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Las botas con tacones negras era elegantes, al igual que el suelo tipo parquet por el que pasaban, sin ir muy lento ni muy rápido, con un estilo inconfundiblemente esclarecido y notable. La finisima tela negra de su gabardina se mecía con cada grácil pero determinado paso, el pelirrojo se detuvo frente al escritorio de recepción. 

El chico que atendía siguió tecleando en su computadora, termino de hacerlo y le dirigió la mirada.

—¿En que puedo ayudarle, estimado?

—Francis me cito aquí. Soy...

—¡Nakahara Chuuya! Por supuesto, Nakahara-san. Es un gusto verlo, Francis-sama lo espera en su oficina. ¿Necesita que lo guie?—se ofreció cordial, Chuuya se mostro levemente aturdido por la efusiva interacción. El pareció notarlo y se encogió en su lugar avergonzado.—¡Ah! Lo lamento, no quise ser demasiado entusiasta. Es usted... Una persona respetable, yo de verdad-

—Ya déjalo, no importa—Suspiro el pelirrojo, el mas joven sintió que la había cagado. Chuuya sonrió—Se como llegar, eres muy amable.—Asintió sin borrar su sonrisa, el chico de menor rango con lentes mostro una sonrisa tímida bajando la cabeza. Vio al de grandes ojos azules emprender marcha a su destino.

El marcador de pisos del ascensor producía un sonido calmo por cada nivel arriba, la suave música de jazz lleno sus sentidos, calmándolo, no es su música favorita, prefiere melodías mas intensas, sin embargo era una buena manera de calmarse.

"Fyodor Dostoveisky...."

Apretó los puños.

Su calma estaba yéndose al diablo.

Francis lo llamo, a el. Chuuya Nakahara. De la oficina de investigación criminal, 3ra división. Era popular en su precinto, era apenas febrero y ya había resuelto 9 casos, algo que no pasaba todos lo días.

Estaba empecinado desde hace varios años en el caso de Dostoveisky, de quien se encontraron pruebas circunstanciales de trafico de armas, sustancias controladas y conspiraciones contra el estado en crimen organizado, asesinato, entre otras.  

El caso se dio por cerrado después de la desaparición de las pruebas enviadas por anonimato, hasta el día de hoy no se sabe con certeza quien las robo o quien las envió. Aunque Chuuya estaba casi seguro que, pudieron haber sido la misma persona. Es algo impredecible y quien las haya enviado pudo arrepentirse o ser amenazado por la mafia rusa, quien protegía a Dostoveisky y sus pasos.  

O bien pudo ser Dostoveisky quien las recupero. Lo cual es poco probable, el no se expondría, y habían pocos criminales lo suficientemente hábiles para entrar a una oficina de la policía y robar pruebas, pudieron haber amenazado al fiscal, alguno de sus compañeros los traiciono, quien sabe, los medios para manipular la situación son infinitos cuando se trata de el.

Las puertas del ascensor se abrieron mostrando un largo pasillo alfombrado con dragones color piel y café, era extraño. Excéntrico.

Antes de entrar pensó si quitarse el sombrero, en señal de respeto, algo que se hacia tanto en América como en Japón, después de todo era solo un detective ante una persona de alto estatus. Descarto la idea, no mostraría respeto frente a un necio, venia aquí a arreglar los errores de ese idiota. Para beneficio de el estado y propio, claro, pero beneficiaba a Francis al fin y al cabo.

Entro con grandes aires y una sonrisa sutil de "Te lo dije, idiota" Francis le devolvió la sonrisa, sin verse visiblemente afectado.

—Chuuya, es un placer verte.—Saludo levantándose de su silla, dispuesto a estrechar la mano del pelirrojo, este hizo una leve reverencia para no ser taaan maleducado.

—No parecías muy feliz de verme la ultima vez.—Sonrió perspicaz—Alcott-san.—Hizo una leve reverencia a la chica en el lado derecho del escritorio, que estaba enfrente de la puerta y en el centro de la oficina del rubio. Esta devolvió el saludo tímida.

