capitulo 54
Antes de acostarse sobre la camilla y con una aguja drenado su sangre yacía Laín, miró entré lágrimas en sus ojos al pequeño y muy pálido Agares, inconsciente y con oxígeno. No muy lejos de él se encuentra Elisha entubado, su rostro hinchado, alambres en todo su pecho, un brazo enyesado sostenido en el aire.
Los han puesto a los dos juntos en el mismo quirófano porque fue imposible, los médicos se enfrentaron a algo verdaderamente extraño, era increíble que el de ojos azules a pesar de estar sedado él seguía aferrado al de ojos rojos.
Parecía que se habían pegado con pega loca y si los despegaban sus manos serían lastimada e inclusive tener un efecto negativo en la operación. Por eso optaron dejarlos juntos, no iba a interferir con su trabajo.
Quizás en el subconsciente del ojos azules no se lo permita soltar a Agares por miedo, mido de soltarlo y no poder alcanzarlo nunca más, era como si en sus sueños o pesadillas estuviera haciendo eso mismo, agarrando con fuerza esa pequeña y frágil mano, está vez no iba a dejar que se fuera sin él, como el la línea original. Dónde Agares sacrificó su escape todo para que Elisha, volviera con sus padres, que le ayudará buscar y darle una buena vida a Brianna.
—Todo estará bien.—Besa la frente de Agares.
Apretando con fuerza su pecho, golpeado ese lugar de vez en cuando, es ahí donde mas dolía. Laín sentía que tenía un carro estacionado en su corazón, aplastado y machacando sus entrañas.
—Papá ya está aquí, contigo.—Laín frunció su rostro, el dolor en su estómago y piernas se estaba volviendo insoportable.—Ambos estarán bien, confío en su fuerza de voluntad.
Tambien dejo un beso sobre la frente de Elisha, "tienes que vivir para poder darte las gracias, te prohibido que te vayas, Elisha. Recuerda que Agares no es el único que te estará esperando, Aaruhs también lo hace. Tú familia, tíos y amigos." Susurró antes de acostarse sobre la camilla.
‹Todo da vueltas, ni sé cómo es que logré estar tanto tiempo de pie, sin caer al suelo por la flacidez en mis piernas... Sigo sacado fuerza de donde sea para poder seguir despierto y no caer inconsciente.› Laín inhala e exhala profundamente, de esa manera controla su flujo de respiración que parecía irse cerrado de a poco.
—Tomen la sangre que quieran, no se detengan sin importar que me vean morado—Expuso su deseo.—Sigan drenando hasta que mi hijo, este fuera de peligro y con su padre, Dereck. —Mi boca se siente húmeda, creo que es por la sangre subiendo y bajado por mi garganta.
El ardor en mi estómago es peor que cuando bebes o comes algo con chile en la mañana, sin haber desayunado. Luego está el dolor en mis costillas, cada vez que caminaba o hago un movimiento siento que bailan dentro de mí. ¿Ahora como estará ese niño? Fue Elisha quien se llevó todo el impacto, pero aún cuando trato proteger por completo a Agares, no lo logró.
El motivo por el cual Agares perdió mucha sangre es porque; se golpeó la parte de abajo de la cabeza, quizás él también de alguna manera quiso proteger a Elisha, ya que sus nudillos y brazos se encuentra raspados. Mi hijo procuro por proteger la cabeza de Elisha.
—El señor Dereck en este momento sigue buscando a alguien que posea su misma sangre.—No quiero volver a ver su mirada, era tan aterradora mientras me advertía que mi vida también está en fuego en está operación.—Haré todo lo que esté en mis manos, resista hasta que venga algún donante de sangre.
Dereck de igual manera envío a ciervo a todos los hospitales y si allí no lograba encontrar sangre RH, le ordenó que pusiera un anuncio diciendo que le dará una recompensa de un millón de dólares, todo aquel que venga al hospital a donar sangre de ese tipo y de B+ que es la de Elisha.
—¡No ponga anestesia!—Agarro la mano del doctor.—Repara y soltura sin analgésicos.—Ese color que anteriormente estaba apagado, volvió a brillar ardientemente y desconfiado.
La paranoia estaba muy arraigada en estos momentos en él, hasta este punto no podía confiar ni en los médicos, en nadie. Tenía que quedarse despierto hasta que Elisha y Agares salga de peligro y sean llevados a la sala de observación. Allí ya estará al cuidado y protegido por Dereck. Solo entonces Laín tenía pensado descansar. Mientras tanto, seguiría soportando tanto como sea posible.
—¿Qué?—Hubo confusión en su voz y mirada porque, solo alguien suicida perdería tal cosa.—Tenemos que...
—¡Solo dame algo para morder!—Vocifero bajito.
Esto no es nada, este dolor no se compara en nada a lo que estoy sintiendo al ver a mi pequeño en ese estado, el saber que Dereck y mi princesa están sufriendo por la espera de resultados positivos. Por ellos tengo que ser fuerte así me sienta a morir y solo quiera cerrar mis ojos.
