capitulo 16

Las expresiones oscuras y miradas irritadas de los tres adolescentes no era nada agradable de ver. Ellos tres se encuentra muy molesto por el comunicado dado por sus guardaespaldas.

No esperaban estos resultados, ¿como había sido eso posible? No lo entendía cuándo los enviaron a los minutos de ver visto de esa manera a, Agares.

—¿Por qué?—pregunta al unísono.

—¿Cómo es que permitieron tal cosa?—Elisha rechino sus dientes con molestia.

¿Quién fue la persona desagradable que tomó posesión de eso? Teníamos que ver como fue que se cayó Agares. Sus rodillas están lastimadas, no se el porque pero eso me hace enfurecer.

Ese instante el azul de sus ojos se tiño de negro al momento en que su mirada cayó sobre el frágil cuerpo de Agares, en ese entonces Elisha deseó ser lo suficientemente fuerte y grande para protegerlo de todo peligro.

—Cuándo llegamos por las cintas de grabaciones de todo el centro comercial, nos dijeron que alguien más ya había ido por ellas.—Informó Gray.

Eso fue desconcertante y peligro porqué no sabemos el motivo de ese movimiento. ¿A menos que en ese lugar se encontrara otra figura pública más importante que a la familia que sirvo, los Reynolds? O, ¿Los Mansell?

Se suponía que tendría una reunión, pero no sé si fue obra de esa persona. Lo mejor sería pregúntales a los señores Reynolds y Mansell, sin embargo en este momento ellos están muy preocupados por es estado del joven maestro Agares.

se niño aún no sana sus heridas y nuevamente salió lastimado, es más que obvio las preocupaciones, pero me lo esperaba del Joven maestro Aarush, puesto que es su hermano menor, sin embargo no me esperaba tal preocupación del antipático joven maestro Ryu, y mucho menos del loco del joven maestro Elisha.

Los tres ellos están desquiciados para tener la edad que tienen es anormal, no obstante el más loco de los tres es el joven Elisha, sin importar que a los ojos de los demás es un chico algo risueño.

—¿Les dijeron quién fue?—Preguntó Aarush.

Maldición no podre saber nada de lo que sucedió en ese momento, odio eso. La impotencia de no poder hacer nada al respecto, es frustrante el verlo así de pálido.

Aarush le repugna la frustración de ser tan inútil, sabia que es tan solo un chico de 13 años, sin embargo desde que tuvo memoria, Aarush se creía lo suficientemente inteligente y poderoso solo por llevar el apellido Reynolds.

Ahora piensa que estaba muy equivocado, que le falta crecer mucho más, tanto inteligencia como estatura para poder proteger aquí a decidido proteger, a su familia y principalmente a los mellizos.

—Nada concretó solo que era un séquito de cinco personas vestidas con trajes de alta cálida y aspecto serio con una mirada sin emociones.—Expresó Sary la guardaespaldas personal de Elisha.

—Pueden volver a sus puestos.—Demanado Ryu.

Mierda que es está extraña sensación en mi pecho, para empezar no debería sentirme de está manera o preocuparme por un niño que no es nada mío. Que hayamos convivido estos últimos días no significa nada para mí.

Eso eran los pensamientos de Ryu, llegando a la conclusión que toda esa extraña sensación generada en su pecho se debía a la deuda que tienen con Agares. Por verlo ayudado en ese momento aunque no lo pidió. No obstante, es una deuda que tiene que saldar.

—¡Sí! Con permiso, jóvenes maestros—Los tres guardaespaldas desaparecieron sin dejar rastro.

Los tres jovenes maestro se quedaron pensando y buscado una solución para resolver este acertijo o rompecabezas que está frente a sus narices.

Mientras ellos tres están con esa incertidumbre, molestia, alguien en estos momentos se encuentra sosteniendo la USB con todas y cada una de esas grabaciones de ese centro comercial.

—Brandon, ¿tengo algún pendiente?—Deja caer su cabeza sobre el regazo de su asistente.

Cada día se vuelve más sofocante hasta el punto en que siento esa soga, apretado mi cuello de a poco por la desesperación de buscar y buscar sin encontrar los resultados, o algo que me de una esperanza y así no caer en ese profundo abismo.

—Solo una reunión con el director de la tercera sucursal de electrodomésticos.

—Posponerla para mañana.