—No digas eso, aunque tengas un poco de razón—reflexiono, sin borrar su sonrisa.—Espero que no estés molesto por eso.—Se disculpo pretencioso entre líneas, no demasiado en serio.

—Descuida, lo importante es ahora.—Concedió, su rencor iba dirigido a un solo hombre, de quien iban a hablar.—Aunque es bueno que admitas que fuiste un idiota.—Añadió, la chica dio un saltito, ofendida, Francis rio escandalosamente.

—Me agrada tu sentido de el humor. ¿Quieres algo de beber? Antes de hablar de lo que nos concierne.—Chuuya negó, la verdad es que no podría tragar nada si iban a hablar de el demonio.

—Mejor empecemos de una vez, háblame de lo que tienes, y lo que hizo, para añadirlo a su expediente, Alcott-san no especifico, ya sabes, por seguridad.—Francis asintió y la chica coincidió inmutable.

—Veras, ese hijo de...—Carraspeo, por mas que quisiera insultarlo la sonrisa divertida de Chuuya se lo impedía. Por alguna razón.

—Con confianza.

—Perra. Planeaba ascenderlo, pero eso dependía de lo bien que hiciera su ultimo trabajo asignado. Era un negocio importante... Confiaba en que persuadiría a los accionistas de Mori Corporation de comprar parte de las acciones y dejarme invertir en ellos.—Apretó los puños, recordando todo con la especificación posible.—En su lugar, asesino a el jefe, Mori, después de haberlo hecho pude haberlo agradecido, después de todo rechazaron la oferta y en todo caso Mori Corporation resulto ser la tapadera de..

—Port Mafia, si, se busca aun a los involucrados, será difícil después de que Yosano Akiko, ascendió como jefa de Port Mafia.

Francis suspiro.

—Pero, en lugar de venir y notificarlo, Fyodor desapareció con 8 millones de dólares que, sospechamos que concedió a la mafia rusa. Contrate un hacker, al parecer saldrá de el pais en unos días según los registros de su computadora.

—O bien podría ser una trampa para que la encontraras. 

—Parece que conoces su trucos.—Comento el rubio, Chuuya asintió.

—Francis...—Llamo serio Chuuya, con un tono contenido.—Mi pregunta es....—Este lo miro expectante.—¿Por que carajo le diste ocho millones de dólares a Dostoveisky si tan solo era una prueba para ver si era digno de un ascenso?—Chuuya pensó que estaban tomándole el pelo, se levanto y dio un golpe a la mesa, la castaña se alarmo y soltó un chillido. El de ojos azules mas pálidos lo miro calculador. Después suspiro y respondió algo avergonzado.

—Di por hecho que iba a cumplirlo al pie de la letra como ha venido haciendo, yo...

Chuuya supo que decía la verdad. Volvió a sentarse mas tranquilo. Le envió una mirada de disculpa a la chica presente que se escondía detrás de su agenda. Esta la movió un poco y asintió dejando de temblar.

—Bien, tendré que lidiar con tu idiotez.—Accedió con mas confianza, Francis le envió una mirada entre agradecimiento y reproche por el insulto.

—Hay alguien con quien puedes hablar, estuvo involucrado circunstancialmente con Fyodor, puedes suponer que ocultamos eso de la policía.—Chuuya asintió con una expresión severa.—El es cercano a Fyodor, o al menos eso se ha visto. Louisa te dará sus datos, que no son muchos...

Francis le explicaba serio pero con sus aires seguros y elegantes de siempre, Chuuya escuchaba, procesaba y asentía. Recibiendo la información. Tic tac Chuuya, tiempo de... ¿Enamorarse? Quien sabe. Tal vez no...


—¡Siiiiiiigmaaa-kuuun!—Una voz cantarina e infantil sonó apenas el de cabellos lila y blanco abrio la puerta, por puro reflejo al saber quien era casi le cierra la puerta en la cara. El castaño la detuvo sin borrar su sonrisa.

—Mierda....—Susurro el chico, con expresión lastimera, ahora tendría que lidiar con Dazai. Este entro sin ser invitado, Sigma lo miro con miedo.

