→․dvenadtsat' chasov

"Da mucha vergüenza..." Pensó el pelirrojo "¿Como piensa que voy a poder escucharlo? Voy a morir"

Realmente no se animaba a verlo a los ojos, estaba avergonzado. Un poco decepcionado, por la forma en la que las cosas transcurrían.

En algún momento de su vida tuvo una relación, salió con personas en su dado momento, tuvo encuentros casuales con otras. Mierda, tenía 26 años y era una persona común.

Esto había intervenido en su rutina de vida, lo único que hacía era dedicarse a su trabajo, dedicarse a su hermana, a algunos amigos. Perseguir a Dostoyevski.

Pero la mayoría de esas cosas empezaban y terminaban en su trabajo, en Dostoyevski.

Y ha pasado cinco años en eso, en lugar de disfrutar más su joven adultez.

Él no es una persona vengativa, contrario a lo que cualquiera pensaría.

Pero sostiene firmemente que, exista o no un ser supremo, si el no hacía nada por su cuenta, entonces las cosas simplemente quedarían al aire.

Él no era ninguna clase de cobarde, y en ese momento no le importo gastar el tiempo que fuese necesario para cumplir con su objetivo.

Eso le costó ciertamente un precio un poco alto, se distancio de muchos amigos, de su hermana.

Y de sí mismo, por seguirlo a él.

Pero realmente no se arrepentía, le gustaría remediar todo el daño que le causo a la gente a su alrededor.

Y estaba dispuesto a hacerlo, claro que sí.

Pero se abandonó tanto a sí mismo, que termino por descuidar su propio sentir, ahora estaba con Dazai Osamu como un invasor en su vida y en su mente.

No estaba enamorado, claro que no, simplemente estaba.... ¿Emocionalmente atado al cómplice de un criminal? Tan solo por decirlo de la forma más objetiva y elocuente posible.

Pero no era un simple criminal cualquiera, era Fyodor Dostoyevski, el asesino de su familia, de su hermano, y el de Oda Sakunosuke, primer amor de su querida hermana.

Quien sabe de cuantos más, y muchos crímenes aparte de asesinato.

Solo podía llegar a la conclusión de que era un idiota, y que estaba realmente mal al sentir algo por alguien como Dazai.

Se refería a... ¿El? En serio, el. Pensando de esa forma sobre alguien como Dazai Osamu.

No por el hecho de que Dazai era un perdedor (aparte de criminal) y era poco agraciado. Bueno, también por eso, pero no tanto. Sino porque, ¿que podría esperar de el? Mintió todo este tiempo, no podía darle confianza a alguien así.

Pero, aun así, incluso alguien como el podría darse cuenta de que algunas señales, de que Dazai en ciertos momentos dejo seguir el rumbo de la investigación, no podría ser simple mala suerte o negligencia.

Agradecía el hecho de que pudiese finalizar el caso, debía darle un poco de crédito a Dazai, puesto que, si este no hubiese cubierto tan mal las pistas, nunca se habría dado cuenta de que estaban ahí.

Pero no podía perdonarlo por algo como eso, Dazai tenía una expresión un poco avergonzada y pensativa en su rostro. Fruncia adorablemente sus labios, manifestando su vergüenza.

Chuuya dejo atrás su semblante seco.

Podía inferir mucho en esa expresión, odiaba sinceramente que Dazai fuese ese tipo de persona.

O más bien todo lo que sucedió en su vida le llevara a ser así. No era ninguna excusa, por supuesto, y Dazai nunca trato de excusarse con eso, no era esa clase cobarde.

Aún tenía una pregunta, mas bien. Sentía que las dudas estaban asfixiándolo, amargamente debía aceptar que quería saberlo, no, amargamente no. Vergonzamente debía aceptar que quería saberlo.

Miro con curiosidad tanteada al castaño, pocas veces podía ver una expresión como esa en él.

Ciertamente Dazai no tenía las mejores cualidades, podría tardarse días en describir todas las cosas que odiaba de él, lo que le avergonzaba de él. No podía creer que aquel castaño tan estúpido llegaría a significar tanto para él.

Pero, ¿qué podía perder ahora? Había salvado a Dazai de la condena que debía cumplir, solo porque le gustaba. Estaba a punto de enviarlo todo al diablo solo por un capricho, solo por saber si Dazai sentía lo mismo.

Porque estaba seguro de que no resistiría si el castaño decidiera usar esa labia suya, y podría convencerlo, otra vez.

