capitulo 44

Sus ojos eran dos despiadados cuchillos listo para ser clavados en el perpetrador, a su ver ese adolescente no era su amigo, nada. Solo un ladrón que se atrevió a escabullirse en la habitación de Agares.

—Te  enviaré a conocer a tus abuelos.—Declaró con una frialdad jamas vista.

Agares se desconcertó al ver esa expresión en Aarhus, después de todo frente a él siempre se muestra sonriente o con una expresión dulce se podría decir.

—¿Puedo explicarlo?—El de ojos azules se levantó rápidamente, evitando que Aarush tomará el bate otra vez. Sabía que le rompería las costillas si lograba tomarlo.

Sostiene las manos de Aarush, forcejeando para que no vuelva a tomar ese bate que se moría por alcanzar. Ambos tenía la misma complexión y fuerza por lo que es un reto el poder liberarse del agarré de Elisha.

—¿Explicar qué?

Los de seguridad me van escuchar por permitir que Elisha entrara a la propiedad, a estás horas de la mañana. ¿Quién en su sano juicio hace eso? Nadie, ¿oh sí?

—No hay nada que explicar.

Sus ojos pronto se convierten en dos furiosas llamas carmesí, con toda la intención de convertir en cenizas el cuerpo de Elisha.

—Se lo que ví.—Lo toma por el cuello.—Hubiese esperado algo como esto de Ryu, pero de ti.—Aprieta sus dientes.——De ti, nunca.—Te voy a romper...

—Ya dejen de discutir...

—En está ocasión voy a obedecerte, Agares.—Informó Aarush.

Le soltó un puñetazo en el ojo al ojos azules, sin embargo este no se iba a quedar quieto y terminó por regresarle y acertar dicho golpe. Era muy problema que ambos vayan al colegio con ojos morados.

—Maldición tenían que ser mocosos.—Murmuró, poniéndose los guantes para poder agarrarlos de los brazos o ropa y a si tirar de ellos.—Dejen de hacer tanto ruido.—Los jala pero ellos siguen sin caer.

Pero entre más jalaba más se iba acercando a la cama Agares, aprovecho eso para sostener su cuerpo y así tener más fuerza al momento de tirar una vez de el par de adolescente que si siguen así, tirando de cabello se quedaran calvos.

—Ya paren de discutir, maldición.

Agares que tira de sus brazos con toda su fuerza y ellos que caen encima de Agares, sin embargo está vez esos rostro o boca no quedaron cerca de su cara, mirándose, no.

"¡¿Qué acaba de pasar?! ¡¿quién soy?! ¿Donde estoy?" Se pregunta los tres adolescentes, perplejos y con sus mejillas todas enrojecidas, humeantes.

Los labios de ese par de adolescente cayeron sobre cada una de las esquinas de los labios de Agares, se podría decir que fue intencional, pero no es así. Ellos no se esperaban tal hazaña o escena de película.

Es tanto la conmoción y el latido enloquecido de sus corazones que, no les dolió nada el cabezazo que se dieron los dos adolescentes mayores, antes de caer.

Acto seguido Agares dejo caer sus manos en las cabezas de los dos adolescentes, logrando un pequeño estremecimiento en su cuerpo, ese no era el objetivo de Agares. El nombrado solo quería jalar de sus cabellos y darles un buen escarmiento por no detenerse en su discusión cuando se los pidió.

Por lo tanto dejo de estar acostado debajo de ellos para ser el de arriba, sentándose horcajadas en el regazo de ambos adolescentes mayores.

—¿Están bien?—Preguntó con una sonrisa que a la vez no parecía una.

—Sí.—Responde al unísono.

—Me alegro.—Estira su mano para alcanzar una almohada.—Me encargaré de hacerlos sentir todavía mas bien.—Empezó a darles con la almohada a cada uno.

Podría ser suave pero Agares tenia la mano muy pesada como su papá, Dereck. Por lo que esa almohada era tan pesada como una piedra al momento de caer sobre su cuerpo.

—¡Lo sentimos!—Levanta la colcha blanca en señal de rendición.

—Espero que entienda cuando les diga que se de tenga para la próxima.

—Así lo haremos—Ya se encontraban en el piso, con sus manos levantadas como niños castigados.

—Debería estar agradecios por tener tal suerte.—Comento.—de ese escándalo no haya llamado la atención de los demás, principalmente mí padre. Laín pudo haber subido y averiguar que pasaba—Expresó como si nada hubiera pasado entre los tres, anteriormente.

El de ojos azules y ojos ambarino no sabía cómo interpretar esa calma, dándose cuenta que Agares ni siquiera se había sentido tan nervioso como lo estaban ellos dos en ese instante.