—Veo que estas feliz de verme—saludo quitándose los zapatos, Sigma suspiro sin asentir.

—¿Necesitas algo, Dazai-san?—Pregunto con la voz nerviosa, la presencia de el no significaba nada bueno.

—Venia a saludar, estaba aburrido.—mintió, claramente el chico lo noto.

—No creo que sea tu primera opción de entretenimiento...—Titubeo, Dazai sonrió.

—¿Por que no, Sigma-kun? Es muy divertido sacarte los nervios, no deberías enojarte tanto aunque solo tengas que preocuparte por las canas de el lado derecho de tu cabeza.—Sonrió, obvio molestándolo, Sigma le vio con impaciencia. Negando con la cabeza.

—Debo salir. Tengo una cita—Dijo lo ultimo emocionado, la expresión de Dazai confirmo que había hablado de mas.

—Así que, una cita ¿eh?

—Es de el trabajo—se excuso.

—Una cita con algún compañero de trabajo, ¿Quien es? ¿Una chica? o chico, eres bastante misterioso, Sigma-kun.—canturreo, Sigma negó por milésima vez.

—No te ofendas, Dazai-san, pero realmente no es buena idea contarte cosas personales a ti, eres raro.—Trato de sonar rotundo, el castaño sonrió.

—No te preocupes Sigma-kun, me han dicho cosas peores, pero si viene de ti duele. —fingió un expresión de dolor y Sigma se puso nervioso.

—Debo irme.

—¡Espera, Sigma-kun! ¿Sabes que cosas me han dicho también? ¡Que soy encantador! Deberías pedirme algunos consejos para seducir a esa chica o chico—No era evidente, pero su objetivo era tratar de retrasar al peliblanco-lila, ya que, si se iba no estaría para abrirle la puerta a el.

—Dudo que le parezcas encantador a alguien...—Susurro.

—¿Dijiste algo, Sigma-kun?

—N-nada.—negó, veamos, Sigma no trataba de ofender a Osamu, pero mas de una vez se ha visto envuelto en las locuras del castaño y el nunca queda bien parado, ¡Lo engaño para que le prestara dinero! ¡En lugar de pedirlo como una persona normal! Luego se excuso con que eso era aburrido.

—Hmm, ya veo, ¿Cuánto tiempo te queda para que sea la hora?—Pregunto levantando la cejas una y otra vez, tratando de esconder su impaciencia con un gesto sugerente.

—Media hora—Murmuro avergonzado, Dazai lo vio con una ceja alzada—Me gusta llegar temprano—Se excuso ofendido.

—Yo no dije nada.

Unos golpes se oyeron en la puerta, Dazai volteo, Sigma cayo en cuenta que inconscientemente habían llegado hasta la sala.

—No puede ser...—Maldijo a su modo preocupado—Dazai-san por favor dime que no organizaste una fiesta sin decirme otra vez—Inquirió con los nervios de punta.

—Nop. Esta fiesta que viene no la planee yo.—Fue ambiguo con una sonrisa aguda.

—Demonios...

—Que lenguaje.—Se burlo el castaño, el peliblanco lo miro mal y se oyeron mas golpes en la puerta. Procedió a avanzar para atender el problema que seguramente provoco Dazai.

"Por favor que no haya destruido nada de el vecino" pidió cruzando los dedos para abrir la puerta, se encontró con un pelirrojo algo bajo, con ropas clásicas y porte elegante, imponente para su estatura, nunca lo había visto.

—Buen dia.—Saludo este con una sonrisa amigable, Sigma suspiro de alivio.—Soy el detective Chuuya Nakahara, de la policía de Yokohama, tercera división de investigación criminal.—Se presento, la verdad es que como parte de la policía notificar tu departamento no es realmente necesario, pero al pelirrojo le gusta que se hagan una idea acerca de lo que viene. El pelirrojo entrecerró sus ojos al ver el notable nerviosismo de el peliblanco, alzo una ceja.