Ya se encontraron los tres, no pueden volverse a separar cuando su felicidad a penas comienza, una felicidad donde ahora yo también, estoy incluido. He tenido la suerte de pertenece a esa familia de tres, y no sabía que era tan importante por Agares... Él sin pensarlo corrió para salvarme, ¿por qué? ¿Por qué poner en riesgo su vida por mí? A penas me conoce.
¿Es por qué tenemos esa extraña conexión? Desde el momento en que ví a los mellizos, hubo un extraño sentimiento en mí. En ese entonces creí que esa sensación gratificante y feliz se debía a Dereck, porque verlo tan sonriente era lo que más quería ver por tanto tiempo.
—¡Pero, si no le pongo anestesia será doloroso!—Informa, esperando que Laín recapacité.—Tiene que estar dormido para poder realizar la operación y tratar el par de costillas fracturadas...
—¡Le dije que me dé algo para morder!—Enfureció.—¿Qué sabe de dolor?—Preguntó frustrado y desesperado.
Quería que se callara y solo hiciera lo que se le está pidiendo, mi cabeza de por sí ya se siente que va explotar. Punza horriblemente, no me sorprendería si se me salen los sesos por el infernal dolor.
—¡Debería ser yo el que estuviera en ese estado y no ellos dos!—Aprieta sus dientes con fuerza.
Laín se culpa por su descuido, que debió ser mas rápido y empujar a Agares, sin embargo en ese momento él creyó que Agares corría para abrazarlo. Ese fue su peor error, creer que el adolescente de ojos rojos corría hacia a él, feliz por verlo.
—Así que solo muévase y realize su trabajo sin hacer ni decir palabras tontas.—Muerde el pequeño trapo que se le fue entregado.
Se sentía mareado y pronto los sudores fríos humedecen su cuerpo, todo se debía a la perdida de sangre que había tenido anterior y está teniendo ahora que está siendo operado al mismo tiempo que está donando su sangre.
—Por favor, no muera.—Pidió el doctor, preocupado por las represalias y porque no tendría cara para enfrentar, ver la mirada de Dereck.
‹¿Quienes son estas personas? Nunca me había topado y mucho menos tratado a alguien así de loco. Lo más escalofriante es ver qué ni siquiera se mueve pese a sentir el filo del bisturí, cortado su piel.›
El doctor no sabía quién era exactamente Dereck y el poder que posee, si lo supiera estuviera aún mas nervioso de lo que ya está.
—Vamos Agares, tu puedes.—Dejaba de morder el trapo de vez en cuando.—Se que eres fuerte.—No puedo perder conciencia, tengo que mantenerme despierto.
Laín mordió el interior de su mejilla, su paladar se por sí ya tenía gusto a sangre, pero se volvió más penetrante después de morder el interior de su boca.
—Ambos son fuertes, tienen mucho por vivir...¡Ugh!—Se agarro con fuerza de la camilla.
No podía moverse cuando le están abriendo el estómago, eso sería muy peligroso y perjudicial para su bienestar. Por lo que siguió mirando a Agares y Elisha mientras les hablaba, esperando que lo escuchen, que sigan luchando hasta que todo haya terminado y ellos se encuentren fuera de peligro.
—Sé que está preocupado por su hijo, pero podría guardar silencio por un segundo, por favor.—Pidió el doctor.—No es momento de que hable, puede ser peligro.
Laín a regañadientes pero dejo de hablar, solo se digno a mirar el rostro de Agares y el aparato que supervisa su ritmo cardíaco, aliviado de que esté estable al igual que el se Elisha.
—¡Señor Laín!—Gritó el doctor.—¡No se duerma por favor!—Suplicó al ver los ojos del ya mencionado, moviéndose de lado a lado queriendo abrirlos pero le pesan mucho.—¡Señor Laín!
El medio escucho el ritmo cardíaco disminuyendo, se debía a la perdía de sangre. Laín estaba perdiendo casi el triple de su sangre, si sigue así se quedará sin sangre en menos de 25i minutos.
—¿Cuanto falta para que termines con su hijo?—Le preguntó al otro médico.—Debemos de quitarle la transfusión o lo perderemos.
—Estoy terminando.—Soturó la última puntada.—Listo.—Suspiró, retirando cuidadosamente la agua de la mano de Agares.—¡Pero, ¿entiendes que eso no será suficiente para evitar que sus signos sigan de cayendo?!
—¡Ya lo sé!—Trata de realizar lo antes posible la operación.—Vayan a ver si ya encontraron al donante y traerme la que este disponible.—Dos enfermeras salieron a cumplir órdenes.
Los dos médicos estaban tan inmerso en salvar a Laín, que no se dieron cuenta que el adolescente de cabello plateado, había empezado a reaccionar, los efectos de la anestesia están dejado su cuerpo antes de lo esperado.
‹¿Qué es ese ruido? ¿Dónde estoy?› Frunce sus ojos por esa luz pegado directamente en su cara. ‹¿Qué pasó? Esas voces no las reconozco...› Sus ojos se abrieron en par en par al ver a Elisha. Fue entonces que recordó todo lo que había pasado en cuestión de tan solo segundos.
—...—Queria gritar su nombre pero no salía de mi garganta, ahí se encuentra un gran nudo de lágrimas atosigando mi pecho.