Odiaba lo fácil que su cuerpo aceptaba lo que viniera del contrario, pensaría que eso fuese algo como una debilidad, sin embargo, no podría pensar en Dazai como su debilidad. Le desagradaba pensar en el como algo que podría manejarlo.

De alguna forma, ni siquiera cruzaba por su mente el resistirse, Dazai cruzando por su mente era una eterna fugacidad, un brillo especial que nunca se apagaba.

Al verlo tan agitado y un poco necesitado la noche cuando le pregunto si podía besarlo, solo pudo caer ante esa treta.

El también podría admitir que lo necesito, pero odiaba aceptar que podría volver a hacerlo.

Vio al castaño abrir la boca para decir algo, recordó que llevaban un buen rato en silencio.

Chuuya se tensó una vez infirió que pensaba decir algo, carraspeo, interrumpiéndolo. — No tengo forma de saber si lo que dices es verdad. — Empezó, el castaño podía aceptar que tenía razón; no podía creer ciegamente en una persona que le había traicionado ya una vez.

Dazai lo miro con curiosidad, formo una sonrisa irónica en su rostro — De todas formas, ¿que podría conseguir haciendo que me creas? Eres tan extraño Chuuya, por eso estas tan enamorado de mi — Se burlo, el pelirrojo lo miro medio molesto y medio avergonzado.

— No estoy enamorado de ti, estúpido.

— ¿Como podrías saberlo? — Inquirió con una sonrisa, confiada, puntualizo: — Te has descuidado tanto como para caer rendido a mis pies. — Chuuya volvió a gruñir y Dazai bajo un poco su tono de broma. — ¿Como estas tan seguro de eso? ¿De verdad tienes esa certeza? — Cuestiono susurrando, con un tono que vacilaba en lo melancólico.

Chuuya le observo, con una mirada fija y penetrante. Entonces contesto:

— Porque lo se. — Declaro, Dazai soltó una carcajada que Chuuya ignoro. — No te amo, Dazai. Estúpido raro. Eres un inadaptado social, llevas una cara de caballa todo el tiempo y pareces sacado de la arena con esas vendas.

Dazai rio, entonces volvió a su expresión altanera.

— Chuuya, sabes que esos insultos rebotan en mí. — Llevo una mano a su cabeza, burlándose de él.

— De lo único que estoy seguro contigo, es que eres tan estúpidamente invasivo y descuidado que hiciste todo menos retrasar mi investigación. — Hizo un ademan, reforzando sus palabras.

— Por eso perdonaste mi condena en ese caso. — Señalo Dazai, en ese momento Chuuya negó.

— No, recuerdo haberte dicho porque perdone tu condena. — Respondió seco, sin darle mayor importancia a mencionar el tema de su atracción hacia el castaño.

Dazai empezó a toser violentamente, tapo la mitad de su cara y desvió su rostro, Chuuya alzo una ceja y se asomó a verlo.

— ¿Estas bien?

Dazai no respondió, asintió con la cabeza, haciendo ruidos extraños.

— Tienes las orejas de color rojo. — Lo miro curioso, parpadeo un par de veces y le soltó de repente. — ¿Eso significa que estas avergonzado? — Entrecerró sus ojos, correlacionando la mención de su confesión horas atrás y la inminente turbación del castaño. — Dazai, estas completamente enamorado de mí. — Concluyo, declarando de forma altanera.

— ¡Claro que no! Tonto enano, con sombreros feos y... — Su voz sonó ahogada puesto que aún tenía la mano en la cara.

— Tan irresistible que caes a mis pies — Aprovecho el cambio de papeles, Dazai arrugo la cara.

— ¡Lo dices cuando tú te confesaste, dijiste que me amas apasionadamente y que no puedes vivir sin mí! — Chuuya dio un golpe en la mesa, ofendido y avergonzado. Sin darse cuenta, había caído en la trampa de Dazai.

— ¡Yo dije que tú me gus....! — Entonces callo unos segundos, perplejo por lo que estuvo a punto de decir.

— ¿Eso significa que estas avergonzado? — Observo con malicia el color rojizo en el más bajo, luego sonrió con confianza y llevo una mano abierta su lado, mostrando que tenía razón, agacho un poco su cabeza, resaltando su seguridad con su sonrisa. — No te preocupes Chuuya, tu tambien me gustas. — Soltó, como si fuese tan fácil decirlo, en cierta forma Chuuya envidio eso, poder soltarlo con tanta naturalidad.

