capitulo 36
Perdidos en los colores de sus miradas se encuentra los dos adolescentes, tan cerca que en cualquier momento sus frentes podrían tocarse con el mínimo movimiento.
Esos hermosos ojos rojos se muestran sorprendidos por la manera en la que fue empujado gentilmente hacia la pared, en todo ese proceso él no quitó su mirada de ese nervioso color azul azul, quién le ve de manera extraña provocando un leve hormigueo en su pecho. A lo cual por supuesto Agares no le prestó atención.
Estaba más interesante en saber porque Elisha, realizó tal movimiento. Agares no entendía del porque o cuál era el motivo por el cuál es acorralado con su espalda contra la pared y los brazos del ojos azules a lado lado de sus hombros.
Él quería preguntar que pasa pero si decía algo presentía que diría algo completamente diferente, algo que podría poner la atmósfera e incómoda. Tampoco es como si pudiera hablar cuando lo han tomando con la guardia baja y ese rostro hermoso se encuentra tan cerca del suyo.
‹Es la primera vez que logró verlo tan sorprendido y nervioso al mismo tiempo, no sé cómo sentirme al respecto. ¿Feliz por qué logró tal azaña y no verlo mostrar disgusto por la cercanía o debo de sentirme desagradable por invadir su espacio personal de está manera?› Se cuestionaba Elisha, pese a eso no podía dejar de mirar esa expresión en el rostro de Agares.
Quería guardar eso en sus memorias para siempre, que él también logró causar aunque sea un poco de cambio en ese bello rostro e inexpresivo.
Quedar en esa situación en la que se encuentra no fue planeado por Elisha, él solo quería llevar a, Agares a un lugar donde los demás no podrían verlo. Cuando tuvo la oportunidad tomo de la mano al adolescente de ojos rojos, llevándolo donde se encuentra en estos momentos.
Antes de entrar a la última clase Elisha tenía que entregar lo que ha estado guardado y manteniendo calientito todo el día, esperado pacientemente por este momento.
Le costó obtener la oportunidad de llevarlo lejos de los demás, aprovechó que Aarush y Ryu llevarán a Brianna por un helado mientras Agares se encontraba en la clases, salió un poco tarde porque tenía que copiar varias cosas. A Elisha le tocó esperar pacientemente en la puerta durante cinco minutos.
-¿Tienes hambre?-Preguntó.
Sus mejillas terminan ruborizadas al darse cuenta de lo que había preguntado, se encuentra tan nervioso que fue lo único que se le vino a la mente.
-¿Qué?-Pregunté confundido.
¿Por qué me pregunta algo como eso? ¿Se percató que no comí casi nada en la cafetería? Creí que nadie lo había notado, no tenía mucha hambre y en mi cabeza hay muchas piezas de rompe cabeza tiradas de aquí allá esperando ser ordenadas.
-¿Estás preocupado por qué no he comido nada?-¿Por qué lo estaría?-Estoy bien..
-Lo que quiero decir es...toma.-Con sus ojos cerrados le entrego una bolsa con patrones de gatitos negros.
El primer pensamiento de Elisha que tuvo al ver esa bonita bolsa fue; Agares. Esas figuritas de gatitos le recordaban al adolescente de ojos rojos.
-No es la gran cosa.-Sus orejas están rojas rojas.-Y sí, estoy preocupado.
-¿Ésto es?-Está calientito y huele bien...-¡¿Donas?!-¿Cuándo las compro? En este lugar tampoco vende algo como esto, está prohibido que los alumnos coman comida grasosa o chatarra.
Elisha sostiene su corazón al ser testigo de esa pequeña pero muy radiante sonrisa en los labios de Agares, ver eso fue como ser purificado.
-¿No te regañaron por traer algo como esto al colegio?
El de ojos azules sostiene aun con más fuerza su pecho al escuchar la preocupación de Agares, sentía que su corazón se saldría de su pecho. No entendía del porque latía con tanta fuerza, para ser inteligente también era muy tonto.
-No.
Ya pagué la multa por hacer algo como eso, ese dinero no es nada comparado con la pequeña sonrisa de sus labios y ese pequeño brillo en ese cielo rojo.
-Solo disfruta de esas donas-Da la medía vuelta dirigiéndose al salón-Con esto pago mi crimen de ese día.-Ese azul conecta con el rojo.-Ya no me llames roba donas.-Sin darse cuenta estaba haciendo un puchero.
