Extra 3

Las pulcras y blancas cortinas se elvan al instante en que el viento entra por la ventana, son tan grandes que al levantarse estuvieron a poco de tocar los tres cuerpos abrazados en esa amplia cama.

Tanto el joven de cabello cobrizo cómo el de cabello plateado, mantienen sus brazos extendidos los cuáles sostienen cómodamente la cabeza de su amado Elisha, este último mantiene sus manos en la cintura de cada uno mientras la cara de los otros dos descansan sobre loa hombros Elisha, oliendo el olor del ya mencionado.

Uno de ellos, para ser mas preciso el de cabello plateado, él parecía que estaba por despertar. Sus pestañas dieron inicio a un pequeño baile que no duró mucho ya que, eso esos ojos somnolientos se fueron abriendo poco a poco porque la luz era incómoda, tuvo que levantar su mano y así evitar que esa luz diera directamente en su cara. Sonriendo al observar esos dos jóvenes.

Sus labios no eran los únicos sonriendo su mirada también lo hacía, era impresionante como su mirada pasaba de fría e indiferente a una cálida y dulce todo al ver a sus dos amantes, solo ellos podían lograr que ese joven inexpresivo ponga ese tipo de expresión. O, solo el amor los vuelve un tanto tontos.

-Siempre creí que compartí la cama con alguien más era incomodo a excepción de Brianna por supuesto, sin embargo verme aquí de lo mas feliz, deseando despertar todos los días así, junto a ellos dos.-Con su mano libre acaricia cariñosamente las mejillas de ambos, dándoles un beso a cada uno.

Agares buscó la manera de sacar su brazo sin despertarlos, quiere que sigan durmiendo un poco más hasta que despierten por si solos no porque él los haya despertado.

-Ire a comunicarme con los de recepción, les pediré que suban el desayuno.-Susurró cerca del oído de Aarush, este está se estaba empezando a despertar al no sentir a Agares.

Sintiéndose mas tranquilo al escuchar la voz de Agares, volviendo a cerrar sus ojos, al mismo tiempo que acercaba a su pecho la espalda de un agotado Elisha.

Mientras dos de los jóvenes tenian su piel brillante, reluciente, por otro lado no se podía decir lo mismo del joven cabello negro, despeinado. Por la apariencia cansada y sin energía en Elisha se puede deducir que anoche, o los últimos días han sido muy activos con respecto a unir sus cuerpos una y otra vez hasta quedarse e inconciente luego de llegar al climax.

Tener dos cosas de ese tamaño dentro en su interior fue muy aterrador al principio, sentía que en cualquier instante podía ahogarse por la presión dentro de él, pero con el pasar de los segundos ese terror se desvaneció tras la llegada del increíble estímulo, sintiendo ambas embestidas en ese mismo punto, sacudiendo, aplastando con fuerza ese punto que lo hizo tener un orgasmo seco.

Avergonzado al verse en ese estado, retorciéndose de estímulo cuando por delante no dejaba salir absolutamente nada pero si había alcanzado la cima de tal placer.

Agares y Aarush también disfrutaron mucho el encontrarse dentro de ese suave interior del Elisha, frotando suavemente sus miembros con cada embestida, sintiendo el calor no únicamente de las paredes contrayendose, sino que también el calor proveniente de sus pilares palpitantes, enloquecidos por la fricción creada cada vez que empujaban sus pilares mas profundo dentro de esa cueva que no dejaba de tener espamos, succionando ambas virilidades mientras sus labios eran acariciados por sus dos amantes.

-Buenos días, joven maestro Henderson.-Saluda muy amablemente la señorita de recepción.-¿Necesita algo en especial?

-Buenos días.-También due educado.

‹Es una lastima que hoy sea el último día que no estemos hospedando en este hotel, no hemos hecho el amor en cada rincón de este lugar. Solamente en los pasillos.› Antes de hacer eso enviaron a sus guardaespaldas a pagar las cámaras de seguridad, no iban a tener algo en los pasillos mientras eran observados, eso sí que no.

Primero matarían antes de permitir que alguien más aparte de ellos, se deleite con las expresiones lascivas, lujuriosas en Elisha. Esos bonitos ojos cristalizados, jadeando pesadamente con sus jugosos labios entreabiertos. Con sus manos aferradas a los contrarios mientras yacía sostenido en sus brazos, siendo embestido al mismo tiempo por sus dos amantes, Aarush y Agares.

-Y sí, necesito que suban el desayuno.

‹Mis futuros esposos tienen que recuperar su energía...¿son esposos o mis esposas? ¿Cómo les gustaría que les llamé? Tendré que preguntarles, porque en mi caso si me gustaría que me digan "esposo o cariño" que salga de sus labios se escuchará más glorioso.› Lo que Agares no sabe es que sus dos novios les fascinará cualquier apodo cariñoso con el cual se dirija a ellos dos.

-¿Gusta algo en especial?-Preguntó, su máxima prioridad era mantener satisfecho a los tres jóvenes maestros de esas tres grandes familias.