Tengo una rara sensación y todo se debe a esta pequeña cosa que sostengo en mi mano, quiero ver las grabaciones de todo el centro comercial. En especial el área donde se encontraban los hijos de la familia Reynolds y Mansell.

Me quedo muy en claro que ese niño llamado Ryu, es idéntico a su padre, Nahir Mansell. Ryu no es a quien estoy buscando.

                                     •••••• Flashback ••••••

"¿Nos pidió que nos reuniremos en este lugar por temor a que hiciéramos algo contra él?" Se preguntaba la familia Mansell y Reynolds en la espera de ese misterioso maestro.

Los cuatro se encuentra nerviosos pues es la primera vez que se reuniría con alguien tan importante y a la vez peligroso.

A pesar de estar alerta por cualquier peligro que los aceche, Casandra se muestra segura de si misma sin perturbación alguna al igual que la sofisticada señora Claudia Mansell, con ese traje grisáceo y abrigo negro que la cubre de frío.

Ellas se convierten en una fiera al momento en que tocan sus crías, es por eso que la mayoría de personas se acercan a ellas, adulando a sus hijos y así poder tener una oportunidad de que ellas inviertan en sus negocios.

—Me sorprendió mucho el saber que con quién nos reuniremos es el mismísimo maestro y no con su asistente.—Expresó Nahir Mansell, padre de Ryu.

Es mejor de esa manera así podré preguntarle cara a cara el por qué quería llevarse a mi hijo, ¿qué quería hacer con él? ¿Si alguien de su organización actuó por si sólo, o no?

No negaré que tengo que otro enemigo u envidioso, sin embargo los mantengo a raya a los cobardes, y muertos a los que se intentaron pasar de listos.

—A mi también me sorprendió.—Enfatizó Saimon.—Es muy sospechoso, ¿Por qué presentarse con nosotros cuando a mantenido oculta su identidad por mucho tiempo?—Cruzo sus piernas, apoyado su brazo sobre el sofa.

¿Será un anciano con alguna fea enfermedad y pasatiempos horrorosos? ¿Una mujer también puede tener ese tipo de pasatiempos enfermizos? No hay que pasar por alto esas posibilidades.

—Sus motivos tendrá, al igual que nosotros.—Comentó Claudia.

Nahir estába por decir algo más, sin embargo eso no sucedió ya que todos ellos se quedaron perplejos al ver la apariencia arrogante e imponencia de ese hombre, vistiendo un sofisticado traje de dos piezas negro y un abrigo rojo escarlata sostenido en sus hombros con unos bonitos broches de dos polluelos.

Todos esos pensamientos de que ese maestro era un anciano o una mujer, fueron descartados y de que manera puesto que, hasta los esposos de esas bellas mujeres, pensaron que esa persona frente a ellos, era demasiado atractivo.

—Lamento llegar tarde.—Expresó, no obstante su tono de voz no refleja ese, "lamento" que era una supuesta disculpa.

El perfil de ese hermoso rostro es tan afilado como el de una espada refinada con el más sumo cuidado, una obra maestra perfecta. Y tras esos negros lentes de sol se podría apreciar una afilada mirada roja, más roja que la sangre misma, analizado a cada una de esas personas frente a él.

No era una exageración el decir que su belleza se queda corta al estar de pie junto a una flor plateada o un clavel rojo.

—Nosotros tenemos poco tiempo de haber llegado.—Responde Saimo.

Saimon tenía mucha inquietud, por alguna razón la apariencia de ese hombre le recordaba mucho a su pequeño hijo, Agares. Sobre todo por ese corto cabello plateado mas deslumbrante que los mismísimos hilos de plata.

—Ya veo—Les entrega una tarjeta de presentación a cada uno de ellos.—Pueden sentarse.—Le pasa su abrigo a su asistente Brandon.—¿De que querían hablar?—Cruzo sus piernas.

Él quería ir directo al grano ya que tenía muchas cosas más importantes dónde perder su tiempo, si vino es solo para mostrar su cara y dejarles saber su poder e averiguar lo que tenía que decir, o sabían al respecto de su organización.

—Bien.—Comentó Claudia.—Preguntaré sin rodeo—No retira su mirada de esos ojos que están ocultos tras esos lentes de sol—¿Le ordenó a alguien de su organización el secuestrar a mí hijo?—En su mirada se puede ver la frialdad.

No pensaba mostrarle miedo a pesar de que estoy muy nerviosa, el no poder ver sus ojos es molesto porqué no pudo descifrar lo que esta pensando.