-Lindo.-Susurró.
No me percate en que momento mis manos empezaron a picar con fuertes ganas de pellizcar sus mejillas, ¿Elisha también puede actuar así de lindo?...¡Qué demonios estoy diciendo! ¿Cómo puede parecerme lindo ese roba donas?
-¿Qué dijes?-No logré escucharlo por la distancia entre nosotros, no debí alejarme tanto.
-Que eres un roba donas.-Se acercó nuevamente a Elisha.-Ese apodo te seguirá por el resto de tu vida.-Solto un pequeño golpe el abdomen del protagonista masculino, cumpliendo el pedido de el anterior Agares.
-¿Por qué me golpeas?-Frota su estómago.
Sus manitas son tan suaves que ese golpe se sintió como ser golpeado por un gatito de felpa, es la primera vez que me alegro por ser golpeado...¡Estoy loco!
-Eso es por verte olvidado del Agares original-Susurró tan suave que fue imposible de escuchar por el adolescente ojos azules.
-¿Qué?
-Nada.-Abre la bolsa embriagó con el delicioso aroma proveniente de las donas.-¡Huele tan bien!-Mira a Elisha.
En está ocasión las expresiones en Agares eran muy visibles, no se esperaba que esas donas se vieran tan apetitosas y sobre todo las figuritas de gatitos y rosas cubiertas de chocolates. Se preguntaba cómo seguían en tan perfectas condiciones cuando Elisha las traía en su maletín desde la mañana.
-¿Uh?
Agares se estremecio al sentir los suaves dedos de Elisha, rozar sus mejillas con aquella gentileza y esa mirada puesta en él, erizo su piel pero no había ese asco de querer vomitar por entrar en contacto con alguien más.
-No te saltes tus comidas, debes de comer bien. Sino lo haces te quedarás enano.-Sonríe.-Yo...-Al darse cuenta que había tocado a, Agares, se preocupó.-Yo...yo lo siento.-Salió huyendo mucho antes de que Agares dijera algo.
-Tonto.-Bufo algo molesto.-Él es quien se quedará enano.-Una sonrisa fugaz volvió a parecer en sus labios.-Cuando lo vea le daré otro puñetazo.
Agares no tardo en olvidar lo sucedido por un por un momento, le daría otro golpe después por haberse ido de esa manera. En este instante lo más importante es comerse esas ricas donas sin darle a nadie.
Buscó un lugar lo suficientemente agradable, tomaría asiento en ese lugar. Así lo hizo cuando logró encontrarlo, no había preocupaciones de que le pasará algo a su hermana Brianna, ella está al cuidado de Aarush y Ryu.
-Huele tan bien--Expresó en voz alta para simismo.- ¿Dónde las compararía ese tonto?-Busca su celular, quería tomarles una foto para luego mostrárselas a su padre, hermana, la familia Reynolds y a Ryu.
Los señores Reynold les había comprado un celular a los mellizos, tenía miedo de que alguna cosa nada agradable les sucediera. Con la vida nunca se sabe que les puede tener planeado por eso les compraron esos celulares con rastreador como sus reloj de muñeca. Más bien el celular era para camuflar el reloj.
-Le diré a Elisha que me dé la dirección dónde compro estás deliciosas donas.-Muerde y saborea la textura, dulzura de la dona en su mano. Cada una tiene un sabor diferente desde chocolate hasta sabor a fresas.
En este instante su rostro si que está siendo expresivo, él se estaba comportado como el pequeño que es. Disfrutado como si no hubiera un mañana, después de un día agotado con tantas emociones olvidarse de todo eso mientras come era lo mejor.
Sin embargo lo buenos momentos no siempre se pueden disfrutar para siempre como uno quisiera, en ocasiones tienes la mala suerte de toparte con quién no quisieras tener interacciones. En la vida nada es tan fácil como uno lo desea.
-¡Agares!-Exclama con sorpresa.
¿Qué está comiendo? Huele delicioso es el olor más rico que haya olido en mi vida...¿se está escondido por ese motivo? No, no lo creo.
-¿Señorita Bianca?-¿Por qué anda por estos lugares tan solitarios del jardín trasero.