Desde que llegaron han estado muy atento a los pedidos de ellos tres, no quieren que se lleven una mala experiencia y digan que el hotel tiene pésimo servicio, o no cumplió sus espectativas.

-Sí, que sea un desayuno lo mas sano y nutriente posible...también romántico.-La curvatura de sus labios se levantó ligeramente.-Ocho narcisos rojos, ocho tulipanes azules y ocho girasoles, esas son las flores que tienen que venir junto al desayuno.-La cantidad de flores es los años que llevan conociéndose entre ellos tres.

-Comprendo.-En cuestión de segundos el nerviosismo se fue apoderado de ella.-Sin embargo, el conseguir los tulipanes azules tomará un poco de tiempo.

Eran muy escasas las florerías con tulipanes azules, al ser creados artificialmente los volvía muy caros casi imposible de adquirir por cualquier persona, por ello las flores no se arriesgaban a pedirlos por temor a las pérdidas.

-Solo llama a la florería "Rosas aromáticas" diles para quienes son y ellos vendrán en cuestión de minutos.

Agares encontró esa florería desde hace años atrás mientras buscaba girasoles y narcisos para sus dos amantes ya que quería darle un gran ramo de ellos dos, para su cumpleaños número veinte en ese momento. Y desdé entonces siempre que quiere regalarle narcisos rojos a Aarush, tanto Agares cómo Elisha llaman a ese lugar.

Es lo mismo para Aarush y Agares al regalarle girasoles a su amante, tienen una florecía especialidad únicamente en la venta de diferentes especies de girasoles. Y para Agares su flor favorita son los tulipanes azules, por eso pidió esas tres especies de flores porque los tulipanes azules los repartiría entre ellos dos.

-De acuerdo.

Estuvo a segundos de soltar ese suspiró de alivio retenido en su garganta, pero no lo hizo y procedió a marcar en el otro teléfono el nuevo que le estaba dictando, Agares.

-Su desayuno y el de los dos jovenes maestro será subiendo en unos minutos.

-Bien.-Finalizo la llamada.-Es joven y a pesar que no lo tenía enfrente podía sentir su aura intimidante, voz dominante.-Por fin soltó el suspiro que quería dejar salir desde hace ratos.

Ella presionó el número tres para comunicarse directamente con los de la cocina, diciéndoles lo que Agares pidió sobre su desayuno. También les hizo saber que tenían que acomodar todo lo más romántico posible, que los ramos de flores están por llegar.

Los de la cocina captaron las órdenes al pie de la letra, sin cuestionar absolutamente nada porque es algo que no les importaba, a todos antes de obtener el trabajo se les da unas capacitación o charlas de no preguntar nada de los huéspedes. Mucho menos divulgar allá fuera de quién entra o quién sale del lugar, ellos solo tienen que dedicarse a realizar sus trabajos. Así era de bueno el sueldo que recibían.

Es por eso que los chefs empezaron a dar lo mejor de ellos, cocinando diferentes platillos. Todos y cada uno eran los favoritos de los tres jovenes maestro, al estar hospedados por más de tres días en ese hotel, ya sabían más o menos lo que les gustaba. El olor que provenía de esos platos era tan delicioso que era imposible que no te diera hambre.

-¡Aquí están las flores!-Exclamó el joven que acaba de entrar a la cocina, era muy amplia y sobre todo limpia que hasta brillaba.

-Justo a tiempo.-Sus músculos se relajaron aliviados de no tener que estar esperando.-Todo esta listo, ya pueden irse. ¿Quién subirá?

-Yo iré.-No comprendía porque tanto temor por subir a ese piso.

-¿Eres nueva, verdad?-Pregunta uno de los chefs, ella solo asintió.-¿No me digas que no conoces a los hijos de esas prestigiosas familias?

-Si lo hago.-No vivo debajo de una piedra.

-Eso bueno, ya que sabes eso se lo más cuidadosamente posible.-Nadie quería cometer un error por está nervioso por eso no querían subir al ese piso.-Suerte.

-Gracias.-Supongo.

Empujando ese carrito de comida por el pasillo yacía esa bella señorita de cabello azul oscuro, el uniforme proporcionado por el hotel, le quedaba muy bien. Definiendo su esbelta figura.

‹No se por que el personal se encuentra tan alborotados por esos tres huéspedes, y según escuché ellos tres han rentado todo ese piso veinte, nadie puede subir hasta allí no sin antes avisar primero.

Algunos no quieren subir por temor a comerte algún error que les cueste su trabajo, es verdad que tienen dinero pero no por eso van a castigar a alguien solo por un error, ¿oh, si?

Apenas entré ayer a trabajar y sin querer me encontré con ellos tres, bueno, estuve a punto de tropezar con ellos y no me vieron feo. Mucho menos me hablaron con arrogancia, eso sí, tienen una gran presencia como miradas e intimidantes sobre todo el de ojos rojos.