Con una cara anonadada, proceso esas palabras.

— Y puede que te sea muy difícil de creer que alguien como yo podría gustar de ti. — Asintió, como si compartiera su duda y su pesar. Claramente a Chuuya no le era difícil de creer. — Pero ya puedes ver que es posible. — Fingió un suspiro de pesadez.

Levanto la cabeza, encontrándose con aquella imagen que termino por sacudirlo completamente, cosquilleos agradables instalándose en su estómago. Sus ojos maravillándose al ver al mordaz Chuuya Nakahara con los pómulos tiernamente rojos y una expresión dudosa. Este paso saliva y hablo.

— N-no creas que con eso vas a engañarme. — Carraspeo, pero no se refería a los sentimientos del castaño, se refería a que, todo este tiempo el más alto buscaba su perdón, permanecía en su hogar hasta conseguirlo, de igual forma, Chuuya no hacia esfuerzo alguno en sacarlo.

— No es un engaño Chuuya, es la verdad. — Suspiro con una sonrisa sincera, al contrario. — No trato de buscar excusa alguna sincerándome contigo. Ya que tú lo dijiste, creo que es hora de ser adultos y poner el tema en la mesa, ¿no? — Mostro una sonrisa juguetona, aquella que hacía de Chuuya una paleta de hielo en el horno.

— Vaya, el perdedor poniéndose los pantalones. Esto es digno de admirar. — Gruño, aun avergonzado, no tenía demasiada experiencia emocional. Pudo descifrar.

Dos perfectos idiotas, la verdad el tampoco había tenido nunca una relación.

— Tambien puedo quitármelos si es lo que quieres. — Le guiño un ojo, Chuuya le miro aburrido, acostumbrado a sus coqueteos descarados.

El pelirrojo suspiro, llevo una mano a su cara y apretó el puente de su nariz, entonces hablo entre dientes.

Dazai — Fue un tono especial, Dazai puso toda su atención en él. Chuuya tartamudeo cosas incomprensibles. Suspiro. — No puedo decirlo de otra forma, no me agrada la idea de que vayas a prisión. — Negó con la cabeza, Dazai sentía inevitable el que volvieran al mismo tema, paso saliva. — No quiero.

Dazai se encogió de hombros, con una sonrisa comprensiva lo vio trabándose, buscando una forma de decirlo correctamente, entonces ensancho su sonrisa, y dijo — Chuuya, estas dudando. — Señalo, el pelirrojo desvió la mirada al verse descubierto. — Yo tambien lo haría en tu lugar, por más difícil que parezca, tambien puedo ser empático. — Rio un poco ante la expresión del pelirrojo. — Se que dudas de mí, no me conoces tanto como para decidir y creer que es una buena idea.

Chuuya escucho atentamente sus palabras.

Le agrado la idea de que lo comprendiera.

"Por eso, lo único que quiero y busco merecer es que olvides esto."

Ni siquiera tenía que decirlo, Chuuya podía sentir las cosas aclararse en su mente, apoyo su espalda en la encimera, viendo con una sonrisa al castaño.

"¿Suena extraño? Quiero que me perdones"

Callo un momento, observando la reacción del pelirrojo

"Nunca hacia hecho esto, pedir disculpas luego de ser un idiota"

"Me es difícil de creer me disculpo por primera vez, simplemente por un enano con problemas de ira, no entiendo porque me gustas, es como si fuera el adolescente que no pude ser" - Seria un resumen perfecto de sus pensamientos, con su corazón latiendo tan rápido, pero disimulándolo tan perfectamente, no quería, no quería que Chuuya supiera cuanto lo descolocaba, cuanto movía sus pensamientos y expectativas, cuanto invadía y como su interés por él le parecía agradable.

— ¿Perdón es lo único que buscas? — Pregunto divertido, con voz baja. Se estaba llevando más que eso, Dazai ciertamente fue un estúpido, él lo sabía y lo aceptaba. Se disculpaba.

Chuuya no podía creer su indulgencia, podría llamarlo favoritismo; Jamás sería tan indulgente con alguien, normalmente ignoraría a esa persona y hablaría con ella dentro de lo necesario. No sería mordaz, solo indiferente.

Pero Dazai lo estaba dejando sin opciones, acorralándolo con sus propios sentimientos.