—Joder... Detective Nakahara, le juro que no lo conozco, el entro a mi casa, bueno, de hecho si lo conozco pero yo no lo ayude a lo que sea que hizo y no se sus razones, se lo juro, yo iba de salida y el...

—¡¿Esta adentro?! ¡Mierda!— Saco su radio y su arma, dispuesto a pedir refuerzos, aparto al mas alto y procedió a entrar apuntando al frente y inspeccionando en cada esquina con la mirada, paso la sala, avanzo a la cocina y entonces se encontró con....

Un sujeto, alto, castaño, con cara de idiota, bebiendo de forma asquerosa directamente de la caja de leche, cuando este lo vio, soltó la caja y esta cayo al piso, derramándose al igual que la dignidad de Chuuya.

Este no era su hombre.

Quien buscaba era casi igual de alto, pero era de pelo ébano y lacio. Con complexión aun mas delgada y ojos purpuras, nada que ver con el cabello ondulado y ojos castaños de quien tenia enfrente.

—¡Woah, que miedo! ¡Un enano con una pistola!—Dijo en voz alta y claramente mas aguda, levantando las manos donde Chuuya podía verlas, pero no veía el chiste en ningún lado. Se vio tentado a dispararle.

Por favor, eso no es lo primero que dices cuando vez a alguien con un arma.

Y Dazai no quiso decir eso (La verdad es que si), son cosas que salen automáticamente de tu boca cuando ves a un hombre de 1.60 con un arma (Son cosas que, solo Dazai diría)

Dazai leyó en su expediente que media un metro sesenta, pero nunca pensó que un metro sesenta se vería así de pequeño.

—¡Que demonios te pasa!—Sigma se asomo temblando por detrás del pelirrojo mientras que este se quejaba—¿Quién diablos es este idiota?  Pensé que hablábamos de Fyodor Dostoveisky.—Negó con la cabeza guardando su arma.

Sigma callo ante el nombre, un escalofrió recorrió su cuerpo.

—El no esta aquí, pequeño, te equivocaste de lugar.—Canturreo Dazai, Sigma vio su caja de leche en el suelo y por consecuente obtuvo un tic en la ceja temblando ahora por otra razón.

—¿A quien llamas pequeño, suicida? Nadie insulta a quien le apunta con un arma a menos a que quiera morir.—Suspiro y observo al chico detrás de el.

—¿Estas bien?—Pregunto y Sigma nego, no, no estaba bien, le dolía la cabeza, le dolía el sueldo, le dolía el refrigerador.—¿Te asuste? Lo lamento, he venido a tener una pequeña conversación contigo acerca de este hombre— dijo mientras le enseñaba un foto de Fyodor saliendo de The Guild.

Sigma volvió a negar, ignorando por el momento a Chuuya. Lo cara que estaba la leche.

—¡Dazai-san te dije que me preguntes antes de agarrar cosas de mi cocina! ¡Eso es maleducado! ¡Mi leche!—lloriqueo mientras que Dazai reía infantilmente,  Chuuya observo la interacción pensando en que ese tal Dazai era un imbécil, la leche estaba cara.

—Compartir es querer al prójimo, Sigma-kun, tenia sed, deberías estar satisfecho por compartir, ya sabes, compartir es como obtener el doble.—Dijo despreocupadamente y el chico maldijo en voz baja.

—Llegare tarde a mi cita...—Se lamento, Chuuya suspiro.

—Eso depende de si decides ser sincero.—Advirtió, Dazai se mostro interesado y Sigma analizo su situación. De todas formas, podría tener una excusa para esa persona mañana que llegara al trabajo...


Chuuya entrecerró los ojos, sospechando, Dazai se mantenía intenso toqueteando con persistencia sus cosas, su abrigo y dos veces trato de tomar su sombrero, sin embargo sus miradas de advertencia recibían sonrisas inocentes y a cambio el castaño recibía fuertes peñiscones.

Sigma se removió incomodo en su lugar, chisteando al castaño quien no dejaba de moverse, lo estaba poniendo nervioso.