—¿Cuál organización?—Se hizo el desentendido.—¿Por qué me querría llevarme a su hijo en primer lugar?—Frunce el ceño—No tengo ese desagradable pasatiempo.

Me gusta su tono directo a pesar de que apreta sus puños queriendo ocultar su evidente nerviosismo. Son admirable sus agallas, debo de alabar eso.

—Lo mismo me preguntaba.—En está ocasión hablo Nahir.—¿Por qué alguien como el maestro Derek Henderson tendría algún rencor con mi familia? No recuerdo haberle ocasionado algún mal. O, ¿sí?

Su apariencia y forma de hablar por alguna razón me recuerda a ese niño inexpresivo de Agares. Tal vez solo estoy pensando demás. Sí, eso es.

—Están equivocados en algo, yo no tengo ninguna organización—Frunce su entrecejo con irritación—Todas las personas creen en ese absurdo rumor por los actos de mi bastador padre.—Declaró sin endulzar sus palabras.

Los presentes sintieron un sudor helado en sus espaldas, no podían ver sus ojos, pero no era necesario para saber lo que estaba pensando y la frialdad en ellos. Era obvio que odiaba a su padre.

—Ya que estamos hablando con sinceridad, también tengo que hacerlo yo.—Sonrío con esa sonrisa de ángel caído.—Sí, mi familia en su tiempo más próspero tenía una cierta organización.

Su tono de voz se volvió escalofriante al igual que, sus cortas y afiladas uñas arañado el elegantemente cuero de ese costoso sofá cafe.

—Era un legado familiar por el cual la mayoría de esos bastardos lucharon querido obtener esa putrefacción.

Ya no había una sonrisa burlona e irónica en esos fríos labios, para ser más preciso las expresiones se borraron y solo quedó alguien que no te dejaba saber lo que estaba pasando por su cabeza, a excepción de Brandon. El si sabia que estaba pensando su jefe.

—No obstante, no vine hablar sobre mis problemas y desagrado por mi familia.—Junta sus manos.—Solo acepte venir aquí, para averiguar sobre eso tan importante de lo que quería hablar conmigo.

—¿Niega su participación y la de su gente a pesar de que usen ese tatuaje?—Preguntó Saimon.

—¿Qué tatuaje?—Mueve su cabeza en confusión.

¿Cómo saben de esa tatuaje? Tendré que hablar muy seriamente con ciervo, el muy idiota no se dió cuenta de eso. No, no creó que haya sido tan descuidado.

—Sigo sin entender sus acertijos, por lo que tengo entendido todos mis negocios son legales y nunca he tenido una organización como tal. ¿Verdad, Brandon?

—Está en lo correcto, maestro. Todo es completamente legal, el señor Reynolds debe de estar guiándose por los rumores que rodea a toda la familia Handerson, de cuando sus predecesores estuvieron al mandó del poder.—Señalo.

—Lo ven.

Iba a tomar de su café, sin embargo Brandon lo probó primero antes de dárselo a Derek, no podía permitir algún atentado hacía su jefe.

—No estoy dudando de sus intenciones, señores Reynolds y Mansell.—Brandon bajó su cabeza en señal de disculpa.—Pese a eso, espero y puedan entender mis razones.

Hace menos de tres meses, Derek sufrió un intentado de asesinato. Su comida y bebida fueron impregnadas de veneno algo con lo que Derek está muy familiarizado.

—No creó en los rumores—Saimon siguió con el tema de conversación antes de que esa atmósfera se volviera dañina—Pero, tampoco soy escéptico.—Declaró mientras toma su café, sin vacilación o temor por la presencia de Derek.

Las esquinas de los labios de Derek, se levantaron ligeramente hacia arriba por el coraje de Saimon al momento de hablarle tan confiado.

—Lo puedo entender.—Saboreó su café amargo.—No obstante, no tengo nada que ver con ello y mi gente tampoco, podré ser un maldito despiadado como me pinta la mayoría de las personas, pero no tengo el pasatiempo de secuestrar a niños inocentes.

Cassandra notó la melancolía en sus palabras, sobre todo cuando dijo "secuestro" "niños" ahí su tono de voz fue triste. Ella al ser más sensible logró captar esa tristeza en Derek.

—¿Tines hijos?—Solte sin pensarlo, pero quería saberlo. Aunque se ve de unos 26 años como para ser padre.

