Capítulo 56
Coramora, 30 de Octubre del 2009
Axel se bajó del auto y corrió hacia la puerta de la casa de Jane, tocó el timbre y esperó a que ella saliera para poder hablar, pero ella nunca salió, en su lugar, apareció Jenny. Tenía una expresión preocupada y le sonrió a Axel de forma amable apenas lo vio.
Griffin, T.J y Gino permanecieron dentro de la camioneta de Camilo, pero podían ver lo que estaba sucediendo desde las ventanas del auto.
— ¡Jenny! —saludó Axel y le dio un abrazo, ella abrió los brazos para recibirlo—. Regresé por unas horas, debo volver para grabar. Debo ver a Jane primero.
Jenny volvió a mostrar esa mirada preocupada y prendió el sentido de alerta en Axel, algo estaba sucediendo.
—Terminó conmigo por teléfono, necesito hablar con ella.
Jenny tomó las manos de Axel y éste la miró de forma extraña, no entendía por qué había sido ese gesto tan confuso.
—Axel, emm, Jane no está aquí.
— ¿En dónde está? ¿Viene en un rato? —ella negó.
—Ella no regresará—respondió, Axel soltó sus manos. Jenny suspiró y lo miró con preocupación, no sabía cómo podía tratar ese momento—. Disculpa, pero me dijo que no te dijera nada, incluso no debía decirte que se había ido.
— ¿Por qué se fue? ¿Por mí? Pero no hice nada malo, no entiendo qué está ocurriendo, Jenny. Debo ver a Jane—apretó sus ojos para calmarse—. Necesito ver a Jane.
—Axel—ella lo tomó de la mano—. Cariño, no sé qué es lo que sucedió entre ustedes, pero como madre le prometí no decir nada. Ella no está en la ciudad, puedes subir a su habitación y buscarla pero no la verás; no sé cuándo regresará tampoco. Debo respetar su decisión.
Griffin se percató de que algo estaba sucediendo y decidió bajarse del auto para acercarse. Saludó a Jenny con un fuerte abrazo y luego de decirle lo mucho que la había extrañado, se enfocó en Axel quién le contó lo que estaba sucediendo.
Por lo que se podía entender, Jane había huido y no podían buscarla porque estaba fuera de la ciudad. No sabían en qué estado se encontraba pero sí que no era en Coramora y lo más probable que en Leosville tampoco estuviese.
Axel le pidió a Jenny que lo dejara ir a la habitación de Jane, Griffin lo acompañó y apenas entraron, Axel se sentó en la cama de Jane y comenzó a llorar. Se llevó las manos a la cabeza y sollozó.
—Ax—dijo Griffin preocupado, se sentó a su lado y colocó la mano en su espalda y la frotó un poco—. Sé que esto no es lo que habías esperado.
—No—continuó llorando, Griffin hizo una mueca al no saber qué hacer.
—Sé que no es lo que esperabas y que te duele demasiado que ella haya huido, pero las cosas suceden por algo Axel. Podemos buscarla un poco más, sabemos en que no regresará a esta casa, no hasta que nosotros nos vayamos. Podemos ver si el colegio sabe algo, si se retiró de las clases o si sigue ahí, puede darnos indicio a algo.
Axel se levantó y caminó hacia el escritorio de ella, se secó la cara con su camisa y buscó alguna nota o algo que le pudiese indicar que ella quería irse, pero no había nada. No había un diario, ni una nota, ni un papel mal puesto; no había nada de nada y eso hacía preocupar más a Axel.
Si ella no quería verlo, sólo debía decírselo, pero a la cara, no por teléfono y muchos menos huyendo.
— ¿Crees que vuelva a su casa? ¿Podría dejarle una nota? —preguntó, Griffin se encogió de hombros.
Axel revisó el escritorio y tomó un bolígrafo y un post it para escribirle algo a Jane. Puede que nunca lo leyese, pero no perdía nada con intentarlo.
«La canción es dedicada a ti, Jane.
Te amo.
—Axel »
— ¿Sería egoísta de mi parte no querer dejarla ir?
—No, Ax—respondió Griffin—. Te estás tomando esto mejor de lo que pensé.
—Puede que en mi cabeza sólo me niegue a aceptarlo—rió sin ganas—. ¿Cuánto tiempo crees que pase? ¿Un mes?
—Eso sólo lo sabrá ella—dijo—. El tiempo que ella desee esconderse.
—Quiero irme—confesó—, no puedo estar aquí sin que me entre las ganas de llorar y lanzarme al suelo
Griffin lo miró preocupado y luego asintió, lo tomó del brazo para caminar hacia la puerta. Antes de salir lo abrazó, Axel se quedó quieto y no tardó mucho en comenzar a llorar nuevamente.
