el sol ya se puso casi en su totalidad... ¡Cierto! esa es otra regla que debo mencionaros: No quiero que andéis despierta después de que la luna suba a su punto más alto, a esa hora ya tienes que estar en tus aposentos encerrada o durmiendo —Camina hacia la puerta de la gran sala, quedándose en el marco de la entrada—. Tampoco andéis metida en lugares del castillo que no te mostré, ni mucho menos husmes donde no debas...te irá muy mal si recibo una queja por parte de algún caballero o me doy cuenta yo mismo que lo haces...puedo matarte por ello. ¿Me has escuchado?
—S-si...también lo entiendo...
—Ahora sí tendría que ser todo. Irte a tu torre y no salgáis hasta mañana, empezaras mañana al alba con el desayuno, ¿entendido? —Amy se levanta mientras afirma con la cabeza.
—Con su permiso, Lancelot. —realizó la reverencia y pasó rápidamente a su lado, escuchando un "Adelante" en tono bajo que le erizó las puas.
Una extraña sensación de infelicidad se posó en su cabeza...tanta orden, tanta represión...sentía que en cualquier momento las cosas terminarían para ella, era más que un hecho; y mientras subía por la escalera de caracol recordó aquel suceso extraño con Percival...
¿Acaso la herencia de su abuela se reforzó con el paso de generaciones?
Hola chicos!!! buenas madrugadas UwU soy nocturna, es mi costumbre xD quiero agradecer a silvazequartz por el dibujo que realizó de Amy, estoy infinitamente agradecía por el ofrecimiento <3 n.n
Además, os quiero dar las gracias a todos aquellos que han seguido la historia desde el inicio, y a todos aquellos que también la conocieron o la toparon, (no lo sé, pero llegaron a darle click n.n) y les ha agradado hasta ahora, es bastante gratificante para mi ^o^
Gracias a Ames-The-Hedgehog , AliceMaddisonRoxanne por seguir la mayoría de mis historias y a vania271201, MercedesLmlc, AmeliaESF, entre otras personas que no puedo etiquetar, pero saben perfectamente quienes son ;) que han seguido, votado y comentado esta la historia, ¡muchas gracias! :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top