Tenía la esperanza de que nadie viniera aquí y mucho menos la protagonista, desde que vi en los recuerdos que mi padre le está sacando algo de su cuerpo, estoy evitando toda interacción con ella. No quiero que mi papá se vea envuelto nuevamente con ella.
-Solo Bianca.-Expresó.-No es necesario que me hable con tanto respeto y educación cuando tenemos la misma edad, ¿creó?
Mi mamá comento que teníamos la misma edad, sin embargo tanto él como Brianna son mas pequeños que yo. ¿Por qué se ven como niños de 9 años?
-Creí que no habían venido al colegio.-Comentó.-No los vi en el autobús.
Mis padres me permitieron viajar en el autobús de esa manera tendré más interacción con los demás niños, principalmente con los tres jóvenes maestros y los mellizos. Quiero llevarme bien con ellos cinco.
-¿Por qué no subieron?
-¿Qué te trae por aquí?-Cambio de tema, no quería y tampoco tenía porque responder sus preguntas cuándo solo son dos conocidos no tan conocidos.
Es mejor que me retire o terminaremos en una situación dónde me veré como el culpable, como suele ser cuando estoy cerca de ella.
Son tres veces creó en las que me he topado con ella, quedado en situaciones incómodas e inclusive extrañas. Es acaso el halo de la protagonista el hacerte ver cómo culpable de algo que no hiciste.
-Suelo venir a este lugar a mirar las aves volando sobre los árboles.-Sonríe a pena.
¿Él evadió mis preguntas deliberadamente? ¿Por qué? No eran preguntas complicadas, solo quería conversar un poco con él.
-Varias de esas aves en las ramas de ahí.-Señala, esas ramas están a punto de tocar el suelo.-Tienen nidos con polluelos y otros solo con huevos.
-Ah.
Solo llevamos viniendo dos días al colegio y ella ya sabe mucho sobre este lugar, ¿le gusta la naturaleza o los animales para llegar a ese punto?
-Sigue observando...
-¿Qué comías?-Interrumpió a, Agares.-Huele bien.-Expresó.
Instintivamente Agares sostiene con protección la bolsa En sus manos, no tenía planeado compartirlas con nadie a excepción de Brianna.
-Sí, lo sé.-Respondió secamente.-También son deliciosas.-Recalco.
Así tenga que sacarle a golpes dónde las compro a Elisha, lo haré. Tengo pensado ir dos veces a la semana a ese lugar por dos o tres donas porque mucho dulce también es malo aunque sea delicioso.
-¿Se puede conseguir aquí cerca?-Preguntó con sus ojos brillantes.-Me gustaría probarlas, ¿me puedes decir a qué lugar ir?
-No lo sé.-Deja de estar sentado en el suelo.-Si lo supiera te lo diría.-Sacude su ropa.-Me retiró.
-Si es un secreto yo...¡Ay!
Bianca cayó bruscamente al suelo mientras iba siguiendo a, Agares, quería evitar que se fuera y en el proceso se raspó las rodillas.
-¿Te encuentras bien...?
-¡¿Por qué la empujaste?!
-¿Qué?
Agares sin quererlo se tenso al escuchar esa voz acusándolo sin tener pruebas algunas, "¿cuando apareció?" Se preguntó un desconectado Agares.
-¿Cuando hice eso?
¿Quién es ese niño de grandes ojos grises y cortó cabello plateado? ¿Acaso es un defensor de la protagonista femenina? Su halo si que es rápido.
-Todavia lo niegas.-Hablo todo altanero.-Vi y escuché absolutamente todo, eres muy egoísta y mal educado con quienes tratan de llevarse bien contigo.-Llego junto a Agares.-De por sí ya eres lo suficientemente aterrador.
Agares no quería sentirse mal pero no podía controlar su cuerpo, instintivamente cubrió sus ojos mientras sus extremidades temblaban.
-Chuck, no digas algo tan feo como eso.-Como puedo Bianca se puso de pie.-Agares, él...
-No es necesario que lo trates de defender.-Aprieta sus puños al ver las rodillas de ellas todas lastimadas.-Deja de ser buena con quién no lo merece.-Mira fijamente a, Agares.-Alguien tan espeluznante como tú, no debería de comer algo como esto.-Le quita por la fuerza la bolsa con donas al de ojos rojos.