Él era su propio enemigo, el enemigo de su moral.

— No creo tener más opciones, Chuuya. — fingió un suspiro.

— Estoy seguro de que lo único que haces es manipularme para que salga contigo. — Alzo una ceja, Dazai esta vez fingió estar ofendido.

— ¡Chuuya, como te atreves! — Chuuya rio, tanto lo hizo que le dejo en claro la nula posibilidad de que le creyera. — Diablos, es cierto. Chuuya, perdóname y luego sal conmigo. — Hizo una expresión infantil, acostando su cabeza en la encimera mientras extendía su brazo a Chuuya. Como si estuviera rogando.

— Aprende a disculparte, estúpido. — Negó con la cabeza, mientras sonreía. Dazai hizo un puchero, aun en su posición. — Tambien deberías aprender a pedirle a alguien una relación. — Se acerco a él, sacando las manos de los bolsillos, Dazai se preguntaba si el elegante y sensual balanceo de sus caderas era intencional, o Chuuya simplemente caminaba así y él nunca lo noto. Tal vez era el ángulo, miro hacia arriba, Chuuya se agacho a su altura, Dazai debido a la mera impresión se había quedado quieto en su lugar.

— Tienes razón, no sé cómo hacerlo. — Acepto, viéndole agacharse hacia él. — ¿Me enseñas? — Inquirió juguetón, Chuuya le regalo una sonrisa traviesa, entonces, le ilumino diciendo:

— ¿Sabes, Dazai? Me gustas desde hace una semana, puedes salir conmigo o irte al diablo. — Dazai formo una 'o' con su boca.

Realmente ninguno de los dos sabia como hacerlo.

— Estoy seguro de que esa es la peor forma de pedirle a alguien una relación. — Le dijo en tono divertido, Chuuya se encogió de hombro. — Pero Chuuya, me dejas sin palabras. — Dramatizo, el mencionado rodo los ojos. — Podría llorar, ¿eso te gustaría?

— ¿Tienes que decir estupideces siempre que se te ocurra? — Pregunto con una ceja alzada, divertido.

— Está claro es una de las principales razones por las cuales estas a mis pies, Chuuya.

— Cierra la boca. — Callo, Dazai rio.

— ¿Eso significa que quieres que te bese? — Hablo en tono meloso, con los pómulos ligeramente sonrojados, una expresión de encanto.

— ¿Eso significa que aceptas? — Le devolvió la pregunta, Dazai frunció el ceño, suspiro y lo atrajo hacia él.

Lentamente los labios del castaño saborearon y recorrieron con ansias contenidas los de Chuuya, con su sabor ahogándolo, un zumbido de satisfacción fue lo que recibió del contrario, ante las caricias lentas y delicadas.

Una vez lo soltó, Chuuya recupero el aire, con una sonrisa satisfecha en sus labios, resistió el impulso de tocarlos como un idiota. Dazai le miro divertido.

— ¿Te parece algo como un sí? — Bajo la mirada, jugando con las cosas que había en la encimera, algo nervioso.

— No estoy seguro... — Negó, fingiendo pesadez. — Tendré que asegurarme. — Asintió ante su propia idea. Dazai le vio acercarse, poner una mano en la encimera y montarse en ella, con agilidad saltarla y caer prolijamente enfrente de él, hizo su silla hacia atrás. Recibió un mortal ataque de Chuuya, directo a sus labios.

Obtuvo un beso con sorpresa, segundos después respondiéndolo.

Con un mariposeo estúpido en el vientre de ambos.

Vivir esta clase de cosas siempre es una experiencia emocionante.

Incluso cuando ambos solo se gustaban, como dos colegiales.

Ahora, solo tendrían que esperar hasta que sea amor.

Cuando lo fuera, incluso en ese momento, ambos dudaban de dejar de sentir emoción cuando el otro estaba cerca.

Cuando sea amor, van a estar juntos, ser tan estúpidos e indulgentes con el otro.

Cuando sea amor, se asegurarán de que dure para siempre.

Wey, odio este capítulo, no se escribir romance KSKAK, ya volví a la universidad (sálvenme), así que el epilogo puede tardar más de lo esperado, ni lo he escrito ☠.

Hey, ya solo falta el epilogo y un extra (este lo subiré aparte como one-shot) chicos, los amo, beso grupal. JAJA, broma, pero les agradezco muchísimo su apoyo.

Gracias por leer, votar y comentar, me hacen feliz.


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