—Solo fue un accidente, en parte es mi culpa—Señalo, agares.—En ese momento yo, jale bruscamente a Elisha.

Sin embargo siento una rara sensación en mí pecho, una extraña emoción que se podría igualar al mismo sentimiento que sintió el anterior Agares, cuándo Elisha lo lleva en su espalda y le decía esas cosas de que nunca lo olvidaría.

Pero al final lo termino olvídalo y aun no sé porque pasó eso, ¿en la línea original hubo algún momento en que Elisha recordara a Agares original?

—Justamente como sucedió hace unos minutos.—Eso fue fue muy raro.

Quiero ignorarlo eso, hacer como si no existo pero sigo sintiendo la sensación de sus suaves y filosos labios sobre los mío...es bueno que no sea tan expresivo, porque de esa forma puedo ocultar mi evidente vergüenza o rubor en mi cara.

No sé si me lo imagine o sentí un pequeña fricción en ese momento cuando Aarush, movió ligeramente sus labios sobre los míos, siento que no fue de echo. Él se quiso levantar pero al notar que eso solo empeoraría las cosas o terminaría por incomodarme, opto por no seguir moviéndose...

—Fue así.—Se aleja de Elisha para ir a dónde está Agares.—¿No te sientes mal?—Queria tocar su frente pero se contuvo.

—Nos disculpamos.—Se siente culpables por no evitar a tiempo el no caer encima de Agares.

—Estoy bien.

No esperaba que Aarush entrá a la habitación, ¿es tan bueno su sentido auditivo para escuchar que había alguien en la habitación? Bueno, su habitación no queda tan lejos.

—Tú deja de estar evitando de encontrarte conmigo.—Señalo al de ojos azules.—No es tu culpa ese accidente, deja de estar pensando estupidezes.

—¿Sigue con esa idioteces?—Preguntó Aarush, sentándose junto a Agares. Dejado un brazo de distancia.—¿Es por eso que no viniste ayer?

—Eso parece.

Elisha se sintió muy pequeño y avergonzado ante esas dos miradas fijas en él, no bastaba con haber sido atrapado dos veces, ahora también tenía que escuchar las quejas de Aarush.

—Nos vemos en el colegio.—Huye para ocultar su rostro avergonzado.

—Ni pienses salir por ahí.—Lo toma del cuello de camisa.—Vamos, tendrás que salir por la puerta principal.—Lo jala.—Si vuelves hacer algo como esto te voy acortar las pelotas.—Susurró lo último.—Cierra las ventanas con seguro, Agares. Vendré después.—Salieron de la habitación.

—¿Que diablos acaba de pasar?—Se preguntó asimismo.

Mi primer beso lo obtuvieron dos chicos, ¿se considera un beso para empezar? ¿Seria un beso doble o como?...dejos de pensar eso, solo fue un accidente. No es necesario ponerle una etiqueta. Es mejor olvidarlo, ellos son solo dos mocosos.

—¿Ya se fue ese niño?

Laín había entrado con toda la intención de tirar a Elisha, por la ventana tras mentirle ya había pasado mas de un minuto.

¿Qué hubiera pasado si al traer de encontrará con esa escena de hace unos minutos atrás? Seguramente los Elisha y Aarush estarían colgado del arbol más alto del mundo.

—Sí.—Ve a Laín.

—¡¿Qué le pasó en sus labios?!

Agares se tensó a sentir esa presión furia proviniendo de Laín, el nombrado estaba sonriendo para no maldecir o gritar enfurecido. Pero, era mejor que no sonriera porque daba mucho miedo.

—Ese mocoso de mi...—Evitó a tiempo de decirse una mala palabra.—¿Dónde está? Iré por él...

—Fue un accidente.—Expuso.—Un accidente que ocasione yo.

¿Por qué aparece ese sentimiento en mí? Es lo mismo que me pasa con papá, cuando el se muestra preocupado o sobre protector conmigo.

—Dereck me va a despellejar vivo.—Murmuró.—Lo tengo merecido.

—No le digas a papá.—Tendré que inventarme algo creíble si no quiero ver cabezas en el suelo.—Ya que estás aquí y estamos solos.—Cambiemos de tema.—Quiero pedirte algo.

—¿Sí, dígame?—Se arrodilló en un pierna.—Hare lo que me pida, joven maestro.

Agares frunció el ceño no le gusto ser llamado de esa manera por Laín, era demasiado formal, como sí estuviera trazado una línea entre amo y sirviente eso causó pesar en su pecho.

—Solo llamarme, Agares.