—¡Joder! ¡Deja de tocar, maldito raro!—Rabio, su mirada se dirigió al peliblanco.—¿Tiene algún tipo de enfermedad o condicion de retraso? Porque esta jodiendo como un niño de 5 años.

Sigma negó mientras se encogía de hombros.—Es así desde que lo conozco, de verdad no lo se.

Dazai rio y aclaro estúpidamente.—No puedo ser un niño si ya he hecho niños.—Dijo sugerente a lo que Sigma se sonrojo violentamente. Dazai se quejo de dolor al recibir un pisotón por parte de el pelirrojo.

—¡Auch! ¡Eso duele! Puedo denunciarte por abuso de fuerza.—Reclamo con expresión de niño regañado, Chuuya suspiro.

—Eso te dejara tranquilo.—Se acomodo en el sillón cruzando los brazos.—Chico, no quiero ofenderte, pero no eres bueno mintiendo. Deberías hablar. Ahora.  O de lo contario puedo asumir que formas parte de sus crímenes. Dime, Sigma, ¿Eres cómplice de trafico de armas y sustancias ilegales? ¿Crimen organizado, estafa, extorsión y asesinato? Bajo esta sospecha puedo llevarte a la comisaria y procesarte.

Sigma tembló en su lugar.

—¡Y-yo! ¡Le juro por mi madre que no se donde esta y tampoco lo he visto desde hace varios meses! ¡No se que planea, el me manipulo!

—Sigma-kun, no tienes madre.—Corrigió Dazai inocente y Sigma se encogió en su lugar bajo la atenta mirada de alerta de su interrogador.

—Sigma, estas arresta—

—¡Espera!—Miro al muchacho, frunció el ceño, no, no fue el quien hablo, fue...

—Dazai Osamu, pero puedes llamarme cuando quieras y como quieras—Guiño un ojo y Chuuya gruño por el coqueteo descarado y la interrupción.—¡Eso no era!—Negó con la cabeza, buscando entre sus bolsillos.—De la agencia de detectives, Sigma no esta involucrado en lo crímenes de Fyodor Dostoveisky, Oficial Nakahara, llevo meses investigándolo.—Mostro su placa de identificación, Chuuya respingo.

—¿Agencia de...?

—Detectives si, ¿tener un trabajo como detective me hace mas atractivo para ti? ¡Genial! Por que le pedí a mi jefe que me dejara compartir el caso contigo.

Chuuya parpadeo varias veces. ¿Qué mier...?

—¿Qué mierda? Eso ni siquiera es posible, no somos de la misma fuerza o algo así tu y yo no...—Empezó a explicar bastante confundido. Dazai sonrió dulcemente y se levanto.

—¿No les han dado la charla de la cooperación con otros precintos y fuerzas? Japon se viene abajo—Negó, y Chuuya lo miro con una expresión indescifrable.—Tu y yo somos una prueba de que tan bien pueden cooperar las fuerzas, Chuuya, quien sabe, tal vez terminemos en algo mas que compañe—Dijo con una expresión divertida, pero fue interrumpido.

—Cállate, imbécil, no hay modo en el que coopere contigo.—Espeto irritado.

—¡Auch! ¿De verdad? Es una pena.—Respondió mientras que observaba a Sigma que tenia una expresion de alivio, le guiño el ojo por salvarlo. Este asintió avergonzado, tomándolo como una compensación por irrumpir en su hogar y botar su caja de leche. La leche...


                                                          ↭↠․↞↭

Bien, agradezco que lean esta cosita, sera mi fic mas largo, estoy terriblemente acostumbrada a los oneshots y drabbles, asi que preocupense por el fin de el mundo si esto tiene mas de 4 partes jsasjksa, no quiero tardarme mucho, lo ire subiendo cuando tenga tiempo poco a poco. Agradecere su paciencia si deciden quedarse a leer ❤. Tambien avisenme si hay algun error ortografico, si les gusto o no tambien es opcion, todo con respeto ^^.

Publico esto rapido ya que, lo tenia escrito y era solo corregir los errores visibles. Espero les guste.

Gracias por leer, comentar y/o votar.


                                                          ‹💕JustSimp14›

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