Capítulo 14
Coramora, 05 de Junio del 2009.
— ¡Entonces Chris vino y decidió poner los equipos en chicas y chicos! Yo quería a mis Topos Gritones juntos. ¡En dónde están mis Topos Gritones! —se quejó Griffin, Axel rodó los ojos mientras caminaba a su lado por los pasillos buscando a Gino. Ese era el día a día de los viernes, Griffin siempre comentaba sobre la serie animada que veía en Cartoon Network.
—Debe haber una razón para eso.
—Claro, separar a Gwen y a Trent—volvió a quejarse.
— ¡Mira! Ahí está Gino—señaló el chico quién se encontraba hablando con una chica de su misma clase.
— ¡Gino, corazón! —gritó Griffin llamando la atención de los dos chicos y de unos cuantos más a su alrededor. Se acercaron a ellos—. Hola chica que no conozco, soy Griffin—se presentó, la chica lo miró curiosa y sólo rió para devolverle el saludo.
—Mía—le dijo.
—Lindo nombre, te llamas como Mia Thermopolis—le dijo él.
— ¿Quién? —preguntó Gino con el ceño fruncido.
—La princesa de Genovia—dijeron Griffin y Mía al unísono, Gino miró a Axel y éste sólo se encogió de hombros—. La protagonista del Diario de la Princesa—explicó ella.
—Ah—Griffin se rió por su amigo y se acercó más a él y pasó su brazo por el cuello del chico.
— ¿Has hablado con T.J? —le preguntó, Gino negó—. ¿Y cómo para cuando piensas hacerlo? No tenemos mucho tiempo.
—Pensé que lo íbamos a hacer los tres.
—Podemos hacerlo ahora porque él está allá sentado leyendo—señaló Axel a T.J quién se encontraba en uno de los bancos del pasillo.
Todos se despidieron de Mía y caminaron hacia T.J, se colocaron frente a él y éste bajó su libro al darse cuenta de ellos. Los miró con una ceja levantada intentando averiguar qué hacían los tres ahí. Axel le dio un pequeño empujón a Gino y éste se negó por completo a hacerlo.
— ¿Qué? —les dijo el chico, Gino miró a Griffin intentando pedirle con la mirada que él fuese el que hablara.
—Estamos buscando a un baterista para nuestra banda, hemos practicado ya varias semanas y creemos que es necesario para seguir y surgir como un grupo. Yo te he escuchado tocar y grabé un video de ti haciéndolo y se lo mostré a Axel y a Gino—se rió nervioso—. Y los tres estamos de acuerdo con que te queremos en nuestra banda.
— ¿Todos? ¿Él está de acuerdo con eso? —preguntó señalando a Gino.
—Sí, piensa que es una buena idea—se adelantó a responder Axel, Gino sólo asintió.
—Pues entonces que él me lo pida—Axel le dio otro empujón a Gino para que hablara, el chico suspiró y dio un paso al frente.
—Oye, eres bueno tocando la batería—le dijo—. ¿Te gustaría estar en nuestra banda?
—No—Gino abrió la boca para protestar pero T.J continuó hablando—. Me lo estás pidiendo de una forma muy aburrida, debes ponerle más emoción. Como si fuese una propuesta al cuál no podría negarme.
—T.J, mi querido T.J.
—Vaya pero esto se pone interesante—dijo el chico y se recostó un poco del banco colocándose en una posición cómoda.
—Necesitamos a alguien sumamente increíble para tocar con nosotros y no hay nadie más genial que tú—Griffin se rió por lo divertido que estaba siendo esa escena—. Así que por el amor de Afrodita, te pido que seas parte de nuestra banda—T.J lo miró con una sonrisa divertida en su rostro. Fingió estar pensando para reírse.
—Pues ya que insistes lo haré—dijo—. No necesitabas subirme tanto el ego, de todas formas iba a aceptar—se rió, Gino lo miró molesto.
—Nos reunimos en la casa de Axel casi siempre para tocar, para hablar sobre temas de la banda nos juntamos en el Dush—le dijo—. Como no podemos llevar la batería cada vez que practiquemos, creo que lo más fácil es reunirnos en tu casa.
—Me gusta la idea, tengo un salón para eso. Nadie nos molestaría—respondió—. ¿Cuándo comenzamos los ensayos?
—Mañana a las diez, tenemos que hacerlo temprano porque tengo cosas que hacer en la tarde con mis hermanos—informó, T.J estuvo de acuerdo y Gino se marchó de allí.
— ¿Los ensayos también serán así de interesantes? —se rió Griffin, Axel negó riendo también—. Es que me da tanta risa ver a Gino así de alterado, eres el único que sabe cómo hacerlo.