Cuando vine a darme cuenta ya estaba sosteniendo las manos de Laín, ¿por qué? ¿Por qué mi cuerpo está reaccionando así? En vez de sentirme asqueado fue el pesar de mi pecho el cual desapareció.

—De acuerdo, Agares.—Quiero darle un abrazo, palmear su cabeza. Es lo mismo cuando veo a la pequeña Brianna. ¿Por qué?

—Dile a padre que vaya al hospital y se haga unos chequeos.—Tiene que prevenir esa úlcera.

—¿Qué?—El color se desvaneció en el rostro de Laín.—¿D-Dereck...está enfermo?—Tartamudeo.

—No reacciones de esa forma.—Froto sus dedos en las mejillas de Laín, queriendo deshacerse esa expresión asustada.—No tiene nada grave, pero eso podría escalar a mayores si no se chequea.

—Haría más casó si se lo dices tú o Brianna.—No dudaba de las palabras de Agares, lo más sorprendente es; que tampoco lo cuestionaba.—¿Por qué cree que me va hacer caso?

—Solo intentarlo...—Calla por unos segundos.—¿Cuánto tiempo seguirías posponiendo el confesarle tus sentimientos?—Trata de tocar suerte y así poder confirmar sus sospechas.

—¡¿Q...u...é...?!—Eso si que lo dejo como un robot descompuesto.

—Estuviste a punto de morir, ¿no crees que es momento de dejar los temores?—No quiero volver a ver esa expresión de arrepentimiento en él.—Solo tienes una vida, arriesgarte si es que quiere ganar.

—No quiero perder su amistad.—Bajo su mirada.—Prefiero eso a estar lejos de él, una vez más.

Soy tan obvio que hasta un niño se ha dado cuenta de ello, sin embargo, ¿por qué Dereck no logra notarlo? ¿Es por qué a sus ojos sigo siendo solo un buen amigo?

—¿Entonces prefieres ahogarte con esos sentimientos?—Preguntó.—¿Morir sin verlo intentado está bien para ti?

No debería de meterme en estos temas de adultos, no soy quien para dar consejos. Sin embargo siento la necesidad, o es un deseo de que Laín se le confiese a papá.

—¿Prefieres que se vaya con alguien mas cuando puedes tener la oportunidad de estar con él?

—¡No!

—Entonces vé y habla con él, deja esa cobardía por lo que obtendrás al confesar tus sentimientos. Piensa que mas allá de una decepción será algo liberador el por fin soltar todo lo que sientes en vez de dejarlo en una caja, pudriéndose.

—¿Está bien que tú papá esté con otro hombre?

—Estoy bien con ello. Mientras mi papá sea feliz, es lo único que importa lo demás solo son pequeños detalles...

—¿Laín?—Se desconcertó al verlo en la habitación de su hijo.—¿Qué haces aquí?—Analiza el lugar.—¿Dónde esta ese mocoso?—Ese color rojo brillo peligrosamente al ver la bolsa con donas, sobre el buró.

—Justo a tiempo, papá—Sonrió ligeramente.—Laín tiene algo importante que decirte.

—No cambies de tema, ¿dónde está ese mocoso? Voy a...

—Papá.—Sonríe mientras abraza la pierna de Dereck.—Te quiero.—Sus dientes fueron visibles entre más sonreía.

—¡Qué!—Toda esa presión abrumadora se esfumó, quedando un Dereck perdido en la emoción todo por escuchar ese "te quiero."

—Te quiero.—Lo que tengo que hacer para que no liquide a nadie, que verdoso, dios.—Como ya dije, Laín tiene que decirte algo, papá.—Antes de salir de la habitación, Agares le dijo algo en el oído a Laín.—Los dejaré solos.—Cerro la puerta.

—¿Qué quieres decirme?—Mi pequeño me dijo "te quiero" soy tan feliz. Este día tiene que convertirse en un día festivo.

—Como pensaba.—Suspiró.—No puedo decirlo con palabras. Tendré que confesarlo con acciones.

Dereck se estremeció al ver esa mirada dominante en Laín, la forma en que una de sus manos se va a la nuca y la otra en la sensual cintura del contrario. Sintiendo esa fricción en la manera que fue acorralado contra la puerta y esa rodilla de Laín, posicionándose entre las piernas separadas de Dereck.

—¡¿L-Laín?!—Su boca se volvió seca en cuestión de segundos.

—Me puedes romper la cara después.

—¿Qué...?

Ese color rojo nunca fue tan expresivo como lo es ahora, que sus labios están siendo acariciados por los nerviosos y muy sensuales labios de Laín.

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