No quería discutir con un niño sin embargo se metió con mis donas, no perdonó a nadie que haya contaminado a mi preciosa comida.
-¿Acaso pedí algo como eso?-Enfurece.-No vine al colegio a recibir caridad de nadie, ¿qué si soy egoísta? ¿No puedo hacerlo cuando la vida ha sido una mierda conmigo?-Empuña sus puños.-Devolverme esa bolsa cuando aun te lo pido amablemente.
Chuck es dos años mayor que Agares, mucho más grande y fuerte que Agares. Quitarle esa bolsa fue fácil porque en el proceso termino algo rota.
-Si las quieres ve por ella.-Lanzo la bolsa y en el proceso las donas salieron volando.-¿Eran donas tan ridículas con esas figuritas?-Se burló.-¿Eres un niño?-Sonríe.-Ve por ellas perrito...
Ese color rojo se volvió frío sediento de sangre, cuando Chuck vino a reaccionar ya se encontraba en el suelo siendo golpeado una y otra vez sin piedad.
Agares lo golpeó equivalente a las donas que se encontraba en la bolsa y en total eran cinco, cinco golpes fueron los que le dejo ir en la cara a Chuck.
-¡Te dije que me las de volvieras mientras era amable!-¿Eh?
Agares se tensó al notar las gotas de agua rodar por sus mejillas, estába llorando sin darse cuenta y no sabía porqué. ¿Por las donas? Fue el primer regalo de alguien que no fuera la familia Reynolds. Ahora ese regalo se encuentra en el suelo, sucio.
-¡Agares, detente!-Vociferó, Bianca.-Chuck tú también...
-¡Deja de golpearme, maldito!-Tiro Agares bruscamente al suelo.-¡¿Quién te crees que eres maldito huérfano espeluznante?!
-Lo pensaría dos veces sí quires seguir teniendo tus extremidades intactas.
Chuck se quedó inmóvil con su mano a medio camino, esa espeluznante voz detrás de él y tan cerca de su odio erizo horriblemente su piel.
-¿Estás bien?-Se agachó a la altura de Agares.-¿Duele algún lugar?-Revisó minuciosamente la condición de Agares, al llevar guantes sus toques no incomodaban al contrario.
El color aqua en la mirada de Ryu, se tiño oscura al ver las mejillas húmedas de Agares, eso provocó que el aura a su alrededor fuera tan tensa que no parecía la de un adolescente.
-Alguien se despertó por la mañana y dijo, "quiero morir, hoy es buen día para dejar de contaminar el aire".
Ryu dejó de estar agachado para ir en dirección a Chuck, el mencionado se asustó al ver esa sombría mirada en Ryu. Retrocediendo hacia atrás, huyendo del alcanze de ese adolescente que sus ojos en verdad quería matarlo.
-Ryu.-Lo agarra del brazo.-Tenerte, te meterás en problemas.-Expresa Bianca.-Es mejor que vayamos a la enfermería Agares y yo...luego resolveremos este problema.
-Soltarme.-Miro con rareza a Bianca.-Ni se te ocurra volverme a tocar o te irá muy mal.-Vuelve a dónde se encuentra Agares.-¿Agares?
-Ryu...Mis...donas.-Aprieta sus dientes.-Ahora no sabré que sabor tendrán.-Maldición porque me afecta tanto eso, solo es comida...comida que fue comprada especialmente para mi. ¿Tengo derecho de estar enojado?
Si Agares reaccionó así por un regalo que creé que fue comprado especialmente para él, ¿cómo reaccionara cuando se entere que fueron hechas por el mismo Elisha?
-Iremos por unas cuantas después.-Queria acariciar el rostro de Agares-En este momento lo más importante es ir a la enfermería.-Pero me contuve.
-No es igual.-Recoge las donas volviendo a meterlas en la bolsa.-No será igual.-Muerde su labio.-¡Maldición!-Baja su rostro queriendo ocultar las lágrimas que amenazan con deslizarse por sus mejillas.
-¿Qué está sucediendo aquí?-Preguntó.-¡Bianca! ¿Qué son esas heridas?
-¡Profesor!-Exclaman sorprendidos.
Era inevitable que no los llevarán a la dirección y sobre todo que llamarán a sus padres, cuando los tres involucrados se encuentra golpeados por decirlo asi.
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