—Gracias, es la práctica—fingió superioridad—. Entonces mañana nos vemos para practicar,,,¿quieren venir a mi casa y jugamos una partida de Mortal Kombat?
— ¡Yo sí quiero! —habló Griffin—. Axel va a salir con Jane y todo eso, creo que ya se le va a confesar.
— ¿Quién es Jane?
—Su chica.
—No es mi chica—se quejó Axel—, y no hables de mí como si no estuviera.
~•~
—Corre Axel—le dijo Jane agarrada de su mano mientras corrían por el puente que estaba cerca de la playa—. Siéntete libre.
—Soy libre cuando estoy a tu lado—ella paró y volteó a verlo, se acercó a él y besó su mejilla, ya le era costumbre hacerlo.
—Te quiero, Axel—le dijo ella, él la tomó por la cintura y juntó sus frentes.
—Yo también te quiero, Jane—respondió.
Ese era el momento perfecto para besarla pero él tenía miedo a que ella se echara a un lado y lo rechazara, no sabía cómo reaccionar si eso sucedía.
—Me cansé de tanto correr—susurró—, ¿vamos por un café?
—Sí, yo invito—le dijo él y se alejó. Tomó su mano y empezó a caminar con ella hacia el bulevar en dónde se encontraba la cafetería.
—Tú pagas los cafés y yo los pasteles.
—Está bien—Jane le sonrió,
—Axel, ¿has pensado alguna vez qué pasaría si la Tierra se acabara mañana?
— ¿Por qué piensas en eso?
—Es que a veces me pongo a pensar, y creo que si la Tierra se acabara mañana, desearía pasar mi último día a tu lado—le dijo, Axel no sabía que decirle pero antes de que lograra crear una respuesta, Jane lo interrumpió diciendo que ya habían llegado a la cafetería.
Ambos pagaron como habían acortado, Jane pidió un café Capuchino con una rebanada de pastel de chocolate venezolano mientras que Axel pidió un moca con un panecillo relleno de jalea de mora. Se sentaron en la primera mesa vacía que vieron y empezaron a hablar sobre lo interesante—y delicioso—que era el café.
Jane pensaba que el café era uno de los placeres de la vida que pocos sabían apreciar, ella amaba tomarlo, siempre se dedicaba a probar los diferentes tipos que había pero su favorito era siempre el famoso capuchino que había pedido ese día.
Axel le dio la mitad de su panecillo y ella le dejó agarrar de su pastel las veces que quería. Ella le contó sobre por qué siempre pedía ese pastel y lo mucho que le gustaría ir a Venezuela a comprar ella misma el chocolate que vendían. Mientras hablaba, Axel se dedicaba a observarla y a tomar pequeñas fotografías mentales que siempre rondaban en su cabeza cada vez que se acordaba de ella.
—La pasé increíble—le dijo ella saliendo de la cafetería—. Debemos volver a hacer esto. Me gusta pasar tiempo contigo.
—A mí igual, tú eres increíble, Jane—confesó Axel—. Eres una de las personas más fascinantes que he conocido y pienso que todo lo que dices es interesante.
—Te quiero—volvió a decir ella—. Es loco porque tenemos un mes y unos días conociéndonos pero siento que hay una conexión entre nosotros que nadie pasa desapercibido.
—La hay, sí que la hay—le dijo él—. Yo también te quiero—se detuvo, ella por inercia hizo lo mismo.
«Es ahora o nunca»—pensó y tomó valentía para lo que haría luego. Tomó ambas manos de la chica y dio un paso para acercarse lo suficiente a ella, pero no tanto como para sentir que la estaba invadiendo. Ella sonrió tímidamente y él lo tomó como la luz verde que necesitaba para continuar, acercó lentamente su cabeza y al ver que ella no se alejó ni se quejó, decidió dar el paso que tanto había deseado y terminó por acabar la distancia que había entre sus labios para poder besarla.
Soltó las manos de Jane y tomó su cintura, Jane colocó sus manos detrás de su cuello jugando de a poco con su cabello. El beso fue corto pero fue perfecto para ambos y al separarse ambos sonrieron sonrojados porque habían logrado por fin lo que estaban anhelando.
No dijeron nada al respecto sobre ese beso, no tenían que hacerlo en realidad. Ambos sabían que los dos estaban alegres por haberlo hecho y no necesitaban una explicación de eso. Sólo permanecieron en silencio hasta llegar a la casa de la chica en donde volvieron a besarse para así ella despedirse.
La sensación de ese primer beso siempre rondaba por la cabeza de Axel y a pesar de los años que pasaron después de ese día, Axel sigue creyendo que si la Tierra acabara mañana, él también desearía pasar su último día a su lado.
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#JuevesDeKloss
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