capitulo 62
Una débil y muy apagada mirada se encuentra fija en la ventana, mirando desde su cama el paisaje frente a sus ojos. Unos pequeños pájaros en las ramas del árbol.
Mordió su labio tembloroso procediendo a dejar salir unas cuantas lágrimas, le causó un gran sentimiento el ver a esas dos aves bebés siendo protegidas y alimentadas por sus padres.
Le hizo recordar que fue abandona por la persona que mas amaba, su madre. Que esa persona que tanto la quería y protegía se volvió en una total desconocida para ella y su padre. Una mujer dispuesta a dañar sin tocarse el corazón.
A ella todavía le duele recordar que su madre estuvo a punto de matar a Agares, Laín, y Elisha. Y aun cuando ellos sabían quién es la culpable, no se desquitaron con ella y mucho menos la marginaron.
Sin embargo Bianca sigue sintiéndose incómoda y avergonzado es por eso que en su momento les pido que no la fueran a visitar, ella no quería que cuando la vieran les recordara a ellos lo sucedido de ese día. Pero los chicos y Brianna no le obedecen y siguen yendo a visitarla, más Brianna. Ella es la que va más seguido.
Ella ya no parecía la misma Bianca de hace unos años atrás, ya no tenía esas mejillas rellenitas, en su rostro no se le podía ver ningún color, pálida, pálida. Y su figura terminó por desvanecerse, ahora es solo huesos por su delgadez.
‹Ya se terminó el verano ya no se siente esa fojas, el clima es un poco mas fresco. Estamos por terminar este año y vendrá otro año que sigo postrada en está camilla, oliendo ese desinfectante que solo provoca un ardor en mi garganta y nariz.›
Las vacaciones del verano habían transcurrido mucho mas rápido de lo que hubiesen querido los alumnos, ya era momento de volver al colegio y otros a la universidad.
Reunirse con sus amigos y contar sus aventuras, viajes realizados. Es algo de lo que Bianca le hubiese experimentar solo que con el tiempo fue perdiendo esos deseos, ella dejo de soñar desde que los doctores la conectaron a todos esos aparatos.
‹Los mellizos Henderson, Elisha y Aarush de seguro se han de encontrar un poco entusiasmado por volver al colegio, Brianna me comentó que había logrado hacer una muy buena amiga...no sé porque ella es tan buena conmigo, no debería de hacerlo. No siento que lo merezca.
Yo no soy merecedora de su amabilidad, de esa sonrisa tan genuina, en la forma que trata de hacerme sentir menos sofocante. Cuando digo que no merezco su amistad es por como me comporte en aquel entonces, estuve muy mal con mis pensamientos, autocompasión por mi misma y directamente e indirectamente culpaba a otros, me enojaba porque no me trataban como lo hacía mi madre.
Quizás lo sabía o no sabía que de alguna manera me había acostumbrado ser el centro de atención desde pequeña, tal vez era mi manera de no sentirme frustrada por mi enfermedad y quince verle el lado positivo, también de esa manera quería ocultar mi envidia...me convencí a misma que la lástima hacia a mí era algo bueno, que debía sentirme halagada, feliz de que me vieran con esas miradas compasivas.
Sin embargo llegue a un punto en que ya no podía seguir de esa manera, me di cuenta que lo oído, odio verme lamentable, odió estar enferma y no poder hacer tantas cosas que en su momento anhelaba hacer.
Me di cuenta que todo esto es verdaderamente cansando, que odio y me hace sentir mas miserable el ver esas miradas de lástima hacia mi persona, diciéndome que soy lamentable por tener una enfermedad tan complicada. Esas miradas que gritan que moriré tan joven.›
Bianca esconde su rostro lloroso en sus rodillas, agarrando con fuerza la colcha de la cama hasta que sus muñecas se vuelven pálidas, mientras muerde sus labios para no gritar.
‹Estoy cansada, en verdad ya no aguanto más. Ya no quiero ver a mi padre tan demacrado, tirando sus años de juventud en cuidarme cuando podría ser feliz sino estuviera...solo quiero terminar con todo, antes de que me vuelva una mala persona, o el egoísmo me dañe la mente y no entienda de razón, y solo quiera causar daño a otras personas para que yo pueda ser feliz.