No es para menos si es como estar de pie frente al ceo Dereck Henderson, su padre. No hay nadie que no conozca el temperamento y poder que posee ese hombre, se siente algo similar o mas fuerte cuando estás en presencia de su hijo, Agares Henderson.› Todos quedaron asombrados por el enorme parecido cuando Dereck, cuando los presento al público como sus únicos hijos y herederos de su patrimonio.

Fue una gran sorpresa para las personas que lo conocían como para quienes nos, puesto que él si sabía proteger a sus hijos, dando conocer su existencia ya cuando tenían 18 años de edad los mellizos.

Dereck y Laín lo querían hacer tan pronto eliminaron los peligros, pero los mellizos les sugirieron que lo hicieran al cumplir 18 años, y así fue. Ese día tanto sus padres como sus padres adoptivos tiraron la casa por la ventana, haciendo una celebración de cumpleaños que duró exactamente una semana completa.

Fueron días e inolvidables en familia, hubo desde juegos hasta bailes para que disfrutarán tanto los chicos como ellos de adultos con sus parejas. Aunque algunos bailaba entre amigos y otros buscaban la manera que los demás también disfrutarán, como los guardaespaldas por ejemplo.

-Señorita.

-¡¿S-Sí?!-Eso me asustó, no esperaba ver a los de seguridad al instante en se abrieron las puertas del ascensor.

-Moverse a un lado, por favor.-Señala la pared del lado izquierdo.-Como ya lo debe de saber haremos una inspección.

-Sí, entiendo.-Levanta sus brazos hacia arriba, la guardaespaldas se encargaría de revisarla a ella.

No me ofende esto y mucho menos me hace sentir humillada porque también es su trabajo, el de ellos es más peligroso, cualquier descuidó de su parte podría costarles no solo el trabajo.

-Solo les pido de por favor sean cuidadosos, estaré en graves problemas si la comida no llega tal cual fue arreglada.-No quiero ser despedida en mi segundo día.

-Lo tendremos en cuenta.

Fueron cuidadosos y minuciosos al buscar algo extraño, e incluso al momento de probar cada plato descartando envenenamiento.

‹Ahora entiendo del porque nadie quería subir, era por está inspección tan minuciosamente.› Pensó, bajando sus brazos y empujando nuevamente el carrito de comida, quedando libre de sospechas.

-¿Jóvenes maestros?-Toco la puerta, escuchando un "voy." Sin embargo, ella también logró escuchar un leve golpe en la puerta.

Esas fueron las manos de Aarush cayendo sobre la puerta, dejando a Agares enmedio de sus brazos mientras impide que habra la puerta.

-¿No estarás pensado abrir la puerta luciendo así, verdad?-El brillo en sus ojos era muy posesivo.

-Nmgh~-Sus hombros fueron marcados por los labios de Aarush, dejando esa suave piel pintada de color rojo.

Agares solo llevá una toalla atada a su cintura, sin nada que cubra su parte superior, esa piel marcada desde chupetes hasta arañazos en la espalda. Recién iba pagando la regadera cuando escucho la puerta, ni tiempo tuvo de secar las gotas de agua.

-Ve a vestirte, yo me encargaré de recibir el desayuno.-Va en busca de los labios de Agares, estremeciendo y dejando sin habla al joven de ojos rojos.

Ha Agares le emociono mucho el ver ese lado autoritario en Aarush, en la forma que esos ojos se van oscureciendo ferozmente de solo pensar que alguien estuvo a punto de ver un poco de la desnudez en Agares.

-¡Mngh~!-Aarush se contrajo al sentir otra presencia detrás de él, era Elisha acariciándolo con esos suaves labios los cuáles eriza la piel del ojos ambarino.-¡Ugh!...Se siente bien.-Lleva sus manos a cada uno de los hombros de sus dos amantes.

Su cuerpo es apresado por los dos jovenes lujuriosos, recuperando el aliento tomado anteriormente por sus amantes mientras escucha los ruidos salientes de los labios de los otros dos al besarse. Agares por enfrente frota su virilidad contra la de un jadeante Aarush con la mirada dilatada, y Elisha la suya sobre las caderas de Aarush mientras besaban, y lamian la piel de su joven amante de cabello cobrizo.

-Vayan los dos a la habitación, seré yo el que reciba la comida. No voy a dejar que nadie vea la piel de Agares, tampoco esa expresión en Aarush.-Les da un beso cada uno.-Es un bonito día como para ver sangre.-Sonrió perverso.

Eso solo provocó que los otros dos se emocionen, queriendo llevar a Elisha a la cama, desvestirlo y saborear una vez más cada rincón de su cuerpo. Sin embargo, fueron obedientes, yendo a la habitación.

Elisha le permitió a la señorita entrar a la habitación, no sin antes disculparse por hacerla esperar allá afuera. Ella comentó que no había ningún problema pero aún así fue recompensada, Elisha le dió una propina que equivale a dos meses de trabajo.

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