Agares sostiene con fuerza la mano del ojos azules, diciéndole "estoy aquí, ¿puedes sentir el movimiento de mi mano?" En vez de sentir frialdad, Agares siente una profunda calidez transmitida por ese adolescente a lado suyo.
—Dices que ese adolescente es su hijo, ¿verdad?—Pregunta mientras le ayuda al otro médico a terminar lo mas antes posible con Laín, antes de que se desangre.
—Sí.—Asiente.—Al principio creí que era su sobrino ya que, no se parecen en nada y es más parecido al otro hombre de allá afuera, pero en los resultados realizados tiro que son un 99.73% padre e hijo. Es es una altamente probable que es su hijo, por eso y mas no podemos dejarlo huérfano.
‹¿Q-Qué Laín es mi qué?!... ¡¿Mi padre?! ¿Pero como es posible sí mi papá es Dereck? No hay discusión sobre eso, entonces... ¿Por qué comparto también sangre con Laín› Agares se quedó estático ante tal información, ese color rojo tembló todo incrédulo y al mismos tiempo asustado al ver la palidez en el rostro de Laín.
—¿D-De que están hablando?—Trato de levantarse.
‹¿Qué está pasando? Está novela se va volviendo mas turbia con el paso de los día, sí en verdad Laín es mi padre, entonces él... ¡Él murió en la primera línea sin saberlo! Se sacrifico tanto por nosotros aun sin saber que éramos sus hijos...que injusto.› Su mirada se hundió mas de desgarradoras lágrimas, triste.
—¡Niño!—Se exaltan al verlo consiente.—¿Cómo es que...?
—Eso no importa si estoy despierto o no—Mis ojos se encuentra un poco pesados—...¿Cómo es eso que Laín es mi padre?—Me siento mareado y es por eso que estoy escuchando demás.
—No sé porque te sorprendes, pero sí, él es tu padre biológico.—Informó.—Ahora por favor no te muevas, serás trasladado a otra sala.—Vio que los otros dos médicos había terminado con la operación, Elisha está sano y salvo.—Solo entonces podemos hablar de lo que gustes, ¿si?—Sugiere.
—¡Doctor, aquí la sangre!—Entraron dos emocionas enfermeras.—¿Con esto es suficiente?—Preguntan.
Todos se quedaron en shock y sin habla al verlas empujar dos carritos llenos de bolsas de sangre, se preguntaban si fueron asaltar el banco de sangre o algo por el estilo como para traer esa cantidad.
—No sé que hicieron pero han venido muchos donantes al hospital.—Responden sus dudas.—Y sigue una gran cola en el laboratorio, lo bueno que son personas educadas y ordenadas.
Lo eran porque ciervo ya les había advertido, que todo aquel que haga un alboroto será llevado a fuera y no se le pagará absolutamente nada. Que estaban en un hospital por lo tanto tenían que ser respetuosos o silenciosos.
—Bien, no pierdas tiempo y...—Mi cuerpo se tensó al escuchar el ritmo cardíaco del señor Laín, caer en picada.
—¿Qué está pasando?
Agares se asustó al escuchar ese sonido, llevado su mirada con temor a ese aparato que leí los signos vitales. Acto seguido sus ojos se cubrieron de lágrimas, no era para menos si a Laín lo estaban empezando a reanimar.
—¡Tienen...tienen que salvarlo!—¿Por qué siento que voy a escupir mi corazón?—Laín...—Lo llama.—Laín.
Seguía llamando al guardaespaldas, pero el adulto no parecía escuchar los sollozos ni la voz rota del adolescente, y eso asustó todavía mas a Agares.
Le aterra que Laín no despierte, que se vaya sin haber hablado y confirmado su paternidad, del porque también son hijos de él. No podía permitir que se fuera solo así, sin más.
—¡PAPÁ!—Grito con todas sus fuerzas.—Aquéllos ojos que anteriormente estuvieron cerrados por dos minutos, se abrieron de par en par.
—¡¿A-Agares?!—Vio esos hermosos ojos rojos, viéndole todo angustiados.—¿En...En verdad estas consciente?—Él solo asintio.—G-Gracias a Dios.—Sonríe y llorá al mismo tiempo.
Quiero preguntarle si fue el quién gritó papá o si solo era yo, deseando ser llamado de esa manera, pero es imposible que eso haya sucedido...
—Eres mi papá.—Confesó Agares, abrazándolo.
—Estoy feliz de ser llamado de esa manera y reconocido por ti.—No escuché mal, si fue Agares quién me gritaba de esa manera.
—¡Eres mi papá biológico!—Le hizo saber.—No padrastro, eres mi padre, llevamos la misma sangre—Solloza.
—¡¿Qué?!—Su ritmo cardíaco subió espontáneamente.—¿De que estás hablando...?
—Te prohibido morir, papá... ¡TE LO PROHIBIDO!—Vociferó.
Laín no entendía absolutamente nada, pero de igual manera levantó sus manos y arrullo en sus brazos al pequeño Agares. Ambos lloraron de felicidad y preocupación uno por el otro.
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