Brandon abrió sus ojos en grande por la preocupación y temor de que su jefe terminé aplastado a uno de ellos. Esa pregunta fue demasiado para alguien de temperamento corto.

—Señora Reynolds, esa pregunta es muy....—Calle al ver la mano levantada de mi jefe, solo pude suspirar y rogar que no se vaya a descontrolar.

—¿Te puedes llamar padre cuando ni siquiera pudistes velar por su seguridad?—Confesó con una sonrisa entristecida.—Cómo sea—Volvió a su semblante serio.—Si eso es todo lo que tenía que decir, me retiró.

—¿Por qué decidió reunirse personalmente con nosotros?—Preguntó Nahir—¿No tiene miedo que revelemos su identidad?

—Inténtelo—Los reto.—¿Me preguntó si su poder es tan grande como para proteger todo lo que aman?—Advierto sutilmente.—Si me presenté ante ustedes es simple, son las personas menos egoístas que conozco y sus señoras esposas son unas grandes madres, merecían que habláramos cara a cara y no atraves de mi asistente.

"¿Por qué siento que está reunión fue posible por nuestras esposas? Aparte nos hizo saber de alguna manera que nos investigó" es lo que pensaban los señores Reynolds y Mansell.

—Entonces, ¿puedo estar tranquila o preocupada ya que hubo un niño más involucrado, el cual salvó a mi hijo?—Pregunto en voz alta para ver la reacción de Derek.

Claudia no dijo el nombre de Agares y mucho menos que se encuentra con la familia Reynolds, solo quería ver la reacción de ese imponente maestro. Pese a eso, no hubo ninguna reacción fue como si nada de eso tuviera que ver con él.

—Como ya dije, no tengo nada que ver con eso. Están buscando en el lugar equivocado—Ese niño se encuentra con una de sus familias, es muy obvias sus intenciones. ¿En cuál de las dos estará, Reynolds o Mansell?

—¿Si es así?—Se ponen de pie—Nos disculpamos por molestarle y robar su tiempo, con permiso—Caminan a la salida de esa sal.

—Solo espero que ese bastardo no se atreva a parecer frente a mi hijo, porqué juro que le contare la cabeza.—Exclamó Nahir.

Derek solo sonrió fríamente, diciéndoles que esperen un momento, cortado la distancia entre ellos. Mirado a cada uno de ellos para luego decirles.

—Se me olvidó decirles algo—Sonrió juguetón.—Si ustedes llegasen a tener algo mío y no lo cuidaran como se lo merece—Esa sonrisa se volvió un filoso cuchillo.—¿Pueden imagínese lo que les pasaría?

Declaro y advirtió con frialdad antes de marcharse y dejar a la imaginación las diferentes cosas que les haría. Derek les hizo saber que ellos, no tenían nada que le perteneciera o ya lo hubiese tenido de vuelta.

                        •••••••• Fin del flashback.••••••••

Derek estaba por meter la USB a la laptop, cuando recibió una llamada urgente, sobre un problema en la construcción del patio de juegos que parecía más un parque que patio.

—Bien, iré en camino. No muevan nada y mucho menos se acerquen a la construcción puede ser peligro—Finalizo la llamada.—Vamos a la villa del puerto celeste.

—Como ordené, jefe.—El chófer giró el auto hacia la izquierda.

—¿Cómo va el resultado de las pruebas?—Apago la laptop y aguardo la USB en su bolsillo.

Revisaría las grabaciones en otro momento, cuando esté en su habitación por ejemplo. En este instante es más importante la finalización de ese proyecto, es algo que les mostrará a las personitas que busca, es uno de los tantos regalo del cumpleaños, pertenecientes a esas dos personitas.

—Siguen siendo negativas.—Expresó Brandon con pesar—¿Y sí buscamos a alguien con su parecido una vez más?—Sugirió.

—¿Se te olvida que ese resultado falló?—Brandon nego con su cabeza, haciéndole saber que no lo olvida.

Fue lo primero que pensé, sin embargo ni un solo niño tenía mis características nacidos en esa fecha del 30 de diciembre, al principio creí seria fácil por el color de mis ojos rojos. Pero, todo fue en vano.

Tal vez no e buscado lo suficiente, no estaría mal intentarlo una vez más, solo que en está ocasión buscaré los niños nacidos en enero de ese año. ¿Que podría pasar? ¿Una decepción? Ya estoy acostumbrado a ellas, pero sigo sin rendirme, tengo que encontrarlos cueste lo que cueste o muera en el intento.

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