Solo me gustaría cerrar mis ojos mientras escucho mi corazón detenerse poco a poco, tal vez en mi otra vida tenga la suerte de tener un corazón sano...›
Y eso que viene el rostro sonriente de su padre, diciéndole que todo estará bien. Qué confíe en él, es en ese justo momento que Bianca vuelve a recuperar un poco de sus ganas por vivir, porque no quiere dejar solo a su padre y mucho menos sufriendo su partida.
—Papá, lamento tener una mente tan débil...lo siento.—Solloza—Agh...—Intenta regular su respiración.
Bianca sostiene su corazón, tosiendo sin parar por la sofocación en su pecho.
Tener muchas emociones es peligroso en la condición que se encuentra, pero ella no podía seguir sosteniendo sus emociones que lo único que hacen es terminar por asfixiarse.
—Bianca, ya estoy aquí.—Entra a la habitación con un ramo de rosas blancas.—Me tarde un poco porque el tráfico está...¡Bianca!—Las rosas en sus manos se volvieron insostenible, cayendo al suelo.
Brianna no podía controlar el temblor en sus manos, sus ojos se movían desesperados por no saber que hacer al ver a Bianca vomitar sangre.
—¡D-Doctor...!—Tenia la intención de salir corriendo al pasillo, pero Bianca logró agarrar la mano de Brianna.
—N-No los llames.—Ya no quiero ser sedada, no quiero dormir de esa manera si al final volveré a despertar.—Ya estoy bien, ¿por favor?
‹Era obvio que ella no se encuentra nada bien, es posible que sea haya conmocionado o preocupado por diferentes cosas que la llevó a ponerse en ese estado, toser sangre como por ejemplo... ¿Qué puedo hacer por ella?
Tengo muchos sentimientos encontrados cada vez que veo a Bianca, mi corazón se estruja al verla tan agotada, sin deseos de nada y con su mirada resignada de que tarde o temprano su corazón dejara de latir para siempre. Lo cual ha empezado a pensar que es lo mejor.
Cuando digo que tengo sentimientos encontrados eso es porque; al principio sentía una brecha entre las dos eso sucedió cuando nos conocimos por primera vez, no fue del todo bien y cada vez que estábamos junto a ella, algo extraño pasaba involucrado a mi hermano Agares.
Es por eso que ese entonces prefería no relacionarme con ella, presentía que eso solo nos dañaría a nosotros tres, Agares, a ella y yo. Porque no sentía que las intenciones de ella no eran del todo sinceras. Sin embargo eso cambió cuando su madre y Ryu desapareció.
Tal vez suene mal o insensible de mi parte pero, debo de confesar que desde que Ryu y esa mujer desaparecieron, fue como si esa nube negra que envolvía a Bianca se hubiera marchado con ellos, fue entonces que vi una nueva versión de Bianca, una versión que si quería conocer bien y llevarme bien con ella.
Pero entonces de un momento a otro ella dejó de poder mantenerse en pie, ya no podía caminar sin sentirse muerta de cansancio.
Darnos cuenta de que su corazón no estaba en buenas condiciones fue un shock para nosotros, también comprendimos del porque se caía tan fácilmente, al mismo tiempo teníamos admiración por ella, por lo fuerte que era y de como pese a todo seguía con sus ganas de vivir. Sin embargo esas ganas de seguir respirando se han ido apagando.
—¡¿Brianna?!
Bianca a penas logró articular ese nombre, ella se quedo estática y confusa al ver las lágrimas rodando por las rosadas mejillas de Brianna, lo que provocó una punzada en el corazón marchito de Bianca.
No quería eso, no le agrada que la única persona que se podría considerar su amiga, llore de esa manera por ella. Sigue sin sentir que se merezca algo así ya sea de Brianna o Agares.