—Todo estará bien—lo apretó—. Todo estará bien, sólo debes continuar.
—No sin ella, Griff—Axel apoyó su cabeza en el hombro de Griffin, este llevó una mano a su cabeza intentando tranquilizarlo—.No sin ella—repitió.
~•~
Axel llevaba más de una hora acostado en su cama, no había dejado de llorar desde que se marchó de la casa de Jane. Griffin, T.J y Gino se encontraban en la sala de su casa esperando a que él saliera, le estaban dando su tiempo pero no podían dejarlo sufrir ahí solo.
Los padres de Axel no se encontraban, habían salido del país por un viaje de negocios, Griffin les notificó lo que estaba sucediendo pero ellos tampoco sabían qué podían hacer.
—Podemos buscar a Jane el lunes en clases, no creo que se pierda la secundaria—comentó Gino.
—Ya es muy tarde, hay que actuar rápido—respondió T.J—. No tenemos tiempo para esperar todo el fin de semana, tenemos que estar con Howie en el estudio.
— ¿Y si le dices a algún contacto tuyo que la busque? —volvió a hablar Gino.
— ¿Crees que la policía trabaja para mí o qué? —frunció el ceño—. No sé cómo encontrar a alguien.
Griffin se levantó del sillón y se llevó una mano a la cabeza.
—Lleva más de una hora, ¿creen que debamos subir? —les preguntó, miró hacia la escalera—. Me preocupa que esté haciendo algo loco.
—Hablemos con él—pidió T.J—. Es lo mejor, hay que convencerlo de que acepte regresar a Leosville—Griffin asintió y caminó seguido por T.J y Gino hacia la habitación de Axel.
Abrieron la puerta y lo vieron debajo de las sábanas de su cama. T.J se acercó a él y le quitó las sábanas.
—No te puedes esconder bajo unas sábanas cada vez que te sientas mal—le dijo—. Eres Axel Trail, muy pronto el mundo sabrá tu nombre y tendrás miles de personas amándote. No puedes dejarte vencer por una chica.
—No es cualquier chica—sollozó. Griffin lo miró y negó.
—Escucha Axel, no puedes encontrarte de esta forma por alguien que ni siquiera le importas lo suficiente como para darte la cara—comentó, Axel lo miró—. Jane podrá ser el amor de tu vida, pero no es la chica que necesitas. Así que quiero que te levantes, te laves esa cara y te vienes con nosotros a Leosville.
Axel se sentó en la cama y los miró.
—Quiero dejar la banda.
—No—comentó Gino—. Es la decisión más estúpida que puedes hacer, te lo dice alguien que se marchó de ella una vez.
—Quiero dejarla, es como dijeron las chicas del estudio, ella no me quiere porque seré famoso.
—Estás siendo muy poco razonable en este momento—habló Griffin—. Necesito que vayas a lavarte la cara, te tomes el vaso de jugo que tienes en el refrigerador y quites esa cara que debemos grabar una canción.
—Una canción que es para ella.
—Míralo de esta forma—mencionó T.J—, ella podrá saber lo que tienes para decirle. No puede huir de la música por mucho que lo intente.
Los ojos de Axel mostraron un brillo que tenía mucho tiempo sin aparecer.
— ¿Lo dices en serio? —preguntó—. ¿Crees qué... crees que ella podría escucharnos?
—Es lo más probable.
Axel se quedó quieto pensando si la idea de grabar la canción podía ayudarlo a que Jane lo escuchase. Tenía tantas cosas por decirle, quería que ella pudiese saber cómo él se sentía. Necesitaba hablar con ella pero con todo lo que estaba ocurriendo sabía que eso sería realmente difícil, o casi imposible.
—Vayan a sus casas—pidió—. Quiero quedarme solo en casa—los miró—. Mañana regresaremos a Leosville y terminaremos de practicar la canción para mostrársela a Howie.
—No, nos quedaremos contigo—habló Gino, Axel negó.
—Quiero estar solo, déjenme solo—pidió nuevamente.
—Yo no pienso dejarte solo—dijo Griffin—. Gino y T.J pueden irse, yo me quedaré contigo. Necesitas a un amigo.
Axel negó y pidió una vez más que se marcharan. Debía hacer algo por sí solo, quería escribirle algo a Jane, algo que ella pudiese saber y que lograra decir todo lo que él estaba sintiendo en ese momento.
Y luego de muchas discusiones de si se quedaban o no. Axel terminó sólo en su casa esa noche.
Bueno, sólo con su guitarra y su voz, porque esa noche lo que deseaba hacer era escribir una canción.
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