—N-No llores.—Muerde su labio.—Por favor...no llores por alguien como yo.—Limpia las lágrimas en el rostro de Brianna.—Soy alguien que tuvo perjuicios y pensamientos desagradables con respeto a los ojos de Agares...soy una mala persona...envidiosa. ¡Yo te envidiaba por tener personas cálidas y sinceras a tu alrededor!—Se sincero.
Sino lo digo ahora no creó tener otra oportunidad de confesarme, ser sincera con ella quien a pesar de mi actitud al conocernos, sigue tratándome bien, decirles todo lo que hay en mi y pedirle perdón aunque espero que no me perdone.
—Tienes dos hermanos y un amigo que lo daría todo por ti...tenia envidia de que lo tuvieras todo pero era solo yo, queriéndome ser la víctima, camuflado mi egoísmo y dándome autocompasión...en verdad soy de lo peor...perdón.
—¿Me veía de esa manera a tus ojos?—Sonríe pero la curvatura de sus labios ni siquiera estaban levantadas.—Tal vez haya nacido con un cuerpo sano, pero mi vida fue muy miserable desde que nací hasta que cumplí 11 años. Fue entonces que conocí lo que era ser feliz.
—¿Qué?—Sentí un escalofrío al ver su melancólica expresión y esa mirada taciturno.
—Sin embargo no podía disfrutar de esa felicidad completamente ya que, mi mente estaba dañada.—Añade—Había pasado por tanto que aun sigo preguntándome del porque no enloquecí.
No, ya encontré la respuesta de esa pregunta. Mi hermano Agares, fue por él que no enloquecí porque estaba conmigo, no podía perderme en la locura porque no podía preocuparle y mucho menos dejarlo cargar con ese peso.
—Tal vez a tus ojos me veía como alguien que lo tenía todo, una niña con suerte que fue adoptada por mis padres adoptivos. Pero no te juzgo por eso, porque yo también pensaba que en tu vida no pasaba nada. Que eras una niña mimada y amada por sus dos padres desde que nació.—Sostiene las manos de Bianca.—Tampoco mentiré que en su momento sentí un poco de envidia por ti, en la manera que tus padres te miraban y te protegían. Yo también quería sentir un cariño así...de mis verdaderos padres.
—No digas eso para hacerme sentir menos culpable.—Apoya su frente sobre el hombro de Brianna.—Lo sé y lo puedo sentir, tu corazón es tan puro que no puede sentir tal cosa como la envidia...
—Te equivocas.—Sostiene en sus manos el rostro de Bianca.—No soy tan ingenua o pura como crees, todo ser humano yace escondidos dentro de uno la avaricia y todo tipo de sentimiento. Es por eso que no tienes porque pedir perdón, basta con que entiendas y puedas distinguir de lo que esta bien y de lo que esta mal...¡Bianca!
—Por...por favor cuida de mi padre.—Siento que mi momento por fin llegó.—Y gracias.—Acaricia la mejilla de Brianna.—Gracias por ser tan linda...conmigo.
Brianna se asustó al ver la sangre escurridiza en las esquinas de sus labios, aterrada al escuchar el sonido de esa máquina conectada a Bianca.
—¡T-Tengo que ir por el doctor!—Sin embargo una vez más fue detenida por Bianca, mirando esa súplica en sus ojos, de que se detenga.—¡Bianca!
Llora y sonríe al mismo tiempo al ver que de un momento a otro los signos vitales en la joven adolescente, están volviendo a normalizarse. Solía ser de esa manera casi todo el tiempo.
—Lamento por asustarte de esa manera, por impedirte que llamaras a los doctores.
Bianca solo suspiro al darse cuenta que sigue sin llegarle la hora, pero por alguna desconocida razón hay una pequeña alegría y un leve deseo de no irse de este mundo.
—Así no los llamaras ellos no tardarán en venir.—Hasta mi padre, ya debió de ser notificado.—Mira ahí vienen...
Los que entraron a la habitación no eran los doctores, eran nada menos que Agares, Aarush y Elisha. Lo que sorprendió a Bianca, ella tenía tiempo de no verlos. Durante su estancia en el hospital los tres chicos solo habían venido a visitarla desde hace un buen tiempo.
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